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https://www.expansion.com/inmobiliario/mercado/2024/01/25/65b16572468aeb0e5b8b45db.htmlhttps://www.expansion.com/inmobiliario/mercado/2024/01/25/65b16716468aeb0e5b8b45e2.htmlSaludos.
https://www.elconfidencial.com/economia/2024-01-27/por-que-jovenes-peor-que-mayores_3814561/CitarTENDRÍAN QUE HABER COGIDO LA OLA EN LOS 80¿Por qué a los jóvenes les va peor que a los mayores? Nacieron demasiado tardeUn estudio sobre la evolución generacional de la riqueza en EEUU constata que los mayores cada vez ahorran menos, pero acumulan más gracias a la revalorización de sus activosLos mayores acumulan más riqueza que los jóvenes. Es algo lógico, pues a lo largo de la trayectoria de una persona se va reuniendo un mayor capital. Sin embargo, el ciclo de vida de la riqueza ha ido cambiando en los países más desarrollados a lo largo de las últimas décadas: cada vez la pendiente es más inclinada, lo que indica que una persona cada vez es más rica a lo largo de su vida en relación con su juventud. Al menos hasta que se jubila, cuando la pendiente vuelve a aplanarse. Como consecuencia de estos procesos, las diferencias entre los grupos de menor y mayor edad han ido aumentando. ¿Por qué se produce este fenómeno? El estudio The Wealth of Generations (La riqueza de las generaciones), publicado por el World Inequality Lab —el laboratorio de ideas especializado en desigualdad y comandado por el economista francés Thomas Piketty—, da varias claves. Y ninguna apunta al lugar común que se repite todos los días en el debate público. No es que los mayores ahorren más que los jóvenes. Más bien al contrario. Los investigadores Luis Bauluz y Timothy Meyer han estudiado lo ocurrido en Estados Unidos desde los años cincuenta hasta la actualidad, a través de los datos de la Encuesta de finanzas del consumidor, que armoniza sus cifras para las últimas cuatro décadas con las de otras fuentes desde mediados de siglo. Tras este ingente trabajo para medir la evolución de la riqueza de la población en la principal potencia del mundo y sus causas, han llegado a dos conclusiones: desde los años ochenta, se está produciendo una "marcada profundización" de los patrones que afectaban a la acumulación de capital a lo largo de la vida de una persona, al tiempo que un aumento del desahorro entre los adultos de mayor edad.La mayor propensión a la frugalidad de los más mayores, que en el imaginario colectivo los ha ido alejando de los hábitos de los jóvenes, cada vez más tendentes al consumo inmediato, no sería, por tanto, la explicación de la creciente desigualdad de riqueza entre unas generaciones y otras. En realidad, el proceso de acumulación de capital en los grupos de mayor edad viene de atrás, de cuando ellos mismos eran jóvenes, y se estaría produciendo a pesar de que cada vez ahorran menos en la vejez. Como mínimo, esto sucede en Estados Unidos, que es el objeto del estudio, aunque Bauluz apunta que buena parte de los procesos que se citan en la investigación también se están dando en España.Esta contradicción, que pone en duda las explicaciones intuitivas que se escuchan a menudo, se explica por un factor diferente. No es tanto una cuestión de hábitos o valores, como se desliza cada vez que se contrapone la austeridad de quienes vivieron la guerra y la posguerra —o de los propios boomers, nacidos en los cincuenta y sesenta— con el dispendio de las generaciones educadas en democracia, que han vivido desde el principio en una economía abierta y de consumo. Se trata, más bien, de una cuestión de tiempos: los segundos, simplemente, llegaron tarde. Si hubiesen nacido antes, habrían cogido la ola buena, que en las últimas décadas ha favorecido a las personas que ahora tienen mayor edad, especialmente a las que pudieron —y supieron— invertir bien en el momento oportuno. Los autores