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Catálogo de horrores – 1Santiago Niño Becerra - Martes, 07 de NoviembreLo que van Uds. a leer, si deciden hacerlo, hoy y mañana no es obra mía. Su autor es el Dr. Vicenç Navarro, Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Director del JHU-UPF Public Policy Center; y fue publicado por ‘Público’ el 23 de Junio del año en curso. Lo que yo he hecho es cambiar el orden y la distribución del texto a fin de que ganase claridad. Lo que ha salido es algo mucho más estremecedor que el original; absolutamente demoledor, hipnótico que impide apartar la vista del texto. Es algo que hace trasladar el pensamiento a esa cantinela de que ‘España vuelve a ir bien’ que el Gobierno del reino repite y repite. Lo que ha salido, como Uds. podrán comprobar es un enorme horror, de ahí el título. (A fin de no recargar el texto no he incluido comillas).España ha sufrido una de las más importantes crisis económicas y financieras durante su periodo democrático, crisis que también ha determinado una crisis social, y, como era predecible, una gran crisis de legitimidad del Estado y del establishment político y mediático del país. La respuesta de tal establishment ha sido que todos estos sacrificios eran necesarios para poder salir de la crisis, que, según este establishment, se está resolviendo.Ahora bien, en este argumentario se olvida que, en realidad, la crisis (la Gran Recesión) y la respuesta que se ha dado a ella estaban configuradas y determinadas por un contexto político que favoreció estructuralmente a unos a costa de otros. Los primeros eran aquellos sectores del mundo del capital (las grandes empresas financieras, y las grandes corporaciones productoras de bienes y servicios) que dominan el Estado español y la gran mayoría de medios públicos y privados de información del país. Y las perdedoras han sido, predominantemente, las clases populares, que constituyen la mayoría de la población. Mientras que los primeros derivan sus rentas predominantemente de la propiedad del capital y de su gestión, los segundos lo hacen del mundo del trabajo, sobre todo de los salarios y de los beneficios sociales.La evidencia de ello es abrumadora. Veamos algunos datos:1) Desde el inicio de la crisis (2008) hasta el año pasado (2016), las rentas del trabajo han caído un 6,1% (33.679M€), mientras que las rentas del capital han aumentado un 1,7% (7.850M€). En suma, en el periodo 2008-2016 el peso de los salarios en la economía ha bajado 2,9 puntos, de 54,6% al 52,7%. (A 04.10.2017 sabemos por el INE que la caída de poder adquisitivo entre el 2008 y el 2015 fue del 8,6%. Añadido por mi).2) La participación de los beneficios de las empresas no financieras en España está por encima del de la zona euro (42,6% frente a 40,6%).3) Las empresas no financieras españolas han aumentado su participación en el VAB (valor añadido bruto) del 37,7% hasta el 42,6% entre el periodo 2007-2015: el segundo país de toda la UE que más ha aumentado.4) La polarización social (S80/20) se ha incrementado en un 11,8% desde 2009 (de 5,9 en 2009 a 6,6 en 2016), es decir, el 20% más rico dispone de 6,6 veces más ingresos que el 20% más pobre. Somos el 3º país con mayor polarización de toda la UE (después de Rumanía y Bulgaria).5) La desigualdad ha sufrido uno de los mayores incrementos de toda la OCDE desde 2009, y el índice de Gini alcanzó los 34,5 en 2016: 3,5 puntos por encima de la media europea (31 en 2015).6) En los últimos 15 años el 30% de la población que vive en riesgo de exclusión ha visto cómo sus activos netos apenas crecían un 3%, mientras que los del 10% más rico se disparaban un 56%.7) El 1% de la población española con mayor patrimonio acaparaba en 2016 más de una cuarta parte de la riqueza del país (27,4%), mientras que el 20% más pobre se quedaba con un 0,1%. La fortuna de las 3 personas más ricas en nuestro país equivale a la del 30% más pobre.Todos estos hechos han sido, en gran parte, consecuencia de toda una serie de intervenciones por parte del Estado que han provocado un enorme deterioro del mercado laboral. Esto ha sido particularmente acentuado a partir de las reforma laborales del gobierno Zapatero, primero, y de las más intensas del gobierno Rajoy. @sninobecerraSantiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
Catálogo de horrores – 2Santiago Niño Becerra - Miercoles, 08 de NoviembreEl fragmento del texto del Dr. Vicenç Navarro publicado ayer finalizaba diciendo que la degradación acontecida en el mercado de trabajo era consecuencia un tremendo deterioro producido en el mercado laboral.Indicadores de tal deterioro del mercado laboral muestran que:1) El 41,5% de los desempleados llevan más de 2 años en paro (1,8 millones de personas).2) El 24,7% de los desempleados llevan más de 4 años en paro (1,1 millones).3) Más de 4 de cada 10 jóvenes que buscan trabajo están en paro.4) Un 15,3% de las jornadas laborales son a tiempo parcial.5) Más de uno de cada cuatro empleos es temporal (26,5%).6) En los últimos cinco años se ha acumulado una caída del poder adquisitivo de la remuneración media en un 4,5% (912 € menos).7) El 34,4% de los asalariados (seis millones de personas) cobran menos del salario mínimo interprofesional.Han contribuido a este enorme crecimiento de las desigualdades las políticas públicas de los partidos gobernantes del Estado español, las cuales han debilitado el ya escasamente financiado Estado del Bienestar. De hecho, España dedica menos recursos a los servicios públicos y transferencias del Estado del Bienestar que la gran mayoría de los países de la UE.1) España tiene el gasto público social como porcentaje del PIB (24,6%) de los más bajos de la UE-15.2) España tiene el gasto público social por habitante de los más bajos de la UE y ha disminuido durante los años de la gran recesión, consecuencia de los grandes recortes.3) España tiene uno de los porcentajes de la población adulta que trabaja en los servicios públicos más bajos de la UE-15 (el grupo de países de semejante riqueza), por ejemplo 1 de cada 10 habitantes en comparación con 1 de cada 4 en Suecia. Si España tuviera el porcentaje de la población adulta trabajando en los servicios públicos del Estado del Bienestar como en Suecia (de 1 de cada 10 a 1 de cada 4) reduciría significativamente el desempleo.4) El gasto público en España es uno de los más bajos de Europa, representa el 43,6% de su PIB; la media del conjunto de los 28 países europeos es 48,1%.5) España es uno de los países que dedican menor gastos en protección social: 2,7 puntos menos del PIB que la media de países de la Eurozona (17,6% frente al 20,3 de la UE).6) Esta subfinanciación ocurre en todas las dimensiones del Estado del Bienestar excepto en el gasto en desempleo. Este retraso se ha acentuado con los recortes de gasto público social que ha ocurrido en todos los servicios:6.a) El gasto autonómico de sanidad por habitante se redujo un 14,2% entre el periodo 2009-2016. (1.195€ en 2016 mientras que en 2009 fue de 1.393€).6.b) El gasto autonómico de educación por habitante se redujo un 5,87% entre el periodo 2009-2016. (785€ en 2016 mientras que en 2009 fue de 834€).6.c) El gasto público total consolidado en Servicios Sociales fue de 16.000 millones de euros en 2016, aproximadamente 1.000 millones menos que en 2010.6.d) El gasto autonómico de servicios sociales por habitante se redujo un 1,55% entre el periodo 2009-2016. (254€ en 2016 mientras que en 2009 fue de 258€).6.e) Mientras que, el gasto autonómico en deuda pública por habitante aumentó 381,8% entre el periodo 2009-2016. (582€ en 2016 mientras que en 2009 fue de 121€).7) El Estado del Bienestar es de los menos redistributivos de Europa: la tasa de pobreza se reduce antes de transferencias sociales en España del 29,5% en 2016 al 22,3% después de transferencias sociales. Mientras que en la UE se pasa de un 26% en 2015 baja al 17,3% de reducción de pobreza (8,7% de reducción en la UE frente a 7,2% en España).@sninobecerraSantiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
Catálogo de horrores – y 3Santiago Niño Becerra - Jueves, 09 de Noviembre Ayer el Dr. Vicenç Navarro finalizaba desgranando un rosario de defectos y carencias del modelo de protección social vigente en España.La pobreza del Estado del Bienestar en España es consecuencia de una fiscalidad débil y regresiva que se ha acentuado todavía más con las reformas de los gobiernos Zapatero y Rajoy. Como consecuencia, los ingresos fiscales en España son inferiores a los de los países de nuestro entorno. Las facilidades que tienen las grandes empresas y fortunas para pagar menos de lo que tienen establecido, gracias a un entramado de desgravaciones y exenciones, hace que la carga fiscal recaiga sobre las clases medias y trabajadoras a través del IRPF y de los impuestos al consumo. Más datos:1) En España el 85% del esfuerzo fiscal recae sobre las rentas del trabajo.2) 17 de las 35 empresas del IBEX no pagan el impuesto de sociedades en España, cuando tan solo 3 compañías cerraron 2014 con pérdidas.Resultado de todo lo anterior es que la pobreza está ya incluida como parte integrante del sistema económico. No es coyuntural, sino estructural. En otras palabras, la pobreza se ha instalado en la sociedad española, afectando a personas y familias que cada vez ven más difícil salir de su situación. La transmisión intergeneracional dará lugar a nuevas generaciones que van a reproducir la pobreza y que cada vez van a tener más difícil salir de ella. De nuevo, más datos:1) La renta media de los hogares se ha reducido un 11% desde 2009 (30.045€) a 2016 (26.730€).2) Hay más de 2,5 millones de trabajadores/as están por debajo del umbral de la pobreza: un aumento del 21,55% desde 2009 (11,6% en 2009 frente a 14,1% en 2016).3) España ha registrado la cifra más alta de pobreza desde 2005: más de 10 millones de personas en España están por debajo del umbral de la pobreza (el 22,3% de la población).4) Pese a la ‘recuperación económica’ la tasa de pobreza ha continuado aumentado respecto al año pasado (2015= 22,1%; 2016= 22,3%).5) El 42,2% de los hogares de 1 adulto con 1 o más niños dependientes está en situación de pobreza;6) El 30,6% de los hogares con niños dependientes están en situación de pobreza;7) Casi 650.000 hogares, más de 1 millón de personas, no tienen