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https://elpais.com/economia/negocios/2023-09-01/alemania-espera-recibir-una-lluvia-de-millones-con-la-legalizacion-del-cannabis.htmlSaludos.
El efecto de la marihuana es todavía peor de lo que se creíaUn estudio de 44 expertos internacionales pide más análisis sobre esta sustancia antes de regular su consumo.(...) megaestudio publicado por el British Medical Journal (BMJ), la revista que difunde los trabajos de la Asociación Médica Británica, después de haber revisado informes científicos llevados a cabo durante dos décadas.(...) Estos efectos son mayores cuanto más joven es el consumidor, y el riesgo de sufrir alguna de esas afecciones llega hasta los 25 años. Hasta ahora se creía que esta edad límite se situaba en los 18 y que, a partir de ese momento, el organismo resistía mejor los efectos.(...)Y también alerta de los problemas cognitivos que se les podrían presentar a los usuarios de esta sustancia, con independencia de su edad. Por ejemplo, a la hora de valorar los recuerdos verbales o la memoria del trabajo,
La compraventa de viviendas cae un 14,5% interanual en jun-23Consejo General del Notariado | Centro de Información Estadística del Notariado | 2023.08.03ZAC Lyon Confluence, Saône Park, Lot QN1a, 1 quai Antoine RiboudLa compraventa de viviendas y sus precios descienden al igual que la concesión de nuevos préstamos hipotecarios mientras que la constitución de nuevas sociedades aumenta. La compraventa de viviendas crece en Asturias (3,0%) y disminuye en el resto de comunidades, destacando las caídas en Canarias (-30,1%) y Baleares (-29,8%).El precio del m² baja un 2,6% en España. Destacan los ascensos en Castilla-La Mancha (15,2%) y Baleares (10,3%) y las caídas en La Rioja (-19,3%) y Castilla y León (-16,8%).Los préstamos para adquisición de vivienda disminuyen un 25,8%. Destacan las caídas en Cantabria (-32,5%), Navarra (-30,2%) y Baleares (-28,7%).La constitución de nuevas sociedades crece un 16,2%. Destacan los aumentos en Aragón (42,8%), Galicia (35,9%) y Cataluña (32,5%) y los retrocesos en Asturias (-16,8%) y Cantabria (-15,4%).Informe compraventas, préstamos hipotecarios y sociedades de junio 2023 (PDF) (496 Kb)Anexo tablas: series estadísticas correspondientes al informe hasta junio 23 (XLSX) (2116 Kb)
Hay personas que disfrutan su domingo yendo al cine, saliendo a cenar o disfrutando de unas cañas con los amigos.Yo lo he disfrutado consiguiendo los importes íntegros de sobresueldos de altos cargos de la Junta de Andalucía para descubrir que la Viceconsejera de Industria, Ana María Vielba Gómez, ha estado percibiendo indebidamente una ayuda para alquileres destinada a altos cargos en Andalucía desde enero de 2019.Esta ayuda está regulada por un acuerdo del Consejo de Gobierno de 2000 y establece que solo es aplicable si el domicilio habitual se encuentra a más de 60 kilómetros de la sede del cargo. Vielba Gómez ha tenido su domicilio en Sevilla desde septiembre de 2016, lo que invalida su elegibilidad. Además, ha ocupado varios cargos gubernamentales en la región desde entonces, incluyendo Viceconsejera de Política Industrial y Energía en noviembre de 2022.Cada uno disfruta su domingo como desea; yo lo hago para desearte un buen lunes, Ana María, porque la información íntegra la envío mañana lunes a primera hora a Fiscalía y a diversos medios (tendrá que devolver 126.000€ mas multa y condena)Buenas noches a todos. ☕️
¿Faltan trabajadores o mejores salarios? El problema de los 140.000 empleos sin cubrir, sector a sectorhttps://elpais.com/economia/2023-05-23/faltan-trabajadores-o-mejores-salarios-que-opinan-los-lideres-sindicales-y-patronales-de-los-sectores-que-mas-se-quejan.htmlEspaña registra el nivel más alto de vacantes en su historia, pese a que el volumen sigue siendo menor que en el resto de la UE. Cuanto peor retribuye el sector, más diferencias hay en el análisis de empresarios y trabajadores
