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P.S.: leo ahora el último de Lego y no estoy de acuerdo con varias de las 'ventajas' que cita; el oro sí cuesta dinero por tenerlo, y su tenencia paga (o podría pagar) impuestos. Hay gastos de custodia de las cajas de seguridad de los bancos, que son un servicio sujeto al IVA. La tenencia a partir de ciertas cantidades también estaría sometida al IP, aunque es un Impuesto que en algunas autonomías españolas no se aplica.
El esquema que defiendo (que el oro es una forma de dinero) funciona para explicar la realidad observable de forma sencilla y completa. ¿No es eso lo que se le pide a un modelo?
dinero Del lat. denarius.1. m. Moneda corriente.2. m. Hacienda, fortuna. José es hombre de dinero.3. m. Moneda de plata y cobre usada en Castilla en el siglo XIV y que equivalía a dos cornados.4. m. Antigua moneda de plata del Perú.5. m. penique.6. m. ochavo (‖ moneda).7. m. Peso de 24 granos, equivalente a 11 g y 52 cg, que se usaba para las monedas y objetos de plata.8. m. Econ. Medio de cambio o de pago aceptado generalmente.
Sobre la imposición tributaria, ya digo que de momento -que yo sepa- no la hay, y que intuyo que llegará a la vez que la imposición a la tenencia de moneda (depósitos).
Con fecha 17 de septiembre de 2011, se ha restablecido el Impuesto sobre Patrimonio exclusivamente para los años 2011 y 2012, mediante la publicación del Real Decreto-ley 13/2011, de 16 de septiembre, por el que se restablece el Impuesto sobre el Patrimonio, con carácter temporal (B.O.E. 17/9/2011), esto supone en la práctica, la obligación de presentar la declaración en junio de 2012 y 2013, ampliándose posteriormente a los ejercicios 2014, 2015 y 2016.[...]El hecho imponible, según el artículo 3 de la Ley 19/1991, es la "titularidad por el sujeto pasivo en el momento del devengo del patrimonio neto". Así pues, la base imponible será el valor del patrimonio neto del sujeto pasivo, entendiendo por patrimonio neto el conjunto de los bienes y derechos con contenido económico de los que sea titular el sujeto pasivo, una vez se le reste el valor de las cargas y gravámenes que recaigan sobre los bienes, así como las deudas u obligaciones personales de las que deba responder.https://es.wikipedia.org/wiki/Impuesto_sobre_el_patrimonio_en_Espa%C3%B1a
Pero ojo, el oro no era la mercancía a comerciar, era el medio de pago. Es decir, Dinero. Exacto. Sirve de DINERO para los PAGOS de aquellos que no tienen una MONEDA homologable.
Una moneda de curso legal sólo existe de fronteras adentro. Fuera de fronteras, sólo existen mercancías. El oro era una mercancia que cambiabas contra otra.
Además, aceptemos tu definición de Dinero (o la de Chosen).Definimos Dinero como "medio de intercambio que no tiene valor de uso" Entonces llamas dinero a cualquier mercancia como el oro, las conchas, dientes de animales (Alaska e islas del mar de Asia) o baratijas de colores (Amerindios), y mientras las dos partes las acepten como contraparte de otras mercancías, se usan como dinero. En ese caso, el dinero así definido, no depende de ningún valor, y ambas partes pueden atribuirle valores distintos.
El oro que para los Europeos no servía para nada (¡lo ponían a decorar templos!), lo usaban como baratija para comprar sedas que en China no valían nada, pero que en Europa valían más que el Palacio del dueño (una toga romana en seda oriental valía más que un palacio).De hecho el oro NO valía lo mismo en Roma que en la India, ni luego en Portugal o Inglaterra y en China.Desde la Antigüedad hasta las colonias portuguesas e inglesas, el gran negocio era que el oro de europa/américa valía mucho menos que en India o China, de forma que el truco con los asiáticos consistia en comprarles con oro productos que luego se vendían por mucho más que con oro en Europa : sedas, especies, porcelanas, luego el te y cosas raras. Era un negocio alucinante y todo el oro de América acabó en la India y la China, como antes el oro de Roma se fue a los Árabes. Y la razón por la cual Europa se quedó sin metal durante la Edad Media, salvo las grandes familias que eran las que comerciaban con Oriente.
Que el oro que tiene valor de uso nulo (para los occidentales) es una baratija que le das a los moros o los orientales (que le atribuyen valor intrínseco, social, moral, estatus...) para comprarles cosas que para tí son valiosas y para ellos una baratija.
Que tus inversiones en oro sólo cotizan lo que la demanda de los Chinos o los Indios quieran cotizarla.
Quedémonos en el ámbito financiero y usemos las palabras según las define el argot financiero, o nos volveremos locos.
En resumen: Porque ambos son formas de dinero, van en paralelo.
