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Pero es igual, se tendrán que deflactar a la fuerza:Citar EL CIERRE DE BALZAC SE SUMA A LOS DE JOCKEY, CLUB 31, PRÍNCIPE DE VIANA Y ZARANDA Los templos de la cocina madrileña no resisten la crisis No llegó al verano. Sin embargo, era tan poca la clientela en sus últimos días que casi nadie ha notado el cierre de Balzac, otrora templo de la restauración madrileña y desde hace un par de meses una víctima más de la crisis. Atrás queda la época de esplendor, cuando la hostelería de lujo alcanzó plenitud, casi en paralelo con el frenesí económico vivido hasta 2007. Desde entonces, la desaparición de los almuerzos de negocios y las facturas generosas ha lastrado la viabilidad de muchos templos del buen comer.El cierre de Balzac ha coincidido en el tiempo con la de otro histórico madrileño como Jockey, un referente durante décadas en cocina tradicional. Ambos bajaron su persiana con la llegada del verano para no volver a abrir. A poco que se repase el calendario, la lista de fallecidos se hace más grande, pues esta primavera fue el turno de Club 31 y meses atrás el de otros muchos clásicos, como el Príncipe de Viana, Nicolás, Zaranda, Las cuatro estaciones, El Olivo, Chantarella y Diablo Mundo.Una muerte anunciadaDespués de dos años tratando de reflotar el negocio, el cierre definitivo de Jockey se veía venir. Fundado en 1945 por Clodoaldo Cortés, profesional formado en el Hotel Ritz y padre del actual propietario, Luis Eduardo Cortés, expolítico del PP y actual presidente ejecutivo de IFEMA, el restaurante estuvo inmerso en un proceso de reestructuración para reducir su deuda, operación en la que no llegaron a participar Arturo Fernández, dueño del Grupo Arturo Cantoblanco, ni el financiero Juan Abelló.Al final, tras una solución de emergencia resuelta con las aportaciones de algunos clientes fieles y algún inversor extranjero, Jockey consiguió algo de soporte financiero para intentar salir adelante. Entre los cambios, el restaurante quiso darse un barniz de modernidad y modificó sus interiores de la mano de Ignacio García de Vinuesa, al tiempo que trató de implementar un cambio conceptual bajo la dirección de Miguel Ángel García (socio de Grupo Café Saigón). Todo ha sido en vano.Incluso los esfuerzos por ajustarse a la realidad económica han resultado infructuosos. Tanto Balzac como Jockey o Club 31, por citar sólo algunas de las últimas desapariciones, habían rebajado los precios de sus cartas de manera sustancial, hasta el punto de ofrecer menús por 40 euros y referencias de vino a partir de 25 euros la botella. Sin embargo, la inercia del negocio ha resultado imparable, incluso para restaurantes con tanta solera y reconocimiento. No había nada que hacer.Lo clásico no vendeSegún las opiniones de algunos expertos, "lo clásico no vende. Templos madrileños como Horcher y Zalacaín están a la baja, como también pasa con Vía Veneto o Drolma en Barcelona". Esta realidad es objeto de discusión entre los apasionados a la alta gastronomía. "Triunfa otro formato, como el Ten Con Ten o Punto MX, para los que hay listas de espera de semanas y cuyo precio medio está en el mismo rango que los más clásicos". No es sólo una cuestión de cocina, sino el concepto clásico en general.La realidad demuestra que el ajuste en precio no ha sido suficiente. "Se está penalizando el estilo del restaurante. Al final, a Jockey sólo íbamos los románticos", explica Matoses, el reconocido crítico gastronómico de El Confidencial. Como sentenció el año pasado el propio Ferrán Adriá, que tuvo que convertir su exitoso y aclamado El Bulli en una fundación tras resultar inviable como negocio de restauración, la cocina media y alta en España va a sufrir una reconversión brutal. ¿Tendrá también la culpa el ladrillo? Los restaurantes de los trihunfadores palilleros y la casta van deflactándose, quieran o no. http://www.elconfidencial.com/economia/2012/09/22/los-templos-de-la-cocina-madrilena-no-resisten-la-crisis-105911/
