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Autor Tema: La falacia de los servicios  (Leído 6304 veces)

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wanderer

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La falacia de los servicios
« en: Noviembre 08, 2011, 16:03:13 pm »
Traído de Heterodoxia.info: un artículo dónde desenmascaran la falacia neoliberal de pretender que una economía basada en los servicios tenga alta productividad y altos salarios, debido fundamentalmente a que son economías básicamente ora infracapitalizadas, ora descapitalizadas (las primeras, estilo "sudamericano", y las segundas, economías occidentales que otrora disfrutaron de una industria productiva de verdad). Sin embargo, muchas de las observaciones que hace me parece que podría suscribirlas un liberal (que no neoliberal, o "liberales caraduras de la ley del embudo"):

http://www.heterodoxia.info/?p=1476#more-1476

Citar
Otra de las falacias sobre la que se sustenta el neoliberalismo es la referente a la economía de los servicios, la cosa va mas o menos de lo siguiente: no importa que desaparezcan los puestos de trabajo industriales, la población podrá vivir cómodamente trabajando en la economía de los servicios. El futuro son los servicios.

Pareciera que los economistas que pregonan estas cosas en su vida hubiesen estudiado lo que es la productividad y su impacto en el bienestar de la población. Este argumento, como veremos, no es más que un bálsamo para que la población se quede quietecita — como si la fuesen a operar en el quirófano — mientras sus puestos de trabajo son exportados hacia países de bajos salarios, hacia países donde la dictadura hace imposible la existencia de sindicatos o hacia países con las dos cosas.

Existen muchos mitos arraigados — y me atrevería a decir promovidos — respecto a la productividad. Que si productividad es trabajar más, ¿ pero más como ?….bueno más horas dicen por allá, no hay que trabajar «más duro» dicen por aquí…no lo que hay que hacer es no tener tantas bajas ni absentismo… estáis equivocados: hay que trabajar con mística dice el moralista, …..lo que pasa es que no sois buenos cristianos y os la pasáis todo el día de botellón pecando y usando condones dice el de la conferencia episcopal, ….es que se ha perdido la «moral» de trabajo los jóvenes lo quieren todo hecho dice el abuelo, antes con un sueldo alcanzaba ahora hacen falta dos, es que la gente quiere tener de todo, lo que hay es que conformarse con menos. Y así todo el día en medio de una terrible cacofonía donde nadie se aclara y que permite a los que si se aclaran pescar en río revuelto.

Pero la productividad tiene una definición muy simple, no tiene nada que ver con moralinas y posee una impacto determinante — yo diría total — sobre el nivel de vida de las personas.

La empresa Compresores Martinez fabrica compresores de aire y tiene dos vendedores. Uno de ellos es José, un muy buen chico, con su novia formal, se encuentra ahorrando para el piso, no fuma ni bebe, va a visitar a su madre todos los domingos y colabora con una ONG. Todos los días José sale de su casa a las siete de la mañana a visitar clientes, polígono tras polígono, puerta a puerta y venga y venga sacando una venta por aquí y otra por allá. El chico es organizado, hace su lista de visitas, lleva los informes de ventas como un reloj, es una máquina. Cuando llega a casa todas las noches lo primero que hace es enviar sus informes y todos los pedidos del día. Los clientes le aprecian mucho, la mayoría son pequeños talleres y cuando tienen un problema de compresores José se los resuelve con maestría ya que encima es un gran técnico y entiende del tema. Con esto consigue vender unos 20.000 Euros/mes trabajando casi doce horas al día. El señor Martinez opina que José es un gran profesional y un buen muchacho.

Luego tenemos a Amador, un gañan-fantasma de aquellos de aquí te espero, soltero emperdenido, ha tenido trescientas novias, no tiene ni un duro ahorrado, fuma como un carretero, todas las noches está de juerga, no aparece por la oficina, no envía ni un informe, es que no sabe ni donde tiene las facturas de sus gastos. Los cobradores y un ejército de mujeres enfadadas le persiguen por doquier mientras el huye en su Audi TT descapotable color rojo del que debe tres cuotas pero no importa ya que no le queda ni un punto del carnet.