del estudio apuntan que la principal explicación de esa curva cada vez más pronunciada, que hace que los nacidos a partir de los años cuarenta hayan multiplicado su riqueza a lo largo de la vida mucho más y a mayor velocidad que las generaciones anteriores —como se puede apreciar en el gráfico—, tiene que ver con la revalorización de los activos que se ha producido en las últimas cuatro décadas.La financiarización de la economía, un proceso que arrancó en Estados Unidos y el Reino Unido con las reformas de Ronald Reagan y Margaret Thatcher durante los ochenta y se consolidó globalmente bajo los principios del Consenso de Washington, hace que las rentas del capital pesen cada vez más respecto a las del trabajo como fuente de riqueza. Las generaciones que accedieron entonces a los productos financieros y la vivienda, especialmente esa clase acomodada ahorradora que ahora está jubilada o a punto de hacerlo, han visto cómo sus activos se han revalorizado de forma espectacular. Gracias a ello, pueden gastarse esa riqueza cuando se retiran, provocando el aplanamiento de la curva que se ve en el gráfico. "Las ganancias de valoración [de los activos] condujeron a un mayor ciclo de vida de la riqueza y permitieron a los hogares aumentar el consumo durante la jubilación", destacan los autores. En otras palabras: a diferencia de lo que pasaba hace unas décadas, cuando el ahorro se concentraba en los tramos de mayor edad —era la única forma de mantener la riqueza, ante la caída lógica de la rentas tras la jubilación—, ahora cada vez consumen más, pero la revalorización de los activos que adquirieron en su día les permite compensar su menor nivel de ahorro. De hecho, añaden los investigadores, este grupo es el principal responsable de la caída de la tasa de ahorro global durante las últimas décadas: los que son cada vez más derrochadores son ellos, y no los jóvenes, si se aplican los mismos criterios morales que algunos han utilizado para criticar a las nuevas generaciones cada vez que surge el debate.La comparación con EspañaAdemás de la diferente evolución de las economías de ambos países, existe un elemento que llama a ser prudentes a la hora de extender las conclusiones del estudio a España: en Estados Unidos, el sistema de pensiones es de capitalización privada, frente a los sistemas de reparto público que predominan en Europa, donde son las generaciones que están trabajando quienes pagan las pensiones de los jubilados (y no su propio capital acumulado en un fondo de inversión). A este lado del charco, por tanto, el incentivo al ahorro durante la juventud es menor. En cualquier caso, el proceso descrito por los autores tiene muchas similitudes con el que se está produciendo en nuestro país. No solo porque la participación de las rentas del trabajo en la renta nacional ha caído casi 15 puntos desde los años ochenta, mientras la ratio de riqueza entre los mayores de 65 años y los menores de 35 ha pasado de 2 a 5 en lo que llevamos de siglo, según recoge la estrategia España 2050, elaborada por el propio Gobierno.Además de esto, los datos de la Encuesta financiera de las familias, elaborada por el Banco de España, apuntan a que las causas de esta evolución son muy similares a las que muestra el estudio. "Una de las categorías que explican esta inusual concentración del capital [en los adultos mayores] son los activos financieros: su evolución desde 2002 ha sido más o menos plana en los hogares menores de 35 años, mientras que ha aumentado un 260% en los hogares mayores de 75 años", recordaba el economista Daniel Fuentes, director de Kreab Research, en un detalladísimo hilo de Twitter. Con la vivienda ocurre algo similar, como se explica en este artículo, y Funcas, el centro de estudios de las antiguas cajas de ahorro, ponía de relieve esta misma semana.A la vista de estos datos, es posible que en