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En Alsace, les abeilles butinent le sucre des poubelles faute de fleursPublié le 14 octobre 2013Tags : Abeilles . Biodiversité . InsectesNormalement, les abeilles ont les pattes couvertes de grains de pollen jaune. À l’automne dernier, à Ribeauvillé, en Alsace, elles sont rentrées à la ruche maculées de sirop bleu, vert et rouge – après avoir butiné autour d’une usine qui retraite des résidus de M&M’s.Les apiculteurs n’ont pas pu vendre les rayons de miel aux couleurs des bonbons, ce qui a porté un coup à la production annuelle de la région, qui s’élève à 1 000 t. La législation de la plupart des pays oblige le miel à n’avoir qu’un seul ingrédient : le nectar transformé par les abeilles.Mais, en cas de sécheresse ou de pénurie de fleurs, ces insectes peuvent changer de régime. « Si l’approvisionnement en nectar est interrompu, les abeilles récoltent n’importe quel sucre disponible », explique Tim Tucker, de la Fédération américaine d’apiculture.Les poubelles extérieures des petits commerces sont très prisées, qui regorgent de canettes de sodas usagées et d’emballages de friandises. « Nous croisons les doigts pour que les abeilles ne trouvent pas ces endroits », reconnaît Tucker.
La mafia y el negocio de hundir barcos radioactivos en el Mediterráneohttp://infondoalmar.info/Mapa de los barcos hundidos con residuos tóxicos en el Mediterraneo, una gran parte fueron intencionados.“Yo mismo me he encargado de hundir naves cargadas de residuos tóxicos y radioactivos. En concreto en 1992, en un par de semanas, hundimos tres barcos: el Yvonne A, el Cunski y el Voriais Sparadais”. Francesco Fonti, un arrepentido de la Ndrangheta, la despiadada y poco conocida mafia calabresa, confesó en 2005 que dicha organización criminal había colaborado en varias ocasiones con intermediarios de las industrias italianas para hacer desaparecer millones de toneladas de residuos. Según las declaraciones del mafioso, publicadas por el semanario L’Espresso, el primero de los barcos, el Yvonne A, transportaba fangos industriales, el Cunsky, 120 bidones de residuos radiactivos, y el Voriais, otros 75 de sustancias tóxicas.Estos tres buques podrían ser sólo una mínima parte de las decenas de barcos hundidos en 20 años, entre1980 y 2000, alrededor de las costas italianas en circunstancias nunca del todo aclaradas. Todavía hoy no se sabe qué oculta el fondo del Mediterráneo. En el mapa que incluye el sito web infondoalmar.info, en el que se recogen datos de la aseguradora británica Lloyd’s, los barcos hundidos forman un cinturón alrededor y al sur del país, una disposición que despierta sospechas. Muchas de estas naves se fueron a pique con el mar en calma y sin que la tripulación –cuyos miembros se volatilizaban justo después del naufragio– emitiese ninguna petición de auxilio. El temor es que estos barcos hayan servido para deshacerse de miles de toneladas de residuos tóxicos y radiactivos evitando los altos costes de su tratamiento.En Italia, el problema de la basura es algo más que montañas de desperdicios acumulándose en las calles de Nápoles. Es sobre todo un negocio ilegal de millones de euros, en el que la mafia tiene bien metidas sus garras, y que ha envenenado amplias zonas del país. Según ha denunciado muchas veces la asociación ambiental Legambiente, la criminalidad organizada se ofrece a las industrias para tratar los residuos que producen por mucho menos dinero de lo que costaría legalmente. Sólo que este tratamiento consiste simplemente en hacerlos desaparecer enterrándolos, quemándolos, convirtiéndolos milagrosamente en abono o echándolos al mar, el escondite ideal.Cuando un barco naufraga, la causa suele ser las malas condiciones del mar, o bien un accidente. Pero también hay naufragios voluntarios para intentar estafar a las compañías aseguradoras, sobre todo en el caso de naves de escaso valor y que tienen el desguace como único puerto final posible. En la historia de la criminalidad italiana no es disparatado pensar que más de una vez se hayan querido matar dos pájaros de un solo tiro. En el año 2000, una comisión parlamentaria para investigar el tráfico ilegal de residuos cifró en 39 los “naufragios sospechosos” de haber servido para deshacerse de basura tóxica.Los tres barcos que el arrepentido mafioso decía haber hundido tenían algo en común. Habían sido utilizados para devolver a Italia miles de toneladas de residuos tóxicos exportados ilegalmente a Líbano. En realidad, oficialmente, sólo se reconoció la participación del Cunski en esta operación, pero Greenpeace hablaba de cuatro barcos, los tres citados y uno más, el Jolly Rosso, que zarparon de Beirut en 1989 y de los que pronto se perdió el rastro sin que haya constancia clara de que los cientos de bidones que transportaban fueran descargados en ningún puerto italiano.En aquellos años, antes del convenio de Basilea, que regula el transporte transfronterizo de residuos peligrosos, la exportación de desechos a países del tercer mundo estaba a la orden del día y los permisos se daban con suma facilidad, sin que nadie controlara cuidadosamente si los documentos presentados eran falsos o no, o si en el