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Así, Camarero destacó que esto "no es ninguna tontería", ya que, según dijo, "llegará un momento en el que a esos trabajadores no les compense irse a esos sitios, y en el que empresas no quieran ir a esos sitios porque no encuentran trabajadores". "Eso es un verdadero riesgo. Cuando en esas zonas no haya trabajadores ni empresas que quieran ir ahí, lloraremos, y lloraremos mucho", alertó.
Este artículo les interesará mucho a Pollo y a Benzino. Dice lo mismo que ellos sobre la IA, pero aporta algo más con lo que también estoy de acuerdo, y es que la IA más avanzada es un obstáculo para la incorporación de la gran mayoría de jóvenes a puestos de media o alta cualificación, y digo de la gran mayoría no de todos porque los más inteligentes, creativos e imaginativos seran siempre mejores que cualquier IA. En esto sí que creo que tiene razón nuestro bicurvista favorito, Fernandez-Villaverde, cuando decía que la IA no iba a anular todos los empleos en los sectores de media o alta cualificación sino que llegaría al percentil 90, esto es, quedarían el 10 por ciento de los mejores.[...]
Pues muy bien todo, a ver si de verdad es rápido. A mí que provoque más o menos dolor en los participantes de la estafa me importa cero. Lo único que pediría es que la gente joven, a la que se ha machacado ya demasiado durante demasiado tiempo, pudiese tener alguna posibilidad de tener una vida más o menos normal, no hace falta nada excepcional, vale algo como lo que tuvimos los que nos vamos acercando a la jubilación: poder irte de casa de tus padres con veintipocos, cambiar razonablemente de casa cuando cambiaban las circunstancias, tener una familia …
Sobre el fin de la Republica romana. No sé si Octavio hizo muchas purgas, pero la cosa venía de antes. Sila, Mario y Cinna hicieron muchas matanzas entre las élites romanas cuando los vaivenes del poder en la primera guerra civil romana (88 a C.-81 a. C) cambiaban y unos se imponían sobre los otros. Las listas de proscritos de Sila fueron famosas y un motivo de enriquecimiento de unos jovencitos que luego montaron la segunda guerra civil (49 a C.- 45 a C.) entre pompeyanos y cesarianos. Y qué decir cómo acabó todo con el asesinato de Cesar y la persecución a sus asesinos (y a Marco Antonio) por Octavio. Tengo la sensación de que Octavio se impuso precisamente porque lo que ofrecía era terminar con todas las purgas, matanzas y guerras civiles.
Este artículo les interesará mucho a Pollo y a Benzino. Dice lo mismo que ellos sobre la IA, pero aporta algo más con lo que también estoy de acuerdo, y es que la IA más avanzada es un obstáculo para la incorporación de la gran mayoría de jóvenes a puestos de media o alta cualificación, y digo de la gran mayoría no de todos porque los más inteligentes, creativos e imaginativos seran siempre mejores que cualquier IA. En esto sí que creo que tiene razón nuestro bicurvista favorito, Fernandez-Villaverde, cuando decía que la IA no iba a anular todos los empleos en los sectores de media o alta cualificación sino que llegaría al percentil 90, esto es, quedarían el 10 por ciento de los mejores.La tesis del artículo es compatible con lo que comentan acertadamente Pollo y Benzino, porque lo que hace al ingeniero informático medio o al Técnico de FP medio un buen programador, un buen analista - me centro en informática para no entrar en otros sectores pero cambien el nombre de la profesión y será lo mismo- es la experiencia. Por eso ha sido un fracaso la introducción de la IA de forma masiva quitando trabajadores experimentados. Pero no es lo mismo con los novatos Si la IA - como realmente ya ocurre- puede sustituir hoy en día a un novato, salvo a los más creativos e inteligentes, está claro que el efecto barrera va a dejar a buena parte de la juventud actual - la gran mayoría- fuera del sistema productivo porque no les va a dejar evolucionar en los puestos - salvo a los mejores, que insisto, serán imprescindibles -.Esto es coherente con dos cosas: la primera es la perdida exponencial de nivel de conocimientos de nuestros egresados - para que vamos a formarlos bien si no van a ser necesarios más que cuatro- por la implantación de las metodologias basadas en el constructivismo radical y en la procedimentalidad - hasta en medicina, hoy convertida cada vez una simple lista de protocolos -, que están pensadas precisamente para impedir que el estudiante medio mejore su