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Cita de: Lacenaire en Diciembre 27, 2013, 17:07:29 pmOslodije, ya te digo que hablamos léxicos inconmensurables. De hecho creo que nos regimos por lógicas inconmensurables. ...(...)Mi opinión es que entre los menores de 40 años las diferencias por sexo no son ventajosas para el hombre sino más bien al contrario (gracias al revanchismo hembrista) y que muchos jóvenes individualmente vivirían peor hasta que los negros que venden la Farola, pero yo sí estoy dispuesto a debatir lo que sea, no me cierro en una torre de marfil tautológica.
Oslodije, ya te digo que hablamos léxicos inconmensurables. De hecho creo que nos regimos por lógicas inconmensurables. ...
Cita de: wanderer en Diciembre 27, 2013, 18:26:57 pmCita de: sudden-and sharp en Diciembre 27, 2013, 15:10:53 pm2013, sin duda el mejor año de la Historia de la Humanidadhttp://culturacientifica.com/2013/12/27/2013-sin-duda-el-mejor-ano-de-la-historia-de-la-humanidad/Feliz y próspero año 2014.¡Qué lo que importa no son las magnitudes absolutas del "bienestar", sino el signo de la derivada!!! ¡Cansinos! Suena bien,http://recursostic.educacion.es/gauss/web/materiales_didacticos/bach/actividades/funciones/derivadas_integrales/crecimiento/actividad.htmlCitarLa derivada y el crecimientoLa derivada de una función en un punto nos indica el ritmo de cambio de la función en dicho punto. Una consecuencia inmediata es que la derivada nos va a permitir saber si la función crece o decrece en un punto determinado con solo atender al signo de la derivada. Si la derivada es positiva, la variación de la función es positiva, por tanto crece en el punto considerado. Por el contrario, si la derivada es negativa, la variación es negativa, por lo que la función decrece en el punto considerado. Si conocemos la función derivada, el problema de la determinación de los intervalos de crecimiento y decrecimiento de la función se reduce al estudio del signo de su función derivada. Los intervalos en los que la función derivada es positiva se corresponden con intervalos en los que la función primitiva es creciente. Los intervalos en que la función derivada es negativa se corresponden con intervalos en los que la función primitiva es decreciente. Cuando la derivada en un punto es cero la tangente a la función en dicho punto es horizontal. Pero la tangente puede ser horizontal por diferentes motivos, por lo que interpretar una derivada nula resulta un poco más complejo que cuando es positiva o negativa. Así, puede ocurrir que estemos ante un máximo relativo o un mínimo relativo, o bien que se trate de un punto de inflexión de tangente horizontal o que simplemente se trate de un punto en el que la función es constante. Y para saber más:http://es.wikipedia.org/wiki/Derivada
Cita de: sudden-and sharp en Diciembre 27, 2013, 15:10:53 pm2013, sin duda el mejor año de la Historia de la Humanidadhttp://culturacientifica.com/2013/12/27/2013-sin-duda-el-mejor-ano-de-la-historia-de-la-humanidad/Feliz y próspero año 2014.¡Qué lo que importa no son las magnitudes absolutas del "bienestar", sino el signo de la derivada!!! ¡Cansinos!
2013, sin duda el mejor año de la Historia de la Humanidadhttp://culturacientifica.com/2013/12/27/2013-sin-duda-el-mejor-ano-de-la-historia-de-la-humanidad/Feliz y próspero año 2014.
La derivada y el crecimientoLa derivada de una función en un punto nos indica el ritmo de cambio de la función en dicho punto. Una consecuencia inmediata es que la derivada nos va a permitir saber si la función crece o decrece en un punto determinado con solo atender al signo de la derivada. Si la derivada es positiva, la variación de la función es positiva, por tanto crece en el punto considerado. Por el contrario, si la derivada es negativa, la variación es negativa, por lo que la función decrece en el punto considerado. Si conocemos la función derivada, el problema de la determinación de los intervalos de crecimiento y decrecimiento de la función se reduce al estudio del signo de su función derivada. Los intervalos en los que la función derivada es positiva se corresponden con intervalos en los que la función primitiva es creciente. Los intervalos en que la función derivada es negativa se corresponden con intervalos en los que la función primitiva es decreciente. Cuando la derivada en un punto es cero la tangente a la función en dicho punto es horizontal. Pero la tangente puede ser horizontal por diferentes motivos, por lo que interpretar una derivada nula resulta un poco más complejo que cuando es positiva o negativa. Así, puede ocurrir que estemos ante un máximo relativo o un mínimo relativo, o bien que se trate de un punto de inflexión de tangente horizontal o que simplemente se trate de un punto en el que la función es constante.