España ni siquiera se esté dando el aplanamiento de la curva tras el retiro, entre otras razones por la generosa tasa de reemplazo de las pensiones: los jubilados cobran el 80% de su sueldo medio cuando estaban en activo, el segundo porcentaje más alto de la UE, después de Grecia, según un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Simplemente con la revalorización de la vivienda —el porcentaje de propietarios en ese grupo es altísimo, sobre todo a medida que los boomers se van retirando—, pueden permitirse aumentar su consumo sin que deje de aumentar su riqueza.Un juego de suma ceroEl extraordinario ciclo alcista de los activos, que influye de manera crucial en las dificultades que tienen los más jóvenes para acceder a ellos, actúa como una suerte de juego de suma cero intergeneracional: lo que unos pierden, los otros lo ganan. Por una razón muy sencilla: su cantidad resulta limitada. Una parte de la mayor riqueza relativa de los mayores viene dada, apuntan Bauluz y Meyer, por la transferencia de la misma que se produce cuando estos venden sus activos, revalorizados desde que los adquirieron —la vivienda es el mejor ejemplo—, a las siguientes generaciones, que pagan mucho más por ellos y, por tanto, tienen que ahorrar un porcentaje de su renta mucho mayor de lo que sus predecesores tuvieron que ahorrar para conseguirlos. El incremento de la esperanza de vida se erige como un factor determinante para que esto se produzca. El proceso, explican los autores, es el siguiente: "En primer lugar, estudiamos un aumento de la proporción de la vida que se pasa en la jubilación, un hecho bien establecido a medida que el aumento de la esperanza de vida empezó a acelerarse desde mediados de los años setenta, sobre todo en las últimas décadas (...). Esto lleva a las cohortes jóvenes a aumentar su demanda de activos. Sin embargo, como la oferta de activos es inelástica, cualquier aumento de la demanda de activos es totalmente absorbido por aumentos en el precio de equilibrio de los activos (...). Como la renta no varía, el resultado es un aumento de la relación riqueza-renta debido a la subida de los precios de los activos. Al mismo tiempo, los mayores venden los activos a los jóvenes para financiar su consumo. Con los activos cotizando a precios más altos, ahorran más (...). A medida que aumentan los precios de los activos, los mayores pueden incrementar su consumo, ya que su presupuesto se amplía a posteriori. Como resultado, el aumento de la longevidad provoca un aumento de los precios de los activos y una 'reorganización del ahorro a lo largo del ciclo vital', con un aumento del ahorro entre los jóvenes y un desahorro entre los mayores". Los jóvenes, en definitiva, están financiando con su ahorro obligado el alza del consumo de los mayores, que, pese a ello, mantienen su riqueza gracias a la revalorización de los activos. El gran mérito de esas generaciones que ya se han jubilado o están a punto de hacerlo no es apretarse el cinturón más que sus descendientes, sino haber llegado al mundo en el momento adecuado. Y, por supuesto, haber sabido aprovechar las oportunidades de un modelo económico que cambió para siempre en los años ochenta.https://www.bde.es/f/webbe/SES/Secciones/Publicaciones/PublicacionesSeriadas/DocumentosTrabajo/24/Files/dt2403e.pdf
