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Como las STEM me tocan directamente, os comento.La falta de profesionales formados era algo que se sabía hace tiempo. No se hizo nada aparte de dar patadas hacia adelante. ¿Recordáis cuando aquí os decía que IT era un indicador adelantado de lo que estaba por venir? Dicho y hecho. Los informáticos ya dijeron hace años lo de "no os faltan trabajadores, os faltan esclavos y gente que trabaje como un senior y acepte cobrar como un junior". Luego sí que vino falta real de profesionales, y la capearon limitándose a abandonar proyectos.Lo de la formación ya es de chiste. Os comento una batallita que tuve hace cinco años. Si la academia implicada se siente identificada, mala suerte.Me contactaron de una academia para dar clases online. El bruto no estaba mal, el neto no tanto. Pero había dos cosas que me rechinaron desde el principio, seguí para ver hasta dónde llegaba el ovillo. Primero hubo una clase de demostración en la que el director sólo estaba interesado en ver cómo tenía la labia. Ni papa del temario. Pero lo peor fue el material didáctico, yo no paraba de preguntar qué tenían y ellos sólo daban largas.Sólo con el contrato pusieron las cartas boca arriba: no tenían nada de material ni programa. Esperaban que lo hiciese yo, y querían quedarselo ellos en propiedad. Con lo que mis horas reales de trabajo se habrían duplicado, o incluso más. Ahí paré la bobada.No va a haber avances en "formación" porque implica varias cosas que los de siempre no quieren ni oír: invertir pasta de verdad -y pagar a los profesionales formadores lo adecuado-, y especialmente hacer reformas organizativas, tanto en las escuelas y universidades como en las empresas. El departamento técnico tiene que funcionar de forma autónoma y tomar parte en la toma de decisiones de la empresa. Reducirlo a un mero papel de ejecutor es el camino a la mediocridad con suerte, y a menudo al desastre. El ingeniero con experiencia no es un peón de obra poniendo ladrillos, tiene que pensar -y mucho-.Si hay reformas será porque se ven con el agua al cuello. Muchos no van a cambiar ni por ésas.
Pues más leña al fuego, seguimos para bingo.Adiós, carreras; hola, cursos sin fin: cómo la universidad se adapta al crac demográficoCitarTÍTULOS DE TODO PARA TODOSEs el enésimo síntoma de un movimiento mucho más profundo que lleva una década produciéndose en la educación superior, desde cuando estaban de moda los MOOCHabía humo, ahora hay fuego. Esta semana, 'Financial Times' publicaba después de una pausa de dos años obligada por la pandemia su última edición del 'ranking' de escuelas de negocio. El artículo que acompañaba al listado desvelaba un matiz interesante. Al otro lado del túnel del covid había una realidad educativa en la que la demanda crece gracias al apetito por los programas cortos y específicos. Es el enésimo síntoma de un movimiento mucho más profundo que lleva una década produciéndose en toda la educación superior, desde los tiempos en que se pusieron de moda los MOOC. Poco a poco, empiezan a proliferar las formaciones de breve duración, concretas, centradas en habilidades y pensadas a la medida del mercado laboral. En otras palabras: conviértase en líder en tres meses. "En las escuelas de negocio hemos pasado de MBA a ofertas mucho más cortas" Aunque ninguno de los expertos consultados considere que los títulos consolidados como grados, másteres o MBA vayan a desaparecer, nos dirigimos hacia un panorama de desagregación ('unbundling') de programas donde uno elige qué y cuánto quiere estudiar como el que elige su oferta en el carro de la compra 'online' o decide qué ver cada noche en una plataforma.IESE Business School, por ejemplo, aparece tercera en el 'ranking'. El año pasado puso en marcha programas especializados para alta dirección de tres meses de duración. "Es algo que ya existía de forma más informal, menos reglada, pero que ha ido a más, con toda la tendencia del 'lifelong learning', que obedece a factores como que las carreras profesionales se han alargado, los cambios son mucho más rápidos… Así que el modelo tradicional de formación no es factible ni suficiente", comenta Philip Moscoso, responsable de Programas de Executive Education. "Empezó a explotar con la informática y los 'bootcamps', que en España han tenido mucho éxito, y en las escuelas de negocio hemos pasado por algo no tan diferente, de MBA y cursos de formación ejecutiva a ofertas más cortas y especializadas". La pandemia ha acelerado esta tendencia, aunque Moscoso añade que "siguen siendo una parte pequeña de la educación terciaria, pero ya suponen millones de dólares". Lo que está claro es que ha venido para quedarse. "Al final nos afecta a todos, porque nos lleva a no fijarnos solo en la supercarrera o el supermáster, sino en