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En un tiempo como el nuestro, que se cree liberado de toda mitología, bien pudiera ocurrir que el último mito que subsistiese fuese el del capitalismo. Es decir, la creencia en que hay un “sistema” que organiza el mundo y le confiere sentido. No importa que sea un sentido profundamente irracional e incluso moralmente perverso, el caso es que es capaz de dotar a la historia humana de un motor interno e infalible (la “economía”) que puede explicarlo todo: las bancarrotas, las contradicciones, las revoluciones, el terrorismo, la xenofobia, el cambio climático, las migraciones masivas, la anorexia, la depresión o los viajes interestelares. La distopía tiene, en este sentido, un efecto tranquilizador (al menos hay un Gran Hermano contra el que luchar). Aunque ellos no hayan sido sus únicos forjadores, este mito sigue recibiendo una buena parte de su fuerza de las poderosísimas metáforas poéticas de Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, en donde se dibuja esa imagen ciclópea de un gigante capaz de engullir todo lo que parecía exterior a él y fagocitarlo, alimentándose de sus propios estropicios y dando lugar, en su apoteosis final, a una nueva humanidad poshistórica.Leyendo este tipo de literatura contemporánea de anticipación filosófica surge, de cuando en cuando, la pregunta acerca de si el término poscapitalismo no podría entenderse también de otra manera. No como la descripción especulativa de un futuro humano que recuperase la edad de oro perdida por los antiguos, sino —más modestamente— como la posibilidad de pensar los problemas que nos preocupan sin recurrir a estos términos (“el sistema”, “el comunismo”, “el capitalismo”), que en la lucha ideológica se arrojan al bando enemigo como proyectiles simbólicos, pero que son muy poco nutritivos intelectualmente. Son, como se dice hoy, “significantes vacíos” que se ponen en circulación para que sus usuarios los llenen con todo lo bueno o todo lo malo que puedan concebir en el mundo, pero que carecen de utilidad cuando de lo que se trata es de abrirse camino conceptualmente en ese mismo mundo.
http://cultura.elpais.com/cultura/2017/01/17/babelia/1484679064_677672.htmlCitarEn un tiempo como el nuestro, que se cree liberado de toda mitología, bien pudiera ocurrir que el último mito que subsistiese fuese el del capitalismo. Es decir, la creencia en que hay un “sistema” que organiza el mundo y le confiere sentido. No importa que sea un sentido profundamente irracional e incluso moralmente perverso, el caso es que es capaz de dotar a la historia humana de un motor interno e infalible (la “economía”) que puede explicarlo todo: las bancarrotas, las contradicciones, las revoluciones, el terrorismo, la xenofobia, el cambio climático, las migraciones masivas, la anorexia, la depresión o los viajes interestelares. La distopía tiene, en este sentido, un efecto tranquilizador (al menos hay un Gran Hermano contra el que luchar). Aunque ellos no hayan sido sus únicos forjadores, este mito sigue recibiendo una buena parte de su fuerza de las poderosísimas metáforas poéticas de Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, en donde se dibuja esa imagen ciclópea de un gigante capaz de engullir todo lo que parecía exterior a él y fagocitarlo, alimentándose de sus propios estropicios y dando lugar, en su apoteosis final, a una nueva humanidad poshistórica.Leyendo este tipo de literatura contemporánea de anticipación filosófica surge, de cuando en cuando, la pregunta acerca de si el término poscapitalismo no podría entenderse también de otra manera. No como la descripción especulativa de un futuro humano que recuperase la edad de oro perdida por los antiguos, sino —más modestamente— como la posibilidad de pensar los problemas que nos preocupan sin recurrir a estos términos (“el sistema”, “el comunismo”, “el capitalismo”), que en la lucha ideológica se arrojan al bando enemigo como proyectiles simbólicos, pero que son muy poco nutritivos intelectualmente. Son, como se dice hoy, “significantes vacíos” que se ponen en circulación para que sus usuarios los llenen con todo lo bueno o todo lo malo que puedan concebir en el mundo, pero que carecen de utilidad cuando de lo que se trata es de abrirse camino conceptualmente en ese mismo mundo.