Amador se levanta a las diez de la mañana y en pijama llama a sus clientes que están encantados con él porque se están forrando mientras le piden más y más compresores por camiones enteros. Resulta que los compresores que fabrica Martinez son fenomenales para las escuelas de buceo ya que funcionan sin aceite y el aire no huele ni sabe a nada. Su cuñado, que tiene una escuela de buceo, le explicó el asunto del aire una vez a las cuatro de la mañana cuando ya habían perdido la cuenta de las copas que llevaban. Amador no hizo mas que atar cabos, probó un compresor en la escuela de su cuñado y luego se fue a la federación de buceadores a venderles la idea. El resultado es que ahora esto se vende hasta debajo de las piedras. Como la hora de buceo la cobran a 100 Euros y esta gente tiene pasta — solo hay que ver como vive el cuñadísimo — Amador les vende los compresores un 30% más caros y cuando le llama algún cliente con un compresor que no arranca el le dice que no le venga con historias de estas, que no tiene ni puta idea y que si quiere le regala uno nuevo y ya está. Amador vende dos millones y medio de Euros al año. El señor Martinez opina que es «como un hijo suyo» y no tiene problemas en adelantarle las comisiones constantemente ya que siempre anda sin un duro.

¿ Quien es más productivo José o Amador ?

¿ Tiene que ver la productividad con trabajar más horas ?

¿ Tiene que ver con trabajar con «moral» sea lo que sea lo que signifique ?

¿ Tiene alguna connotación moral la productividad ?

Otra de productividad.

Una cuadrilla de obreros abre zanjas con pico y pala a razón de vente metros por día. El dueño de la empresa decide modernizarse y compra una retroescavadora Caterpillar último modelo con cabina insonorizada, aire acondicionado y que vale una fortuna. Ahora un solo operador ejecuta 300 metros de zanjas al día y la facturación aumenta una barbaridad a pesar de haber bajado el precio por metro. El problema es que ahora al operador hay que pagarle mucho más ya que es un FP con cursos de Caterpillar, carnet de manejo de maquinaria, sabe programar el nivelador láser automático y tiene conocimientos de mecánica e hidráulica. Al dueño de la empresa no le queda más remedio que pagarle ya que él de retroexcavadoras y esas cosas «láser» no tiene ni idea, pero como el negocio va bien y estamos facturando por un tubo no hay problema. Entonces al dueño se le ocurre equipar la retro con luces halógenas que han costado otra barbaridad pero que permiten trabajar de noche. Ahora se pueden hacer 500 metros al día en lugar de 300 y claro hay que contratar otros cuatro operadores por lo que los cinco montan un sindicato y comienzan a pedir lo suyo. Pero ahora el negocio da para eso, para pagar el crédito de la retro, luces y lo que haga con tal de tener a «sus muchachos» contentos y la retroexcavadora facturando las veinticuatro horas del día.

Este es el principio del aumento de nivel de vida por aumento de productividad. La productividad no es más que producción por hora trabajada, bueno en realidad es valor agregado (lo que vendo menos lo que compro) por hora trabajada. O en otras palabras: que tanto valor monetario agrego yo a lo que pasa por mi empresa por hora trabajada.

En el primer caso Amador aumenta su productividad debido a que ha descubierto una aplicación para el producto que vende que a nadie mas se le había ocurrido. Es decir, ha desarrollado algún tipo de conocimiento sobre su campo de actividad que nadie más posee o lo que es lo mismo: ha creado una tecnología. Aunque luego se lo beba y se lo fiestee, eso es otra cosa que pertenece al campo de lo moral y no de lo económico. Las tecnologías no son exclusivamente del ámbito de los laboratorios repletos de científicos con PHDs.