nivel de conocimientos al dejarle solo y que aprenda a aprender, favoreciendo a los que por inteligencia, creatividad y curiosidad siempre iban a salir adelante, en lo que es una aplicación del principio del darwinismo social tan querido por los anarcocapitalistas. La segunda es que encaja perfectamente con el modelo predicho por Niño Becerra - y no se si deseado, ahí tengo dudas dada la filiación jesuítica de la institución en la que imparte o impartía clase el economista catalán - de una minoría de gente supercualificada y muy necesaria, un porcentaje no mayoritario de la población que sería necesario solo a tiempo parcial y una gran mayoría innecesaria, a la que se mantendría con Renta Básica, ocio barato y marihuana legal en un primer momento - y digo esto último porque Becerra decía en la tele ya hace casi quince años que era una solución temporal para esa población y que luego habría que encontrar una "solución definitiva", échense ustedes a temblar por las resonancias que tiene la frasecita de marras-.Bueno, perdónenme el discurso a todas luces innecesario y les dejo con el artículo https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2025-06-09/inteligencia-artificial-automatizacion_4146200/UN AVISO PARA NAVEGANTESLas empresas que cambiaron humanos por IA están dando marcha atrás (salvo en un caso)Klarna, Duolingo, IBM... son algunos de los que corrieron a automatizar miles de empleos y ahora han recogido clave. La gran sustitución laboral, por ahora, solo está funcionando en un casoDesde que entró en juego ChatGPT, regularmente se oyen profecías apocalípticas sobre la inteligencia artificial. Uno de los que más a menudo lanza estas advertencias, y que ha sido acusado repetidamente de exagerar y abusar de hipérboles, ha sido Sam Altman. "Habrá tiempos aterradores", aseguró el CEO de OpenAI, que confesó que ponen en circulación modelos imperfectos para que nos vayamos preparando en múltiples aspectos para el shock que supondrá que esta tecnología acabe mostrando todo su potencial.Uno de los ámbitos donde más se espera que la onda expansiva de la inteligencia artificial se deje notar es la oficina. Desde hace un par de años se lleva especulando con los efectos en el campo laboral y la cantidad de empleos que podrían ser borrados del mapa por la automatización. Algunas empresas decidieron no esperar y se subieron a este carro. Ejecutaron miles de despidos y sustituyeron empleados humanos por empleados compuestos de unos y ceros. Lo hicieron, en algunos casos, siguiendo los cantos de sirena que prometían, al menos sobre el papel, enormes ahorros y aumentos de la productividad. Un argumento de marketing poderosísimo para empresas como Klarna, que ultima una salida a Bolsa después de unas turbulencias empresariales que llevaron a corregir su valoración desde su máximo de 45.600 millones a unos 7.000 millones. Ya fuese por salir mejor en la foto o porque creían sinceramente en los beneficios de la IA, muchos de los que corrieron a abrazar la inteligencia artificial para recortar plantilla han tenido que recoger cable o modificar sus apuestas tras ver los resultados. El caso mencionado de Klarna probablemente es uno sobre el que más se ha escrito.Esta fintech popularizó el modelo de compra ahora, paga después y llegó a ser la startup más valorada de Europa y la quinta del mundo durante la pandemia. La vuelta a la vieja normalidad se tradujo en una crisis que estuvo a punto de llevársela por delante. Además de dolorosos recortes, convirtieron la empresa en un enorme experimento para ver hasta qué punto se podía llegar con la IA. Se cargaron a 700 empleados, aproximadamente el 10% de su fuerza laboral. Construyeron un sistema de atención al cliente y gestión de otros procesos operativos. Su cofundador y CEO, Sebastian Siemiatkowski, presumió en varias ocasiones de que la plataforma construida con modelos de OpenAI ofrecía un rendimiento similar al de sus agentes humanos. En varias comparecencias infló las expectativas. Presumieron de que, desde 2023, no habían necesitado contratar a nadie para un nuevo puesto, alimentaron esta imagen de innovación utilizando un avatar de Siemiatkowski para presentar unos resultados financieros a inversores e incluso el consejero delegado llegó a decir que la tecnología podría hacer su trabajo.Todas estas exageraciones acabaron cayendo por su propio peso. Este año, el CEO de Klarna tuvo que salir a la palestra y rectificar