EL CIERRE DE BALZAC SE SUMA A LOS DE JOCKEY, CLUB 31, PRÍNCIPE DE VIANA Y ZARANDA Los templos de la cocina madrileña no resisten la crisis No llegó al verano. Sin embargo, era tan poca la clientela en sus últimos días que casi nadie ha notado el cierre de Balzac, otrora templo de la restauración madrileña y desde hace un par de meses una víctima más de la crisis. Atrás queda la época de esplendor, cuando la hostelería de lujo alcanzó plenitud, casi en paralelo con el frenesí económico vivido hasta 2007. Desde entonces, la desaparición de los almuerzos de negocios y las facturas generosas ha lastrado la viabilidad de muchos templos del buen comer.El cierre de Balzac ha coincidido en el tiempo con la de otro histórico madrileño como Jockey, un referente durante décadas en cocina tradicional. Ambos bajaron su persiana con la llegada del verano para no volver a abrir. A poco que se repase el calendario, la lista de fallecidos se hace más grande, pues esta primavera fue el turno de Club 31 y meses atrás el de otros muchos clásicos, como el Príncipe de Viana, Nicolás, Zaranda, Las cuatro estaciones, El Olivo, Chantarella y Diablo Mundo.Una muerte anunciadaDespués de dos años tratando de reflotar el negocio, el cierre definitivo de Jockey se veía venir. Fundado en 1945 por Clodoaldo Cortés, profesional formado en el Hotel Ritz y padre del actual propietario, Luis Eduardo Cortés, expolítico del PP y actual presidente ejecutivo de IFEMA, el restaurante estuvo inmerso en un proceso de reestructuración para reducir su deuda, operación en la que no llegaron a participar Arturo Fernández, dueño del Grupo Arturo Cantoblanco, ni el financiero Juan Abelló.Al final, tras una solución de emergencia resuelta con las aportaciones de algunos clientes fieles y algún inversor extranjero, Jockey consiguió algo de soporte financiero para intentar salir adelante. Entre los cambios, el restaurante quiso darse un barniz de modernidad y modificó sus interiores de la mano de Ignacio García de Vinuesa, al tiempo que trató de implementar un cambio conceptual bajo la dirección de Miguel Ángel García (socio de Grupo Café Saigón). Todo ha sido en vano.Incluso los esfuerzos por ajustarse a la realidad económica han resultado infructuosos. Tanto Balzac como Jockey o Club 31, por citar sólo algunas de las últimas desapariciones, habían rebajado los precios de sus cartas de manera sustancial, hasta el punto de ofrecer menús por 40 euros y referencias de vino a partir de 25 euros la botella. Sin embargo, la inercia del negocio ha resultado imparable, incluso para restaurantes con tanta solera y reconocimiento. No había nada que hacer.Lo clásico no vendeSegún las opiniones de algunos expertos, "lo clásico no vende. Templos madrileños como Horcher y Zalacaín están a la baja, como también pasa con Vía Veneto o Drolma en Barcelona". Esta realidad es objeto de discusión entre los apasionados a la alta gastronomía. "Triunfa otro formato, como el Ten Con Ten o Punto MX, para los que hay listas de espera de semanas y cuyo precio medio está en el mismo rango que los más clásicos". No es sólo una cuestión de cocina, sino el concepto clásico en general.La realidad demuestra que el ajuste en precio no ha sido suficiente. "Se está penalizando el estilo del restaurante. Al final, a Jockey sólo íbamos los románticos", explica Matoses, el reconocido crítico gastronómico de El Confidencial. Como sentenció el año pasado el propio Ferrán Adriá, que tuvo que convertir su exitoso y aclamado El Bulli en una fundación tras resultar inviable como negocio de restauración, la cocina media y alta en España va a sufrir una reconversión brutal. ¿Tendrá también la culpa el ladrillo?