En el segundo caso la productividad se ve aumentada ya que a cada trabajador le doy una herramienta más grande, primero una pala, luego un palón, luego una retro pequeña y finalmente una gigantesca. En este caso la productividad aumenta debido a que el dueño de la empresa ha aumentado la inversión de capital por empleado. Es decir: cada quien en lugar de ir con una navajita va con un cañón.

Y no existe mas, la productividad al ser valor monetario agregado por hora trabajada solo se puede aumentar de dos formas: aumentando el valor con nuevas ideas — tecnología — o produciendo más de lo de siempre en las mismas horas utilizando herramientas mejores y más grandes. Al ser este parámetro el resultado de dividir el valor agregado por el número de horas trabajadas o hago como Amador: vendo caro ya que me lo pagan porque a nadie más se le ha ocurrido o sabe como se hace o hago como en el segundo caso: a cada quien le doy un maquinón para que produzca por un tubo.

La moderna planta industrial química, refinería de petróleo o acerería es el paradigma moderno de la productividad, ya que básicamente se trata de inmensas máquinas de producir que ocupan el área equivalente a un pequeño pueblo, que han costado miles de millones y que son manejadas por un pequeño grupo de expertos muy bien pagados. Manejando una máquina de ese tamaño pocas personas producen muchísimo ya que la inversión de capital por trabajador es altísima.

O desarrollo tecnología o incremento la inversión de capital por empleado o las dos cosas. Esto no tiene absolutamente nada que ver con trabajar más, menos, con mala, con buena cara o estar de fiesta o tener mística en el trabajo o ir a misa o al puticlub. Esas son connotaciones morales muy típicas de países católicos — como el nuestro — donde durante siglos han estado confundidos y preguntándose si el aparato productivo es «moral» ya que la iglesia católica se empeña en meterse en todo, inclusive en terrenos donde no entiende o nunca ha tenido experiencia como el romance, el sexo, el matrimonio y la crianza de los niños. Entonces los hijos de las élites se educan en colegios religiosos de ambiente gótico donde entre misa y misa le inculcan estas cosas.

El aparato productivo no es ni moral ni inmoral, el aparato productivo produce. Luego el cómo se reparten los beneficios generados por ese aparato entre los que trabajan en él y los propietarios de las máquinas e instalaciones si que es político y posee connotaciones morales pero aún así no dejan de escapar a la lógica económica. Pero no nos apartemos del tema.

La herramienta más poderosa para conseguir aumentos de productividad a largo plazo es la inversión de capital por empleado. Se trata de dotar a los empleados de instalaciones lo más grandes y más automáticas posibles para que pocos produzcan muchísimo. Amador podrá ser muy listo, pero tarde o temprano le copiaran, inventaran otro tipo de compresor, vendrán los chinos con las rebajas, etc, etc. La única forma de que Amador mantenga su liderazgo durante décadas es que el señor Martinez se gaste el dinero y monte una modernísima y automática línea de producción.

El aumento a largo plazo del nivel de vida de la población depende exclusivamente del aumento a largo plazo de la productividad.

Entonces para aumentar el nivel de vida de la población a largo plazo en una economía industrial hay que aumentar la inversión de capital por empleado. Esto funciona siempre que exista o se desarrolle una base tecnológica que permita el continuo mejoramiento del aparato productivo. La productividad es la hija de la tecnología pero sobre todo de la inversión de capital por empleado.

