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Mensajes - conejo


El 95% de los pisos que se venden en Benidorm se paga al contado


Se confirma el vuelco que ha situado como mayoritario el pago al contado en la compra de vivienda. Sobre todo, en algunos segmentos de inmuebles y en algunas zonas de España como la Costa Blanca, donde alcanza el 95%, según los datos del último informe la inmobiliaria Engel & Völkers analizados por THE OBJECTIVE. Una forma de pago que ya era la tónica predominante en el lujo –viviendas de entre dos y cinco millones de euros– y superlujo –viviendas de más de cinco millones de euros–, pero que poco a poco ha ido ‘permeando’ a otro tipo de vivienda, tal y como aseguran fuentes del sector y como constatan los últimos datos.

En enero, último dato ofrecido por el Consejo General del Notariado, los préstamos hipotecarios para adquisición de vivienda crecieron un 7,6% interanual, hasta las 22.452 operaciones. La cuantía promedio de estos préstamos descendió un 2,1% interanual, alcanzando los 144.313 euros en promedio. El porcentaje de compras de viviendas financiadas mediante un préstamo hipotecario se situó en el 46,3%. Esto supone que, en el primer mes del año, la compra de vivienda al contado supuso el 53,7%.

Un pago a tocateja que también constatan desde la inmobiliaria Engel & Völkers, especializada en inmuebles de alto standing. De todas las propiedades vendidas en España durante el año pasado por esta inmobiliaria, especializada también en la gestión de activos comerciales, yates y aviones, más de la mitad se compraron sin recurrir a hipoteca en las principales capitales españolas.

El 95% en la Costa Blanca

En Valencia únicamente el 35% de los compradores de esta inmobiliaria ha recurrido a los bancos para obtener financiación al comprar una vivienda, frente al 65% de recursos propios, en línea con otras ciudades de la comunidad. Pero muy por encima del resto destaca la Costa Blanca. Según los datos de la inmobiliaria, con una presencia intensa en la zona, en municipios como Altea, Calpe, Moraira, Benissa y Benidorm el 95% de los clientes que adquirieron una propiedad el año pasado lo hicieron con fondos propios, un porcentaje de financiación testimonial que también está presente en Marbella.

Se trata, en todas estas localizaciones, de zonas con un fuerte peso de ciudadanos extranjeros. De hecho, según el informe de la inmobiliaria, la mayoría de los compradores de vivienda en Benidorm es extranjero, con una mayor presencia en Finestrat y Rincon de Loix donde acaparan el 80% de las adquisiciones, con los británicos, holandeses, belgas, polacos y ucranianos a la cabeza, frente al 20% de los nacionales. Por el contrario, en la Playa de Poniente, la distribución es más homogénea entre clientes nacionales (45%) e internacionales (55%). Dentro de toda la zona de Costa Blanca, de media, el 42% de los compradores de vivienda fueron extranjeros frente al 58% de nacionales.

Una llegada de extranjeros y predominio en el mercado inmobiliario que se ha producido en todo Alicante. Si en 2022, el 58% de los clientes de Engel & Völkers eran nacionales, en 2023 este porcentaje se ha reducido al 46% frente al 54% restante de internacionales capitaneados por belgas y holandeses, que han acaparado el 20%, seguidos de suizos, alemanes, escandinavos y ucranianos. En Alicante, de media, apenas el 30% de las operaciones de esta inmobiliaria se cerraron con necesidad de financiación bancaria.

Mientras, en Madrid, el número de clientes de la inmobiliaria que pide hipoteca para afrontar la compra de la vivienda continuó a la baja en un contexto de subidas de los tipos de interés. Si en 2021, el 61% de las compraventas cerradas por Engel & Völkers requirieron de hipoteca, este porcentaje ha ido bajando paulatinamente hasta alcanzar el 47% en 2023.

