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...La diferencia entre worker y employee en UK, si no entiendo mal, que los workers trabajan para gente cuya profesión o negocio no es la del individuo. Imaginemos, por ejemplo un trabajador de limpieza de una empresa industrial....
La pandemia deja a 1,3 millones de españoles sin empleo efectivoAsempleo cifra el impacto de la Covid-19 en el mercado laboral: se han destruido 400.000 puestos de trabajo y 900.000 personas siguen en ERTE
El Banco de España pide reformas estructurales "ambiciosas y consensuadas"Óscar Arce afirma que los políticos han de decidir ya un sistema de pensionesDados los retos de "enorme calado" a los que se enfrenta la economía española es necesario diseñar ya "una agenda de reformas estructurales, ambiciosa, integral, permanente y basada en el consenso político y socioeconómico". Así ha concluido Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España, su intervención en la Jornada "Crisis y recuperación económica", organizada hoy por la Universidad de Alcalá de Henares y la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE).Arce considera, asimismo, que debe plantearse un plan de plan de consolidación fiscal para "cuando la recuperación esté asentada, a fin de reducir la vulnerabilidad que generan los altos niveles de deuda pública (120% sobre PIB con una subida en 2020 de 23 puntos porcentuales) y reconstruir los márgenes de política fiscal". Igualmente ha animado a tener "una estrategia rigurosa" para manejar los Fondos de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea. Estos, ha señalado, pueden utilizarse para hacer una adecuada transición ecológica, y en ese sentido ha alabado que el el Gobierno dedique el 39% de los mismos a inversiones verdes, y también "a financiar algunos costes de esa transición y compensar a los agentes que van a salir perjudicados".Ha recordado que a corto plazo hay riesgos debidos a las nuevas cepas del coronavirus y a "los vaivenes del proceso de vacunación en la Unión Europea" y a medio plazo, porque no se conoce cuál será el alcance del desembolsamiento de la elevada tasa de ahorro familiar causada por la pandemia ni tampoco el ritmo de recuperación del turismo internacional.El directivo del Banco de España ha afirmado que, en lo que se refiere al mercado laboral, "a juzgar por los resultados de tdo tipo, desde la situación de los jóvenes al paro de largo duración, creo que no lo hemos hecho bien". Problemas como la dualidad en la protección según la edad en el mercado de trabajo o la alta tasa temporalidad reflejan, a su juicio, que con las sucesivas reformas laborales de las últimas décadas "no hemos bien los deberes".Respecto a otro de los retos actuales de la economía española, las pensiones, Arce ha declarado que "es fundamental que desde la esfera política se determine qué grado de suificiencia y generosidad debe tener el sistema y acto seguido, se determinen de manera clara, unívoca y permanente las fuentes de financiación para alcanzar ese grado de generosidad de manera automática, para no debatir cuando llegan los momentos de dificultad, y transparente para que los ciudadanos tomen decisiones sobre su vida laboral".JóvenesLa intervención de Óscar Arce ha repasado la situación laboral de los jóvenes en España, con una conclusión negativa como es que son el segmento de población "más vulnerable" y que España arroja los peores resultados laborales y educativos de la zona euro. Esta vulnerabilidad está provocada por varios factores. En primer lugar, la crisis pandémica ha afectado en mayor medida a los sectores de industrias sociales, como la hostelería y el ocio, que son los que emplean a mayor número de trabajadores jóvenes. La temporalidad y la menor antigüedad en el empleo ha hecho que los jóvenes hayan sido los menos beneficiados por los ERTE.En España ya se partía de niveles educativos bajos, con la cantidad más alta de la zona euro de personas entre los 25 y los 29 años con un grado de estudios de 1º ciclo de secundaria. Aunque "aún es pronto para evaluar" los efectos de la pandemia, en otros países ya han concluido que han sido muy negativos. "En Estados Unidos el rendimiento en matemáticas ha bajado un 50%".Sobre los niveles de renta, Arce ha descrito que el ciclo expansivo 2014-18 no fue suficiente para que los jóvenes recuperaran lo perdido en la crisis financiera, "con lo que el impacto de la pandemia lo notarán con mayor intensidad".
