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A veces pienso que ya podía el estado poner (y pagar) los servidores para las redes colaborativas persona a persona sin ánimo de lucro. Así Blablacar no sería el negocio de nadie y funcionaría tan bien que entraría en el terreno de Uber. Auténtico servicio público, y neutro (sin intereses privados interpuestos).Seguro que algo así costaría bastante menos que muchas de las acciones que se financian con esos mismos objetivos de optimización energética, conservación medioambiental, etc. Y lo mismo para otras redes colaborativas de verdadero interés público, que no todo es transporte.
'Habemus' quita: el bombazo informativo del fin de semanaTengo en la más alta consideración profesional a Manel Pérez, en la actualidad subdirector de La Vanguardia. Se trata de un periodista sólido cuyas informaciones son siempre tales, esto es: llevan la necesaria carga de solvencia y rigor como para ser tenidas en cuenta. Por eso, cuando este domingo apareció en el rotativo barcelonés, firmada por él, la noticia de que el Gobierno se plantea una quita de la deuda autonómica supe inmediatamente que es verdad.No les voy a engañar, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Por varios motivos que me dispongo a enumerar.En primer lugar, por la perversión del argumento empleado. Puesto que los volúmenes de financiación central asumidos por algunas regiones son imposibles de repagar y el Estado no deja de ser responsable subsidiario en caso de un posible default, directamente reestructuramos cantidades y plazos y santas pascuas. Muerto el perro, se acabó la rabia.Esto estaría muy bien si no fuera por dos razones en contra de peso.La concesión de buena parte de esa financiación era condicional, es decir, venía acompañada de planes de viabilidad que perseguían una corrección estructural de desviaciones presupuestarias y, por ende, una mejor sostenibilidad del sistema en el futuro. Es evidente que sustituir contundencia por complacencia no es la mejor manera de cumplir con ese propósito. Al contrario, la fragilidad del conjunto del sistema aumenta. Da la sensación, de hecho, de que es un nuevo movimiento de la casta para protegerse a sí misma, sea del signo político que sea.Supondría además el reforzamiento de uno de los conceptos más denostados a lo largo de esta crisis, que es el del riesgo moral, por mor del cual se cuida a los incumplidores a la vez que se penaliza a los ortodoxos. Indudablemente, la medida perjudicaría a aquellos dirigentes madrileños, riojanos, navarros, vascos o castellanoleoneses que han renunciado a determinado dinero público y han preferido asumir por sí mismos la responsabilidad asociada a sus deudas, bien ajustando gastos, bien acudiendo a los mercados a tipos muchos más elevados que los ofrecidos desde Hacienda.Esto nos da pie a entrar en el segundo de los argumentos en contra de una propuesta de ese tipo: el hecho de que desde el mismo momento en que dicha posibilidad toma cariz de certeza queda automáticamente cerrada la posibilidad de que las comunidades afectadas puedan acudir al mercado a financiarse. Es así. Y ello aumentaría el círculo de dependencia entre finanzas centrales y regionales en un momento, por cierto, en el que zonas extraordinariamente beneficiadas por este modelo se plantean su segregación del conjunto del territorio nacional (Valor Añadido, "Así destrozará la Catalunya independiente al Tesoro español", 17-06-2014).De darse el paso, no quedaría otra posibilidad que la de la centralización de las emisiones públicas en manos de una organización interterritorial dependiente del Tesoro, lo que, paradójicamente, perjudicaría a aquellos que más independencia en sus cuentas reclaman. De hecho, ni siquiera tendría probablemente sentido ya la individualización de las partidas, toda vez que el Estado trabajaría con una suerte de pool regional de necesidades que distribuiría los recursos en función de unos parámetros fijados de antemano, si es que algún día llegara a haber consenso suficiente para ello, que lo dudo.Es verdad, como señala el propio Manel Pérez en su información, que de facto se está produciendo la asunción por parte del Estado de las obligaciones financieras imposibles de asumir por algunas regiones. Así lo escribimos hace bien poco en relación con Catalunya con motivo del vencimiento de sus “bonos soberanos”, esos colocados entre minoristas a cambio de suculentas comisiones por parte de algunas entidades financieras (VA, "El Estado liquida generosamente el fraude piramidal catalán", 12-05-2014). Sin embargo, explicitarlo del modo que ahora se puede estar contemplando supondría un paso más allá que no sólo no contribuiría al bienestar del país, sino a una quiebra adicional con base en el agravio y la desigualdad de trato entre sus integrantes.Jugar con fuego se llama esto. Ideas de bombero.Buena semana a todos.http://blogs.elconfidencial.com/economia/valor-anadido/2014-12-15/habemus-quita-el-bombazo-informativo-del-fin-de-semana_590608/