Un ejemplo muy significativo de esto lo tenemos en España con el plan de estabilización de 1959 donde se crearon una serie de empresas industriales como la SEAT y la PEGASO que básicamente crearon la clase media española. Esas empresas funcionaban mal comparadas con las de otras sociedades de la época pero produjeron un salto importante en la productividad del país. Muchas personas pasaron de manejar un arado de palo en algún cortijo extremeño para producir un poco de trigo o aceite a operar un torno automático que producía piezas a montones. Solo hay que comparar la inversión de capital por empleado en el cortijo extremeño con la inversión de capital por empleado en una fábrica de SEAT de la época. Mi suegro cuando emigró a Barcelona en los años sesenta, el solo ganaba más al año que toda su familia labrando olivas en Andalucía. La productividad trae consigo mejores salarios y aumenta el nivel de vida. Si los caciques extremeños y andaluces hubiesen invertido en maquinaria e instalaciones modernas en sus tierras aumentando sensiblemente la inversión por empleado el resultado hubiese sido bastante parecido al conseguido con SEAT y PEGASO con el agregado de que las personas no hubiesen tenido que emigrar. Pero de donde no hay no se puede sacar.

El sector servicios es totalmente diferente al de la producción de bienes, ya que es muy difícil aumentar su productividad. Un servicio en un trabajo que una persona hace a otra persona, bien sea llevándola en taxi, defendiéndola en un juicio, operándole la pierna, haciendo que haga ejercicios, limpiando la piscina, arreglando una gotera o construyendo un edificio. No son trabajos que se puedan organizar eficientemente en una fábrica y no es fácil aumentar su productividad mediante la utilización de herramientas e instalaciones cada vez más grandes o automáticas. Un taxista puede hacer tantas carreras por día, un médico tantas operaciones, una profesora de aerobics tantas clases — aunque su número de pretendientes tienda al infinito –, un abogado puede atender tantos casos simultaneamente y unos obreros pueden construir tantas viviendas por año.

Para ser justos si existen herramientas tecnológicas que permiten aumentar la productividad de los servicios ya que el taxista lleva radio y GPS, el abogado utiliza ordenadores, el médico dispone de una panoplia de medios de diagnóstico por imagen de última generación y los obreros de la construcción disponen de grúas, sistemas encofrado y bombas de hormigón. Pero estos medios no multiplican por cien la productividad como en la industria, la aumentan bastante pero generalmente lo que si hacen es mejorar la calidad del servicio: el médico atina más a sus diagnósticos, el abogado se organiza mejor, el taxista no se pierde. Pero el médico no opera al cuadruple de pacientes, ni el abogado litiga el triple de casos ni el taxista transporta diez veces más personas, ni los obreros hacen veinte veces más pisos.

A igual cantidad de inversión en medios de producción el incremento de productividad conseguido en el sector servicios es mucho menor —y posee un techo bien visible — que el incremento de productividad que se puede conseguir en el sector industrial, lo que nos trae a la idea central del este post.

Una economía compuesta exclusivamente por actividades de servicios será por definición una economía de baja productividad por lo que los salarios y el nivel de vida de la población serán necesariamente menores que los de una economía basada en la industria.

La economía de los servicios es la economía de los bajos salarios, del empleo temporal, del reponedor del super, del guía turístico, del empleado del hotel, del vendedor paliza de telefonía móvil y del taxista para ese noventa y nueve por ciento de la población que no tiene un PHD en Harvard, sea cirujano, abogado de éxito o que no tiene un buen enchufe para trabar en alguna eléctrica o en la telefónica.

Una moderna acerería compacta con horno eléctrico y tren de laminación continuo de tamaño medio produce un millón y medio de toneladas al año en productos acabados empleando unas seiscientas personas. Esta instalación cuesta unos 600 millones de Euros y vende también unas 600 millones de Euros anuales para una producción de 1,2 millones Euros por empleado al año. Un fábrica de coches que produzca medio millón de coches al año cuesta unos 7.000 millones de Euros y tiene unas ventas de 10.000 millones al año empleando a unas 15.000 personas para una facturación de 667.000 Euros por empleado al año. En ambos casos, esto permite pagar buenos salarios, contratar ingenieros y técnicos, tener planes de pensiones, seguros médicos, cesta de navidad y payasos e hinchables para los niños en la barbacoa anual de la empresa.