El Ministerio de Fomento mantiene vivas a decenas de empresas improductivas Hacienda elaboró en marzo un plan para suprimir o desinvertir en 80 compañías estatales, pero la mayoría sigue en pie, al igual que las estructuras de dirección y los millonarios Consejos de Administración. Pablo García (11:13) Ana Pastor, el miércoles, durante la presentación del Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (Pitvi) Foto:Gustavo Cuevas (EFE) Desde que ascendió al Gobierno, el equipo que rodea a Mariano Rajoy siempre mostró su descontento, véase desafección, con el despilfarro de las Administraciones Públicas, ya fuera por las duplicidades inútiles, la supuesta infecundidad laboral de los funcionarios o el número de diputados, por citar ejemplos. También por el abultado número de sociedades públicas improductivas, una lacra que el Ministerio de Hacienda trató de corregir el pasado 16 de marzo con la aprobación de un “plan de reestructuración y racionalización del Sector Público Empresarial” dirigido a “suprimir, desinvertir o agilizar la liquidación” de 80 empresas participadas total o parcialmente por el Estado.Muchas de estas empresas, casi la mitad, gravitan alrededor de los sectores que gestiona el Ministerio de Fomento: marítimas, aeroportuarias, ferroviarias, de logística… Algo que se encargó de recordar el pasado martes la titular de Fomento, Ana Pastor, durante un foro matinal: “Hay que recortar la parte superflua del ministerio, la grasa que le sobra. Noventa empresas que había dentro del grupo de Fomento que no tenían más sentido que tener consejos de administración y sueldos varios han desaparecido”. Pero la realidad indica otra cosa: la mayoría de las sociedades participadas por el ministerio no se han suprimido. Tampoco se ha desinvertido en otras muchas. Y además, los Consejos de Administración se siguen pagando bien y los directivos siguen cobrando. <blockquote> Ninguna fuente se aventura a cifrar el coste que continúa destinándose a sufragar Consejos de Administración </blockquote> Así lo ha podido saber este medio a través de fuentes del ministerio, pero también de las propias web de las empresas referidas u otras vías análogas. Por ejemplo: de las 11 empresas a extinguir participadas por Fomento, al menos siete siguen con vida, la mayoría relacionadas con los puertos, aeropuertos y ferrocarriles. Remolques Marítimos, Aena Desarrollo Internacional, Centros Marítimos Aeroportuarios, Logística y Transporte Ferroviario (participada al 100%), Comercial del Ferrocarril (al 51%), Irion Renfe Mercancías, Multi Renfe Mercancías… Según estas fuentes, ninguna se ha extinguido. Todas son sociedades anónimas.De las 11, al menos una sí ha sido liquidada en una operación que fue sonada. Se trata de la conocida Sociedad Pública de Alquiler, dedicada a gestionar el arrendamiento de viviendas, práctica a la que ahora Fomento vuelve a dar salida en el mercado inmobiliario.De las dos sociedades en las que se supone que Fomento iba a desinvertir sin llegar a clausurar, no existen noticias. En las páginas web de Portel Servicios Telemáticos y European Bulk Handling Installation se lee que el Estado sigue participando mayoritariamente. Tampoco hay noticias sobre la desinversión en empresas donde la participación estatal es minoritaria. Algunas fuentes aseveran que no se ha hecho nada en Consturail, Semat (Sociedad de Estudios y Explotación de Material Auxiliar de Transportes), Cargometro Rail Transport, Depot Tmz Services, la Sociedad Ibérica de Transporte Intermodal, la Terminal Intermodal del Monzón o Autometro. Más de lo mismo sucede en Albitren Mantenimiento y Servicios Industriales (cuyos trabajadores mantuvieron recientemente una huelga indefinida frente a la