Lo que está sucediendo es que nos están sometiendo a un proceso de *saqueo* CALCADO, a los procesos neoliberales que practicaron con latinoamérica con la excusa de la "crisis de la deuda" desde los 70, 80 y 90
Cospedal: “La corrupción es de todos”Afirma que las irregularidades en la política se repiten "en la sociedad en general"Citar"La corrupción no es patrimonio de nadie" porque "lamentablemente es de todos" y "la misma corrupción que puede haber en un partido político, la hay en la sociedad en general".http://politica.elpais.com/politica/2014/12/15/actualidad/1418642568_706485.html
"La corrupción no es patrimonio de nadie" porque "lamentablemente es de todos" y "la misma corrupción que puede haber en un partido político, la hay en la sociedad en general".
Bruselas dejará de pagar proyectos “innecesarios” como el campo de golf de la valla de MelillaLa comisaria europea de Política Regional anuncia que “acabará con la inversión de lujo” financiada por la UE tras conocer mejor el caso del campo de golf de Melilla.Hace una semana defendió el proyecto en una respuesta a una pregunta de la europarlamentaria de Izquierda Unida, Marina Albiol.Afirma que ha avisado a las autoridades españolas de que no enviará “dinero adicional” al campo de golf melillense.“Qué irónico que un proyecto construido para reducir los desequilibrios económicos termine destacando de manera el problema que trataba de resolver”, asevera.Además del dinero europeo, las instalaciones que Europa considera “innecesarias” han costado a las arcas públicas 5 millones desde 2009.http://iniciativadebate.org/2014/12/15/bruselas-dejara-de-pagar-proyectos-innecesarios-como-el-campo-de-golf-de-la-valla-de-melilla/
¿Salimos de la crisis?Las medidas del gobierno del PP no sirven para hacer que los nuevos ingresos generen actividadCuando un presidente de gobierno anuncia que “la crisis es historia” es lógico que la gente lo crea y se disponga a notarlo en su bolsillo, en el empleo y en los ingresos de los que depende su vida y bienestar.Pero en España no hay razón para que eso suceda: otro récord de Rajoy es que, de todas las instituciones que hacen predicciones sobre el PIB y el paro en España, su gobierno es el que más ha fallado siempre.Es cierto que vivimos unos meses con ligera mejora en la actividad y que eso mismo va a seguir ocurriendo más o menos hasta la mitad de 2015. Pero no como resultado de los cambios que se necesitan para salir de verdad de la crisis en la que seguimos estando.La bajada de los precios del petróleo está produciendo un cierto efecto renta positivo que mejora nuestros registros. Pero como ella misma es el resultado de un deterioro general de la actividad, ni será permanente ni suficiente para que se reactiven con fuerza las fuentes de ingresos (salarios, inversión, exportaciones) de los que depende que salgamos de la crisis con actividad suficiente para generar empleo. De hecho, el anuncio de Mariano Rajoy coincide con la confirmación de que estamos oficialmente en deflación.Por otro lado, el periodo preelectoral en el que entramos lleva consigo gasto adicional de las Administraciones que también producirá una sensación de mejora de la economía. Pero será transitoria e incluso de efectos perversos, pues seguirá aumentando la deuda.Lo que hay que tener en cuenta para saber si de verdad salimos o no de la crisis es el tipo específico de recesión que padece España.Lo que nos ocurre es que empresas y familias tienen que dedicar los ya de por sí escasos recursos que reciben a rebajar la deuda gigantesca que habían acumulado en años anteriores. Y para acabar con eso y hacer que los nuevos ingresos generen actividad y empleo no sirven para nada las medidas que viene aplicando el gobierno del PP. Obligadamente tendría que darse alguna de las siguientes cuatro condiciones: que hubiera un crecimiento muchísimo más fuerte del que es imposible que podamos alcanzar sin el concurso de Europa; que se desatase una inflación muy imprevista y alta, lo que también es imposible que ocurra en Europa; un ajuste fiscal tan duro que ningún gobierno se atreverá a realizar porque sería un remedio peor que la enfermedad; o que se lleve a cabo una reestructuración de la deuda pública y privada.Mientras no ocurra alguna de esas circunstancias es imposible que salgamos de donde estamos y lo que tendremos por delante es el peligro de una larga depresión a la japonesa, pero sin que seamos Japón.JUAN TORRES LÓPEZ http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/12/14/andalucia/1418562588_097567.html
Perdóneme la pedantería. Entre los usuarios de una "red colaborativa" hay ánimo de lucro. Lo que me parece perfecto.Conviene no equivocarnos. El que usa una red colaborativa se lucra (en comparación con quién no la usa). Lucro es sinónimo de ganancia, utilidad, provecho. Quién usa una red colaborativa obtiene mayor ganancia, utilidad o provecho que quién no la usa.
