PPCC: Pisitófilos Creditófagos. Primavera 2025

[Cadavre Exquis]

https://cincodias.elpais.com/opinion/2025-06-07/por-que-el-america-first-podria-poner-fin-a-la-era-del-arbitraje.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.pressreader.com/spain/expansion-nacional-sabado/20250607/page/2/textview

El intervencionismo agrava la falta de pisos

https://www.expansion.com/inmobiliario/2025/06/07/68447e1be5fdeab8368b458d.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/empresas/transporte/2025/06/07/684361e7468aeb2a588b459b.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/economia-digital/companias/2025/06/06/68431c90468aeb9f7c8b4590.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/ahorro/2025/06/07/68435fe4468aeb0b3e8b4592.html

https://www.expansion.com/economia/financial-times/2025/06/06/6842a22be5fdeaf9538b45a0.html

https://www.pressreader.com/spain/expansion-nacional-sabado/20250607/page/17/textview

La plataforma de 'criptos' Gemini pide salir a Bolsa en EEUU

Man Group exige la vuelta a la oficina

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/catalunya/2025/06/06/6842acf9468aeb50178b4577.html

https://www.expansion.com/economia/2025/06/07/68433b60e5fdea4b518b457f.html

https://www.expansion.com/opinion/2025/06/07/6843510be5fdeaf05b8b4588.html

https://www.expansion.com/opinion/2025/06/07/68434f02468aeb52228b4589.html

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.pressreader.com/spain/expansion-nacional-sabado/20250607/page/23/textview

El FMI avisa del recorte de jornada, la falta de vivienda y el déficit en pensiones

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/economia/politica/2025/06/07/68436342e5fdea91088b457b.html

https://www.pressreader.com/spain/expansion-nacional-sabado/20250607/page/26/textview

La importación de acero en la Unión Europea se dispara

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.expansion.com/economia/financial-times/2025/06/05/6841aa32e5fdea9b698b4580.html

https://www.pressreader.com/spain/expansion-nacional-sabado/20250607/page/46/textview

El mercado, más exigente con la deuda americana

Saludos.

[Cadavre Exquis]

https://www.pressreader.com/spain/expansion-nacional-sabado/20250607/page/47/textview

La hora de Europa

Saludos.

[senslev]

https://www.15-15-15.org/webzine/2025/06/01/la-hipernormalizacion-ante-el-colapso/

«si bien la caída del sistema era inimaginable antes de que comenzara, no sorprendió a nadie cuando sucedió».

https://www.youtube.com/watch?v=u1Tp-ryQPFI

[Derby]

El solo debate de este texto ya cambia cosas.

Así es...y no es poco.

[Elcasco]

https://www.elconfidencial.com/cultura/2025-06-08/euros-ano-no-se-vive-bien-madrid-clase-media_4145260/

http://archive.today/eqTKp

Con 250.000€ al año no se vive bien en Madrid: algo que la clase media nunca entenderá


Por Héctor García Barnés
08/06/2025 - 05:00
EC EXCLUSIVO

Lo primero fue indignarme, pero eso no es novedad. Qué clase de persona puede pensar que con un sueldo de 250.000 euros al año no se vive bien en Madrid, si yo cobro unas cuantas veces menos y no me quejo. Es lo que defendía la semana pasada el profesor Jesús Fernández-Villaverde en X:

“Pocas cosas ilustran mejor cómo hemos interiorizado la mediocridad económica, que creer que ganar 250.000 euros brutos al año en Madrid es ‘vivir bien’. Esa renta equivale a tener unos seis millones de euros en activos financieros más una vivienda en propiedad. Es vivir mejor que la inmensa mayoría de los españoles, sí. Pero no es vivir como un rico”.

