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La educación en casa aísla y adoctrina La formación al margen del sistema escolar gana peso en algunos países por razones religiosas y de movilidad laboral. Alemania y España la rechazan por considerarla perjudicial David Alandete 16 FEB 2012 - 00:01 CET103 “Educar en casa no es copiar el método escolar”, dicen algunos padres. / SANTI BURGOS En España, el Tribunal Constitucional ilegalizó la práctica de la educación en el hogar en una sentencia de 2010. Dos familias de Málaga habían recurrido a él por su deseo de enseñar en casa a sus tres hijos. Finalmente, la máxima instancia judicial del país falló en su contra, al considerar que el derecho a la educación recae en el menor, y no en los padres. Aun así, numerosos padres siguen luchando hoy día en los tribunales, defendiendo lo que consideran su derecho a educar a los niños en casa, por razones muy variadas, que abarcan desde los motivos religiosos a los casos extremos de acoso en las aulas. Para esos padres hay dos modelos legislativos, en dos extremos, uno positivo y otro negativo. Estados Unidos es el caso que consideran a seguir. En ese país es completamente legal apartar a los niños de las aulas para educarlos en casa. Las leyes varían en cada uno de los 50 Estados de la Unión. En el otro extremo está Alemania, un país que ha ilegalizado y que persigue activa y agresivamente la educación en el hogar. Ambas naciones entraron hace años en un complejo juego judicial que se saldó en febrero de 2010. Entonces, un juez norteamericano de Tennessee le concedió a la familia alemana Romeike el asilo político, por considerar que los padres, Uwe y Hannelore, habían sido sometidos a persecución en su país natal por querer educar en casa a sus cinco hijos. La Administración de Obama apeló aquella decisión y hoy día los juzgados federales aún no se han pronunciado al respecto. Los Romeike siguen viviendo en EE UU. A aquella familia la representó el abogado Michael Donnelly, que trabaja para la asociación Home School Legal Defense Association, de EE UU, y que desde entonces también ha asesorado a varias familias, algunas españolas. Entre ellas se halla la de Mila González y Rodolfo Sala, de Alicante, que en septiembre vieron cómo un juez desestimaba una demanda contra ellos por educar a su hijo en el hogar. Asegura Donnelly que hay varios casos de familias extranjeras que, como los Romeike, han solicitado asilo a EE UU. “Son decenas”, comenta. “El modelo americano es un buen modelo, en el sentido en el que en todos los Estados es legal educar en el hogar y así se respeta un derecho básico”, explica. “Es cierto que en España hay una sentencia del Constitucional, pero no hay ninguna ley que explícitamente rechace la educación en el hogar”, asegura Donnelly. “Nos gustaría que España cumpla con la legislación internacional, ya que ha suscrito la Convención Europea de los Derechos Humanos y, por ello, debería respetar la libertad de los padres para decidir cómo quieren educar a sus hijos. Esos derechos deberían ser amparados por el Congreso español, que debería ser líder en ese movimiento en Europa”. Y añade: “La Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, en su artículo 26, parte tres, asegura que los padres tienen el derecho prioritario para decidir qué educación recibirán sus hijos”. Es cierto que EE UU es una meca para el movimiento mundial de la educación en el hogar, por su permisividad. Hay allí aproximadamente dos millones de niños y adolescentes, en edad escolar, educados en el hogar por sus progenitores. El último informe del Gobierno habla de 1,5 millones, pero es una cifra que corresponde a 2007 y en el último lustro ha aumentado en, al menos, medio millón, según los analistas. La ley permite a las familias hacerlo, en la mayoría de instancias sin tener que aducir razón alguna para ello. La gran mayoría de los padres lo hace por motivos religiosos, para inculcarles a sus hijos ideas como el creacionismo. “Los principios morales que les hemos enseñado a nuestros hijos provienen de los testamentos, y los temarios de asignaturas como ciencia, los basamos en la Biblia”, explica Yvonne Bun, de 64 años, que forma en casa a tres de sus cinco hijos y que ahora trabaja en la Asociación de Educadores en el Hogar de Virginia. “Y no solo enseñamos lo que dice la Biblia. Empleamos la Biblia como una base moral, de la que extraemos los principios de la educación, tanto del Viejo como del Nuevo Testamento. Y eso afecta a asignaturas como la