públicamente. Admitió que el servicio automático no era capaz de igualar el trabajo humano, ya que sus respuestas eran limitadas y carecía de comprensión real del contexto. Por ello, la firma empezó un proceso para volver a contratar personal humano y garantizar que los clientes pudiesen hablar con personas reales, rectificando así su apuesta por la automatización total. Klarna no está sola en este camino de ida y de vuelta. Duolingo, una de las mayores plataformas de enseñanza online, presentó en 2024 su estrategia "AI-first", que se iba a traducir en el uso de la inteligencia artificial tanto para procesos internos como para otras tareas que hasta ese momento dependían de empleados reales, como externos que se ocupaban de traducir ejercicios y otros contenidos para los cursos de idiomas. Esto se saldó en miles de despidos, equivalentes a un 10% de la fuerza laboral de Duolingo.El caso DuolingoGracias a la IA, según la versión de la empresa, consiguieron crear 148 nuevos cursos en 12 meses. Afirmaban que los cien primeros les habían llevado 12 años. Duolingo endureció las políticas de contratación: solo habría nuevos contratos si no era posible automatizar la tarea de la que se iban a ocupar. El perfil idóneo, por supuesto, el de candidatos con habilidades con IA. Pese al entusiasmo inicial por su estrategia AI-first, Duolingo también ha tenido que enfrentarse a las consecuencias de haber calculado mal. A medida que se automatizaban tareas que antes hacían humanos —especialmente en la generación y traducción de contenido para nuevos cursos—, comenzaron a aflorar los primeros síntomas de desgaste. Algunos usuarios detectaron errores gramaticales en ejercicios, voces sintéticas con pronunciaciones incorrectas o explicaciones fuera de contexto. Las quejas se elevaron sobre todo en idiomas menos populares, como el irlandés o el japonés, donde los matices culturales son clave para un aprendizaje efectivo. El cambio también generó una fractura emocional con parte de su base de usuarios más fieles. Las cuentas en redes sociales como TikTok se llenaron de críticas por la "deshumanización" de la app, con usuarios rompiendo rachas de cientos de días como protesta. Incluso el subreddit oficial tuvo que limitar las discusiones sobre inteligencia artificial por la avalancha de mensajes negativos. Algunos exempleados denunciaron que fueron despedidos sin opción de participar en el proceso de transición tecnológica, y expertos en lingüística cuestionaron la calidad de los nuevos cursos.En 2023, IBM despidió a miles de empleados para cambiarlos por IA. Hoy tiene más trabajadores Todo esto llevó al fundador y máximo responsable de Duolingo, Luis von Ahn, a tener que cambiar su discurso y decir que la IA era una muleta para aumentar la productividad y no una vía para reducir su fuerza laboral. El directivo aseguró que volverían a recuperar los niveles de contratación previos al golpe de timón. En otros casos, el resultado no ha sido el de tener que rectificar y recuperar los miles de puestos eliminados, sino tener que crear un volumen similar de nuevos puestos para solucionar y atajar los problemas surgidos a raíz de esa transición. Al igual que otras tantas tecnológicas, IBM metió tijera en 2023 y prescindió de 7.800 trabajadores, además de congelar las incorporaciones. La dirección habló de que un tercio de los puestos de la organización podrían ser automatizados. Especialmente significativa fue la aplicación en el departamento de recursos humanos, donde se eliminaron miles de empleos mediante la implementación de agentes conversacionales de IA para cubrir más del 90% de las tareas rutinarias.El ahorro fue palpable, pero esta hoja de ruta generó nuevas necesidades que la IA no podía cubrir en materia de soporte informático, ventas o marketing. IBM tuvo que contratar nuevo personal, reconociendo que la sustitución total de ciertas funciones no era viable. El resultado, tal y como reconocía uno de los gerifaltes de la multinacional, Arvind Krishna, es que la organización tenía más empleados ahora que antes de los recortes.El caso más extremo ha sido el de Builder.ai, una startup londinense que prometía facilitar la creación de aplicaciones gracias a inteligencia artificial, ahorrando a sus clientes tener que contratar a programadores y otros perfiles técnicos. La propuesta parecía tan prometedora que logró recaudar 450 millones de dólares. Pero todo era una fachada. En realidad, eran 700 