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Autor Tema: A brave new world: La sociedad por venir  (Leído 376101 veces)

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pollo

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #165 en: Diciembre 02, 2012, 14:29:29 pm »
Por cierto, se me acaba de ocurrir un ejemplo muy cotidiano y chorras, pero real. ¿Qué pasa con los perros de "pura raza"? Efectivamente. Se potencian ciertas características que nuestro criterio caprichoso considera "deseables". En vez de hacerse con manipulación genética se hace mediente selección reproductiva en X generaciones.

¿Y cual es el resultado? Pues que tenemos perros especializados en tal o cual cosa, pero con un montón de problemas de salud, de carácter y con múltiples achaques a edades tempranas porque el sistema como un todo funciona peor. Los perros "mejores" genéticamente hablando al final son los chuchos sin raza concreta o las razas que tienen características más genéricas. Todo apunta a que no se puede tocar una característica sin afectar a las demás, porque la relación no es un gen->una característica, sino que afecta a varias cosas. Y eso sin contar con factores epigenéticos y consecuencias indirectas.
Al final yo creo que la búsqueda de esa "perfección" genética es una entelequia, porque para empezar no se puede definir cómo es esa perfección (la adaptación al medio depende de las circunstancias, e incluso en el mundo humano hay una gran variedad de ellas). Además, por supuesto, se sigue pensando de forma garrula que la genética lo define todo, cuando ya está claro hace bastantes años que el entorno, el crecimiento y las experiencias influyen tanto o más, en especial en los humanos que podemos escaparnos al instinto con entrenamiento (educación).
« última modificación: Diciembre 02, 2012, 14:32:40 pm por pollo »

Spielzeug

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Re: Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #166 en: Diciembre 02, 2012, 16:37:36 pm »
El debate deberia ser, si hay o no alternativa el control genético como compensación a la falta de selección natural.
 Es un debate moral y etico que ha de abordarse antes o despues.

Creo que el ser humano ya tomo el control sobre su evolucion al intentar evitar la seleccion natural salvando a personas con desventajas geneticas que de otro modo hubiesen muerto. Es una desventaja? De no hacerlo se hubiesen perdido mentes brillantes como Stephen Hawkins... Es una ventaja entonces? Ni idea.

Intentar evitar la seleccion natural nos hace humanos, intentar controlarla nos hara creernos dioses (no entro a valorar si eso es bueno o malo)
Las palabras no son escuchadas, para eso se hacen los símbolos (etiquetas) y los tambores (pensamiento dicotomico) que se utilizan para concentrar y unificar los oídos y los ojos de los soldados.

Starkiller

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #167 en: Diciembre 02, 2012, 16:57:10 pm »
Yo no entraba en el tema de la selección genética porque lo que comento en el primer post, lo veo a bastante corto plazo. Y esta claro que a la selección genética de forma seria e industrial... aun le falta, al menos en mi opinión.

No obstante, la selección genética no es buena idea. La variedad genética nos protege. Dale cinco generaciones de selección (Lo que llevaría a homogenización y redducción del pool genético) y llega una epidemia que nos mata a todos.

Sunami

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #168 en: Diciembre 02, 2012, 18:04:08 pm »
Yo no entraba en el tema de la selección genética porque lo que comento en el primer post, lo veo a bastante corto plazo. Y esta claro que a la selección genética de forma seria e industrial... aun le falta, al menos en mi opinión.

No obstante, la selección genética no es buena idea. La variedad genética nos protege. Dale cinco generaciones de selección (Lo que llevaría a homogenización y redducción del pool genético) y llega una epidemia que nos mata a todos.

Por eso mismo igual es un punto interesante a considerar apoyar.  :biggrin:
"En el lenguaje está la ideología, en el lenguaje está el sesgo, las herramientas por las cuales nos dominan y nos convencen antes de que hayamos empezado a pensar"

tomasjos

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #169 en: Diciembre 03, 2012, 09:49:47 am »
Relacionado y mucho con la estructura social y económica que ya podríamos tener encima

http://www.cotizalia.com/opinion/perlas-kike-vazquez/2012/12/03/se-puede-crecer-de-forma-infinita-en-un-planeta-finito-7781/

La expectativa racional es que una vez terminada esta crisis sistémica los países afectados volverán a crecer como antaño, con cifras cercanas al 3% de forma sostenida en el tiempo. Dicho de otra forma, que una vez terminado este contratiempo todo volverá a girar y las cosas volverán a ser como antes. Pero, ¿y si no fuese así? ¿Y si la presente crisis no fuese “una más” y por la contra fuese “la crisis” que marcase un punto de inflexión con un antes y un después? Algunos indicadores que hoy veremos podrían ir en esa dirección.
 
Tradicionalmente el debate del crecimiento infinito se ha orientado a la energía; se extrapola al crecimiento un consumo de recursos naturales que serían finitos, marcando éstos por tanto un techo al desarrollo económico.  Mucho se ha debatido sobre el tema, unos ven un “peak oil” al que no podremos responder, otros recursos suficientes y nuevas formas de producción. Al final el debate no se reduce a los recursos naturales, se reduce a cuan infinita es la creatividad humana, esos son los verdaderos “recursos” de los que disponemos y de los que dependeremos para seguir creciendo o no.
 