Chinese lenders extend billions of dollars to Russian banks after western sanctionsBeijing has pushed renminbi as alternative global currency to dollarChinese lenders stepped in to extend billions of dollars to Russian banks as western institutions pulled back their operations in the country during the first year of Moscow’s invasion of Ukraine.The moves by four of China’s biggest banks are part of Beijing’s efforts to promote the renminbi as an alternative global currency to the dollar.China’s exposure to Russia’s banking sector quadrupled in the 14 months to the end of March this year, according to the latest official data analysed for the Financial Times by the Kyiv School of Economics. The lenders took the place of western banks, which came under acute pressure from regulators and politicians in their home countries to exit Russia, while international sanctions made doing business much harder.The Industrial and Commercial Bank of China, Bank of China, China Construction Bank and Agricultural Bank of China increased their combined exposure to Russia from $2.2bn to $9.7bn in the 14 months to March, according to Russian central bank data, with ICBC and Bank of China accounting for $8.8bn of the assets between them.During the same period, Austria’s Raiffeisen Bank — the foreign bank with the biggest exposure to Russia — increased its assets in the country by more than 40 per cent, from $20.5bn to $29.2bn.Raiffeisen has said it is looking at ways of pulling out of the country and has reduced its assets to $25.5bn since March.The moves by Chinese banks are part of a shift by Russia to adopt the renminbi rather than the US dollar or euro as a reserve currency.“The loans by Chinese banks to Russian banks and credit institutions, which are for the most part a case of the yuan taking the place of dollars and euros, show the sanctions are doing their job,” said Andrii Onopriienko, deputy development director at the Kyiv School of Economics, who compiled the data. The rise of renminbi trading highlights Russia’s economic pivot to China as trade between the two countries hit a record $185bn in 2022.Before last year’s invasion, more than 60 per cent of Russia’s payments for its exports were made in what the country’s authorities now refer to as “toxic currencies”, such as the dollar and euro, with renminbi accounting for less than 1 per cent.“Toxic” currencies have since dropped to less than half of export payments, while the renminbi accounts for 16 per cent, according to data from Russia’s central bank.Raiffeisen is one of the few western banks that has kept a significant presence in Russia, after several other foreign lenders cut ties and sold subsidiaries last year.But reforms brought in by the Kremlin last summer have made it much harder for foreign banks to sell their Russian subsidiaries. On Friday, Russia’s deputy finance minister Alexei Moiseev reaffirmed the government’s position to obstruct foreign bank sales.Profits at Raiffeisen’s Russian business rose 9.6 per cent to €867mn in the first six months of this year, with the Austrian lender raising pay for its Russia-based staff by €200mn.The European Central Bank is increasing pressure on lenders it supervises, including Raiffeisen, to exit Russia.Raiffeisen said it was trying to find ways of selling or spinning off its Russian business, while staying compliant with local and international laws and regulations.“We are committing to further reducing business activity in Russia whilst we continue to progress such potential transactions,” the bank added.Overall, the proportion of Russian banking assets held by foreign lenders reduced from 6.2 per cent to 4.9 per cent in the 14 months to March.ICBC, Bank of China, China Construction Bank and Agricultural Bank of China all declined to comment.
