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Las Vegas Sands 'borra del mapa' a Eurovegas en su última reunión con analistas e inversoresE.B.La posibilidad de que Eurovegas se quede en una maqueta olvidada suena cada vez con más fuerza. De momento, la compañía que promueve el macrocomplejo de casinos en Madrid, Las Vegas Sands, ha olvidado hacer mención alguna a su proyecto europeo en una reunión que esta misma semana ha mantenido con inversores y analistas financieros en el marco del Global Gaming Expo (G2E).Ni Eurovegas, ni Madrid, ni tan siquiera España o Europa se colaron en la presentación con la que este mismo lunes Las Vegas Sands buscó el respaldo de los analistas de UBS y Deutsche Bank para su modelo de negocio. En su lugar, dos altos cargos de la compañía que capitanea el magnate Sheldon Adelson volcaron todos sus esfuerzos en explicar con minuciosidad sus proyectos en la excolonia portuguesa de Macao, concretamente en la franja de Cotai, donde ya se levanta un emporio del juego de azar.Los analistas y expertos financieros que tomaron la palabra a lo largo del encuentro tampoco preguntan por los planes de Sands a esta orilla del Atlántico, aún a pesar de que los anfitriones del encuentro -celebrado por cierto en instalaciones de la propia compañía de Adelson- eran dos bancos de inversión europeos: suizo y alemán. En lugar de hablar de Alcorcón y Eurovegas, se habla con recurrencia de Macao, Singapur, Hong Kong y hasta de Japón, a donde uno de los directivos del grupo dice querer exportar pronto el negocio de sus salas de apuestas desde la posición consolidada con que ya cuentan en las otras regiones de Asia ya mencionadas.La total ausencia de menciones a Eurovegas podría haber pasado desapercibido si no se tratase de un encuentro en un marco tan determinante como la Global Gaming Expo (G2E) que esta semana se ha celebrado en Las Vegas, la meca y cuna internacional del juego de azar a gran escala. Tal es la falta de atención que genera el proyecto en Madrid que en la web oficial del evento tan sólo se gana una reseña: una breve nota en la que los organizadores de la feria del juego se hacen eco de la reclamación del presidente regional Ignacio González al Gobierno de España para que acelere la tramitación de una norma que permita fumar en las salas de juego, tal y como reclama Adelson desde que puso su pie por primera vez en el país.El audio completo del encuentro en el que Eurovegas brilló por su ausencia es accesible desde la propia web corporativa de Las Vegas Sands. Ya en la nota de prensa en la que la cotizada estadounidense anunciaba la presentación ante analistas -de poco más de media hora de duración con preguntas incluidas- se hacía mención estricta a las instalaciones que ya opera en EEUU, así como en Sigapur y por último una amplia descripción de sus establecimientos en Macao. De nuevo, ni una referencia al proyecto por el que se desató una fuerte lucha entre regiones y municipios en España y que, una vez más, parece que queda en el aire.Hace sólo unos días que Travis Hoium, experto analista destacado en el sector del juego, publicaba un artículo en el portal financiero Mootley Fool en el que indicaba que el propio Adelson había calmado las dudas en torno a Eurovegas de los bancos de inversión presentes en una reunión de características similares a la celebrada este lunes pasado dando a entender que el proyecto está totalmente en el aire.Por si fuera poco, desde que las incertidumbres sobre el macrocomplejo madrileño comenzaron a tomar cuerpo, las acciones de Las Vegas Sands se han revalorizado más de un 15% en Wall Street . Una clara señal de que los grandes del mercado no ven claro el futuro del proyecto. Y no sólo eso, sino que también lo celebran.