Pues abundando sobre la derivada (me conformaré con la primera): su signo nos indica si lo que sea que nos interese crece o decrece, y en el artículito que me provocó esa (un tanto críptica, lo reconozco) respuesta mía, hablan de que si un montón de magnitudes están en términos globales en máximos... y probablemente tengan razón. Sin embargo, por una parte incurren en una falacia de composición, por asumir que lo que es cierto globalmente, también lo es localmente, y por otra, desagregando y mirando localmente, pues aquí y ahora hay un montón de magnitudes cuyas derivadas están en negativo... y lo que les queda. Por ello, me parece que ése tipo de artículos son mixtificadores en extremo, y más aún si traen una profusión de datos, pues no se cuestionan cuál es su verdadera relevancia.
Cita de: wanderer en Diciembre 27, 2013, 22:03:49 pmPues abundando sobre la derivada (me conformaré con la primera): su signo nos indica si lo que sea que nos interese crece o decrece, y en el artículito que me provocó esa (un tanto críptica, lo reconozco) respuesta mía, hablan de que si un montón de magnitudes están en términos globales en máximos... y probablemente tengan razón. Sin embargo, por una parte incurren en una falacia de composición, por asumir que lo que es cierto globalmente, también lo es localmente, y por otra, desagregando y mirando localmente, pues aquí y ahora hay un montón de magnitudes cuyas derivadas están en negativo... y lo que les queda. Por ello, me parece que ése tipo de artículos son mixtificadores en extremo, y más aún si traen una profusión de datos, pues no se cuestionan cuál es su verdadera relevancia.Es que lo que evitan decir esa clase de artículos es que el progreso -que es sin duda algo bueno- de los países hasta ahora desfavorecidos es a costa de Occidente. Que se llevan la totalidad del escuálido crecimiento y algo más.
Los sindicatos abajo firmantes muestran su malestar con la RAE por el hecho de que en su obra "Ortografía 2010" recomiende el uso de mayúsculas en sustantivos como "Gobierno", por hacer referencia a colectividades institucionales. A nuestro entender, el gobierno y otras instituciones están al servicio del Pueblo y no al revés, por lo que solicitamos respetuosamente a la RAE que retire su recomendación y que por el contrario recomiende que sea "Pueblo" el sustantivo que se escriba con mayúsculas.
Por tanto, de acuerdo con esa tesis, el desarrollo de los paises desfavorecidos no se hace a costa de Occidente, sino que se debe a la globalización del comercio, donde todas las partes que comercian, ganan algo distinto, de mayor valor que el propio objeto que intercambian (Edit: o al menos, no lo sé, se crea un valor distinto pero que se puede reducir a la misma moneda de intercambio)
La pasada semana me despedí de todos ustedes hasta Reyes, pero estas reflexiones no deberían esperar ante las colosales falsedades y el rosario de mentiras del Rey y de Rajoy, que difundidas por los palmeros habituales y amplificadas por una mayoría de medios atados al pesebre, hacen creer a una mayoría que prefieren las falsas esperanzas a la cruda realidad que España es una país en recuperación, cuando la realidad es la contraria: una nación en liquidación, por un Gobierno, una oposición y unas instituciones plagadas de incompetentes, corruptos y traidores. Una oleada de mendacidad y de ignominia creada por las declaraciones de los responsables de la nación.El discurso del ReySe trata una vez más de un discurso vulgar, lleno de falsedades y promesas vanas, donde a pesar de la situación de emergencia nacional en la que nos encontramos, el número de oyentes del discurso cayó en picado y en más de cuatro millones, lo que da una idea clara no ya de credibilidad, que es inexistente, sino de la indiferencia que producen las palabras del Rey. Es la antítesis de aquel discurso histórico del Rey Jorge VI, pronunciado en 1939, donde superando su tartamudez hizo un encendido llamamiento a la guerra contra la Alemania recurriendo al patriotismo nacional del pueblo británico, para defender su integridad y su libertad. En contraste, este