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1) Cerrar fronteras o imponer confinamientos no es lo mismo que restrinbgir selectivamente el tráfico aéreo. Comparas peras con manzanas.
2.a) No nos las hemos puesto 24/7 y lo sabes. De hecho, se suele observar que tendemos a llevarlas en el exterior - donde se nos ve - y quitárnoslas en espacios cerrados - donde nos sentimos menos a la vista. Nos las ponemos donde hay menos riesgo de contagio y nos las quitamos donde hay más riesgo de contagio.
2.b) No hay ningún estudio que haya demostrado la efectividad de la mascarilla ni ningún estudio que haya demostrado su falta de efectividad. Por tanto, ante las grandes ventajas y escasas desvantajas potenciales de llevarla, y ante las escasas ventajas y grandes desventajas potenciales de no llevarla, en ausencia de datos y estudios, mejor llevarla.
Quizá no nos hemos expresado bien. Nos referimos a que el virus parece transmitirse mucho más a través del aire (por aerosoles o gotículas generados por personas infectadas) y por contacto directo que no por contacto indirecto. Por tanto, distancia, higiene y mascarilla tienen sentido. La OMS no sostuvo esto al principio.
Lurker,Resumiendo:Creo que estamos de acuerdo en cuanto al tráfico aéreo. Nosotras nos referíamos, efectivamente, a qué hacer en enero y principio de febrero de 2020, cuando - viendo la evolución de las curvas, los saltos de casos fuera de China y la falta de conocimiento que se tenía entonces sobre el virus - lo más lógico hubiese sido restringirlo. Pero justo ahí la OMA se puso estupenda y dijo que era exagerado En cuanto a las mascarillas, no nos ponemos de acuerdo por una razón un poco absurda a nuestro juicio. Cuando defendemos el uso de mascarilla, en ausencia de evidencia, defendemos el uso ADECUADO de la mascarilla. Pensábamos que esto era de cajón. Pero vemos que todas tus críticas no son, en realidad, a las mascarillas, sino a su mal uso y a su mala comunicación, sobre todo en casos como el de España. Pero hombre, cuando uno se opone a algo, se opone al uso racional y adecuado de ese algo. Estar en contra del cinturón de seguridad porque en Chiquitistán lo usan alrededor de las pantorrillas, no es estar en contra del cinturón de seguridad, es estar en contra de la subnormalidad imperante en Chiquitistán.
Estoy por motivos de trabajo en Corea del Sur, ......
Cita de: sirou en Octubre 26, 2020, 03:13:14 amEstoy por motivos de trabajo en Corea del Sur, ...... visto que hacernos chinos no gusta, ¿nos hacemos coreanos?, ¿o quizas japoneses?
https://elpais.com/sociedad/2020-10-26/el-factor-k-por-que-importa-donde-nos-infectamos.htmlThis. Por fin, CLÚSTERS. Me cago en sandiós."Un 10% de contagios puede ser responsable del 80% de los casos. En España solo el 12% de los positivos se asocia a brotes conocidos.""Japón es uno de los países que ha centrado su estrategia en la identificación detallada de cada cluster."Lectura obligatoria.Buscar asintomáticos es una estrategia de mierda.Ruego disculpen mi vocabulario, llevo ya un tiempo queriendo arrancarme la cara. Miren estos hdlgp qué hacen mientras nos encierran a los demás:https://twitter.com/electo_mania/status/1321026016173850624?s=19
Que conste que estoy en total desacuerdo con la gestión que estamos haciendo del covid en España y de acuerdo con lo que dice el artículo.
JPEG - 32.9 KBEl presidente francés, Emmanuel Macron, designó a dos periodistas estelares de las televisoras France2 y TF1 para que lo entrevistaran sobre la epidemia de Covid-19. Durante la entrevista, Macron anunció la imposición de un toque de queda como medida sanitaria. Varios países occidentales estiman que están enfrentando una nueva ola epidémica de Covid-19. La ciudadanía, que ya ha sufrido mucho –no tanto por la enfermedad como por las medidas adoptadas para protegerla del virus– acepta difícilmente la imposición de nuevas medidas de orden público bajo un argumento sanitario. Momento apropiado para que analicemos los comportamientos. Los gobernantes saben que van tener que rendir cuentas de lo que han hecho y lo que no. Ante la enfermedad y más aún debido a esa presión, se han visto obligados a actuar. ¿Cómo han concebido su estrategia?Para elaborarla se han apoyado en los consejos de especialistas (médicos, biólogos y expertos en estadísticas). Entre estos especialistas apareció de inmediato una división en función de sus disciplinas respectivas. Surgieron oposiciones entre los expertos de materias diferentes, de manera que los gobernantes siguieron trabajando sólo con algunos de ellos. Pero, ¿qué criterios aplicaron los gobernantes para determinar con cuáles expertos seguirían trabajando? Muchos puntos de incertitudEn muchos países, la opinión pública está convencida de:- que el virus se transmite por microgotas de fluidos provenientes de la vías respiratorias;- que la contaminación puede evitarse mediante el uso de mascarillas quirúrgicas y manteniéndose a una distancia de al menos 1 metro de sus interlocutores;- que es posible diferenciar las personas sanas de las personas enfermas recurriendo a los tests PCR. Pero resulta que los especialistas son mucho menos afirmativos. Algunos incluso afirman lo contrario:- que