¿Y si nos intervinieran?, Gay de LiébanaRealmente causa pavor y estremece ver el deshonor de las finanzas públicas españolas en 2020. Uno siente vergüenza como ciudadano y contribuyente por el desaguisado montado por los gestores del dinero público y por su falta de rigor. Aquí la disciplina fiscal brilla por su ausencia.España asume el oprobio de ser en 2020 el país de la Unión Europea cuyo déficit público es más pronunciado: -11% del PIB. Y el saldo deficitario, por cierto, ha sido reajustado por la Comisión Europea de manera que los 113.172 millones de euros anunciados por nuestro Gobierno, como es habitual, se rectifican, a peor, por Bruselas, cerrándose el déficit en 123.072 millones.Atendiendo a la evolución del gasto público en 2020, el descuadre contable no responde ni mucho menos a ayudas y apoyos al mundo económico y empresarial por parte del Estado, que han sido mínimas entre mínimas, sino a la imparable y volcánica prodigalidad pública que no cesa en su propensión alcista, confirmando la abominable obesidad de las estructuras del Estado. En este punto, caben sendas cavilaciones. La primera, acerca de la imperiosa necesidad de que nuestras cuentas públicas se sometan a cirugía contable. Hay que eliminar grasa en el gasto público y la austeridad, vocablo desconocido en el plano gubernamental, tarde o temprano tendrá que prevalecer. La segunda preocupación conecta con todo ese sainete que se arma a propósito de las aprobaciones de los Presupuestos Generales del Estado y los de las Comunidades Autónomas, a los tira y afloja, a los discursos enfervorizados y a tanta parafernalia típica del escenario político-presupuestario. Sin embargo, después, a la hora de la verdad, cuando se ejecutan y liquidan los Presupuestos, nadie abre la boca, no se piden explicaciones, dándose un vacío informativo y de transparencia alarmante. No se trata de discutir tantos matices sobre lo que se ingresará y lo que se gastará, sino de ver efectivamente qué se ingresa y qué se gasta.En lo atinente a la deuda pública, España, después de Grecia, Italia y Portugal es el país europeo con mayor cuantía: 120% del PIB en 2020. Y subiendo, que al cierre de febrero la deuda pública alcanza 1.366.970 millones, cuando a 31 de diciembre de 2020 era de 1.345.570 millones de euros.No obstante, el montante total de los pasivos en circulación de las Administraciones Públicas, al concluir 2020, suma 1.990.130 millones de euros, 177% del PIB. Si a ese importe se le añade la deuda de las empresas públicas, 38.607 millones, los pasivos exigibles de nuestras Administraciones Públicas, al bajarse el telón de 2020, se elevan a 2.028.737 millones, el 180,8% del PIB.En 2007, antes de que estallara la crisis financiera, España lucía un saldo de tales pasivos de 513.038 millones de euros, representativos del 47,7% del PIB. De entonces acá, el salto de los susodichos pasivos es aterrador: 1.477.092 millones de euros. En 2007 nuestro PIB fue de 1.075.539 millones; en 2020 de 1.121.698 millones, apenas 46.159 millones más.Y mientras eso sucedía, las familias españolas han reducido su deuda de 2008 a 2020 en 216.526 millones de euros y nuestras empresas en 316.999 millones.La caída de nuestra economía en 2020 ha sido la más pronunciada del mundo avanzado, derrumbándose el PIB el -11% según el Fondo Monetario Internacional. Nuestra tasa de paro oficial actualmente es la más elevada de toda Europa; la real, si se computa el desempleo que no se oficializa, sobrepasa con creces el 20%. Lo mismo sucede con el paro juvenil, con prácticamente el 40%. Nuestras empresas, sobre todo las pequeñas y autónomos, están cayendo como moscas. Sin empresas, no hay economía. Y flaquean las perspectivas sólidas de recuperación.A la vista de este panorama decadente y aflictivo, que lleva tiempo erosionando nuestras posibilidades económicas, la pregunta pertinente, aunque suene impertinente, es: ¿no sería mejor que de una vez por todas España fuera intervenida por Europa y el Fondo Monetario Internacional? Durante estos años recientes se ha demostrado la manifiesta incapacidad de nuestros gobernantes y la clase política para sacar adelante a España. Quizás es la hora en que necesitamos que vengan desde fuera y nos pongan firmes para así poder desarrollar todo nuestro potencial económico, descargándonos de la pesada rémora política y soslayar a quienes cortocircuitan nuestra prosperidad.