ciencia o como la literatura clásica”. En EE UU, el de los motivos religiosos es el caso más común. Según el estudio de 2007 del Departamento de Educación, mencionado previamente, hay tres razones principales por las que los padres educan a sus hijos en casa. La primera, elegida por el 36% de encuestados, es precisamente “proveerles de instrucción moral o religiosa”. La segunda, por la que opta el 21%, es “preocupación por el entorno escolar”. Y, finalmente, un 17% lo hace por “insatisfacción con la instrucción académica y sus métodos de escolarización”. Normalmente, esos padres son evangélicos, pero también hay baptistas y católicos que no escolarizan a sus niños. La escuela ha sido, históricamente, un lugar idóneo para que los niños vivan la diversidad y la tolerancia. Así opina la profesora de derecho de la Universidad George Washington Catherine J. Ross, que se granjeó numerosas críticas del movimiento de educación en el hogar por un artículo publicado en 2010, titulado Desafíos fundamentalistas a los valores fundamentales democráticos: retirada y educación en el hogar. Ross decía en aquel texto que “cuando los hijos de padres que tienen creencias fundamentalistas acuden a la escuela pública, existe la esperanza de que aprendan las normas cívicas que conforman el corazón de la Primera Enmienda [de la Constitución, la que protege la libertad de expresión]”. “Desgraciadamente, esa es una de las principales razones por las que esos padres les retiran de la escuela. Si los niños escuchan el mensaje de tolerancia en la escuela, pueden estar en desacuerdo con el profesor, pueden tener discusiones sobre ello en la cafetería”, asegura en el artículo. Así se fomenta la independencia de pensamiento y el respeto a la diversidad, “fundamental en democracia”, explica la profesora Ross en una entrevista telefónica. “Lo que les suele molestar a esas personas que defienden la educación en el hogar es que los niños pueden quedar expuestos a ideas nuevas y diferentes”. En EE UU, se han dado casos extremos de maltrato, propiciados por la incapacidad del Gobierno de supervisar los métodos a los que recurrían los padres en casa. En 1994, el pastor evangélico de Tennessee Michael Pearl, que tiene cinco hijos, publicó un libro titulado Cómo educar a tu hijo, del que salieron 670.000 copias. En él, Pearl aconseja directamente emplear el castigo físico, incluido el azote con fusta, para disciplinar a los pequeños. Los duros métodos de quienes han seguido las enseñanzas de ese libro han acabado teniendo consecuencias trágicas. En mayo del año pasado murió en el Estado de Washington Hana Williams, de 11 años, y sus padres fueron llevados a juicio por los maltratos infligidos contra ella. La niña fue encontrada en el patio de su casa, desnuda, congelada y desnutrida. Lo mismo sucedió en California en 2010, en el caso de la pequeña Lydia Schwartz, de siete años, a la que sus padres dieron una brutal paliza. Ambos están en prisión por ello. Las regulaciones gubernamentales em EE UU respecto a este método educativo son muy variadas. Normalmente, los Estados no exigen un temario concreto a los padres. Algunos, como Washington, obligan cada año a los niños a que se sometan a una evaluación con un profesor independiente. Por lo general las regulaciones son muy laxas. Krista Cole, con una hija autista, optó por esta fórmula para evitar complicaciones La escolarización en el hogar es, sin embargo, una tendencia creciente en EE UU. Y no solo por la vía religiosa. Hay familias, más minoritarias, que educan a sus hijos en casa porque estos padecen trastornos físicos o psicológicos. Hay quienes lo hacen porque el trabajo de los padres implica constantes mudanzas, como sucede en el Ejército. Otros optan por ello para evitar el acoso escolar, dicen. Esas familias piden que no se las califique como fundamentalistas religiosas. Krista Cole, residente de Virginia de 40 años, asegura que tiene razones de peso. Educa en casa a dos niñas de tres y seis años. La mayor, Ellie, padece síndrome de Asperger, un trastorno autístico. “Educarla en casa me ahorra muchas dificultades. No tengo que estar pendiente de los profesores y terapeutas respecto a su proceso de aprendizaje”, explica. Ellie tiene dificultades para responder a órdenes habladas. “Tenerla en casa, además, significa que no la acosan en clase. Otros padres, en la misma situación, me cuentan que sus niños, de solo siete años, sufren el acoso de los demás por ser distintos. Aquí Ellie está protegida”, añade. El de la educación