una oferta educativa que te permita ese desarrollo".Esade es la otra escuela de negocios española que aparece en el listado, en el cuarto puesto. Sus programas abiertos ofrecen formación específica para ejecutivos en áreas como liderazgo, transformación digital o 'marketing', y los programas 'custom' están hechos a medida para empresas. "Nuestra apuesta por situar al participante en el centro en todos los programas de Executive Education ha sido esencial para desarrollar itinerarios de formación personalizados, orientados al futuro y centrados en la experiencia del participante en el aula, algo que el 'Financial Times' ha destacado en nosotros como escuela", explica Marc Correa, director de Esade Executive Education. Son síntomas que muestran un 'boom' de "credenciales alternativos" que están convirtiéndose en la principal vía de expansión para la educación superior. Un 'paper' de trabajo de la OCDE, la organización que marca el ritmo educativo de los países desarrollados, mostraba cómo "los centros de educación superior, los negocios y otras instituciones están ofreciendo de manera activa credenciales alternativos que ayudan a los estudiantes a adquirir nuevas habilidades, actualizar las que ya tienen y demostrar que las tienen". El problema, la "gran incertidumbre" ante su validez, utilidad o impacto. "Las universidades tienen que ser para todas las edades", dice el ministro Subirats Una investigación publicada a finales de 2018 por Sean R. Gallagher, director ejecutivo del Center for the Future of Higher Education, ponía cifras a esta evolución desde los títulos tradicionales a las nuevas titulaciones. "Está claro que los credenciales educativos (sobre todo, las carreras) mantienen un papel central e incluso más importante a la hora de contratar", valora. "Pero a medida que más empresas desarrollan sus prácticas de contratación a través de la tecnología y las prácticas basadas en habilidades, es probable que ese énfasis en las carreras se ponga en duda". Según la encuesta del académico, un 39% de las compañías consultadas estaba planteándose centrarse más en habilidades y menos en títulos, un 23% ya lo había hecho y tan solo un 13% no se lo planteaba. El informe concluía que "aunque los grados aún tienen mucho valor a la hora de contratarte, los microcredenciales y las nuevas prácticas están empezando a desnivelar la ecuación". Se viene tormenta.Un microcredencial para abrir el apetitoCada vez que tiene ocasión, el ministro de Universidades, Joan Subirats, no duda en sacar a colación la importancia del aprendizaje a lo largo de toda la vida y del reciclaje. La última vez, este viernes en Pamplona: "Las universidades tienen que ser universidades para todas las edades y adaptarse a los nuevos tiempos y a esta necesidad de reciclaje continuo". En una reciente entrevista, proporcionaba un dato revelador: los estudiantes de 18 a 29 años van a caer un 20% en los próximos años, "pero todo está centrado en ese sector de la población". La nueva ley de universidades ya prevé la posibilidad de que un trabajador sin titulación académica, pero con experiencia, pueda matricularse en una carrera de su campo.La renovación del sistema educativo no es solo una manera de salvar al trabajador, como propone el Foro Económico Mundial, que recordaba que habrá de aquí a 2025 85 millones de empleos desplazados, sino también de que la educación superior se salve a sí misma ante el previsible declive demográfico. España aprobó en septiembre del año pasado un real decreto de organización de las enseñanzas universitarias que abre por primera vez la puerta a que las universidades puedan impartir enseñanzas propias de menos de 15 ECTS "que requieran o no titulación universitaria previa, en forma de microcredenciales o micromódulos". "Antes de esto, no había ningún marco en España para la emisión de microcredenciales avalada desde el ministerio", explica Carlos Alario Hoyos, profesor de la Universidad Carlos III en el Departamento de Ingeniería Telemática. Alario es uno de los expertos que colaboraron en la elaboración del informe del Consejo Europeo que intentaba poner un poco de orden en el asunto. Concluyó que el microcredencial es el registro de un "pequeño volumen de aprendizaje", entre cuatro y seis ETCS (es decir, entre 100 y 150 horas). Para entendernos, una carrera tiene entre 180 y 240. Como una larga asignatura, pero que no necesariamente tiene que ser "contenido". Puede tratarse de una habilidad blanda, de una capacidad, de una pequeña capacitación. Como mejorar a tu personaje en un juego de rol. Un granito de arena en el currículo. "No es lo mismo ir a un máster todas las semanas que dedicar un rato cada noche" "Hoy en día, las personas que trabajan pueden dedicar menos tiempo para continuar formándose, no pueden estudiar una