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¿Tenemos una democracia de baja calidad?Tenemos una democracia de baja calidad pero no necesariamente por nuestros políticos sino por nuestra ciudadanía, en parte. Nuestros políticos son resultado de la ciudadanía. Han salido de la ciudadanía y han sido elegidos por la ciudadanía. Son reelegidos por la ciudadanía, incluso después de ver cómo son claramente corruptos, en algunos casos. No hace falta mencionar Valencia y Marbella porque hay corrupción en todas partes.¿Cómo ve los movimientos ciudadanos como Guanyem, Ganemos y Podemos?Los movimientos ciudadanos están bien porque denuncian este tipo de cosas, pero a la vez son movimientos muchas veces infantiles, populistas y redentoristas. “El pueblo es bueno", "los políticos son malos”, "si le dejamos el poder a la gente todo va a ir bien", como dicen los de Podemos. Pues depende, porque la gente es egoísta como somos los seres humanos, y malvada como somos los seres humanos, y si la gente no tiene suficiente educación hará barbaridades como las ha hecho cuando se han quemado iglesias y otro tipo de cosas. Tampoco confíes tanto en la gente.
Cita de: Lego en Enero 05, 2015, 18:00:52 pmLa mitad del voto de podemos eran abstencionistas. Pregúntales a ellos lo que opinan ahora sobre la utilidad del voto. Y si ganan, pregúntales qué opinan de la ley d'hont, ya de paso.La ley d'hont no fue algo casual, Lego.Citar(...)Este ejercicio no pretende predecir el voto en las generales de 2015. Lo que queremos cuantificar es en qué medida la fragmentación del voto por la aparición de PODEMOS (cuya mayoría de votantes parece provenir del PSOE e IU), beneficia al PP. La posición de las cruces en el gráfico representa el porcentaje de voto para el PP y para la suma de las tres siguientes fuerzas más votadas (PSOE, PODEMOS e IU) en cada una de nuestras simulaciones. Así, las cruces azules muestran los escenarios donde los porcentajes de votos otorgan una mayoría de escaños al PP, y las cruces rojas los escenarios donde ganaría la “izquierda” (entendida como la suma de los otros tres partidos). El círculo verde representa la estimación del CIS de julio de 2014.Ahí lo tienen. El PP comienza a tener mayoría clara de escaños a partir de la obtención del 34% de votos. Esto es mucho menos que los votos que deben acumular los otros tres partidos más votados para arrebatarle esa mayoría de escaños (44%). Las razones de esta paradoja son de sobra conocidas, y residen en el “doble” sesgo mayoritario de nuestro sistema electoral. Primero, alrededor de dos tercios de los escaños Congreso de los Diputados presentan un sistema mayoritario mientras que el otro tercio, que comprende a las circunscripciones más grandes, es casi proporcional; y segundo, un tercio de los escaños del Congreso, el compuesto por las circunscripciones más pequeñas, está “sobrerrepresentado” a costa del tercio de diputados que representan a las circunscripciones más grandes (i.e. un diputado de una circunscripción pequeña representa a muchos menos electores que uno de una circunscripción grande).(...)http://politikon.es/2014/09/03/dhondt-vota-podemos/
La mitad del voto de podemos eran abstencionistas. Pregúntales a ellos lo que opinan ahora sobre la utilidad del voto. Y si ganan, pregúntales qué opinan de la ley d'hont, ya de paso.
(...)Este ejercicio no pretende predecir el voto en las generales de 2015. Lo que queremos cuantificar es en qué medida la fragmentación del voto por la aparición de PODEMOS (cuya mayoría de votantes parece provenir del PSOE e IU), beneficia al PP. La posición de las cruces en el gráfico representa el porcentaje de voto para el PP y para la suma de las tres siguientes fuerzas más votadas (PSOE, PODEMOS e IU) en cada una de nuestras simulaciones. Así, las cruces azules muestran los escenarios donde los porcentajes de votos otorgan una mayoría de escaños al PP, y las cruces rojas los escenarios donde ganaría la “izquierda” (entendida como la suma de los otros tres partidos). El círculo verde representa la estimación del CIS de julio de 2014.Ahí lo tienen. El PP comienza a tener mayoría clara de escaños a partir de la obtención del 34% de votos. Esto es mucho menos que los votos que deben acumular los otros tres partidos más votados para arrebatarle esa mayoría de escaños (44%). Las razones de esta paradoja son de sobra conocidas, y residen en el “doble” sesgo mayoritario de nuestro sistema electoral. Primero, alrededor de dos tercios de los escaños Congreso de los Diputados presentan un sistema mayoritario mientras que el otro tercio, que comprende a las circunscripciones más grandes, es casi proporcional; y segundo, un tercio de los escaños del Congreso, el compuesto por las circunscripciones más pequeñas, está “sobrerrepresentado” a costa del tercio de diputados que representan a las circunscripciones más grandes (i.e. un diputado de una circunscripción pequeña representa a muchos menos electores que uno de una circunscripción grande).(...)http://politikon.es/2014/09/03/dhondt-vota-podemos/
La ley d'hont está vigente desde el 78, no la han puesto para perjudicar a Pablemos, que casi no había nacido.Y NO está hecha para beneficiar al PP, está hecha para beneficiar al más votado en relación con los demás. Sea cual sea.2011: PP 44, POSE 28, IU 7 Por eso beneficia al PP, porque ha ganado por goleada. No hay otra. Ese gráfico si acaso sirve para defender una coalición electoral de la izquierda, como estrategia para ganar a una derecha menos fragmentada. Si quieren pueden hacerlo, nada se lo impide. Y Ganarían seguro. Pero tienen sus motivos para no hacerlo, pues ya está, es lo que hay. Ese tipo de consideraciones llevan a poder afirmar que hoy en día votar al POSE es apoyar al PP jejejjee me encanta.Yendo más allá. Se podría decir que todo el que ha votado ha contribuido a la mayoría absoluta del PP. Los que votaron al PP, evidentemente. Y los que votaron a cualquiera de los otros setenta partidos, es culpa suya por no haber votado todos los demás a un único partido opositor. ¡Es la mejor defensa teórica del bipartidismo que he visto nunca!Mapck ¿no ves que no tiene ni pies ni cabeza? Joer, yo te pediría a ti que formularas con términos técnicos qué clase de maraña absurda se crea cuando uno asume premisas falaces.
