Donde esté un zulito en un pueblo de aquí al lado, de donde venimos todos los vascos, que se quite lo demás. Eso sí: bien bonita, ¿eh? Con su huertecito, su txoko para hacer cenas, si se puede piscina, y su garaje para un par de SUVs, que estamos en el campo. Y en propiedad, que alquilar es tirar el dineroGenial resumen: en el fondo todo consiste en una lucha por mi terruño o por mi pisito. Faltaría quizá introducir en la historia el auge del separatismo catalán, que en su reivindicación económica no hace sino que poner de relieve los privilegios forales vascos. ¿no?