Out of sight, out of mind...https://www.elconfidencial.com/economia/2023-09-03/otono-complaciente-desaparecido-panico-economico_3727733/CitarYa no hay temor a una crisisDe los otoños negros al otoño complaciente: por qué ha desaparecido el pánico económicoLa situación económica de los hogares se ha deteriorado por la subida de los precios y los tipos de interés. Pero, a cambio, la incertidumbre de los años anteriores se ha disipadoHace justo un año, hogares y empresas vivían asustados porque se avecinaba una nueva crisis económica. "Después del verano llegará la recesión", era el mensaje más repetido. Algunos economistas llegaron a augurar una contracción severa de la actividad, lo que provocó una brusca caída de la confianza de hogares y empresas. Pasaron de vivir unas vacaciones de euforia en el consumo a la desesperación por tener que soportar la tercera recesión económica en tres años. Estas previsiones catastrofistas fallaron estrepitosamente y el PIB de España incluso aceleró en el último trimestre del año. Los agentes económicos tuvieron que sobreponerse a los malos augurios que, por momentos, amenazaron con descarrilar la economía en un efecto de profecía autocumplida.Las familias se han acostumbrado a vivir con la amenaza de un otoño negro en la economía; o un otoño caliente en las calles por las protestas ante el deterioro de las condiciones de vida. En 2020, el temor vino provocado por la segunda ola del coronavirus; en 2021, por los problemas de suministro y el inicio de la crisis inflacionista; y en 2022, la guerra en Ucrania. La causa común que explica las previsiones catastrofistas era la incertidumbre. En situaciones tan excepcionales como una pandemia o una guerra desaparecen las certezas. Los rebrotes del virus o el riesgo de cortes de energía eran problemas reales e impredecibles que abrían camino a los discursos catastrofistas. Este año, la incertidumbre sigue siendo elevada, pero no existe un factor tan potente capaz de hacer descarrilar la economía. Al menos, sobre el papel.Los tipos de interés pueden subir algo más, pero el recorrido al alza ya es reducido, los precios siguen subiendo, pero ya a un ritmo inferior a los salarios y la guerra en Ucrania parece que ya ha generado todo el impacto económico que podía. Al margen de que pueda aparecer un gran cisne negro, los agentes económicos calculan que la economía y el empleo seguirán creciendo, aunque a un ritmo moderado. Ocurre así la paradoja de que, aunque este puede ser el otoño de menor crecimiento económico, no haya temor a que aparezca otra crisis. Hasta cierto punto, hogares y empresas están vacunados ante los augurios de algunos economistas, pero también hay motivos racionales para esta confianza. El más importante es el saneamiento que ha realizado España en la última década. La deuda externa de España ha caído hasta el 60% de su PIB, y bajando, lo que reduce drásticamente la vulnerabilidad del país ante posibles crisis financieras internacionales. Por otro lado, el sector privado ha realizado un gran esfuerzo para desapalancarse. La deuda de los hogares está en niveles que no se veían desde 2002, con un pasivo del 51% del PIB, y las empresas están en mínimos desde 2003, con una deuda del 70% del PIB y bajando.Las previsiones económicas de los organismos internacionales, de los principales analistas y del propio Gobierno apuntan a que España crecerá un 2,1% en el conjunto del año. Esto significa que el avance que se registre en la segunda mitad del año difícilmente superará el 0,3%. Si finalmente se produce este escenario, sería el peor final de año para España desde 2013, cuando el país todavía estaba saliendo de la crisis del euro. Un dato pobre que contrasta con la complacencia que muestran los hogares y los políticos. Toda una paradoja.La confianzaLa encuesta de confianza que publica mensualmente la Comisión Europea sitúa a España entre los países más optimistas. El sentimiento económico de hogares y empresas está cerca de los máximos anuales, superando a todos los grandes países europeos. Por el contrario, hace solo un año, el pesimismo era generalizado, con las peores cifras desde principios de 2021, cuando se produjo el último gran brote del covid con la borrasca Filomena.Si se compara con la serie histórica, el indicador de sentimiento económico está en una situación similar a la del año 2019. En ese momento, el ritmo de crecimiento de España no era muy alto, pero no había grandes riesgos en el horizonte. Las grandes preocupaciones en ese momento eran la ausencia de inflación y el estancamiento secular.El discurso político también tiene mucho que ver con la percepción económica de los hogares. La preocupación de los partidos en este momento es la investidura y, en su defecto, la repetición electoral. Cuestiones como la ejecución de los fondos europeos, los desequilibrios de las cuentas públicas o la subida de impuestos han pasado a la irrelevancia política. Esto no significa que los problemas se hayan resuelto, simplemente se han estancado y han desaparecido del foco.Pero la situación de los hogares no es mucho mejor de la que era hace un año, o incluso dos. Por ejemplo, en los dos últimos años los salarios han perdido tres puntos de poder adquisitivo como consecuencia de la inflación. Y el consumo de las familias sigue siendo un 3,5% inferior al que realizaban antes de la pandemia. Aunque el margen de mejora todavía sigue siendo grande, los hogares se conforman con que el margen de caída de cara a los próximos meses parece limitado.Sin embargo, los economistas recuerdan que la incertidumbre económica no se ha terminado. De hecho, tienen dudas sobre cuáles serán los motores de la economía, ahora que el turismo ya ha recuperado los niveles prepandemia y que las exportaciones están flaqueando. En las últimas semanas, ha surgido otra amenaza para la recuperación: la subida del precio de las materias primas energéticas como consecuencia del recorte de producción de la OPEP. El precio del petróleo ha escalado a máximos anuales y se acerca a los 90 dólares, reviviendo así las presiones inflacionistas que parecían superadas.Esto no significa que se avecine una crisis, son pocos agoreros los que se atreven a defender ese escenario en estos momentos. Pero sí que hay dudas sobre la capacidad que tienen los hogares para elevar la demanda interna. Los fondos europeos serán una gran ayuda, pero por lo visto hasta ahora, su capacidad para movilizar inversión está siendo limitada, y más aún, su capacidad para transformar el tejido productivo. Quedan muchas incógnitas por resolver en el horizonte inmediato, desde la tendencia de la inflación hasta la resistencia del empleo. Pero esta vez ocupa más a los economistas que a los políticos o los ciudadanos.