TENDRÍAN QUE HABER COGIDO LA OLA EN LOS 80¿Por qué a los jóvenes les va peor que a los mayores? Nacieron demasiado tardeUn estudio sobre la evolución generacional de la riqueza en EEUU constata que los mayores cada vez ahorran menos, pero acumulan más gracias a la revalorización de sus activosLos mayores acumulan más riqueza que los jóvenes. Es algo lógico, pues a lo largo de la trayectoria de una persona se va reuniendo un mayor capital. Sin embargo, el ciclo de vida de la riqueza ha ido cambiando en los países más desarrollados a lo largo de las últimas décadas: cada vez la pendiente es más inclinada, lo que indica que una persona cada vez es más rica a lo largo de su vida en relación con su juventud. Al menos hasta que se jubila, cuando la pendiente vuelve a aplanarse. Como consecuencia de estos procesos, las diferencias entre los grupos de menor y mayor edad han ido aumentando. ¿Por qué se produce este fenómeno? El estudio The Wealth of Generations (La riqueza de las generaciones), publicado por el World Inequality Lab —el laboratorio de ideas especializado en desigualdad y comandado por el economista francés Thomas Piketty—, da varias claves. Y ninguna apunta al lugar común que se repite todos los días en el debate público. No es que los mayores ahorren más que los jóvenes. Más bien al contrario. Los investigadores Luis Bauluz y Timothy Meyer han estudiado lo ocurrido en Estados Unidos desde los años cincuenta hasta la actualidad, a través de los datos de la Encuesta de finanzas del consumidor, que armoniza sus cifras para las últimas cuatro décadas con las de otras fuentes desde mediados de siglo. Tras este ingente trabajo para medir la evolución de la riqueza de la población en la principal potencia del mundo y sus causas, han llegado a dos conclusiones: desde los años ochenta, se está produciendo una "marcada profundización" de los patrones que afectaban a la acumulación de capital a lo largo de la vida de una persona, al tiempo que un aumento del desahorro entre los adultos de mayor edad.La mayor propensión a la frugalidad de los más mayores, que en el imaginario colectivo los ha ido alejando de los hábitos de los jóvenes, cada vez más tendentes al consumo inmediato, no sería, por tanto, la explicación de la creciente desigualdad de riqueza entre unas generaciones y otras. En realidad, el proceso de acumulación de capital en los grupos de mayor edad viene de atrás, de cuando ellos mismos eran jóvenes, y se estaría produciendo a pesar de que cada vez ahorran menos en la vejez. Como mínimo, esto sucede en Estados Unidos, que es el objeto del estudio, aunque Bauluz apunta que buena parte de los procesos que se citan en la investigación también se están dando en España.Esta contradicción, que pone en duda las explicaciones intuitivas que se escuchan a menudo, se explica por un factor diferente. No es tanto una cuestión de hábitos o valores, como se desliza cada vez que se contrapone la austeridad de quienes vivieron la guerra y la posguerra —o de los propios boomers, nacidos en los cincuenta y sesenta— con el dispendio de las generaciones educadas en democracia, que han vivido desde el principio en una economía abierta y de consumo. Se trata, más bien, de una cuestión de tiempos: los segundos, simplemente, llegaron tarde. Si hubiesen nacido antes, habrían cogido la ola buena, que en las últimas décadas ha favorecido a las personas que ahora tienen mayor edad, especialmente a las que pudieron —y supieron— invertir bien en el momento oportuno. Los autores del estudio apuntan que la principal explicación de esa curva cada vez más pronunciada, que hace que los nacidos a partir de los años cuarenta hayan multiplicado su riqueza a lo largo de la vida mucho más y a mayor velocidad que las generaciones anteriores —como se puede apreciar en el gráfico—, tiene que ver con la revalorización de los activos que se ha producido en las últimas cuatro décadas.La financiarización de la economía, un proceso que arrancó en Estados Unidos y el Reino Unido con las reformas de Ronald Reagan y Margaret Thatcher durante los ochenta y se consolidó globalmente bajo los principios del Consenso de Washington, hace que las rentas del capital pesen cada vez más respecto a las del trabajo como fuente de riqueza. Las generaciones que accedieron entonces a los productos financieros y la vivienda, especialmente esa clase acomodada ahorradora que ahora está