país de destino existían las plantas de tratamiento adecuadas. Representaba, ante todo, un problema menos del que preocuparse.Líbano no fue el único país que, dándose cuenta de que se estaba convirtiendo en el estercolero de Europa, exigió que la basura italiana se fuese por donde había venido. En 1988, la nave Zanoobia descargó en el puerto de Génova varios bidones con residuos tóxicos –procedentes de empresas tan conocidas como Bayer, Monsanto, o Pirelli–devueltos por Venezuela. De Nigeria, en idéntico viaje, llegaron los barcos Karin B y Deep Sea Carrier. Un espeso manto de silencio cubrió la descarga de los residuos y su posterior traslado a un lugar adecuado. Según el periodista Andrea Palladino, autor del libro Bandiera nera: le navi dei veleni, las autoridades italianas “no han sido capaces –o no han querido– explicar dónde se han tratado las cerca de 10.000 toneladas de residuos industriales que volvieron a Italia con los barcos del veneno”.El navío fantasmaA pesar de la alarma que levantaron las palabras de Fonti y las numerosas denuncias de los ecologistas sobre los mercantes hundidos, los esfuerzos para localizarlos e identificar su cargamento han sido muy pocos y siempre infructuosos. Y sin cuerpo del delito las investigaciones han acabado casi siempre por archivarse. Además, la sombra de la complicidad de políticos y funcionarios siempre ha estado presente. En 2004, el entonces ministro para las Relaciones con el Parlamento, Carlo Giovanardi, llegó a decir que numerosos indicios apuntaban a la implicación ”de gobiernos europeos y de fuera de Europa, además de miembros de la criminalidad organizada y de personajes sin escrupulos”.La investigación llevada a cabo por el tribunal de una localidad calabresa, Paola, sobre el pecio Cunski, es muy clarificadora. Este barco, según la versión oficial, acabó en un desguace en India, poco después de zarpar de Líbano cargado de residuos. Sin embargo, como si de un buque fantasma se tratase, volvió a aparecer en la declaración de Francesco Fonti, el mafioso que supuestamente lo hundió frente a las costas de Cetraro, a unos pocos kilómetros al norte de Paola. Más que una investigación parece un guión para una película de intriga trasladada de Hollywood al Mediterráneo.En 2006, el fiscal de Paola, Francesco Greco, afirmó que, en la zona en la que varios pescadores afirmaban “haber capturado bidones en sus redes”, una empresa había señalado la existencia de dos cuerpos solidos, alguno de los cuales podría ser el barco del que hablaba el mafioso. Tres años después, un nuevo fiscal, Bruno Giordano, ante un estudio epidemiológico que alertaba de un exceso significativo de muertes por tumores en la zona y de la presencia de “radionucleidos artificiales y en particular el isótopo Cesio 137”, retomó el caso y solicitó ayuda a la Marina Militare para volver a explorar el fondo marino de Cetraro. Que no había ningún barco disponible en ese momento para tal operación, fue la única y sorprendente respuesta que obtuvo.Al final, en septiembre de 2009 un barco alquilado por la Agencia de Protección Ambiental de Calabria consiguió filmar con un robot motorizado la nave sepultada a once millas de la costa. En ese punto no había registrado ningún naufragio conocido, sólo el que, según Fonti, había hundido la ‘Ndrangheta con 120 bidones de basura radiactiva a bordo: el Cunski. La noticia apareció en la primera página de todos los periódicos y el Gobierno, esta vez, reaccionó con una rapidez inusitada. En sólo 45 días, la ministra de Medio Ambiente del gobierno Berlusconi, Stefania Prestigiacomo, y el Fiscal General Antimafia, Pietro Grasso, negaron categóricamente en una rueda de prensa que fuese el Cunski. Otra nave, por encargo del Ministerio, había conseguido llegar hasta el barco y leer su nombre. Se trataba del Catania, un buque que la Armada alemana había echado a pique en 1917.Pero las contradicciones no tardaron en aparecer. Palladino enumera unas cuantas, como que “las coordenadas del hundimiento del Catania en 1917 no coinciden con las del pecio de Cetraro” o “la longitud, que es inferior”. Pero, además, como publicaba esos días La Repubblica, en 2007, “la Capitanería del Puerto de Cetraro había prohibido la pesca” durante más de un año en una zona cercana por las altas concentraciones de metales pesados como el arsénico o el cromo. Cuestiones que el Gobierno nunca aclaró. En una entrevista a L’Espresso, la diputada calabresa y miembro de la Comisión Antimafia acusaba al Gobierno de “intentar esconder la verdad sobre los barcos del veneno y en particular sobre el de Cetraro. Se quieren cubrir secretos de Estado”.En este enigma, hay también muertos. Las declaraciones del arrepentido surgieron en el curso de una investigación periodística sobre el asesinato en Somalia de la periodista de la RAI Ilaria Alpi y de su cámara mientras investigaban el tráfico de residuos entre Italia y ese país. La noche antes de caer en una emboscada en la que ambos fueron ametrallados, Alpi había telefoneado a su jefe, el cual declaró que Ilaria “estaba muy excitada” porque había descubierto algo, que incluiría en un reportaje que le mandaría el día siguiente. Nunca lo hizo.
