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[El ladrillo ha hecho que las izquierdas políticas y sociológicas se desmarxisticen y se nietzscheen. Por otra parte, tanto la Escuela Austriaca como el reduccionismo bicurvista neoclásico son muy nietzcheanos por propia naturaleza, de modo que no les hace falta nietzschearse. Lo que me pregunto es hasta qué punto los frikis de la nueva derecha heterodoxa política (Trump, Zelenski, Milei, Ayuso) solo son nietzscheanos de boquilla y, en consecuencia, sea en vano la destrucción que están haciendo del orden liberal clásico, el bienestarismo y la tradición. Si así fuera, estarían haciéndole gratis el trabajo sucio al marxismo, ¿no? ¿O creen ustedes que después de cargarse la vivienda, por ejemplo, viene el 'Übermensch'?]
Ahora mismo en la Sexta el enfrentamiento caseros inquilinos. No se imaginan lo que me enfada escuchar las barbaridades de los caseros. El cáncer del hijoputismo - lo que Asustadísimos llama nietzscheeano- está metastatizado. De esta solo salimos con un aldabonazo externo.
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Esta materia, que aquí levanta presión, allá la morigera un estilo mesurado y una inteligencia práctica exenta de corrupciones. A lo largo de varias presidencias, ese carácter impregnó la esfera pública generando un orden cívico más civilizado que el nuestro. Un ejemplo digno de tomar nota, al paso que nos interpela el desconcierto proveniente de esas democracias de gran envergadura que ya no se presentan como modelos apetecibles.
El tiempo del desprecio se ha instalado en los Estados Unidos. La victoria de Donald Trump plantea pues un dilema de resultado incierto. Como ya lo advirtió Tocqueville en el siglo XIX, las mayorías que consagra la democracia, si no atienden a limitaciones, pueden abrir paso al autoritarismo, con el riesgo, según apuntaron los padres fundadores de la república norteamericana, de que el Poder Ejecutivo se convierta en tiránico.Por el momento nada de esto ocurre; son solo presunciones. Asombra sin embargo la cadena de nombramientos del presidente electo en los departamentos de Justicia y Defensa y en la dirección de la Inteligencia Nacional en que predomina, en lugar de la responsabilidad y la experiencia, la sumisión a las directivas del nuevo presidente. Por lo demás, ya anunció Trump la aplicación de legislación de emergencia para afrontar con mano dura el problema de la inmigración.Estos dilemas oscurecen asimismo el porvenir de las democracias en el mundo. Repitamos lo obvio: ¿cómo es posible que un personaje con ínfulas dictatoriales, delincuente convicto, impulsor de turbas para modificar resultados electorales, haya obtenido un sustento que le otorga el control del Poder Ejecutivo y del Congreso?Quizás este fenómeno se debió a la emergencia de una intrahistoria oculta, que el P. Demócrata no percibió, habitada con la iracundia de quienes padecen los efectos negativos de la globalización, de las carencias laborales, de la inflación: la mayoría del descontento que encarnó un personaje adicto al insulto y al denuesto.No es diferente este estilo del que aquí impera, como tampoco lo es el afecto que transmitió Trump a Milei, entre otros motivos porque siempre lo acompañó fielmente. Dos voces tonantes -una mayor y otra menor- que repudian a los contrarios y alimentan polarizaciones mutuamente excluyentes.La mesa está pues servida: autocracia en Rusia, régimen de partido único en China, hirientes dilemas que estallan en los Estados Unidos. ¿No es esta otra señal de cómo la mutación científico-tecnológica, que abarca a todo el planeta, se confunde en diferentes naciones con déspotas y autoritarios?Llamado de atención para los optimistas que apuestan a que el cambio de época nos dará por sí mismo un mundo feliz. Nada de eso: el mundo de hoy, como el del pasado, está cruzado por la geopolítica y la guerra, por la prepotencia de los poderosos y las oligarquías.Hay que volver muy atrás en el pasado para subrayar (lo ensenó Aristóteles) que la oligarquía es un predicado que alude al gobierno de los ricos. Antes la riqueza era estática; ahora crece a velocidades impensadas de la mano de unos mariscales de la era digital, emprendedores fáusticos que acumulan inmensas fortunas (Elon Musk, tan próximo a Milei y futuro ministro de Trump, acumula en sus empresas 25 mil billones de dólares).Al respecto, el pensamiento liberal fue cauto. Aplaudió la creación de capital al influjo de la libertad económica en la esfera privada y desconfió de los arreglos con el poder político. Nada que ver con esa fusión del poder político con el poder económico que ahora los libertarios aplauden. Ya tenemos esta clase de fusiones en Rusia, en China es habitual, ¿qué podemos esperar en los Estados