Un hotel cinco estrellas grande, bien ubicado en el centro de la ciudad con trescientas habitaciones a trescientos Euros la noche y que tenga una ocupación media del 100% factura treinta y tres millones de Euros al año, a los que si sumamos el robo del minibar, la conexión a internet y el restaurant digamos que son cuarenta millones. En este hotel trabajan unas 150 personas, para una producción de 220.000 Euros por empleado al año. Esto permite pagar bajos salarios, tener contratos temporales, obligar a la que limpia a limpiar una habitación en diez minutos ya que no existen maquinas automáticas de limpiar habitaciones — el aspirador como mucho — que aumenten su productividad y de cesta de navidad, seguro médico, pensiones decentes y barbacoa anual como que no. Y esto en el hotel cinco estrella que está a reventar todo el año, ahora si repetimos los cálculos para el típico hotel de playa en cualquiera de nuestras masificadas playas ya os imagináis.

Para ser rigurosos estos cálculos no se hacen en base a las ventas, sino en base a lo que vendo menos lo que compro — beneficios brutos — versus número de empleados. Pero de estos ejemplo así al hotel le regalen todo lo que compra nunca será ni la quinta parte de productivo que la acerería o la tercera parte fábrica de coches. Esta es la idea importante: ni el mejor hotel llega a ser la quinta parte de productivo que la peor acerería o fábrica de coches. Porque si una acerería que a partir de chatarra produce perfiles de acero de los de usar todos los días es productiva, imaginaros lo que será una acerería Luxemburguesa especializada en aceros especiales para fabricar turbinas de avión, reactores químicos, calderas de muy alta presión para centrales eléctricas y cosas baratas de esas.

Haciendo un inciso, este es el «gran» negocio de nuestro país: el turismo, que así sea de campo de golf o de borrachera está condenado de por vida a ser un sector de baja productividad y por lo tanto salarios. La salida a los bajos salarios no se encuentra en el turismo de alto standing como pregona nuestro establishment, la salida es dedicarse a otra cosa más productiva, que en lugar de facturar 100.000 Euros por empleado y año facture de medio millón para arriba. Eso no se consigue con grandes constructoras, hoteles y acuaparks.

Esa es la diferencia principal entre los negocios industriales y los de servicios. Los unos son digamos «serios» indispensables y productivos. Los otros son «lights», poco productivos y la mayoría prescindibles salvándose unos cuantos tales como la educación, sanidad, justicia, bomberos, energía y policía.

Entonces ¿ porque en los países fuertemente industrializados toda la población tanto la que trabaja en la industria como la que trabaja en sector servicios parecen vivir bien ?. ¿ Por que los que trabajan en Krupp Stahlwerke parecen tener el mismo nivel de vida que los que trabajan en los supermercados REWE ?.

Porque es el sector industrial, su productividad y sus sindicatos los que establecen el tono general de los salarios dentro de una economía homogénea. Los empleados industriales poseen la fuerza de negociación que su productividad, su conocimiento del manejo de las complejas instalaciones que utilizan y sus sindicatos les dan para negociar salarios y beneficios sociales. Esto establece el tono salarial para el resto de la población. El sector servicios se beneficia de capacidad de negociación de los industriales lo que le permite tener salarios por encima de su productividad. Por eso el barbero en Alemania cobra treinta euros y el de España diez cuando ambos son igual de diestros y ambos son capaces de cortar el pelo al mismo número de personas por día, en otras palabras: son igual de productivos. No es su productividad la que determina su salario, son sus compañeros del sindicato AG-Metal los que lo establecen cuando negocian con los propietarios de las acererías. Por otra parte los trabajadores del sector servicios y que tenga el nivel de formación requerido tienen la oportunidad de emplearse en sector industrial por lo que los patronos de los servicios se ven obligados a pagar salarios competitivos.