La basura tecnológica inunda ÁfricaAurora Moreno // ¿Adónde van los móviles, ordenadores, microondas o frigoríficos viejos? ¿qué pasa con estos aparatos una vez que los hemos tirado a la basura, o incluso a ‘reciclar’?. El camino que recorren no está del todo claro, pero de lo que no cabe duda es de que hay varios lugares en el mundo en los que toda esta basura tecnológica se acumula desde hace años haciendo de estos sitios lugares tan contaminados o más que las mismísimas zonas de extracción ilegal de productos como petróleo, uranio y otros recursos altamente contaminantes.El más claro ejemplo es el llamado basurero tecnológico de Agbogbloshie, en Accra (Ghana) donde, según algunos estudios, existe una contaminación por plomo, cadmio y otros contaminantes perjudiciales para la salud que supera en más de 50 veces los niveles libres de riesgo. Lo decía claramente un informe de 2013 realizado por la ‘Green Cross Switzerland’ y el ‘Blacksmith Institute’ en el que recogían las 10 mayores amenazas tóxicas del Planeta. Es decir, los 10 lugares más contaminados del mundo.Uno de ellos es este basurero, que comparte este triste honor con lugares como Chernobyl. Oficialmente, se trata de un ‘área de procesamiento de basura tecnológica’. Un eufemismo para definr a este área al que van a parar miles de toneladas de residuos tóxicos para, en teoría, ser ‘procesados’. La realidad es que hasta allí llegan, mezclados, materiales de todo tipo –entre los que se encuentran frigoríficos, microondas y televisiones-, tan diversos y contaminantes que, “para reciclarlos de manera segura requeriría un alto nivel de competencias y protección entre los trabajadores”. Algo que claramente no se da en Agbogbloshie. Y lo peor es que esta zona no es ni mucho menos sólo un basurero. Es un asentamiento informal en el cual conviven zonas industriales, comerciales y residenciales. Una zona en la que los metales pesados que se expulsan de estos procesos de quema llegan a las casas y mercados.Según este mismo informe, -de 2013-, Ghana importa cada año unas 215.000 toneladas de residuos tecnológicos, principalmente desde Europa del Este (…). De ellas, aproximadamente la mitad puede ser reutilizada inmediatamente, o reparada y vendida, pero el resto del material es ‘reciclado’ de forma barata, a costa de contaminar la tierra que los recibe y perjudicar la salud de quienes trabajan con ellos. Un ejemplo paradigmático es el de los buscadores de cobre, que queman las fundas que recubren los cables para conseguir el cobre del interior. Para quemarlos utilizan un tipo de espuma, altamente contaminante, expulsando al aire libre todos sus contaminantes.Chatarra, fogatas y humo son el día a día en algunas zonas del basurero, donde trabajan sobre todo jóvenes sin recursos provenientes de familias pobres, que dependen por completo de lo que obtengan en este basurero. Personas que saben que el trabajo allí es basurero, pero que no se quejan porque lo que allí consiguen es mejor que nada. Porque con el material que allí obtienen pueden venderlo luego por las calles de Accra y conseguir así lo necesario para sobrevivir. A otros también les interesa: el centro de Accra está repleto de puestos que venden a bajo precio todo tipo de aparatos eléctricos, buena parte de ellos de segunda mano. Y la situación no se circunscribe sólo a Ghana, -que es, por cierto, uno de los países más desarrollados del continente-.La misma realidad afecta a otros lugares como Zimbabwe, donde hace poco se ha advertido de una posible crisis medioambiental porque no dispone de sistemas adecuados para eliminar este tipo de residuos. Todo ello a pesar de la existencia de tratados internacionales, como la Convención de Basilea, que restringe los movimientos transfronterizos de desechos, y el acuerdo que se suma al firmado ya en 1993, en Bamako , sobre el mismo tema. Acuerdos que establecen condiciones, cantidades y criterios para verificar si la ‘exportación’ de basuras se está haciendo bien. Sin embargo, para los países más desarrollados sale mucho más barato deshacerse de ellos en algún puerto remoto de África que seguir las estrictas normas de reciclaje que ellos mismos se han autoimpuesto pero que casi nadie quiere cumplir. Para los receptores, por su parte, ésta es una supuesta fuente de ‘riqueza’ de la que viven muchos de sus conciudadanos, a pesar de los riesgos y problemas que conlleva para su salud. Una solución, en definitiva, que conviene a muchos y que no termina de regularse.* Imagen extraídas del Informe The Worlds Worst 2013: The Top Ten Toxic ThreatsMás sobre la basura tecnológica:- Documental ‘Ciberbasura sin fronteras‘ (RTVE).http://www.rtve.es/alacarta/videos/en-portada/portada-ciberbasura-sin-fronteras/1432827/[Artículo publicado en Carro de Combate http://www.carrodecombate.com/ ]
La catástrofe medioambiental de Huelva desde el franquismo hasta nuestros días: Crónica de una perversión subvencionada con fondos públicos.Publicado por Hablando República Escrito por Ángela Ramos.Le dije que quería entrevistarlo y él, con una sonrisa, aceptó sin poner una sola pega o condición. Es complicado entrevistar a alguien cuando es compañero tuyo de trabajo y tu profesión no es el periodismo, sino la docencia. Yo conocía solo un poquito su lucha desinteresada, pero sabía la dignidad con la que ha sobrellevado que, desde la desinformación, muchos de nosotros opinemos sobre una realidad que ha sido “maquillada” de forma perversa y vergonzante por muchos medios de comunicación. Él es Paco Romero Montilla, profesor de Historia en el IES José Caballero en el que ambos trabajamos. Hace poco, entre clase y clase, encontramos un hueco para sentarnos tranquilamente en la sala de profesores. Paco me habló, sin ningún tipo de tapujos, sobre una ciudad maltratada por la “contaminación social” que surge del miedo y la mentira cuando existen demasiados intereses económicos. Y es que a Paco, como a muchísimos otros onubenses, no solo le importa el terrible problema medioambiental y la salud de miles de personas; también le duele ella, una ciudad que lleva esperando durante demasiadas décadas que se haga justicia: Huelva.