Viendo donde estamos parece adecuado recordar los origenes inmediatos de la situación actual.
Recordemos las ideas del inefable Carlos Solchaga, aka "El enano de Tafalla" ya que Solchaga dejó bien patente a finales de 1989 que estaba firmemente convencido de la validez y bondad del modelo económico neoliberal que utilizaba en la política económica de este país.
Reseña de la conferencia inaugural de las jornadas Business men with Spain, organizadas por el Financial Times y Expansión (EL PAÍS, 7-11-89).
En perfecta coherencia con su convicción, promete "más de lo mismo" para el inmediato futuro. Explica que es necesario que la productividad aumente, pero, y sobre todo, "que esas ganancias de productividad no reviertan en mejoras salariales" porque es necesario que seamos más y más competitivos a base de salarios más bajos, "después de que la integración de la peseta en el SME impide la realización de devaluaciones competitivas". También promete una sustancial reducción del déficit público. "La moderación salarial, el mantenimiento de las medidas de ajuste adoptadas en julio y el diseño de un presupuesto no expansivo" son los tres puntos clave de la actualización de su conocido modelo.
Se le olvidó un pequeño "detalle" dentro de su optica neoliberal, que no es la mia, las trasferencias de las rentas del trabajo al capital, realizadas gracias a la moderación salarial, tenían que convertirse en inversiones de capital para mejorar la productividad y así poder recuperar las rentas salariales ende el consumo. Pero no se hizo así el capital acumulado se usó para los "pelotazos" especulativos.
El resultado final de ese modelo ya lo conocemos, la crisis del 92 con la caida del consumo y del PIB y seguidamente la utilización del crédito para recuperarlos, y especulación inmobiliaria gracias al mismo, hasta que la cuerda ya estiró todo lo posible, ya no da más de si.
El sistema está tan deteriorado que las soluciones no se vislumbran.