A nadie le gusta que le llamen pobre resignado. Tengo techo bajo el que dormir y la nevera llena, un nivel de ocio saludable e incluso sospechoso a algunos ojos. Hasta puedo ahorrar algún mes tonto. Ni siquiera sabría qué hacer con 250.000 euros al año. No conozco a nadie que no los firmase con los ojos cerrados, aunque fuese a cambio de aceptar que ni él ni sus hijos ni sus nietos van a sobrepasar ese salario anual durante el resto de sus vidas. Supongo que eso debe ser “mediocridad económica”.

Después del impacto y a medida que avanzaba en el razonamiento del profesor, entendí el punto. No era una llamada de atención a la clase media empobrecida (o trabajadora afortunada) de la que formo parte (y por mera cuestión estadística, probablemente usted también), sino un tirón de orejas al triunfalismo económico de las clases altas españolas que se contenta con migajas. Hablaba de ricos desde el punto de vista de un rico.

La clase trabajadora y media mira hacia abajo y las altas, hacia arriba

El catedrático de Economía de la Universidad de Pensilvania tenía razón en que a la élite estadounidense, país donde vive desde mediados de los años noventa y con cuya élite intelectual se codea, probablemente le dé risa el tren de vida de un españolito que cobra 250.000 euros al mes. Y yo, que no he vivido nunca más allá de la M-40, sé que jamás voy a ver tanto dinero junto. Hay otros mundos pero la mayoría no los veremos jamás. Ni siquiera el columnista de un medio nacional como yo.

El profesor comenzaba su razonamiento citando un artículo de John Müller en el que lamentaba que en España no hubiese ni rentas altas, ni rentas medias sólidas, ni una prosperidad generalizada. Es decir, que no hubiese nadie tirando los sueldos hacia arriba como puede ocurrir en otros países. Medidas del gobierno como el ingreso mínimo vital o la constante revisión del salario mínimo interprofesional tienen más bien como objetivo evitar que los sueldos bajos se despeñen. Según sus cálculos, aunque los salarios nominales habían aumentado los últimos años, el descenso del poder adquisitivo ha sido de un 1,9% desde 2019. España, un país con los ricos más pobres del mundo.

El hilo que rodeaba a la publicación puede entenderse también como una metadiscusión entre aquellos que captaron al profesor, quizá por estar en su sintonía mental, y los que no. Porque lo que mostraba la reacción ante el mismo es la amplia brecha que existe entre el pequeñísimo top de la sociedad española y la amplia masa trabajadora, esa cuyo 63% tiene dificultades para llegar a fin de mes, según la OCU. Una brecha que no es solo de renta, sino también, de visión del mundo. Unidos, eso sí, unos y otros, por esa mediocridad económica que se traduce en el “virgencita, que me quede como estoy” y una peor calidad de vida para todos.

Con ser clase media, me basta

Uno de los rasgos de clase trabajadora y media más claros es estar acostumbrados a mirar siempre hacia abajo, hacia el vacío y la posibilidad de despeñarse, y el de la escasa clase altísima, hacia arriba. El profesor recuerda que con 250.000 euros uno no puede ir en first a Asia ni quedarse en el Mandarin, sino que tiene que viajar en business y quedarse en el Intercontinental. A mí ni se me habría ocurrido viajar nunca en first a Asia, quizá ni siquiera en business y no sé ni qué es el Intercontinental, voy a saber qué es el Mandarin.

Conozco más gente con un segundo trabajo que con un patrimonio de seis millones

Mi indignación reflejaba bien ese pensamiento clasemedianista español que, para empezar y como ya sabemos, es muy distinto al del resto del mundo. ¿Recuerdan cuando se publicó Chavs de Owen Jones (Capitán Swing) y había que explicar continuamente que la clase media inglesa no tiene nada que ver con la españoles? En Inglaterra, ser clase media es enviar a tus hijos a Oxford o a Cambridge. En España, lo es enviarlos a un colegio de pago low-cost o tener un piso en propiedad y, como mucho, dos (o, como el propio Fernández-Villaverde señalaba de forma un tanto despectiva, “ir al Lazcano a tomar un café mediocre con unas pastitas de mala muerte”).

