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Fotografía de España de hoy: "O salimos adelante o morimos"http://www.lavanguardia.com/politica/20120304/54263602516/homs-pacto-fiscal-salimos-adelante-morimos.htmlLa Castuza ha hablado. Nuestros caciques políticos muestran abiertamente lo conscientes que son de cómo el NHD, NO HAY DINERO y su dependencia de otros políticos para recibir el dinero, que tanto precisan para mantener el chiringuito, puede suponer de facto su desaparición. En éste caso se trata de un cacique político provinciano, pero perfectamente se puede extrapolar tal afirmación a toda la Castuza española, respecto a su dependencia de las élites dirigentes europeas, por la ayuda financiera.
Nuestros caciques políticos han optado por la vía del reparto de la miseria, del reparto del trabajo, la precariedad, la necesidad. Esta es una medida con efectos amortigüadores, pero al fín y al cabo, con una fecha de caducidad corta: duran únicamente cierto tiempo. Al cabo de unos meses, unos años, la solución transitoria se agota y la olla a presión termina por estallar.
El sistema implementado por la Castuza española hace invisible cada mes a miles y miles de personas. De una época de gran empleo estamos atravesando a otra época con un paro estructural, que no descenderá de 4 millones de españoles. Nadie está preparado, ni se ha preparado para afrontar tal situación durante una década.
Desempleo estructuralEspaña sufre un alto nivel de desempleo estructural. Desde la crisis económica y financiera de los años 1980, el desempleo nunca ha bajado del 8%. España es el país de la OCDE con mayor tasa de desempleo, por delante de Irlanda y Grecia. En los últimos treinta años la tasa de paro española ha rondado el doble de la media de los países desarrollados, tanto en épocas de crecimiento como en crisis.Desde la salida de la crisis de los años 1990, el desempleo descendió desde los 3,6 millones de personas hasta los dos millones, pero se estancó en esa cifra durante toda la época de bonanza hasta la crisis actual. En el año 2003 la tasa de paro era del 11,5%, considerada como una buena cifra en España, pese a que es una tasa de paro que la mayoría de países industrializados sólo alcanza en épocas de crisis económica. En el año 2007, en el que se alcanzó la tasa de paro más baja en treinta años, había 1,8 millones de parados.Desde los sectores de la derecha política española se considera que el desempleo estructural se debe a los altos costes laborales unitarios, debidos a los impuestos, las cotizaciones sociales, y se afirma que la reducción de estos costes fomentaría la contratación. Sin embargo, los gobiernos de José María Aznar, del conservador Partido Popular, entre 1996 y 2004 no rebajaron las cotizaciones sociales ni los impuestos a las rentas más bajas, pero el crecimiento económico de su etapa de gobierno permitió que se creasen cinco millones de puestos de empleo.En cambio, la izquierda considera que la carga de trabajo está mal repartida entre la población activa. Mientras hay un 20% de desempleo, la Unión Europea estima que cada trabajador español realiza una media de 3,7 horas extras a la semana, casi la mitad de ellas sin retribución. Izquierda Unida, coalición de partidos comunistas y socialistas, propone reducir la jornada laboral de 40 a 35 horas semanales.Desempleo coyunturalDespués de la burbuja inmobiliaria y la crisis de deuda soberana del 2011 el paro ascendió en España hasta un 23%, lo que puso la cifra de parados cerca de los 5 millones.La economía española se ha sustentado, durante los últimos cincuenta años, en un modelo productivo mucho más intensivo en mano de obra que en capital e impulsado por sectores de bajo valor añadido, como son la construcción y el turismo, los cuales, al final de la última época de bonanza, copaban la mitad de la producción nacional. En el año 2008, el del inicio de la crisis actual, el ladrillo suponía el 18% del PIB español, las industrias auxiliares de éste, el 21%, y el turismo, el 11%. El hundimiento del sector de la construcción de España tras el estallido de la burbuja inmobiliaria ha propiciado un aumento del desempleo a una velocidad nunca vista antes. El récord trimestral se alcanzó en el primer cuarto de 2009 con 800.000 puestos de trabajo destruidos en sólo tres meses.Durante los últimos lustros, los sucesivos gobiernos no sólo no han impedido la especulación inmobiliaria, sino que incluso la han definido como un modelo económico sostenible y han instado a los ciudadanos a participar en ella. Los cargos políticos negaban la existencia de una burbuja especulativa en el sector de la construcción, y cuando esta ya era evidente, no tomaron medidas para atajar los efectos de su estallido.En los tres años que está durando la actual crisis se han destruido casi dos millones y medio de puestos de trabajo, pasando de 20,5 millones de ocupados al final de 2007 a los 18,2 millones actuales, según la Encuesta de Población Activa. La tercera parte de los empleos perdidos, unos 750.000, corresponden al sector de la construcción.La destrucción de empleo causada por el fin del modelo inmobiliario no se acaba en los parados de la construcción. Como consecuencia de los altos precios de la vivienda que están pagando las familias españolas, la renta disponible para el consumo es escasa, lo que conlleva pocos ingresos en las empresas, y por consiguiente, recortes de plantillas y más desempleo.