La demanda de vivienda de lujo, imparable en Madrid

Un vuelco que ha situado como mayoritario el pago al contado, hasta alcanzar el 53% de las operaciones. En Madrid Capital el porcentaje de compradores extranjeros se ha mantenido apenas sin cambios respecto a 2022 después del significativo aumento cercano a los 8 puntos porcentuales registrado el año anterior en la capital. Del total de compras, el 77% fueron nacionales mientras que el 23% de compradores de vivienda en Madrid fueron extranjeros. Los clientes internacionales volvieron a estar liderados por los mejicanos y estadounidenses, seguidos de franceses, italianos, filipinos y argentinos.
La situación no es grave, es la de siempre:



“Duelo a chorizazos”

No me sorprende la noticia que trae el malo. Conozco un caso muy cercano de divorcio con custodia compartida de mascota incluida en la sentencia.

https://twitter.com/nickgerli1/status/1767590269791117558



Tengo una teoría muy personal sobre las burbujas. Quizás sea totalmente equivocada, así que acepto y espero comentarios y correcciones.

Una burbuja puede durar indefinidamente. Hasta que alguien necesita el dinero de verdad. Es decir, en el momento de la explosión de la burbuja lo que ocurre es que un número importante de participantes necesita el dinero de verdad o visto de otra forma que la economía necesita el dinero de verdad porque con tulipanes, bitcoins, ladrillos o acciones de Amazon no puede obtener lo que necesita.

Este tipo de cosas podría ser una señal. No sólo porque la gente tire de sus fondos de pensiones sino porque puede ser un síntoma de que otra gente este tirando de la liquidación de otras cosas.

Pero ojo, que puede ser lo contrario. La gente puede estar liquidando su fondo de pensiones para comprarse el ETF de Grayscale.

Sería algo como:
“Una burbuja puede durar indefinidamente hasta que MUCHOS necesitan el dinero de verdad ¡para meterse en otra burbuja!”


en: Marzo 11, 2024, 23:21:06 pm 12 General / Geopolítica / Re:Geopolitica siglo XXI

Secuencia de una explosión. Según el vídeo un misil ruso Iskander impacta y destruye dos baterías Patriot del ejército ucraniano. Un golpe de 1.000 millones de dólares volatilizados en una fracción de segundo.

Llama la atención cómo la cámara (instalada posiblemente en un drone) parece ascender a toda velocidad para que no le alcance la explosión…

https://youtu.be/5TQaORmGPYM?si=nPBDpQO_BvZHy0cR


… estaba convencido de que se había quedado 30 años atrás.
Ahora creo que van 30 años adelantados.

Es exactamente la misma conclusión que saqué hace ya unos años, hasta el número fue el mismo.

Creo que el Experimento Argentino consiste en medir cuánto aguanta viva la rana y a qué velocidad es más fácil cocerla sin que salte de la olla. Ni más ni menos.

https://ctxt.es/es/20240301/Firmas/45863/Amador-Fernandez-Savater-suicidio-malestar-politizar-vision-en-el-oido-sufrimiento-hedonismo-psicologo-libidinal.htm


LA VISIÓN EN EL OÍDO

El cuerpo como zona de sacrificio; economía política y libidinal del malestar
La medicalización de la sociedad terapéutica tapona los interrogantes. Tapona el pensamiento. Tapona la acción. Es el “como si nada” de las autoridades universitarias frente al caso de suicidio, pero con otro lenguaje

Amador Fernández-Savater
9/03/2024

“La verdadera catástrofe es que todo siga igual.”
(Walter Benjamin)

Una chica se arroja al vacío desde la duodécima planta de la facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. El decanato decide continuar las clases como si nada, aconsejado supuestamente por un equipo de psicólogos. Se diserta y se toman apuntes mientras levantan el cuerpo de la chica. Sus compañeros y otros estudiantes protestan, logran interrumpir el silencio.

