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Un alquiler de lujo desde 372,88 euros para una 'kelly' en paro: a Eva ya le ha tocado el Gordo de NavidadNo ha sido un bombo, sino un ordenador, el que le ha cambiado la vida a Eva Jiménez. Se ha llevado el primer premio de la lotería de la Empresa Municipal de Vivienda de Sevilla: uno de los cien pisos en alquiler que han sorteado entre más de 3.000 aspirantes a tener un techo propio bajo el que dormir. Vive con sus dos hijos en casa de su madre tras perder, hace un año, su trabajo. "No me había tocado nunca nada", dice aún incrédulaEva Jiménez y su hija, Eva, en la urbanización donde le ha tocado el piso con el número que les dio la suerte.Chema RodríguezActualizado Sábado, 21 diciembre 2024 - 14:42Este domingo, como manda la tradición, en el pequeño piso de Sevilla en el que se hacinan Eva, sus dos hijos (David, 18 años; Eva, 12 años) y su madre se escuchará el soniquete de los niños de San Ildefonso cantando los números del sorteo de Navidad desde el Palacio Real. Pero a Eva ya le ha tocado el Gordo.Hay una posibilidad entre 100.000 de que del bombo que este domingo gira sobre el escenario del Teatro Real salga el número que Eva Jiménez, 42 años, empleada de hostelería en paro, tiene guardado en su mesilla de noche. Es el mismo que juegan sus antiguas compañeras del trabajo del que la despidieron hace un año tras sufrir un accidente laboral. Es una posibilidad remota y lo sabe.No es que no le importe, ¿quién no suspira por el primer premio de la Navidad? Es que sólo tres días antes del sorteo más famoso otro número le ha dado una de las mayores alegrías de su vida.No fue un bombo, sino un ordenador. No hubo niños cantando, sino una funcionaria y un notario. Y no lo retransmitió TVE, sino la plataforma Youtube a través de streaming. Pero a Eva le sobra todo eso después de ser una de las agraciadas en el sorteo de 100 pisos que esta semana ha organizado la Empresa Municipal de la Vivienda de Sevilla (Emvisesa). Su papeleta, con el 3.095, fue la primera que salió del bombo virtual que se activó este jueves en el salón de actos de la sociedad del Ayuntamiento de Sevilla que se encarga de las promociones públicas de viviendas.Eso significa que no solo tendrá uno de los pisos sorteados, sino que podrá elegir el que ella desee de los cien que repartió la fortuna. Y no son unos pisos públicos cualesquiera, qué va.La promoción Hacienda del Rosario es un conjunto de 218 viviendas en régimen de alquiler que tienen calidades que las alejan de la imagen que tradicionalmente se tiene de las VPO. Se parece más a una promoción de alto standing. Suelo laminado, ventanas oscilobatientes, puerta blindada, griferías monomando, pinturas ecológicas, preinstalación de climatización centralizada, aerotermia... A lo que se suman zonas comunes, deportivas, locales de uso comunitario y una piscina. Más garaje y trastero, claro.Es la primera promoción de vivienda pública que se construye en Sevilla, explica el gerente de Emvisesa, Manuel Morilla, con este nivel, piscina incluida, y forma parte del plan que impulsa el Ayuntamiento de Sevilla. Como únicos requisitos, no tener ninguna vivienda en propiedad y tener unos ingresos suficientes para pagar la renta (desde 372,88 a 561,57 euros según el número de dormitorios) pero no superiores a tres veces el Iprem, el Índice Público de Renta de Efectos Múltiples, el indicador usado en España para conceder ayudas sociales y que varía en función de los miembros de la unidad familiar."ES UN MIRLO BLANCO. NO TENÍA ESPERANZAS"«Nunca me había tocado nada, todavía no me lo creo», dice Eva apenas una hora después de conocer el resultado del sorteo público. Solo una vez, hace memoria, le tocaron cien euros de una pedrea de la Lotería de Navidad.El sorteo de las 100 viviendas en alquiler en la sede de la empresa municipal de Sevilla.Los 42 años de Eva no han sido abundantes en alegrías. No, desde luego, como la de este jueves del Gordo adelantado de Navidad. Más bien, todo lo contrario.Hace un año que esta sevillana, que prácticamente ha criado sola a sus dos hijos, tuvo que dejar el piso de alquiler en el que vivía para irse con su madre a su pequeño piso, un cuarto sin ascensor en el que están apiñados. «Pero nos arreglamos», dice. Tocó entonces fondo, después de que un par de años antes un accidente laboral le provocase un principio de hernia discal que la ha incapacitado para los trabajos más duros en la hostería, el sector en el que ha estado empleada desde que, con solo 18 años, se marchó a Palma de Mallorca a buscarse la vida.En este último año, probablemente uno de los peores que recuerda, ha encadenado trabajos de todo tipo que apenas han durado unos meses. El último, de camarera de piso, de kelly, lo tuvo que dejar porque su lesión lo convertía en «una tortura» y ahora sobrevive con el subsidio de desempleo y la ayuda que su madre le presta con su magra pensión no contributiva.Fue, cuenta, a principios del año pasado, de ese annus horribilis en la vida de Eva, cuando se registró como demandante de vivienda pública en los listados de Emvisesa. Era, añade, la única papeleta que podía permitirse para aspirar a un piso propio en una ciudad, la de Sevilla, en la que los alquileres son prohibitivos. «Me han llegado a pedir hasta 700 euros por un piso de una habitación», se lamenta, además de avales y fianzas de hasta tres meses que no podía afrontar ni con un préstamo porque, también para eso, le exigían avales.«No tenía muchas esperanzas, es un mirlo blanco», dice, como si tuviese que pisar el suelo laminado de su piso para creerse, de verdad, que el año 2025 le va a dar la vuelta a su vida como a un calcetín. «Espero que todo lo que tenga que venir sea bueno», añade esperanzada.Lo que tiene que venir, además, es un nuevo trabajo —de gobernanta de hotel— que le han prometido en un establecimiento que debería abrir sus puertas en la capital hispalense el año que viene y que, junto al piso, sería otro premio gordo. Ahora el de Navidad, el empleo, el de El Niño.De momento, estas navidades van a ser ya diferentes. Por primera vez en mucho tiempo Eva y sus hijos tienen algo que celebrar de verdad. «Lo celebraremos, aunque no por todo lo alto, como podamos», adelanta, aunque, eso sí, con alegría, mucha alegría. La misma que este domingo reparten, junto a un buen puñado de millones de euros, los niños de San Ildefonso.
[...] En el año 2000, Catalunya seguía generando el 18,9% del PIB, una décima más que ahora. Estabilidad y estancamiento. En el 2000, Catalunya contaba con 6,2 millones de habitantes y ahora tiene ocho millones.[...] En 2025 tendremos que hablar largo y tendido de Madrid DF.