www.transicionestructural.NET es un nuevo foro, que a partir del 25/06/2012 se ha separado de su homónimo .COM. No se compartirán nuevos mensajes o usuarios a partir de dicho día.
0 Usuarios y 5 Visitantes están viendo este tema.
@RGCIMNo quise transmitir que la dinámica del sistema muerto vaya a seguir impepinablemente. Pero mientras tanto algo hay que hacer. Estoy por abrir un restaurante en el Caribe, si sabes tocar el piano vamos a pachas
Cita de: Sidartah en Junio 26, 2013, 13:14:49 pm@RGCIMNo quise transmitir que la dinámica del sistema muerto vaya a seguir impepinablemente. Pero mientras tanto algo hay que hacer. Estoy por abrir un restaurante en el Caribe, si sabes tocar el piano vamos a pachas Yo sé tocar el violín, si te vale.
Cita de: pollo en Junio 26, 2013, 13:36:41 pmCita de: Sidartah en Junio 26, 2013, 13:14:49 pm@RGCIMNo quise transmitir que la dinámica del sistema muerto vaya a seguir impepinablemente. Pero mientras tanto algo hay que hacer. Estoy por abrir un restaurante en el Caribe, si sabes tocar el piano vamos a pachas Yo sé tocar el violín, si te vale. Me ofrezco para recoger las propinas.
Danish consumers, who owe banks more than three times their disposable incomes, are about to find out how sustainable that debt load is as interest rates rise.Signals from the U.S. Federal Reserve that it’s preparing to scale back monetary stimulus have already sent mortgage costs higher as yields rise across global bond markets. The Nykredit Index (NYKRINDX) of Denmark’s most traded mortgage bonds sank this week to its lowest in more than four months after investors sold assets once coveted for their haven status. ...
Cita de: saturno en Junio 26, 2013, 01:24:06 amCita de: Saturio en Junio 25, 2013, 23:09:26 pmSobre deslocalización, globalización y tal.¿Es sostenible?Es sólo "extractivo".Extracción periférica (imperios militares)Extracción de estratos sociales (capitalismos industrial)Extracción integradora (colonialismo-fascismos)Te faltó la fase última del extractivismo: la extracción de rentas a futuro de los propios hijos ("saturnismo").Por eso soy escéptico con PPCC con la conclusión de "Hay que exportar".Es complementaria del "Váyanse de España", y se resume en CPMLo curioso es que el mismo PPCC explica como se supera el saturnismo :se supera por la absorpción del deudo (quiero decir: de la deuda) En el imaginario financiero consiste en que al cabo del tiempo,empresa grande absorbe a la pequeña, con la deuda, que queda cancelada.Viene a ser lo contrario del CPMHay varios post donde lo explica muy bien, A saber cómo encontrarlos, mecachisSí, sí.Es, de momento, sólo extractivo.Pero, parece que ya no se puede extraer más de la periferia. Para que los extractores sigan incrementando sus rentas y poder darnos más migajas, la extracción en los "emergentes" y en los "en vías de desarrollo" ha de ser cada vez mayor.Para que los patricios disfruen de finca, termas, vino, mujeres, ornatos, arte, fiestas... en una cantidad cada vez mayor y además se mantenga la pax en la ciudad de Roma (Circo espectacular, servicios públicos, pan...), se requiere un imperio cada vez más grande (y para dar estabilidad hemos convertido a la gente en ciudadanos del imperio), cada vez más vecinos ricos y no muy fuertes a los que extorsionar con las legiones. Y más allá del Muro de Adriano no hay más que unos tipos muy brutotes habitando un páramo infernal.Entonces, si queremos seguir teniendo fincas y villas y banquetes y orgías...tendremos que cancelar el circo y rebajar la ración de pan y cerrar las termas públicas e igual ya no cuidamos igual las calles y no reparamos los acueductos. Ya no mantendremos tanto el orden, salvo para proteger nuestros culos. Y eso igual ya no es sostenible.La supercasta mundial intentará favelizarnos. Pero igual no nos quedamos contentos con las favelas. Por eso igual resulta insostenible. Los navajazos entre la supercasta pueden ser determinantes. La laminación de los mandos intermedios también.