Los galeones llevaban especias (pimienta, clavo y canela), porcelana, marfil, laca y elaboradas telas (tafetanes, sedas, terciopelo, raso), recogidas tanto de las islas de las Especias como de la costa asiática del Pacífico, mercancías que se vendían en los mercados europeos. También llevaban artesanía china, biombos japoneses, abanicos, espadas japonesas, alfombras persas, jarrones de la dinastía Ming y un sinfín de productos más. Asia oriental comerciaba principalmente con un estándar de plata, y los bienes eran comprados principalmente con la plata mexicana.https://es.wikipedia.org/wiki/Gale%C3%B3n_de_Manila
El éxito del Galeón de Manila era la plata mexicana, que tenía un precio muy alto en Asia, ya que el coeficiente bimetálico existente la favorecía en relación al oro. Digamos que en Asia la plata era más escasa que en Europa. Esto permitía comprar con ella casi todos los artículos suntuosos fabricados en Asia, a un precio muy barato y venderlos luego en América y en Europa con un inmenso margen de ganancia (fácilmente superior al 300 por 100).http://www.histarmar.com.ar/InfGral/AASidoli/CarreraIndias-7.htm
The main message of Globalization and its Discontents was that the problem was not globalization, but how the process was being managed. Unfortunately, the management didn’t change. Fifteen years later, the new discontents have brought that message home to the advanced economies.
The tragedy for the United States seems interminableAlthough the global economic system is dominated by the dollar, benefiting only Washington, recent pushes towards the internationalization of the yuan (the IMF Basket and ASEAN), and trade exchanges between China and Russia that increasingly tend not to be conducted in dollars, explain the future trend of global currencies. The supremacy of the dollar depends mainly on its use in the oil trade, forcing countries to accumulate American money as a reserve currency in order to operate in the international markets. With the United States leading and imposing its international economic architecture, it is easy to understand the reasons behind the visits of Putin and Xi to Iran, and the even more significant visit of the Chinese leader to Saudi Arabia in recent months. The maneuvers towards de-dollarization are already being conducted. This for Washington is an existential threat that can hardly be ignored. Equally improbable is the possibility of America halting this drift. The American policy over the past fifteen years has forged unexpected agreements between the Russian Federation and the Republic of China that will end up in benefiting global stability. The failure of the global hegemonic aspirations of Washington, and of the strategies adopted against China and Russia, have ended up isolating the United States rather than Moscow and Beijing.The hysteria that has plunged the American oligarchy has produced devastating results in America. Donald Trump and his strategy to accelerate the withdrawal of the US from the world stage in favor of a domestic recovery has had an unexpected success and could be the last chance to save the American empire from a future collapse. We could even almost overdo it and go further by stating that a Clinton presidency would transform the understanding between Moscow and Beijing, raising it to hitherto unseen levels, permanently isolating Washington.
El FMI acaba de publicar un 'paper' interesantísimo que viene a reflejar lo que dice la academia anglo sistémica (vean estos documentos: uno y dos). El resumen: que la entrada de China en el sistema se ha llevado por delante los trabajos menos cualificados en el Primer Mundo, que son mayoría. Como, por otra parte, cada vez se incorpora más factor capital a las manufacturas en detrimento del factor trabajo, el resultado es paro estructural y sus derivadas: disfunción social y crecimiento del mundo político antisistema.Pero ni China ni los avances tecnológicos son los últimos culpables. Esto viene de muy antiguo. El mundo anglo siempre ha creído dos cosas: la primera, que el librecambio es la panacea. Al aumentar el volumen de comercio, se incrementa la riqueza global y de una u otra forma, los perdedores del proceso acabarán siendo ganadores gracias a que esa mayor riqueza se combina con una desregulación interna -por definición, redistributiva-, sin necesidad de impuestos u otros arbitrios. En definitiva, volvemos al equilibrio de Walras en detrimento de la intervención de Keynes. No parece que los hechos ratifiquen estos supuestos, ni en la desregulación ni en sus consecuencias.Empecemos, arbitrariamente, por Kennedy, que abolió la prohibición del movimiento de capitales y lo sustituyó por un simple impuesto -en realidad, todo viene de mucho más atrás pero no hay espacio para desarrollarlo-. En 1970, para poder seguir adelante con la guerra de Vietnam, Nixon desacopló dólar y oro. El 'shock' del petróleo poco más tarde dejó obsoleto a Keynes y vinó Friedmann a remediarlo. El pequeño problema es que Friedmann no eliminó la intervención estatal. Simplemente, sustituyó al agente. A los Ministerios de Obras Públicas les sucedieron los Bancos Centrales. En los 80, Reagan y Thatcher bajaron los impuestos a las rentas más altas porque imaginaron que nadie sabe