ningún ingreso (3,52% de los hogares). La pobreza persistente (personas que permanecen en riesgo de pobreza 2 de los 3 últimos años) es de 15,8 en España (2015) frente a 11,5 en la Eurozona (2015), 4,3 puntos menos, de las más altas de Europa.9) La mala alimentación por motivos económicos y, en ocasiones, el hambre, son situaciones reales que afectan a más de 1 millón de personas en España.10) La Tasa Arope, que es el indicador utilizado por la Unión Europea para medir la exclusión social, sitúa a España 4,9 puntos por encima de la media de la eurozona (27,9 frente al 23%): una de las más altas de la UE.11) En 1 de cada 10 hogares se pasa frío o excesivo calor por no poder mantener la vivienda a temperatura adecuada.12) En 4 de cada 10 hogares no se puede permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año.13) El 15,3% de los hogares tienen mucha dificultad para llegar a fin de mes.14) El 8,4% de los hogares tienen retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal.15) 2,6 millones de personas sufren carencia material severa (5,8% de la población).16) 4 de cada 10 personas viven en hogares sin capacidad para afrontar gastos imprevistos.17) Al menos 6 millones de personas, sin ser pobres, se encuentran en situación económica precaria.Conclusión. El resultado de las políticas neoliberales que han sido seguidas hasta ahora por parte de los gobiernos del PSOE y del PP a nivel central, y por los partidos de derechas (tales como CiU, que ahora se llama PDeCAT) y socialistas que han gobernado en las autonomías.Espero no haberles aturdido con tantos datos. Pero les ruego que consideren que detrás de cada dato hay un enorme, repito, enorme, dolor impuesto a las clases populares de España. Pero este daño se ha conseguido a costa de una gran transferencia de fondos del mundo del Trabajo al mundo de los beneficios de los grandes propietarios del capital, de los más elevados de la Eurozona. Esta realidad permanece ocultada en los mayores medios de información y persuasión del país.Ante esta realidad hay que entender que las pequeñas variaciones de los indicadores económicos, que se presentan por los partidos gobernantes como el PP como indicadores de recuperación económica, se realizan dentro de un marco estructural caracterizado por estos datos. Lo que ha ocurrido estos años en España es un cambio dentro del régimen capitalista, que ha pasado de blando a duro, y ello como resultado de la victoria en un conflicto político que ocurre entre una minoría económica, financiera, mediática y política, por un lado, y las clases populares, que son la mayoría de la población, por el otro. Así de claro.(Agradezco a mi colega Eduardo González de Molina la ayuda en la provisión de la mayoría de estos datos).Finalizado. Sugerencia: repasen las lecturas de ayer y anteayer. Y mediten si, en verdad, ‘España está volviendo a ir bien’.@sninobecerraSantiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
La Europa de las Regiones: La Revolución Francesa 2.0Santiago Niño Becerra - Lunes, 13 de NoviembreHoy estamos en 1937. También en la segunda mitad del Siglo XVIII, y en concreto en 1785. ¿Cómo es eso posible?.Cada período histórico ha estado caracterizado por un sistema económico y social, un conjunto de normas y principios filosóficos, jurídicos y culturales que determinan una estructura general de comportamiento. El modelo es la forma como el sistema se manifiesta en cada momento, es decir, como opera en cada momento. Desde principios del S. XIX el Sistema vigente en el planeta es el Capitalista, independientemente de que, a día de la fecha, haya zonas que parece que ya se encuentran más allá del capitalismo a la vez de que en otras de la sensación de vivir en el pasado remoto. Pero a la vez, la forma como ese capitalismo se manifiesta, el modelo operativo, es totalmente diferente hoy a como lo era en 1965, en 1923 o en 1872, aunque en esos tres años el sistema fuese el mismo.Los sistemas, y por descontado los modelos, se agotan, y lo hacen porque los elementos sobre los que se han construido han dejado de ser válidos por la propia evolución de las cosas: la Historia, en su dinámica evolutiva, va llevando a la sustitución de bases, de puntos de vista, de argumentos conceptuales, entrando en conflicto esos elementos nuevos con los que en ese momento aún se hallan vigentes, produciéndose, cuando ello sucede, el agotamiento del modelo y en ocasiones del sistema en uso. Siempre, en los últimos dos mil años, el proceso ha sido idéntico, y siempre esa secuencia de ‘agotamiento-diseño de un nuevo modelo (o sistema)’ se ha producido en forma de crisis.Dentro de nuestro sistema un cambio de modelo se produjo tras la Depresión. En 1929 el modelo entonces en uso entró en crisis, crisis que con altas y bajas se prolongó hasta 1947 cuando un nuevo modelo comenzó su operativa. Crisis que tuvo dos manifestaciones en 1930 y en 1937.Algo de muchísimo más calado, aunque en la misma línea, sucedió en 1517 cuando Lutero publica sus 95 tesis poniendo en marcha una cadena de conflictos que desembocaron en las Guerras de Religión ocurridas entre 1546 y 1555 y que concluyeron con la consolidación