¿A quién se le ocurre que lo mejor, cuando sucede algo así, es reproducir la normalidad y no hablar? Negar la palabra, el intercambio de palabras, precisamente lo único que puede curar algo, como sabemos desde Freud. Esa chica decidió quitarse la vida a primera hora de la mañana en el lugar donde estudiaba, ¿acaso no hay nada que pensar al respecto? Seguir igual es no responder de ninguna manera a su gesto. No acogerlo de ningún modo. Reducirla a la nada por segunda vez.

La Facultad de Geografía e Historia fue la mía durante muchos años como estudiante, pero no recuerdo nada parecido. Los tiempos han cambiado mucho desde entonces, a la vez veloz e imperceptiblemente. La presión neoliberal al rendimiento ha transformado nuestras sociedades en profundidad. Los adolescentes y los jóvenes hablan hoy de síntomas, medicaciones y terapias con total soltura, como en otros tiempos hablábamos de porros, motos y chupas.

La normalidad no es ningún refugio que haya que proteger, sino justamente el nido de la serpiente
La normalidad no es ningún refugio que haya que proteger, sino justamente el nido de la serpiente. Lo que hay que interrogar y pensar radicalmente. Desgraciadamente, el “negacionismo” de todo lo disruptivo, de las señales de daño psíquico, social o ambiental, no sólo es un atributo de la extrema derecha, sino transversal a todas las ideologías políticas. Una cuestión de sensibilidad, no de ideas.

¿Aprenderemos a ver y leer esas señales? ¿A detener el maldito “como si nada” de la normalidad mortífera para pensarlas juntos y hacernos cargo?

Economía política del malestar

“Necesitamos cambiar el mundo, no que nos mediquen para soportarlo.”
(Pintada)

Los llamados problemas de salud mental atravesaron con la pandemia la barrera del sonido y empezaron a ser audibles públicamente en sociedad. Durante muchos años, distintos autores, grupos y movimientos pensaron la extensión del malestar psíquico y anímico paralela a la transformación neoliberal del mundo, dando así la voz de alarma. Ahora se ha creado un nuevo cargo en el Ministerio de Sanidad, el Comisionado de Salud Mental, con el objetivo de “rebajar el sufrimiento en la sociedad”.

Las declaraciones de Belén González, la primera comisionada, impresionan. Por lo que señala y por su análisis. Allí donde sólo se ven problemas de salud mental, ella invita a pensar una cuestión política y social. Es un desplazamiento decisivo de la mirada. Lo que se etiqueta como malestar psíquico está relacionado con la precarización de la vivienda y el trabajo, de los vínculos y los afectos, de la misma existencia.

El lazo con el otro está frágil o deshecho, las comunidades barriales o laborales apenas existen. Sin colectividad ninguna a la que acudir, se va al médico. El malestar habla el lenguaje de la salud mental porque es la única vía legitimada para expresarse, conseguir una baja laboral, ser escuchado y tenido en cuenta. Pero lo que se presenta como un caso de estrés o ansiedad tiene mucho que ver con un jefe cabrón o el trabajo cotidiano en un lóbrego sótano.

El problema es que el lenguaje médico individualiza y despolitiza lo que es común y colectivo. Trata de resolver por la vía del diagnóstico y la medicación lo que requeriría una transformación social de las estructuras sociales. Tapona la escucha singular del malestar (y el tratamiento específico) a través de categorías y soluciones a priori.

El malestar no es algo que deba ser “curado” a toda prisa y de cualquier modo, sino en primer lugar interrogado. No se trata simplemente de contenerlo o aliviarlo, sino de escucharlo y acompañarlo. Porque el malestar habla, nos habla, nos está hablando de la necesidad de cambiar las condiciones de vida. Es la señal de que algo no anda bien en la organización de la vida colectiva.

“No es depresión, sino deserción” dice Franco Berardi (Bifo). Lo que se clasifica como problema de salud mental es una protesta silenciosa contra el estado de las cosas. No estamos deprimidos, sino en huelga. Una huelga de nuevo tipo, existencial, humana, que aún no encuentra su forma política, su modo de compartirse.