-Cuando llegaste a Huelva, ¿qué fue lo primero que te llamó la atención de esta ciudad? -Llegué en el año 84 y, al poco tiempo de estar aquí, me di cuenta de que “algo no olía bien”. Durante un tiempo creí el bulo de que la peste procedía de la Celulosa, y que a pesar del mal olor no suponía ningún riesgo para la salud y el medioambiente. Fue en el año 1994, en el programa titulado El informe secreto de Contaminación en Huelva, emitido por Línea 900 en Televisión Española, cuando descubrí la verdad sobre cómo las industrias químicas maltrataban a Huelva y a quienes aquí vivimos.- ¿Tuvieron que pasar diez años para que la Televisión Nacional denunciara una realidad que los medios de información andaluces negaban? -Así es. Ese programa me dio la clave para averiguar otros aspectos que desconocía hasta entonces. Ya sabía que el gravísimo problema medioambiental de Huelva venía de muy atrás y tenía su origen en el Polo Químico, desde que se instalara en pleno franquismo. Muchas personas de otras localidades se trasladaron a Huelva en busca de trabajo. La mayoría de ellos continuaron con la doble residencia, entre semana en Huelva, y los fines de semana de vuelta al pueblo. Por tanto, se fue generando una “carencia de sentimiento de arraigo y de conciencia de ciudad”. Quizá ese sea el origen de que todavía se hable de Huelva como una provincia “impersonal” aunque, afortunadamente, la situación está cambiando. Décadas después, Kissinger, directivo de la multinacional Freeport McMoRan, propietaria de Atlantic Copper, y secretario de estado en la época del presidente Nixon, desembarcó en Huelva para adquirir las Minas de Riotinto y la Fundición de Cobre situada en la ría de Huelva. Cerró las primeras y dejó en la ruina a la Cuenca Minera, al traer el concentrado de cobre desde su mina de Indonesia. De esta manera, dedicó la histórica Mina de Riotinto a mero vertedero de sus residuos. Tras ver ese documental, empecé a descubrir mucho más.Al hilo de lo expuesto por Paco Romero, El informe secreto de Contaminación en Huelva destaca datos imprescindibles para entender la actual realidad onubense: Hasta el año 1994 se habían recogido 16 denuncias por delitos ecológicos. Incluso se llegó a denunciar por prevaricación a los responsables de la Agencia de Medio Ambiente Andaluza. La empresa Riotinto pertenece a la multinacional Freeport McMoRan, accionista de Atlantic Copper, que está gobernada por Kissinger. Según el documental, los camiones de Kissinger “transportaban 40000 toneladas al año de ácidos débiles para vertirlos de una forma que en su país nunca le habrían tolerado”. En el año 1994, José Manuel Cantó, doctor en Geología y funcionario de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, denunció que la Junta no estaba tomando medidas contra las empresas que vertían miles de toneladas de ácidos débiles en depósitos mineros inadecuados. Tras su denuncia, la Junta lo suspendió de empleo y sueldo durante cuatro años, pero se inició un proceso judicial que terminó por darle la razón. “En diciembre de 1998, Atlantic Copper fue condenada por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Huelva, por un delito ecológico por gestión ilegal de residuos. La acusación en dicho procedimiento popular fue ejercida por la Sociedad para la Defensa de la Calidad Ambiental y la Salud (HIGIA).Depósito de residuosSin embargo, tras haber sido condenada por delito ecológico, la empresa obtuvo premios de gestión ambiental. En febrero de 2003, la Revista Andalucía ECONÓMICA le otorga, por unanimidad, el Premio Gestión Medioambiental. Además, en 2004, recibe el “Premio Doñana” a la Empresa Sostenible. El jurado destaca “su gran compromiso medioambiental y social, que se ha traducido en importantes inversiones en medio ambiente y en la extensión de un modelo de sostenibilidad que sirve de referencia para la empresa industrial en Andalucía”. En 2010 se dicta otra sentencia, por los Juzgados de Huelva, obligando a Atlantic Copper a presentar un plan de neutralización de los ácidos débiles vertidos al embalse presa nº 1 de la antigua mina de Riotinto y el vaciado del mismo, pues se había almacenado un gran volumen de aguas ácidas muy agresivas, en condiciones de originar indefinidamente vertidos a la red de drenaje”. Por otra parte, el colectivo ciudadano Mesa de La Ría, al que pertenece Paco Romero Montilla, considera “deporable” que la Junta subvencione a Atlantic Copper con casi un millón de euros”. Según expresa dicho colectivo, carece de toda lógica que la Junta de Andalucía apoye las renovables y el autoconsumo energético “de cara a la galería”, mientras subvenciona y fomenta empresas multinacionales de la energía fósil. Igualmente, recuerda que este millón de euros se suma a los 10’1 millones de dinero público que recibió en 11 años, al cincuenta por ciento del gobierno central y de la Junta de Andalucía. Mesa de la Ría ha denunciado, con base en los artículos 101 y 102 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que las subvenciones públicas de la Junta y el Gobierno a la empresa Atlantic Copper son para “el fomento y mantenimiento de un modelo productivo contaminante en la ciudad de Huelva”. Además, en la denuncia que el colectivo ciudadano interpuso a dicha empresa, se pide a la Comisión Europea que “se investigue lo que ocurrió el 5 de octubre de 2012 en relación a la nube tóxica y a las personas localizadas que sufrieron afecciones respiratorias, vómitos y mareos, algunas de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas y que inste a las autoridades españolas a facilitar a la opinión pública toda la información sobre accidentes químicos atmosféricos, así como las constantes incidencias de subida de picos de contaminación por arsénico y partículas finas y ultrafinas”. Los ríos de tinta en torno a la figura de Kissinger han desatado la más absoluta controversia. Resulta paradójico que, aunque fuera considerado en el siglo pasado “criminal de guerra”, haya recibido, a lo largo de su trayectoria, distintos premios. Entre ellos destaca el Premio Nobel de la Paz, en el año 1973. Sus relaciones y amistades han puesto en entredicho a distintas personalidades del panorama actual, entre las que