PPCC: Pisitófilos Creditófagos. Primavera 2024

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/inmobiliario/mercado/2024/05/04/663525eae5fdea63758b4581.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/empresas/distribucion/2024/05/04/66355a6ae5fdea970b8b459e.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.pressreader.com/spain/expansion-nacional-sabado/20240504/page/32/textview

Mejor inicio del año turístico: 16,1 millones de visitantes

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/economia/2024/05/04/66355b97468aeba43a8b4578.html

https://www.pressreader.com/spain/expansion-nacional-sabado/20240504/page/33/textview

El paro de la eurozona, en mínimos históricos, con España liderando el desempleo en toda la UE

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.pressreader.com/spain/expansion-nacional-sabado/20240504/page/56/textview

El socorrido invento de las prestaciones en especie como forma de aliviar el gasto público

¿Se empiezan a ver las costuras?

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/opinion/2024/05/05/66376126e5fdeafc7a8b4589.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/economia/politica/2024/05/04/66354e18e5fdea623a8b4583.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/mercados/2024/05/04/6633f814468aeb8c128b4594.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/expansion-empleo/desarrollo-de-carrera/2024/05/03/6633e503468aeb5f338b4584.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

Mierda
"Básicamente, el Estado es la gestión de la mierda. En otros terrenos públicos, como la seguridad, la legislación o los ritos, siempre ha habido competencia; sobre todo, de las religiones, pero nadie ha querido meterse con los desechos", reflexiona Jorge Dioni.

Jorge Dioni · 2021.10.14

Aspecto de una calle del centro de Madrid durante una huelga de basuras. FERNANDO SÁNCHEZ

El dinero está mejor en los bolsillos de la gente. Pero, ¿y la mierda?, ¿también está mejor en los bolsillos de la gente? La primera frase es uno de los mantras del neoliberalismo y está calando con fuerza. Pagamos muchos impuestos, se dice, una afirmación que siempre hay que desligar de la realidad y unir a algún elemento borroso, casi kafkiano, como la idea de una máquina burocrática e ineficaz que devora recursos con un apetito pantagruélico. Cuando aparece la realidad, llegan los matices. Por ejemplo, esa máquina burocrática e ineficaz ha salvado dos veces al eficiente sector privado en lo que llevamos de siglo. Y las que quedan. En el actual modelo económico, el Estado es la principal fuente de recursos. Se llama colaboración público-privada. 

Huir de la realidad parece complicado, pero no lo es. Así, es probable que una persona –o un periódico– se queje de la hipertrofia del Estado y defienda que la administración tiene que adelgazar y, un minuto más tarde –una página más tarde–, se queje de los problemas con el servicio de empleo para tramitar un ERTE o de las dificultades para gestionar un crédito público. Unir ambas cosas parece obvio, pero no lo es. Hacerlo obligaría a modificar las primeras afirmaciones y preferimos vivir con una contradicción tan explícita a admitir que estábamos equivocados o, más aún, a reconocer que la realidad puede hacernos cambiar de opinión. En muchas ocasiones, la visión del mundo es más poderosa que el propio mundo. Como sostenía Mark Twain, es más fácil engañar a un tipo que convencerlo de que ha sido engañado.

Los discursos sobre “luchar contra el Estado” o “enfrentarse al Estado” lo reducen a la parte superior y más visible, el Gobierno, el Tribunal Supremo, la monarquía, etc. Es una reducción que se mueve entre Kafka y Orwell y que tienen más de proyección que de proyecto, ya que se suele hacer desde el propio Estado. Los diversos niveles de la administración, autonómica, provincial o municipal, son también Estado y, si no se llevase haciendo muchos años, parecería insólito cómo se puede sostener que se está luchando contra algo a lo que se pertenece. La lucha “desde dentro” es cada vez más habitual, lo que lleva a un punto en el que es complicado distinguir el odio del auto-odio.   

Esa lucha “desde dentro”, además, tiene la confianza de que todo va a seguir igual. Por alguna razón, se considera que el actual modelo de Estado es dúctil, casi irrompible, y que todo va a seguir funcionando más o menos igual por el poder de la inercia. Es decir, que el cierre de centros de salud no tendrá ninguna relación con el consumo ni con la productividad ni con el fracaso escolar ni con la seguridad ciudadana. Ni que estos cuatro factores puedan estar relacionados entre sí. El Estado es como un juguete, lo aguanta todo, hasta que un día alguien se da cuenta de que la risueña barriguitas es un muñeco de vudú y que hay consecuencias. Si se tira el agua, no hay agua cuando hace falta tirarse a la piscina.

