Ni en EEUU ni en Europa hay ningun problema de violencia política. El asesinato del youtuber americano, en mi opinión, se debe a que la política lleva unos años ocupando más espacio en redes sociales del que debería, lo cual atrae a los 'locos', como pasa con cualquier otro fenómeno de masas. Está claro que la opinión pública está más dividida de lo que ha estado en muchas décadas y que esa es la causa de tanta discusión política. Pero me parece importante subrayar la diferencia entre un fenómeno sociológico que atrae 'locos' y un verdadero brote de violencia política, del que en mi opinión estamos muy lejos. Quien quiera saber lo que es la violencia política, que estudie por ejemplo los años inmediatamente anteriores a la guerra civil española y los asesinatos que hubo.
Sobre el Parlamento Europeo, creo que solo queda en ridículo cuando usa el minuto de silencio por causas que no vienen a cuento y luego niega el mismo homenaje a otras que tampoco vienen a cuento. Creo que todo el mundo sabe cuándo se debe usar y cuando no pero llegados a este punto debería casi prohibirse de facto el uso del minuto de silencio, dada la estupidez actual del politiqueo en el mundo.
Bueno, depende dónde pongas la vara de lo "normal" o pacífico.
En 2021 unos tipos asaltaron el congreso. Se saldó con cinco muertes. Lo de las muertes es algo un poco tapadillo.
En octubre de 2022 un tipo entró en la casa de Nancy Pelosi y atacó a su marido con un martillo.
En enero de 2025 asesinaron en su casa a la presidenta de la cámara de representantes de Minesota y a su marido.
En julio de 2024, un afiliado (votante registrado) al partido republicano, intentó asesinar al entonces candidato y actual presidente de los Estados Unidos.
En septiembre de 2024 hubo otro intento de asesinato contra la misma persona en Florida.
En marzo de 2025 se producen ataques con disparos y artefactos caseros en propiedades de Tesla en Colorado, Carolina del Norte, Oregon (Portland y Salem), Seattle y Las Vegas.
En mayo de 2025 dos empleados de la embajada de Israel son asesinados a tiros.
En abril de 2025, la casa del gobernador demócrata de Pensilvania es incendiada con el gobernador, su familia y unos invitados durmiendo dentro.
En enero de 2025 se produce un atentado suicida con un cybertruck en el hotel
Trump de Las Vegas.
También en enero de 2025, un islamista radical y converso atropella y mata a 14 personas en Nueva Orleans.
El 4 de julio de 2025
11 personas armadas asaltan un centro de detención de inmigrantes, destruyen vehículos y hieren de un disparo a un agente. Esto sucedió en Alvarado, Texas.
No he intentado ser exhaustivo. Intencionadamente he dejado fuera de la lista asuntos como el tiroteo en la iglesia católica del otro día porque aunque los trumpianos se aceleraron en darle una intención política parece tratarse de la típica persona en pleno delirio depresivo.
En general se puede alegar que muchos de estos ataques (incluidos los dos contra Trump) están realizados por gente no organizada, ida de la cabeza y que actúa sin ton ni son. Yo creo que es un síntoma de estos tiempos esquizoides en los que la gente ya no se junta en el ateneo, el bar, el café o la casa de alguien para conspirar y todo se hace desde detrás del teclado. También ayuda que el terrorismo organizado cada vez es más difícil por las capacidades de espionaje y seguimiento de las fuerzas del orden.
La cuestión es si esto va a ir a más o no. El auténtico problema serían los enfrentamientos tumultuosos en los que grupos de civiles empezasen a liarse a tiros, que parece que es lo que se está buscando.
La luz de gas trumpiana es impresionante. Tras descubrirse que el asesino es un joven blanco, mormón, de un pueblo en el que no hay votante demócrata a 100 kilómetros, asiduo de rincones de internet donde se juntan los fans de Nick Fuentes, intentan seguir culpando del asesinato a gente de la izquierda radical, es decir, a todos los que no son ellos. El objetivo es doble: por una parte azuzar a sus partidarios contra el resto del país insinuando que el resto de la población los quiere eliminar y, por otra, provocar a la oposición (o a los majaras del otro bando) para ver si pasa algo. Es como la provocación de mandar a la guardia nacional a la capital cuando hay ciudades gobernadas por lor republicanos en estados republicanos con índices de criminalidad muchísimo mayores.