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Sterling and UK gilt prices tumble, pushing 10-year yield to highest since 2008LONDON, Jan 8 (Reuters) - British government bond prices fell sharply for a second day on Wednesday, pushing 10-year yields to their highest since August 2008, while 30-year yields hit a new 26-year high in a move that will add pressure to government finances.Sterling tumbled as well, shedding more than 1.2% against the U.S. dollar to hit its lowest since April at $1.2322, in a move that had no obvious trigger from economic data.Thirty-year gilt yields - which hit a record on Tuesday - rose by more than 13 basis points to strike their highest since August 1998 at 5.383%.Benchmark 10-year yields rose as high as 4.821%, also up 12 bps on the day, breaking past a level that had held since October 2023 and on track for its biggest daily price fall in nine months.Two-year gilt yields rose to their highest since February 2024 at 4.576% while five-year yields reached their highest since October 2024 at 4.573%, both up more than 10 bps on the day.Gilts underperformed U.S. Treasuries and German government bonds, whose yields rose by around 4 basis points."This is a global move but it's being led by the UK," RBC Capital Markets' fixed income strategist Megum Muhic said."Potentially, a reason why is the technical break is more significant versus other jurisdictions. The UK is at highs of this cycle whereas in Europe and the U.S. this isn't the case. We're in new uncharted territory," he said.Thirty-year German government bond yields are the highest since July 2024 while 30-year U.S. Treasury yields are the highest since November 2023.(...)
Artículo muy interesante -como suelen ser los de Argemino Barro- sobre Muskhttps://www.elconfidencial.com/mundo/2025-01-09/que-busca-elon-musk-primer-demagogo-tiene-plan_4039031/https://archive.is/Zs8JlCitarDesestabilizar y designios imperiales¿Qué busca Elon Musk? El "primer agitador global" tiene un planEl enfoque estratégico indica que Musk, en realidad, hace lo que siempre ha hecho Donald Trump, solo que a un nivel global y mucho más efectivo: asustar, confundir e imponer una agenda mediática que distraiga de otras cuestiones(...)es posible analizar su comportamiento en base a cuatro enfoques complementarios: el estratégico, el económico, el político y el personal.(...)el enfoque estratégico indica que Musk, en realidad, hace lo que siempre ha hecho Donald Trump, solo que a un nivel global y mucho más efectivo: asustar, confundir e imponer una agenda mediática que distraiga,(...)el enfoque económico (...) Una manera de resumirlo es que Musk se ha comprado el derecho de reformar, recortar o eliminar partes del mismo Gobierno federal que supervisa a sus empresas, Tesla y SpaceX. Ahora supervisará él las agencias reguladoras con las que, también, tiene pleitos abiertos. Siguiendo este esquema, si Musk lograra impulsar las fuerzas nacionalpopulistas europeas en sus respectivos países, ¿podría así entrar él, como pago del favor, en las instituciones, y así inmunizarse contra futuras regulaciones? Sería una manera de proteger, e incrementar, sus activos en territorio europeo.(...)El enfoque político plantea que, en realidad, Musk está actuando por convicción (...) Las políticas restrictivas de California frente a la pandemia de covid, como el cierre de los colegios y los periodos de confinamiento, irritaron visiblemente a Musk, que empezó a politizarse y a hablar de “fascismo”. La transición a mujer de uno de sus 12 hijos habría sido el segundo elemento. Musk alegaría después que no sabía lo que estaba firmando cuando aprobó el consentimiento para que su hijo transicionara. Desde entonces, la niña trans se cambió el nombre a Vivian Jenna Wilson y rompió vínculos legales con Musk, a quien a menudo ataca públicamente. Musk dice desde entonces que el “virus mental woke” le arrebató a su hijo y lo puso en pie de guerra.Por debajo de estas convicciones, sin embargo, palpitarían las corrientes ideológicas que desde hace décadas evolucionan en Silicon Valley, donde Musk hizo su fortuna. La facción conservadora del sector tecnológico, encarnada por inversores como Peter Thiel, David Sacks o Marc Andreessen, ha ido cristalizando en una especie de tecnoautoritarismo descrito por Curtis Yarvin, considerado el “filósofo de la corte” de Peter Thiel y uno de los referentes del vicepresidente electo, JD Vance.La idea de Yarvin es regresar a la monarquía, entendida como un poder ejecutivo casi ilimitado y, por tanto, capaz de brindar cambios significativos: libre de los aparatosos límites que imponen las instituciones democráticas. Según Yarvin, la figura del monarca debería de estar moldeada en base al CEO de una gran empresa tecnológica. El mejor ejemplo, según él, es Elon Musk. Un visionario que no tiene miedo a emprender los proyectos más ambiciosos y al precio que sea.(...)El último enfoque es el enfoque personal o psicológico (...) Además de retratar los talentos naturales de Musk para encontrar oportunidades, diseñar y reestructurar organizaciones enormes, haciéndolas más eficientes, Isaacson describe también lo que él llama “modo demonio”: una especie de estado de trance, dice el biógrafo, en el que Musk se muestra cruel con las personas que tiene a mano, pero de una manera fría y, por tanto, más devastadora. Lo interesante del “modo demonio” es que, una vez ha salido del trance, Musk parece haberse olvidado de lo sucedido. También es curioso que esto mismo le pasaba a su padre, Errol Musk, que fue un progenitor dictatorial y abusivo. Isaacson cuenta que, a veces, Errol Musk obligaba a su hijo a estar de pie enfrente de él durante una hora entera, aguantando una lluvia de gritos e insultos. El neurocientífico, divulgador y antiguo amigo de Musk, Sam Harris, también resalta este detalle y añade que Musk es consumidor de ketamina, una droga que se puede esnifar y que, según la asociación Partners to End Addiction, puede hacer que el sujeto se “sienta desvinculado de la realidad: como vivir en un sueño o en una película”. Musk ha admitido, también, que toma ketamina para evitar el “estado químico negativo” que el que a veces entra su cerebro, lo cual podría describirse, también según él, como un estado de “depresión”. Tal y como lo describe Sam Harris, Musk estaría esnifando ketamina y tuiteando, separado de la realidad, soñándose el rey del mundo: rehaciendo los paisajes políticos como si fuera un videojuego.(...)Ketamina, lo que nos faltaba. Es un Hitler en potencia, pero con dinero. Elon el Katalizador.