carrera", explica Alario. "Tienes que ser un poco más concreto con aquellas cosas que necesitas aprender para ya, y hay muchos modelos presenciales, 'online', híbridos, etc.". Un futuro en el que la gente ya no tenga tiempo ni para estudiar un máster no está tan lejos: "No es lo mismo venir a la universidad cinco días a la semana por las tardes o dedicar el sábado por la mañana a hacer un máster que cursar una serie de módulos desde tu casa a las 12 de la noche cuando terminas tus tareas". Poco a poco, los microcredenciales se van abriendo paso como la mínima unidad educativa. En Estados Unidos hay programas en los que estas figuras, unidas a otras asignaturas troncales, permiten la posibilidad de obtener un diploma completo. "Por ejemplo, edX tiene uno que se conoce como 'MicroMasters' y, recientemente, otro de 'MicroBachelors': la idea es que tú puedas cursar 'online' a través de las asignaturas que ellos ofrecen una serie de módulos y luego acabar tu formación en la universidad", explica el profesor. En EEUU, este sistema ha servido como desahogo ante unos precios públicos tan elevados que han expulsado de la universidad a una parte importante de la sociedad.Muchos títulos, pocas referenciasUna de las grandes preguntas que plantea esta profusión de formaciones no regladas, que surgen al margen de agencias, como Aneca, que velan a través de largos procesos y evaluaciones (para sus críticos, 'larguísimos' procesos y evaluaciones) por la calidad de los programas oficiales, es cómo separar el grano de la paja. La respuesta de la Comisión Europea tenía como objetivo establecer por primera vez criterios para saber si esa microtitulación que estás cursando tiene algún valor o no, y qué puede considerarse cómo tal.Esta semana, Marcelo Maina, director del Máster de Educación y TIC-eLearning de la UOC, y Lourdes Guàrdia, vicedecana de docencia de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, investigadores del grupo Edul@b de la UOC, publicaban su metodología para la certificación de esta clase de conocimientos. "El marco común y consensuado está en gestación", responden. Su enfoque es el de "la microcredialización de competencias de empleabilidad". "En esa propuesta, las microcredenciales son otorgadas una vez aplicada una metodología de evaluación que relaciona evidencias de desarrollo de las competencias a lo largo de un programa de estudio, e integra otras provenientes de la práctica laboral o profesional", explican. "El graduado así cuenta con un currículo ampliado y mayores evidencias de sus logros". Algo semejante han llevado a cabo en la Universidad CEU San Pablo con su programa de microcredenciales, que ya no se trata de cursos adicionales sino de pequeños reconocimientos que uno puede incluir en su currículo si los ha superado durante el grado o el posgrado. "Ahora se espera que un fisioterapeuta o alguien que estudie ADE también tenga resiliencia, creatividad o liderazgo, y eso solo se puede certificar conviviendo con él" , expone Ángel Bartolomé, vicerrector de Estudiantes y Vida Universitaria. "Es como un píxel de información sobre los estudiantes que pueden colocar en LinkedIn para que el reclutador lo vea". Es decir: sales de la universidad con una carrera bajo el brazo, pero también con un par de microcredenciales que atestiguan, por ejemplo, que eres un gran líder. "Nuestro estudiante es un adulto con formación previa, familia y carrera" El objetivo, acercar la universidad al mercado laboral y hacerla más atractiva para sus potenciales estudiantes (o clientes), que cada vez serán de mayor edad. La Universitat Oberta de Catalunya (UOC), por sus características como centro 'online', es una de esos pioneros. "Podríamos afirmar que ya hace 27 años que la UOC es una universidad del futuro", dice Silvia Sivera, directora del eLearning Innovation Center de la UOC. El 39% de los estudiantes de la universidad tiene entre 25 y 34 años, y el 76% estudia y trabaja al mismo tiempo. Algunos de ellos incluso son nonagenarios. Como explica Sivera, "históricamente, nuestro estudiante es un adulto con formación previa, obligaciones familiares y una carrera profesional que compatibiliza con los estudios". El perfil del "estudiante para toda la vida". La universidad ofrece 155 cursos en los que uno puede matricularse sin necesidad de cumplir los requisitos de entrada a la universidad o hacer todo un programa completo, aparte de los cursos profesionalizadores o los seminarios de un mes de duración. Como explica Sivera, "preparamos a los ciudadanos para el mundo en el que vivirán y no para el pasado en el que vivieron generaciones anteriores". Universidades privadas o escuelas de negocio tienen grandes incentivos para diversificar su oferta y ofrecer programas cada vez más personalizados a sus estudiantes como reclamo