El problema es que, siendo el energético el mayor reto existente, existen también otras tendencias preocupantes que podrían situar el escenario del “crecimiento cero” muy cerca. No sabemos la eficiencia que tendremos dentro de 20 años en el consumo energético, pero si tenemos por ejemplo una imagen bastante precisa de las tendencias poblacionales y por tanto de cuantas personas formarán parte de la fuerza laboral. Nos preocupamos por los recursos que consumirá en un futuro lejano una economía que crece al 3%, pero ¿y si no llegase a crecer así? Ese es el gran debate ahora mismo.
 
El PIB no es más que la suma de dos variables muy básicas: la población y la productividad. Si a una población de 100 trabajadores se le añaden otros 100 obreros realizando exactamente la misma tarea obtendremos el doble de “output”, si por la contra no añadimos a nadie pero esos 100 trabajadores multiplican por 2 su productividad ocurrirá lo mismo. Eso es el PIB, un número que varía en función de la población y su productividad. Por ello, ¿qué ocurriría de no aumentar ni la población ni la productividad? O yendo un poco más allá, ¿qué ocurriría si la productividad no fuese lo suficientemente alta para compensar el declive demográfico? La respuesta es crecimiento cero.
 

 
Esto es exactamente lo que se plantea uno de los inversores con más activos gestionados del mundo, Jeremy Grantham CIO de GMO una gestora con más de 97 mil millones de dólares AUM, en la última carta a sus clientes. Como puede verse en la gráfica anterior la población trabajadora del conjunto de países de la OCDE habría empezado a decrecer recientemente, es decir, esto no es un fenómeno de EEUU o de algún país en concreto (de hecho EEUU seguiría en positivo, quizá por los efectos migratorios), es un fenómeno que preocupa al conjunto de la OCDE.
 
Por otra parte en el pasado existiría una mayor incorporación de la mujer al trabajo, tendencia que habría tocado techo y por tanto limitaría el crecimiento de la población activa a su tendencia natural corregida por las migraciones. Pero es que además de tener a menos población trabajando, los datos también nos dicen que esa población trabaja menos horas a la vez que aumenta su renta. En concreto Grantham calcula que desde 1970 en EEUU se trabajarían cada año 3 horas menos y en la OCDE 7 horas menos.
 

 
La foto final es bastante clara, si el PIB aumenta gracias a la población o a la productividad, y la población trabajadora es cada vez menos y trabaja menos horas, ¿cómo podemos escapar del “crecimiento cero”? La respuesta es la productividad. ¿Y qué nos dice la tendencia histórica en la productividad? Pues nos dice que el ser humano es un ser que busca de forma innata la innovación, que por algún motivo buscamos la mejora continua año tras año, pero también nos dice que desde la Revolución Industrial los ratios de crecimiento no han vuelvo a ser los mismos. La siguiente gráfica es del profesor Robert Gordon de Northwestern.
 

 
El profesor Gordon cree que de no producirse otra “Revolución” la productividad futura tenderá a converger con su media histórica, un 0.2%, un ratio que señala una mejora continua pero que sería claramente insuficiente para mantener el modelo de crecimiento actual a flote. Sin duda los recientes cambios tecnológicos que estamos viviendo serían importantes, pero al parecer no tan grandes como lo fue en su momento la Revolución Industrial, y por tanto tendríamos que ir más allá para revertir la tendencia histórica.
 
Existen además dos factores que limitarían la productividad futura: la inversión y el sector servicios. La inversión sigue una tendencia claramente negativa en las últimas décadas, ¿existen menos oportunidades? ¿No es necesario invertir tanto? En cualquier caso el desembolso en inversión es una de las variables que se dice explican la productividad futura, y si la tendencia es negativa difícilmente podremos ver mayores incrementos.
 

 
Por otra parte es cierto que la economía puede crecer “infinitamente” en el sector servicios, y de hecho a medida que una economía se vuelve más rica tiende a concentrar una mayor parte de su crecimiento en servicios en lugar de dedicarlo a la industria. Existe un problema con ello y es que el sector servicios es mucho menos productivo que el manufacturero, en torno a un 50% menos.
 
Por tanto a medida que una economía se hace más rica trabaja menos horas, tiene menos crecimiento poblacional y limita su productividad por una mayor dependencia de los servicios. Teniendo en cuenta todos los factores anteriormente descritos Grantham calcula que el crecimiento potencial de una economía como EEUU sería inferior al 1% en los próximos 30 años, muy lejos del 3% que se esperaría extrapolando del pasado. En Europa las cifras serían aun peores.
 
Podemos pensar que se trata de una hipótesis lejana, pero otros inversores se están manifestando en la misma línea últimamente (1%... The New Normal Growth Rate?), y además tenemos un claro ejemplo de que el crecimiento puede terminarse en el caso de Japón. El PIB del país nipón en 1991 fue de 476 billones de yenes, el estimado para 2012 es de 474 billones; 21 años después nada ha cambiado. ¿Quizá llega un punto en el ciclo de vida de los países donde el crecimiento pasa a ser cero? ¿Quizá es la productividad marginal de la deuda la responsable de todo esto, pasando a ser negativa en occidente como lo fue en su momento en Japón?
 