el virus se transmite principalmente no por las microgotas de fluidos de las vías respiratorias sino a través del aire que respiramos;- que, por consiguiente, las mascarillas quirúrgicas y el “distanciamiento social” no sirven de nada;- que los tests PCR realizados no miden los mismos parámetros en dependencia de los laboratorios, lo cual implica que las estadísticas basadas en esos resultados son como sumar manzanas y peras. O sea, a pesar de los mensajes tranquilizadores de las autoridades, aún reina la mayor confusión sobre las características de esta epidemia. ¿Qué hacer?Los gobernantes estaban ante un problema nuevo, sin disponer de ningún tipo de formación profesional que los hubiese preparado para enfrentarlo, así que recurrieron a especialistas. Si bien los primeros especialistas les aportaron consejos claros, todo se hizo más complicado cuando otros especialistas comenzaron a contradecir a los primeros. Los gobernantes eminentemente políticos sólo podían reaccionar en función de su experiencia como políticos. Con el tiempo y la edad han aprendido a proponer algo un poquito mejor que el adversario político –por ejemplo, un aumento de 0,6% del salario básico en vez del 0,5% que propone el adversario–, y a encontrar después alguna excusa para justificar el no cumplimiento de su promesa. La epidemia los agarró desprevenidos y estos políticos se lanzaron a querer hacer más que sus vecinos –tratando de demostrar su propia superioridad. Lo que hicieron sobre todo fue esconder su propia incompetencia recurriendo a medidas autoritarias. Los gobernantes tecnócratas sólo podían reaccionar siguiendo la experiencia de su rama burocrática ante catástrofes de gran envergadura. Pero es difícil adaptar a una crisis sanitaria la experiencia adquirida frente a inundaciones o terremotos. Por reflejo, estos gobernantes se volvieron hacia las administraciones de salud pública que ya existían. Pero los responsables políticos ya habían inventado nuevas estructuras que acabaron haciendo lo mismo que las que ya existían porque nadie fue capaz de precisar las competencias o funciones de cada una. En vez de unirse en un esfuerzo común, cada cual trataba de preservar su propio “espacio”. Si los gobernantes hubiesen sido electos teniendo en cuenta su grado de autoridad personal –o sea, tanto por su firmeza como por su grado demostrado de interés por el bien de los demás– habrían enfrentado el problema en función de su nivel cultural. En ese sentido, los gobernantes sabían que los virus necesitan a las personas que infectan para vivir. Por muy mortal que pueda ser el Covid-19, durante las primeras semanas de su aparición no iba a acabar con la humanidad sino más bien iba a adaptarse a los seres humanos, su letalidad descendería rápidamente y ya nunca habría otro “pico epidémico”. La idea de una «segunda ola» les parecía altamente improbable. Nunca, desde que la ciencia comenzó a diferenciar los virus de las bacterias, nunca se ha observado una enfermedad viral en varias “olas”. Lo que estamos viendo ahora –en Estados Unidos, por ejemplo– no son pequeñas olas adicionales sino la llegada del virus a nuevas poblaciones a las cuales no se había adaptado aún. La acumulación nacional de cantidades de enfermos esconde una repartición geográfica y por sectores sociales. Por otro lado, al no saber cómo se transmite el virus, los gobernantes supondrían que lo hacía como todas las demás enfermedades respiratorias: no a través de microgotas de fluidos de las vías respiratorias sino por el aire que respiramos. Y también habrían sabido que en todas las epidemias virales la mayoría de los decesos no es imputable al virus mismo sino a las enfermedades oportunistas [1]. Por consiguiente, esos gobernantes no habrían recomendado desinfectarse las manos sino simplemente lavárselas con la mayor frecuencia posible. Y habrían velado por la instalación de puntos donde hacerlo. Esas son, por cierto, las 2 medidas principales que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejó desde el principio de la epidemia… antes de que la histeria tomara el lugar de la reflexión. Nada de mascarillas quirúrgicas, desinfecciones o cuarentenas y menos aún decretar el confinamiento de personas sanas. La ciencia no da respuestas definitivas,sólo va eliminando preguntasLa manera como se puso en escena a los científicos es muestra de una evidente incomprensión de qué es la ciencia. La ciencia no es una acumulación de saberes sino un proceso de obtención del conocimiento. Acabamos de comprobar que el espíritu científico y la práctica actual son casi incompatibles. Es absurdo exigir a científicos que sólo comienzan a estudiar un virus, su modo de propagación y los daños que puede causar, que pongan remedio a lo que todavía no conocen. Y es cuando menos pretencioso que ciertos científicos se atrevan a “responder” a tal pedido. Un cambio en el seno de la sociedadEn el momento de la aparición de este virus, la adopción de ciertas medidas podía explicarse como resultado de errores de apreciación. Por ejemplo, el presidente francés Emmanuel Macron inició la práctica del confinamiento generalizado bajo la influencia de las estadísticas catastrofistas del británico Neil