Sobre la "burbuja de emprendedores", forma parte de la estrategia de vendernos el "capitalismo popular" (vd. también puede "llegar a rico"):http://www.atlanticaxxii.com/1786/pascual-serrano-cuando-al-companero-lo-convierten-en-competenciaCitarPascual Serrano: Cuando al compañero lo convierten en competenciaPublicado en septiembre 12, 2013 por Redacción | ComentarUno de los pilares del neoliberalismo es fragmentar a la ciudadanía haciéndole creer que el individuo solitario, además de grandioso, es portador de todo el valor necesario, sin necesidad de la comunidad. Margaret Thatcher nos convenció de que todos éramos propietarios capitalistas con solo comprar en Bolsa diez mil pesetas en acciones de una multinacional. También nos dicen que, con Internet y desde casa, cada uno de nosotros es un poderoso medio de comunicación y hasta un agente político que lucha a golpe de firmas virtuales. Lo último de la “democracia de propietarios” -porque en eso consiste su concepto de democracia, en ser propietarios- es el emprendedor. Eliminado el concepto de clase social, ahora toca combatir la dicotomía empresario/trabajador.La flexibilización, la precarización y la subcontratación crean las condiciones legales adecuadas. Según el nuevo discurso, el desempleado solo tiene que aprovechar las “oportunidades” que surgen ante la crisis y convertirse en un emprendedor. Ya no necesita la contratación, ni al empresario, él será el empresario, dueño de su destino y de su fuerza de trabajo. Fontanero, carpintero, periodista, arquitecto… no importa su profesión, la oportunidad de iniciarse en la senda del emprendedor le está esperando. Ya no será un asalariado servil, gestionará su fuerza de trabajo, rentabilizará en su exclusivo beneficio su talento e iniciativa. Y todo en igualdad de oportunidades con el resto de profesionales, sin desventaja ninguna.Lo explicó recientemente el embajador saliente de Estados Unidos en España, Alan Solomont, en un artículo de El País: “Hemos dedicado algunos esfuerzos a intentar que aquí también, como ocurre en EE UU, los jóvenes quieran ser el próximo Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg”.Los medios también ayudan a ensalzar al emprendedor. Un joven de veintinueve años debe sobrevivir sacando cada noche la basura de sus vecinos por cincuenta céntimos y el periódico dice: “Jesús Pardel es un producto de la crisis, un emprendedor a pequeña escala, un almacén de ingenio desesperado”. O esta otra noticia que cuenta que “un parado de treinta y tres años pone en marcha una web para encontrar trabajo en la que da consejos e información. En tres meses ha recibido 15.000 visitas y se han puesto en contacto con él cientos de personas a través de LinkedIn”. Conviene reforzar la idea fundadora del neoliberalismo, según la cual los pobres siempre pueden protagonizar historias de éxito y lograr avanzar en la escala social. Pero la información es pura charlatanería, la verdad es que el hombre, con dos carreras universitarias terminadas con matrícula de honor, abrió la web para encontrar trabajo y siguen sin tenerlo. Sus miles de visitas no son ningún éxito, es la desesperación de otros miles que, como él, buscan un empleo.La ministra de Empleo presenta con entusiasmo el plan Tarifa Plana para jóvenes emprendedores, que se llama así porque serán 50 euros lo que tendrán que pagar de cuota a la Seguridad Social durante los primeros meses cuando se den de alta como autónomos. Lo que no se cuenta en el mito del emprendedor es que, como dueño de su futuro, deberá “invertir” en su seguridad y pagarse su seguro de salud, su fondo de pensión, comprar todo el material e instrumental, acondicionarse el lugar para ejercer su trabajo, asumir los gastos corrientes, buscarse los clientes, gestionar su facturación y pago de impuestos. Y, aunque parezca que no tiene patrón, la plusvalía no desaparecerá, trabajará como subcontratado para una gran empresa que se llevará todos los beneficios y ni uno de los costes que hasta ahora asumía el empresario.Pero lo más importante, la gran victoria del nuevo discurso, es que ya no hay compañeros de gremio. Aquello de los “compañeros del metal” con los que uno se reunía en asamblea y después se movilizaba por mejores condiciones laborales se ha terminado. Esos compañeros, por si no se ha dado cuenta el nuevo emprendedor, son la competencia. Hay que preparar un presupuesto más bajo que el de ellos, echar más horas que los demás para terminar lo contratado antes, ahorrar lo máximo en gastos, aunque sea obviando medidas de seguridad o cobrando en negro. El neoliberalismo dispersa a las clases y grupos sociales que pueden enfrentarlo y los disuelve en relaciones de competencia individualista donde los compañeros pasan a ser contrincantes. Y, encima, nos convence de que ahora somos más libres y es un momento de oportunidades.