Rey audaz en todo lo que no es su deber, y enfermizo de cobardía ante sus obligaciones políticas, templa gaitas con los enemigos de España que buscan nuestra destrucción diciéndoles que “hablando se entiende la gente”.Este Rey audaz en todo lo que no es su deber, y enfermizo de cobardía ante sus obligaciones políticas, templa gaitas con los enemigos de España que buscan nuestra destrucción diciéndoles que “hablando se entiende la gente”Comentemos con piedad sus párrafos más hilarantes. El Rey, como el Príncipe, siempre dicen lo mismo: “Sé de vuestros problemas”, cuando ignoran todo y no arreglan nada. “Asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy demanda la sociedad”. ¿Cómo hoy? ¿Es que ayer no? ¿Acaso un Rey no debe ser ejemplar siempre? La ejemplaridad no se predica, Majestad, se practica. El Rey ignora que la base social de un pueblo, una Nación, es alcanzar su unidad como sujeto actor de la Historia. Sin esta base primordial ni siquiera puede hablarse de una Nación y de un Estado como unidad de poder político. El Rey no tiene idea siquiera de estas nociones elementales de la política, sus afirmaciones acreditan tanto su frivolidad como su impotencia, es decir, su cobardía para emplear los medios que la Constitución le otorga para haber liquidado a los terroristas de ETA, primero, y cortado de raíz el humillante avance del separatismo catalán hoy.Hubiera bastado para mover a la indecente clase política colocada en el Estado para enriquecerse, que el Rey la amenazara con su dimisión, un rey no puede presidir jamás, sin degradase como persona y anularse como autoridad, la intensidad y el volumen alcanzados por el separatismo vasco y catalán. A Cataluña ni se atreve ya a llamarla por su nombre, igual que hacen los partidos políticos y sindicatos estatales con el nombre de España, a la que llaman “este país”. ¿Y estos son los representantes de España? ¡Pues vaya indignidad la de quienes les votan! ¿Cómo se puede votar a esta chusma?Continua el discurso real: “Creo en un país libre, justo y unido dentro de su diversidad”. Le faltó lo de benéfico de las Cortes de Cádiz. Los países no son justos ni libres, esas cualidades no corresponden a los países sino a los pueblos. En cuanto a su idea de la unidad como matriz de la diversidad, es simplemente ridícula. Aplicarlo a una nación que no es federal resulta completamente demagógico para abonar el caldo separatista. La idea de todo su discurso parece hacer creer que España, la nación más antigua de Europa, es una nación de naciones, un aglomerado de nacionalidades, regiones, territorios y habitantes autóctonos como los catalanes y los vascos, todo lo cual es radicalmente falso histórica y objetivamente.A Cataluña ni se atreve ya a llamarla por su nombre, igual que hacen los partidos políticos y sindicatos estatales con el nombre de España, a la que llaman “este país”. ¿Y estos son los representantes de España? ¿Cuándo Cataluña o el País Vasco han sido naciones independientes? El Rey parece asumir en su discurso la “idea” de su maestro, el indigente mental Zapatero. “Zapatero sabe perfectamente lo que hace” diría, según lo cual España es algo discutido y discutible. Pero, claro, como hablando se entiende la gente, se llega a donde hemos llegado. Y suma y sigue: “Hay que saber cuándo es preciso ceder”. En cuanto a la unidad de España, la verdad y la moral política, nunca. Esas palabras son propias de un mercachifle, jamás de un gobernante, sino no es capaz de sostener lo irrenunciable con palabras que lo haga con las bayonetas o que se vaya.Dice que no piensa abdicar para “continuar el desempeño fiel del mandato y las competencias que me atribuye el orden constitucional”. En primer lugar, no hay orden constitucional ninguno. Si lo hubiera, se respetaría la norma del mandato imperativo prohibiendo a los diputados obedecer órdenes de nadie, ni siquiera de su propio partido. España sería un Estado de Derecho y no un país sin ley. Segundo, la única competencia que le atribuye el desorden constitucional nunca la ha ejercido, ni la ejerce, ni ejercerá, pues a la vista está hasta donde