Puede ser que no lo sean, o sí. Un lavado de cara y listo.
https://es.wikipedia.org/wiki/Agrupaci%C3%B3n_Nacional_(Francia)
La Agrupación Nacional —en francés: Rassemblement national, RN, denominado hasta 2018 como Frente Nacional (FN) (en francés: Front national)— es un partido político francés considerado por los especialistas como de extrema derecha,15n. 1aunque se declare de derecha23 moderada.
Sus orígenes se encuentran en una coalición de partidos de la extrema derecha francesa, cuando fue fundado en octubre de 1972 y presidido desde ese momento hasta enero de 2011 por Jean-Marie Le Pen. A partir de entonces fue sustituido por su hija Marine Le Pen,24 que encabezó un proyecto de mejoramiento de la imagen del partido (desdemonización).25 Su nombre completo, en su creación, era Front National pour l'Unité Française (Frente Nacional para la Unidad Francesa).
https://es.wikipedia.org/wiki/Vox_(partido_pol%C3%ADtico)
Vox («voz» en latín)35n. 3n. 4 es un partido político español de ideología ultraconservadora54 y ultranacionalista78910 fundado el 17 de diciembre de 2013. Vox está calificado por especialistasn. 5 como un partido de ultraderecha,n. 6 de derecha radical populistan. 7 o de extrema derecha.n. 8n. 2 Sin embargo, algunos medios de tendencia conservadora prefieren referirse al partido como de derecha.n. 1 El presidente del partido es Santiago Abascal, su vicepresidente y secretario general es Ignacio Garriga.82
A nivel de la Unión Europea, Vox es miembro del Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), un grupo parlamentario europeo menos radical que el ultraderechista83 Identidad y Democracia (ID), en el que Vox declinó la invitación a integrarse.84
Entonces IU, Podemos o Sumar, son izquierda moderada. Y la CUP también.
Pues ayer en Vistalegre hubo una reunión que indica lo contrario. Estoy de acuerdo que el auge de estos individuos es una consecuencia, pero extrema derecha (o como la quieras llamar) haberla, hayla. Ya ha pasado otras veces, sigo recomendando el libro End Times de Peter Turchin.
Esas élites que están nerviosas porque no hay sitio para todos, o porque algunos dentro de ellas, pueden perder sus puestos de privilegio.
¿Entonces damos por bueno que VOX or Milei son extrema derecha? Lo digo porque en los pocos vídeos y muchos tweets que he visto del evento no vi exhibición de ningún tipo de fascismo ni nada que me hiciera tener miedo si perteneciera a un colectivo tradicionalmente objetivo de grupos fascistas.
Utilizamos el término "extrema derecha" con una facilidad alarmante. A mí que he visto en primera persona lo que de verdad es la extrema derecha, decir que Abascal es fascista/nazi o como lo quieran llamar, me da la risa.
Si en España de verdad hubiera 3 millones de fascistas (número de votantes de VOX), hace tiempo que habría estallado una guerra civil con muchos muertos. Ni siquiera me hacen falta 3, con que hubiera 1 millón hace mucho que se habría liado un follón sin retorno.
Es que curiosamente es la izquierda la que decide quién es izquierda y quién derecha, y hemos llegado a un punto en que cualquier cosa a la derecha del PSOE es extremaderecha. ¿O no se acuerdan cuando a Rivera le llamaban Falangito?
La izquierda se ha refundado tantísimas veces que ya no defiende a los obreros, ahora defiende a las minorías, pero sólo a algunas y algunas son mejores que otras (por eso las masas se lanzan a la calle a defender a las mujeres -menuda minoría, el 50% de la población-, a no ser que el agresor sea inmigrante. Entonces no.)
Yo soy socialista convencido. Creo en un Estado con servicios públicos de calidad gratuitos o semigratuitos para todos, financiados con unos impuestos justos y proporcionales. No estoy en contra de la educación o la sanidad privada, siempre que no sean un sustituto de la pública.
Que wikipedia diga que VOX es extrema derecha a mí no me dice nada. ¿Se han leído el programa? Díganme en qué punto ven una política de extrema derecha. No vayan a lo que dicen otros, vayan a lo que ellos mismos proponen y díganme cuáles de sus puntos son de extrema derecha y por qué.
Los que son de extrema derecha de verdad no lo ocultan ni lo tratan de disimular, lo exhiben orgullosos, igual que los comunistas no pierden ocasión de restregarte por la cara la estrella o la hoz y el martillo.
Respondo sin haber leído posibles respuestas posteriores a este comentario, así que me disculparán si ya se han contestado cosas similares al mío; es que vengo un poco atrasado en la lectura del hilo.
Coincido en el fondo y en la esencia de lo que dice el malo. Pero creo que estás viendo la mitad del problema. Por eso creo oportuno hacer algunas apreciaciones necesarias para tratar de despejar algunos conceptos que en nuestra época están más que enrevesados.
Permítanme afirmar que no es
la izquierda la que decide en la actualidad cuáles son las categorías políticas. Quienes se arrogan ese papel son lo que podríamos agrupar vagamente como "progresías", que son quienes están al mando de las socialdemocracias genéricas, entre las que se incluye, desde ya, el PSOE.