Pascual Serrano: Cuando al compañero lo convierten en competenciaPublicado en septiembre 12, 2013 por Redacción | ComentarUno de los pilares del neoliberalismo es fragmentar a la ciudadanía haciéndole creer que el individuo solitario, además de grandioso, es portador de todo el valor necesario, sin necesidad de la comunidad. Margaret Thatcher nos convenció de que todos éramos propietarios capitalistas con solo comprar en Bolsa diez mil pesetas en acciones de una multinacional. También nos dicen que, con Internet y desde casa, cada uno de nosotros es un poderoso medio de comunicación y hasta un agente político que lucha a golpe de firmas virtuales. Lo último de la “democracia de propietarios” -porque en eso consiste su concepto de democracia, en ser propietarios- es el emprendedor. Eliminado el concepto de clase social, ahora toca combatir la dicotomía empresario/trabajador.La flexibilización, la precarización y la subcontratación crean las condiciones legales adecuadas. Según el nuevo discurso, el desempleado solo tiene que aprovechar las “oportunidades” que surgen ante la crisis y convertirse en un emprendedor. Ya no necesita la contratación, ni al empresario, él será el empresario, dueño de su destino y de su fuerza de trabajo. Fontanero, carpintero, periodista, arquitecto… no importa su profesión, la oportunidad de iniciarse en la senda del emprendedor le está esperando. Ya no será un asalariado servil, gestionará su fuerza de trabajo, rentabilizará en su exclusivo beneficio su talento e iniciativa. Y todo en igualdad de oportunidades con el resto de profesionales, sin desventaja ninguna.Lo explicó recientemente el embajador saliente de Estados Unidos en España, Alan Solomont, en un artículo de El País: “Hemos dedicado algunos esfuerzos a intentar que aquí también, como ocurre en EE UU, los jóvenes quieran ser el próximo Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg”.Los medios también ayudan a ensalzar al emprendedor. Un joven de veintinueve años debe sobrevivir sacando cada noche la basura de sus vecinos por cincuenta céntimos y el periódico dice: “Jesús Pardel es un producto de la crisis, un emprendedor a pequeña escala, un almacén de ingenio desesperado”. O esta otra noticia que cuenta que “un parado de treinta y tres años pone en marcha una web para encontrar trabajo en la que da consejos e información. En tres meses ha recibido 15.000 visitas y se han puesto en contacto con él cientos de personas a través de LinkedIn”. Conviene reforzar la idea fundadora del neoliberalismo, según la cual los pobres siempre pueden protagonizar historias de éxito y lograr avanzar en la escala social. Pero la información es pura charlatanería, la verdad es que el hombre, con dos carreras universitarias terminadas con matrícula de honor, abrió la web para encontrar trabajo y siguen sin tenerlo. Sus miles de visitas no son ningún éxito, es la desesperación de otros miles que, como él, buscan un empleo.La ministra de Empleo presenta con entusiasmo el plan Tarifa Plana para jóvenes emprendedores, que se llama así porque serán 50 euros lo que tendrán que pagar de cuota a la Seguridad Social durante los primeros meses cuando se den de alta como autónomos. Lo que no se cuenta en el mito del emprendedor es que, como dueño de su futuro, deberá “invertir” en su seguridad y pagarse su seguro de salud, su fondo de pensión, comprar todo el material e instrumental, acondicionarse el lugar para ejercer su trabajo, asumir los gastos corrientes, buscarse los clientes, gestionar su facturación y pago de impuestos. Y, aunque parezca que no tiene patrón, la plusvalía no desaparecerá, trabajará como subcontratado para una gran empresa que se llevará todos los beneficios y ni uno de los costes que hasta ahora asumía el empresario.Pero lo más importante, la gran victoria del nuevo discurso, es que ya no hay compañeros de gremio. Aquello de los “compañeros del metal” con los que uno se reunía en asamblea y después se movilizaba por mejores condiciones laborales se ha terminado. Esos compañeros, por si no se ha dado cuenta el nuevo emprendedor, son la competencia. Hay que preparar un presupuesto más bajo que el de ellos, echar más horas que los demás para terminar lo contratado antes, ahorrar lo máximo en gastos, aunque sea obviando medidas de seguridad o cobrando en negro. El neoliberalismo dispersa a las clases y grupos sociales que pueden enfrentarlo y los disuelve en relaciones de competencia individualista donde los compañeros pasan a ser contrincantes. Y, encima, nos convence de que ahora somos más libres y es un momento de oportunidades.