O quizá, como opina Grantham, la asunción de deuda y las burbujas de los últimos años fueron instrumentos para camuflar el verdadero declive del PIB potencial. Según esta teoría la deuda no sería la responsable de lo que vemos, solo simples ramas que no dejarían ver el bosque, siendo la “big picture” que las propias fuerzas naturales de la economía nos habrían traído hasta aquí, y así seguirá siendo en el futuro con un crecimiento cero o cercano a cero. Una conclusión poco alentadora, pero en cualquier caso nos queda el consuelo de que el PIB nunca fue un buen indicador de la felicidad de la población, así que sean felices, que eso sí es lo importante.
La función de los más capaces en una sociedad humana medianamente sana es cuidar y proteger a aquellos menos capaces, no aprovecharse de ellos.

Y a propósito del tema, sostengo firmemente que la Anglosfera debe ser destruida.

TEOTWAIKI

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #170 en: Diciembre 03, 2012, 18:35:54 pm »
Citar
Una conclusión poco alentadora, pero en cualquier caso nos queda el consuelo de que el PIB nunca fue un buen indicador de la felicidad de la población, así que sean felices, que eso sí es lo importante.


Ni de la felicidad, ni del crecimiento, ni de la riqueza, ni na' de na'.

Y eso sin contar con que la mayoría de los países cocinan el dato hasta que queda rico, rico y sin fundamento  :roto2: (aunque habrá pocos que lo hagan como Ejpaña, que nuestra cocina es de fama mundial...  :tragatochos:)

Y si tenemos en cuenta que a la hora de mirar a la población se queda con el decrecimiento de la OCDE e ignora la explosión demográfica en el resto del mundo, camino de convertirse en una supernova ya, pues nos queda un artículo que no deja mucho poso la verdad...

Salvo, todo dicho sea de paso, la bochornosa progresión de los derechos laborales durante los últimos 42 años, ahora resulta que los americanos trabajan 3 horas menos al año, y los desvengonzados del resto de la OCDE 7 horas, ¡SIETE!, abrase visto..., Virgen Santa del Amor Hermoso, pero donde vamos a llegar...
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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #171 en: Diciembre 04, 2012, 21:11:15 pm »
Un documental con 5 escenarios para el futuro presentado por el citado Jacques Attali...

Edito: disculpad, había puesto "repe" el de "la corporación", que acababa de postear en otro hilo (http://www.transicionestructural.net/transicion-estructural/camino-del-estado-fascista-%28godwin-seal-of-approval%29/msg59567/#msg59567). Aqui os dejo el documental al que me refería (había encontrado una versión con doblaje y comentarios -amateur- al castellano pero la he "traspapelado", a ver si la localizo por youtube...)

Die Welt in 50 Jahren (1/2)
« última modificación: Diciembre 05, 2012, 08:51:09 am por NosTrasladamus »
No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #172 en: Diciembre 04, 2012, 22:52:28 pm »
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Según el "equilibrio de Nash, si todos quieren ganar sin tener en cuenta a los demás, entonces pierden. Existe el equilibrio cuando se ponen todos de acuerdo sobre unas reglas y la estrategia.

lagoausente

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Re: A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #173 en: Diciembre 04, 2012, 23:38:19 pm »
Interesantes aportes. Lo unico que me queda mas claro cada dia es que en estos foros el conocimiento es mas critico y mas realista que lo que muchos autoabanderados del conocimiento.
redeconomica.org/foro

wanderer

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Re: A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #174 en: Diciembre 05, 2012, 00:01:51 am »
Interesantes aportes. Lo unico que me queda mas claro cada dia es que en estos foros el conocimiento es mas critico y mas realista que lo que muchos autoabanderados del conocimiento.

Para creerse la narrativa buenista y adormecedora habitual, basta abrir cualquier medio de masas, que ahí cada uno recibirá su ración de soma intelectual -.sarna con gusto no pica.-. No estaríamos aquí si no fuera por la insatisfacción que nos produce lo que nos brindan, y no esperamos a que nos cuenten "sus verdades" aquellos que son vendedores de ellas (y que venden humo, si es que no cosas peores), sino que vamos a buscarla y a descartar lo que sea falaz, generalmente provisto en un envoltorio que tiende a la complacencia y la desazón.

Nunca seremos bien vistos por las "élites", pero la gente corriente tampoco se sentirá en general a gusto con nosotros, que lejos de proporcionarles consuelo o esperanza, buscamos la verdad en su desnudez.
« última modificación: Diciembre 05, 2012, 00:11:01 am por wanderer »
"De lo que que no se puede hablar, es mejor callar" (L. Wittgenstein; Tractatus Logico-Philosophicus).

NosTrasladamus

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #175 en: Diciembre 05, 2012, 08:48:49 am »
Hay alguna excepción al habitual tecnooptimismo de la ciencia ficción. El libro La chica mecánica, de Paolo Bacigalupi, arrasó con los premios en 2010 (Hugo, Nebula, etc), y dibuja un futuro, tras el colapso de esta sociedad, completamente tecnopesimista, con una escasez terrible de energía y alimentos. Es una lectura interesante, aunque no sea un escenario probable porque se pasa varios pueblos con el pesimismo, pero si es muy original... No es casualidad la aparición y éxito de este libro precisamente en este momento histórico.