‘We are drowning in insecurity’: young people and life after the pandemic(...)This sense of insecurity is changing the way younger generations see the world. The FT’s survey does not claim to be representative, but it hints at shifts in how young people perceive the role of luck versus merit, the way they traverse the world of work, and how they feel about the future.
España e Israel detectan casos de miocarditis en vacunados con Pfizer
La transición que no fuedomingo, 25 de abril de 2021Turbinas eólicas abandonadasQueridos lectores:Desde mi comparecencia en el Senado de España, algunas personas me han remitido diversos informes sobre el estado de algunos sectores industriales en España. Todos ellos están relacionados con un tema que mencioné en mi comparecencia y sobre el que ya escribí aquí, el fin del plástico barato. Los informes mencionan siempre lo mismo: encarecimiento más que significativo en el último año de los plásticos y otras materias primas (maderas, aluminio, acero laminado, etc), empresas declarando fuerza mayor para no cumplir con sus contratos de suministro, ruptura de stock en algunos casos... Y en general, nadie espera que estos problemas se vayan a resolver antes de 2022 o 2023.Si uno lee los análisis sobre las causas de estos problemas de suministro, suele encontrar toda una diversidad de problemas aducidos. Suele mencionarse la escasez de materia prima (a veces presentada de manera elíptica; por ejemplo, "desajustes entre la oferta y la demanda"), pero también se mencionan muchas cuestiones coyunturales de influencia variable pero que claramente se exagera en esos informes: se habla de la tormenta de nieve en Texas, la obstrucción del canal de Suez o el incremento del consumo de ciertos productos higiénicos derivados de las medidas contra la CoVid. Lo cierto es que en 2020 el consumo en general se redujo muchísimo, y los problemas de escasez ya eran notorios a finales de 2020, así que todos esos problemas mencionados suenan a excusas más que a la verdadera causa de tanto desarreglo. Todos, excepto la escasez de materia prima.Y es que en la raíz de todos estos problemas está el acelerado descenso de la producción de petróleo en el que ya estamos inmersos. No voy a repetir aquí una vez más los mismos argumentos con todo detalle; consulten, si lo consideran necesario, lo que se discutió en el post "El Gran Despilfarro". El resumen del argumento es el siguiente: las compañías petroleras descubrieron hace unos años que no quedan yacimientos de petróleo rentables, porque a pesar de estar en precios récord perdían dinero a manos llenas; así pues, desde 2014 están reduciendo drásticamente sus inversiones y por ese motivo la propia Agencia Internacional de la Energía anticipa una caída de la producción de petróleo muy importante y ya imparable, que podría llegar a ser hasta del 50% en 2025 si no reaccionamos. Incluso si hay una fuerte reacción, una caída del 20% parece inevitable. Una caída tan grande de la producción de petróleo augura un auténtico desastre económico. Solo este año, la producción podría caer ya un 10%. La escasez de ciertas materias primas que se está observando nos indica que efectivamente vamos por ese camino. El precio del barril de petróleo aún no se ha disparado de precio, pero por culpa de la ley de Liebig de las refinerías (que comentábamos al hablar de la escasez de plásticos) el plástico ya escasea. La escasez de otras materias primas, como los microchips o algunos metales, tiene una componente energética y otra que depende de muchos otros factores, pero en todo caso será agudizada por el descenso del petróleo.Y aún en este momento, en el que la producción de petróleo cae desde 2018 sin posibilidades de recuperarse nunca más, en el que sabemos que ya hemos pasado el temido peak oil, aún sale algún langrán diciendo que eso del peak oil ya fue desmentido, o el típico avispado que dice una variante de aquello de "Llevan años diciendo lo mismo. Siempre dicen que quedan 30 años para que se acabe el petróleo". Dejando al margen que ningún científico