Uber es una compañía de taxis fuera de legislación laboral y de seguridad. Hay debate (y es ése estoy fundamentalmente de acuerdo contigo).Parte de ese debate es que una licencia de taxi cueste las barbaridades que aquí se mencionaron hace poco,dignas de la cosa nostra. Pero en eso estamos todos más o menos de acuerdo, creo.Cita de: Saturio en Diciembre 15, 2014, 22:26:28 pmPerdóneme la pedantería. Entre los usuarios de una "red colaborativa" hay ánimo de lucro. Lo que me parece perfecto.Conviene no equivocarnos. El que usa una red colaborativa se lucra (en comparación con quién no la usa). Lucro es sinónimo de ganancia, utilidad, provecho. Quién usa una red colaborativa obtiene mayor ganancia, utilidad o provecho que quién no la usa.En cambio,en esto no estoy nada de acuerdo. El ususario de blablacar, tanto si es pasajero como conductor, a mi juicio lego están completamente fuera del "ánimo de lucro". Yo diría que es "ánimo de ahorro", que no es lo mismo. Optimización de recursos, liberación de rentas, des-lorealización. Es muy TE.¿Se puede decir que quien ahorra algo es como si ganara? Me parece una idea retorcida. En el caso concreto de un desplazamiento, ¿de verdad se puede decir que, si me lleva alguien y compartimos gastos, él está ganando dinero? ¿Y yo? Por cierto, blablacar no sé si gana mucho de la publicidad, pero ahora se financia cobrando un % de cada transacción, y gestionando los pagos a través de la web exclusivamente. A mi me parece estupendo que blablacar ganen dinero con su servicio, que es muy útil para quien lo usa. Tambi+en sostengo que es tan tan útil, que bien podría ser un servicio público. Simplemente eso. Exactamente igual que ahora es, pero sin que medie dinero por la web, ya se ponen de acuerdo y se pagan en mano los usuarios, que es lo normal. Si lo prefieres, "echan gasolina a medias, tres litros uno y tres litros el otro", para que no se pueda decir que alguien cobra por una actividad económica. Los dos pagan. Por último, pensaba que si un servicio blablacar fuera completamente gratuito y masificado (90% de personas com smarphone y 90% de coches nuevos con conexión y pantalla), la evolución del software y las prestaciones de redes pronto harían que funcionara también muy ágil para desplazamientos urbanos no planificados (uber/taxi). A eso me refería con que podrían acabar solapándose.
¿Se puede decir que quien ahorra algo es como si ganara? Me parece una idea retorcida. En el caso concreto de un desplazamiento, ¿de verdad se puede decir que, si me lleva alguien y compartimos gastos, él está ganando dinero? ¿Y yo?