Ya no hay temor a una crisisDe los otoños negros al otoño complaciente: por qué ha desaparecido el pánico económicoLa situación económica de los hogares se ha deteriorado por la subida de los precios y los tipos de interés. Pero, a cambio, la incertidumbre de los años anteriores se ha disipadoHace justo un año, hogares y empresas vivían asustados porque se avecinaba una nueva crisis económica. "Después del verano llegará la recesión", era el mensaje más repetido. Algunos economistas llegaron a augurar una contracción severa de la actividad, lo que provocó una brusca caída de la confianza de hogares y empresas. Pasaron de vivir unas vacaciones de euforia en el consumo a la desesperación por tener que soportar la tercera recesión económica en tres años. Estas previsiones catastrofistas fallaron estrepitosamente y el PIB de España incluso aceleró en el último trimestre del año. Los agentes económicos tuvieron que sobreponerse a los malos augurios que, por momentos, amenazaron con descarrilar la economía en un efecto de profecía autocumplida.Las familias se han acostumbrado a vivir con la amenaza de un otoño negro en la economía; o un otoño caliente en las calles por las protestas ante el deterioro de las condiciones de vida. En 2020, el temor vino provocado por la segunda ola del coronavirus; en 2021, por los problemas de suministro y el inicio de la crisis inflacionista; y en 2022, la guerra en Ucrania. La causa común que explica las previsiones catastrofistas era la incertidumbre. En situaciones tan excepcionales como una pandemia o una guerra desaparecen las certezas. Los rebrotes del virus o el riesgo de cortes de energía eran problemas reales e impredecibles que abrían camino a los discursos catastrofistas. Este año, la incertidumbre sigue siendo elevada, pero no existe un factor tan potente capaz de hacer descarrilar la economía. Al menos, sobre el papel.Los tipos de interés pueden subir algo más, pero el recorrido al alza ya es reducido, los precios siguen subiendo, pero ya a un ritmo inferior a los salarios y la guerra en Ucrania parece que ya ha generado todo el impacto económico que podía. Al margen de que pueda aparecer un gran cisne negro, los agentes económicos calculan que la economía y el empleo seguirán creciendo, aunque a un ritmo moderado. Ocurre así la paradoja de que, aunque este puede ser el otoño de menor crecimiento económico, no haya temor a que aparezca otra crisis. Hasta cierto punto, hogares y empresas están vacunados ante los augurios de algunos economistas, pero también hay motivos racionales para esta confianza. El más importante es el saneamiento que ha realizado España en la última década. La deuda externa de España ha caído hasta el 60% de su PIB, y bajando, lo que reduce drásticamente la vulnerabilidad del país ante posibles crisis financieras internacionales. Por otro lado, el sector privado ha realizado un gran esfuerzo para desapalancarse. La deuda de los hogares está en niveles que no se veían desde 2002, con un pasivo del 51% del PIB, y las empresas están en mínimos desde 2003, con una deuda del 70% del PIB y bajando.Las previsiones económicas de los organismos internacionales, de los principales analistas y del propio Gobierno apuntan a que España crecerá un 2,1% en el conjunto del año. Esto significa que el avance que se registre en la segunda mitad del año difícilmente superará el 0,3%. Si finalmente se produce este escenario, sería el peor final de año para España desde 2013, cuando el país todavía estaba saliendo de la crisis del euro. Un dato pobre que contrasta con la complacencia que muestran los hogares y los políticos. Toda una paradoja.La confianzaLa encuesta de confianza que publica mensualmente la Comisión Europea sitúa a España entre los países más optimistas. El sentimiento económico de hogares y empresas está cerca de los máximos anuales, superando a todos los grandes países europeos. Por el contrario, hace solo un año, el pesimismo era generalizado, con las peores cifras desde