ante una creciente competencia en la que están viendo cómo irrumpen nuevos actores cuyos nombres hacen temblar a cualquiera. Google, Microsoft, Amazon o IBM empezaron proporcionando microtitulaciones sobre inteligencia artificial o ciberseguridad, pero cada vez son más las instituciones que se suben al carro.A medida que la educación superior abre sus puertas a la flexibilidad y la personalización, la lucha puede ser feroz aunque, como recuerdan los expertos, no haya nada como la experiencia. Porque la otra gran pregunta es qué ocurre con las universidades públicas ante la vertiginosa proliferación de microcredenciales. "Para las privadas, la captación de estudiantes es clave, por lo que puede que cuenten con más incentivos para ofrecer este tipo de programas", valora Alario. "Aun así, hay bastantes universidades públicas que participan de iniciativas como cursos 'online' masivos abiertos, que pueden dar lugar a microcredenciales. Las universidades públicas también se plantean cuál es su estrategia en torno a los cursos de extensión". La Carlos III, por ejemplo, lleva años ofreciendo MOOC y ya ofrece algunos microcredenciales. Esto no ha hecho más que empezar.El artículo es bastante largo pero pasando el mocho podemos sacar bastantes cosas para debatir.Lo primero de todo para los que perpetran estas ideas. So pedazo de burros, ¿habéis visto el problema demográfico que tenemos ya? Vamos a tener que aprender a vivir con lo que hay, se acabó el ir al "mercado laboral" a reclutar trabajadores como quien va a comprar la carne en el súper. Y esto tiene implicaciones a todos los niveles. La formación tiene que ser la necesaria, sin adornos, sin paja. Y luego hay que pensar en mantener al trabajador, el gran olvidado concepto en las últimas décadas.La bobada de las "soft skills" se acaba aquí porque si insistimos en mantener criterios de selección absurdos, de la época de la sobreoferta de trabajadores, no va a quedar nadie seleccionable. Las ideas de saber trabajar en equipo que realmente hacen falta no necesitan tanta pompa.Por último, pero de lo más importante que veo aquí, es la "twitterización" de la formación. Ningún p*** curso te va a convertir en un líder en tres meses. La formación de base exige años, y no sólo de los estudios en sí sino también de experiencia trabajando. No, hermosos, alcanzar la competencia no tiene atajos. Vas a necesitar muchos años de formación, experiencia, cabeza, y más cosas. Y eso no te garantiza llegar a lo más alto ni estar libre de meter la pata. Los cursos cortos como mucho pueden funcionar como especializaciones y añadidos cuando la base ya es sólida, pero no te van a dar la base cuando aún no la tienes.Si no se entiende que falta población, y que hay que abandonar el paradigma de usar y tirar -sí, en personas pasa también y mucho- y volver a cuidar lo que se tiene, todo lo que se proponga después ya va errado.
TÍTULOS DE TODO PARA TODOSEs el enésimo síntoma de un movimiento mucho más profundo que lleva una década produciéndose en la educación superior, desde cuando estaban de moda los MOOCHabía humo, ahora hay fuego. Esta semana, 'Financial Times' publicaba después de una pausa de dos años obligada por la pandemia su última edición del 'ranking' de escuelas de negocio. El artículo que acompañaba al listado desvelaba un matiz interesante. Al otro lado del túnel del covid había una realidad educativa en la que la demanda crece gracias al apetito por los programas cortos y específicos. Es el enésimo síntoma de un movimiento mucho más profundo que lleva una década produciéndose en toda la educación superior, desde los tiempos en que se pusieron de moda los MOOC. Poco a poco, empiezan a proliferar las formaciones de breve duración, concretas, centradas en habilidades y pensadas a la medida del mercado laboral. En otras palabras: conviértase en líder en tres meses. "En las escuelas de negocio hemos pasado de MBA a ofertas mucho más cortas" Aunque ninguno de los expertos consultados considere que los títulos consolidados como grados, másteres o MBA vayan a desaparecer, nos dirigimos hacia un panorama de desagregación ('unbundling') de programas donde uno elige qué y cuánto quiere estudiar como el que elige su oferta en el carro de la compra 'online' o decide qué ver cada noche en una plataforma.IESE Business School, por ejemplo, aparece tercera en el 'ranking'. El año pasado puso en marcha programas especializados para alta dirección de tres meses de duración. "Es algo que ya existía de forma más informal, menos reglada, pero que ha ido a más, con toda la tendencia del 'lifelong learning', que obedece a factores como que las carreras profesionales se han alargado, los cambios son mucho más rápidos… Así que el modelo tradicional de formación no es factible ni suficiente", comenta Philip