ha dicho nunca que el petróleo se fuera a acabar en 30 años (no, ninguno nunca lo ha dicho: nómbrese uno) y que quien dice eso tiene una supina ignorancia de qué es exactamente el pico del petróleo o peak oil (para quien le interese, aquí encontrará un sencillo vídeo explicativo), es absolutamente grotesco que en un momento tan delicado como el actual, en el que la producción de petróleo ya cae y que por culpa de la espantada de las petroleras va a seguir cayendo y encima más rápido de lo que debería haber sido, en un momento en que se nos viene encima una bofetada de realidad histórica con una Gran Escasez de casi todo, se pretenda de manera tan autosuficiente ignorar un problema que ya nos está explotando en las narices. Por poner una analogía: imaginen un fumador empedernido al que amigos y familiares le han dicho durante años que deje de fumar porque al final contraerá un cáncer. El fumador siempre les había respondido, burlonamente, que llevan años diciéndole lo mismo pero que el cáncer nunca llega. Hasta que un día va al médico porque tiene unas molestias y el médico le dice que tiene un cáncer. Ahora imagínense que delante de ese diagnóstico, nuestro fumador se burlase del médico y le dijera que no le venga con la misma cantinela de siempre, de asustarle con que tendrá un cáncer. Sin entender que ya tiene el cáncer. Pues igual de grotesco es que en este momento tan delicado aparezcan algunos aturdidos diciendo que eso del peak oil es la misma cantinela de siempre. Pues no, señores: el peak oil ahora ya ha pasado. El tiempo de prevenirlo ya ha pasado; ahora es el tiempo de adaptarnos. Igual que con el ejemplo del fumador, ya no es simplemente cuestión de dejar de fumar: ahora tendremos que emprender tratamientos agresivos para parar el cáncer. Y lo último que necesitamos es a unos zangolotinos que solo quieren seguir arrastrando los pies un rato más.Pero, por ese mismo motivo, porque ya estamos iniciando el descenso, ya no hay tiempo para las soluciones que se están proponiendo para la Transición Energética, motivada por la lucha contra el Cambio Climático pero que también deberían valer para hacer frente a la escasez energética y material que se nos viene encima. Llevamos muchos, demasiados, años discutiendo los pros y contras de la transición renovable. Llevamos muchos, demasiados, años discutiendo los límites de las renovables, con discrepancias legítimas que aún no se han resuelto. No se hizo nada cuando se tenía que hacer porque, en el fondo, no nos parecía tan urgente. Y ahora, simplemente, lo que teníamos planeado ya no se puede.Latinoamérica pasó su pico de la energía en 2016, y justo antes de la CoVid su consumo de energía sobrepasó su producción. Con el actual agravamiento global del problema energético, ¿va a poder Chile seguir enviándonos su cobre, sobre todo ahora que sus costes se han disparado por la pobreza de ley de las minas? ¿Va a seguir Argentina exportando su litio para las baterías? ¿Va a seguir México enviándonos su petróleo? Esto último ya sabemos que no: el consumo de petróleo de México ya supera a su producción desde hace un par de años.¿Seguirán viniendo los paneles solares de China como hasta ahora? ¿Y el neodimio? ¿Y el cobalto desde el Congo? ¿El uranio de Níger?En una situación en que la urgencia energética afectará a todo el globo, en la que todo el mundo tendrá que hacer de alguna manera su transición energética, ¿se va a poder mantener el tráfico mundial de las esenciales materias primas para la transición energética? Rotundamente, no. Con una producción de petróleo en descenso, ¿cómo funcionarán las máquinas que operan en las remotas minas de cobre, litio, platino, plata, oro? ¿Cómo trabajará la maquinaria que se usa para procesar el neodimio, el disprosio o el praseodimio? ¿Qué coste tendrá transportar esas materias de las minas a otros países donde se procesan? ¿Qué coste el transporte de las materias ya procesadas hasta llegar a Europa? Si ya sería extremadamente complejo si solo Europa emprendiera la transición energética, en el