Cita de: Saturio en Junio 25, 2013, 23:09:26 pmSobre deslocalización, globalización y tal.¿Es sostenible?Es sólo "extractivo".Extracción periférica (imperios militares)Extracción de estratos sociales (capitalismos industrial)Extracción integradora (colonialismo-fascismos)Te faltó la fase última del extractivismo: la extracción de rentas a futuro de los propios hijos ("saturnismo").Por eso soy escéptico con PPCC con la conclusión de "Hay que exportar".Es complementaria del "Váyanse de España", y se resume en CPMLo curioso es que el mismo PPCC explica como se supera el saturnismo :se supera por la absorpción del deudo (quiero decir: de la deuda) En el imaginario financiero consiste en que al cabo del tiempo,empresa grande absorbe a la pequeña, con la deuda, que queda cancelada.Viene a ser lo contrario del CPMHay varios post donde lo explica muy bien, A saber cómo encontrarlos, mecachis
Sobre deslocalización, globalización y tal.¿Es sostenible?
Me permito un inciso para, desde mi liana, pillar sitio en el hilo nuevo y agradecer a todos la gran labor que han hecho estos días atrás con unos debates prolíficos y en con tono sosegado.No digo ná de esos debates por no reflotar temas ya cerrados. Un día de estos encontraré tiempo para ponerme al día y demás.Saludos y que ustedes disfruten la caló como un servidor, que ya está harto de verano.
Cita de: pringaete en Junio 26, 2013, 14:12:10 pmMe permito un inciso para, desde mi liana, pillar sitio en el hilo nuevo y agradecer a todos la gran labor que han hecho estos días atrás con unos debates prolíficos y en con tono sosegado.No digo ná de esos debates por no reflotar temas ya cerrados. Un día de estos encontraré tiempo para ponerme al día y demás.Saludos y que ustedes disfruten la caló como un servidor, que ya está harto de verano.Pues por los madriles la caló no más que ha empezado hace una semana. No se nos desanime tan pronto y prodíguese un poco más.
La falta de crédito no es el problemaJosé García Domínguez Algo no funciona. Y se trata de algo importante. Tan importante que es lo que nos permite seguir creyendo que conocemos los principios por los que se rige la economía. Eso que llaman la ley de la oferta y la demanda prescribe como una verdad evidente que la brusca disminución del precio de un bien deseable provocará un aumento inmediato de su demanda. Así, cuando Ben Bernanke, el gobernador de la Reserva Federal, anunció al mundo que iba a bajar de golpe el precio del dinero, el bien más preciado en cualquier parte, hasta casi regalarlo, los ortodoxos se echaron las manos a la cabeza. Tanto Bernanke como su alter ego en el Banco de Japón se proponían refutar la máxima de que en una economía de mercado no hay nada parecido a una cena gratis. ¿O qué otra cosa es la barra libre de crédito a tipos de interés que rondan el 0%, a intereses negativos de facto? Los fabricantes de la opinión pública, perplejos, buscaron en sus viejos manuales universitarios el capítulo donde se explica que si el precio de lo que sea se aproxima peligrosamente a nada la demanda de lo que sea tenderá peligrosamente a infinito. Aunque el asunto todavía era mucho más grave. Y es que, no contentos con repartir cenas gratis a diestro y siniestro, igual Bernanke que el otro se pusieron a darle vueltas de modo compulsivo a la manivela de los billetes. En Japón la maquinita echaba humo: por cada yen en circulación antes de que estallara su burbuja particular, la autoridad monetaria ordenó imprimir otros 3,6. Un incremento del ¡360%! Y Estados Unidos no le iría a la zaga. Desde el día en que Lehman Brothers, un anodino banco de inversión, se ganó un puesto estelar en los libros de historia, cada billete verde de dólar ha visto surgir de la nada 3,47 clones suyos.Lo mismo ocurrió, en fin, con las libras esterlinas. Cameron tuvo que apresurarse a talar un montón de árboles para subir su cuantía en un 433%. Los expertos estaban al borde de un ataque de nervios. El loco de Bernanke y sus amigos iban a provocar una terrible inflación planetaria con esa manía compulsiva de emitir trozos y más trozos de papel con dibujitos de reyes, emperadores y antiguos presidentes yanquis difuntos. Pero resulta que no ocurrió nada. Nada de nada. Nadie vio la explosión de los precios por ningún lado. Y al final, cansados de tanto esperar un apocalipsis que no llegaba nunca, a los augures no les quedó más remedio que cambiar discretamente de conversación. Porque, por mucho que creciese la base monetaria –los papelitos con las caras de estadistas muertos–, la oferta monetaria –los papelitos más el crédito que crean los bancos a partir de esos mismos papelitos– seguía estancada. He ahí el gran secreto: no hay inflación porque todas esas montañas de dinero que imprimieron los bancos centrales nunca llegaron a manos de la gente. En realidad, nadie ha usado ese enorme poder de compra para comprar nada, por eso no ha presionado los precios al alza tal