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Aumentar la autonomía fiscal de Cataluña mediante la revisión del sistema de financiación autonómica aumentando los ingresos transferidos por liquidaciones y anticipos, junto con la cesión a la Generalitat de la gestión del 0,7% del IRPF destinado a fines sociales, son algunas de la medidas en las que trabaja el Gobierno para ofrecer a Artur Mas, a cambio de la anulación del referéndum independentista del 9 de noviembre.Ambas medidas forma parte del paquete de 23 propuestas que el Presidente de la Generalitat entregó a Mariano Rajoy en la reunión que los dos mandatarios mantuvieron en el Palacio de la Moncloa el pasado 30 de julio.En medios próximos al Ejecutivo apuntan también que otras de las propuestas de Mas sobre las que trabaja en estos momentos el Gobierno se dirigirían a facilitar el cumplimiento del objetivo de déficit del 0,7% del PIB para 2015 a través de la transferencia a Cataluña de unos 1.200 millones de euros en concepto de compensación por la supresión de la tasa sobre los depósitos bancarios. También servirán para liquidar los pagos pendientes que el Ejecutivo catalán reclama por las transferencias correspondientes al año 2008.Estas medidas, añadidas a una mayor inversión en infraestructuras y a otras de ámbito lingüístico, administrativo y judicial, podrían formar parte de una negociación encaminada a un mayor reconocimiento de la realidad nacional de Cataluña sin necesidad de reformar la Constitución, y sin consultas.Al margen de la negociación, los círculos monclovitas confirman que el Gobierno tiene previstos todos los mecanismos necesarios para suspender la autonomía catalana en aplicación del artículo 155 de la Carta Magna. Matizan, sin embargo, que esta medida se contempla sólo como un recurso extremo al que esperan no tener que recurrir.En estos momentos "sería una irresponsabilidad política absoluta", afirman, mientras resaltan que en Moncloa siguen pensando que Mas "va a cumplir con la palabra dada y no va a hacer nada ilegal" .El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, desató una oleada de especulaciones y reacciones al declarar en los desayunos de Europa Press que el Gobierno utilizará "todos los medios" legales a su alcance para que no se celebre el referéndum."Toda la ley, sólo la ley, pero toda la ley", afirmó el ministro. Y, preguntado si eso incluye la suspensión de la autonomía catalana no dudó en asegurar que "incluido lo que haya que incluir para que esa consulta no se celebre".Mas tarde, y a su llegada al Congreso explicó que, "si se produce un desafío a la legalidad será respondido con toda eficacia y contundencia desde la legalidad". No obstante, Margallo dijo estar "absolutamente seguro" de que el presidente de la Generalitat "no va a hacer nada que infrinja la legalidad".Recordar que el artículo 155 de la Constitución dispone que "si una comunidad autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente el interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma, y en el caso de no ser atendido, con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general".Las medidas que podría adoptar el Gobierno en este caso van desde la intervención y fiscalización administrativa, económica financiera, hasta la sustitución de instituciones y organismos, siempre con carácter temporal.Foment pide la "plena gestión tributaria"El Presidente de la patronal catalana Foment del Treball, Joaquim Gay, defendió ayer la necesidad de llegar a un gran Pacto Institucional, "mediante el diálogo y la negociación" para facilitar el encaje de Cataluña en España. Un Pacto Institucional que el dirigente empresarial indicó que "debería tener en cuenta la cesión de la plena gestión tributaria".Joaquim Gay rechazó también cualquier actuación ilegal afirmando que "Hemos reiterado múltiples veces al Gobierno de Cataluña que nadie entendería un quebrantamiento de la legalidad. Cataluña no quiere ni necesita políticas radicales que sólo conducen a la confrontación"
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CitarRajoy elevará la capacidad fiscal de Cataluña si Mas retira el referéndumhttp://www.eleconomista.es/economia/noticias/6083880/09/14/Rajoy-elevara-la-capacidad-fiscal-de-Cataluna-si-Mas-retira-el-referendum.htmlBueno, pues aquí lo tenemos.