ha llegado la connivencia del Rey con la tolerancia de los partidos con el separatismo, y con la oligarquía financiera con el robo masivo a los ciudadanos.Finalmente, es inaceptable que el Rey adopte el leguaje separatista hablando de sensibilidades distintas dentro del pueblo español para separar a unos regiones de otras. Porque entonces, ¿dónde está la sensibilidad española? ¡Qué bien están los reyes en el exilio!El discurso de RajoyCuando Rajoy estaba en la oposición, era el único político capaz de hablar durante horas sin decir nada útil. Ahora en el Gobierno puede hablar durante horas sin decir una sola verdad. El discurso de Rajoy es el de los brotes verdes. Juan Laborda resumía la situación así hace un par de semanas: “Tras el repunte de final 2010 el consenso del mercado era un crecimiento del 1,8% para 2011. Acertaron de pleno solo que con signo negativo. La situación hoy es objetivamente peor que la de finales 2010”; estamos no ante una recuperación, sino ante una nueva recesión.Cuando Rajoy estaba en la oposición, era el único político capaz de hablar durante horas sin decir nada útil. Ahora en el Gobierno puede hablar durante horas sin decir una sola verdad¿Por qué la situación es objetivamente peor? Vayamos a los números: afiliados a la Seguridad Social, 1,5 millones menos. ¿Por qué, señora vicepresidenta de todo, no tiene usted la decencia y la vergüenza torera de mostrar a los españoles los gráficos que expuso hace un par de meses a los inversores internacionales, según los cuales las pensiones bajarían un 18% en los próximos tres años? Paro, 1,4 millones más, pero Guindos ya tiene la solución. En 2014 bajaran las contraprestaciones por desempleo y se reducirá el tiempo de percepción porque, según este miserable, los parados no buscan empleo hasta que termina la prestación. Deuda, la total o pasivos en circulación, 450.000 millones más; la computable, 310.000 millones más, algo imposible de devolver. Y lo verdaderamente malvado, el grado de dolor y sufrimiento que están infligiendo a cada vez más españoles.Quiero contarles un ejemplo que he vivido personalmente, y que demuestra más allá de cualquier cifra a dónde nos ha llevado la crueldad de este Gobierno de canallas. Poco antes de Navidad, mi mujer y yo fuimos a llevar dinero y comida a una sede de Cáritas en un barrio periférico de Madrid, algo que hacemos periódicamente. Al salir y como siempre, había una larga cola de personas esperando ayuda. Pasamos al lado de un padre con aspecto derrotado por la vida y un niño de unos cinco años de la mano. Justo al pasar el niño le pregunta al padre: “Papá, ¿crees que podré comer hoy?”.Si les digo que se me heló el corazón ni siquiera me acerco a lo que sentí en ese momento, me agaché y le di cien euros al niño. “Hoy y mañana seguro que comerás” le dije. Al padre se le saltaban las lágrimas, a mí me invadió una ira incontrolable contra los responsables de esta canallada. Algunos dicen que no tengo respeto por estos miserables, que no se puede insultar a las autoridades, y es cierto tiene que ser procesados y pagar por el infinito dolor que están produciendo, pero de esto hablaremos y mucho. De momento el despiadado Rajoy ha congelado el salario mínimo. The Economist situaba recientemente a España entre los países con más posibilidades de que se produzca un estallido social. Espero que acierten de pleno y se lleven por delante a todos estos canallas.Hablaré de las cifras 2013 cuando tenga los datos, pero los últimos conocidos muestran una caída clara de la economía. La producción industrial está cayendo desde septiembre, los datos en tasa anual son un ¡9,8% inferiores a los del año anterior! Y la cifra de negocios del sector servicios ha caído un 7,8% en el tercer trimestre del año anterior, y para colmo la aportación positiva del sector exterior ha desaparecido. ¿De dónde sacan Rajoy y sus secuaces desde el BdE al BBVA, pasando por los palmeros y medios atados al pesebre, que 2014 será el año de la recuperación? No habrá recuperación alguna en 2014 ni en 2015, solo profundización en la pobreza y en la liquidación de España.
