Cinco años, cinco, de nuevo contrato, hasta que mi hija sea mayor de edad, vaya a una Universidad lejana o cercana y yo pueda abandonar Madrid para irme a vivir a la casa que construyeron mis bisabuelos, poner un Starlink para trabajar los pocos años que me queden, tener un Corral Doméstico dentro de los límites de dos Unidades Máximas Ganaderas que permite la Junta y esperar a una noche de invierno lo suficientemente fría para dejarme pajarito mirando las estrellas.