Je, je... al igual que Ana Botella dice que seguirán con el plan olímpico aunque no haya olimpiadas... supongo que Espe seguirá con el plan de Eurovegas, aunque no haya Eurovegas. no van a dejar que esos detallitos les jodan su plan esporculativo para forrarse ellos y unos amiguetes, no?
Cita de: NosTrasladamus en Septiembre 25, 2013, 00:05:50 amSobre la "burbuja de emprendedores", forma parte de la estrategia de vendernos el "capitalismo popular" (vd. también puede "llegar a rico"):http://www.atlanticaxxii.com/1786/pascual-serrano-cuando-al-companero-lo-convierten-en-competenciaCitarPascual Serrano: Cuando al compañero lo convierten en competenciaPublicado en septiembre 12, 2013 por Redacción | ComentarUno de los pilares del neoliberalismo es fragmentar a la ciudadanía haciéndole creer que el individuo solitario, además de grandioso, es portador de todo el valor necesario, sin necesidad de la comunidad. Margaret Thatcher nos convenció de que todos éramos propietarios capitalistas con solo comprar en Bolsa diez mil pesetas en acciones de una multinacional. También nos dicen que, con Internet y desde casa, cada uno de nosotros es un poderoso medio de comunicación y hasta un agente político que lucha a golpe de firmas virtuales. Lo último de la “democracia de propietarios” -porque en eso consiste su concepto de democracia, en ser propietarios- es el emprendedor. Eliminado el concepto de clase social, ahora toca combatir la dicotomía empresario/trabajador.La flexibilización, la precarización y la subcontratación crean las condiciones legales adecuadas. Según el nuevo discurso, el desempleado solo tiene que aprovechar las “oportunidades” que surgen ante la crisis y convertirse en un emprendedor. Ya no necesita la contratación, ni al empresario, él será el empresario, dueño de su destino y de su fuerza de trabajo. Fontanero, carpintero, periodista, arquitecto… no importa su profesión, la oportunidad de iniciarse en la senda del emprendedor le está esperando. Ya no será un asalariado servil, gestionará su fuerza de trabajo, rentabilizará en su exclusivo beneficio su talento e iniciativa. Y todo en igualdad de oportunidades con el resto de profesionales, sin desventaja ninguna.Lo explicó recientemente el embajador saliente de Estados Unidos en España, Alan Solomont, en un artículo de El País: “Hemos dedicado algunos esfuerzos a intentar que aquí también, como ocurre en EE UU, los jóvenes quieran ser el próximo Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg”.Los medios también ayudan a ensalzar al emprendedor. Un joven de veintinueve años debe sobrevivir sacando cada noche la basura de sus vecinos por cincuenta céntimos y el periódico dice: “Jesús Pardel es un producto de la crisis, un emprendedor a pequeña escala, un almacén de ingenio desesperado”. O esta otra noticia que cuenta que “un parado de treinta y tres años pone en marcha una web para encontrar trabajo en la que da consejos e información. En tres meses ha recibido 15.000 visitas y se han puesto en contacto con él cientos de personas a través de LinkedIn”. Conviene reforzar la idea fundadora del neoliberalismo, según la cual los pobres siempre pueden protagonizar historias de éxito y lograr avanzar en la escala social. Pero la información es pura charlatanería, la verdad es que el hombre, con dos carreras universitarias terminadas con matrícula de honor, abrió la web para encontrar trabajo y siguen sin tenerlo. Sus miles de visitas no son ningún éxito, es la desesperación de otros miles que, como él, buscan un empleo.La ministra de Empleo presenta con entusiasmo el plan Tarifa Plana para jóvenes emprendedores, que se llama así porque serán 50 euros lo que tendrán que pagar de cuota a la Seguridad Social durante los primeros meses cuando se den de alta como autónomos. Lo que no se cuenta en el mito del emprendedor es que, como dueño de su futuro, deberá “invertir” en su seguridad y pagarse su seguro de salud, su fondo de pensión, comprar todo el material e instrumental, acondicionarse el lugar para ejercer su trabajo, asumir los gastos corrientes, buscarse los clientes, gestionar su facturación y pago de impuestos. Y, aunque parezca que no tiene patrón, la plusvalía no desaparecerá, trabajará como subcontratado para una gran empresa que se llevará todos los beneficios y ni uno de los costes que hasta ahora asumía el empresario.Pero lo más importante, la