Desestabilizar y designios imperiales¿Qué busca Elon Musk? El "primer agitador global" tiene un planEl enfoque estratégico indica que Musk, en realidad, hace lo que siempre ha hecho Donald Trump, solo que a un nivel global y mucho más efectivo: asustar, confundir e imponer una agenda mediática que distraiga de otras cuestiones(...)es posible analizar su comportamiento en base a cuatro enfoques complementarios: el estratégico, el económico, el político y el personal.(...)el enfoque estratégico indica que Musk, en realidad, hace lo que siempre ha hecho Donald Trump, solo que a un nivel global y mucho más efectivo: asustar, confundir e imponer una agenda mediática que distraiga,(...)el enfoque económico (...) Una manera de resumirlo es que Musk se ha comprado el derecho de reformar, recortar o eliminar partes del mismo Gobierno federal que supervisa a sus empresas, Tesla y SpaceX. Ahora supervisará él las agencias reguladoras con las que, también, tiene pleitos abiertos. Siguiendo este esquema, si Musk lograra impulsar las fuerzas nacionalpopulistas europeas en sus respectivos países, ¿podría así entrar él, como pago del favor, en las instituciones, y así inmunizarse contra futuras regulaciones? Sería una manera de proteger, e incrementar, sus activos en territorio europeo.(...)El enfoque político plantea que, en realidad, Musk está actuando por convicción (...) Las políticas restrictivas de California frente a la pandemia de covid, como el cierre de los colegios y los periodos de confinamiento, irritaron visiblemente a Musk, que empezó a politizarse y a hablar de “fascismo”. La transición a mujer de uno de sus 12 hijos habría sido el segundo elemento. Musk alegaría después que no sabía lo que estaba firmando cuando aprobó el consentimiento para que su hijo transicionara. Desde entonces, la niña trans se cambió el nombre a Vivian Jenna Wilson y rompió vínculos legales con Musk, a quien a menudo ataca públicamente. Musk dice desde entonces que el “virus mental woke” le arrebató a su hijo y lo puso en pie de guerra.Por debajo de estas convicciones, sin embargo, palpitarían las corrientes ideológicas que desde hace décadas evolucionan en Silicon Valley, donde Musk hizo su fortuna. La facción conservadora del sector tecnológico, encarnada por inversores como Peter Thiel, David Sacks o Marc Andreessen, ha ido cristalizando en una especie de tecnoautoritarismo descrito por Curtis Yarvin, considerado el “filósofo de la corte” de Peter Thiel y uno de los referentes del vicepresidente electo, JD Vance.La idea de Yarvin es regresar a la monarquía, entendida como un poder ejecutivo casi ilimitado y, por tanto, capaz de brindar cambios significativos: libre de los aparatosos límites que imponen las instituciones democráticas. Según Yarvin, la figura del monarca debería de estar moldeada en base al CEO de una gran empresa tecnológica. El mejor ejemplo, según él, es Elon Musk. Un visionario que no tiene miedo a emprender los proyectos más ambiciosos y al precio que sea.(...)El último enfoque es el enfoque personal o psicológico (...) Además de retratar los talentos naturales de Musk para encontrar oportunidades, diseñar y reestructurar organizaciones enormes, haciéndolas más eficientes, Isaacson describe también lo que él llama “modo demonio”: una especie de estado de trance, dice el biógrafo, en el que Musk se muestra cruel con las personas que tiene a mano, pero de una manera fría y, por tanto, más devastadora. Lo interesante del “modo demonio” es que, una vez ha salido del trance, Musk parece haberse olvidado de lo sucedido. También es curioso que esto mismo le pasaba a su padre, Errol Musk, que fue un progenitor dictatorial y abusivo. Isaacson cuenta que, a veces, Errol Musk obligaba a su hijo a estar de pie enfrente de él durante una hora entera, aguantando una lluvia de gritos e insultos. El neurocientífico, divulgador y antiguo amigo de Musk, Sam Harris, también resalta este detalle y añade que Musk es consumidor de ketamina, una droga que se puede esnifar y que, según la asociación Partners to End Addiction, puede hacer que el sujeto se “sienta desvinculado de la realidad: como vivir en un sueño o en una película”. Musk ha admitido, también, que toma ketamina para evitar el “estado químico negativo” que el que a veces entra su cerebro, lo cual podría describirse, también según él, como un estado de “depresión”. Tal y como lo describe Sam Harris, Musk estaría esnifando ketamina y tuiteando, separado de la realidad, soñándose el rey del mundo: rehaciendo los paisajes políticos como si fuera un videojuego.(...)