jubilada o a punto de hacerlo, han visto cómo sus activos se han revalorizado de forma espectacular. Gracias a ello, pueden gastarse esa riqueza cuando se retiran, provocando el aplanamiento de la curva que se ve en el gráfico. "Las ganancias de valoración [de los activos] condujeron a un mayor ciclo de vida de la riqueza y permitieron a los hogares aumentar el consumo durante la jubilación", destacan los autores. En otras palabras: a diferencia de lo que pasaba hace unas décadas, cuando el ahorro se concentraba en los tramos de mayor edad —era la única forma de mantener la riqueza, ante la caída lógica de la rentas tras la jubilación—, ahora cada vez consumen más, pero la revalorización de los activos que adquirieron en su día les permite compensar su menor nivel de ahorro. De hecho, añaden los investigadores, este grupo es el principal responsable de la caída de la tasa de ahorro global durante las últimas décadas: los que son cada vez más derrochadores son ellos, y no los jóvenes, si se aplican los mismos criterios morales que algunos han utilizado para criticar a las nuevas generaciones cada vez que surge el debate.La comparación con EspañaAdemás de la diferente evolución de las economías de ambos países, existe un elemento que llama a ser prudentes a la hora de extender las conclusiones del estudio a España: en Estados Unidos, el sistema de pensiones es de capitalización privada, frente a los sistemas de reparto público que predominan en Europa, donde son las generaciones que están trabajando quienes pagan las pensiones de los jubilados (y no su propio capital acumulado en un fondo de inversión). A este lado del charco, por tanto, el incentivo al ahorro durante la juventud es menor. En cualquier caso, el proceso descrito por los autores tiene muchas similitudes con el que se está produciendo en nuestro país. No solo porque la participación de las rentas del trabajo en la renta nacional ha caído casi 15 puntos desde los años ochenta, mientras la ratio de riqueza entre los mayores de 65 años y los menores de 35 ha pasado de 2 a 5 en lo que llevamos de siglo, según recoge la estrategia España 2050, elaborada por el propio Gobierno.Además de esto, los datos de la Encuesta financiera de las familias, elaborada por el Banco de España, apuntan a que las causas de esta evolución son muy similares a las que muestra el estudio. "Una de las categorías que explican esta inusual concentración del capital [en los adultos mayores] son los activos financieros: su evolución desde 2002 ha sido más o menos plana en los hogares menores de 35 años, mientras que ha aumentado un 260% en los hogares mayores de 75 años", recordaba el economista Daniel Fuentes, director de Kreab Research, en un detalladísimo hilo de Twitter. Con la vivienda ocurre algo similar, como se explica en este artículo, y Funcas, el centro de estudios de las antiguas cajas de ahorro, ponía de relieve esta misma semana.A la vista de estos datos, es posible que en España ni siquiera se esté dando el aplanamiento de la curva tras el retiro, entre otras razones por la generosa tasa de reemplazo de las pensiones: los jubilados cobran el 80% de su sueldo medio cuando estaban en activo, el segundo porcentaje más alto de la UE, después de Grecia, según un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Simplemente con la revalorización de la vivienda —el porcentaje de propietarios en ese grupo es altísimo, sobre todo a medida que los boomers se van retirando—, pueden permitirse aumentar su consumo sin que deje de aumentar su riqueza.Un juego de suma ceroEl extraordinario ciclo alcista de los activos, que influye de manera crucial en las dificultades que tienen los más jóvenes para acceder a ellos, actúa como una suerte de juego de suma cero intergeneracional: lo que unos pierden, los otros lo ganan. Por una razón muy sencilla: su cantidad