La medicalización de la sociedad terapéutica tapona la pregunta. Tapona el pensamiento. Tapona la acción. Es el “como si nada” de las autoridades universitarias frente al caso de suicidio pero con otro lenguaje.

Economía libidinal del malestar

“¿Qué tenemos que curar? No lo sé con precisión, pero al menos esto en primer término: la enfermedad de querer curar.”
(Jean-François Lyotard)

Los planteamientos de Belén González, que retoman otros como los que Guillermo Rendueles lleva exponiendo hace décadas, me parecen impecables en términos de “economía política”: la precarización, la explotación y la atomización social resultante como causas objetivas del sufrimiento.

Propongo ahora complementar este enfoque con un análisis “en economía libidinal”. ¿Qué significa esto? Pensar la dimensión deseante, psíquica y anímica de nuestra sociedad. Preguntarnos por la relación entre capitalismo y deseo. Las causas subjetivas del malestar.

¿Cómo aparecen las cosas, cómo experimentamos la vida, qué nos hace vibrar? El malestar tiene también que ver con una relación con el mundo. Con la interiorización de las lógicas de rendimiento y competitividad. No sólo somos víctimas pasivas o inocentes de la vida-mercado, sino también sus agentes activos y entusiastas incluso.

Hoy el mandato de productividad pasa adentro. ¿Adentro de qué? De nosotros mismos. Cada cual reproduce el sistema que nos daña al tomarse a sí mismo como capital humano que gestionar: capital-cuerpo, capital-erótico, capital-imagen, capital-visibilidad, capital-relaciones, capital-contactos, capital-proyectos, capital-ideas, capital-salud y capital-capacidades.

La presión al rendimiento y la competitividad nos hace vibrar. La demanda de hipercomunicación e hiperexpresividad encuentra en nosotros un eco. El mandato de productividad se apoya en nuestros ideales de perfección y de control, en nuestros ideales del yo. Por eso también hay gente con buenos salarios que sufre psíquica y anímicamente, como analiza David Graeber en su Trabajos de mierda.

El movimiento del capital, según lo analiza Marx, busca siempre la expansión: siempre más productividad, rendimiento y competitividad, independientemente del bienestar, la satisfacción y la felicidad de los sujetos. En esta lógica autónoma, los territorios, los recursos y las poblaciones aparecen como inmensas zonas de sacrificio. Zonas a devastar y consumir a mayor gloria del imperativo insaciable de la ganancia.

Nosotros mismos, cuando nos identificamos íntimamente con el capital, obedecemos también esa lógica de siempre-más. Y nuestro propio cuerpo aparece entonces como una zona de sacrificio. Sacrificio de los vínculos y los afectos, de la satisfacción y la felicidad, del reposo y el descanso en la persecución insensata del beneficio, la exigencia y la autoexigencia, la culpa y la deuda.

Nuestros padres y abuelos sacrificaron el cuerpo a través de la represión disciplinadora y autoritaria. Hoy lo hacemos mediante la movilización total, la optimización y la maximización, la gestión empresarial de uno mismo y la marca personal. Una renuncia al cuerpo –a sus inclinaciones, ritmos y altibajos propios– ya no por represión y negación, sino por aceleración y autosuperación permanente. El gimnasio acristalado como nuevo altar público de la lógica sacrificial.

Es ridículo considerar a nuestra sociedad como “hedonista” cuando desconoce absolutamente el placer como gratificación y recompensa que se basta a sí misma. El consumo –el único goce que se conoce– es la compensación de una vida amputada, sin proyecto ni sentido propios, sometida al deseo del Otro, al imperativo de rendimiento y competitividad. Una compensación que, como sabemos bien por experiencia, no calma, aplaca o sacia nada. La insatisfacción es estructural. Un pozo sin fondo.