Este ideologismo blando, resbaladizo y carente de respaldo intelectual sólido, es la seña distintiva de una tribu urbana que en los años 80, de la mano de los movimientos postmodernos -muchos de ellos deudores del irracionalismo francés en alza en aquellos momentos (Foucault, Deleuze, Derrida, etc.)- se convirtieron en el brazo intelectual de aquellos a los que cínicamente se dió en llamar "yuppies".
Este término era el acrónimo de
young urban professional, palabra que buscaba una obvia analogía con
hippie, para dejar en claro que esta tribu emergente no sólo era directamente deudora de aquellos, sino que sus integrantes en muchos casos eran aquellos mismos, versión 2.0: mientras que en su etapa hippie veinteañera eran estudiantes hijos de papá, jóvenes pequeñoburgueses urbanos occidentales, contestatarios y encantados de serlo; ahora, a sus 30 y 40 comenzaban a ocupar los cargos acordes a su formación universitaria y su entorno social natural. Muchos cambiaron el porro por el habano y el poncho incaico por el traje de Armani pero siguieron conservando un aire rebelde, precisamente debido a que su condición de clase les permitía hasta reírse de sí mismos.
Ni los hippies ni los yuppies fueron en puridad nunca de izquierdas, si con esta definición entendemos lo que debería entenderse desde una óptica marxista o al menos consistente con los postulados socialistas clásicos. Eran simplemente pequeñoburgueses contestatarios que coincidían con muchos postulados de la izquierda, pero estaban muy lejos de plantear una praxis programática; de hecho que nunca surgió de este colectivo ninguna propuesta política propia sino que de acuerdo a sus preferencias se fueron integrando -o no- en diversos partidos políticos ya consolidados.
Lo que en los '60 y '70 había sido años de sexo, droga y rocanrról, ahora en los 80 y 90, se habían transformado en sexo, droga y dinero. Lo importante es que ese dinero era el comienzo del dinero-sin-trabajar, porque entre los 60/70 y los 80/90 había ocurrido de por medio algo que no estaba en los cálculos: se había terminado el capitalismo fordista industrial y nos habíamos deslizado al pop-cap que hoy, agonizante, nos está dando tanta
diversión, como diría Saturno.
Pues estos yuppies, muchos de ellos ya en esa época en posiciones influyentes y por lo tanto comenzando a ocupar cargos políticos, son los que inventaron casi sin querer lo que hoy se ha convertido en "progresía", cuya expresión actual más chirriante es aquella que hoy se autodefine como "woke". No hace falta demasiada lucidez para seguir el rastro de tal evolución sociocultural desde el mayo francés del '68 hasta la actualidad.
Siempre hay sido las derechas conservadoras y ultramontanas las que han visto "comunismo" hasta en la sopa y amenazas revolucionarias en cada hoja de marihuana. Son las que le dieron carnet de amenaza revolucionaria al mayo francés, que no era más que una revuelta pequeñoburguesa, y a cada evento juvenil en el que se coreaban justas reivindicaciones -que en puridad debió atender el capitalismo liberal sin mayores problemas-.
Al final, aquellos jóvenes ruidosos terminaron creyéndose todos los rótulos que histéricamente les regalaban las derechas conservadoras: "pues al final será nomás que somos la nueva izquierda, y que nuestras ideas son revolucionarias ya que tanto amenazan al sistema".
Mientras tanto la izquierda real, aquella izquierda lúcida, culta y teóricamente formada, completamente ajena a este desfile de máscaras, se iba replegando ante al evidente descalabro de los regímenes de la órbita socialista, ante su fracaso económico y la constatación de que casi sin excepción se habían tornado en dictaduras que no hacían ninguna justicia a ninguno de los postulados teóricos en los que supuestamente se basaban.
Y aquí llegamos a lo que decía al principio. No es la izquierda la que está definiendo la nomenclatura política, sino estos "ex-yuppies progres" y su brazo armado
woke.
Pues claro, es que si sus ideítas no sólo "son de izquierda" sino que son "la izquierda y el comunismo", no es de extrañar que todo lo que esté a la derecha del PSOE sea
ultraderecha y fascismo: es lo que ocurre cuando durante medio siglo la derecha califica a todo el que esté a la izquierda del PP como "ultraizquierda": que cuando éstos acceden a instancias de poder hacen lo contrario.
En otras palabras, la izquierda califica de ultraderecha y fascismo a todo lo que está a la derecha del PP, porque la derecha califica de ultraizquierda y comunismo a todo lo que está a la izquierda del PP.
Como si no estuviera hasta el gorro de verlo todos los días.
Es un signo de los tiempos, la decadencia cultural de occidente es también parte de la decadencia educativa, económica, política y social de nuestras sociedades. Nos estamos convirtiendo en borregos ignorantes en donde la irracionalidad aflora a cada paso.
Está claro que formaciones como Vox tienen poco de "ultraderecha" y probablemente nada de "fascismo". Es fácil constatarlo al comprobar que son económicamente neoliberales, rechazan un modelo de estado intervencionista y están en las antípodas de un sindicalismo corporativista, tres rasgos decisivos de los fascismos.
Pero de la misma manera, las derechas histéricas deberían poder ver con claridad que
las progresías (y menos aún su modo woke) no tienen nada de izquierda, con los argumentos equivalentes.
Pero eso en todo caso lo dejamos para otro momento, que me está quedando un tocho muy largo.
Buenas tardes a todos.