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Un jurado juzga desde hoy el asesinato de la calle SantalóLos sicarios cobraron 12.000 euros por la muerte del director del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona(...)La fiscal acusa a un empleado desleal de contratar a un esbirro para eliminar a su jefe.(...)La arquitectura de la trama se apoya en la figura de Manuel M., ex director de audiovisuales del CCIB que, según el relato de la Fiscalía, sabía en febrero del 2009 que su jefe, Félix Martínez Touriño, le iba a despedir. Ante esta eventualidad urdió un plan para matar a su superior que pasaría por contratar a un sicario.
Yo lo que veo es un camino, en cuyo final esta el infierno.
A fe que en este pais se han hecho meritos, por lo que ahora, se deben buscar cabezas de turco.(...)La clase politica no puede ni debe ser la cabeza de turco, porque seria el ultimo capitulo de la obra, y recaeria directamente un gran peso de la culpa en la ciudadania, algo que bajo ningun concepto en una sociedad como la española (con un evidente complejo de inferioridad respecto a los paises mas avanzados de Europa) puede asumir.
Por cierto ¿esto lo consideramos un signo de los "mamporreros dándose navajazos" o mera violencia inherente al propio ambientillo de esta gentuza digna de poco más que la sección de sucesos? Porque no es reciente, pero es impactante:http://www.lavanguardia.com/sucesos/20120423/54285140827/jurado-juzga-asesinato-calle-santalo.html
No lo he visto posteado:----
¿Por qué la banca no debe cubrir contra sus beneficios las posibles pérdidas en los créditos que tiene con el sector público?.Ya sé que se consideran muy seguros esos créditos ya que la administración cuenta con una arma efectiva para devolver lo prestado: la obligatoriedad de pagar los impuestos.Sin embargo, la perversidad es tan grande que pasa lo que pasa: no hay un estudio sobre la productividad marginal de la deuda (si es rentable) y no se mide la solvencia del expediente. Los bancos españoles han dejado de prestar a la administración paralela del sector público en muchos lugares: ¿por criterios de insolvencia o que no hay más combustible para prestar (todo va para asumir pérdidas en el ladrillo y otros sectores)?.
Dissoluta est monarchiaA. García-Trevijano (24-04-2012) "Acabada la Dictadura de Primo de Rivera, el régimen monárquico nombró al gobierno Berenguer como prueba de que aquí no había pasado nada. Un 15 de noviembre de 1930, con el título Error Berenguer, Ortega y Gasset publicó en el Sol un simplísimo análisis de la situación, donde se mofaba de la falsa pretensión de que “aquí no ha pasado nada”. Nadie habría retenido aquel insulso artículo si su autor no lo hubiera terminado con el Delenda est monarchia, tomado del Delenda est Cartago de Catón. Era evidente que el Delenda de Ortega no quería decir que la Monarquía debería ser destruida, como Cartago en el delenda de Catón, pero sí que el error Berenguer destruiría el régimen monárquico, del mismo modo que la ciudad de Dido fue aniquilada por los romanos. La metáfora no era apropiada. La Monarquía sucumbió por causas internas a los 5 meses del error Berenguer; Cartago fue destruida por el factor romano 30 años después de la admonición de Catón. Y sin embargo la situación de la actual Monarquía parece la de los 5 meses anteriores a la II República. Los dos errores realesEl error Berenguer está ahora sustituido por el error Juan Carlos, quien acaba de cometer además el yerro de la forzada humillación (lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir) que necesariamente implica la disolución del lazo