en el hogar es un método, además, que requiere que uno de los dos padres se dedique de lleno a los niños. Según un estudio de 2009 del Instituto Nacional para la Investigación de la Educación en el Hogar, lo hacen sobre todo las madres. Un 81% de las mujeres que escolarizan a sus hijos en casa no trabaja fuera del hogar. Ese informe revela además que esas familias son, normalmente, numerosas. Un 68,1% tiene tres o más niños. Y un 91,7% es de raza blanca. Para evitar el aislamiento de sus hijos, muchos padres buscan en Internet grupos de familias que también eduquen en casa. Bahar Picariello, residente de Virginia de 29 años, que educa a dos niños en casa, coordina el grupo de las localidades de Sterling y Ashburn, que cuenta con 70 miembros. “Nosotros mismos, como grupo, organizamos encuentros sociales para que los niños se relacionen entre ellos. Los llevamos al parque, u organizamos talleres. No están aislados”, explica. Internet le sirve a Bahar, también, para encontrar temarios y actividades adecuadas para los niños. “Nos conectamos y compartimos ideas de enseñanza, experiencias y demás consejos”, explica. “Esto no consiste en llevar el sistema escolar a casa. Nos permite ser más flexibles en horarios y en otros asuntos, diseñar las materias de acuerdo con las necesidades de los niños, reforzar sus puntos débiles”. Algunos de los detractores de ese método suelen criticar, sin embargo, que educar a los niños en casa supone privarlos del contacto diario y en solitario con otros niños, parecidos y diferentes, algo que les puede preparar para la vida de adultos. Jeanne Faulconer, sin embargo, optó por ese método por sus reiteradas mudanzas. “Es la globalización. Los puestos de trabajo se esfuman del país y las familias tienen que mudarse para mantener sus ingresos”, explica. Su familia se ha mudado seis veces, en localidades de tres Estados. En lugar de pasar por seis escuelas diferentes, decidió tomar las riendas de la educación de los niños. “Mis hijos han sido aplicados y han tenido buenas notas cuando han ido a la universidad”, explica Jeanne. “Y han sido muy responsables en los demás aspectos de su vida. Son valores que les hemos inculcado en casa”. Shay Seaborne, de 51 años, residente de Woodbridge, en Virginia, admite que formó en casa a sus hijas por un motivo principal: “Evitarles la horrible experiencia que yo tuve en la escuela”. Esta pionera en la educación en el hogar rechaza que todo ese movimiento sea conservador. “En realidad nació como algo progresista, como una tendencia de reformistas que pensaron que el sistema escolar era demasiado rígido. Pero en realidad es un movimiento muy vibrante y diverso”, añade. “Posteriormente, hubo un movimiento conservador, ligado a la intentona de instaurar una teocracia cristiana, que controló el debate. Eso existe, está ahí, pero no era parte de la semilla fundacional del movimiento”. Las regulaciones España. La ley establece 10 años de escolaridad obligatoria para todos los alumnos. La Constitución señala que es obligatoria la educación, no la escolarización; los padres que optan por enseñar en casa se aferran a ese punto para exigir que se regule su opción. Portugal. Se puede educar en casa sometiendo a los hijos a evaluaciones de la Administración a los cuatro, seis y nueve años. Francia. También esta permitido, pero en este caso la Administración hace controles cada año. Italia. El que quiera educar a sus hijos en casa debe demostrar que tiene capacidad técnica y económica para ejercer de profesor e informar cada año a las autoridades. Reino Unido. La ley deja abierta la puerta, pues dice que los padres deben facilitar la educación de sus hijos a tiempo completo en una escuela “o de otra manera”. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/15/vidayartes/1329331413_944686.html
Como ya he dicho, lo anterior es la base fundamental, pero no la única. Un buen profesor lo será con materiales o no, con unas instalaciones adecuada o no, con un respaldo institucional o no..., pero con todo ello será aún mejor, optimizará sus posibilidades. Es necesario para su disfrute, motivación y apasionamiento que el profesor se sienta respaldado, respetado y valorado por el propio sistema, por las familias y por la sociedad en general. Es necesario que se le exima de la gran cantidad de burocracia y de planes sinsentido o sin continuidad en las que se le entierra. Deben contar con la flexibilidad del sistema para poder flexibilizar su metodología y sus proyectos y programaciones a sus alumnos.