Un par de enlaces para atemperar un poco el exceso de "ciberoptimismo"  ;)

http://www.yorokobu.es/en-el-futuro-no-habra-rosas-parks/

http://www.circulobellasartes.com/ciberrealismo/

Citar
Los vientos de cambio que ha proporcionado internet han llevado a muchos teóricos a lo largo de la última década a definir la era digital como un momento con muchos paralelismos con la invención de la imprenta. Una era que nos hará cada vez más libres y capaces de ejercer nuestros derechos. Pero no todo el mundo está de acuerdo con estas afirmaciones. El académico bielorruso Evgeny Morozov es de esas personas que llegan a una fiesta, bajan la música y piden que todo el mundo hable más bajito. Anoche estuvo en Madrid, en el foro de Ciberrealismo, para rebajar unas expectativas digitales que ve desproporcionadas y que, según dice, están gravemente amenazadas por una tendencia hacia el solucionismo de los grandes capos de Silicon Valley.

Cuando habla de solucionismo, Morozov se refiere a la creciente configuración de la tecnología hacia usos que nos ayudan a hacer la vida más fácil. “Geeks con buenas intenciones en San Francisco quieren aplicar las lecciones de internet a solucionar los problemas del mundo. Hay gente que piensa que si quitamos al intermediario quitamos también la hipocresía en la política y incluso el crimen”.

¿Pero que puede tener de malo usar sensores y la tecnología para hacernos la vida más fácil? Según el académico, a medida que nuestros entornos se hacen inteligentes, veremos más intervenciones que nos evitan hacer cosas que alguien piensa que son necesarias evitar. Es decir, estamos delegando decisiones a empresas en vez de tomarlas nosotros mismos.

“Ya existen coches que no conducen si no pasas un control de alcolemia interno. En Japón están desarrollando gafas que hacen que la comida parezca más grande y así te ayudará a comer menos. Las gafas de Google empezarán a monitorizar todo lo que haces en tu vida. Desde las calorías que consumes hasta las distancias que caminas. Si no caminas lo suficiente te puede avisar que tienes que hacer más. Podrá incluso borrar elementos de un menú con alto contenido de colesterol”.

El móvil o la tableta se convertirá, según el bielorruso, en el intermediario de todo lo que ocurre en nuestras vidas. Es una delegación de responsabilidades sin precedentes. “Estamos dejando que Silicon Valley decida por nosotros”, añade.

La policía recurre cada vez más a los datos para solucionar crímenes. “Se basan en información del pasado para predecir el futuro. Ya existen departamentos de policía que usan algoritmos complejos para intentar adelantarse a futuros delitos”, explica Morozov.

El problema, dice, es que avanzamos hacia un entorno en el que la ausencia de fricción entre personas impedirá el avance de la sociedad. “Dejadme ofrecer un argumento por el que pienso que esto es un camino peligroso. La desobediencia civil tiene que romper leyes para serlo. (…) Posiblemente no hubiera ocurrido el caso de Rosa Parks bajo este régimen de entornos inteligentes. Hay autobuses que saben cuánta gente hay en cada parada. Pronto habrá autobuses sin conductores. En teoría, podrías construir un sistema eficiente que no dejaría subir al autobús a Rosa Parks. No deja que la fricción ocurra porque se adelanta hacia ella”. Sin la fricción, defiende Mozorov, no es posible avanzar ni generar debates que posteriormente ayuden a revisar las leyes.

El creciente control que ejercen los nuevos intermediarios también puede llevar hacia una era de puritanismo. “Apple no permitió en su tienda, recientemente, un libro que incluía la palabra ‘vagina’ en el título, a pesar de que era un libro médico. Parece que los hippies de Silicon Valley empiezan a ser más conservadores. La respuestas a estas políticas son claras. Necesitan ganar dinero. Delegan estas decisiones a los algoritmos y no hay demanda para verificar cómo funcionan. Nos ofrecen un mundo con menos transparencia y más conservadurismo que pensábamos que habíamos superado”.

Contenido configurado, según nuestras necesidades

Morozov prevé un futuro informativo ya avanzado por el libro Filter Bubble en el que el contenido se adapta y personaliza a nuestras necesidades y capacidades intelectuales. “Si estoy leyendo un artículo de Angelina Jolie y el ordenador sabe que tengo interés en temas internacionales, me hablará al final del artículo sobre la película que acaba de rodar en Bosnia. Si eres una persona más interesada en celebrities, te contará más información sobre Brad Pitt”. Lo que produce es una destrucción de la narrativa que compartimos todo y nos mete más en nuestra burbuja, argumenta el bielorruso.

El Open Source no es tan bonito como lo pintan

El pensador bielorruso quiso rebajar también una tendencia a idealizar el funcionamiento del Open Source. “Todos los movimientos sociales actuales como la Primavera Árabe y Occupy Wall Street dicen que funcionan como Wikipedia. Aspiran a no tener jerarquías y a ser completamente descentralizados. Pero lo que olvidan es que en Wikipedia hay muchas burocracia. Hay deliberaciones internas entre los editores que no vemos. Funciona distinto a la burocracia tradicional pero no significa que no es burocracia. Esto crea mitos alrededor de aplicar el funcionamiento digital al mundo real”.

