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(Sudden) Yo ya no se como EXPLICARLO...(Pedrito) -- Quiero un baneo discretito*... estoy cansado.(Pedrito) *) Uno que parezca un accidente.(Sudden) -- Er... aquí no se banea nunca... (Salvo cuando alguien dice la palabra clave: kaka.)(Peddrito) -- kaka.(Sudden) -- Ya, pero es que son dos veces... no sea que haya errores.(Pedrito) -- kaka, kaka... & kaka!(Sudden)-- (CON GRANDES ASPAVIENTOS)(Admins) -- Oh, oh... ¡Ha dicho k-a-k-a! (Admins) (Redoble RRRRRRRRRRRRrrr...)(Admins) System Error: Kaka (321.. Fetched.. ok.)(Admins) Bye.(Sudden) [ Capisci. ]---
El equipo de Administradores os informamos que Pedrito nos ha pedido que le baneemos. Lo ha hecho utilizando el vocablo [Mierdrizd] en el foro, no sólo una sino dos y tres veces para que no quedara duda. Tras consultar en la cumbre, los Administradores hemos decidido atender su petición, en virtud del artículo único que para la ocasión los Administradores hemos promulgado y que reza así: decir [Mierdizd] en el foro se interpretará como una demanda formal de baneo administrativo.
EL MODELO QUE MUERE ENCIERRA UN CONFLICTO INTERGENERACIONAL Y EL QUE VIENE ESTARÁ PLANIFICADO CENTRALMENTE.—¿Por qué hemos llamado "Next Generation-UE" al Rerrescate-UE?
La economía productiva tiene que ser liberada de la obligación de financiar vía salarios las aventuras con 'tokens' no fungibles de los trabajadores.Las rentas salariales tienen que volver a ser suficientes para financiar la subsistencia y reproducción de la mano de obra.
«Pues que sepas que 'los mercaos y los hactibos' están normales y que lo único anormal que hay aquí eres tú, que te dejas comer el tarro por profetitas apocalípticos».
4 reasons the housing market will cool down and settle into a long and sustainable boom, Jefferies saysThe housing market's hot streak will soon evolve to slower, more sustainable growth, Jefferies said.A historic supply shortage and massive demand sent prices soaring through 2020.A construction comeback and generational aging can fuel a steadier expansion, the firm said.The homebuying sprint seen throughout the pandemic will soon give way to a long and healthy jog, Jefferies analysts said Thursday.The dramatic housing-market boom of 2020 simply can't last. The surge in home sales has left mere months of supply left, and contractors are struggling to keep up. Prices leaped at the fastest rate since 2006 in February, and while the pace of sales has slowed, it remains at historically elevated levels.Meanwhile, the median house price has kept setting records, putting affordability more and more out of reach. For much of the boom, mortgage rates were falling to new lows south of 3%, but that trend has reversed in 2021, presenting another affordability challenge for prospective buyers. Jefferies expects those dynamics to rein in the rally and set the stage for sustainable and inclusive market growth, it said."The pandemic has been the catalyst for many buyers that were on the sidelines, pushing homeowners and renters to reevaluate their living quarters and driving the surge in demand," the team led by Philip Ng said, adding that new volatility stood to derail the market's momentum.Here are the four trends contributing to a shake-up in the housing market's growth, according to Jefferies.(1) Construction will catch upPerhaps the biggest constraint on the housing market is its meager supply, but the supply-demand gap should spur a correction. The construction industry underbuilt for more than a decade after the housing market sparked the global financial crisis. The weak building activity led to a shortage of 2.5 million homes, but activity seen over the past year stands to change that, the team said.The shortage now serves as "an opportunity for homebuilders to pick up incremental demand," the team added. Jefferies estimated another 1.8 million homes would need to be built to balance out the market.(2) Millennials reaching peak buying ageContractors will also ramp up building to match nascent demand from millennials, the firm said. Homeownership rates begin to rise with 25- to 29-year-olds and accelerate further for 30- to 34-year-olds as people get married and start families.The population of 25- to 34-year-olds is 9% larger than the 35- to 44-year-old group, signaling to homebuilders that a wave of demand is on the horizon. The bank's modeling suggests monthly housing starts will land between 1.7 million and 2 million through 2024, markedly higher than the February reading of 1.4 million.(3) Home inflation set to coolExpectations for stronger inflation contributed to soaring lumber prices over the past year. Costlier building materials were estimated to be adding $24,000 to the cost of every new home, further boosting prices amid the supply shortage.That pressure will soon be alleviated as the economy reopens and commodity-price inflation moderates, the team said. Futures contracts suggest lumber prices will sink 26% through 2022, just as construction picks up to match robust demand, it added.(4) Interest rates have room to runMortgage rates have only recently started swinging higher after tumbling to record lows through 2020. The reversal stands to cool the market's buying spree as borrowing costs rise, but it won't halt purchases in their tracks, according to Jefferies.For one, mortgage rates still sit at relatively low levels. The average 30-year fixed mortgage rate stood at 3.13% this week. Rates haven't had a cooling effect on housing-market growth since 2018 when they reached 5%. A pickup in supply could perfectly coincide with higher but not stifling mortgage rates, the analysts said. "With supply improving from new construction and more homes likely being listed to capitalize on elevated home prices and vaccine availability, we see home price appreciation moderating," they added.