de la ética protestante que abrió las puertas a un nuevo sistema económico y social a partir de principios del siglo XVII. Ahora nos encontramos en un momento parecido.Avancemos un poco más. En 1785 y 1786 se produjo en Europa una crisis fortísima que arruino cosechas y cabañas ganaderas. Aunque afectó a gran parte de Europa, fue en Francia donde tuvo una mayor incidencia debido a tres factores: una población elevada lo que equivalía a una mayor masa de miseria; una monarquía y nobleza particularmente estáticas; y una burguesía de tamaño medio y reducido pero muy dinámica y especialmente afectada por el inmovilismo institucional existente. A eso se añadía una atmosfera intelectual muy activa manifestada en el Enciclopedismo.Lo que sucedió a continuación es conocido. En 1789 la prisión de La Bastille es tomada por la multitud lo que pone en marcha un proceso de crisis que ha pasado a la Historia como la ‘Revolución Francesa’ y que finaliza en 1815 con el Congreso de Viena. Un proceso que puso fin a un modelo basado en el Despotismo Ilustrado, en la especulación (La Burbuja de los Mares del Sur en 1720, por ejemplo), y una creciente presión ejercida por tendencias que buscaban la sustitución del mito por parte de la experiencia y del empirismo (David Hume, “Enquiry concerning human undersanding” publicado 1748, entre otros); todo ello impulsado por una nueva energía aplicada a la producción: el vapor.De aquella gran crisis que tuvo lugar entre 1789 y 1815 nació nuestro sistema: el Sistema Capitalista, caracterizado por una serie de principios y sustentado en una figura: el Estado que hacía de base y de eje. El Estado de las Revoluciones Industriales ha sido un Estado muy potente, omnímodo, omnipresente, con competencias en aumento desde la crisis de 1929; un Estado vinculado a unas fronteras, a un concepto de nación, de territorio, y a una estructura política: la democracia en alguna de sus formas. Un concepto, el de Estado, que daba por supuesto que ‘todos’, que el conjunto de la población, iba a ir a más porque su objetivo era que fuese a más debido a que toda la población, el conjunto de la población, era importante porque era necesario. Un modo de hacer que tomó forma y alcanzó su cima en el nuevo modelo puesto en marcha tras la II GM. Hasta hoy.El concepto de Estado implica cohesión, unión, igualdad, oportunidades para todos, movilidad social, pleno empleo, protección. Los acuerdos de Saltsjobaden de 1938 pusieron la base: el Estado en el centro como garante, y a un lado la burguesía, el capital, y al otro el proletariado, el trabajo. Funcionó mientras este esquema fue necesario: en un escenario de Guerra Fría y mientras el trabajo, todo el trabajo fue imprescindible para generar PIB. A mediados de los 80 empezó a dejar de serlo. Y hoy ya no lo es.A mediados del pasado mes de Octubre la oficina europea de estadística, Eurostat, publicó la edición correspondiente al 2017 del anuario de las regiones. (Lo tienen aquí: es gratuito: http://ec.europa.eu/eurostat/documents/3217494/8222062/KS-HA-17-001-EN-N.pdf/eaebe7fa-0c80-45af-ab41-0f806c433763 y el atlas de gráficos aquí: http://ec.europa.eu/eurostat/statistical-atlas/gis/viewer/?mids=BKGCNT,C02M01,CNTOVL&o=1,1,0.7&ch=C01,ECF,C06¢er=51.07113,12.53045,2& ). Es un conjunto enciclopédico de datos cuyo resumen es muy simple: la mayoría del PIB de Europa se está generando en muy escasos lugares. (En los continentes asiático y americano se está produciendo un fenómeno semejante).A esto añadan otro fenómeno del que ya hemos hablado en ocasiones: la tendencia imparable en todo el planeta, en el entorno postglobal en el que este se ha convertido, hacia el oligopolio, tanto en las actividades productivas como en las financieras y de servicios. De tal modo que, pienso, la ‘Revolución Francesa’ del actual Sistema: de nuestro Sistema, es precisamente la dilución del concepto Estado y la eclosión del poder de las grandes corporaciones centrado en esos muy escasos lugares en los que se concentra la mayor parte de la actividad.Yo escribí en el mes de Septiembre en estas mismas páginas que Catalunya no necesitaba la independencia para alcanzar cotas elevadas de desarrollo económico, y hoy lo continúo pensando. Pero visto como están yendo las cosas es obvio que los tiros van a ir por otro lado. Catalunya será la primera zona, región, comunidad, cluster, en alcanzar el autogobierno; ¿la independencia?, puede; luego vendrán otras zonas otros lugares: repasen los mapas antes indicados.Yo pensé que las instituciones y las autoridades europeas harían de motores de este cambio impulsándolo y favoreciéndolo, pero no ha sido así porque defienden su posición del mismo modo que la nobleza defendió sus intereses en la Francia del siglo XVIII. Pero nadie va a poder parar ese proceso porque el concepto de Estado está superado, agotado. Y no, no es un tema ideológico, ni político. Se tiñe con esos colores porque, pienso, la población tiene que sentirse partícipe del proceso, tanto la que se halla a favor como la que es contraria; pero detrás se encuentran razones muy prosaicas: eficacia, productividad, disponibilidad de recursos, … Y una nueva manifestación de la crisis que comenzó en el 2007 que ya está despuntando en el horizonte y que se sentirá en el 2018.Pienso que Catalunya hubiera tenido bastante con un Estatuto como el de Gernika y con el desarrollo de las competencias que le acompañan, pero eso ya no es suficiente porque eso quedaba enmarcado por un perímetro que ha sido superado por la evolución de la Historia, por lo que ahora ya toca otra cosa. Bienvenidos a la Revolución Francesa 2.0.@sninobecerraSantiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