destaca la figura del monarca de España.Christopher Hitchens, autor del libro Juicio a Kissinger, en 2002, expresaba: “La única impunidad de que Henry Kissinger disfruta es rango; huele que apesta. En nombre de las innumerables víctimas, conocidas y desconocidas, es hora de que la Justicia intervenga”. En referencia al problema medioambiental de Huelva, Jesús Vozmediano hizo un llamamiento a la ciudadanía en 1994: “En el caso de Huelva se plantea el aforismo este de que ‘el pueblo que no lucha no merece vivir’. Huelva es un pueblo muy pasivo que no acaba de darse cuenta del problema”. Como profesor de Derecho Ambiental y Oratoria, también declaró en 2011 al Noticiario Centro de Andalucía que “Doñana tiene decenas de problemas y solo conserva un 15% de sus marismas”. Afirmó que el Ministerio de Medioambiente en España es un ‘Ministerio fantasma’ que no toma medidas ambientales”. Añadió que “La Junta de Andalucía va en el mismo sentido”. De manera tajante, concluyó: “El problema es que en España hay una tendencia ignorante y destructiva, que no es solo de nuestro tiempo”. -Paco, ¿qué es lo que más te sorprendió de todo lo que descubriste sobre la contaminación ilegal de Huelva? -La contaminación en Huelva abarca distintos ámbitos: desde los vertidos directos a la Ría procedentes de distintas industrias del Polo Químico de la avenida Francisco Montenegro, como las continuas fugas de hidrocarburos de CEPSA, los depósitos de residuos de Atlantic Copper en las minas de Riotinto y en Aznalcóllar o los realizados en plena marisma de la ría de Huelva por Fertiberia y Foret. Se trata de las conocidas como balsas de fosfoyesos. Estas balsas han recibido, además de los propios fosfoyesos, otros residuos peligrosos: distintos metales pesados, ácidos débiles, arsénicos, cadmio radioactivo, etc. Además, existen emisiones de gases tóxicos al aire. Entre ellos destaca el arsénico, PM10 y PMD5, procedentes de Atlantic Copper. Todo esto supone un cóctel químico muy peligroso para los habitantes de la Ría de Huelva y su medioambiente. A ello se une que tanto Atlantic Copper como Fertiberia han recibido distintas sentencias, por delito medioambiental, en la gestión de estos residuos. Lo curioso de ello es que Atlantic Copper recibió un premio, de manos del propio Príncipe de Asturias, por calidad medioambiental. Algo parecido ha ocurrido con Fertiberia, cuyo propietario recibió el título de marqués por parte de la monarquía. En su momento, me sorprendió también saber que en 1993 Kissinger se había reunido con Manuel Chaves, cuando éste era presidente de la Junta de Andalucía, y que había conseguido el apoyo de la administración andaluza y la subvención para que la multinacional Freeport McMoRan se hiciera cargo de las minas de Riotinto y de la Fundición de Cobre. De igual manera, otras empresas, como Fertiberia, también han disfrutado de esas subvenciones durante años, a pesar de ser empresas que obtienen grandes beneficios. Por otra parte, hay que destacar que en 1991 se reunieron los partidos políticos, sindicatos, agentes sociales, administraciones y empresarios de Huelva para firmar los que pasaron a ser los “Acuerdos del 91”, que tenían por objeto recuperar la Punta del Sebo para la ciudad. Para ello, se comprometían a no permitir la instalación de ninguna industria nueva en esa orilla de la ría y el desmantelamiento progresivo de aquellas factorías que fuesen finalizando su vida útil. Los puntos firmados en estos acuerdos fueron incorporados al Plan General de la ciudad, y a fecha de hoy no se han cumplido.El acuerdo al que hace referencia mi compañero Paco Romero tiene su origen en el año 1987. En ese año la Agencia de Medio Ambiente de Andalucía elaboró un plan para acabar con los residuos tóxicos de la ría de Huelva. Seis años después, el gobierno andaluz se gastó 90 millones de pesetas para saber si dicho plan había dado resultados pero, “de manera incomprensible, este informe que detecta graves irregularidades se ha mantenido en secreto”, según lo expuesto en Línea 900. A raíz de ahí, continúa la batalla legal de los ecologistas para acabar con la contaminación en Huelva. En el 2013, Mesa de la Ría “considera de extrema gravedad que el delegado del Gobierno andaluz haya ocultado durante días el vertido de Fuel de Cepsa”. En su comunicado, el colectivo ciudadano explica que este tipo de actuaciones incumplen los principios básicos de las Naciones Unidas, ante la obligada alerta e información a la población sobre accidentes ambientales, ya que “las autoridades en una sociedad democrática están obligadas a informar sobre tales hechos”. Además, el colectivo también informa de que el vertido afecta tanto a la Reserva de la Biosfera como a Doñana y advierte de que traslada la denuncia a la Comisión Europea y a la Unesco.Balsa de fosfoyesosPor otra parte, Fertiberia es condenada en 2009 por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo por delito ambiental al verter fofoyesos a la ría de Huelva. Casi cuatro años después de la sentencia que la obligaba a la paralización de los vertidos y retirada de los fosfoyesos, la empresa elabora un documento que la Mesa de la Ría define recientemente en su página web como un auténtico fraude. En el documento emitido por Fertiberia se habla de “proyecto de restauración de las balsas”. Sin embargo, el colectivo ciudadano afirma que se trata de una maniobra más de PSOE e IU para captar votos. “Mientras estos partidos políticos nos entretienen con discursos falaces, comisiones y plataformas, la empresa está vaciando las aguas ácidas de las balsas, hecho por el cual la Mesa de la Ría ha presentado denuncia ante la fiscalía provincial recientemente. (…) La Mesa de la Ría no va a aceptar nunca una solución que no pase por llevarse los fosfoyesos y todos los residuos tóxicos y radioactivos que en las Marismas del Tinto se han depositado”.Como exponía Paco Romero, Fertiberia es propiedad del Marqués de Villar Mir, actualmente imputado en el caso Bárcenas por donaciones ilegales al Partido Popular. Además, Isabel García Tejerina, la nueva ministra de agricultura, fue una de las principales directivas de la empresa. En un comunicado publicado por Europa Press el 29 de abril, Mesa de la Ría recuerda al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su promesa sobre la retirada de los fosfoyesos en Huelva y declara:“Es un día triste para la Democracia, en el que una vez más se demuestra en manos de quien está el verdadero poder, muy alejado de los ciudadanos, y próximo a los intereses de las grandes empresas que, sin escrúpulos, actúan para la obtención del máximo beneficio”.