EL NIVEL 3.º DE INTELIGENCIA.—
Nos manipulan haciéndonos creer que 'la gente' es más tonta de lo que parece. Tú, entonces, te pones listo y picas adoptando el nivel de inteligencia en el que se te que quería poner para que picaras. Es el mecanismo del timo de la estampita. Es la doma del burro. Es el documento que te dan cuando te exponen una síntesis burdamente sesgada y tú picas pidiendo el documento base. 'La gente', tierna criaturilla, está donde te crees que te has puesto tú. ¡Siempre hay que ponerse más allá!, pero sin pasarse de listo.
Antes de nada, hay que saber que una cosa son los participantes reales y otra lo que llamamos jugadores objetivos, que son abstracciones que nos permiten elaborar la matriz de decisión.
Parece mentira que, en pleno hundimiento del 'commercial' en todo el mundo y con las mierdosas sociedades cotizadas de inversión colectiva inmobiliaria buscando su salvación financiera en sus pilladísimos socios de referencia (obligados a poner dinero bueno sobre dinero malo o, si no, 'write off'), parece mentira, decimos, que un periódico ponga en primera plana que las socimis españolas atraen (sic) capital. Pero, situados en el nivel 3.º de inteligencia (1.º titulares, 2.º fondo de la noticia, 3.º interpretación teleológica —causa de la causa—), lo que se ve es que la cosa debe estar malísima. Analizadas las cifras, enseguida se llega a cuánto de malísima está: –60%.
Para interpretar la noticia del coronel Baños sobre el cabreo ruso, se ruega situarse en el nivel 3.º de inteligencia.
En el análisis del lugar que ocupa Francia en la transición estructural capitalista —cfr. simbología en los juegos olímpicos de París—, rogamos también ponerse en el nivel 3.º de inteligencia.
En general, por favor, estemos en el nivel 3.º de inteligencia. Creamos que 'la gente' es, como mínimo, tan lista como nosotros en el 2.º nivel de inteligencia.
Además, seamos estocásticos, probabilísticos.