monárquico. Es decir, ahora hay un doble error monárquico: el error Juan Carlos y el error de Juan Carlos. El doble error del Rey como sujeto activo y como objeto pasivo del error. La conjunción de estos dos errores ha disuelto la causa monárquica.El error Juan Carlos, del que son responsables los sectores que acataron la orden sucesoria de Franco y los que aceptaron después la Monarquía de los Partidos, tenía que causar, en virtud del efecto Montesquieu, la ruina de la Corona al concurrir con cualquier error personal del Rey. En virtud del efecto Montesquieu si una causa particular arruina un Estado, había una causa general que lo haría perecer por una sola causa personal. Este factor individual tiene tal trascendencia que por sí solo disuelve la causa ontológica de la Monarquía. Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir. Son las tres palabras aparecidas en el festín del rey Baltasar, Mane, Tecel, Fares, que el profeta Daniel interpretó como división y partición del reino. La causa franquista de la Monarquía determinaría su ruina por un vicio personal de Juan Carlos. Ese día ha llegado. El pasado día 18 de abril de 2012, Juan Carlos proclamó ante el mundo que la causa de su Monarquía se había disuelto.¿En qué se equivocó Juan Carlos? El Rey dijo que lo sentía. ¿Qué ? ¿Matar elefantes? ¿O divertirse con derroches de riqueza entre la miseria de los parados que le quitan el sueño? Lo que más se le afea es la matanza de elefantes y el modo innoble de tratar sus cadáveres. El asunto guarda relación con Delenda est Cartago. Pues el amor a los elefantes, como a los caballos, se fraguó en la lealtad de esas hermosas cabalgaduras a los soldados que las conducían a las batallas. Se recuerda el nombre del elefante cartaginés Suro, por su lealtad en la batalla del lago Trasimeno (II segunda guerra púnica), cuando aseteado y lanceado por el ejercito romano de Nepote, cargó él solo contra las filas enemigas. Muerto, el jinete permaneció a su vera hasta morir de tristeza.¿En qué se equivocó Juan Carlos? ¿En no comunicar su salida de España? Eso lo ha hecho centenares de veces sin importarle un comino. ¿En dejarse ver públicamente con la cazadora de elefantes que ocasionó su caída? Eso jamás le ha importado. Y sin el accidente habría pasado desapercibido. Llegamos por fin a la oración fatídica. “No volverá a ocurrir”. Eso sólo lo puede decir un empleado que engaña repetidamente a su jefe, un criado sorprendido en flagrante acto de hurto o, con mayor frecuencia, un niño que incumple de modo habitual las promesas de buena conducta a sus padres, tutores o maestros. El quid de la cuestión está en que un Rey no puede pronunciar esas lacayunas palabras sin dejar de ser soberano. Un Rey no puede hacer esa promesa más que a su superior jerárquico o a su banquero. Además, si dice que no volverá a ocurrir está confesando que ha ocurrido por culpa suya. Esto le obliga a detallar lo que no va a ocurrir, lo que va a obedecer. Y un Rey que hace este tipo de promesa, que se declara dispuesto a obedecer lo que le mande el partido del gobierno, o cualquier otro partido estatal, ya no es el Rey de una Monarquía de Partidos, sino el de una Monarquía de los Partidos. La muerte en vida del ReyUn Rey que se humilla ante el pueblo, por orden o consejo de un cargo estatal, sólo puede hacerlo para mantener sus extraordinarios privilegios materiales, a conciencia de haber perdido para siempre toda la dimensión espiritual o patriótica de su función. Un Rey que pide perdón pierde hasta la condición de reyezuelo de quita y pon. La relación del Rey con los gobernados es de orden