La clave de la experiencia española ha sido durante las últimas dos décadas estar mucho más cerca del abismo que de la cumbre. Habrá quien lo atribuya a una resignación espiritual, pero es una consecuencia de los baños de realidad inmediata a los que estamos acostumbrados. Porque nadie se codea aquí con gente que cobre cuarto de millón de euros, pero sí con muchos que han tenido que mudarse a Toledo porque ya no pueden pagar un piso en Madrid o que han aceptado un segundo trabajo para que les salgan las cuentas.

Ante ese panorama, cómo no indignarse ante la idea de que alguien que forma parte del percentil 0,1 de los que más cobran en Madrid no vive bien, cuando la gente se ha acostumbrado a sacar familias adelante con un SMI mensual. Quizá la clave se encuentra en la utilización del término “vivir bien”, que es muy dependiente del contexto. Gran parte de la sociedad española considera que vive bien, y no por conformismo, sino porque no es que no haya aspirado a todas esas cosas que ni siquiera 250.000 euros al año dan. Es que no sabe ni cuáles son.

Se puede entender como una rebaja de las expectativas, pero también como síntoma de una sociedad en la que la movilidad ascendente nunca ha sido tan frecuente como en otros países, como quizá sí ocurra en EEUU. Los viajes en primera, los restaurantes de lujo o las aventuras intelectuales de élite nunca han formado parte del panorama sentimental español como sí lo han hecho el apartamento en la playa, el colegio con uniforme para los niños o la suscripción a Canal+. Pero, al mismo tiempo, los españoles nunca han tenido que preocuparse por que un cáncer repentino obligue a hipotecarse a sus hijos y a sus nietos.

Hay que entender que la globalización ha dado pie a nuevas formas de ser rico, que ya no tienen nada que ver con aquellas élites locales, típicamente españolas, que aspiraban como mucho a influir en su entorno inmediato y acumular un puñado de posesiones inmobiliarias o productos exclusivos, sino a un estilo de vida que ni siquiera soy capaz de describir porque solo lo conozco de segunda mano, a través de libros, documentales o entrevistas.

El “vivir bien” mediterráneo siempre ha sido modesto, que para algunos es lo mismo que conformista. Ni siquiera necesariamente ascético, sino hedonista, sobre todo en las últimas décadas, cuando se ha entendido como la posibilidad de acceder a esos pequeños lujos baratos que como país hemos empaquetado a los turistas durante las últimas décadas: sol de ocho de la mañana a diez de la noche, alcohol de baja graduación, bullicio en la calle y saber que habrá comida en la nevera (y un botellín) al volver a casa.

Son respuestas que nos muestran que la brecha no es solo económica

A los famosos de medio pelo, actores o modelos de turno siempre se les pregunta qué es para ellos vivir bien. Empezaría a realizar la misma pregunta a académicos, intelectuales o autores, porque la respuesta puede ser muy reveladora. Sin pretenderlo, y más allá del debate al que pretenden dar lugar, nos muestran la diferencia sentimental tan amplia que hay entre clases sociales, mentalidades y aspiraciones, aunque convivamos en el mismo universo virtual.

Lo primero fue indignarme, pero eso no es novedad. Qué clase de persona puede pensar que con un sueldo de 250.000 euros al año no se vive bien en Madrid, si yo cobro unas cuantas veces menos y no me quejo. Es lo que defendía la semana pasada el profesor Jesús Fernández-Villaverde en X.

[Benzino Napaloni]

Hay muro de pago, pero el titular y la entradilla ya cantan más que un canario.

La costa catalana sufre para encontrar personal: “O se reinventa el sector turístico o no quedará nadie”

Sindicatos y trabajadores acusan a la patronal de estar alejada de la realidad, mientras los empresarios culpan al Govern por falta de implicación.