Lo que me estoy encontrando después de haber realizado la epopeya de vender mi casa a precios del 2003, es la curiosidad de saber como lo he hecho.Fácil digo: Bajar el precio, también tener suerte, también.Me encontrado con un par de casos de esos que preguntan, al tener pisos en venta, ¿como?.Pero todos responden que ellos también han bajado precio, pero no entienden porque no venden.....en parte sí saben que los bancos no dan créditos, pero si bajan los precios deberían vender.El problema es que en realidad no son conscientes de la magnitud de la tragedia, todos quieren bajar precio, pero su límite de bajada es muy pequeño......en esos casos que comento todos quieren seguir ganando dinero, nadie acepta que debe perder dinero si quiere vender, y aún así les costará.El primer caso quiere vende un piso a más de 2.000euros metro, un piso a más de 40km de Barcelona, pero claro está en la costa....dice que lo ha sacado de la venta hasta antes del verano, luego lo volverá a poner .El otro con más de 5 pisos en Sant Boi del LLobregat, no alquila ninguno,los quiere vender para pagar la megahipoteca que tiene por hacerse una casa residencia habitual. Baja el precio de uno de ellos, en el que vivía habitualmente, pero nadie lo quiere, le digo que lo ponga a precio de compra, pero claro lo compró en los 90, dice que como lo va a vender a esos precios...¿que quieren que lo regale?...dice. Muchos se están ahogando lentamente sin darse cuenta, se están quedando sin liquidez, tienen un inmovilizado con el que no van a poder comer.
Tal robo fue posible por dos milagros. El primero, que José María Aznar cambió la ley hipotecaria en 1998 para permitir a la Iglesia apropiarse de edificios de dominio público, aunque sean patrimonio de todos los españoles: basta con que el señor obispo dé fe y certifique que pertenecen a la Iglesia, sin necesidad de notario. [/b]
Cita de: Caronte el barquero en Marzo 05, 2012, 00:42:01 amLo que me estoy encontrando después de haber realizado la epopeya de vender mi casa a precios del 2003, es la curiosidad de saber como lo he hecho.Fácil digo: Bajar el precio, también tener suerte, también.Me encontrado con un par de casos de esos que preguntan, al tener pisos en venta, ¿como?.Pero todos responden que ellos también han bajado precio, pero no entienden porque no venden.....en parte sí saben que los bancos no dan créditos, pero si bajan los precios deberían vender.El problema es que en realidad no son conscientes de la magnitud de la tragedia, todos quieren bajar precio, pero su límite de bajada es muy pequeño......en esos casos que comento todos quieren seguir ganando dinero, nadie acepta que debe perder dinero si quiere vender, y aún así les costará.El primer caso quiere vende un piso a más de 2.000euros metro, un piso a más de 40km de Barcelona, pero claro está en la costa....dice que lo ha sacado de la venta hasta antes del verano, luego lo volverá a poner .El otro con más de 5 pisos en Sant Boi del LLobregat, no alquila ninguno,los quiere vender para pagar la megahipoteca que tiene por hacerse una casa residencia habitual. Baja el precio de uno de ellos, en el que vivía habitualmente, pero nadie lo quiere, le digo que lo ponga a precio de compra, pero claro lo compró en los 90, dice que como lo va a vender a esos precios...¿que quieren que lo regale?...dice. Muchos se están ahogando lentamente sin darse cuenta, se están quedando sin liquidez, tienen un inmovilizado con el que no van a poder comer.Caronte tu post sobre la venta en el otro foro es sublime estuve apunto de traerlo pero me daba verguenza . Enhorabuena por la venta y lo siento por la perdida . Saludos