-La formación inicial del profesorado es muy rigurosa y exigente (para Primaria, 5 años, para Secundaria, además de la carrera universitaria que sea, otras 1400 horas).
Nunca hablaremos inglésMariano Rajoy sabe que hablar inglés "is very difficult". Pero es que los españoles nunca nos hemos caracterizado por nuestra facilidad a la hora de aprender idiomas. ¿Por qué será? ¿Tenemos acaso una incapacidad genética que nos lo impide? Desde luego que no. ¿Es nuestra inteligencia más limitada que la de los escandinavos, en cuyos países hasta los carteros suelen hablar en un digno inglés? No me lo parece. ¿Carecemos de motivación? Visto el número de alumnos que hay en las Escuelas Oficiales de Idiomas y en academias privadas, la respuesta es no. Entonces, ¿por qué tenemos tantos problemas con los idiomas? Porque nuestro sistema educativo, desde la guardería hasta la universidad, está pensado para que así sea.Todo empieza en la universidad, donde se licencian los futuros profesores de inglés, entre otros idiomas. En España un futuro profesor de inglés puede estudiar un Grado de Estudios Ingleses (la antigua Filología inglesa) o Magisterio en Lengua Extranjera. En el primer caso podrá impartir clases en secundaria si se realiza el Curso de Adaptación Pedagógica y en el segundo en primaria.Los estudios filológicos en España se basan en dos pilares: literatura y lingüística. El Magisterio en Lengua Extranjera se centra en el conocimiento de la didáctica, de la psicología y de la metodología. No obstante, en ambos casos el aprendizaje real de la lengua, es decir, el desarrollo de la competencia comunicativa, queda relegado a un lugar casi anecdótico. De esta manera, en España se puede estudiar Magisterio en Lengua Extranjera y tener más conocimientos sobre la metodología de enseñanza del inglés que del inglés en sí mismo. En otras palabras, se dedica más tiempo a cómo enseñar y no a lo que se enseña, como por ejemplo se observa en el programa de magisterio de la UCJC. En los estudios filológicos ocurre por un tanto. Podemos tener buenos conocedores de la literatura anglosajona pero que tienen 'cierta' dificultad para leer los textos originales. Incluso, en muchas universidades las asignaturas teóricas se imparten en español y no en inglés. Los únicos estudios en los que se concede un papel primordial a la adquisición de una lengua extranjera son los de traducción e interpretación. Sólo faltaría que un intérprete no supiera hablar lenguas extranjeras.De esta manera, los estudios de los que serán futuros profesores de inglés no garantizan que los estudiantes alcancen un nivel C1 o C2. Si en magisterio se alcanza el B2, es un éxito. Así que, si el nivel de conocimiento de la lengua extranjera es bajo por parte de los profesores, resulta evidente que también lo será por parte de sus alumnos de primaria y secundaria, los cuales alcanzarán un nivel mediocre de inglés, tanto por la capacidad del profesor como por las condiciones de aprendizaje -es difícil practicar una lengua cuando en el aula hay tantas personas- . Cuando se dice que los profesores se agarran a la gramática, al manual y a la pizarra, no es porque no conozcan otra metodolgía, es porque un nivel B2 no permite aplicar un enfoque comunicativo y sentirse seguro en aquello que se está enseñando.En resumen, los profesores de idiomas son formados sin dedicar especial atención al idioma que van a enseñar. Éstos imparten clases de idiomas con limitaciones, en los centros de primaria y secundaria. Sus alumnos llegan a la universidad donde estudian diferentes carreras pero no mejoran sus conocimientos de idiomas. Posteriormente los antiguos alumnos terminan sus estudios universitarios y vuelven a los centros de primaria y secundaria, donde imparten clases de diferentes asignaturas y donde sus conocimientos de idiomas continúan siendo mediocres. Así se cierra el círculo.Por lo tanto, pretender en este contexto extender la enseñanza bilingüe en primaria y secundaria no es más que una forma de marketing de las instituciones educativas. No se