OligopolizaciónSantiago Niño Becerra - Jueves, 16 de NoviembreRecordarán que en diversas ocasiones hemos hablado de que estamos tendiendo hacia la oligopolización de los mercados de todo. Bien pues aquí tienen un ejemplo: el mercado del libro en papel.Un amigo me ha pasado estos datos. En el 2008 el volumen de facturación del mercado del libro ascendió a 950 M€, en 2016 no llegó los 500 M€, lo que supone una caída del 50% a precio de venta al público. Hasta aquí, pensarán, ‘Vale, se venden –se compran– menos libros; pero lo realmente interesante viene ahora.Ese volumen de facturación se reparte del siguiente modo: Amazon acumula el 10% del mercado total del libro físico. El Corte Inglés concentra el 17%. Fnac tiene el 14% y Casa Libro también el 14%. Es decir, el 63% de los libros que se venden en España los venden cuatro grupos y todos los demás puntos de venta (incluyendo grandes superficies e hipermercados) venden el 37% restante.No entro a valorarlo: es así y punto y entra de lleno en esa tendencia hacia la oligopolización de todos los mercados que ya hemos comentado. Sin embargo, y valoraciones al margen, algo así tiene consecuencias, como que esos grandes núcleos de venta fijen sus condiciones a la hora de realizar sus adquisiciones.@sninobecerraSantiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
Sueldos, salarios y remuneracionesAquí tienen un resumen: https://www.ara.cat/economia/LIbex-dels-directius-congela-treballadors_0_1915608473.html Aquí el informe completo de Oxfam: https://oxfamintermon.s3.amazonaws.com/sites/default/files/documentos/files/bajan-salarios-crece-desigualdad.pdfEs un tema recurrente: las diferencias entre las remuneraciones más elevadas y las más reducidas en una organización privada, y en concreto entre la alta y muy alta dirección y los salarios medios. Algunos apuntes para reflexionar.1 – En teoría el salario es el precio del trabajo, estando un salario vinculado a un puesto de trabajo; es decir un salario debe ser resultado de la valoración de un puesto de trabajo de tal modo que aunque cambie la persona que ocupa ese puesto de trabajo el salario no tiene que cambiar. (Los pluses por nocturnidad, penosidad, etc. quedan al margen porque van por otra vía).2 – Decía ‘en teoría’ porque, en la práctica, hoy el salario es función de la oferta y demanda de trabajo; y hoy la demanda de trabajo es muy inferior a la oferta. Añadan a eso las variantes que puede adoptar esa demanda de trabajo: por unos días, por unas horas, puntual, periódica, aperiódica, …3 – Para la Teoría Económica el Trabajo es un factor productivo. Eso fue así cuando la realidad económica marcaba una situación de pleno empleo de ese factor trabajo, pero de pleno empleo real, con tasas de paro del 1% o menos, no de esa cosa inventada en los 70: una tasa de desempleo que sea lo suficientemente elevada para que no haga que la inflación aumente, y que se le denominó ‘tasa natural de desempleo’: la NAIRU (Non-Accelerating Inflation Rate of Unemployment).4 – Pero en realidad hoy el trabajo es una commodity que se sitúa al mismo nivel que el cobre el agua, el maíz o el algodón, con un hándicap para el trabajo si no se necesita no puede dejarse esperando en la mina como el cobre para sacarlo cuando se precise. En consecuencia el trabajo se rige exclusivamente por la oferta y la demanda siendo el resultado de su interacción el salario.5 – Todo lo anterior en la economía blanca, es decir, legal. Porque si entramos en el mundo de la economía sumergida, con masas de dinero negro moviéndose en ella y con personas que solo pueden negociar con su trabajo, ahí el salario se convierte en un mero elemento residual porque la ley no llega porque no puede o porque prefiere no llegar porque, si llegase, el desempleo podría ser mayor y la competitividad menor.6 – La competitividad. La verdadera competitividad se obtiene cuando la productividad es lo más elevada posible … independientemente de cual sea el nivel de producción: si se obtienen 1.000 unidades en 100 horas de trabajo, la productividad por hora trabajada es de 10 unidades; si se obtienen 500 unidades en 2 horas de trabajo, la productividad es 250 unidades por hora de trabajo. Antes el objetivo era aumentar la producción, para lo que se preciaba más trabajo, pero ahora no, ahora el objetivo es aumentar el margen para lo que es necesario adaptar la producción a la demanda manteniendo un stock de cero unidades y haciendo tender a cero el plazo de entrega, ya que haciendo eso el margen neto por unidad producida se maximiza. Y para funcionar así se precisa inversión –es decir, capital– óptimos sistemas de