CRISIS | La necesidad de alimentarse Vivir de lo que nadie quiere Dos personas recoge la comida que acaban de tirar en un supermercado Gadis de Valladolid. | Ical Crece el número de familias que recogen las sobras de los supermercados'Prefiero que me vean haciendo esto, que robar', dice Carmen Juan López | Ical | Valladolid Actualizado domingo 04/03/2012 13:48 horas Dos mujeres esperan junto a unos contenedores en la puerta trasera de una superficie comercial en Valladolid. Portan un carro de la compra vacío pese a que el establecimiento ya ha cerrado sus puertas. Son las 21.30 horas de un día entre semana, el portón del supermercado se abre y dos empleadas salen cargadas con verduras, frutas, bollería, pan y productos a punto de caducar que no se podrán poner a la venta al día siguiente. Trabajadoras y mujeres se saludan educadamente en una escena poco común, incluso se preguntan en tono familiar y paradójico cómo les va la vida y mientras las primeras cierran la verja del establecimiento a la vez que prenden un pitillo como colofón a su jornada laboral, las segundas comienzan su labor de selección de los alimentos que podrán aprovechar para su consumo familiar. Cualquier alimento es bueno. | Ical Pimientos, lechugas y manzanas en estado óptimo pero que deben salir de los lineales para evitar podredumbres. Todo ello enfila el fondo del carro. Una vez lleno, les quedan 15 minutos andando hasta su casa cargadas hasta arriba de comida, tal vez con la que nunca hubieran imaginado que se alimentarían. Pero eso no les hace perder su orgullo ni les provoca vergüenza. Algunos vecinos que observan la escena, saludan a las mujeres, a las que ven casi a diario, incluso el perro de un paseante habitual de la zona, acude sin dudarlo a reclamar sus carantoñas, acostumbrado a su presencia.Cada vez son más los que al cierre de los supermercados se ven arrastrados por necesidad a obtener algún alimento. Si bien la escena no es nueva, empieza a ser cotidiana desde el comienzo de la crisis, principalmente en las grandes ciudades de Castilla y León. La paradoja reside en que a la vez que algunos buscan comida en los contenedores cada español malgasta una media anual de 163 kilos por persona (7,7 millones de toneladas en total).Es imposible no ver de vez en cuando a gente, y no siempre indigentes, que levantan la tapa del contenedor y revuelven dentro con el único fin de llevarse algo a la boca. En muchos casos, familias en las que hasta hace no mucho todos sus componentes trabajaban y el desempleo y el fin de prestaciones les obliga a ello. "Prefiero que me vean haciendo esto, que robar", dice Carmen mientras recoge alimentos en la calle Monasterio de Santa María de Monserrat de Valladolid. Reside en Girón y recibe 400 euros de ayuda en una familia en la que casi todos son desempleados de la construcción. Con ello da de comer a tres hijos y marido. Reconoce que cada 15 días la parroquia les da una bolsa de alimentos, pero es insuficiente y ello le empuja a acudir a aquel lugar.Además de la comida, el gasto lo debe repartir también en pañales, ropa y calzado para su nieta de dos años, que vive con ella, dado que su hija es discapacitada y no se vale por sí misma. "Menos mal que la casa en la que vivimos es de mi suegro, porque si tuviéramos cargas hipotecarias estaríamos en la calle. No pagamos más que la luz y la bombona", resopla. La comida se comparte "Nunca hay discusiones, siempre se raciona bien", explica CarmenCarmen acude a ese punto de la ciudad casi a diario. Lo hace a la misma hora desde hace dos o tres años. Una de las razones por las que no ha entrado en conflicto social es porque comparte estos alimentos con más gente. Allí también suelen acercarse familias de inmigrantes con una furgoneta, principalmente búlgaros y rumanos, "pero nunca hay discusiones, siempre se raciona bien". La relación con las trabajadoras del supermercado es agradable. Tanto que no arrojan al contenedor la comida si hay gente, sino que la dejan al lado para su selección. Cuando se acercan preguntan: "¿Qué tal Carmen?", y ella responde con un lacónico "bueno ", agradeciendo de nuevo su aportación. En ese momento pasan unas vecinas que las conocen. Mantienen una conversación en confianza, al mismo tiempo que Carmen y Puri buscan entre las bolsas los alimentos y los organizan en su carro.Estas mujeres hablan muy bien de ellas: "Son muy limpias, porque lo que dejan lo tiran al contenedor. Hace años que las conocemos", comentan. Incluso, una de ellas admite que si hay endibias en las cajas y el resto no las quiere, se las lleva por su buen estado. 