Unidos? Se verá, aunque los signos no son propicios en cuanto al porvenir que les cabe a las democracias cuando la más grande entre todas padece estas sacudidas.La cuestión tiene que ver con la escala de las democracias con su tamaño y su población. Al igual que en los Estados Unidos, dos grandes democracias dan muestra de fatiga.En Francia y en Alemania hay impugnaciones provenientes de la extrema derecha, el centro político se desvanece, el estancamiento cunde. Entre los grandes, Gran Bretaña conserva su antigua estructura bipartidista, al precio de haber soportado un arrebato populista que la condujo a abandonar la Unión Europea. Devaneos de unas democracias que crecían y distribuían el ingreso. Hoy no lo hacen y a la más próxima a nosotros -España- la tientan antiguos demonios.Las pequeñas democracias no inspiran tanto comentario crítico. Las democracias en países escandinavos, en Suiza, Irlanda, Portugal, Bélgica u Holanda, preocupan menos, pese a la intemperancia, común en los europeos, hacia la inmigración; tampoco las inquietudes se proyectan sobre Canadá y Australia. Crujen pues las democracias grandes; resisten las medianas o más pequeñas.Lo mismo sucede en nuestra región. Brasil y México no pueden sortear la trampa de las polarizaciones extremas; ni hablar de nuestros antagonismos ahora cultivados con esmero. Quedan las pequeñas, en Costa Rica y Uruguay, con las más altas mediciones de calidad según The Economist.¿A qué se deben estas excepciones, a su tamaño, escasa población o integración social si las comparamos con las más grandes? Podría ser, aunque acaso importe destacar un atributo hoy dejado de lado entre nosotros: el de la moderación responsable que hace que la democracia concurra hacia el centro y no hacia los extremos.Para más datos basta con echar una mirada al Uruguay que este domingo 24 celebra elecciones presidenciales en segunda vuelta. Dos candidatos -Yamandú Orsi, opositor por el Frente Amplio, y Álvaro Delgado, oficialista por el P. Nacional, respaldado por el P. Colorado y otras agrupaciones- han debatido acerca del crecimiento, la inseguridad, el narcotráfico y del papel del Uruguay en la región y en el mundo.Esta materia, que aquí levanta presión, allá la morigera un estilo mesurado y una inteligencia práctica exenta de corrupciones. A lo largo de varias presidencias, ese carácter impregnó la esfera pública generando un orden cívico más civilizado que el nuestro. Un ejemplo digno de tomar nota, al paso que nos interpela el desconcierto proveniente de esas democracias de gran envergadura que ya no se presentan como modelos apetecibles.Natalio R. Botana es politólogo e historiador. Profesor Emérito de la Universidad Torcuato Di Tella
Palabra SignificadoAutoritarismo Sistema de gobierno en el que el poder se concentra en una sola persona o entidad, sin considerar la voluntad del pueblo.Bipartidista Sistema político en el que predominan dos partidos principales.Corrupción Práctica deshonesta que implica el abuso de poder para obtener beneficios personales o para favorecer a terceros de manera ilegítima.Democracia Sistema de gobierno en el que el poder es ejercido por el pueblo.Geopolítica Estudio de las relaciones internacionales y la política mundial, considerando factores geográficos, económicos y estratégicos.Globalización Proceso de interconexión económica, política y cultural a nivel mundial.Moderación Actitud de prudencia y mesura en la toma de decisiones políticas.Oligarquía Forma de gobierno en la que el poder está concentrado en un grupo reducido de personas o familias.Populismo Corriente política que busca ganar el favor popular a través de discursos simplificados y promesas atractivas, sin considerar la viabilidad de las mismas.Donald Trump Presidente de los Estados Unidos en el momento en que se escribió el texto.Elon Musk Empresario y magnate sudafricano, fundador de Tesla y SpaceX.Milei Referencia a José Luis Espert, economista y político argentino.Tocqueville Alexis de Tocqueville, pensador político francés del siglo XIX.Yamandú Orsi Político uruguayo, candidato presidencial por el Frente Amplio.Congreso Órgano legislativo de los Estados Unidos, compuesto por el Senado y la Cámara de Representantes.Inteligencia Nacional Agencia encargada de la recopilación y análisis de información de inteligencia en los Estados Unidos.P. Demócrata Partido Demócrata de los Estados Unidos.Poder Ejecutivo Rama del gobierno encargada de hacer cumplir las leyes y administrar el país.Unión Europea Organización política y económica compuesta por países europeos.Términos específicos de una regiónPalabra SignificadoFrente Amplio Coalición de partidos políticos de izquierda en Uruguay.P. Colorado Partido Colorado de Uruguay.P. Nacional Partido Nacional de Uruguay.