resulta limitada. Una parte de la mayor riqueza relativa de los mayores viene dada, apuntan Bauluz y Meyer, por la transferencia de la misma que se produce cuando estos venden sus activos, revalorizados desde que los adquirieron —la vivienda es el mejor ejemplo—, a las siguientes generaciones, que pagan mucho más por ellos y, por tanto, tienen que ahorrar un porcentaje de su renta mucho mayor de lo que sus predecesores tuvieron que ahorrar para conseguirlos. El incremento de la esperanza de vida se erige como un factor determinante para que esto se produzca. El proceso, explican los autores, es el siguiente: "En primer lugar, estudiamos un aumento de la proporción de la vida que se pasa en la jubilación, un hecho bien establecido a medida que el aumento de la esperanza de vida empezó a acelerarse desde mediados de los años setenta, sobre todo en las últimas décadas (...). Esto lleva a las cohortes jóvenes a aumentar su demanda de activos. Sin embargo, como la oferta de activos es inelástica, cualquier aumento de la demanda de activos es totalmente absorbido por aumentos en el precio de equilibrio de los activos (...). Como la renta no varía, el resultado es un aumento de la relación riqueza-renta debido a la subida de los precios de los activos. Al mismo tiempo, los mayores venden los activos a los jóvenes para financiar su consumo. Con los activos cotizando a precios más altos, ahorran más (...). A medida que aumentan los precios de los activos, los mayores pueden incrementar su consumo, ya que su presupuesto se amplía a posteriori. Como resultado, el aumento de la longevidad provoca un aumento de los precios de los activos y una 'reorganización del ahorro a lo largo del ciclo vital', con un aumento del ahorro entre los jóvenes y un desahorro entre los mayores". Los jóvenes, en definitiva, están financiando con su ahorro obligado el alza del consumo de los mayores, que, pese a ello, mantienen su riqueza gracias a la revalorización de los activos. El gran mérito de esas generaciones que ya se han jubilado o están a punto de hacerlo no es apretarse el cinturón más que sus descendientes, sino haber llegado al mundo en el momento adecuado. Y, por supuesto, haber sabido aprovechar las oportunidades de un modelo económico que cambió para siempre en los años ochenta.
Amazon Terminates iRobot Deal Citing Regulatory Concern; iRobot To Lay Off 31% of StaffPosted by msmash on Monday January 29, 2024 @08:50AM from the tough-luck dept.Amazon will not move forward with a planned acquisition of vacuum-maker iRobot, the two said Monday, citing "no path to regulatory approval" as the deal-breaker. Amazon announced its plan to acquire iRobot for $1.7 billion in August 2022.iRobot said separately that it will lay off about 350 jobs, or 31% of its workforce.
[En absolutamente ninguna escritura pública de compraventa de inmuebles consta que se compra al contado. En su caso, solo se dice que el transmitente se da por pagado.]
Este no se si es para reír o llorar.https://www.lavanguardia.com/cribeo/viral/20240126/9506549/ofrecen-piso-700-playa-zarautz-retirar-anuncio-autocaravana-mmn.html
Cita de: tomasjos en Enero 29, 2024, 01:33:41 amEste no se si es para reír o llorar.https://www.lavanguardia.com/cribeo/viral/20240126/9506549/ofrecen-piso-700-playa-zarautz-retirar-anuncio-autocaravana-mmn.html¿Trollear Idealista?Sería horrible
[...] La Estrategia de la Escasez o 'Escasismo' forma parte de la Doctrina del 'Shock', vigente desde los 1970 (v. Naomi Klein). El peor disgusto para un 'escasista' es que el equilibrio exista y sea encontrado; es decir, que no haya Tribulación —concepto este, con mayúscula, que tomamos de la escatología cristiana—. A los escasistas incluso les jode que el sistema tenga mecanismos de amortiguación de las contradicciones sociales y económicas y estropee su desequilibrio enriquecedor.