Estado mínimo

Volvamos al inicio: ¿qué pasa con la mierda? Básicamente, el Estado es la gestión de la mierda. En otros terrenos públicos, como la seguridad, la legislación o los ritos, siempre ha habido competencia; sobre todo, de las religiones, pero nadie ha querido meterse con los desechos. La recogida de basuras o las canalizaciones de aguas sucias fueron grandes inversiones públicas que se fueron extendiendo al comprobarse que, a más limpieza, menos epidemias. Este verano, las raíces de una encina atoraron la canalización de la casa de un familiar. Gracias a las indicaciones del vecino, maestro albañil, abrimos el suelo y despejamos el cauce; pero, entre tanto, retrocedimos unas décadas y hubo que gestionar la mierda. Es decir, Estado mínimo.

Hay gente que cree que un Estado mínimo es un lugar sin impuestos ni legislación, donde cada uno gestiona su propio dinero y desarrolla sus proyectos sin burocracia. No, un Estado mínimo es un sitio en el que todo el mundo tiene que gestionar su propia mierda. El Estado es que salga agua potable del grifo y poder tener la misma confianza en todo lo que nos llevamos a la boca, ya sean manzanas, yogures, carne mechada o los órganos sexuales ajenos, ya que existe un sistema sanitario público. El Estado es que haya luz por la noche y que, al otro lado del teléfono, haya alguien si pasa algo. No hay nada más Estado que sanidad, educación y seguridad. El que los tres sigan siendo servicios públicos será una de las grandes cuestiones de los próximos años. O no. Igual ya hemos decidido que cada uno se apañe como pueda.

Lo fascinante no es que haya gente que esté convencida de que el sector privado podría proporcionar los mismos servicios, la misma seguridad cotidiana, que el sector público. Es algo que no piensa ni el propio sector privado, que siempre está pidiendo un marco regulatorio estable; es decir, que el Estado le garantice el mecanismo y los resultados. Lo fascinante es que hay gente que cree que, en esa situación, le iría bien. Un Estado mínimo es un sitio en el que todo el mundo se come su propia mierda, salvo que pueda obligar a otros a hacerlo. Es la ley del más fuerte y fuerte quiere decir fuerte; no vale con hacer la pelota al fuerte.

Es curioso que circule el concepto de soberanía individual en Occidente, un lugar donde es escasísimo el número de personas que serían capaces de proporcionarse alimento, vestido o seguridad. Probablemente, todo es cuestión de identidad. Cuando no sabes hacer nada, es interesante mostrarte cínico y duro si eso no tiene consecuencias. Qué autoestima tiene que tener una persona para pensar que podría sobrevivir en Libia, lo más parecido a Estado mínimo que conocemos, cuando el mayor problema que ha tenido que soportar en la vida es que no funcione el aire acondicionado o que al pedido le faltaban las patatas fritas. Supongo que la misma que se necesita para decirle a una deportista olímpica que lo ha hecho mal, la de no haber tenido nunca ningún problema.

Saludos.

[Derby]

https://www.bloomberg.com/opinion/articles/2024-05-05/want-to-reduce-the-cost-of-housing-build-more-of-it

Want to Reduce the Cost of Housing? Build More of It

Everyone agrees that the rent (or the mortgage) is too high, but the best ways to make it more affordable aren’t very popular.

When it comes to the current debate over housing affordability, I feel like my position has been clear and consistent: Twelve years ago, I wrote a book called The Rent Is Too Damn High. At the same time, I also have to admit that most Americans do not share my preferred solutions.

My basic argument can be summarized in three words: Build more housing. There are a lot of ways to make that easier — feel free to buy the book! — but increased supply doesn’t seem to be what voters have in mind when they think about ways to bring down housing costs.

Only 30% to 40% of voters believe that a greater supply of housing would moderate prices, according to research from academics who are broadly sympathetic to the YIMBY (Yes In My Backyard) movement. Their research also shows that this is not generalized skepticism of supply-and-demand dynamics. If you ask the same question about other commodities, people understand the linkage.

In their most recent paper, the researchers — Christopher Elmendorf, a law professor at the University of California at Davis, and the political scientists Clayton Nall of UC Santa Barbara and Stan Oklobdzija of Tulane — survey voters about what they think would work. The most popular options are rent control, government subsidies for down payments, property tax cuts and regulations to prevent Wall Street firms from buying housing.

Economically, this is basically all nonsense.

If you push subsidies into a supply-constrained market, prices will go up in response, and you’ll be left right where you started. If you impose rent control, it will help incumbent renters who never plan to move, but it only serves to exacerbate scarcity.

Meanwhile, YIMBY solutions such as changing zoning to allow for more construction are both less popular and viewed as less efficacious. Interestingly, and contrary to the “homevoter hypothesis” that supply restrictions represent a deliberate effort to inflate housing costs, the research finds that renters are more hostile to denser zoning than homeowners are.

So, are Americans doomed? Not necessarily. But the research is a potent reminder that lots of popular attention on a problem doesn’t always help solve it.

There is a healthy amount of elite awareness in the US that there are too many regulatory restrictions on housing supply — that was the view not only of Barack Obama’s economic policy team, but also Donald Trump’s and now Joe Biden’s. At the same time, bipartisan deals are usually popular regardless of the substance, and there is political upside to solving problems regardless of what people think about how you solved it.