Biden pide un cambio de paradigma en la fiscalidad corporativa global(...) “Las empresas ya no van a poder esconder sus ingresos en paraísos fiscales como las islas Caimán o las islas Bermudas”, aseguró Biden esta semana en una comparecencia en la Casa Blanca en la que defendió su propuesta para reformar la fiscalidad corporativa en Estados Unidos, un plan que ha extendido al G-20 con vistas a crear un tipo mínimo del impuesto de sociedades a escala global. De resistirse a cualquier medida internacional que cuestionara la soberanía fiscal de los países, Washington ha pasado a proponer un cambio de potenciales efectos “sísmicos”, según Biden, en la forma en que operan las multinacionales.Además de proponer subir del 21 al 28% el impuesto de sociedades en Estados Unidos, que era del 35% cuando Trump llegó al poder), y elevar del 10,5% al 21% el gravamen sobre los beneficios obtenidos en el extranjero, el plan de la Casa Blanca incluye una tasa mínima del 15% que se aplicaría a todos los beneficios incluidos en la declaración financiera a sus inversores, independientemente de donde tributen.De sacar adelante el plan, las multinacionales se quedarían teóricamente sin incentivos para asignar parte de sus beneficios a paraísos fiscales o jurisdicciones con tipos especialmente bajos, como los citados por Biden o Irlanda, por ejemplo, que ofrece un 12,5% frente al 21% que se aplica de media en la Unión Europea. Las empresas tecnológicas son las que más facilidades tienen para, simplemente sobre el papel, mover sus ingresos entre países en busca de la fiscalidad más ventajosa y gigantes como Amazon no pagan prácticamente ningún impuesto federal, denuncia la Casa Blanca.(...)
De “grandes propietarios” y los conceptos borrososLa falta de viviendas de alquiler se ha convertido en un problema de primera magnitud en España cuando, a partir de la crisis hipotecaria, ha surgido una demanda como pocas veces antes habíamos conocido. Necesitamos más oferta de alquiler para acercarnos a estándares europeos -los hogares en alquiler en España eran, el año 2017, el 22% del total, frente a una media del 33% de los países de la Europa occidental- y para, con ello, poder atender las nuevas necesidades de vivienda y evitar que la fuerte presión de demanda ante una escasa oferta se traduzca en inflación de precios.Según el Diario.es, entre los años 2015 y 2019 se han registrado en el catastro de España 666.321 viviendas de nueva construcción, de las que el 37% pertenece a un “gran propietario”, “considerando que este sea una persona o empresa con más de cinco inmuebles de uso residencial”, lo que supone un significativo aumento de este tipo de propietarios respecto del 26% de la etapa 2008-2014.Parece que esta evolución causa alarma sobre el riesgo de que nuestro mercado inmobiliario vaya a ser copado de forma voraz por “grandes propietarios” que serían capaces de actuar cada vez más monopolísticamente, controlándolo y determinando sus reglas de juego. Pero, en realidad, nos hallaríamos ante una noticia excelente puesto que los propietarios que registran más de cinco viviendas, sin ninguna duda las van a destinar al alquiler. Es decir que el aumento del porcentaje de estos llamados “grandes propietarios” significaría que están creciendo, por lo menos en proporción, las nuevas viviendas en alquiler. Y este es, precisamente, el primer gran objetivo social a conseguir en España.Necesitamos más oferta de alquiler para acercarnos a estándares europeosPero, si esto es así ¿a qué viene este recelo ante el “gran propietario”? ¿Es que acaso pensamos que alcanzaremos a cubrir el enorme gap que tenemos en materia de oferta de alquiler con promotores de menos de cinco viviendas, a que se refiere Diario.es, o de menos de diez o quince viviendas, que son los límites marcados hoy por la legislación existente para los “grandes tenedores”? Lógicamente este tipo de promotores no va a existir por absoluta inviabilidad de proyectos de esta reducidísima escala.De hecho, la focalización de la mirada social hacia y contra los “grandes propietarios” se debe a cuatro fenómenos de entrado el siglo XXI: 1. La disposición por parte del sector financiero, a partir de 2008, de un parque enorme de viviendas de nueva construcción vacías que incumplen su función social de dar alojamiento a la población. 2. La opción de resolver la crisis de solvencia de muchas familias hipotecadas, con ejecuciones hipotecarias y desahucios, en lugar de haber activado quitas de las deudas y haber mantenido a estas familias en sus viviendas. 