Ferguson, del Imperial College of London [2]. Ferguson auguraba al menos 500 000 muertos y hay 14 veces menos, según cifras oficiales de las que ya se sabe que están por encima de la realidad. Retrospectivamente, resulta que la grave transgresión de las libertades que fue el confinamiento generalizado no estuvo justificada por los hechos. Sin embargo, la decisión de imponer un toque de queda, tomada meses después del confinamiento generalizado, es imposible de entender de parte de Estados democráticos: todos han podido comprobar que este virus ha resultado mucho menos letal de lo que se temía y que la etapa más peligrosa ha quedado atrás. Ningún dato actual justifica tal embestida contra las libertades. El propio presidente Macron ha justificado el toque de queda en Francia hablando de una “segunda ola” que no existe. Si en este momento se basa en un argumento tan poco convincente… ¿cuándo levantará esa medida? Los hechos demuestran que esta vez no se trata de un error de apreciación sino de una política autoritaria que se quiere justificar invocando una crisis humanitaria [3].Thierry Meyssan
Moncloa se replantea su participación en actos públicos tras un evento con 4 ministros las imágenes donde se puede a ver a algunos invitados sin mantener la distancia de seguridad y otros sin mascarilla.https://www.elconfidencial.com/espana/2020-10-27/evento-ministros-eventos-actos-publicos-moncloa-gobierno_2808323/
CitarMoncloa se replantea su participación en actos públicos tras un evento con 4 ministros las imágenes donde se puede a ver a algunos invitados sin mantener la distancia de seguridad y otros sin mascarilla.https://www.elconfidencial.com/espana/2020-10-27/evento-ministros-eventos-actos-publicos-moncloa-gobierno_2808323/
Covid-19: los anticuerpos disminuyen rápidamente después de la infecciónUn estudio afirma que la inmunidad al covid-19 puede ser de corta duración y arroja nuevas dudas sobre la idea de que una población pueda desarrollar la inmunidad colectiva de forma naturalhttps://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-covid-19-anticuerpos-disminuyen-rapidamente-despues-infeccion-202010271408_noticia.htmlLos resultados del estudio REACT-2, difundidos ayer por investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido), son una nueva evidencia que muestra que la inmunidad al covid-19 puede ser de corta duración y arrojan más dudas sobre la idea de que una población pueda desarrollar la inmunidad colectiva de forma natural.El estudio sugiere que la respuesta del sistema inmunológico al virus es similar a su reacción a la gripe y otros coronavirus como el resfriado común, que se pueden contraer anualmente.«Es un nuevo contratiempo para la idea de que la inmunidad colectiva se puede lograr mediante la inmunidad natural», dijo Helen Ward, profesora de salud pública en Imperial y coautora del estudio.Los datos van en la misma línea de otros estudios publicados en China, Reino Unido y EE. UU., que encontraron que los niveles de anticuerpos de las personas que había tenido covid-19 disminuyeron dos meses después de la infección.En este caso, el equipo del Imperial College descubrió que el número de personas que dieron positivo en anticuerpos se redujo en un 26% entre junio y septiembrene comparación con los datos obtenidos entre junio y julio.Por ello, aseguran que la inmunidad parece estar disminuyendo y existe el riesgo de reinfección.Hasta ahora, más de 350.000 personas en Inglaterra se han realizado una prueba de anticuerpos como parte del estudio REACT-2. En la primera fase, a finales de junio y principios de julio, alrededor de 60 de cada 1.000 personas tenían anticuerpos detectables. Pero los nuevos datos, de septiembre, indican que solo 44 de cada 1.000 personas tenían anticuerpos.Además, la reducción fue mayor en las personas mayores de 65 años y en aquellos sin síntomas.El informe muestra también que el número de profesionales de la salud con anticuerpos se mantuvo relativamente alto, lo que los investigadores interpretan que puede deberse a la exposición regular al virus.Pero esto no quiere decir, forzosamente, que no se esté protegido frente a una nueva reinfección, porque a día de hoy no se sabe exactamente qué significa la caída de anticuerpos para la inmunidad. Hay otras áreas del sistema inmunológico, como las células T, que también pueden desempeñar un papel.Sin embargo, los investigadores advierten que los anticuerpos tienden a ser muy predictivos de quién está protegido.Los investigadores dicen que sus hallazgos no frustran las esperanzas de una vacuna, que puede resultar más eficaz que una infección realHay otros cuatro coronavirus humanos, que contraemos varias veces a lo largo de nuestras vidas. Causan síntomas de resfriado común y pueden volver a infectarnos cada seis o 12 meses.Paul Elliott, director del estudio REACT-2, dijo a BBC que no sería correcto sacar conclusiones firmes del estudio sobre el impacto de una vacuna. «La respuesta a la vacuna puede comportarse de manera diferente a la respuesta a la infección natural», añadió. Aunque, continuó, que es posible que algunas personas necesiten dosis de refuerzo para aumentar la inmunidad que se desvanece con el tiempo.