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LA REBELIÓN DEL VIADUCTO En 1937 Klee pintó uno de sus cuadros más famosos. Hoy en día puede ser admirado en la Kunsthalle de Hamburgo. Los estudiosos están de acuerdo en que se trata de un cuadro de contenido histórico o político. Sin embargo, las opiniones divergen en cuanto a la interpretación de su significado. En 1937 había tenido lugar en Munich la exposición “Arte degenerado”. Cinco óleos, nueve acuarelas y tres grabados de Klee se encontraban entre las obras allí expuestas. Poco después fueron confiscadas 102 obras suyas de los museos alemanes. Klee nunca se manifestó por escrito acerca de estos dos hechos. En 1937, Klee volvió a pintar tras haber sido obligado por su enfermedad a hacer una pausa que duró un año. El cuadro al que entonces dedicó más tiempo fue Revolución del viaducto. Existen cinco versiones de la obra; la versión que nos ocupa es la última de la serie. Klee nunca mostró en público el cuadro. Se dio a conocer por primera vez en la exposición conmemorativa organizada en Berna en 1940. El fondo del pequeño cuadro de formato alto está pintado en azul monocromo, que en algunos lugares adquiere matices violeta. En él vemos unos arcos de puente de diversos colores y tamaños que avanzan hacia el espectador. No marchan en fila, sino más bien en corro desordenado. Los diferentes tamaños y colores subrayan la impresión de desorden. No obstante, las interpretaciones coincidieron durante mucho tiempo en afirmar que Klee había querido mostrar la amenaza que encierran los movimientos en masa. Así, los arcos marchan “presagiando una desgracia en dirección del espectador” (Geelhaar), un mundo que ha logrado su madurez es pisoteado y reducido a ruinas (Hauftmann), Schmidt ha querido ver en los arcos una cohorte de camisas marrones. En un artículo de 1987, Werckmeister ha puesto en tela de juicio -a mi modo de ver, con razón- estas interpretaciones. Estos arcos de puente -de color amarillo, naranja, rosa, rojo, achaparrados unos, altos y esbeltos otros, dotados de “piernas” de diverso grosor -no representan “un movimiento totalitario de masas”, cuya característica principal es justamente la uniformidad y la ausencia total de perfiles individuales. Aquí se trata claramente de individuos diferentes. La penúltima versión del cuadro la intituló Klee Puentes saliéndose de la fila. Este título de un dibujo muy semejante al cuadro, alude a una ruptura del orden. La construcción de puentes cobró un significado particular desde el momento en que el gobierno nacional-socialista se dedicó a ampliar sistemáticamente la red de autopistas. Los arcos debían ordenarse en fila, su altura y anchura regulares expresaban conformidad. En el cuadro de Klee, los arcos han cesado de obedecer. Rehusan ser un mero eslabón de cadena, cada uno quisiera estar por su propio pie. Por ello abandonan la fila y hacen una “revolución”. Cada uno por su cuenta -no en marcha acompasada- se dirigen hacia el espectador. Son conscientes de su fuerza en virtud a su superioridad numérica. Si algo quisieran pisotear, es el orden que quiere forzarlos al conformismo. El cuadro es, con todo su cariz amenazante, una declaración de guerra al nacional-socialismo, que con tanto éxito había reprimido en el arte toda individualidad que no se deja nivelar.
Venga,mi idea...El final de un tunel hacia algo desconocido...
Seré sincero: veo mucho de estructural pero poco de transición. ¿Tenemos algún diseñador por aquí con alguna idea?
Miren en los billetes de €.
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