Libro, Capítulo, Verso 1 Prov, 1, 27| sobrevengan la angustia y la tribulación: ~ 2 Dan, 12, 1| pueblo. Será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, 3 Est Gr, 1, 7| oscuridad y tinieblas! Había tribulación y angustia, aflicción y 4 1Mac, 9, 27| Esta fue una gran tribulación para Israel, como no se 5 2Mac, 1, 7| escribimos: «En medio de la tribulación y de la crisis que soportamos 6 Mt, 13, 21| en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa 7 Mt, 24, 9| Ustedes serán entregados a la tribulación y a la muerte, y serán odiados 8 Mt, 24, 21| habrá entonces una gran tribulación, como no la hubo desde el 9 Mt, 24, 29| Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol10 Mc, 4, 17| en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa11 Mc, 13, 19| habrá entonces una gran tribulación, como no la hubo desde el12 Mc, 13, 24| tiempo, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la13 Rom, 2, 9| Es decir, habrá tribulación y angustia para todos los14 Rom, 5, 3| tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia;~15 Rom, 12, 12| esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración.~16 2Cor, 1, 8| que ustedes conozcan la tribulación que debimos sufrir en la17 Apoc, 2, 9| «Conozco tu tribulación y tu pobreza, aunque eres18 Apoc, 3, 10| preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el19 Apoc, 7, 14| los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestidurashttps://www.vatican.va/archive/ESL0506/2/G6.HTM
La habilidad administrativa de José.Como la escasez era muy grande, en ningún país había alimentos, y tanto Egipto como Canaán estaban exhaustos por el hambre.Así José pudo recaudar todo el dinero que circulaba en Egipto y en Canaán, como pago por los víveres que compraban, y guardó ese dinero en el palacio del Faraón. [TAPERING]Y cuando ya no hubo más dinero ni en Egipto ni en Canaán, los egipcios acudieron en masa a José para decirle: «Danos de comer. ¿Por qué tendremos que morir ante tus propios ojos, por falta de dinero?».José respondió: «Si ya no hay más dinero, entreguen su ganado y yo les daré pan a cambio de él».Ellos trajeron sus animales a José, y él les dio pan a cambio de caballos, ovejas, vacas y asnos. Y durante aquel año los abasteció de víveres a cambio de todos sus animales.Pero pasó ese año, y al año siguiente vinieron otra vez y dijeron a José: «Ya se ha terminado todo el dinero y los animales te pertenecen. No podemos ocultarte que no queda nada a tu disposición, fuera de nuestras personas y nuestras tierras.Pero ¿por qué tendremos que morir ante tus propios ojos, nosotros y nuestras tierras: Aduéñate de nosotros y de nuestras tierras a cambio de pan. Así el Faraón será dueño de nosotros y de nuestras tierras. Danos solamente semilla para que podamos sobrevivir. De lo contrario, nosotros moriremos, y el suelo se convertirá en un desierto».De esa manera, José adquirió para el Faraón todas las tierras de Egipto, porque los egipcios, acosados por el hambre, vendieron cada uno su campo. La tierra pasó a ser propiedad del Faraón, y el pueblo quedó sometido a servidumbre de un extremo al otro del territorio egipcio.Los únicos terrenos que José no compró fueron los que pertenecían a los sacerdotes, porque a ellos el Faraón les había asignado una ración fija de alimentos; como vivían de la ración que les daba el Faraón, no tuvieron que vender sus tierras.Entonces José dijo al pueblo: «Ahora ustedes y sus tierras pertenecen al Faraón, porque yo los he comprado. Aquí tienen semilla para sembrar esas tierras.Pero cuando llegue la cosecha, ustedes deberán entregar al Faraón una quinta parte de los productos, y conservarán las cuatro partes restantes para sembrar la tierra, para alimentarse ustedes y sus familias, y para dar de comer a los niños».Ellos exclamaron: «Tú nos salvaste la vida. Te agradecemos que nos hayas puesto al servicio del Faraón».Entonces José promulgó una ley agraria en Egipto –que todavía hoy está en vigencia– por la cual una quinta parte de las cosechas corresponde al Faraón. Sólo las tierras de los sacerdotes no pasaron a ser propiedad del Faraón. [Génesis 47 13-26]