Lo que está sucediendo es que nos están sometiendo a un proceso de *saqueo* CALCADO, a los procesos neoliberales que practicaron con latinoamérica con la excusa de la "crisis de la deuda" desde los 70, 80 y 90
En 2014, freno de emergenciaEn estos días de balance, se ha convertido en un lugar común decir que 2013 ha sido un año de marcha atrás, de viaje al pasado, que hemos retrocedido en el tiempo hasta fechas que creíamos ya superadas. La ley del aborto, la contrarreforma educativa, los niveles de desigualdad y pobreza como no se veían desde hace décadas, la caída en picado de la mayoría de indicadores económicos y sociales, o el deterioro democrático, abundan en la idea de regreso al pasado, ya sea cinco años atrás, el siglo pasado o mucho más lejos.Pero hoy que cerramos el año, y pese a que yo mismo he contribuido a difundir esa idea, tengo dudas: ¿realmente estamos volviendo atrás? ¿O es más bien un salto adelante, una brusca aceleración que nos ha hecho cumplir varios años de golpe sin pasar por estaciones intermedias? ¿Estamos regresando al pasado, o llegando antes al futuro que nos esperaba?Puede parecer una discusión tonta, pero creo que condiciona nuestra forma de ver lo que nos está pasando. Tiene algo de consolador pensar que esto es un accidente en el progreso lógico, que nos hemos salido de la vía, que unos malvados nos han metido a empujones en la máquina del tiempo y han programado una fecha remota. Esa creencia implica confiar en que en algún momento enderezaremos el rumbo y lo devolveremos a su curso natural, escaparemos del pasado y regresaremos al año que nos correspondía, al verdadero 2013 o 2014, y no este falso año que en realidad es un 1985 o un 1997 disfrazado de presente.En el fondo, esta confianza optimista en el progreso supone seguir creyendo que la crisis es un paréntesis que se abrió en 2008 y se cerrará en algún momento de los próximos años, que los recortes y destrozos son una anomalía, una mala temporada que ahora no tocaba, y que pronto superaremos para seguir el camino que traíamos.Pero hoy, en coherencia con un año de mierda como 2013, traigo un mensaje pelín pesimista: siento decirlo, pero no estamos regresando al pasado. Esto es el futuro, que nos lo han adelantado. El futuro hacia el que venimos caminando desde hace décadas, el tiempo que nos esperaba y al que tal vez estamos llegando antes de hora.Todo lo que estamos viendo hoy: el desguace del Estado de Bienestar, los recortes sociales, la precarización total, el aumento de la desigualdad, el deterioro de la democracia, el avance de nuevas (y no tan nuevas) formas de fascismo, la privatización o liquidación de lo público, no son algo que comience en septiembre de 2008 con la caída de Lehman Brothers, ni entre nosotros con el reventón de la burbuja inmobiliaria. Es algo que viene de mucho atrás, de al menos la desaparición del bloque socialista, el triunfo del neoliberalismo en los ochenta, o que quizás estaba ya en la hoja de ruta al terminar la Segunda Guerra Mundial, y en ese caso los derechos sociales, como el desarrollo democrático o la prosperidad serían el verdadero paréntesis, la tregua que entró en vigor a mediados del siglo XX y de la que una de las partes prescindió hace tiempo y dio por reanudadas las hostilidades.En ese caso, en 2013 no habríamos regresado a los ochenta, sino que tal vez hemos avanzado varias casillas de una sola tirada, y andamos ya por 2020, 2030 o más allá.Claro que tampoco pretendo sustituir una creencia consoladora por otra desmoralizadora. 2013 ya está perdido, no tiene arreglo, pero 2014 se presenta intacto, con todas las páginas en blanco. De nosotros depende que los mismos empiecen ya mañana a escribirlo y aceleren aun más la locomotora hacia ese futuro, o que seamos capaces de, si no cambiar de vía, al menos tirar con fuerza del freno de emergencia, siguiendo la conocida imagen de Benjamin. Es decir, la revolución.Feliz 2014.