como prevé la doctrina. El dinero simplemente se quedó perdido por el camino, amontonado en las cajas fuertes de los bancos. ¿Y por qué no llegó a la gente? Pues por una razón simple: porque la gente no lo quería. Y la gente son los consumidores pero también los empresarios. Los libros de texto en los que estudiaron los alarmistas decían que si baja el precio de dinero aumentará de inmediato la demanda de crédito. Pero los libros estaban equivocados. En una crisis de balances, y ésta es una crisis de balances, si baja el precio del dinero… nadie pide a los bancos ni un céntimo adicional.Por eso la paradoja en apariencia inexplicable: con el dinero más barato que nunca, europeos, norteamericanos y japoneses se han puesto a ahorrar más que nunca. Es decir, los consumidores y los empresarios están haciendo justo lo contrario de cuanto ordena que hagan la teoría económica al uso. Exactamente lo contrario. Los estímulos monetarios no estimularon a nadie. Facilitaron, eso sí, liquidez a un sistema financiero asfixiado. Pero nada más. Aquí, en España, la falacia dominante en el discurso oficial, tanto el del Gobierno como el de la oposición, achaca a la falta de crédito bancario el persistente estancamiento de la economía. Si lográramos desatascar la palanca del crédito, razonan al alimón PSOE y PP, el aparato productivo volvería a ponerse en marcha. La clave, no cesan de repetir, es el crédito. ¡El crédito!, exclama Rajoy. ¡El crédito!, repite Rubalcaba. Otra prueba de que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Porque si el crédito del sector privado sigue estancado en todo Occidente pese a haber cometido en las imprentas la mayor orgía de billetes de banco de los últimos setenta y cinco años, tendría que ser evidente que el problema no es la oferta de crédito. Ocurre que los consumidores, que ven cómo su principal activo, la vivienda, sigue encogiendo de valor día a día, no quieren saber nada de créditos. Y tampoco las empresas, ahora solo obsesionadas por conseguir devolver su gigantesca deuda previa al crash. No, el problema no es la falta de crédito. Al revés, el verdadero problema es que nadie quiere un crédito que no sea para ir tirando con los gastos corrientes. Ni lo quiere ni lo va a querer en mucho tiempo. Las explicaciones fáciles, siempre equivocadas.
Los empleados públicos de la Agencia Tributaria han expresado su malestar a la vista del "desprestigio" a la que se están viendo sometidos a raíz de los errores registrados en el caso de la Infanta Cristina y la "falta de contundencia" por parte de los directivos de la Agencia a la hora de defenderlos.Creen que se está "poniendo en duda la veracidad de la información que la AEAT pueda suministrar a los órganos judiciales que se lo requieran, en la multitud de casos relacionados con el fraude fiscal que está en los tribunales".Los funcionarios se han manifestado en estos términos a través de un comunicado emitido por la Central Sindical Independiente y de los Funcionarios (CSIF) en el que recalcan que ellos desempeñan su trabajo "con total independencia y profesionalidad" y aseguran no estar dispuestos a que "se extienda una alargada sombra de duda" sobre el "rigor" con el que ejercen su trabajo.Recalcan además que su labor está "quedando en entredicho" por la "opacidad" del asunto y puntualizan que "el conjunto de los empleados públicos de la Agencia Tributaria no tienen autorizaciones para controlar a este perfil de contribuyentes", en referencia a la hija del Rey. En consecuencia reclaman a los responsables de la Agencia que den "una explicación sobre lo ocurrido".Los funcionarios aprovechan además para insistir en que los medios humanos con los que cuenta la Agencia "son insuficientes para una lucha eficaz contra el fraude fiscal", aunque también precisan que la Agencia con "suficientes medios de control y sobrada información en sus bases de datos para que estos errores no se produzcan".En su nota lanzan además las siguientes preguntas: "¿Qué departamento controla a este perfil de contribuyentes?"; "¿por qué han existido estas lagunas en el volcado de la información en el sistema informático?"; "¿por qué no se ha requerido en su momento por esas transmisiones patrimoniales?".Finalmente apuntan a la "ineptitud de los responsables políticos" y lamentan "unas explicaciones que en ningún momento han defendido con la contundencia debida la profesionalidad e independencia de los empleados públicos de la AEAT".
Buen artículo el de Jose García Dominguez. Es monoaural, y solo explica una faceta mínima del problema; pero por otra parte va al cuello, y no tiene implicaciones o ideologías raritas. Explica un problema económico de una forma que cualquiera lo puede entender; que es la única explicación económica que tiene validez.Muy bueno, si señor, y en línea con lo que se viene diciendo: que no es un problema de crédito, sino de credit-worthiness. Y hasta menta la bicha inmobiliaria.