trabajadores en la India quienes daban vida a la plataforma, ejecutando de forma manual lo que supuestamente hacía la IA. La compañía está ahora en bancarrota, tras descubrirse que el producto que vendían como automatizado era en gran parte operado por humanos. Salvando las distancias, el caso recuerda al de los supermercados sin empleados de Amazon. Locales donde el cliente entraba, se identificaba en los tornos, cogía lo que quería y se iba por donde había venido, que todo se cargaba a su cuenta de internet. Pero a la hora de la verdad, todo no era tan automático. La multinacional tenía un auténtico batallón de 1.000 empleados en el país asiático para chequear manualmente cada operación. Se calcula que hasta el 70% de estas operaciones necesitaban revisión por parte de un humano.Dónde está funcionando la gran sustituciónTodos estos casos recuerdan que la gran sustitución laboral está lejos de producirse. No significa que no haya miles de empresas en todo el mundo pensando en ello, sino que la tecnología no está lista todavía para asumir tareas complejas o de alto valor añadido. Pero hay un sector de la población que está empezando a romper los platos rotos: los recién licenciados. En países como Estados Unidos, la Reserva Federal ya ha advertido que las tasas de desempleo en los escalafones más bajos de las organizaciones laborales están aumentando en los últimos meses. Y muchos han señalado a la inteligencia artificial como responsable, ya que estos sistemas están absorbiendo actividades que anteriormente recaían en los perfiles juniors o en los becarios. Un buen ejemplo de esto es lo que está ocurriendo en multinacionales tecnológicas como Amazon. Según el New York Times, la dirección ha impuesto el uso de herramientas de inteligencia artificial a los departamentos de desarrollo. El objetivo, aseguran, es poder afrontar la demanda de código. Los trabajadores denuncian plazos de entrega más cortos y menores recursos. Algunas de las fuentes mencionadas por el rotativo estadounidense aseguran que hay equipos a los que se les pide el mismo volumen de trabajo a la par que se recorta la mitad de los miembros. Otros hablan de que han pasado de crear el código a simplemente supervisar lo que hace una IA.Y hay quien alerta de que esto solo va a ir a más en los próximos años. Dario Amodei, investigador de IA, cofundador y consejero delegado de Anthropic, no tiene un perfil tan mediático como el de Altman y sus intervenciones públicas suelen ser bastante moderadas. Pero hace unos días no dudó en pronunciarse claramente: la IA va a dejar en los próximos años fuera de juego a millones de trabajadores jóvenes. Esto lo afirmó en una entrevista con Axios. Según las estimaciones de este directivo, la mitad de los puestos juniors en trabajos de cuello blanco (consultoría, derecho, finanzas…) van a desaparecer en un plazo de uno a cinco años."Parece una locura y por eso nadie se lo cree", aseguró Amodei, que cree que el desempleo en EEUU podría llegar a rozar el 20% por esta razón. Su compañía, por cierto, acaba de presentar modelos de IA que, en los casos más avanzados, son capaces de picar código con un nivel de competencia definido como casi humano. ¿Por qué agitar el miedo en vez de callar? "Nosotros, como creadores de esta tecnología, tenemos el deber y la obligación de ser honestos sobre lo que está por venir", subrayó el CEO de Anthropic, que pidió a las autoridades "dejar de endulzar" esta realidad.Este discurso dista de ser una excepción y ya está empezando a calar en círculos políticos al otro lado del Atlántico. Steve Bannon, asesor de confianza de Trump durante su primera legislatura, ya ha dedicado varios capítulos de su podcast a hablar del asunto y cree que en las próximas elecciones, que se deben celebrar en 2028, el desempleo producido por la IA será un tema central. La promesa de la inteligencia artificial como palanca de eficiencia ha servido, en muchos casos, como coartada para recortar, automatizar mal y disfrazar errores de gestión como avances tecnológicos. Los despidos masivos se han justificado en nombre del futuro, pero ese futuro, al llegar, no ha estado a la altura de las expectativas. La gran sustitución laboral, por ahora, no es una avalancha, sino una erosión silenciosa que empieza por los eslabones más débiles: becarios, juniors, recién llegados. Y si nada cambia, el mensaje parece claro: el trabajo no desaparecerá, pero cada vez será más difícil empezar.