sentimental. Si el sentimiento mítico de la Corona se esfuma, aunque solo sea un momento, nada ni nadie podrá ya restituirlo. Un Rey humillado es un Rey muerto en vida. Con la disolución de la Monarquía, en la humillación pública de Don Juan Carlos, desaparece el carácter sustantivo de la Institución. Sin substancia propia, sin fundamento subjetivo, sin carácter autónomo, el Rey que se auto-humilla deja de representar la Majestad, e incluso la Auctoritas moral. En las Monarquías de Partidos, el monarca no tiene Potestas constitucional. Un Rey humillado es un despojo de la Realeza. Si no es querido ni temido, un Rey no puede ser respetado. Ese es el secreto de las relaciones míticas. En una hora de desvergüenza, la conducta de un Rey que se humilla levanta para siempre las faldas de la Realeza, convierte en bufonada la reverencia cortesana y arrastra la pordiosería palaciega a la antecámara de las finanzas.La inutilidad de un Rey humillado es percibida enseguida por los círculos dirigentes de la sociedad estatal, pero tarda un poco más en ser advertida por los gobernados. Y antes de que el desprestigio del Rey se extiendan a todas las capas sociales, surgen los intentos de conseguir su abdicación. Por un lado, el Rey teme que si abdica verá reducida enseguida las fuentes de su riqueza y de su influencia. Y si retrasa demasiado su abdicación el partido del Príncipe se desorienta y comprende que el Rey ya no tiene nada propio que transmitir con la abdicación.Abdicar o condenar al Príncipe Cuando el Rey disuelve la Monarquía con un acto forzado de humillación, desaparece la sustancia monárquica que antes podía haber sido transmitida incólume al Príncipe, con el mecanismo ciego de la abdicación. Ya se ha iniciado el proceso mediático de ir colgando en Don Felipe las virtudes que se retiran del Rey. El proceso se acelera en la misma medida en que se acumulan las pruebas de la complicidad del Rey y de la infanta Cristina en la corrupción de Undargarín. La abdicación de un Rey humillado lleva en la Corona transmitida nuevas fuentes de humillación. Siempre es indecoroso el espectáculo que precede a la abdicación o a las esperanzas de abdicación, el oportunismo de los periodistas que parecen apoyar la justificación del Rey, cuando en realidad le están exigiendo mas peticiones de perdón, es decir, más humillaciones.La disolución de la Monarquía responde al adjetivo latino que la define y caracteriza, pues lo normal es que la disolución se derive de las vidas disolutas o depravadas que la anuncian. A la Monarquía de Juan Carlos no habrá que derribarla. La expresión latina, Dissolutio est Monarchia, tiene naturaleza descriptiva de un proceso inexorable. A partir del día 18 de abril, la Monarquía de Juan Carlos carece de sustancia monárquica, es decir de Majestad y de Realeza. Solo le queda su impronta franquista. Es decir, lo único que podría transmitir a su hijo si abdicara. Pero la voluntad del Rey es recalcitrante a la abdicación. No penséis que voy a abdicar.Pero esta vez, la República Constitucional, que es la única alternativa pacífica a la Monarquía de los Partidos, no será fruto de improvisaciones ni de ensoñaciones. Producto de la libertad constituyente y fuente de la democracia representativa, será criterio de racionalización modernizadora del Estado y solución financiera de la crisis económica".http://www.vozpopuli.com/blogs/a-g-trevijano______________Un saludo a todos y gracias por sus aportaciones.
¿Porqué no racionalizamos la racionalización de gastos en sí antes?Uhm, suena bien como nuevo meme para escribir en las farolas y en los azulejos ¿verdad?