Moscoso, responsable de Programas de Executive Education. "Empezó a explotar con la informática y los 'bootcamps', que en España han tenido mucho éxito, y en las escuelas de negocio hemos pasado por algo no tan diferente, de MBA y cursos de formación ejecutiva a ofertas más cortas y especializadas". La pandemia ha acelerado esta tendencia, aunque Moscoso añade que "siguen siendo una parte pequeña de la educación terciaria, pero ya suponen millones de dólares". Lo que está claro es que ha venido para quedarse. "Al final nos afecta a todos, porque nos lleva a no fijarnos solo en la supercarrera o el supermáster, sino en una oferta educativa que te permita ese desarrollo".Esade es la otra escuela de negocios española que aparece en el listado, en el cuarto puesto. Sus programas abiertos ofrecen formación específica para ejecutivos en áreas como liderazgo, transformación digital o 'marketing', y los programas 'custom' están hechos a medida para empresas. "Nuestra apuesta por situar al participante en el centro en todos los programas de Executive Education ha sido esencial para desarrollar itinerarios de formación personalizados, orientados al futuro y centrados en la experiencia del participante en el aula, algo que el 'Financial Times' ha destacado en nosotros como escuela", explica Marc Correa, director de Esade Executive Education. Son síntomas que muestran un 'boom' de "credenciales alternativos" que están convirtiéndose en la principal vía de expansión para la educación superior. Un 'paper' de trabajo de la OCDE, la organización que marca el ritmo educativo de los países desarrollados, mostraba cómo "los centros de educación superior, los negocios y otras instituciones están ofreciendo de manera activa credenciales alternativos que ayudan a los estudiantes a adquirir nuevas habilidades, actualizar las que ya tienen y demostrar que las tienen". El problema, la "gran incertidumbre" ante su validez, utilidad o impacto. "Las universidades tienen que ser para todas las edades", dice el ministro Subirats Una investigación publicada a finales de 2018 por Sean R. Gallagher, director ejecutivo del Center for the Future of Higher Education, ponía cifras a esta evolución desde los títulos tradicionales a las nuevas titulaciones. "Está claro que los credenciales educativos (sobre todo, las carreras) mantienen un papel central e incluso más importante a la hora de contratar", valora. "Pero a medida que más empresas desarrollan sus prácticas de contratación a través de la tecnología y las prácticas basadas en habilidades, es probable que ese énfasis en las carreras se ponga en duda". Según la encuesta del académico, un 39% de las compañías consultadas estaba planteándose centrarse más en habilidades y menos en títulos, un 23% ya lo había hecho y tan solo un 13% no se lo planteaba. El informe concluía que "aunque los grados aún tienen mucho valor a la hora de contratarte, los microcredenciales y las nuevas prácticas están empezando a desnivelar la ecuación". Se viene tormenta.Un microcredencial para abrir el apetitoCada vez que tiene ocasión, el ministro de Universidades, Joan Subirats, no duda en sacar a colación la importancia del aprendizaje a lo largo de toda la vida y del reciclaje. La última vez, este viernes en Pamplona: "Las universidades tienen que ser universidades para todas las edades y adaptarse a los nuevos tiempos y a esta necesidad de reciclaje continuo". En una reciente entrevista, proporcionaba un dato revelador: los estudiantes de 18 a 29 años van a caer un 20% en los próximos años, "pero todo está centrado en ese sector de la población". La nueva ley de universidades ya prevé la posibilidad de que un trabajador sin titulación académica, pero con experiencia, pueda matricularse en una carrera de su campo.La renovación del sistema educativo no es solo una manera de salvar al trabajador, como propone el Foro Económico Mundial, que recordaba que habrá de aquí a 2025 85 millones de empleos desplazados, sino también de que la educación superior se salve a sí misma ante el previsible declive demográfico. España aprobó en septiembre del año pasado un real decreto de organización de las enseñanzas universitarias que abre por primera vez la puerta a que las universidades puedan impartir enseñanzas propias de menos de 15 ECTS "que requieran o no titulación universitaria previa, en forma de microcredenciales o micromódulos". "Antes de esto, no había ningún marco en España para la emisión de microcredenciales avalada desde el ministerio", explica Carlos Alario Hoyos, profesor de la Universidad Carlos III en el Departamento de Ingeniería Telemática. Alario es uno de los expertos que colaboraron en la elaboración del informe del Consejo Europeo que intentaba poner un poco de orden en el asunto. Concluyó que el microcredencial