Rajoy elevará la capacidad fiscal de Cataluña si Mas retira el referéndumhttp://www.eleconomista.es/economia/noticias/6083880/09/14/Rajoy-elevara-la-capacidad-fiscal-de-Cataluna-si-Mas-retira-el-referendum.html
Cita de: sudden and sharp en Septiembre 16, 2014, 22:29:15 pmEs la UE (o Merkel) la que tiene la espita de la bombona de aire de la que respiran ambos. Ya se verá, pero tengo la impresión que la "consulta" escocesa ha "vacunado" a la UE.el barroso (al que por cierto nadie le ha votado) ha reiterado que escocia se quedará fuera por los siglos de los siglosmanda narices que un tio al que nadie ha elegido vaya dando lecciones democraticas
Es la UE (o Merkel) la que tiene la espita de la bombona de aire de la que respiran ambos. Ya se verá, pero tengo la impresión que la "consulta" escocesa ha "vacunado" a la UE.
este bocachanclas no representa nada mas que la mafia que le puso el sillón en bruselas.
Otro "favor" a Cameron probablemente.Si luego dimite, ya no hay obligación de celebrar el Referendum de verdad, el de la permanencia del UK en la UE.Son conjeturas, pero no sé si la situación acompaña para otra cosa que experimentos con gaseosa.
El efecto escocés17 Septiembre, 2014Escocia se enfrenta mañana a las urnas para decidir si se independiza del Reino Unido. No es la primera vez ni será la última, que los deseos independentistas sacuden los fundamentos de una nación. En 1995 los ciudadanos de la región de Qebec también se pronunciaron sobre su posible secesión del resto de Canadá. Finalmente, decidieron seguir formando parte de Canadá, aunque los sondeos estaban muy apretados. Los mercados esperan el resultado de las elecciones tranquilos porque confían que, al final, se imponga el sentido común y los escoceses se decanten por el no como ocurrió en Qebec. La explicación es que los denominadores unionistas (favorables a mantenerse en el Reino Unido) son más remisos a manifestar su intención de voto en público para no ser tachados de antipatriotas. Sea como fuere, el referéndo escocés es fruto del error de cálculo del primer ministro británico, David Cameron, quien en vez de dar más autonomía a Escocia retó a su presidente a convocar un referendo sobre la independencia. El líder escocés, Alex Salmond, recogió el guante y es el ganador de la partida sea cual sea el resultado; ya que logrará un mayor autogobierno o la independencia total. La primera lección para el Gobierno de Rajoy es, por tanto, que los problemas con los nacionalistas son como los incendios, mejor intentar sofocarlos antes de que sea demasiado tarde. La crisis mundial ha provocado un rebrote de los nacionalismos. Los ciudadanos, agobiados por la falta de futuro, se dejan seducir por los cantos de sirena de líderes de tres al cuarto que les prometen el oro y el moro si se independizan. Salmond ha dejado caer que crearía un fondo de pensiones con el petróleo del Mar del Norte similar al Noruego. La realidad es más cruda, porque la salida de la Unión Europea y la pérdida de la paridad con la libra puede producir una gigantesca devaluación que empobrezca de pronto a los escoceses. Mucho peor sería el impacto en Cataluña, donde no hay una gota de petróleo y su economía depende del turismo y de una industria convaleciente. Pero no hay peor sordo que el que no quiere oír. Sólo queda esperar en que la cordura se imponga, porque el efecto contagio en España sería muy dañino para nuestra recuperación.
Traigo un artículo del Guardian para que veais el mismo auto odio de los británicos y cómo de parecido es al que muchos sienten aquí.http://www.theguardian.com/commentisfree/2014/sep/16/canada-wants-scotland-vote-yes-end-of-britishnessEntiendo que se quiera ser republicano. Entiendo que se quieran cambiar las cosas. Pero, ¿qué puede llevar a tal rechazo de las identidades nacionales existentes? ¿Y encima de parte de la élite? ¿No será que los viejos Estado-nación son el último enemigo a batir en el enfervorizado ascenso del globalismo, del "ciudadano de un lugar llamado mundo", desprovisto de cualquier identidad y que solo jurará lealtad a las multinacionales, que a contracorriente de las menguantes naciones, se van haciendo más y más grandes?Los nuevos nacionalismos no aspiran a lo mismo que los nacionalistas del XIX. No quieren naciones realmente soberanas, tras declararse independientes se desviven por ceder automáticamente la soberanía o a ni siquiera ejercerla: ni crear su propia moneda, ni tener un ejército real. Con un poder nulo. ¿Y quién sale ganando con todo esto?