Ceder privacidad a cambio de descuentos

A Morozov le incomoda una creciente tendencia a ofrecer descuentos a cambio de revelar información privada. “Ya existen aseguradoras de coches que te rebajan las cuotas si aceptas tener un sistema que monitoriza cómo conduces. El argumento lógico es que si soy un conductor que circula de forma segura, merezco pagar menos. En un futuro se podría aplicar a la dieta. Google Glasses puede analizar lo que comes y si eres una persona muy sana, cobrarte menos por tus cuotas de seguro médico. El problema es que llega un momento en el que casi no tienes la opción de no ser trackeado. Se asumirá que si no aceptas que te sigan, tienes algo que esconder. Intenta conseguir un trabajo en EEUU o una plaza en la universidad sin una cuenta en Facebook. Te miran como si fueses un raro. Ya no hay elección”.

Al escritor no le faltan argumentos interesantes para abordar el futuro de internet con escepticismo. Para aprender a cuestionar siempre las cosas por muy buenas que sean. Pero hubo quien echó en cara a Morozov, en el encuentro en el Círculo de Bellas Artes, que está dando por hecho que el humano es estúpido y que seguirá todas las pautas marcadas por Silicon Valley.

A lo que él respondió que “habrá espacio para la resistencia. Las personas encontrarán formas de evadir al control de alcolemia en tu coche y engañar a los autobuses inteligentes. Pero eso lo sabrá hacer una pequeña minoría”.

Morozov insiste en que no está en contra del progreso. Lo que no le gusta es que la gente acepte lo que viene sin cuestionarlo.


(Además, para empezar a hacer viable a medio/largo plazo el enorme consumo energético y huella ecológica que provoca internet y la "sociedad de la información" necesitamos empezar a utilizarla realmente para reducir emisiones y consumo de energía -teletrabajo para acabar con millones de desplazamientos de "commuters" innecesarios- datacenters ultraeficientes y autosuficientes, con refrigeración pasiva, alimentados con energía solar/eólica, "cerocarbonistas" con máquinas fabricadas sin componentes electrónicos tóxicos, y con software libre :biggrin: para que el código fuente de los programas y los formatos que sostienen toda la infraestructura no se pierda/privatice... -pongase aquí smiley de empollón acusica gafotas-)
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notengodeudas

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #176 en: Diciembre 05, 2012, 09:28:27 am »
OFFTOPIC:

http://youtu.be/t6bKm8cDq80


Ned Beatty no se merecía tal doblaje en esta pieza de obligado visionado, en la vos se aprecia mucho mejor la interpretación y el énfasis en los términos, que no es asunto baladí:
Network (1976) - Corporaciones. Orden Mundial

NosTrasladamus

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #177 en: Diciembre 05, 2012, 09:28:46 am »
Y otro texto que se me antoja muy interesante para el debate y para evitar caer en el "cibercandor", tengamos en cuenta que la promesa de "liberación" de internet también puede servir para alienarnos aún más y convertirnos en más dependientes del sistema y al mismo tiempo hacernos más inofensivos, al poner una capa "virtual" entre la población y los oligarcas que disperse y amortigüe la tensión (bajo el pretexto de informar, de organizar) haciendo que las reacciones de la gente se queden en el mundo virtual y no lleguen cambios efectivos al mundo real (tm), sirviendo como válvula de escape al mismo tiempo que como mecanismo de control y delación, tengamos claro que la misma élite que nos proporcionó internet, la usará en su propio beneficio -aunque a una parte de esa élite, a  la generación "analógica" de castuzos internacionales, le haya pillado con "el pie cambiado", que ya están trabajando en recobrar la iniciativa allí donde la han perdido y evitar nuevos cuestionamientos de sus discursos y marcos mentales- (ojo, esto lo digo sin por ello rechazar los aspectos positivos que internet y la tecnología aporta -recordemos que cualquier tecnología, desde un cuchillo a la energía atómica, puede tener *doble uso*, todo depende de cómo y para qué la utilicemos):

http://www.circulobellasartes.com/ciberrealismo/?p=114

Citar
Debate#3: The Net Delusion - Contra el rebaño digital (CÉSAR RENDUELES)

La literatura especializada en las TIC se caracteriza por un optimismo prácticamente ausente en cualquier otro ámbito de los estudios sociales salvo, tal vez, la psicología positiva. El horizonte dominante de las ciencias humanas se ha ido configurando en buena medida mediante sucesivas oposiciones teóricas marcadas por la hermenéutica de la sospecha. Y lo cierto es que, después de un par de siglos, es un paisaje de epistemología negativa de lo más frondoso. El corolario es que casi cualquier práctica social imaginable, hasta las aparentemente más inofensivas, cuenta con un amplio abanico de estudios agresivamente críticos dirigidos a mostrar su negatividad. Siempre hay suficiente teoría cultural, economía neoclásica o crítica marxista como para denunciar el microsometimiento, la crisis de significado, la ineficacia económica o la injusticia de prácticamente lo que sea.

El caso de las TIC es excepcional. En los últimos veinte años ha aparecido una gigantesca masa de ensayos de toda índole, desde estudios muy técnicos hasta manifiestos políticos pasando por textos de divulgación, que presentan las herramientas de comunicación contemporáneas como un vivero privilegiado del progreso económico, la innovación social, la transformación personal y la democratización políticas. Aún más, según el consenso dominante, las TIC no sólo generan dinámicas sociales sistemáticamente asertivas, sino que además actúan como un agente depurador. Su mediación es capaz de revertir el deterioro de aquellos sectores analógicos preexistentes con los que entran en relación. La economía del conocimiento es la vía privilegiada de progreso económico en las fases terminales de descenso de la tasa de ganancia que padecemos; el activismo digital es una alternativa al agotamiento de los elementos básicos tanto de la experiencia política hegemónica como del antagonismo clásico…En suma, para la ideología contemporánea, Internet es un juego de suma positiva universal que ha transformado hasta el punto de su virtual superación los dilemas prácticos heredados de la modernidad.