-Paco, como integrante del colectivo ciudadano Mesa de La Ría, ¿puedes explicarnos cómo surge esta iniciativa y en qué consiste vuestro trabajo? -La iniciativa surge en el año 2003 con J. Pablo Vázquez, decano del Colegio de Arquitectos. Se pretende que los distintos partidos políticos y sindicatos se comprometan, por fin, a cumplir el acuerdo firmado en el año 1991. En él se establecía que en Huelva no podía instalarse ninguna industria más. Sin embargo, tanto PP, como PSOE, así como la Federación de Empresarios onubenses, se niegan a asistir a la reunión que estaba prevista. Tanto los poderes públicos como la Junta de Andalucía se han dedicado a falsear la realidad construyendo bulos que generan malestar entre los onubenses. Incluso han llegado a decir que la contaminación en Huelva es más psicológica que real. Lo peor del caso es que, después de las contantes mentiras e irregularidades llevadas a cabo, todos aquellos que defendemos que se haga justicia hemos tenido que soportar que el propio consejero de Medioambiente nos llame “alarmistas”. La labor de la Mesa de la Ría ha consistido, fundamentalmente, en “desmontar mitos”. Afortunadamente, cada vez el miedo es menor y hemos conseguido que hoy se pueda hablar con libertad sobre un tema tan grave que afecta a la salud de miles de personas, pero todavía necesitamos que la ciudadanía “plante cara”. Como los interesados en ocultar la verdad no podían desmontar nuestros argumentos, han recurrido al desprestigio púbico. Hemos tenido que soportar que se nos llame “traidores a Huelva”, “antisistema”, “radicales”, “Mesa de los constructores” y “los Ayatolá”. Quiero destacar que nuestra labor es desinteresada, no somos profesionales de la política. Somos ciudadanos que creemos en lo que hacemos. Desde la Mesa de la Ría cubrimos los ámbitos de la Comunicación, el apartado Jurídico y el Legislativo. Además, contamos con expertos en Contaminación. Foret es la primera industria que se está desmantelando para descontaminar el suelo. Sin embargo, queda mucho trabajo por delante. Cuando pasó lo del Prestige, toda España se movilizó. ¿Por qué con Huelva no ocurre lo mismo si la catástrofe medioambiental tiene mayores dimensiones en el espacio y en el tiempo?- ¿Cuál es uno de los momentos más emotivos que has vivido dentro de la Mesa de la Ría? - Recuerdo cuando visitamos la Plataforma de Refinería en Extremadura para dar una charla. El salón de actos estaba repleto. Incluso había muchísimas personas fuera que no podían entrar. Sentimos que aquellas personas comprendían nuestra indignación ante la injusticia porque estaban sufriendo una situación similar. Nos sentimos arropados y queridos. Pero sentí una envidia sana, ya que en Huelva no existía la misma unión en la lucha para un futuro digno para esta ciudad, alejado del modelo basado en una industria química obsoleta y altamente contaminante y que quienes decidimos embarcarnos en esta lucha no recibíamos el mismo apoyo. Tampoco puedo olvidar nuestra primera “Garbanzada” el día 12 de octubre de 2004. Una gran cantidad de onubenses nos reunimos en la Punta del Sebo para exigir la paralización de las obras de la nueva central de ciclo combinado que Endesa quería instalar allí. Otro hito importante fue la manifestación del 6 de noviembre de 2003, también contra la nueva térmica de la Punta del Sebo. Ésta fue la segunda manifestación más importante que ha existido en Huelva. Solo la superó en número de manifestantes la del 11M. -¿Qué les dirías a todos aquellos que no entienden vuestra lucha? -Yo les plantearía la siguiente cuestión: ¿Cuál es el mejor futuro para Huelva? ¿El que nos ofrecen industrias que llevan casi 50 años y no han sacado a Huelva de su situación de subdesarrollo económico? ¿El futuro que nos ofrece una industria obsoleta que nos ha llevado a encabezar las listas de paro? Desde la Mesa de la Ría entendemos que otra Huelva es posible, con la recuperación del margen de la ría para la ciudad y con la búsqueda de alternativas en otros sectores económicos que generan más puestos de trabajo sin la necesidad de deteriorar el entorno natural. Lo que sucede es que, para que eso ocurra, habría que empezar por la limpieza de los vertidos y destrozos que la industria química está dejando, ya que ninguna actividad económica nueva querrá venir a un espacio medioambiental contaminado. Y siempre bajo la máxima de que quien contamina, paga. Necesitamos muchas más personas que se sumen a nuestra lucha y que trabajen con nosotros. Es nuestra salud y nuestro futuro el que está en juego. - Por último, ¿qué les dirías a aquellos que han permitido que se incumpla la ley y no se haga justicia en Huelva? - Me gustaría que me respondiesen. ¿Qué ha pasado desde que firmaran los Acuerdos del 91 para que hayan cambiado de opinión y los incumplan de manera sistemática? ¿Por qué en todas las decisiones, tomadas desde la Administración, siempre se ha favorecido a las industrias químicas y, a fecha de hoy, nunca han defendido a la ciudadanía a la que cada cuatro años le solicitan el voto?El pasado 4 de febrero de este 2014, muchos nos sumamos a la movilización ciudadana bajo el lema “Huelva Harta”. Paco Romero, junto con el resto de los ecologistas, eligió la efeméride del “año de los tiros” por tratarse de una reivindicación de los onubenses: “su derecho a no morir”. Además, el 4F coincidía con el Día Mundial del Cáncer. Después de redactar este texto, solo deseo que la indiferencia y la desinformación no nos mate antes que la Injusticia y el desastre medioambiental que asola Huelva. Lo merece Huelva y lo merecemos todos. Es cuestión de dignidad pero, ante todo, cuestión de vida. Ángela María Ramos Nieto. Profesora de Lengua Castellana y Literatura.