La traición de la clase media.En uno de los vértices que conforman el nuevo triángulo empresarial de el madrileño barrio de Las Tablas, se encuentra el llamado Distrito Telefónica, sede de la conocida multinacional española. Un complejo de nada menos que 370.000 metros cuadrados, de los cuales 140.000 están edificados.[...]Por si todo lo anterior no fuera suficiente, la operadora y el consorcio de transportes de la región de Madrid alcanzaron un acuerdo para llevar el Metro hasta el distrito. Y a tal efecto se construyó una estación en el interior mismo del complejo. Para lo que Telefónica aportó, dicen, 14 millones de euros.Más allá, hacia el Suroeste, cerca de este complejo coexiste otro ecosistema, también con edificios de oficinas, algunos ocupados por empresas de cierto tamaño y otros compartidos por infinidad de pequeñas y medianas empresas. Desgraciadamente, para quienes trabajan allí, la estación de Metro que Telefónica “proporcionó” a sus empleados se encuentra demasiado lejos, a unos 30 ó 35 minutos andando. Por lo que, para ir y venir del trabajo, hay que recurrir al automóvil, dar vueltas y vueltas en busca de aparcamiento [...].Difícil saber el número de personas que trabaja en ese otro “distrito”, pero no es descabellado imaginar que al menos sea un cifra cercana a la del Distrito Telefónica. En cuanto a los perfiles de quienes están a un lado y al otro de esa imaginaria frontera, son muy parecidos: similar educación, habilidades equiparables y aspiraciones en línea con la clase media.Pese a todo, se trata de dos clases medias distintas. Y es que quienes tienen contratos indefinidos en los grandes oligopolios españoles y, también, los que están en la nómina de las Administraciones Públicas, ocupando plaza de inspector de Hacienda, abogado del Estado, profesor, médico, enfermero o auxiliar administrativo, no sólo han tenido su puesto de trabajo asegurado durante estos casi ocho años de crisis, sino que además disfrutan de numerosas prestaciones. Incluso, a los más afortunados, les llevan el transporte público a la puerta. Mientras que los que están en ese sector cada vez más testimonial, el sector privado puro y duro, han de buscarse la vida. Y allí, en Las Tablas, como en un laboratorio a pie de calle, se puede apreciar con nitidez esta realidad: la existencia de dos clases medias muy distintas. La clase media de quienes viven al amparo de un Estado corporativo, constituido por las Administraciones Públicas y las corporaciones protegidas por los legisladores. Y la clase media de quienes están a la intemperie, al otro lado de esa frontera invisible.[...]Pero España no es una sociedad abierta. Y, por lo que parece, tiene muy pocos visos de serlo algún día. De hecho, las grandes partidos, los que ocupan o han ocupado el poder anteriormente y los que aspiran a sucederles, tienen, en esencia, un discurso demasiado parecido. En todos ellos hay una compulsión estatista, con constantes guiños a esas clases medias que de una forma u otra conforman orgánicamente el Estado, bien sea desde dentro del propio Estado, bien desde la corporación que recibe el favor político. Y por más que apelen a esa abstracción que llaman “clase trabajadora” –que no es más que la tercera clase media en discordia, la aspiracional–, saben bien que donde el poder se gana y se pierde es en el campo de batalla de las clases medias, especialmente en el de aquellas que más dependen del BOE.Ello explicaría que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, una vez lanzada la consigna de que lo peor de la crisis había pasado, se apresurara a deshacerse en elogios hacia los funcionarios, por los grandes sacrificios que, a su juicio, habían realizado. Cuando resulta que han sido las pequeñas y medianas empresas, microempresas y autónomos, los que se han comido el marrón del ajuste, perdiendo en muchos casos hasta la camisa y soportando un paro superior al 25%. Sin embargo, la reducción salarial y la pérdida de alguna que otra paga extraordinaria, quebrantos que sin dudar habría aceptado el hombre de la calle con tal de evitar verse abocado a la indigencia, eran, para esta abogada del Estado en permanente excedencia, el mayor acto de heroísmo que habían visto sus ojos. Y todos, incluso aquellos que dormían debajo de un puente, debían estar agradecidos.[...]http://vozpopuli.com/blogs/5269-javier-benegas-la-traicion-de-la-clase-media