Lo que está sucediendo es que nos están sometiendo a un proceso de *saqueo* CALCADO, a los procesos neoliberales que practicaron con latinoamérica con la excusa de la "crisis de la deuda" desde los 70, 80 y 90
HE world’s two largest economies are both revealing their next leaders this month, and this coincidence has been depicted in the Western media as a sharp contrast between an opaque Communist state and a transparent populous democracy. But beneath this superficial contrast is a competition between two political models, one based more on meritocratic leadership and the other on popular election. And the Chinese model may win. While China’s dramatic economic rise has attracted global attention, its political and institutional changes have been little noticed or deliberately ignored for ideological reasons. In fact, without much fanfare, Beijing has introduced significant reforms into its way of governance and established an elaborate system of what can be called “selection plus election.” Briefly, competent leaders are selected based on merit and popular support through a vigorous process of screening, opinion surveys, internal evaluations and various small-scale elections. The Communist Party of China may arguably be one of the world’s most meritocratic institutions. Meritocratic governance is deeply-rooted in China’s Confucian political tradition, which among other things allowed the country to develop and sustain for well over a millennium the Keju system, the world’s first public exam process for selecting officials. Consistent with this tradition, Beijing practices — not always successfully — meritocracy across the whole political stratum. Criteria such as performance in poverty eradication, job creation, local economic and social development, and, increasingly, cleaner environment are key factors in the promotion of local officials. China’s dramatic rise over the past three decades is inseparable from this meritocratic system. Sensational scandals of official corruption and other social woes aside, China’s governance, like the Chinese economy, remains resilient and robust. On the institutional front, the Party has introduced a strict mandatory retirement age and term limits at all levels. The general secretary, president and prime minister now serve a maximum of two terms of office, or 10 years. Collective leadership is practiced within the Politburo in part to prevent the type of the personality cult we witnessed during the Cultural Revolution. These carefully designed changes have eliminated any possibility of permanent entrenchment of power in the hands of any individual leader (which was a major cause of the Arab Spring). Nothing can better illustrate this meritocratic governance than the line-up of the next generation of Chinese leaders to be unveiled at the 18th Party Congress now in session. Virtually all the candidates for the Standing Committee of the Party, China’s highest decision-making body, have served at least twice as a party secretary of a Chinese province or at similar managerial positions. It takes extraordinary talent and skills to govern a typical Chinese province, which is on average the size of four to five European states. Indeed, with the Chinese system of meritocracy in place, it is inconceivable that people as weak and incompetent as George W. Bush or Yoshihiko Noda of Japan could ever get to the top leadership position. Take the incoming leader, Xi Jinping, as an example. Xi served as the governor of Fujian Province, a region known for its dynamic economy, and as party secretary of Zhejiang province, which is renowned for its thriving private sector, and Shanghai, China’s financial and business hub with a powerful state-sector. In other words, prior to taking his current position as the heir apparent to President Hu Jintao, Xi had in fact managed areas with total population of over 120 million and an economy larger than India’s. He was then given another five years to serve as vice president to get familiar with running state and military affairs at the national level. China’s meritocracy challenges the stereotypical dichotomy of democracy v. autocracy. From Beijing’s point of view, the nature of a state, including its legitimacy, has to be defined by its substance: good governance, competent leadership and success in satisfying the citizenry. Notwithstanding its many deficiencies, the Chinese government has ensured the world’s fastest growing economy and vastly improved living standards for most people. According to the Pew Research Center, 82 percent of Chinese surveyed in 2012 feel optimistic about their future, topping all other countries surveyed. Indeed, Abraham Lincoln’s ideal of “government of the people, by the people, for the people,” is by no means easy to achieve, and American democracy is far from meeting this objective. Otherwise the Nobel economics laureate Joseph E. Stiglitz would not have decried, in perhaps too critical a tone, that the U.S. system is now “of the 1 percent, by the 1 percent, and for the 1 percent.” China has become the world’s largest laboratory for economic, social and political change, and China’s model of “selection plus election,” is in a position now to compete with the U.S. model of electoral democracy. Winston Churchill’s famous dictum — “democracy is the worst form of government, except for all those other forms that have been tried” — may be true in the Western cultural context. Many Chinese even paraphrase Churchill’s remark into what China’s great strategist Sun Tzu called “xiaxiace,” or “the least bad option,” which allows for the exit of bad leaders. However, in China’s Confucian tradition of meritocracy, a state should always strive for what’s called “shangshangce,” or “the best of the best” option by choosing leaders of the highest caliber. It’s not easy, but efforts in this direction should never cease. China’s political and institutional innovations so far have produced a system that has in many ways combined the best option of selecting well-tested leaders and the least bad option of ensuring the exit of bad leaders.