En el caso de Huelva se plantea el aforismo este de que ‘el pueblo que no lucha no merece vivir’. Huelva es un pueblo muy pasivo que no acaba de darse cuenta del problema”.
“El problema es que en España hay una tendencia ignorante y destructiva, que no es solo de nuestro tiempo”.
“Es un día triste para la Democracia, en el que una vez más se demuestra en manos de quien está el verdadero poder, muy alejado de los ciudadanos, y próximo a los intereses de las grandes empresas que, sin escrúpulos, actúan para la obtención del máximo beneficio”
Cuando pasó lo del Prestige, toda España se movilizó. ¿Por qué con Huelva no ocurre lo mismo si la catástrofe medioambiental tiene mayores dimensiones en el espacio y en el tiempo?
Microsplásticos en los sedimentos marinosÁrea: Medio ambiente — Domingo, 11 de Enero de 2015Miles de millones de fibras plásticas contaminan cada kilómetro cuadrado de los sedimentos marinos en todo el mundo.Richard Thompson, coordinador del estudio.Uno de los misterios que faltaba por resolver era cómo no había tanto plástico en los mares pese a la gran producción de los mismos que hace el ser humano. La contabilización de los plástico producidos, menos los destruidos, menos los que llegan a la costa no cuadraba con la cantidad de plástico que hay flotando en los mares y que era supuestamente poca cantidad.En NeoFronteras hemos visto ya dos explicaciones al respecto, una de ellas era que parte se almacena en los hielos polares. Ahora vamos a ver una tercera explicación que se publicó el mes pasado.La contaminación por plástico es un problema mundial. Afecta a la vida marina y también al turismo en todos los mares del mundo. Sin embargo, el alcance del daño realizado es complicado de ponderar. Como ya sabemos, el plástico no se degrada, a los microorganismos todavía no les ha dado tiempo evolucionar al respecto y poder metabolizarlos. Lo que ocurre es que el plástico se fragmenta cada vez más, hasta que pasa a formar parte del plancton marino. Pese a que el plástico es relativamente inerte, puede absorber contaminantes que luego pasan a la cadena alimenticia.Ahora, un estudio publicado en Royal Society Open Science revela que miles de millones de fibras plásticas contaminan cada kilómetro cuadrado de los sedimentos marinos en todo el mundo.Según este estudio parte de los microplásticos que se acumulan en los océanos caen al fondo marino en donde se acumulan a lo largo del tiempo entre los sedimentos. Al parecer la cantidad de este material en los mares profundos es cuatro veces más grande que la que hay en mares someros y regiones costeras.Según Lucy Woodall (Natural History Museum) es alarmante encontrar tantos altos niveles de contaminación, especialmente cuando el efecto de todas estas partículas sobre el delicado equilibrio de los ecosistemas marinos profundos es desconocido.El estudio, en el que han participado varias instituciones internacionales se centró en el análisis de los sedimentos marinos y muestras de coral recolectadas por Woodall y sus colaboradores en 16 sitios del Mediterráneo, el Atlántico y el Índico.Estos análisis revelaron que las partículas de microplástico de 2 a 3 mm de longitud eran abundantes en todas las muestras, con una densidad que iba de las 1,4 a las 40 fibras por cada 50 ml de sedimento.Estas partículas eran de distintos colores, pero principalmente azules, negras, verdes y rojas. El rayón contribuía con un 56,9% del total, al que se añadían el poliester, poliamidas, acetato o acrílico entre otros.Según Richard Thompson, de Plymouth University y coordinador del proyecto, el hábitat de las profundidades marinas se extiende 300 millones de kilómetros cuadrados globalmente, así que el descubrimiento de estos microplásticos sugiere que su acumulación puede ser incluso mayor de lo que se había predicho previamente y el alcance de sus efectos nocivos dependerá de su abundancia. Añade que este descubrimiento es de gran relevancia para la comprensión del potencial que tienen estas partículas de dañar el ambiente marino.Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=4587Fuentes y referencias:Artículo. original http://rsos.royalsocietypublishing.org/content/1/4/140317¿Cuánto plástico hay en los océanos? http://neofronteras.com/?p=4568La fusión del Ártico liberará plásticos. http://neofronteras.com/?p=4439Foto: University of Plymouth.