organización –capital– y los profesionales de bandera que sean precisos en cada momento –capital, humano, si, pero capital– ¿Y lo que comúnmente se entiende por ‘trabajo’? Pues la menor cantidad que sea posible.7 – Las compañías de las que se habla en el artículo o en el informe son generalmente grandes o muy grandes y habitualmente sociedades anónimas, por lo que sus propietarios suelen ser sus accionistas siendo la junta de accionistas el órgano de máximo gobierno y representación. También suele suceder que un número muy escaso de accionistas cuente con unas cantidades de participaciones que les otorguen el control efectivo de esas compañías. Es una forma de hacer que puede no gustar, pero es la que impera porque, guste o no, nos hallamos en el Sistema Capitalista y en él las cosas funcionan así.8 – Juntando todo eso a lo que se llega es algo bastante triste. Excepto las remuneraciones de las personas muy concretas que ocupan puestos muy específicos en las compañías, los salarios medios no sólo no tienden a subir sino que tienden a bajar o, en el mejor de los casos a estancarse. La razón es doble. Por un lado, porque la demanda de trabajo tiende a menos debido a la tendencia hacia el oligopolio que se está dando en casi todos los sectores, a la menor necesidad de trabajo debido a la automatización de procesos, y a la creciente flexibilidad que en los procesos productivos se está introduciendo y que atomiza la necesidad de trabajo. Por otro, porque la oferta de trabajo tiende al alza, por mero crecimiento vegetativo de la población, por la inmigración, por las personas que han perdido su trabajo al ser desplazadas por máquinas, y por el creciente retraso de la jubilación al mostrar el importe de las pensiones una tendencia decreciente.9 – Sin embargo, esos puestos generadores de muy elevado valor añadido, habitualmente directivos, que en número decreciente diseñan las estrategias y las políticas de las compañías, cada vez serán remunerados con mayores cantidades porque, literalmente, la vida de esas empresas depende de lo que esas personas decidan, por lo que, además, su poder de decisión será exponencialmente creciente y sus decisiones más drásticas debido a que su propia supervivencia y su estatus depende de la marcha de la compañía.10 – Entrar en si, como dice uno de los ejemplos expuestos, el máximo directivo percibe una remuneración que equivale a 112 veces la que percibe el asalariado menor debería llevar a preguntar si el valor generado en la compañía por ese directivo es 112 veces superior al valor generado por ese asalariado, pero las cosas no van así.11 – A esos niveles con remuneraciones anuales de seis cifras (e incluso de cinco) no se realiza una valoración del puesto de trabajo como antes comentábamos. Se valoran cosas como el compromiso de mejorar la cotización de las acciones un X%, la reducción de costes de un Y%, la disminución de la plantilla en un Z%, el incremento del margen unitario en un N%, la bajada de la deuda a largo plazo en un M%, la venta de la compañía a un valor determinado o el cierre de la misma a un coste prefijado.12 – Una persona que ocupa esos niveles no se busca poniendo un anuncio en un portal de empleo, en muchas ocasiones ni se requieren los servicios de un headhunter. Su nombre se pronuncia en la sala VIP de un aeropuerto o en el trayecto entre dos hoyos de una partida de golf. Alguien: una persona que está en la cúspide de una compañía necesita a alguien para desempeñar tal proyecto o llevar a cabo tal trayectoria, y se lo comenta a alguien que también se halla en la cúspide de otra compañía, o casi; o le hace llegar el recado a alguien que está haciendo en otra empresa lo que precisa que haga en ‘la suya’. Y contactan, y negocian cosas, entre ellas la remuneración. Ahí la oferta y la demanda de trabajo existen, pero se mueven siguiendo otros parámetros, entre ellos el éxito o fracaso que la oferta haya tenido en otros lugares de desempeño.13 – Por ello esas 112 veces no es algo extraño; de hecho en USA podemos hallar ratios de 750 veces e incluso de 1.150 veces. Y no es extraño por lo dicho: porque a esas alturas las cosas que pasan son diferentes y suceden de modo diferente.14 – Y por ello, porque no va a cambiar lo que sucede a esas alturas, es por lo que yo digo que lo importante no es lo que tienen los de arriba, los de la cúpula; sino lo que no tienen los de abajo, de lo que carecen los asalariados, los que su salario depende de la pura oferta y demanda y que entra en el ‘Y yo, ¡por menos!’15 – Y también por ello pienso que lo mejor es que dejemos de ocuparnos de quienes tienen remuneraciones de seis millones, uso de avión privado, plan de pensiones personal multimillonario y opciones preferentes sobre acciones, y nos ocupemos de quienes están trabajando y percibiendo un salario y se hallan en riesgo de exclusión social y de quienes no están percibiendo ningún salario en absoluto porque carecen de ninguna ocupación.16 – La desigualdad no va a desaparecer, ni va a ir a menos, al revés: va a más, porque ni está de moda reducirla, ni representa un peligro social que exista, ni hay un riesgo político en que así siga.Amén.