Que pague Papá Estado, y privatizar beneficios y socializar pérdidas. Lo de siempre, vamos.

No descarten que el "tuit" sean los turistas no volviendo con el servicio que se van a encontrar.

Todo Ponzi acaba cayendo por algún sitio. A diferencia de 2008 no hay una burbuja de construcción y de crédito, pero hay otros elementos que pueden caer. Negocios cerrando por alquileres abusivos. Trabajadores marchándose. Invierno demográfico. Se puede apostar por ver qué elemento cae primero, pero en todo Ponzi siempre hay uno que cae. Sin excepción.

[Fomento Cemento]

Hay muro de pago, pero el titular y la entradilla ya cantan más que un canario.

La costa catalana sufre para encontrar personal: “O se reinventa el sector turístico o no quedará nadie”

Sindicatos y trabajadores acusan a la patronal de estar alejada de la realidad, mientras los empresarios culpan al Govern por falta de implicación.

Que pague Papá Estado, y privatizar beneficios y socializar pérdidas. Lo de siempre, vamos.

No descarten que el "tuit" sean los turistas no volviendo con el servicio que se van a encontrar.

Todo Ponzi acaba cayendo por algún sitio. A diferencia de 2008 no hay una burbuja de construcción y de crédito, pero hay otros elementos que pueden caer. Negocios cerrando por alquileres abusivos. Trabajadores marchándose. Invierno demográfico. Se puede apostar por ver qué elemento cae primero, pero en todo Ponzi siempre hay uno que cae. Sin excepción.

La costa catalana sufre para encontrar personal: “O se reinventa el sector turístico o no quedará nadie”
Sindicatos y trabajadores acusan a la patronal de estar alejada de la realidad, mientras los empresarios culpan al Govern por falta de implicación

Marta Rodríguez
Girona - 04 jun 2025 - 05:15CEST

¿Por qué nadie quiere ser camarero tampoco este verano? Los problemas para encontrar camareros se agudizan a cada temporada que pasa, una situación que ha ido empeorando desde que, tras la pandemia, los trabajadores fueron a otros sectores. Empresarios, sindicatos y trabajadores coinciden en el diagnóstico, pero difieren en quién tiene la culpa. Los empleados de la restauración, buena parte de ellos jóvenes, no ven atractivo un sector en el que la tónica son los sueldos bajos, los pocos días de descanso, las muchas horas de trabajo y un convenio colectivo caducado y que en general no se cumple. Los sindicatos consideran que el sector se resiste a cambiar un modelo “de esclavitud moderna”, reclaman más sanciones. “O se reinventa el sector turístico o no quedará nadie”, auguran otros trabajadores. Mientras, los empresarios se muestran desesperados para encontrar mano de obra: “Ya no buscamos profesionales, sólo personas”, lamenta uno.
La hostelería y la restauración en la costa catalana siguen a la deriva y con daños irreparables en la línea de flotación. Es un pez que se muerde la cola: las condiciones laborales no mejoran y los trabajadores no quieren pasar por el aro. El último convenio colectivo, correspondiente al periodo 2022-2024 (y por lo tanto ya caducado), incluía algunas mejoras laborales, pero en general —en grandes hoteles con representación sindical, la situación es mejor que en bares y restaurantes— no se cumplen, pese a que algunos empresarios recuerdan que tuvieron que cerrar un día a la semana o reducir horarios para cumplir y poder dar dos días de descanso a su personal.