Lúcido Javier Benegas.CitarLa traición de la clase media.En uno de los vértices que conforman el nuevo triángulo empresarial de el madrileño barrio de Las Tablas, se encuentra el llamado Distrito Telefónica, sede de la conocida multinacional española. Un complejo de nada menos que 370.000 metros cuadrados, de los cuales 140.000 están edificados.[...]Por si todo lo anterior no fuera suficiente, la operadora y el consorcio de transportes de la región de Madrid alcanzaron un acuerdo para llevar el Metro hasta el distrito. Y a tal efecto se construyó una estación en el interior mismo del complejo. Para lo que Telefónica aportó, dicen, 14 millones de euros.Más allá, hacia el Suroeste, cerca de este complejo coexiste otro ecosistema, también con edificios de oficinas, algunos ocupados por empresas de cierto tamaño y otros compartidos por infinidad de pequeñas y medianas empresas. Desgraciadamente, para quienes trabajan allí, la estación de Metro que Telefónica “proporcionó” a sus empleados se encuentra demasiado lejos, a unos 30 ó 35 minutos andando. Por lo que, para ir y venir del trabajo, hay que recurrir al automóvil, dar vueltas y vueltas en busca de aparcamiento [...].Difícil saber el número de personas que trabaja en ese otro “distrito”, pero no es descabellado imaginar que al menos sea un cifra cercana a la del Distrito Telefónica. En cuanto a los perfiles de quienes están a un lado y al otro de esa imaginaria frontera, son muy parecidos: similar educación, habilidades equiparables y aspiraciones en línea con la clase media.Pese a todo, se trata de dos clases medias distintas. Y es que quienes tienen contratos indefinidos en los grandes oligopolios españoles y, también, los que están en la nómina de las Administraciones Públicas, ocupando plaza de inspector de Hacienda, abogado del Estado, profesor, médico, enfermero o auxiliar administrativo, no sólo han tenido su puesto de trabajo asegurado durante estos casi ocho años de crisis, sino que además disfrutan de numerosas prestaciones. Incluso, a los más afortunados, les llevan el transporte público a la puerta. Mientras que los que están en ese sector cada vez más testimonial, el sector privado puro y duro, han de buscarse la vida. Y allí, en Las Tablas, como en un laboratorio a pie de calle, se puede apreciar con nitidez esta realidad: la existencia de dos clases medias muy distintas. La clase media de quienes viven al amparo de un Estado corporativo, constituido por las Administraciones Públicas y las corporaciones protegidas por los legisladores. Y la clase media de quienes están a la intemperie, al otro lado de esa frontera invisible.[...]Pero España no es una sociedad abierta. Y, por lo que parece, tiene muy pocos visos de serlo algún día. De hecho, las grandes partidos, los que ocupan o han ocupado el poder anteriormente y los que aspiran a sucederles, tienen, en esencia, un discurso demasiado parecido. En todos ellos hay una compulsión estatista, con constantes guiños a esas clases medias que de una forma u otra conforman orgánicamente el Estado, bien sea desde dentro del propio Estado, bien desde la corporación que recibe el favor político. Y por más que apelen a esa abstracción que llaman “clase trabajadora” –que no es más que la tercera clase media en discordia, la aspiracional–, saben bien que donde el poder se gana y se pierde es en el campo de batalla de las clases medias, especialmente en el de aquellas que más dependen del BOE.Ello explicaría que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, una vez lanzada la consigna de que lo peor de la crisis había pasado, se apresurara a deshacerse en elogios hacia los funcionarios, por los grandes sacrificios que, a su juicio, habían realizado. Cuando resulta que han sido las pequeñas y medianas empresas, microempresas y autónomos, los que se han comido el marrón del ajuste, perdiendo en muchos casos hasta la camisa y soportando un paro superior al 25%. Sin embargo, la reducción salarial y la pérdida de alguna que otra paga extraordinaria, quebrantos que sin dudar habría aceptado el hombre de la calle con tal de evitar verse abocado a la indigencia, eran, para esta abogada del Estado en permanente excedencia, el mayor acto de heroísmo que habían visto sus ojos. Y todos, incluso aquellos que dormían debajo de un puente, debían estar agradecidos.[...]http://vozpopuli.com/blogs/5269-javier-benegas-la-traicion-de-la-clase-media