Modelo de Protección Social (MPS)Como resumen es muy bueno: https://elpais.com/economia/2017/12/03/actualidad/1512322579_756269.htmlEl MPS está retrocediendo. Donde era potente se está convirtiendo en una sombra de lo que fue; donde es cortito está quedando en nada. ¿Por qué?.El MPS, su concepto, nació en la década de los años 10 en Inglaterra (no en UK), se convirtió en referente teórico en Suecia en la de los 30; y se consolidó en la de los 50 también en UK, y desde allí se fue expandiendo a todo el planeta e implantándose con mayor o menor intensidad en muchos países. Insisto: con mayor o menor intensidad.El motivo de su nacimiento y expansión fue uno y sólo uno: comprar la paz social de una clase obrera explotada y miserizada que contaba con un creciente material teórico procedente del otro lado del Elba y que podía votar opciones no convenientes. A ese motivo se añadió otro: las personas protegidas, al portarse bien, rendían más.El MPS fue posible debido a cinco hechos: 1) el PIB aumentaba acompasadamente y sin riesgos a la vista; 2) en Europa, en USA, existía pleno empleo del factor trabajo (España al margen) y la demanda de trabajo era al alza; 3) los salarios eran crecientes y se indexaban a la inflación; 4) el 99,99% de la población no discutía el concepto de redistribución de la renta (para el 0,01% se inventaron y permitieron los paraísos fiscales); y 5) la esperanza de vida tras la jubilación se situaba, como supermáximo, en diez años.El MPS fue el caballo sobre el que cabalgó la naciente y necesaria clase media, una clase creada por el sistema; protegida con el MPS para introducir estabilidad en el sistema; y alimentada con un aliciente incuestionable: el consumo. Lean a John Kenneth Galbraith en ‘La sociedad opulenta’ (1960), lo cuenta muy bien.Pero todo eso sucedió ayer. A partir de los 80 cuando PIB y demanda de trabajo dejaron de estar vinculados, y sobre todo desde 1991 cuando al otro lado del Elba dejaron de pasar cosas potencialmente peligrosas para el sistema, tanto la clase media como el MPS dejaron de ser necesarios, la redistribución de la renta pasó a ser un concepto del pasado, la reducción de la desigualdad dejó de importar a la mayoría, y los salarios se convirtieron en el precio de una commodity denominada trabajo por lo que la reducción de la pobreza pasó a ser en una-cosa-de-las-ONGs. Y en eso estamos.Entonces, ¿ha muerto el MPS?. Tal y como lo hemos conocido, definitivamente si. Pero no por un tema ideológico como se ha divulgado, sino porque ha dejado de ser necesario: Margaret Thatcher prácticamente no tocó el MPS británico, lo que si hizo su sucesor: John Major, y mantuvo el sucesor de este: el laborista Tony Blair, y ya no enderezó ningún premier siguiente. Si regresásemos a los 60 y 70 y hablásemos a Harold Wilson de los contratos de cero horas literalmente nos tacharía de mentirosos, y sin embargo ya ven …Pienso que Renta Básica es la evolución de nuestro MPS. Obviamente la esperanza de vida caerá cuando se generalicen los recortes en sanidad y se extienda el copago, y la eutanasia activa se impondrá de forma creciente. Hasta que llegue un día que los abuelos cuenten a sus nietos que había una vez en que una cosa llamada Estado proveía de protección social a la totalidad de la población. Y los nietos murmurarán: ‘Ya está otra vez el abuelo con sus historias’.