Contesto a Tomasjos sin citarle.Esas historias están mal contadas.Las historias reales son más o menos así. Por A, B o C la empresa va mal. Una de las medidas para encauzar el asunto es reducir la plantilla. Eso ha sido así siempre y más en Estados Unidos donde los recortes se pueden hacer sin mucho lío ni coste asociado y dónde muy probablemente se ha contratado de forma alegre en proyectos nuevos, mercados nuevos...sabiendo de antemano que recortar luego es fácil.Tanto antes como ahora se construían mensajes tranquilizadores hacia el exterior. -Seremos menos pero no hay problema porque nos centraremos en lo importene, seremos más productivos, bla, bla, bla...Ahora existe la muleta de la IA, con tanto hipe, que incluso haciendo un tirabuzón puedes decir que despides porque estás aplicando IA y no porque te va mal.¡Qué curioso que no es el Banco Santander el que dice que está despidiendo porque está aplicando IA!.Son los muertos de hambre de Klarna que se dedican a prestar al que no tiene dinero y además no sabe controlar su gasto.No vamos a aprender. Las noticias no son noticias. Sam Almant pertenece al mismo ecosistema que la gente de Klarna y al mismo ecosistema que los dueños de Twiter o Youtube o cualquiera de los medios que utilizamos para construir en nuestras cabecitas lo que es la IA, el mundo empresarial o cualquier otra cosa.La IA va a triunfar en una cosa seguro. En robarnos la atención. Cerraremos los ojos para que la IA nos cuente lo que se ve.¿Cual es la realidad de la IA (de los modelos generativos que es realmente de lo que se habla)?Pues que, ante un tema de la enjundia de segundo de bachillerato, puedes hacer que te conteste cualquier cosa. Puedes condicionar su respuesta porque según el contexto que le des va a dar una respuesta que te suene bien.Por lo tanto si puede dar cualquier respuesta ninguna respuesta es buena.El otro día un tipo se quejaba de que acababa de perder su trabajo frente a la IA. Se dedicaba a abrir correos electrónicos y decidir a que departamento redirigirlos.Eso era en USA. Imaginemos una jornada de 60 horas semanales haciendo eso.El tipo decía que la IA redirigía en minutos lo que todo su departamento en un mes. ¡Había un departamento haciendo eso!.Y yo pensé, caramba, hace veinte o treinta años que existen sistemas que determinan si un correo es spam o no, o si es publicidad o no. No parece que el avance sea tan fuerte.Es evidente que cada vez tendremos sistemas automatizados mejores. Va a hacer un siglo que las máquinas nos superan en determinadas actividades intelectuales o ejecutivas. Hace mucho que calculan más rápido y que no se olvidan de un dato.Pero un LLM no puede ser un sicólogo, ni un abogado.
Pero volviendo al tema de tecnología y el tener oficio y sobre todo el saber lo que cojones se está haciendo...¿Os acordáis de Idiocracia, donde máquinas que habían construido otros eran las que hacían las cosas, operadas por los menos imbéciles del momento? Pues eso.El hueco obvio de la película era que si esas máquinas se jodían (cosa que ocurre sí o sí con toda máquina), tras un par de generaciones no habría habido nadie para repararlas.