puede creer que un profesor con un nivel B2 de inglés pueda impartir clases de matemáticas. Su nivel no es suficiente como para que se sienta cómodo impartiendo una asignatura en un idioma que no es el suyo y, seguramente, el alumno ni mejorará su inglés ni entenderá de matemáticas.Para romper este círculo se requiere empezar la casa por los cimientos. Para subir el nivel en primaria y secundaria, primero habría que hacerlo en las universidades. En los programas universitarios se le debería conceder el debido interés a la enseñanza y adquisición del idioma extranjero, para de esta manera disponer de formadores cualificados que sean capaces de trasvasar sus conocimientos a sus alumnos de primaria y secundaria. También se debería considerar obligatorio el aprendizaje por parte de cualquier universitario de una lengua extranjera hasta como mínimo un nivel B2, sin necesidad de recurrir a Servicios de Idiomas universitarios en los que el estudiante deba pagar.Lamentablemente, esto requeriría un cambio en los planteamientos por parte de legisladores, administradores y personal docente. Asimismo, también requeriría una mayor inversión económica. Aunque según se observa en el informe PISA, hay muchos países con menos inversión en educación que España pero con mejores resultados. A veces es más importante saber organizar lo que se tiene que pensar en lo que se podría hacer si se tuviera más.De todas formas, esto es España, y nunca se llevará a cabo una reforma educativa que no sea un juguete en manos de los políticos y dure más de dos años ni se invertirá en educación. Quizá George Carlin tenía razón y hay alguien a quien no le interesa que la gente esté formada y sea capaz de pensar críticamente.Ahora viene la parte en la que los lectores que sean profesores de idiomas muestran lo escandalizados que están e intentan explicar lo equivocado que estoy y que realmente el problema reside única y exclusivamente en las condiciones de trabajo y no en los profesores, que son (somos) todos fantásticos. Nadie es infalible, pero llevo muchos años en el mundo académico y he conocido a muchos profesores que comparten mi opinión pero que en público nunca dirán que la universidad en la que trabajan forma buenos filólogos con una competencia comunicativa en inglés mediocre o buenos pedagogos que no son capaces de mantener una conversación fluida en inglés. Y eso es lo primero que habría que cambiar. ¿Para qué queremos grupos reducidos y material de sobras si no tenemos lo más importante que es el idioma?
Hay muchas maneras de arreglar los conflictos familiares pero, desde luego, hacerlos públicos no es una buena idea. Quizás Nick Crews, un oficial en la reserva de la armada británica que hasta hace poco capitaneaba uno de los submarinos nucleares de Reino Unido, no contaba con el hecho de que, hoy en día, cualquier correo electrónico puede compartirse, y hay gente muy cotilla por el mundo. Quizás de haberlo sabido no habría escrito por correo a sus tres hijos para decirle que está harto de su actitud: “Es obvio que ninguno de vosotros tiene la menor idea de la amarga decepción que nos habéis causado. Estamos viendo la miserable agonía del cuarto de vuestros matrimonios, al mismo tiempo que vemos cómo llega un quinto.”“Me pregunto si os dais cuenta de cómo nos sentimos”, afirma Crews, cuya decepción no parece tener límites. “Después de ocuparnos de vosotros lo mejor que hemos podido –probablemente de forma equivocada– esperábamos veros hacer lo mismo, asumiendo vuestras responsabilidades para proporcionar a vuestros hijos un hogar feliz. Tener un trabajo basado en la educación que habéis recibido podría haberos ayudado, pero hasta ahora ninguno de vosotros es lo que podríamos llamar autosuficiente. ¿Quién de vosotros, con esposo o sin él, puede hacerse cargo de sus familias, financiar su casa y proporcionarse una pensión para cuando sea mayor?”Y por si no ha quedado claro, después de acusar a sus hijos de ser unos ineptos y de preocuparse solo por copular, Crews asegura que no quiere volver a oír nada