3. La entrada de inversionistas - ya desde los años de la burbuja- en el mercado más desvalorizado comprando edificios de viviendas y acosando a los residentes vulnerables para expulsarlos. 4. La venta de viviendas del parque público a inversionistas con conculcación de los derechos de los residentes. Cuatro fenómenos que han sido y son atentados flagrantes contra el derecho a la vivienda. Practicados, mayoritariamente, por grandes operadores (financieros o fondos de inversión) con total opacidad.El sufrimiento insoportable de las más de 600.000 familias que han perdido su vivienda por problemas de dificultad de pago explica la animadversión social generalizada hacia este tipo de grandes operadores. De nada sirven los loables programas sociales que algunos de ellos han ideado y desarrollado, manteniendo en su parque familias vulnerables, dándoles acompañamiento social y propiciando su reinserción laboral. El daño global ha sido excesivo y estas iniciativas por si solas no son suficientes para revertir la mala reputación de este sector.Y, lo que es peor, estas malas praxis y este gran daño causado han dado pie a la banalización del concepto de “grandes propietarios”, atribuyendo a todos los proveedores de alquiler por encima de 10 o 15 viviendas iguales culpabilidades que las de los que cometieron y cometen aún los atropellos.En España la atomización y el pequeño tamaño medio son las señas de identidad del mercado del alquilerEn España la atomización y el pequeño tamaño medio son las señas de identidad del mercado del alquiler: en la ciudad de Barcelona los propietarios con menos de 10 viviendas aportan casi el 70% del total, y del restante 30%, el mayor gran tenedor es el Ayuntamiento, con 7.000 viviendas y el resto son 2.300 empresas privadas, con una media de 29 viviendas cada una y la mayor con 1.300. Por ello es un error buscar claves de comprensión de nuestro mercado importando conceptos que tal vez encajan bien en otras latitudes pero no en la nuestra: en la ciudad de Berlín, el Ayuntamiento dispone de 260.000 viviendas y el mayor tenedor privado, de otras 110.000. Dos ceros a la derecha tal vez si justifican el concepto de “gran tenedor”…..Para no caer en arbitrariedades, establezcamos ya hoy estrictos diques de contención a las prácticas que atentan contra el derecho a la vivienda y su función social, sin importar el tamaño de los que las lleven a cabo. Y establezcamos pactos de concertación con todos los operadores para que ofrezcan alquiler asequible y social, estable en el tiempo, sean grandes, medianos o pequeños. Y no nos enredemos en debates estériles y contraproducentes sobre la dimensión “ética” y borrosa de los operadores. Máxime cuando el establecimiento de categorías en función del tamaño tiene dos efectos perversos: desviación de viviendas del alquiler a la venta y desdoblamiento artificial de organizaciones empresariales de mayor a menor tamaño para eludir la ley; es decir, aún mayor reducción y oscurecimiento del mercado.Y, de cara al futuro, pensemos que necesitamos “grandes y medianos operadores”, los únicos capaces de producir los volúmenes necesarios de viviendas de alquiler. Empezando, lógicamente, por los operadores públicos que, a pesar del exiguo parque de vivienda de alquiler público de España –alrededor del 1,5% del total, frente a una media europea del 15%- son los mayores “grandes propietarios” del país; siguiendo con los operadores sin ánimo de lucro que se abren paso en un mundo que les es poco propicio; y acabando con los operadores privados que están dispuestos a jugar la misma partida que el resto siempre que se establezcan unas reglas del juego que garanticen el necesario equilibrio entre función social y rentabilidad. En estos tres tipos de promotores hay coincidencia en la necesidad de que la vivienda de alquiler sea asequible –segundo gran objetivo social de España-, trabajando para ello sobre suelos públicos o protegidos o con ayudas de la administración al promotor o al inquilino, es decir que se tratará de viviendas cuyo precio no vendrá marcado por el mercado sino oficialmente por los planes de vivienda, por lo tanto, sin riesgo de inflación.Empecemos a acostumbrarnos, pues, a considerar a los grandes – en nuestro caso, a lo sumo medianos- operadores como aliados de futuro del sector público y, tal como advertía Sancho, no como “gigantes” contra los que hay que luchar, si no como aquellos “molinos de viento” con los que establecer pactos ya “que sus brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino”. Lo importante es la harina que salga de estos molinos, es decir, no quienes son, sino las viviendas que estén dispuestos a ofrecer.