'Dignamente' En la misma situación se encuentra el leonés Miguel, quien ha trabajado toda su vida en la construcción, pero con 48 años se quedó en paro. Casi tres después continúa en desempleo y reconoce estar "muy desanimado" por la falta de oportunidades, no solo por las condiciones actuales, sino porque supera los 50 y la edad es "un condicionante". La situación se complicó aún más hace dos meses, cuando su hija de 28 años tuvo que regresar a la casa paterna al haberse quedado también sin empleo. Una mujer se afana en llenar las bolsas con los productos que tiran las tiendas. | Ical Aunque reconoce que intentan salir adelante "lo más dignamente posible", no oculta las dificultades a las que tienen que hacer frente cada día. "Si hace frío, te abrigas más y sabes que no puedes permitirte ningún lujo", aunque explica que hay que seguir comiendo, algo a lo que contribuyen los supermercados de la ciudad que "tiran mucha comida en buen estado".Aunque no se avergüenza de su situación porque "ha sido ajena a nosotros", prefiere no dar a conocer sus circunstancias. Por eso, declara que si algo no falta por las mañanas es "una ducha, aunque sea con agua más fresca para ir limpio". "No tengo trabajo, pero afortunadamente tengo una casa y el aseo no puede faltar". Al abrir un contenedor se encuentra una caja entera de patatas fritas pero caducadas hace dos días. "Mi hija se va a llevar una alegría porque son las que más le gustan", bromea. La estampa se hace cada vez más típica de las ciudades. Pasadas las 14 horas, en una importante superficie comercial de la Avenida de Burgos de Valladolid, un grupo de búlgaros que transporta bolsas en bicicletas se afanan en recoger docenas de huevos en cajas sin abrir, que caducan ese mismo día o al siguiente. Pero también carne, algo pasada, pan y bollería. Junto a ellos y con la ayuda de una furgoneta, un matrimonio gitano y una de sus hijas también buscan alimento. En total, su unidad familiar se compone de 12 personas. El hombre prefiere no identificarse. Siempre ha trabajado en el campo, en la vendimia y en otras labores, si bien también dedica su tiempo a la recogida de chatarra, "aunque ahora casi no hay nada". "Yo me levanto todos los días a buscar trabajo, pero donde lo anuncian me dicen que ya han cogido a alguien", se queja. Llevan entre siete y ocho años acudiendo a las puertas de este supermercado, insisten en su buena relación con el colectivo de búlgaros y rumanos y coinciden en que si tuvieran un trabajo "más o menos bien pagado" no lo harían. Nueva estampa en la tradición "No tengo trabajo, pero afortunadamente tengo una casa y el aseo no puede faltar" La crisis también se ha dejado notar en el tradicional y centenario mercado de frutas y verduras de la Plaza España de la capital del Pisuerga. La bella instantánea de un mercado que llena de vida el centro de Valladolid se mezcla ahora con la presencia de varias personas que a diario acuden, sobre las 15 horas, a escudriñar cajas para conseguir manzanas, naranjas, pimientos y lechugas, algo que se ha convertido en habitual, según confirman los comerciantes. Nada de esto les molesta y facilitan incluso este trámite colocando unidas las cajas con alimentos.En general, se trata de grupos marginados, aunque también se acercan en muchas ocasiones ancianos. No es el caso de Carlos, un ciudadano chileno que toca la guitarra y la flauta durante dos horas al día en la