The financial system needs more capital and less complexityAs the Fed ponders the Basel III rules, we should aim for a regulatory structure that is simple and boringHave we learnt anything from the great financial crisis of 2008? Or any number of banking crises that came before or since, right up to the collapse of Silicon Valley Bank and others last year? Sometimes I think not.To me, the core lesson is that too much debt and leverage, combined with too little high-quality capital on hand, always ends in tears. And yet, as the massive lobbying by US banks pushing back against the Fed’s attempt to implement Basel III rules shows, we are still arguing about the basics of what makes the financial system safer.Industry executives and lobbyists say, as they always do, that holding more capital against risk will make them less profitable, and thus crimp lending (despite plenty of evidence that it hasn’t thus far). They are also arguing that it will push risk into shadow banking instead. Finally, they complain that the current proposed rules are far too complex.On the latter point, I agree — 1,087 pages is a lot of text. What large institutions don’t say is that their own lobbying efforts are in part responsible for that complexity, as they’ve pushed for tweaks and hedges to rules. They are also in the best position to navigate the regulatory framework, as their legions of lawyers will inevitably find the profit-enabling loopholes. It will just cost everyone more in the process.But the other arguments don’t hold water. Of course risk has moved into the far less well-regulated non-bank sector post 2008. That’s not an argument for lighter regulation in formal banking, particularly with debt levels in both the public and private sector at near record highs. It’s an argument for more regulation of shadow banking. We need a race to the top, not the bottom, if we are to create a safer financial system.The more troubling and, quite frankly, cynical argument, is that asking large banks to hold more capital will hurt vulnerable individuals, impacting mortgage lending to minorities, for example. Let’s start with the fact, pointed out by Americans for Financial Reform, that 70 per cent of the mortgage market (and the vast majority of loans to minorities) is government-backed and wouldn’t fall under the new rules. Plus, non-banks make far more loans to black and Latino families, albeit with higher fees (which is a topic regulators should pursue).Despite this, Fed vice-chair of supervision Michael Barr is under tremendous pressure to water down the capital rules for big banks, in part because Wall Street has managed to bring together a bunch of liberal Democrats and racial justice groups who have bought into their argument. It’s a clever lobbying approach, and one with historical precedents. In the late 1970s, Citibank chief executive Walter Wriston wanted to overturn Regulation Q, a Depression-era banking rule that limited the amount of interest banks could offer to savers, as a way of preventing them from moving into risky investments to pay those high-yield deposits. He brought not only financial institutions but consumer activist Ralph Nader, along with the “Gray Panthers”, a series of multigenerational advocacy networks, into his coalition. They understandably wanted to help small-time savers. But while the eventual rollback of Regulation Q raised deposit rates, it also opened up a Pandora’s box of interest rate risk. Banks made bigger profits, but the move didn’t help in the cases of steelworkers or schoolteachers with a fluctuating rate on a 35-year mortgage that could now shift in unpredictable ways.My point here isn’t that we should bring back 1930s banking era regulation wholesale. It’s that we should remember the basics. The financial system is better for ordinary people when it’s simple and boring. We’ve been moving away from that paradigm since the 1970s, and it’s a problem that only gets harder to fix. Whenever we are at the end of a major economic cycle, nobody wants to lose access to easy money. In the run-up to 2008, for example, there were plenty of progressives arguing for looser monetary policy and easier lending standards for weaker borrowers.Their hearts may be in the right place. Yet the problem — which was quantified by academics Amir Sufi and Atif Mian in their seminal book House of Debt — is that this approach amounts to playing by the rules of a game that never work for the little guy. More credit is good for finance — debt is the lifeblood of Wall Street. But the financial crisis was an “extinction-level event” for black wealth, as former congressman Brad Miller once put it. When the subprime crisis hit, the most vulnerable borrowers lost in two ways: first, with disproportionate wealth destruction, and second because, like all taxpayers, they had to foot the bill for the clean-up.The next crisis, whenever it is, won’t look like the last one. That’s another argument that banks use to push against Basel III. That’s likely true, but again, it’s not an argument for allowing more risk in the formal financial system, but rather one for less risk elsewhere.I’m with Minneapolis Fed president Neel Kashkari when he says that “instead of doubling down on a complex system of rules for banks that provide the illusion of stability, we should adopt a far simpler and more effective solution: more equity capital”. Let’s stop fighting the obvious, and focus on getting more capital into a simpler financial system.