es el registro de un "pequeño volumen de aprendizaje", entre cuatro y seis ETCS (es decir, entre 100 y 150 horas). Para entendernos, una carrera tiene entre 180 y 240. Como una larga asignatura, pero que no necesariamente tiene que ser "contenido". Puede tratarse de una habilidad blanda, de una capacidad, de una pequeña capacitación. Como mejorar a tu personaje en un juego de rol. Un granito de arena en el currículo. "No es lo mismo ir a un máster todas las semanas que dedicar un rato cada noche" "Hoy en día, las personas que trabajan pueden dedicar menos tiempo para continuar formándose, no pueden estudiar una carrera", explica Alario. "Tienes que ser un poco más concreto con aquellas cosas que necesitas aprender para ya, y hay muchos modelos presenciales, 'online', híbridos, etc.". Un futuro en el que la gente ya no tenga tiempo ni para estudiar un máster no está tan lejos: "No es lo mismo venir a la universidad cinco días a la semana por las tardes o dedicar el sábado por la mañana a hacer un máster que cursar una serie de módulos desde tu casa a las 12 de la noche cuando terminas tus tareas". Poco a poco, los microcredenciales se van abriendo paso como la mínima unidad educativa. En Estados Unidos hay programas en los que estas figuras, unidas a otras asignaturas troncales, permiten la posibilidad de obtener un diploma completo. "Por ejemplo, edX tiene uno que se conoce como 'MicroMasters' y, recientemente, otro de 'MicroBachelors': la idea es que tú puedas cursar 'online' a través de las asignaturas que ellos ofrecen una serie de módulos y luego acabar tu formación en la universidad", explica el profesor. En EEUU, este sistema ha servido como desahogo ante unos precios públicos tan elevados que han expulsado de la universidad a una parte importante de la sociedad.Muchos títulos, pocas referenciasUna de las grandes preguntas que plantea esta profusión de formaciones no regladas, que surgen al margen de agencias, como Aneca, que velan a través de largos procesos y evaluaciones (para sus críticos, 'larguísimos' procesos y evaluaciones) por la calidad de los programas oficiales, es cómo separar el grano de la paja. La respuesta de la Comisión Europea tenía como objetivo establecer por primera vez criterios para saber si esa microtitulación que estás cursando tiene algún valor o no, y qué puede considerarse cómo tal.Esta semana, Marcelo Maina, director del Máster de Educación y TIC-eLearning de la UOC, y Lourdes Guàrdia, vicedecana de docencia de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, investigadores del grupo Edul@b de la UOC, publicaban su metodología para la certificación de esta clase de conocimientos. "El marco común y consensuado está en gestación", responden. Su enfoque es el de "la microcredialización de competencias de empleabilidad". "En esa propuesta, las microcredenciales son otorgadas una vez aplicada una metodología de evaluación que relaciona evidencias de desarrollo de las competencias a lo largo de un programa de estudio, e integra otras provenientes de la práctica laboral o profesional", explican. "El graduado así cuenta con un currículo ampliado y mayores evidencias de sus logros". Algo semejante han llevado a cabo en la Universidad CEU San Pablo con su programa de microcredenciales, que ya no se trata de cursos adicionales sino de pequeños reconocimientos que uno puede incluir en su currículo si los ha superado durante el grado o el posgrado. "Ahora se espera que un fisioterapeuta o alguien que estudie ADE también tenga resiliencia, creatividad o liderazgo, y eso solo se puede certificar conviviendo con él" , expone Ángel Bartolomé, vicerrector de Estudiantes y Vida Universitaria. "Es como un píxel de información sobre los estudiantes que pueden colocar en LinkedIn para que el reclutador lo vea". Es decir: sales de la universidad con una carrera bajo el brazo, pero también con un par de microcredenciales que atestiguan, por ejemplo, que eres un gran líder. "Nuestro estudiante es un adulto con formación previa, familia y carrera" El objetivo, acercar la universidad al mercado laboral y hacerla más atractiva para sus potenciales estudiantes (o clientes), que cada vez serán de mayor edad. La Universitat Oberta de Catalunya (UOC), por sus características como centro 'online', es una de esos pioneros. "Podríamos afirmar que ya hace 27 años que la UOC es una universidad del futuro", dice Silvia Sivera, directora del eLearning Innovation Center de la UOC. El 39% de los estudiantes de la universidad tiene entre 25 y 34 años, y el 76% estudia y trabaja al mismo tiempo. Algunos de ellos incluso son nonagenarios. Como explica Sivera, "históricamente, nuestro estudiante es un adulto con formación previa, obligaciones familiares y una carrera profesional que compatibiliza con los estudios". El