contexto al que vamos la competencia por esas materias será global. Porque no se trata ya de luchar contra el Cambio Climático, contra el cual hay países más comprometidos y concienciados que otros; aquí, es verdaderamente una guerra de todos contra todos. Y, además, por nuestro propio interés necesitaríamos que algunos países fuera de Europa hicieran también su transición, porque si no sus minas cerrarían y nos quedaríamos sin esos materiales.Las hojas Excel de nuestros economistas de guardia, aquellos que asesoran a nuestros gobiernos y grandes empresas, no contemplan ningún problema. El mercado proveerá. Si se les señalan las dificultades, alegan que el ingenio humano no tiene límites y que el mercado siempre encuentra sustitutos eficientes para todo, y que el que no entienda eso es que es un ignorante en economía. Pero son ellos los que no saben nada. No saben que hace tiempo que se hicieron modelos complejos para describir la interacción entre todos los factores, tanto los económicos como los físicos, con mayor realismo. No saben nada del modelo World3, no saben nada de MEDEAS, no saben nada de Locomotion. Para ellos, su Excel es más que suficiente para describir la complejidad del mundo.Ahora, al calor de los fondos NextGenerationEU, en España las grandes empresas y los grandes fondos de inversión se han lanzado a promover enormes proyectos de parques renovables, para generar una electricidad que no sabemos si necesitamos, y si no la necesitamos la usaremos para hacer hidrógeno. El hidrógeno, que como reconocía un ponente de unas conferencias a las que asistí hace unos días, se había intentado introducir hace 20 años y se fracasó, que se volvió a intentar hacer 10 años y se volvió a fracasar, y que esperan a ver si a la tercera va la vencida. Todos esos parques y esas plantas de hidrólisis, que necesitan de materias primas y elaboradas que tienen que venir de tan lejos y que no podrán llegar, si falta petróleo. En la Ley del Cambio Climático y la Transición Energética se habla de la descarbonización total de la economía española en 2050, y de un avance significativo para 2030; por ello, el plan es hacer todos estos parques y sistemas, que ya antes no sabíamos si serían adecuados, pero que ahora sabemos que simplemente no será posible ni instalarlos. Hablamos de transicionar parcialmente en 2030 y totalmente en 2050, cuando quizá el año que viene haya cosas que ya estén fallando.Hemos esperado demasiado tiempo. En medio del incendio no es el momento de hacer una junta de vecinos para aprobar la instalación de una escalera de incendios. En un avión gravemente averiado, cuando el comandante dice "brace, brace" no es el momento para discutir qué visitaremos primero cuando lleguemos a nuestro destino. Ya no hay tiempo para eso.Quizá haya tiempo de instalar en los próximos años algunos, unos pocos, de estos parques renovables y otros sistemas. Sin embargo, el foco debería estar en otro lado. Deberíamos dotarnos, a la mayor brevedad, de la capacidad de ser autosuficientes en la producción de alimentos. Deberíamos de asegurar el suministro de agua, en condiciones de potabilidad, y la capacidad de depurar las aguas residuales. Deberíamos relocalizar la producción de todo lo que sea relocalizable. Deberíamos abrir nuestros vertederos y chatarrerías para reaprovechar todo lo reaprovechable. Reciclar todo lo que sea reciclable y hacer una reingeniería de los procesos industriales para favorecer el reciclaje, sobre todo de ciertos metales. Deberíamos abandonar la megalomanía de esos proyectos que a día de hoy son imposibles y centrarnos en salvar lo más pequeño, lo fundamental. Hay que olvidar esa transición que soñamos, que quizá pudiera haber sido hace 20 años pero que hoy ya no será. Es mejor que la dejemos ir. La transición que no será. La transición que no fue. Porque ya no hay tiempo.Salu2.AMT
Podría ser, pero tiene un problema. Entonces dejan de controlar bastante al currante que puede atender un pedido de otra plataforma y no de la tuya. Tendrían que hacer una especie de cartel.