Veo al maestro citando a Soros y se me cae un mito.Veo simplificar la victoria de Trump y llevarla al terreno del "giligismo" y se me cae una lágrima.Yo veo mucho mas una reacción a la ingenieria social que un apoyo al "pisito" y CP.La gente está harta de ciertos anos-fetos-fosas a nivel global, decir que Trump ha ganado con el voto de los pisitos es de un maniqueismo impropio de un maestro como PPCC.Ni se me ocurriria desmentir a uno solo de los que aqui escriben sobre modelos económicos, pulsiones pisifofilas de registradores y adlateres.Pero yo también vivo en este mundo y estoy convencido que de los 60 y pico millones que votaron a Trump son una minoría los que lo hicieron deseando que vuelva la burbuja.Que no se pueda llamar al pan pan y al vino vino, que las televisiones bombardeen con ingenierias sociales descaradas 24/7 tiene mucho mas que ver. Y el que no lo quiera ver y quiera ver en esto un movimiento meramente económico , yo creo que se queda a medias.Para el que le interese dejo aquí un articulo de Roniel Aledo.Militar de EEUU, ex analista (ctr) de la CIA y oficial de operaciones del Pentágono que reside en España desde diciembre del 2015.http://www.quenotelacuenten.org/2017/01/21/trump-y-la-contra-revolucion/[...][/i]
CitarEmpiezo yo: Trabajo es transformación con uso de energía. Bueno en definitiva es eso.Podría argumentarse que todos los hombres son esclavos o que todos trabajan. Necesitaríamos restringir el trabajo a trabajo de producción.Y aqui es donde se ve claramente que hay muchos esclavos (históricamente esclavas) que no satisfacen tu definición. Lo siento por Hegel pero las personas somos más que trabajadores.Cito aquí la respuesta de Chosen a Saturno respecto a la dialéctica amo/esclavo del tema "Transición a la propiedad estructural".En mi opinión interpretar a Hegel a través de Kojeve te dará la filosofía (marxista) de Kojeve. Yo lo entiendo mucho más claramente en la interpretación de Valls Plana y me interesa más la lectura que hace Heidegger. Aquí (http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/libros/Literatura/desvent_extramares/figura.pdf) un enlace interesante, especialmente por el resumen que se cita de Heidegger a la obra completa.
Empiezo yo: Trabajo es transformación con uso de energía. Bueno en definitiva es eso.Podría argumentarse que todos los hombres son esclavos o que todos trabajan. Necesitaríamos restringir el trabajo a trabajo de producción.Y aqui es donde se ve claramente que hay muchos esclavos (históricamente esclavas) que no satisfacen tu definición. Lo siento por Hegel pero las personas somos más que trabajadores.
Cita de: Mad Men en Enero 18, 2017, 13:38:32 pmRespecto a control orweliano,Recomiendo das leven der anderenPeliculón como la copa de un pinoSi señor, peliculón como la copa de un pino, absolutamente recomendable verla. Aquí se tradujo como La vida de los otros. Casualidad además, ambientada en 1984.Magrístral interpretación de Ulrich Mühe, actor fallecido en 2007, y Martina Gedeck en el papel de Christa-Maria.Me recordó un poco al protagonista de Fahrenheit 451, el bombero Montag que se replantea su vida e ideales después de conocer a Clarisse...El final, no lo voy a contar claro, sublime. Un placer leeros..
Respecto a control orweliano,Recomiendo das leven der anderenPeliculón como la copa de un pino
A mí me interesa muchísimo el ataque colosal que está recibiendo lo que me hace pensar que es, en realidad, un outsider
Lo cual deja a Trump rodeado de enemigos... que son a su vez mis enemigos!!!¿Esto me convierte en amigo de Trump? ¿Habrá que hacerse budista?
El fracaso de Trump está ya escrito. Hay que tomarse a Trump como una vacuna. El brexit es peor asunto, pero no hay mal que por bien no venga. En cualquier caso, España va a sufrir con el brexitrumpismo, como los propios filobrexitrumpistas españoles reconocen. La «grandeza» de EEUU y Reino Unido es a tu costa, tierna criaturilla, como siempre pasa con el separatismo del hermano rico.