perfil del "estudiante para toda la vida". La universidad ofrece 155 cursos en los que uno puede matricularse sin necesidad de cumplir los requisitos de entrada a la universidad o hacer todo un programa completo, aparte de los cursos profesionalizadores o los seminarios de un mes de duración. Como explica Sivera, "preparamos a los ciudadanos para el mundo en el que vivirán y no para el pasado en el que vivieron generaciones anteriores". Universidades privadas o escuelas de negocio tienen grandes incentivos para diversificar su oferta y ofrecer programas cada vez más personalizados a sus estudiantes como reclamo ante una creciente competencia en la que están viendo cómo irrumpen nuevos actores cuyos nombres hacen temblar a cualquiera. Google, Microsoft, Amazon o IBM empezaron proporcionando microtitulaciones sobre inteligencia artificial o ciberseguridad, pero cada vez son más las instituciones que se suben al carro.A medida que la educación superior abre sus puertas a la flexibilidad y la personalización, la lucha puede ser feroz aunque, como recuerdan los expertos, no haya nada como la experiencia. Porque la otra gran pregunta es qué ocurre con las universidades públicas ante la vertiginosa proliferación de microcredenciales. "Para las privadas, la captación de estudiantes es clave, por lo que puede que cuenten con más incentivos para ofrecer este tipo de programas", valora Alario. "Aun así, hay bastantes universidades públicas que participan de iniciativas como cursos 'online' masivos abiertos, que pueden dar lugar a microcredenciales. Las universidades públicas también se plantean cuál es su estrategia en torno a los cursos de extensión". La Carlos III, por ejemplo, lleva años ofreciendo MOOC y ya ofrece algunos microcredenciales. Esto no ha hecho más que empezar.
Ahora hay recursos infinitos, no como los combustibles fósiles, para formarse, de calidad (hay que buscar un poco) y baratos con los MOOCs y especialmente en las STEM y en lo que quieras básicamente. Sólo necesitas inglés y no hablo de Shakespeare. Desde Khan Academy hasta los cursos del MIT, no creo que haga falta tener formación como se entendía antes, de hecho hice en su día un máster oficial cuyo contenido ahora mismo lo puedes tener en Edx, Coursera, Codeacademy, Udemy y una infinidad de webs que te dan la posibilidad de formarte de forma barata y que seguramente a las empresas les saldría por dos duros, eso sí, si la mentalidad de los rr inhumanos de turno es "es que si aprenden si van a ir" no hay nada que hacer.También hay mucho que no quiere progresar y formarse, ¿eh?; de estos he conocido a unos cuantos.
Cita de: senslev en Mayo 30, 2022, 14:27:07 pmAhora hay recursos infinitos, no como los combustibles fósiles, para formarse, de calidad (hay que buscar un poco) y baratos con los MOOCs y especialmente en las STEM y en lo que quieras básicamente. Sólo necesitas inglés y no hablo de Shakespeare. Desde Khan Academy hasta los cursos del MIT, no creo que haga falta tener formación como se entendía antes, de hecho hice en su día un máster oficial cuyo contenido ahora mismo lo puedes tener en Edx, Coursera, Codeacademy, Udemy y una infinidad de webs que te dan la posibilidad de formarte de forma barata y que seguramente a las empresas les saldría por dos duros, eso sí, si la mentalidad de los rr inhumanos de turno es "es que si aprenden si van a ir" no hay nada que hacer.También hay mucho que no quiere progresar y formarse, ¿eh?; de estos he conocido a unos cuantos. En lo que comenta el artículo de las universidad y como bien apunta Zugzwang, creo que estan viendo como convertir en "oficiales" estos cursitos de tres meses. Es decir, seguir funcionando como expendedoras de títulos, y que en realidad lo que pagues sea el papelito y no la formación. Porque señores, si los cursos no tienen papelito lo mismo da que sea la universidad tal o cual, o que un profesional de un sector concreto se monte un curso y lo de directamente él. Si profesionales se ponen a impartir cursos se les acaba el chollo rápido. Mejor formación y seguramente más barata.A mi me suena a que se quieren quitar competencia convirtiendolo en formación oficial.
LEY DE FORMACIÓN PROFESIONALEl Gobierno propone que los alumnos de FP Superior cursen materias en la universidad y viceversaEl anteproyecto de ley tiende puentes entre ambas enseñanzas con colaboración entre los profesores, uso compartido de instalaciones o facilidades en las convalidacionesEl sistema es actualmente la antítesis de lo que se reclama en una sociedad que requiere conocimientos transversales y multidisciplinares. [...]En Portugal existen, incluso, titulaciones que los alumnos inician en los institutos de FP y finalizan en una facultad. La norma que prepara el Gobierno siembra una simiente, pero no va tan lejos.