Todos coinciden: “La prioridad de quien busca trabajo ha cambiado”. Tanto el presidente del Gremio de Hostelería de Lloret de Mar, Enric Dotras, como el portavoz de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de Tarragona, Xavier Guardià, tienen claro que el sector es poco atractivo por factores como horarios de difícil conciliación, dificultad para encontrar vivienda, malas conexiones de transporte y temporalidad. Dotras pide a las administraciones que más que potenciar la política del subsidio, fomenten la ocupación. “Los que reciben una ayuda no quieren emplearse ocho meses, porque entonces la pierden, prefieren hacer trabajos sueltos”. Por eso pide que “dejen las ayudas en suspenso si hay un alta laboral y se recupere con la baja”. Esta situación es común en otros sectores como la pesca y la agricultura, apunta. Guardià cree que otro tema a analizar es “la alta siniestralidad, porque el número de bajas es altísimo”.
Contundente se muestra el vicepresidente de la Federación de Hostelería de Girona, Jesús Pont: “El sector está muy molesto porque no se le escucha”. “Las políticas sociales han pasado por encima de las de ocupación y se ha favorecido el perder las ganas de trabajar, hay que potenciar el esfuerzo”, afirma. Para Pont “es necesario que se apueste en firme por un sector que, por ejemplo, en Girona, representa el 20% del PIB. “Debe haber diálogo, políticas de formación y ocupación que dignifiquen el sector”. Cree que “la administración va por un camino y la realidad por otro”. Por ello vaticina un futuro nada esperanzador: “El panorama actual hace que los hijos no quieran seguir en las empresas familiares”.

“Si no estamos preparados para poder dar servicio a tanta gente, que las administraciones limiten la entrada y no potencien el turismo, a ver si así ven la realidad”, dice Maurici, hotelero y restaurador de Begur. “Así los pequeños no sobreviviremos, todo serán grandes cadenas”, augura.
Para el secretario general de UGT en Girona, Maxi Rica, “se están haciendo cosas mal”. El convenio —que establecía mejoras como dos días seguidos de descanso semanal, un fin de semana al mes y jornada de 8 horas— acabó en 2024, y ya se negocia el nuevo. “Se ha avanzado, pero no suficiente, y un sector con mucha pequeña empresa lo dificulta”, asegura. Critica que “la patronal en lugar de aprovechar la negociación colectiva para transformar el sector, haciendo un diagnóstico real de la situación y buscando soluciones en común, pretende desregular y restar derechos salariales”. “Debe asumir responsabilidad, no todo es la administración”, afirma y les invita a “analizar porque no encuentran personal que no requiere alta calificación”. Para poder cambiarlo ve “necesaria una nueva Ley de Turismo de Cataluña que sustituya la actual, desfasada y economicista” y, como el sector, “desconectada de la realidad”.

La nota positiva llega desde la formación. Se llenan las plazas. El director de la Escuela de Hostelería y Turismo de Girona, Jordi García, explica que han hecho acciones para visibilizar los estudios y sus salidas y todo ello ha dado resultados. Además, sus estudiantes salen con trabajo. García cree que la mayoría de los empresarios sí que reconocen que se necesita un cambio, sobre todo porque “por más preparado que salga el personal, lo que acaban valorando es su tiempo. Las prioridades han cambiado, buscan conciliar trabajo y tiempo libre, más que dinero”. “Poco a poco el sector está mejorando, debería reconocerse y seguir por este camino”, indica.

Albert lleva 40 años sirviendo comidas en la Costa Brava, ha visto un ligero cambio, durante años no ha tenido descanso en verano y ahora tiene un día. Pero lamenta: “Seguimos falseando horarios y cobrando en negro porque el objetivo del empresario es llenarse los bolsillos”. “Tras la covid no ha habido ni una inspección de sanidad ni de trabajo” afirma, y se muestra convencido de que “si no asustan al empresario con grandes sanciones, el convenio no sirve para nada”.

El sector turístico, motor principal del territorio, ocupa a más de medio millón de personas en Cataluña. A finales de abril había 325.717 parados en las oficinas del SOC, 11.313 menos que en abril de 2024, con un descenso del 3,36% en los últimos doce meses. La mayor bajada del paro ha sido en Girona, de 1.169 personas (3,93%) y la menor en Barcelona, con un 3.226 (1,31%).