principios de 2021, cuando se produjo el último gran brote del covid con la borrasca Filomena.Si se compara con la serie histórica, el indicador de sentimiento económico está en una situación similar a la del año 2019. En ese momento, el ritmo de crecimiento de España no era muy alto, pero no había grandes riesgos en el horizonte. Las grandes preocupaciones en ese momento eran la ausencia de inflación y el estancamiento secular.El discurso político también tiene mucho que ver con la percepción económica de los hogares. La preocupación de los partidos en este momento es la investidura y, en su defecto, la repetición electoral. Cuestiones como la ejecución de los fondos europeos, los desequilibrios de las cuentas públicas o la subida de impuestos han pasado a la irrelevancia política. Esto no significa que los problemas se hayan resuelto, simplemente se han estancado y han desaparecido del foco.Pero la situación de los hogares no es mucho mejor de la que era hace un año, o incluso dos. Por ejemplo, en los dos últimos años los salarios han perdido tres puntos de poder adquisitivo como consecuencia de la inflación. Y el consumo de las familias sigue siendo un 3,5% inferior al que realizaban antes de la pandemia. Aunque el margen de mejora todavía sigue siendo grande, los hogares se conforman con que el margen de caída de cara a los próximos meses parece limitado.Sin embargo, los economistas recuerdan que la incertidumbre económica no se ha terminado. De hecho, tienen dudas sobre cuáles serán los motores de la economía, ahora que el turismo ya ha recuperado los niveles prepandemia y que las exportaciones están flaqueando. En las últimas semanas, ha surgido otra amenaza para la recuperación: la subida del precio de las materias primas energéticas como consecuencia del recorte de producción de la OPEP. El precio del petróleo ha escalado a máximos anuales y se acerca a los 90 dólares, reviviendo así las presiones inflacionistas que parecían superadas.Esto no significa que se avecine una crisis, son pocos agoreros los que se atreven a defender ese escenario en estos momentos. Pero sí que hay dudas sobre la capacidad que tienen los hogares para elevar la demanda interna. Los fondos europeos serán una gran ayuda, pero por lo visto hasta ahora, su capacidad para movilizar inversión está siendo limitada, y más aún, su capacidad para transformar el tejido productivo. Quedan muchas incógnitas por resolver en el horizonte inmediato, desde la tendencia de la inflación hasta la resistencia del empleo. Pero esta vez ocupa más a los economistas que a los políticos o los ciudadanos.
Podría no ser tan malo todo.Llamemos a esta fase inmobiliaria de 'papeleo'. Todo el mundo queriendo comprar para alquilar, especialmente generación X ya maduritos, o heredaos. Mientras tanto, población futura en picado.Yo soy de los que no ven un trauma en el descenso de la natalidad, sino una corrección. No sé si necesaria pero sí, cuando menos, conveniente. Y no por el planeta, no soy de ésos. Sino como estabilizador automático. LLegado un punto, lo que tendríamos es un considerable parque de ikeapisos, la mayoría heredados y 'puestos a rentar' por los X, deseosos de vivir (bien) sin trabajar; pero poca gente para arrendarlos. Eso significa estabilidad de precios, por abajo. Alquiler sano. Y como la que cuenta -para los que compran- es la reventa, paz mental y social: "esto siempre tendrá valor, ¿no ves que es una renta?". La procesión va por dentro. No hay brillo, poca rentabilidad y consumidor exigente. Competencia por los buenos bichos. Pocos hipotecones. Construcción en el límite marginal, mucha renovación. Eficiencia energética. En definitiva, mercado dual (compra-alquiler), con estabilidad de precios.Sobre dineros fuertes, o geopolíticas varias, ustedes son más inteligentes que yo, no llego a tanto. Lo único que sé es que Occidente ya ha agotado todas las vías que tenía para externalizar su pobreza, y toca inventar de nuevo y ser la referencia a seguir. ¿Lo conseguiremos?