¿Por qué denominan desigualdad a lo que en realidad es un nuevo modelo?Si, me he inspirado en el título del film de Manuel Gómez Pereira de 1992: “¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?”.Durante años se dijo que no, que la tecnología no iba contra el trabajo. Destruía empleo, pero creaba y crearía mucho. También que el futuro pintaba muy bien porque la tecnología era inclusiva y porque los trabajadores preparados se moverían bien en el nuevo entorno. Y que superada la crisis los salarios crecerían. Y que las pensiones estaban garantizadas.Algunos jamás creímos en todo eso por la simple razón de que analizando la secuencia temporal de hechos no era lógico; y fuimos tachados de pesimistas y agoreros. Pero cada vez se publican más cosas que apuntan a un futuro gris marengo para la mayoría, a un mañana más desigual, con menos oportunidades, menores expectativas, más limitaciones. A un mañana que ya es hoy.Los links que vienen a continuación son una selección de textos publicados en medios generalistas, no en medios académico superespecializados, obtenida en menos de una semana:https://elpais.com/economia/2018/01/22/actualidad/1516611975_434126.htmlhttps://www.ara.cat/economia/nou-multimilionari-dos-dies_0_1947405280.htmlhttp://www.expansion.com/directivos/2018/01/22/5a64e7a4e2704e655f8b45ba.htmlhttp://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/8881858/01/18/El-auge-de-los-robots-en-la-industria-hara-que-las-fabricas-vuelvan-a-casa.htmlhttps://cincodias.elpais.com/cincodias/2018/01/18/midinero/1516296524_006775.htmlhttp://www.publico.es/economia/recortes-salariales-han-costado-37000-millones-trabajadores.htmlhttp://www.expansion.com/economia/2018/01/21/5a64c3af46163fd2228b4652.htmlBien. ¿Qué pasaba y qué está pasando?Desde siempre hasta finales de los años 70 generación de PIB y demanda de trabajo estaban vinculados: para obtener más PIB se precisaba más trabajo. Bien es verdad que desde la I Revolución Industrial la proporción fue bajando al ir creciendo la productividad pero como había tanto que fabricar, tanto que vender y tanto de consumir, había campo para correr. (Y cuando las cuentas no salían oleadas de europeos hacia América, USA fundamentalmente).Además, por lo anterior y tras la II GM, los salarios subían aunque lo hiciese la demanda de trabajo porque la oferta de bienes y servicios se colocaba de sobra, y se colocaban los excedentes a través de la exportación.Y como había una Guerra Fría, los ricos pagaban impuestos a fin de financiar el modelo de protección social que cumplía dos funciones: compraba la paz social y generaba PIB.Y como los mercados de los países eran los mercados naturales y prácticamente todo se fabricaba en las áreas donde se consumía lo que se fabricaba, el crecimiento estaba asegurado en un entorno de tecnología creciente pero que requería de los humanos para que funcionase.O sea, todo OK. Todo genial, hasta mediados de los 70 y sobre todo desde principios de los 80.A mediados de los 70 el petróleo dejó de ser lo que hasta entonces había sido: ultrabarato. A finales de los 70 empezaron a fabricarse cosas fuera de los lugares donde se consumían. Y a principios de los 80 empezaron a meterse robots en las plantas de ensamblaje de automóviles. Es decir, la energía dejó de tener un coste de risa; se demostró que era posible hundir los costes laborales; se puso de manifiesto que se podía prescindir de personas para fabricar cosas. A eso añadan que en los 70 a nadie le importaba lo más mínimo lo que pudiera contaminarse fabricando buques en Corea, por poner un ejemplo, si estos salían mucho más baratos. A partir de ahí el resto de la película es conocido. La justificación de ideológica (aunque en realidad no hacía ninguna falta) vino plasmada en el artículo “¿El fin de la Historia?” publicado en 1989 por su autor Francis Fukuyama.En estos 40 años la necesidad de trabajo ha ido a la baja, la tecnología se ha ido sofisticando de tal modo que cada vez ha sido capaz de hacer más a un coste menor. La demanda de capital ha crecido a la vez que la deuda corporativa ha ido al alza, al igual que lo ha hecho el endeudamiento privado. Los Estados, su papel, ha ido retrocediendo en un ambiente de concentración creciente de todo: de mercados, de rentas, de riqueza, por descontado de capital. Mientras las corporaciones se han ido haciendo más omnipresentes. Y como colofón se ha puesto de manifiesto que ‘las personas’, así, en abstracto, cada vez son menos importantes.Lo dicho: ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?.¡Bienvenidas, bienvenidos, a la Nueva Normalidad!(Por enésima vez vuelvo a recomendar la lectura de ‘El fin del trabajo’, Jeremy Rifkin 1994, en España editado por Paídós en 1996; y les recuerdo su título original que, por alguna razón que desconozco, perdió: “The end of work. The decline of the global labor force and the dawn of the post market era”).