En el ejemplo que dices de redirigir correos se ve claramente... ¿Por qué algo tan tonto no estaba automatizado? O mejor aún, ¿Qué organización es tan deficiente que necesita un departamento entero sólo para saber a dónde se dirige cada asunto? Ahí hay un problema más profundo.Que no se nos olvide que los automatismos no son inteligentes. Hacen cosas aparentemente inteligentes porque hay alguien que ha dedicado mucho tiempo a pensar en el diseño del automatismo.
Cuando loos sistemas que hoy se llaman de IA comenzaron --hace unos cincuenta años-- se llamaban "sistemas expertos". Es decir, codificaban la creación de un motor de inferencia replicando el proceso mental de un experto con la "selección de datos" a su disposición.No dejemos que la semántica nos confunda.
Why Elon Musk’s luck ran out Business and politics aren’t the same, Wolfgang Munchau(...) Originally, Trump was the same as Musk. He was a businessman who had never really dabbled in politics. He thought money talked. As a result, he has been prone to fallacy-of-composition type errors: he, too, thought he could run the administration like a business. But he learnt — believe it or not — that he had to be more cautious. He knows it’s not all about luck. He knows that he is the elected CEO of a democracy, not the dictator for life in the boardroom. Yet Musk is still thinking like a business dictator whose companies will do exactly what he wants. And unlike Trump, he will not get a second term.There is also a more subtle difference at play that one billionaire now understands and the other does not. In business, money rules. But in politics, money only matters. Just because you’re rich doesn’t mean you can remake politics according to whim; you can’t buy votes. You may be, like Musk, one of the true creatives in our economic life: you can succeed in business even if 51% of the population absolutely hates you. But to succeed in politics, you need to build coalitions of voters, or parties, that constitute a majority.Musk had the good chance — and terrible fortune — to be the owner of a large social media platform at just the right time: it gave him the power to enter politics when the odds were heavily stacked against him. But it was also part of his downfall. In politics, you have to be prepared for people to disagree with when you try to get anything material done. Opposition leaders will challenge you and tell different stories. A debate in parliament couldn’t be more different from a trip down the X hole, where you can spend an entire day having discussions with people who reinforce your views. Musk, rarely away from his smartphone, believed what it told him.This echo chamber effect is particularly pernicious in our current moment. It has left leaders in the dark as to what voters really think. Spend too much time talking to your own people, and reality disappears from view. We saw it only the other week during the Polish presidential elections. The supporters of the losing candidate, Rafal Trzaskowski, the liberal mayor of Warsaw, were absolutely convinced that their man was going to win — even though the polls were too close to call. We saw it, too, during the Trump-Harris race last year. The liberals keep on talking to themselves and massively misjudging the strength of their opponents, along the way disregarding the will of the people. The same also happened in the run-up to the Brexit referendum in 2016.Today, X and Truth Social, Musk’s and Trump’s media platforms, are the Right-wing counterparts to the Left-leaning metropolitan newspapers. And when the inhabitants of each are surprised by a result they didn’t expect, they don’t accept the result — they look for someone to blame. So the Russians get fingered. Today, the delusions on each side are being amplified. And such is the disconnect that, from the talk in his little echo chamber, Musk is now convinced he can use his money to create a new political party at the centre of US politics. He should probably look at what is happening to Emmanuel Macron and his party, perhaps the most daring political experiment of radical centrism we have seen in an advanced Western country. There’s plenty of money, and there’s no support. It has failed to appeal to voters. Trump knows this. He is the antithesis of all centrist politics. He knows how to disrupt, but he also has a keener understanding of how politics works now: unlike Musk, who got lucky, but thought that luck was enough.Here is my prediction about Musk. He will continue to make reckless bets unshaken in the belief that he can’t fail. In my Russian roulette example, we can expect only one person to be alive by round 107. That person will be Trump.