Tenemos 445.568 políticos empleados en la administración pública. Casi el doble del segundo que es Italia, y 300.000 más que Alemania. Un estudio desvela que España es el país con más políticos por habitante de Europa Por Javier FonsecaMás artículos de este autorUn estudio interno elaborado por asesores de la Presidencia del Gobierno desvela que España es el país europeo con mayor número de políticos con cargos públicos por habitante de toda Europa. Estos políticos se encuentran trabajando a todos los niveles de la administración. Tenemos 300.000 políticos más que Alemania, trabajando a costa del presupuesto, y el doble que Italia y Francia. Javier Fonseca.25.04.12. Según un estudio elaborado por tres asesores de la Presidencia del Gobierno y al que ha tenido acceso en exclusiva Diario El Aguijón, en España tenemos 445.568 políticos (ver cuadro adjunto a la noticia) trabajando en todos los niveles de la administración, así como en todo tipo de empresas públicas o participación de fondos públicos, fundaciones, entes, observatorios, consejos, defensores, agencias, direcciones etc. Según el informe tenemos el doble del porcentaje por habitante que los que tiene Italia, que se mantiene en niveles muy parejos con los de Francia, país que siempre se ha caracterizado por su fuerte estructura pública. Lo más sorprendente es que España tiene 300.000 políticos empleados por elección o por designación directa en todo tipo de organismos, que Alemania, país que tiene el doble de la población española. El estudio desvela, que el tamaño desmesurado de nuestra administración no se encuentra distorsionado tanto entre los funcionarios que prestan servicio directo al ciudadano (profesores, administrativos, médicos, policias etc), sino que el mayor porcentaje de distorsión se encuentra entre los políticos que pueblan nuestra administración.Las comunidades autónomas y los ayuntamientos, la gran agencia de colocación de los partidos.El estudio desvela que la mayor cantidad de políticos colocados en la administración, lo hacen a través de organismos dependientes de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, y el estudio elaborado por estos tres asesores de la Presidencia del Gobierno destaca la fiebre colocadora en las empresas municipales de la vivienda y las empresas de transporte municipales y la proliferación de observatorios y organismos asesores. Precisamente el informe desvela que es bajo la llamada asesoría donde más políticos hay contratados, señalando incluso que en muchas ocasiones se dan casos de asesores que asesoran a otros asesores y así sucesivamente hasta en cuatro ocasiones hasta que llega el asesoramiento a un cargo electo.Por primera vez se desvela el número de liberados sindicales y patronalesEl informe también considera como políticos a los liberados sindicales y patronales, y por primera vez se les pone cifras. En el caso de las organizaciones sindicales, en España contamos con 65.130 liberados sindicales. Las patronales cuentan con 31.210 personas empleadas con responsabilidad en la dirección política de sus organizaciones. En el informe se especifica que el número de liberados sindicales y patronales se incluye puesto que realizan funciones de organización política del Estado, y sus organizaciones son sufragadas por fondos procedentes de la administración central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. En este apartado no sólo se ha incluído la representación de los sindicatos mayoritarios como CC.OO y UGT sino que también han sido incluídos todos los sindicatos con respresentación. Para el cálculo de estos se ha analizado las bolsas de horas sindicales y liberados que reflejan los convenios colectivos sectoriales.Los datos más voluminosos y algunas curiosidades del estudioEl estudio, del que Diario El Aguijón ha extraído la tabla anexa a este artículo, refleja que el lugar donde más políticos hay colocados es en empresas públicas o con participación pública (en su mayoría son autonómicas y municipales) donde hay empleados la friolera de 131.250 políticos. Le siguen los ayuntamientos, que emplea directamente a 8112 alcaldes y 65.896 concejales. A continuación les siguen los sindicatos y patronales. Entre los elementos especialmente curiosos están los cargos de designación directa en el sistema sanitario y el sistema educativo, donde hay empleados 8260 y 9320 políticos que realizan en su mayoría tareas de asesoramiento, planificación y control del resto de empleados públicos. También destacan los políticos empleados como cargos de confianza, que el informe detalla en 40.000 subrayando el informe, que la cifra se ha disparado por la práctica habitual de los grupos municipales y parlamentarios autonómicos a tener un determinado número de cargos de confianza respecto a su representación que realizan labores internas de los grupos, y que se solapan con las de los asesores personales que a su vez tienen los políticos electos. El informe, por tanto, pone negro sobre blanco que en España tenemos más jefes que indios.
......... La transición estructural no es solo ........
Y de paso, como quien no quiere la "cosa" advierte:Montoro comunica a Bruselas que España necesita endeudarse en 114.193 milloneshttp://www.elconfidencial.com/economia/2012/04/25/montoro-comunica-a-bruselas-que-espana-necesita-endeudarse-en-114193-millones-96787