gran victoria del nuevo discurso, es que ya no hay compañeros de gremio. Aquello de los “compañeros del metal” con los que uno se reunía en asamblea y después se movilizaba por mejores condiciones laborales se ha terminado. Esos compañeros, por si no se ha dado cuenta el nuevo emprendedor, son la competencia. Hay que preparar un presupuesto más bajo que el de ellos, echar más horas que los demás para terminar lo contratado antes, ahorrar lo máximo en gastos, aunque sea obviando medidas de seguridad o cobrando en negro. El neoliberalismo dispersa a las clases y grupos sociales que pueden enfrentarlo y los disuelve en relaciones de competencia individualista donde los compañeros pasan a ser contrincantes. Y, encima, nos convence de que ahora somos más libres y es un momento de oportunidades.Retrata una realidad triste, y lo hace bien,... pero lo único que consigue es describir un fenómeno muy sencillo de entender (si se quiere entender). La escasez. Cuando algo escasea, aumenta la competencia, y los navajazos. Todo lo demás son los mundos de Alicia.Se puede estar toda la vida echando la culpa a las élites, a los oligarcas, etc., sin embargo, no está en su mano resolverlo. Es un problema que está muy por encima de sus posibilidades, tanto por capacidad como por timming.
Seguir tratando este asunto desde el prisma ideológico, tirándose piedras socialistas vs. liberales es una pérdida de tiempo, porque hace que nos mantengamos encasquillados en la "solución del empleo".
La solución NO es el empleo. No hay empleo para todos.- Por más que nos asociemos no va a haber más trabajo.- Por más que fomentemos la colaboración, no va a haber más trabajo.- Por más buena gente que seamos, no va a haber más trabajo....
Cita de: Tichy en Septiembre 11, 2013, 23:58:29 pmEn un mundo muy productivo en el que escasease el trabajo por la automatización,¡La vida debería de ser baratísima!. Lo contrario significaría que se está utilizando esa productividad en producir pijadas en lugar de dar preferencia a que haya vivienda y comida para todos. Me pregunto si no estamos en ese mundo ya. Por ahí quería ir yo... Aunque evidentemente los problemas que tenemos son mucho mas complejos que todo esto.De nuevo me remito al hilo sobre "el fin de el trabajo":Cita de: NosTrasladamus en Agosto 10, 2012, 12:36:31 pmLa mejora en la automatización de los procesos de producción es beneficiosa: El problema es que esos beneficios NO SE SOCIALIZAN y en vez de disminuir las horas de trabajo y aumentar el bienestar y el tiempo libre, lo que aumentan son los ya abultados bolsillos de los dueños de los medios de producción a base de generar desempleo y de reducir las condiciones de vida de los que aún conservan el puesto de trabajo.Cito un comentario de Katar en el otro foro respecto a este mismo tema:http://www.burbuja.info/inmobiliaria/burbuja-inmobiliaria/179228-la-jornada-laboral-de-4-horas-unica-solucion-medianamente-decente-imho-3.html#post3286178 Citar El ser humano es lo mas burro que hay en el universo, tiene la capacidad de crear tecnologia para no trabajar y encima aun tiene que trabajar mas siendo esclavo de los de siempre.
En un mundo muy productivo en el que escasease el trabajo por la automatización,¡La vida debería de ser baratísima!. Lo contrario significaría que se está utilizando esa productividad en producir pijadas en lugar de dar preferencia a que haya vivienda y comida para todos. Me pregunto si no estamos en ese mundo ya. Por ahí quería ir yo... Aunque evidentemente los problemas que tenemos son mucho mas complejos que todo esto.
La mejora en la automatización de los procesos de producción es beneficiosa: El problema es que esos beneficios NO SE SOCIALIZAN y en vez de disminuir las horas de trabajo y aumentar el bienestar y el tiempo libre, lo que aumentan son los ya abultados bolsillos de los dueños de los medios de producción a base de generar desempleo y de reducir las condiciones de vida de los que aún conservan el puesto de trabajo.Cito un comentario de Katar en el otro foro respecto a este mismo tema:http://www.burbuja.info/inmobiliaria/burbuja-inmobiliaria/179228-la-jornada-laboral-de-4-horas-unica-solucion-medianamente-decente-imho-3.html#post3286178 Citar El ser humano es lo mas burro que hay en el universo, tiene la capacidad de crear tecnologia para no trabajar y encima aun tiene que trabajar mas siendo esclavo de los de siempre.