Carecemos de un corpus crítico amplio y sistemático sobre las TIC. Es llamativo, aunque sólo sea porque el pistoletazo de salida de la crisis financiera actual fue el pinchazo de la burbuja de las empresas puntocom, que arrastró a varias economías nacionales del sudeste asiático y a unos cuantos millones de personas. Del mismo modo, y a despecho de uno de los dogmas in- conmovibles de la ideología económica, carecemos de pruebas empíricas fiables de la relación directa entre un uso intensivo de las TIC y la mejora de la productividad. La constante y brutal sobreinversión tecnológica actual –que tiene fascinantes similitudes con la crisis del ferrocarril del siglo XIX– es un asunto que apenas preocupa a un puñado de investigadores.

Un análisis menos dócil de la concepción heredada de las TIC seguramente apuntaría a una realidad inquietante: la llamada economía del conocimiento es un subproducto de la deriva financiera de la economía mundial. No es una conclusión apetecible ni siquiera para los más refractarios a las dinámicas globales del turbocapitalismo contemporáneo. Muchos críticos de la mundialización capitalista perciben que en las TIC está en juego el germen de una alternativa al callejón sin salida keynesiano de los años setenta, es decir, una tercera vía al dilema entre la burocracia estatal y la privatización. Los proyectos críticos con la industria tecnológica a menudo desarrollan estrategias cooperativas novedosas, una especie de realización emancipada del general intellect [1]. Abundan las iniciativas con una fuerte dimensión altruista que requieren un bajo nivel de centralización y fomentan procesos de coordinación emergente. Muchas, además, no tienen objetivos comerciales ni cuentan con la participación de instituciones formales.

Por si eso fuera poco, se ha generalizado el sobrentendido de que el debate en torno a las TIC se desarrolla en un terreno ecuménico particularmente adecuado para que la izquierda política supere sus propias limitaciones organizativas. El activismo digital parece poner de acuerdo a personas procedentes de muy distintas tradiciones ideológicas. Pero, al mismo tiempo, los puntos de consenso –desmercantilización, altruismo, reciprocidad– tienen un fuerte parecido de familia con el programa izquierdista clásico. Al menos desde el Manifiesto, el anticapitalismo ha aspirado a la universalidad. El programa socialista era el de la clase trabajadora, pero sólo en cuanto portavoz de aspiraciones humanas básicas. Con los movimientos cooperativos de Internet, la izquierda parece reencontrarse con una versión cool y tecnológicamente avanzada de su propia tradición universalista. Por primera vez en mucho tiempo, los activistas comparten argumentos y proyectos con una gran cantidad de personas ajenas a su tradición organizativa e incluso con opiniones antagónicas. La razón de fondo es que predomina una comprensión de Internet como la realización más acabada del ideal de la acción comunicativa habermasiano: individuos libres interactuando sin lastres analógicos, de modo que su racionalidad común pueda emerger sin cortapisas.

No obstante, ya comienzan a escucharse tímidamente algunas voces discordantes en este Edén de la libertad, la igualdad, la propiedad y Google. Es el caso de “Contra el rebaño digital”, un texto que ha tenido un amplio impacto en todo el mundo, y “The Net Delusion”, un ensayo menos urgente y conocido pero mucho más ponderado. Aunque son dos trabajos diferentes y en muchos sentidos antagónicos, ambos avanzan en la dirección de una crítica del ciberfetichismo contemporáneo.

Contra el rebaño digital es un alegato contra la ideología californiana de Silicon Valley. Su autor, Jaron Lanier, es una de las personalidades más conocidas en el campo de la informática, especialmente por sus trabajos pioneros en el ámbito de la realidad virtual. No es un académico, pertenece a la generación de programadores que consolidaron el modelo hoy dominante de In- ternet, en el que la diferencia entre mainstream y underground cada vez se difumina más. A pesar de la impresionante despliegue de conocimientos técnicos que hace Lanier, lo cierto es que Contra el rebaño digital defiende, en esencia, una especie de neohumanismo tecnológico más bien impresionista. Sus críticas, en cambio, están mucho mejor articuladas.

Según la ideología californiana, Internet es un espacio donde concurren fragmentos de inteligencia que se agrupan hasta componer una especie de mente colmena. El ejemplo citado unánimemente es Wikipedia. Para los internet-centralistas Wikipedia es una metáfora del funcionamiento general de la red, donde cada uno de nosotros contribuye al conocimiento agregado con los fragmentos de saber experto que posee. La moraleja es que la inteligencia es colectiva y granular. Con las herramientas adecuadas, los microsaberes se acumulan dando lugar a niveles emergentes de conocimiento. La magia de las redes telemáticas es que permiten que esos fragmentos cognitivos se acumulen ordenadamente sin una coordinación centralizada. De hecho, se suele decir que lo hacen más eficazmente que si un nodo central los controlara.