Estación de trenes de Valladolid) o Alfil Logistics. En cambio, sí hay avances en Desarrollos Inmobiliarios de Castilla-La Mancha, Irvia y Tarvia Mantenimiento Ferroviario. Y con relación a una fundación que debía extinguirse o fusionarse, la Fundación Transporte y Formación, tampoco hay nada: la web no da cuenta de su desaparición.Ninguna fuente se aventura a cifrar el coste millonario que supone sufragar al organigrama directivo, así como las comisiones que se otorgan a los miembros del Consejo de Administración. Pero todas coinciden en algo: en Fomento continúa el derroche. URL: [url=http://vozpopuli.com/economia/14764-el-ministerio-de-fomento-mantiene-vivas-a-decenas-de-empresas-improductivas]http://vozpopuli.com/economia/14764-el-ministerio-de-fomento-mantiene-vivas-a-decenas-de-empresas-improductivas [/url]
Misión imposible: Hacienda quiere recaudar 7.000 M. más en 2013, pese a la recesión El presupuesto de todos los ministerios (39.000 millones) se acerca cada vez más al gasto de la Generalitat catalana (32.000 millones). El déficit del Estado de 2012 llegará al 7,4% por los rescates bancarios. Sin embargo, Montoro sostiene que Bruselas aceptará solo el déficit estructural, del 6,3% Antonio Maqueda (14:31) El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en la presentación de los Presupuestos. Foto:EFE El Gobierno prevé recaudar unos 7.000 millones más en 2013 pese a la recesión. Pretende ingresar un 2 por ciento más por IRPF y un 14 por ciento más por IVA. Sin embargo, la economía se adentra en el próximo año a unas tasas de caída próximas al 2 por ciento y eso convertirá la misión de apuntalar los ingresos en algo prácticamente imposible sin mayores medidas.Sólo una milagrosa recuperación durante el segundo semestre podría compensar el mal comienzo del ejercicio. Pero ésta no parece que pueda producirse. La inversión pública cae un 15 por ciento y la inversión empresarial no va a despegar mientras siga bloqueado el crédito. El consumo interno, lastrado por el desempleo y las subidas de impuestos, se contraerá un 1,4 por ciento según las estimaciones del Gobierno. El tirón de las exportaciones ni tiene el peso suficiente como para arrastrar de todo el país ni parece creíble en un contexto de ralentización en Europa.El IRPF difícilmente aportará más incluso si la economía se contrae sólo un 0,5 por ciento como augura el Ejecutivo. Y la experiencia demuestra que el IVA puede ingresar más en un primer momento tras la subida. Pero luego el efecto se diluye conforme resta recursos de los hogares y familias.Al mismo tiempo, se mantiene el gasto en personal del Estado central, unos 27.000 millones. El Gobierno ha congelado sueldos y la reposición de puestos. Pero las pensiones de los funcionarios crecen. También aumentan otros gastos improductivos como los intereses de la deuda en 10.000 millones o las pensiones de la Seguridad Social, que repuntan en un 4 por ciento hasta los 121.000 millones, lo que abarca el 40 por ciento de los desembolsos de la administración central para 2013.Según fuentes cercanas a Hacienda, los propios técnicos del Ministerio reconocen que las estimaciones se han metido con calzador e incluso “a martillazos”. Cristóbal Montoro ha pedido que las cuentas arrojen exactamente esos datos. De hecho, el propio titular de Hacienda lo admitía implícitamente durante la rueda de prensa al afirmar cuando fue preguntado por las previsiones que éstas eran “una decisión política”. “Nadie se creía nuestras cuentas cuando nos esforzamos por entrar en el euro. Lo hicimos una vez y lo volveremos a hacer”, remachó el ministro.Al igual que hacía Zapatero, estos presupuestos de 2013 intentan preservar la estructura de casi el 70 por ciento del gasto del