El ser humano es lo mas burro que hay en el universo, tiene la capacidad de crear tecnologia para no trabajar y encima aun tiene que trabajar mas siendo esclavo de los de siempre.
Además, en nuestra zona de influencia, la zona norte se va a llevar casi todo el trabajo de valor añadido que se necesita para satisfacer la producción.
La producción y su eficiencia no es ningún problema desde hace muchos años. En las últimas décadas, el problema de la distribución parecía solucionado o en vías de solución, pero era un espejismo crediticio.
Hay que empezar retomar el enfoque de la distribución,
y ahí es donde hay que colaborar de verdad. El rentismo parasitario es el primer paso razonable. El artículo, como de costumbre, ni lo menciona.
Un teórico más del anticapitalismo, que es la suma expresión de discurso precocinado y el pensamiento lábil, en una de las épocas socialmente más compleja de los últimos decenios, y el próximo cartel que veremos a los pedigueños en la puerta del supermercado será "Soy la clase media, ayúdeme a luchar contra la opresión del contubernio capitalista" . Con que sencillez se pasa de "nuevo burgués" a nuevo comunista, con el mismo juego de falacias.
No hay nada que aborregue más a las masas, que las innomine y desvirtué, que la falta de capacidad autocrítica y de asumir la propia responsabilidad en un cambio social.Culpemos a alguien, y que nos digan que tenemos que hacer y pensar, preferiblemente desde una poltrona, en un medio de comunicación, o subvencionada en un partido.
...
No te equivoques, no es un abordaje de eso que ahora se llama neoliberal y que antes era neocon. Se trata de que esa nueva corriente de "anticapitalismo" no es más que una respuesta populista, igual de falaz y artificial que las que nos llevaron a la actual crisis. No hay diferencia.Pero no puedo crearte una creencia ideológica a la medida. Lo siento. No hay más argumentario que reclamar el sentido critico. Si no lo has educado cuando el dinero corría por las calles, es difícil que no se vuelva manipular a la sociedad con "ideas de sobre" como las que se venden ahora.Así que la culpa de todo es de X. Póngase la opción política que más le guste. Zapatero. Barcenas. Centralismo. La que más le pete.Esta respuesta la escribí antes de leer tu último comentario. Es lo que pasa cuando te tragas las cosas que escriben los hermanos Garzón, por ejemplo. Se hace previsible.
Y para la próxima vez, antes de actualizar el foro haced pruebas en uno que no este en producción. Se atasca más que una carraca.
Cita de: NosTrasladamus en Septiembre 25, 2013, 12:50:25 pm...Puntualizo sobre dos puntos por no eternizar, creo que estamos de acuerdo en bastantes cosas, y en algunas no:1) El prisma ideológico está en el artículo, que vuelve (again and again, zzzz) a resumir que todos los males del mundo provienen del capitalismo, y todas las bondades vendrían de lo contrario (es verdad que no especifica de qué se trata, seguramente cree que es tan evidente que no hace falta). Pero si no lo ves así, nada que objetar, diferimos en nuestras percepciones.2) A las clases gobernantes, e incluso las auténticas élites económicas 2.a) ¿Por qué iba a interesarles la depauperización extrema de la población? Ellos cuando ganan auténticamente es cuando a nosotros los de abajo nos "va bien" (comillas). 2.b) No tienen capacidad para resolver el problema del empleo, porque el problema del empleo no tiene solución. Yo no he querido decir que lo deseen solventar. He dicho más bien que, de querer, no podrían. Parar la escasez rampante de trabajo humano de baja cualificación para absorber el paro estructural es imposible. Necesitaríamos un mega-consumo por habitante para que coma el de la tienda de abajo, o volver al pisito. Y no hay crédito.Es imposible que se le ponga remedio, a no ser con un retroceso tecnológico de cien años.
Lo que está sucediendo es que nos están sometiendo a un proceso de *saqueo* CALCADO, a los procesos neoliberales que practicaron con latinoamérica con la excusa de la "crisis de la deuda" desde los 70, 80 y 90