Un análisis de agua embotellada en España encuentra tóxicos en todas las botellasAlquifenoles, bisfenol A, Disruptores Endocrinos EDC, Ftalatos, Nonilfenol Un análisis del agua embotellada realizado por el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada y publicado en Environment International encuentra contaminantes hormonales en TODAS las botellas analizadas.Es decir, el agua embotellada es una fuente de exposición a contaminantes hormonales o disruptores endocrinos, EDCs. Esta exposición puede ser elevada, si tenemos en cuenta que el consumo de agua embotellada ha aumentado en las últimas décadas, incluso en zonas en donde el agua del grifo es de calidad. España, con un consumo anual 124 litros per cápita, es el octavo país del mundo en la compra de agua embotellada. Este aumento en el consumo se debe, en parte, a una potente labor de marketing que ha hecho que los consumidores consideren que el agua embotellada es “más sana” que la del grifo, según indica un estudio llevado a cabo en Inglaterra.Pero parece que el agua embotellada no es tan sana. Tras analizar en el laboratorio la actividad hormonal de 29 muestras de agua embotellada comercializada en España como “agua mineral natural” y procedente de diferentes manantiales naturales, los resultados indican que todas las muestras de agua tienen acción hormonal. Esta acción es de cuatro tipos: Actividad estrogénica, es decir, contienen sustancias que mimetizan a los estrógenos naturales, actividad androgénica, al mimetizar a las hormonas masculinas naturales y actividades antiestrogénicas y antiandrogénicas, al tener sustancias que inhiben la acción de ambos tipos de hormonas.Las concentraciones de contaminantes hormonales encontradas son pequeñas pero, por desgracia, estos tóxicos causan efectos adversos, sobre todo en el feto y los niños a estas concentraciones, que son las propias de las hormonas (picomolar y nanomolar). Estos efectos van desde problemas de pérdida de fertilidad hasta problemas metabólicos, inmunitarios, de neurodesarrollo y cáncer en órganos dependientes de las hormonas, como cáncer de mama, tiroides, testículos o próstata.Aunque las características de los materiales en contacto con la bebida están reguladas en Europa, existen numerosos estudios que muestran que los envases pueden ser una fuente de contaminantes hormonales.PET, polietileno tereftalatoDe las 29 botellas analizadas en el estudio desarrollado en España, 26 eran de plástico PET o Polietileno tereftalato, un polímero termoplástico del que se fabrican el 80% de las botellas de agua. Al PET se le añaden sustancias químicas llamadas ftalatos para añadirle color y otras características. Estas sustancias se encuentran también en las resinas de los tapones y en las líneas de envasado.Desde la botella, estos aditivos pueden migrar al agua. Por eso se aconseja no reutilizar las botellas de agua ni dejarlas al sol, ya que el tiempo y la radiación son factores que ayudan a su liberación en el agua. También se han encontrado otros contaminantes hormonales en este tipo de botellas, como los alquilfenoles, usados en la desinfección y benzofenonas, procedentes de los tapones de polietileno de alta densidad.OTROS PLÁSTICOSAunque este estudio no ha analizado el agua de botellas de otro tipo de plásticos, existen un gran número de estudios que sí lo han hecho. Este es el etiquetado y numeración para los diferentes tipos de plástico:Diferentes tipos de plásticosEl PET es el número 1.Las botellas de agua también pueden ser de polietileno de alta densidad HDPE, número 2. Existen estudios que lo relacionan con la emisión de benzofenonas, que son contaminantes hormonales.El 3 es el PVC, más utilizado en juguetes y ropa, pero que también libera tóxicos como los ftalatos.Los números 4 y 5, polietileno de baja densidad y polipropileno, son los que menos sustancias contaminantes liberan, según los estudios realizados.El número 6, poliestireno, no se utiliza en las botellas, sino en las bandejas de comida. También es un material a evitar ya que libera contaminantes hormonales.El número 7 se refiere al Policarbonato. Numerosos estudios lo relacionan con la liberación de bisfenolA y ha sido prohibido de los envases alimentarios de países como Francia.Aquí se puede ver un estudio de la actividad endocrina y la toxicidad de estos productos.http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3222987/BOTELLAS DE VIDRIOPero en el estudio español, tres de las muestras de agua se encontraban en botellas de vidrio. Y también se han encontrado contaminantes hormonales en ellas, aunque en menor concentración que en las de PET. En otro estudio desarrollado por Wagner and Oehlmann en 2009, encontraron contaminantes hormonales en un tercio de las botellas de cristal frente al 90% de las botellas de PET. El estudio realizado en Granada tiene resultados semejantes, por lo que parece que el proceso de embotellamiento en la planta junto a los tapones de plástico o metal pueden ser una fuente de contaminantes que debe ser analizada con más profundidad. Además, se ha detectado que las botellas de vidrio pueden liberar plomo, antimonio y alquilfenoles al agua.A estos datos alarmantes sobre la existencia de sustancias que dañan la salud en el agua embotellada, debemos añadir el problema de generación de residuos, que va unido a este consumo. ¿No será mejor exigir a nuestros ayuntamientos que el agua de municipio sea lo más segura posible y beber agua del grifo, sin pagar más ni generar más residuos?Dejamos aquí el estudio realizado por el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granadahttp://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25454229[/quote
5 countries spew more plastic into the oceans than the rest of the world together