Estado central como pensiones, desempleo, becas, personal e I+D civil, y todo ello a la vez que la deuda se dispara hasta el 90,3 por ciento del PIB en parte por la ayuda a los bancos y las comunidades y en parte porque el Fondo de Reserva ha tenido que vender para abonar jubilaciones 3.000 millones en bonos españoles en los que invertía y que no se apuntaban como deuda, según explicó la secretaria de Estado de Presupuestos. El descontrol sobre la deuda provoca que la carga de intereses aumente alrededor de un 30 por ciento en 2013 y así no es de extrañar que los mercados se muestren reacios a prestar.¿Camino de Portugal? Cualquier paso en falso en Europa o cualquier señal de portugalización de España a fuerza de recortes nos devolverá a la incertidumbre en los mercados y el consiguiente retroceso de la economía. Una espiral que nos conduciría a un mayor hundimiento de la recaudación y por tanto la necesidad de más recortes que a su vez lastrarían aún más la actividad.Todo indica que harán falta más adelante nuevas medidas o incluso otra alza tributaria para cumplir con el compromiso de déficit. Sencillamente, estos presupuestos apuntan a que el Ejecutivo se está reservando el ajuste estructural para el acuerdo de rescate con la Troika.El Gobierno se muestra incapaz de poner freno al déficit. Éste se ha elevado una vez más para 2011 hasta el 9,4 por ciento, esta vez debido a la inclusión de las inyecciones a la CAM. Y lo mismo ha sucedido con el desfase de 2012, cuya previsión ha sido ahora inflada hasta el 7,4 por ciento para el conjunto de las Administraciones Públicas.Como un conejo sacado de la chistera, Montoro anunció que esos 1,1 puntos de más sobre el 6,3 por ciento de objetivo de déficit no serán tenidos en cuenta por Bruselas, pues obedecen a pérdidas puntuales asumidas por el Estado para rescatar a los bancos. Es decir, Europa no contabilizará ese punto adicional de desvío porque se trata de desembolsos en los que sólo se incurrirá una vez y no suponen déficit estructural. Una novedad que hace pensar que el déficit puede moverse de un lado a otro y que la UE es la primera interesada en que España cumpla.El Gabinete de Rajoy centra el esfuerzo de austeridad sobre los Ministerios, los recorta de media un 8,9 por ciento y deja su gasto en 39.000 millones. Semejante monto lo coloca, por ejemplo, cerca del gasto total de una sola comunidad como Cataluña para 2012, unos 32.000 millones. Y por ello Montoro ha tenido que enfrentarse a los distintos titulares de carteras, lo cual podría explicar que la rebaja haya sido menor que el 12 por ciento previsto de tajo al confeccionar el techo de gasto.La partida de prestaciones en desempleo disminuye un 6,3 por ciento para rondar los 26.000 millones. Pese al ahorro que representa la reducción del subsidio del 60 al 50 por ciento tras seis meses, el coste del paro no bajará y durante 2012 este capítulo ya se ha desviado por encima de los pronósticos.Además, el Gobierno abonará todas las rúbricas que sufragaba la Seguridad Social y que no le correspondían, tales como los complementos a mínimos o las pensiones no contributivas. Sin embargo, los 6.000 millones que el Estado brindará a la Seguridad Social con el fin de compensar su déficit no bastarán, pues el gasto se incrementa cada año y en 2012 ya acumula casi 8.000 millones en números rojos. Las dudas sobre estos presupuestos se acumulan. URL: [url=http://vozpopuli.com/economia/14886-mision-imposible-hacienda-quiere-recaudar-7-000-m-mas-en-2013-pese-a-la-recesion]http://vozpopuli.com/economia/14886-mision-imposible-hacienda-quiere-recaudar-7-000-m-mas-en-2013-pese-a-la-recesion [/url]