Los salarios del sector servicios se ven inflados por los salarios del sector industrial, debido a la competencia directa y a la capacidad negociadora de este último sector. En una economía es el sector industrial el que determina el tono de los salarios en general. El resultado son unos servicios más caros y una aproximación entre los niveles de vida de ambos sectores, sobre todo si el estado implementa programas de protección y seguridad social para toda la población y que en realidad son financiados en su mayoría por el sector industrial ya que al ser el sector con más beneficios es quien más contribuye con impuestos.

¿ Ahora que pasa si la industria se la llevan a China ?

Que la referencia salarial y sindical del sector industrial desaparece y los salarios del sector servicios se ven reducidos hasta su nivel de productividad es decir: muy bajos. El nivel de vida de la población, que no tiene otro remedio que trabajar en dicho sector ya que no hay otro, desciende notablemente. Entonces aparecen los mileuristas y quinientos euristas, da lo mismo estudiar que no ¿total? para trabajar en la hamburguesería o trajinando cajas en centros logísticos no hace falta cosa que si tiene sentido cuando existe un sector industrial fuerte y la cajera del super tiene un «buen» puesto de trabajo.

El caso paradigmático de muerte por economía de servicios es España. Hace diez años el sector industrial en el país representaba un 24% del pib. Hoy esa cifra es casi la mitad y las consecuencias en la población están a la vista. Los analfabetos políticos y los portavoces de las élites empresariales — ambos educados en colegios religiosos — se empeñan en dar rimbonbantes declaraciones sobre el que hay que aumentar la productividad. Lo que no se preguntan es como demonios se aumenta la productividad de una economía que en un 70% son servicios de bajo valor agregado. Respuesta: muy dificil.

¿ Y que ha sucedido con los salarios que antes disfrutaba la clase media ?. Han sido transformados en beneficios empresariales a corto plazo ya que los bajos salarios deprimen el consumo y por lo tanto las ventas, lo que acaba minando esos mismo beneficios. La burbuja crediticia de los últimos diez años ha sido un intento desesperado por mantener el nivel de consumo de las clases medias occidentales ante la merma de ingresos que la exportación de sus puestos de trabajo industriales y su conversión en puestos de trabajos mal pagados en el sector servicios ha supuesto. Entonces viene la crisis y el estado se pone a gastar como un loco tratando de reactivar una supuesta industria de la que poco queda en un intento desesperado de crear empleos. Y los crea, claro que los crea: en China.

La globalización ha dividido al mundo en productores de bajos salarios que no pueden comprar lo que producen y trabajadores del sector servicios que tampoco.

La economía de los servicios solo produce puestos de trabajo de baja remuneración. El único sector de servicios que ofrece salarios astronómicos es la banca y ya vemos a lo que se han venido dedicando. El otro sector de servicios con alta productividad — facturación por empleado — son las telefónicas, eléctricas y aguas de aquí y de allá. Debido a su naturaleza técnica tienden a ser monopolios y para colmo es el estado quien establece sus abusivas tarifas, limita la competencia y básicamente les permite saquear a la población. Esos negocios de servicios son productivos solo porque disfrutan de condición monopólica y protección estatal bien sea en la forma de tarifas o bien sea haciendo la vista gorda como en el caso de la banca.

Y en estas estamos. La próxima vez que algún neoliberal engominado os cuente que el futuro es la economía de servicios contesdad que si, que todos trabajando en el burguer y viviendo debajo de un puente.

« última modificación: Noviembre 08, 2011, 16:05:32 pm por wanderer »
"De lo que que no se puede hablar, es mejor callar" (L. Wittgenstein; Tractatus Logico-Philosophicus).

Dan

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Re:La falacia de los servicios
« Respuesta #1 en: Noviembre 08, 2011, 16:07:47 pm »

wanderer

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Re:La falacia de los servicios
« Respuesta #2 en: Noviembre 08, 2011, 16:13:07 pm »
"De lo que que no se puede hablar, es mejor callar" (L. Wittgenstein; Tractatus Logico-Philosophicus).

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