No hay vacantes porque faltan puestos y horas de trabajo ante la demanda existente. La Gran Renuncia sería visible sí la renuncia llegara a un aumento considerable de vacantes disponibles, algo que de momento no se da. El problema existe, pero no por ello se debe pensar que las consecuencias van a ser inmediatas. El español medio está muy bien disciplinado, y los jóvenes que entraron con precariedad al mercado laboral, se han adaptado muy bien, no han conocido otra cosa.
Hinkel. Hay que saber de la realidad que hay sobre lo que están hablando en el artículo. La finalidad del artículo en sí todavía no la veo clara, pero evidentemente no es informativa.Hablan de IESE y ESADE o al menos los ponen como ejemplos al principio aunque al final igual están intentando venderte cursos de la señorita pepis en el contenido patrocinado de justo debajo.
Cita de: Hynkel en Mayo 30, 2022, 09:13:23 amComo las STEM me tocan directamente, os comento.La falta de profesionales formados era algo que se sabía hace tiempo. No se hizo nada aparte de dar patadas hacia adelante. ¿Recordáis cuando aquí os decía que IT era un indicador adelantado de lo que estaba por venir? Dicho y hecho. Los informáticos ya dijeron hace años lo de "no os faltan trabajadores, os faltan esclavos y gente que trabaje como un senior y acepte cobrar como un junior". Luego sí que vino falta real de profesionales, y la capearon limitándose a abandonar proyectos.Lo de la formación ya es de chiste. Os comento una batallita que tuve hace cinco años. Si la academia implicada se siente identificada, mala suerte.Me contactaron de una academia para dar clases online. El bruto no estaba mal, el neto no tanto. Pero había dos cosas que me rechinaron desde el principio, seguí para ver hasta dónde llegaba el ovillo. Primero hubo una clase de demostración en la que el director sólo estaba interesado en ver cómo tenía la labia. Ni papa del temario. Pero lo peor fue el material didáctico, yo no paraba de preguntar qué tenían y ellos sólo daban largas.Sólo con el contrato pusieron las cartas boca arriba: no tenían nada de material ni programa. Esperaban que lo hiciese yo, y querían quedarselo ellos en propiedad. Con lo que mis horas reales de trabajo se habrían duplicado, o incluso más. Ahí paré la bobada.No va a haber avances en "formación" porque implica varias cosas que los de siempre no quieren ni oír: invertir pasta de verdad -y pagar a los profesionales formadores lo adecuado-, y especialmente hacer reformas organizativas, tanto en las escuelas y universidades como en las empresas. El departamento técnico tiene que funcionar de forma autónoma y tomar parte en la toma de decisiones de la empresa. Reducirlo a un mero papel de ejecutor es el camino a la mediocridad con suerte, y a menudo al desastre. El ingeniero con experiencia no es un peón de obra poniendo ladrillos, tiene que pensar -y mucho-.Si hay reformas será porque se ven con el agua al cuello. Muchos no van a cambiar ni por ésas.Esto que cuentas es bastante habitual, he dado formación y conozco a gente metida en este campo y se ven cosas tremendas. Recuerdo un día que llamaron a un compañero para dar un curso sobre un software específico del que es dificil encontrar especialistas, y mucho más formadores, el curso empezaba una semana después de la llamada y no tenian nada. Ni temario, ni material, nada. Habian ofertado el curso hasta llenar y una vez que lo tenian lleno habian buscado formadores, y estamos hablando de cursos de miles de euros.A mi me han ofrecido dar cursos enteros donde tenia basicamente que montar yo el curso, de estos rechazo todos los años al menos una o dos ofertas. La formación privada en muchos casos es un timo.
Ahora hay recursos infinitos, no como los combustibles fósiles, para formarse, de calidad (hay que buscar un poco) y baratos con los MOOCs y especialmente en las STEM y en lo que quieras básicamente. Sólo necesitas inglés y no hablo de Shakespeare.
[...]Otro de los clásicos universales: inútiles integrales en puestos de aporte nulo (vendedores de crecepelo, que les solían llamar), intentando dar lecciones de vida a gente que lleva toda su vida laboral trabajando en ciencia, tecnología, matemáticas y otras ramas en las que no cabe la tontería.Lo bueno de esto es que poco a poco va quedando en evidencia el emperador en pelota picada. Si tu mercado laboral se llena de carguitos con muchas "buzzwords" en inglés (¿cuándo comenzó esa moda estúpida?), coaches engominados y gente que enseña supuestamente a triunfar... es un síntoma de que algo va muy mal.