Sinónimos de Timo: engaño, fraude, estafa, robo.http://www.wordreference.com/sinonimos/timoLo dicho..; debate menor. Ni siquiera debate. Enroque.
Víctimas por las políticas conozco (conocemos) un puñaó, así que sí, victimismo, sin rubor, sin vergüenza y con toda corroboración.
Y nadie habla de cohecho sino de que el 90% del incumplimiento del programa electoral el cual no sólamente se ha incumplido (demostrable al 100%) sino que se ha hecho todo lo contrario.
Sí que hay debate, y sería bueno que se extendiera un poco, para que las víctimas del timo nos diéramos cuenta de cómo hemos sido enganchados por nuestra propia mediocridad. De nuevo me repito: Aquí el que no es casta es porque no puede, el problema es de overbooking.
Esto ha sido así desde el 78, y los que incumplen, mienten y roban repiten mandato, a veces con mayoría reforzada. ¿No entiendes que ese comportamiento, consistente durante cuarenta años, debilita un poco la presunción de virginidad robada?
El sistema democrático es un sistema de reparto del poder, única y exclusivamente, e incluye una serie de mecanismos y contrapesos para evitar que el poder se concentre de manera autoritaria y para intentar trasladar lo mas fielmente la voluntad del votante a las instituciones que ejecutan el poder.Ustedes identifican democracia con voto y ya.
Al no existir representatividad los votantes votan 18 veces a un corrupto por:Porque no se sabe que es un corrupto dado que los medios de comunicación se encargan de decir lo contrario.
La institucionalización de la corrupción, que es básicamente el sistema político que tenemos, es lo que tiene, que al final todo eso cala hasta bien abajo, y "las cosas son así", y "esto es así", "todo el mundo lo hace", etc.
Ahora gracias a que NHD para mantener las redes clientelares saltan los casos, y parece que lo sabíamos todos, y el resultado lo tienen a la vista, Podemos que será lo que quieran pero al menos corruptos no (anque sólo sea porque no han podido) de repente obtiene una grandísima intención de voto.
Eso quiere decir cosas, se pongan como se pongan.
Como no existe representatividad, no se votan a personas que te representan sino a partidos, por lo tanto si eres de derechas y quieres que gane la derecha te tienes que tapar la nariz y votar a cierto partido de la derecha, aunque tenga imputados, no te queda otra.
Da igual que existan 18.000 partidos, al final el votante medio tiende a intentar votar de manera "útil" como además se empeñan en adoctrinarle en los medios a sueldo.
En occidente se tiene a Putin por oligarca, y al sistema democrático ruso por una broma. En una comparecencia de Putin en la que se permitía a un montón de conciudadanos y periodistas hacerle preguntas en vivo y en directo un señor le pregunto si se iba a profundizar para conseguir una mejor democracia, o algo en esa linea. La respuesta de Putin fue la misma que dan ustedes, ya existen 90 partidos inscritos que mas quiere usted.
Pues además de 90 partidos inútiles inscritos quiero representatividad y todo el rollo, ya saben.
En cualquier caso un corrupto jamás debería poder llegar a serlo, o al menos no con semejante facilidad, si existiesen separación de poderes efectiva y real, sociedad civil, mecanismos de revocación reales, representatividad, independencia de los medios de comunicación.
No obstante ustedes se empeñan en olvidarse de todo esto, en no verlo, porque no quieren, aunque es tan evidente que salta a la vista.
Y no quieren porque en realidad no quieren que cambie absolutamente nada, esa es la auténtica razón de apuntar con el dedito a sus conciudadanos, ni mas ni menos, imagino que por miedo a que toquitear estas cosas pueda ser peor.
Es decir, mañana entra Podemos o quien sea a gobernar y hace una "limpia" y en 20 años estamos exactamente igual, porque ES EL SISTEMA, no las personas.
Pero bueno, mejor mirar para otro lado y apuntar con el dedito a los votantes, que eso es fácil y sale rentable para dejarlo todo como está, que es lo que básicamente defienden contra viento y marea.