invertir como lo hacen los ricos. Esto inicia un proceso de desigualdad social del que todavía no hemos salido. Pero todo esto no fue suficiente. Si Nixon acabó con Breton Woods, la inmensa deuda americana puso fin al Breton Woods 2, a saber, que los acreedores USA compren bonos USA. La confianza del acreedor es finita. Se impuso dar otra vuelta de tuerca. Así que se inventó titulizar el mercado inmobiliario, es decir, convertir la deuda hipotecaria en bonos negociables 'urbi et orbi', clasificados según solvencia, por las agencias de rating. El sector inmobiliario se convirtió en comerciable y la deuda americana, en global. Es un modo como otro cualquiera de hacerte ciudadano americano por la fuerza. A mi me recuerda el Edicto de Caracalla, cuando el Emperador extendió la ciudanía romana a todo el Imperio. Decía: "Pues es legítimo que el mayor número no solo esté sometido a todas las cargas, sino que también esté asociado a mi victoria". Versión contemporánea. Es usted un jubilado, tiene un fondo de ahorros y de repente se encuentra con que un tercio de ese fondo son bonos inmobiliarios americanos. Esa es su participación en el financiamiento del Imperio, lo quiera o no. ¿Acaso no tiene EEUU un inmenso déficit, indispensable para mantener el dólar cómo moneda de reserva y, con él, un orden global del que usted se beneficia?Sin embargo, el mercado inmobiliario americano estaba lejos de sujetarse a las reglas del mercado libre y del riesgo comercial. Como la "revolución conservadora" -que ni es revolución ni conservadora- hizo imposible el acceso a la vivienda, el Gobierno Federal forzó a las agencias inmobiliarias propias a dar créditos a todo el que lo pidiera. Combinar titulización y crédito, barra libre, carga la escopeta, primer acto. Mientras esto sucedía en el frente interno, en el externo, y traída por la famosa panacea del libre cambio, China entró en la OMC el año 2001, lo que precarizó todavía más al deudor hipotecado. La escopeta se amartilla, segundo acto. Finalmente, cuando en 2008 el invento inmobiliario disparó, la crisis fue salvaje y global. En vez de contribuir todos a la carga común, fue la carga común la que nos arruinó a todos.¿Cómo salir de esta trampa de lobos? Dando patadas hacia adelante. Los bancos centrales decretaron una política monetaria vudú, que consistió en comprar la propia deuda pública, después bonos de empresa, llevar los tipos a cero y, finalmente, pasar a tipos negativos. Todo esto mientras se aseguraba que es indeseable la intervención del Estado en la economía.Hay que hacer una precisión. Todas estas burbujas, contraburbujas e intervenciones monetarias, sistémicas, por cierto, no son socialmente inocentes. Hacen inmensamente ricos a unos pocos y todavía más pobres a los pobres. Y en ausencia de instrumentos fiscales se dispara la desigualdad a niveles tercermundistas. Hoy el índice de Gini es igual en EEUU, Reino Unido y ...¡China!. ¿Qué diría Marx si levantara la cabeza? Pues que los hechos le están dando la razón. El capital se lo está llevando todo a casa y terminará por reventar de hartura, y con él todo lo demás, y las libertades de EEUU y Reino Unido son simplemente "formales", puesto que la desigualdad social iguala a potencias liberales y totalitarias.El panorama hoy es insólito y preocupante, tanto en el orden técnico cómo en el político. La finanza vudú ha terminado por volverse contra la finanza. Es difícil entender cómo pueden sobrevivir la banca tradicional, los seguros o los fondos de pensiones a un entorno de tipos negativos. En cuanto al dinero, los tipos negativos nos llevan al final de camino que abrió Nixon. El dólar es papel y por almacenar papel se paga. En cuanto al Estado, necesitado de una financiación cada vez más desorbitada, estos excesos monetarios le están poniendo en trance de enfrentarse a su propia extinción. Trump en EEUU o el Brexit en el Reino Unido son ejemplos de cómo fuerzas antistema están escalando hasta posiciones alarmantes. Y sucede en países con democracias asentadas. No es casual.En esos países, el entorno económico desregulado es el que más ataca al ciudadano medio, las expectativas de estos ciudadanos son las más altas, y las libertades de expresión y asociación, máximas. Por consiguiente, han de ser en esas sociedades donde más se manifieste la contradicción entre el principio de ciudadanía político (todos somos iguales) y una desigualdad económica insoportable. En un primer momento, esto se traduce en un incremento de la desestructuración personal (suicidio, tasa de crimen, etcétera), pero antes o después termina por alcanzar el estadio político. Y en eso estamos. De ahí el 'paper' del FMI y las preocupaciones del MIT en la materia. Van bien encaminadas. El capitalismo es proteico. Pasó del horror de Manchester al Estado de bienestar inglés de la posguerra y, ahora, va camino de entrar otra vez en aguas turbulentas. Nada grave. Basta con cambiar de rumbo, aplicar la experiencia pasada y poner en marcha instrumentos que debelen la brutal desigualdad que padecemos. Lo contrario es ir camino de algo muy malo y muy violento. Recuerden los días del Bajo Imperio Romano: unos pocos honestiores, riquísimos, y la inmensa mayoría, humiliores; hoy diríamos precariado. Y en esas llegó la caída.