CitarLa transición que no fuedomingo, 25 de abril de 2021Turbinas eólicas abandonadasQueridos lectores:Desde mi comparecencia en el Senado de España, algunas personas me han remitido diversos informes sobre el estado de algunos sectores industriales en España. Todos ellos están relacionados con un tema que mencioné en mi comparecencia y sobre el que ya escribí aquí, el fin del plástico barato. Los informes mencionan siempre lo mismo: encarecimiento más que significativo en el último año de los plásticos y otras materias primas (maderas, aluminio, acero laminado, etc), empresas declarando fuerza mayor para no cumplir con sus contratos de suministro, ruptura de stock en algunos casos... Y en general, nadie espera que estos problemas se vayan a resolver antes de 2022 o 2023.Si uno lee los análisis sobre las causas de estos problemas de suministro, suele encontrar toda una diversidad de problemas aducidos. Suele mencionarse la escasez de materia prima (a veces presentada de manera elíptica; por ejemplo, "desajustes entre la oferta y la demanda"), pero también se mencionan muchas cuestiones coyunturales de influencia variable pero que claramente se exagera en esos informes: se habla de la tormenta de nieve en Texas, la obstrucción del canal de Suez o el incremento del consumo de ciertos productos higiénicos derivados de las medidas contra la CoVid. Lo cierto es que en 2020 el consumo en general se redujo muchísimo, y los problemas de escasez ya eran notorios a finales de 2020, así que todos esos problemas mencionados suenan a excusas más que a la verdadera causa de tanto desarreglo. Todos, excepto la escasez de materia prima.Y es que en la raíz de todos estos problemas está el acelerado descenso de la producción de petróleo en el que ya estamos inmersos. No voy a repetir aquí una vez más los mismos argumentos con todo detalle; consulten, si lo consideran necesario, lo que se discutió en el post "El Gran Despilfarro". El resumen del argumento es el siguiente: las compañías petroleras descubrieron hace unos años que no quedan yacimientos de petróleo rentables, porque a pesar de estar en precios récord perdían dinero a manos llenas; así pues, desde 2014 están reduciendo drásticamente sus inversiones y por ese motivo la propia Agencia Internacional de la Energía anticipa una caída de la producción de petróleo muy importante y ya imparable, que podría llegar a ser hasta del 50% en 2025 si no reaccionamos. Incluso si hay una fuerte reacción, una caída del 20% parece inevitable. Una caída tan grande de la producción de petróleo augura un auténtico desastre económico. Solo este año, la producción podría caer ya un 10%. La escasez de ciertas materias primas que se está observando nos indica que efectivamente vamos por ese camino. El precio del barril de petróleo aún no se ha disparado de precio, pero por culpa de la ley de Liebig de las refinerías (que comentábamos al hablar de la escasez de plásticos) el plástico ya escasea. La escasez de otras materias primas, como los microchips o algunos metales, tiene una componente energética y otra que depende de muchos otros factores, pero en todo caso será agudizada por el descenso del petróleo.Y aún en este momento, en el que la producción de petróleo cae desde 2018 sin posibilidades de recuperarse nunca más, en el que sabemos que ya hemos pasado el temido peak oil, aún sale algún langrán diciendo que eso del peak oil ya fue desmentido, o el típico avispado que dice una variante de aquello de "Llevan años diciendo lo mismo. Siempre dicen que quedan 30 años para que se acabe el petróleo". Dejando al margen que ningún científico ha dicho nunca que el petróleo se fuera a acabar en 30 años (no, ninguno nunca lo ha dicho: nómbrese uno) y que quien dice eso tiene una supina ignorancia de qué es exactamente el pico del petróleo o peak oil (para quien le interese, aquí encontrará un sencillo vídeo explicativo), es absolutamente grotesco que en un momento tan delicado como el actual, en el que la producción de petróleo ya cae y que por culpa de la espantada de las petroleras va a seguir cayendo y encima más rápido de lo que debería haber sido, en un momento en que se nos viene encima una bofetada de realidad histórica con una Gran Escasez de casi todo, se pretenda de manera tan autosuficiente ignorar un problema que ya nos está explotando en las narices. Por poner una analogía: imaginen un fumador empedernido al que amigos y familiares le han dicho durante años que deje de fumar porque al final contraerá un cáncer. El fumador siempre les había respondido, burlonamente, que llevan años diciéndole lo mismo pero que el cáncer nunca llega. Hasta que un día va al médico porque tiene unas molestias y el médico le dice que tiene un cáncer. Ahora imagínense que delante de ese diagnóstico, nuestro fumador se burlase del médico y le dijera que no le venga con la misma cantinela de siempre, de asustarle con que tendrá un cáncer. Sin entender que ya tiene el cáncer. Pues igual de grotesco es que en este momento tan delicado aparezcan algunos aturdidos diciendo que eso del peak oil es la misma cantinela de siempre. Pues no, señores: el peak oil ahora ya ha pasado. El tiempo de prevenirlo ya ha pasado; ahora es el tiempo de adaptarnos. Igual que con el ejemplo del fumador, ya no es simplemente cuestión de dejar de fumar: ahora tendremos que emprender tratamientos agresivos para parar el cáncer. Y lo último que necesitamos es a unos zangolotinos que solo quieren seguir arrastrando los pies un rato más.Pero, por ese mismo motivo, porque ya estamos iniciando el descenso, ya no hay tiempo para las soluciones que se están proponiendo para la Transición Energética, motivada por la lucha contra el Cambio Climático pero que también deberían valer para hacer frente a la escasez energética y material que se nos viene encima. Llevamos muchos, demasiados, años discutiendo los pros y contras de la transición renovable. Llevamos muchos, demasiados, años discutiendo los límites de las renovables, con discrepancias legítimas que aún no se han resuelto. No se hizo nada cuando se tenía que hacer porque, en el fondo, no nos parecía tan urgente. Y ahora, simplemente, lo que teníamos planeado ya no se puede.Latinoamérica pasó su pico de la energía en 2016, y justo antes de la CoVid su consumo de energía sobrepasó su producción. Con el actual agravamiento global del problema energético, ¿va a poder Chile seguir enviándonos su cobre, sobre todo ahora que sus costes se han disparado por la pobreza de ley de las minas? ¿Va a seguir Argentina exportando su litio para las baterías? ¿Va a seguir México enviándonos su petróleo? Esto último ya sabemos que no: el consumo de petróleo de México ya supera a su producción desde hace un par de años.¿Seguirán viniendo los paneles solares de China como hasta ahora? ¿Y el neodimio? ¿Y el cobalto desde el Congo? ¿El uranio de Níger?En una situación en que la urgencia energética afectará a todo el globo, en la que todo el mundo tendrá que hacer de alguna manera su transición energética, ¿se va a poder mantener el tráfico mundial de las esenciales materias primas para la transición energética? Rotundamente, no. Con una producción de petróleo en descenso, ¿cómo funcionarán las máquinas que operan en las remotas minas de cobre, litio, platino, plata, oro? ¿Cómo trabajará la maquinaria que se usa para procesar el neodimio, el disprosio o el praseodimio? ¿Qué coste tendrá transportar esas materias de las minas a otros países donde se procesan? ¿Qué coste el transporte de las materias ya procesadas hasta llegar a Europa? Si ya sería extremadamente complejo si solo Europa emprendiera la transición energética, en el contexto al que vamos la competencia por esas materias será global. Porque no se trata ya de luchar contra el Cambio Climático, contra el cual hay países más comprometidos y concienciados que otros; aquí, es verdaderamente una guerra de todos contra todos. Y, además, por nuestro propio interés necesitaríamos que algunos países fuera de Europa hicieran también su transición, porque si no sus minas cerrarían y nos quedaríamos sin esos materiales.Las hojas Excel de nuestros economistas de guardia, aquellos que asesoran a nuestros gobiernos y grandes empresas, no contemplan ningún problema. El mercado proveerá. Si se les señalan las dificultades, alegan que el ingenio humano no tiene límites y que el mercado siempre encuentra sustitutos eficientes para todo, y que el que no entienda eso es que es un ignorante en economía. Pero son ellos los que no saben nada. No saben que hace tiempo que se hicieron modelos complejos para describir la interacción entre todos los factores, tanto los económicos como los físicos, con mayor realismo. No saben nada del modelo World3, no saben nada de