Politizar el malestar

“Para acabar con la masacre del cuerpo”
(Félix Guattari)

¿Cómo aflojar el nudo de la productividad? ¿Cómo dejamos de identificarnos y vibrar con los imperativos de siempre-más? ¿Cómo salir de la lógica del sacrificio?

Desatar el nudo de la productividad depende de la mejora de las condiciones objetivas: salarios e ingresos, condiciones y espacios de trabajo, tiempo y recursos. Pero también depende de una mutación del deseo. Primero un desasimiento del mandato de rendimiento, luego la instauración de otra relación con el mundo, una nueva experiencia de vida.

Habría que volver a pensar a Marx con Freud, a Freud con Marx, reanudar el diálogo entre política y psicoanálisis. Sin Marx, sin crítica de la economía política y luchas sociales, el psicoanálisis se vuelve adaptativo: minimización de daños mediante el aprendizaje personal de otra relación con el mundo. Sin Freud, sin crítica de la economía libidinal y luchas de deseo, la política acaba prescindiendo de los sujetos y retornando al punto de partida, incapaz de cambio cualitativo.

Politizar el malestar es una bella consigna pero un camino difícil. El malestar es a la vez íntimo y común. La presión al rendimiento se inscribe en cada cuerpo de manera diferente, dependiendo de su historia particular, de su biografía psíquica, de sus heridas y cicatrices personales. La “clase” de los sintomáticos no existirá nunca como bloque homogéneo e identitario, sólo como trama compleja de cuerpos y voces singulares. Una conversación entre diferentes, una configuración de únicos, una banda de solistas.

Freud llamaba “sublimación” al saber-hacer con los malestares íntimos. En lugar de padecer el sufrimiento de forma aislada, ser capaz de elaborar a partir de él algo común y compartido (una obra de arte por ejemplo). Pero se equivocaba al atribuir esa facultad únicamente a algunos artistas geniales. Cualquiera puede, y también en colectivo. Es posible pensar la politización del malestar como un trabajo de sublimación a la vez íntimo y común: salir del padecimiento individual, encontrarse y elaborar el malestar como energía de transformación.

Politizar el malestar empieza por una pregunta: ¿Qué (nos) está pasando? Una pregunta que interrumpe los automatismos, en primer lugar el automatismo del silencio, la normalidad donde anida el mandato de productividad y competencia. Y prosigue con una conversación, un espacio-tiempo de elaboración colectiva desde lo más singular y lo más propio, desde el cuerpo y la vida dañados. Para leer juntos las señales y hacernos cargo.

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Amador Fernández-Savater acaba de publicar Capitalismo libidinal; antropología neoliberal, políticas del deseo, derechización del malestar.


en: Marzo 08, 2024, 20:13:24 pm 15 General / Geopolítica / Re:Geopolitica siglo XXI

Las maniobras Steadfast Defender 2024 en marcha con tropas profesionales de más de 30 países.

Aviso que es un post largo, con varios enlaces a noticias y vídeos. También creo que los titulares de los vídeos exageran en algunos casos ya que no pienso que entren a Ucrania como dicen. No todo coincide (imágenes y textos) pero es para hacernos una idea de lo que se está haciendo.

https://youtu.be/2MwLCARHDFU?si=nUTCDggtPtRH6DgQ





Por lo visto en un par de vídeos deduzco que España ha enviado, como mínimo, 2 barcos de transporte, uno a Polonia y otro a Grecia, para desplegar vehículos militares y parte de las tropas:

https://www.atlantico.net/articulo/vigo/marcha-vehiculos-combate-brilat-eslovaquia/202403020315201022178.html





Llegando a Polonia:

https://youtu.be/AvHlEOhe5NI?si=mrrVVLQV3nAu6HFr










Llegando a Grecia y cruzando la frontera a (posiblemente) Bulgaria:

https://youtu.be/4Cb_jvKzxV8?si=26HMRzCmRwRSSDGK









Saludos

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