Con independencia de sus debilidades epistemológicas, es notorio que el modelo de la mente colmena carece de criterios de crítica, evaluación y corrección que no sean estrictamente endógenos. La inteligencia colectiva es una especie de espíritu hegeliano que sólo puede superar el autoengaño reflexivamente. Su capacidad para hacerlo es discutible. En palabras de Lanier:

    “En la era predigital nadie tenía la capacidad mental para engañarse a sí mismo de la manera en que podemos hacerlo ahora rutinariamente. Antes, las limitaciones de la memoria y del cálculo humano ponían un coto a las complejidades del autoengaño. En las finanzas, la aparición de fondos de riesgo asistidos por ordenador y operaciones similares han convertido el capitalismo en un buscador. Uno opera con el buscador en la nube informática, y él se ocupa de buscar dinero”

Para Lanier el auge de la conectividad, la red social, el cloud computing y la cultura compartida ha dado lugar a una exaltación de las dinámicas de masas profundamente negativa. En un contexto digital completamente desinstitucionalizado, los simulacros de sociabilidad–los “amigos” de Facebook– y de cooperación – los “likes” que regulan las portadas de los medios digitales– emergen como por arte de magia a partir de la concurrencia individual y voluntaria en el espacio telemático. Lanier incide en la forma en la que el modelo hegemónico de las TIC está transformando de un modo reductivo nuestra perspectiva de la personalidad humana: “La atribución de inteligencia a las máquinas, a las multitudes de fragmentos o a otras deidades tecnológicas más que iluminar el tema lo oscurecen. Cuando a las personas se les dice que un ordenador es inteligente, tienden a cambiarse a sí mismas para que parezca que el ordenador funciona mejor, en lugar de exigir que el ordenador cambie para resultar más útil”.

Es una intuición brillante. Las herramientas 2.0 no han resuelto el problema de la fragilización del vínculo social en la modernidad, más bien lo han hecho más opaco mediante la difusión de prótesis sociales informáticas. Del mismo modo, los psicofármacos no acabaron con la experiencia de la alienación industrial, más bien la hicieron más tolerable y menos conflictiva. Las TIC han generado una realidad social disminuida, no aumentada. Por primera vez la cultura de masas es algo más que una metáfora. Internet no ha mejorado nuestra sociabilidad en un entorno postcomunitario, sencillamente ha rebajado nuestras expectativas respecto al vínculo social. Tampoco ha aumentado nuestra inteligencia colectiva, sencillamente nos induce a rebajar el listón de lo que consideramos un comentario inteligente (140 caracteres es, realmente, un umbral modesto)

Se trata de una dinámica social entrópica que se expande más allá de la cotidianidad consumista y afecta a los proyectos científicos avanzados. Según Lanier, en la mayor parte de las startups relacionadas con las TIC “uno se encuentra con salas llenas de ingenieros doctorados en el MIT que no se dedican a buscar curas contra el cáncer o fuentes de agua potable segura para el mundo subdesarrollado, sino a desarrollar proyectos para enviar imágenes digitales de ositos de peluche y dragones entre miembros adultos de redes sociales. Al final del camino de la búsqueda de la sofisticación tecnológica parece haber una casa de juegos donde la humanidad retrocede hasta el jardín de infancia”.

¿Es este un proceso que afecta exclusivamente a la actividad cognitivas y a la licuefacción de nuestra vida social? ¿Han quedado incólumes las prácticas políticas convencionales? La respuesta de Evgeny Morozov es un rotundo no. The Net Delusión propone un análisis riguroso y exhaustivo del modo en que las TIC se han incorporado al ámbito político y, en especial, a las iniciativas de lucha contra el totalitarismo. Según el dogma dominante, las estrategias de demo- cratización han encontrado un aliado privilegiado en las herramientas digitales de comunicación. “The revolution will be Twittered!”, en palabras del periodista Andrew Sullivan en 2009.

Según Morozov, se trata de una extensión de un modelo de intervención política heredado de la Guerra Fría y que se basa en la idea de que las dosis masivas de información y comunicación son letales para los regímenes represivos. Sin ir más lejos, un editorial de 2010 de The Guardian exhortaba a “bombardear Irán con banda ancha”. Seguramente, también se trata de un mito en el caso de la Guerra Fría. El papel que desempeñó la sociedad civil, por no hablar de Radio Free Europe, en la caída de los regímenes soviéticos ha sido sistemáticamente sobrevalorado. Sin embargo, ese mito se ha convertido en un dogma cuya principal consecuencia es que el único ámbito donde Occidente sigue ideológicamente comprometido con la defensa de la democracia es el ciberespacio.

La cuestión crucial es que no hay buenas razones para pensar que Internet favorece a los oprimidos y no a los opresores, más allá de una creencia irracional en el poder emancipador de la comunicación online: “Los políticos occidentales está perdidos en las brumas del ciberuto pismo, una creencia casi religiosa en la capacidad de Internet para hacer cosas sobrenaturales, desde erradicar el analfabetismo en África a organizar la información mundial”. En realidad, las mismas herramientas informáticas que permiten a los activistas organizarse y difundir sus mensajes facilitan a los gobiernos localizarlos, monitorizarlos e infiltrarse en sus organizaciones. La censura 2.0 ha alcanzado altas cotas de sofisticación, hoy es posible vigilar con herramientas automatizadas una enorme cantidad de textos y comunicaciones o bien recurrir a sistemas de vigilancia de la disidencia basada en el crowdsourcing [2]. Las redes sociales permiten a los go- biernos y a sus acólitos intervenir y sabotear mediante estrategias coordinadas de trolling [3] toda clase de foros y comunidades: la democratización del acceso se ha convertido también en la de- mocratización de la censura.