MEDEAS, no saben nada de Locomotion. Para ellos, su Excel es más que suficiente para describir la complejidad del mundo.Ahora, al calor de los fondos NextGenerationEU, en España las grandes empresas y los grandes fondos de inversión se han lanzado a promover enormes proyectos de parques renovables, para generar una electricidad que no sabemos si necesitamos, y si no la necesitamos la usaremos para hacer hidrógeno. El hidrógeno, que como reconocía un ponente de unas conferencias a las que asistí hace unos días, se había intentado introducir hace 20 años y se fracasó, que se volvió a intentar hacer 10 años y se volvió a fracasar, y que esperan a ver si a la tercera va la vencida. Todos esos parques y esas plantas de hidrólisis, que necesitan de materias primas y elaboradas que tienen que venir de tan lejos y que no podrán llegar, si falta petróleo. En la Ley del Cambio Climático y la Transición Energética se habla de la descarbonización total de la economía española en 2050, y de un avance significativo para 2030; por ello, el plan es hacer todos estos parques y sistemas, que ya antes no sabíamos si serían adecuados, pero que ahora sabemos que simplemente no será posible ni instalarlos. Hablamos de transicionar parcialmente en 2030 y totalmente en 2050, cuando quizá el año que viene haya cosas que ya estén fallando.Hemos esperado demasiado tiempo. En medio del incendio no es el momento de hacer una junta de vecinos para aprobar la instalación de una escalera de incendios. En un avión gravemente averiado, cuando el comandante dice "brace, brace" no es el momento para discutir qué visitaremos primero cuando lleguemos a nuestro destino. Ya no hay tiempo para eso.Quizá haya tiempo de instalar en los próximos años algunos, unos pocos, de estos parques renovables y otros sistemas. Sin embargo, el foco debería estar en otro lado. Deberíamos dotarnos, a la mayor brevedad, de la capacidad de ser autosuficientes en la producción de alimentos. Deberíamos de asegurar el suministro de agua, en condiciones de potabilidad, y la capacidad de depurar las aguas residuales. Deberíamos relocalizar la producción de todo lo que sea relocalizable. Deberíamos abrir nuestros vertederos y chatarrerías para reaprovechar todo lo reaprovechable. Reciclar todo lo que sea reciclable y hacer una reingeniería de los procesos industriales para favorecer el reciclaje, sobre todo de ciertos metales. Deberíamos abandonar la megalomanía de esos proyectos que a día de hoy son imposibles y centrarnos en salvar lo más pequeño, lo fundamental. Hay que olvidar esa transición que soñamos, que quizá pudiera haber sido hace 20 años pero que hoy ya no será. Es mejor que la dejemos ir. La transición que no será. La transición que no fue. Porque ya no hay tiempo.Salu2.AMTSaludos.
QUIEREN IRSE DEL 'BANCO MALO'Santander, CaixaBank y Sabadell trabajan con el Gobierno para abandonar SarebMayo será el mes clave para saber el futuro de la nueva Sareb. El Ministerio de Economía trabaja en una solución para definir el nuevo accionariado del 'banco malo'Mayo será el mes clave para saber el futuro de la nueva Sareb. El Ministerio de Economía trabaja en una solución para definir el nuevo accionariado del banco malo, donde la mayoría del bloque privado, con Santander (22,3%), CaixaBank (12,2%) y Sabadell (6,6%) a la cabeza, ha trasladado ya su deseo de poner fin a su vinculación con la compañía gestora de los activos tóxicos de la burbuja inmobiliaria, según han confirmado varias fuentes involucradas en el proceso.
Santander financiará hasta el 95% de la hipoteca a los menores de 35 añosSellará 1.000 operaciones con un plazo máximo de devolución de 30 añosEl cliente deberá aportar un aval personal que se extinguirá a los cinco añosLos préstamos serán también para inmuebles que no pertenezcan a la entidad
El Gobierno aprueba este martes el Plan de Recuperación y lo enviará a Bruselas esta semanaEl Ejecutivo deja abiertas las principales reformas y enviará el viernes a Bruselas el Plan de Estabilidad con la senda de déficit hasta 2024
https://www.economiadigital.es/economia/el-gobierno-aprueba-este-martes-el-plan-de-recuperacion.htmlCitarEl Gobierno aprueba este martes el Plan de Recuperación y lo enviará a Bruselas esta semanaEl Ejecutivo deja abiertas las principales reformas y enviará el viernes a Bruselas el Plan de Estabilidad con la senda de déficit hasta 2024