Cebrián, “que percibió 13 millones de euros en 2011”, ........., ha explicado a los trabajadores que la actual plantilla .......... resulta cara, tiene “un salario medio de 88.000 euros”
(...) Según el informe que ha debido disponer en exclusiva la Consejería de Sanidad para este medio,las contrataciones han descendido en todas las provincias, aunque llama la atención que es en las costeras, con más carga de trabajo en verano, en las que se ha producido un mayor ahorro. Es el caso de Málaga, que acapara el 25% del ahorro total de la Consejería: en 2011 se contrataron 171.125 profesionales y este año, 121.144. El ahorro también ha sido sustancial en Cádiz, donde en 2011 se cerraron 147.004 contratos y este año, 109.120 (4,2 millones de euros menos); en Huelva, los 8,4 millones gastados el año pasado se han reducido a 5,3 millones.En el lado contrario se sitúa Sevilla, donde la caída generalizada de las contrataciones apenas ha supuesto 100.000 euros de ahorro, aunque el número de jornadas contratadas ha caído casi en 20.000 (de 186.781 a 168.610)
Esta semana, Crónica trató de iluminar este punto ciego de los presupuestos españoles. Para lograrlo, realizó insistentes llamadas a más de 250 instituciones: ministerios, comunidades, diputaciones, ayuntamientos... Y, tras tabular los resultados, alcanzó una estimación de más de 3.600 coches entre el Estado Central (781), las CCAA (1.450), las diputaciones (400) y los ayuntamientos (1.000). A este dato habría que añadir numerosos vehículos adicionales. Se ignora, por ejemplo, cuántos coches hay dispersos entre miles de empresas y entes públicos, ya sean del Estado central (454) o de otras administraciones. En Euskadi, por ejemplo, tienen coche seis directivos de Euskotren, cuatro directores de parques tecnológicos, el director de la Orquesta Sinfónica... Tampoco se sabe cuántos altos cargos gozan de coches oficiales dependientes del Ejército, la Policía o la Guardia Civil, por motivos de seguridad. Incluyendo estos datos, la cifra definitiva podría alcanzar los 5.000. Un censo oficioso que el Estado no puede confirmar (ni desmentir) por falta de datos propios. «Nunca se ha hecho un recuento», admiten en el ministerio de Administración Pública. «No se sabe, no existe un listado de esos coches», confirman en la DGT. «Pufffff, imposible saberlo», zanjan en la Federación Española de Municipios y Provincias. Y cada institución le pasa la bola a la siguiente... «Es un caso clarísimo de opacidad voluntaria», denuncia Javier Díaz-Giménez, ex asesor del Gobierno y profesor del IESE. «Si se supiera cuantos coches hay, los funcionarios no habrían aceptado los recortes con tanta deportividad. Los políticos son los primeros interesados en ocultar el dato». Hasta ahora, el único recuento global lo hizo la Asociación Italiana de Contribuyentes. En el ranking mundial, publicado en The Economist, España quedaba en séptima plaza, con 42.000 coches: más que Japón, con una población tres veces mayor. Al parecer, la enorme cifra se debe a que el sondeo no sólo incluía coches oficiales, sino todos los vehículos en manos de funcionarios(...)Éste es el elevado precio de la adicción de los políticos al chófer. Y la razón va más allá de viajar cómodos. «Es una señal de estatus», dice Antoni Gutiérrez-Rubi, experto en comunicación política. «Un signo de que mandas, de que estás en el sistema... Por eso es el gran símbolo de los privilegios del político». (...)En las diputaciones provinciales no eres nadie si no te llevan al trabajo en un Audi. Al menos, así lo indica el estudio de Crónica: el 70% de los presidentes de estas instituciones viaja en un coche de la marca alemana. Eso sí, la mayoría no aspira al A8 del que presumen tantos presidentes autonómicos; ellos se conforman con un modesto A6, valorado en unos 50.000 euros.