de ellos hasta que logren tener éxito o, al menos, puedan contarle “un plan REALISTA (sic) para asegurar el sustento y felicidad de sus familias”. Firmado: un padre muy, pero que muy, decepcionado. El misil de CrewsCrews es, tal como le ha bautizado la prensa anglosajona, el padre más decepcionado del mundo. El correo que ha mandando a sus hijos ha dado la vuelta al mundo cuando una de sus hijas, que no ha dudado en airear el asunto en el Daily Mail, lo ha hecho público con la intención de promocionar un libro que está traduciendo. En declaraciones al rotativo británico, Emily, que trabaja como traductora en Francia, le quita hierro al asunto: “Lo que dice es lo que mucha gente de su edad, género y clase social, quisiera decirle a sus hijos pero nadie se ha atrevido”. Pese a esto, Emily reconoce que ha sido horrible recibir un correo así de su padre. Aunque no le haya importado hacerlo público. Desde su publicación en la prensa, el e-mail se ha convertido en un fenómeno viral en Gran Bretaña y amenaza con arrasar también en Estados Unidos. Los ingleses han bautizado el correo como “el misil de Crews”, en referencia a su experiencia con los submarinos. Pero quizás lo más sorprendente es que, lejos de criticar la virulencia del correo, muchas personas han visto reflejado en él sus inquietudes. El veterano periodista del New York Times, David Brooks, lo tiene claro: “Muchos padres están aparentemente encantados con que alguien por fin haya tenido el coraje de dar una patada en el culo a esta panda de holgazanes mimados”. Pese a que, asegura, todo esto no haga más que empeorar la situación: “La gente no se comporta mal porque no tenga suficiente información sobre sus deficiencias. Se comporta mal porque cae en patrones de comportamiento destructivos de los que son incapaces de escapar”.
Sobre la deficiente educación en lenguas extranjeras que sufrimos en españa, y abundando un poco en lo que dejé en este post:http://www.wired.com/wiredenterprise/2012/11/coleman/,un artículo que me parece interesante.http://www.huffingtonpost.es/raul-fernandez-jodar/nunca-hablaremos-ingles_b_2200683.htmlCitarNunca hablaremos inglésMariano Rajoy sabe que hablar inglés "is very difficult". Pero es que los españoles[...]Todo empieza en la universidad
Nunca hablaremos inglésMariano Rajoy sabe que hablar inglés "is very difficult". Pero es que los españoles[...]Todo empieza en la universidad
Dejo esta noticia por aquí, por si alguien quiere opinar o le puede interesarMadrid quiere reducir al mínimo la experiencia en las oposiciones a docenteLa Consejería de Educación de Madrid ha presentado esta mañana en una reunión interna con los sindicatos su propuesta para medir los resultados de las oposiciones a docentes. La nueva baremación, que deben debatir con los sindicatos, supone dar un valor de ocho puntos sobre 10 a la nota del examen, frente a un punto máximo para la experiencia y otro punto por "otros méritos", que se divide al 50% entre el expediente académico y un nivel alto en idioma (un C-2), según la propuesta a la que ha tenido acceso EL PAÍS.
Cita de: nora en Diciembre 05, 2012, 21:17:20 pmDejo esta noticia por aquí, por si alguien quiere opinar o le puede interesarMadrid quiere reducir al mínimo la experiencia en las oposiciones a docenteLa Consejería de Educación de Madrid ha presentado esta mañana en una reunión interna con los sindicatos su propuesta para medir los resultados de las oposiciones a docentes. La nueva baremación, que deben debatir con los sindicatos, supone dar un valor de ocho puntos sobre 10 a la nota del examen, frente a un punto máximo para la experiencia y otro punto por "otros méritos", que se divide al 50% entre el expediente académico y un nivel alto en idioma (un C-2), según la propuesta a la que ha tenido acceso EL PAÍS.Es para meter enchufados. Conozco varios casos en los que tenían el examen varios días antes de la fecha, para que pudiesen prepararlo a conciencia. Así pueden evitar que alguien que estudie mucho y tenga experiencia les chafe el enchufe por los puntos.