Pues eso, que feliz 2014...http://www.eldiario.es/zonacritica/2013_regreso_al_pasado_6_212838728.htmlCitarEn 2014, freno de emergenciaEn estos días de balance, se ha convertido en un lugar común decir que 2013 ha sido un año de marcha atrás, de viaje al pasado, que hemos retrocedido en el tiempo hasta fechas que creíamos ya superadas. La ley del aborto, la contrarreforma educativa, los niveles de desigualdad y pobreza como no se veían desde hace décadas, la caída en picado de la mayoría de indicadores económicos y sociales, o el deterioro democrático, abundan en la idea de regreso al pasado, ya sea cinco años atrás, el siglo pasado o mucho más lejos.Pero hoy que cerramos el año, y pese a que yo mismo he contribuido a difundir esa idea, tengo dudas: ¿realmente estamos volviendo atrás? ¿O es más bien un salto adelante, una brusca aceleración que nos ha hecho cumplir varios años de golpe sin pasar por estaciones intermedias? ¿Estamos regresando al pasado, o llegando antes al futuro que nos esperaba?Puede parecer una discusión tonta, pero creo que condiciona nuestra forma de ver lo que nos está pasando. Tiene algo de consolador pensar que esto es un accidente en el progreso lógico, que nos hemos salido de la vía, que unos malvados nos han metido a empujones en la máquina del tiempo y han programado una fecha remota. Esa creencia implica confiar en que en algún momento enderezaremos el rumbo y lo devolveremos a su curso natural, escaparemos del pasado y regresaremos al año que nos correspondía, al verdadero 2013 o 2014, y no este falso año que en realidad es un 1985 o un 1997 disfrazado de presente.En el fondo, esta confianza optimista en el progreso supone seguir creyendo que la crisis es un paréntesis que se abrió en 2008 y se cerrará en algún momento de los próximos años, que los recortes y destrozos son una anomalía, una mala temporada que ahora no tocaba, y que pronto superaremos para seguir el camino que traíamos.Pero hoy, en coherencia con un año de mierda como 2013, traigo un mensaje pelín pesimista: siento decirlo, pero no estamos regresando al pasado. Esto es el futuro, que nos lo han adelantado. El futuro hacia el que venimos caminando desde hace décadas, el tiempo que nos esperaba y al que tal vez estamos llegando antes de hora.Todo lo que estamos viendo hoy: el desguace del Estado de Bienestar, los recortes sociales, la precarización total, el aumento de la desigualdad, el deterioro de la democracia, el avance de nuevas (y no tan nuevas) formas de fascismo, la privatización o liquidación de lo público, no son algo que comience en septiembre de 2008 con la caída de Lehman Brothers, ni entre nosotros con el reventón de la burbuja inmobiliaria. Es algo que viene de mucho atrás, de al menos la desaparición del bloque socialista, el triunfo del neoliberalismo en los ochenta, o que quizás estaba ya en la hoja de ruta al terminar la Segunda Guerra Mundial, y en ese caso los derechos sociales, como el desarrollo democrático o la prosperidad serían el verdadero paréntesis, la tregua que entró en vigor a mediados del siglo XX y de la que una de las partes prescindió hace tiempo y dio por reanudadas las hostilidades.En ese caso, en 2013 no habríamos regresado a los ochenta, sino que tal vez hemos avanzado varias casillas de una sola tirada, y andamos ya por 2020, 2030 o más allá.Claro que tampoco pretendo sustituir una creencia consoladora por otra desmoralizadora. 2013 ya está perdido, no tiene arreglo, pero 2014 se presenta intacto, con todas las páginas en blanco. De nosotros depende que los mismos empiecen ya mañana a escribirlo y aceleren aun más la locomotora hacia ese futuro, o que seamos capaces de, si no cambiar de vía, al menos tirar con fuerza del freno de emergencia, siguiendo la conocida imagen de Benjamin. Es decir, la revolución.Feliz 2014.Sobre la metáfora de Walter Benjamin a la que hace referencia la columna:http://www.walterbenjaminportbou.cat/sites/all/files/2010_Loewy_CAST.pdf
Qué bonito artículo.El proceso está siendo rapidísimo, es cierto. El futuro ya está aquí.Me comenta mi hermano (tras leerlo) que una vez se concienció a la gente con los memes (y esto viene de lejos): la empresa tiene que ganar dinero, la subvención debe quedar en entredicho, en economía el fin justifica los medios, etc etc, se cimentó el edificio neo haciendo más fácil la transformación sociopolítica.Y es verdad.