Under the circumstances, the best path forward for supply-side reform is probably quiet bipartisanship — motivated state legislators and governors working together — rather than noisy partisan coalitions.

In Washington state, for example, a promising bill reducing minimum lot sizes passed the House with overwhelming bipartisan support and a Republican lead author in a blue state. The law, unfortunately, got bottled up in the Senate, but these kind of intra-elite issues are solvable in principle. In New York, in contrast, Governor Kathy Hochul’s splashy 2023 housing reform effort failed in a way that may be unfixable. She’s the Democratic governor of a blue state, so she tried to build a partisan coalition that paired upzoning with other progressive housing reforms. Republicans attacked the package, the politics got dicey, and vulnerable Democrats started to bail. The package not only failed, but unlike the version in Washington state, the whole approach may be irredeemable. There simply isn’t enough public support for upzoning to be done on a party-line basis.

There is, however, one potential exception.

The research indicates that there is a lot of support for zoning reforms designed to facilitate “affordable housing for middle-income households.” The policy landscape is littered with so-called “inclusionary zoning” policies that aim to accomplish this. Unfortunately, as a new report from the UC Berkeley Terner Center for Housing shows, these policies mostly serve as regulations that further constrain the overall supply of housing.

This is a potentially fixable problem of policy design. Inclusionary zoning customarily requires a share of units to be rented out so cheaply as to be uneconomical to build. It then also requires that only certain households be eligible for the units, which both limits the number of people who can benefit and requires incredible amounts of paperwork.

One could imagine policies that fit the same high-level description while being dramatically simpler. What if any unit that’s cheaper than the average new unit in the area counted as “affordable,” and the project were then given an express lane to permitting, exemption from parking requirements, and authorization to build taller? Conventional “affordable” housing policies use metrics like 80% of area median income to define eligibility. But in other contexts it’s acknowledged that a family earning a good bit more than that is still middle class. Biden’s tax policy proposals define anyone who earns less than $400,000 — over four times the median household income — as middle class. Housing policy could be equally elastic.

Granted, these kind of limitations are not really good economics. It’s pretty clearly established that even the most upscale new developments improve overall affordability. But the important thing is to maximize supply given the constraints of politics and public opinion. As long as we take a reasonably flexible view of affordability, Americans can have a lot more new affordable housing.

[Betancourt]

OFF-TOPIC de DOMINGO
Interesante:



OFF-TOPIC /OFF

Sudden, le copio abajo el enlace correcto al pdf, para que reedite su post antes de que empecemos todos a llamarle como Mario Draghi al presidente...

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1369173.pdf

P.D. ¿Un Cernunnos es a un proto-Shiva como un galápago es a una tortuga? ¿Qué clase de tortuga?

[Derby]

https://awealthofcommonsense.com/2024/05/the-new-normal-in-housing-prices/

The New Normal in Housing Prices

(...)First-time homebuyers would love to see pre-pandemic prices and mortgage rates again. We might get lower mortgage rates in the future but I wouldn’t hold your breath on prices.

While Jack figured out a way to get back to the island in Lost, we’ve likely entered a new normal for housing prices.

We’re likely not going back.

Lance Lambert at ResiClub looked at home price growth by decade going back to the 1990s:



We’ve essentially pulled forward a decade’s worth of growth into a few short years in the 2020s.

Point 2 Homes looked at the largest cities in the U.S. to determine how long it has taken homes in those areas to double in price. Nearly 70 cities have seen their prices double in less than 10 years.

It took less than five years for housing prices to double in Detroit, and it took just six years for them to double in Miami, Tampa, Baltimore, and Scottsdale.

Here’s the list of the fastest growers:



I’m not saying prices can’t or won’t fall. They can and probably will in certain areas. It’s just impossible to see a complete retracement of prices back to the pre-pandemic days.

Not only are prices higher, but replacement costs are higher. Wages in the construction industry are higher. Then there are those tens of millions of millennials who are in their household formation years.

Plus people don’t simply sell their homes for firesale prices just because. This is especially true when you consider nearly 40% of all homeowners have their house paid off free and clear:



And the majority of people who do have mortgage debt have it at favorable borrowing costs of less than 4%:



Short of an asteroid strike2 or a generational financial crisis, we’re not going back.

Maybe prices will stagnate for the rest of the decade. They could even go a little lower in certain areas. Hopefully rates will come down in the years ahead to make the borrowing costs easier to stomach.

The good news for homeowners is that your house is now worth a lot more than it was when you bought it.

The bad news for homebuyers is that your new house is going to cost a lot more than it did just a few short years ago.

Get used to the new normal of higher housing prices.

Michael and I talked about crazy high housing prices, Lost and much more on this week’s Animal Spirits video:

https://www.youtube.com/watch?v=EpI4o47NljA

[Cadavre Exquis]

https://twitter.com/KobeissiLetter/status/1786802830445289963

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://twitter.com/KobeissiLetter/status/1786824512488751364

Saludos.