Pero, más importante todavía, Internet desincentiva el compromiso político. Tanto la abundancia de opciones de entretenimiento, como el tipo de relación social lábil que puede ofrecer una comunidad online es incompatible con la implicación política densa que exige la oposición a un régimen autoritario y represivo. Se trata, tal vez, del principal punto de contacto entre los planteamientos, muy heterogéneos, de Lanier y Morozov. La aparente ultrapolitización del ciberespacio público se basa en un malentendido. El auge del activismo en Internet –la infinidad de campañas, grupos de Facebook, solicitudes de adhesión o, sencillamente, información– tiene el efecto paradójico de degradar la relación política, en la medida en que exige un nivel de compromiso personal extremadamente tenue.

Morozov cita la tesis clásica de Kierkegaard en contra de los medios de comunicación como espacio privilegiado de la esfera pública moderna. Según Kierkegaard, la prensa fomenta que la gente mantenga opiniones contundentes sobre casi todo, pero no que actúe en consecuencia. Más bien al contrario, la saturación de información lleva a posponer las decisiones cruciales, la abundancia de opciones limita el compromiso. Kierkegaard creía que sólo asumiendo riesgos auténticos se aprende a discriminar entre las distintas opciones y se adquiere el tipo de sabiduría práctica que requiere la acción política. Pero la actividad política digital contemporánea sólo marginalmente tiene que ver con esta clase de implicación profunda, más bien guarda un parentesco cercano con el resto de dinámicas narcisistas que regulan la red. En palabras de Morozov: “A causa de su granularidad, el activismo digital proporciona demasiadas salidas fáciles. Mucha gente está buscando el sacrificio menos doloroso, decidiendo donar un penique donde en otro caso donaría un dólar. El jurado de las ciencias sociales aún está deliberando acerca del modo en que las campañas online canibalizan a sus hermanos analógicos, pero parece razonable suponer que los efectos no siempre son positivos. Si los psicólogos tienen razón y la mayor parte de las gente apoya las causas políticas sencillamente porque eso les hace sentirse bien, entonces es una mala noticia que participar en grupos de Facebook me haga tan feliz como escribir cartas a mis representantes electos u organizar manifestaciones sin provocar ninguno de los efectos que pueden beneficiar a la sociedad en su conjunto”

 

Referencias:

[1] Ver: http://www.generation-online.org/p/fpvirno10.htm

[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Crowdsourcing

[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Troll_%28Internet%29
« última modificación: Diciembre 05, 2012, 09:44:39 am por NosTrasladamus »
No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #178 en: Diciembre 05, 2012, 11:06:56 am »
La necesidad de beneficios que impone la logica del sistema actual hace que se mercantilice la organizacion de la informacion lo que supone un poder inmenso para los mass buscadores como google que tiene capacidad para decidir que es visible y que no para la mayoria de los usuarios de internet.

Pero ese poder se vera compensado por nuevos buscadores con otros criterios que dejaran obsoleto a google o complementario. Y siempre existira el boca a boca entre los usuarios sobre que sitios son interesantes pese a no ser visibles
Las palabras no son escuchadas, para eso se hacen los símbolos (etiquetas) y los tambores (pensamiento dicotomico) que se utilizan para concentrar y unificar los oídos y los ojos de los soldados.

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Re:A brave new world: La sociedad por venir
« Respuesta #179 en: Diciembre 05, 2012, 13:11:15 pm »
El Open Source no es tan bonito como lo pintan

El pensador bielorruso quiso rebajar también una tendencia a idealizar el funcionamiento del Open Source. “Todos los movimientos sociales actuales como la Primavera Árabe y Occupy Wall Street dicen que funcionan como Wikipedia. Aspiran a no tener jerarquías y a ser completamente descentralizados. Pero lo que olvidan es que en Wikipedia hay muchas burocracia. Hay deliberaciones internas entre los editores que no vemos. Funciona distinto a la burocracia tradicional pero no significa que no es burocracia. Esto crea mitos alrededor de aplicar el funcionamiento digital al mundo real”.


Esto es un punto importante. El OpenSource es, en esencia, totalmente plutocrático (Aunque sea también meritocrático). Yo tengo este proyecto. Colaborad si quereis; pero lo haceis como yo quiera. Si no os gusta, haced un fork y empezad el vuestro, pringaos.

Aun recuerdo los inmensos pollos con el gañán de Stallman de hace años, con todo el tema GNU.

Y no hablemos de el señor Torvalds (Todo un genio, indudablemente), que es borde como él solo, y tiránico como el solo. 

El Open Source me encanta, ojo, y tiene infinidad de cosas buenas. Yo, de hecho, creo que las influencias que va a tener a futuro (Todo el tema de la cultura libre, ya lo explico al principio de este hilo) son enormes.

Pero también me deshuevo cuando hablan de tema atontaós de las manos en alto, sin saber lo que dicen ni conocerlo. Cualquier desarrollo Open Source es, esencialmente, despótico. La cosa es que al ser forkeable (Cojo tu proyecto Pepe, y con eso mismo me monto el proyecto KPepe++, en el que hago lo que yo quiera), fomenta la competencia... competencia entre despotismos, claro.

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