calle Santiago. Se gana la vida así "porque no hay otra cosa", dado que de profesión es informático, pero tras cuatro años en España aún no ha podido dedicarse a lo suyo por la falta de oportunidades. Aunque obtiene entre diez y 18 euros al día gracias a la "bondad" del público de Valladolid, recoge fruta para alimentarse y así ahorrar "para comprarse unas gafas". En la actualidad aprende a tocar rumbas que escucha en internet, ya que se hospeda en una casa de acogida de la Iglesia que conoció a través de un amigo salmantino.También en Plaza España busca su comida María Teresa, una vallisoletana de 30 años, madre de tres hijos y soltera, que cobra una pensión de 348 euros mensuales. Aprovecha que va a buscar a sus hijos al Colegio García Quintana para coger fruta y verdura. Un hombre que va con ella la recrimina lo que está haciendo, ella le pide su ayuda y él se la deniega y exclama: "Yo no me pongo a coger comida de ahí". Antes trabajaba en una lavandería, pero su jefe no le renovó el contrato. Dice que habitualmente no hace esto, pero lo ve necesario porque según cuenta algunas asociaciones rechazan socorrerla: "Solo se lo dan a los gitanos e inmigrantes", manifiesta en tono de reproche. Tras la fruta que tira el mercado. | Ical El mismo ritual Pese a que la capital burgalesa no es Madrid, cada vez son más las personas que se ven avocadas a buscar comida donde otros parecen perderla. Ricardo es uno de ellos. Cada mañana acude hasta los contenedores que hay enfrente de un supermercado del barrio de Gamonal, donde no se le caen los anillos para meterse a buscar "lo que se aproveche del contenedor". Guarecido del frío con un chaleco y un gorro de su equipo de fútbol, hace todas las mañanas el mismo ritual: coloca una caja de fruta para que no se cierre el contenedor y se sumerge en lo que para muchos no es más que un espacio para albergar basura. Para él es mucho más, "una forma de ganarse la vida".Ricardo es cartonero. Reconoce que para él lo de buscar en los contenedores no es nuevo porque "tiene que hacerlo para comer". En realidad no es la comida lo que le llama a adentrarse en los contenedores, pero no desprecia nada. "La gente tira muchas cosas que se pueden comer, ¿sabe? Y mira cómo está esta fruta, buena", comenta mientras abre uno de los cinco plátanos que hoy se ha llevado de regalo.Recuerda que ha llegado a llevarse barras de pan enteras. "La gente no sabe lo que tira y los supermercados tampoco", comenta sin vacilaciones. De un salto y con una agilidad pasmosa sale del contenedor y prueba en los que están más próximos. "No me importa que la gente me mire", es mi trabajo, sonríe. No ha habido suerte, "seguro que han venido otros", mientras explica que cada vez son más los que se reparten los pequeños botines de comida que otros desprecian.
Lo que está sucediendo es que nos están sometiendo a un proceso de *saqueo* CALCADO, a los procesos neoliberales que practicaron con latinoamérica con la excusa de la "crisis de la deuda" desde los 70, 80 y 90
Guindos anuncia que el ajuste rondará los 30.000 millones
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...Dado que España está integrada en la disciplina del euro y que, por consiguiente, sufre en su cuerpo social la existencia de una “camisa de fuerza dorada” (Thomas Friedman) en forma de una limitación exterior a su política económica, lo lógico hubiera sido que en esta coyuntura tan mala el déficit público no se hubiera movido. Una moratoria de austeridad. Como el Gobierno de Rajoy en sus medidas de choque ya ha hecho el gasto político de ajustar la economía (mediante un aumento a la sueca de los impuestos directos y una reducción de gasto público) en 1,5 puntos del PIB, la propuesta más sensata hubiera sido dejar el déficit donde está, en el 7% del PIB, sin nuevas tandas de sacrificios adicionales....
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