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¿Hasta qué punto es inminente el colapso de la civilización actual? – 9: Nivel de cumplimiento de las previsiones de LLDC – 9.1 Las revisiones, y primeras conclusiones03/01/2015 por Ferran P. Vilar“La pregunta de nuestros nietos será: ¿cómo pudieron dejar que ocurriera lo que sabían que iba a ocurrir?” – Jorge Riechmann (2013)En 1992 los autores de LLDC ya anunciaban que estabamos fuera de límites. Pero ¿Dónde estamos hoy? ¿Y con qué consecuencias?Hoy nos preguntaremos aquí hasta qué punto las aseveraciones de LLDC, realizadas hace más de 40 años, se están cumpliendo. Me refiero, naturalmente, a las que efectivamente realizaron sus autores, no a las que los propagandistas quisieron hacer creer que decían y muchos han creído. Ya sabemos que la huella ecológica máxima por persona fue superada alrededor de 1980 (473,474), y que ahora necesitaríamos ya un año y medio para que la Tierra pudiera regenerar los recursos renovables que gastamos en un año[1] (datos de 2008) (475,476). No gastamos solamente los intereses: vamos deteriorando el principal. No recogemos solo los frutos: nos comemos también las raíces.De modo que sabemos certeramente que el colapso se va a producir y sólo podemos aspirar a gestionarlo. La cuestión es: ¿cuándo? Veamos aquí por fin qué decía LLDC, y sus sucesivas revisiones, también la más reciente. Y asimismo otras perspectivas menos, o más, pesimistas.El informe original fue publicado en 1972, y dio lugar a una sucesión de trabajos de los autores en publicaciones científicas y menos científicas, como la Harvard Business Review, dirigida a empresarios y gestores. En 1992 los autores publicaron una revisión bajo el elocuente título de Beyond the Limits[2]. En 2004 fue publicada la última revisión realizada por el equipo original: Los límites del crecimiento, 30 años después. Básicamente las actualizaciones mantenían las conclusiones iniciales. Pero el negacionismo organizado había hecho mella en muchos sectores económicos y mediáticos, y ni los libros ni sus resultados recibieron en esas demás ocasiones el eco alcanzado en su propuesta original. Además los tiempos eran otros, y el negacionismo comenzaba a invadirlo todo.¿Estaría en lo cierto, a pesar de todo?Alguien como Matthew Simmons, asesor energético de George W. Bush y miembro del National Petroleum Council de los Estados Unidos, andaba preguntándose en el año 2000 si el Club de Roma, que había financiado LLDC, estaría en lo cierto after all (477). Se entiende que after all ataques a una de las metodologías científicas que más réditos ha permitido a la humanidad, pero que tuvo la osadía de penetrar en territorio ajeno, en fortaleza que creían amurallada.La pregunta no es baladí, sino de la máxima trascendencia. Repito: es de la máxima trascendencia. Si no la letra, sí los gráficos de LLDC, preveían, ya en 1972, el inicio del colapso para muy cerca de hoy si, llegado el caso, uno de los hipotéticos escenarios considerados, el que denominaban standard run, fuere a producirse en la realidad. Alguien, creo que Ugo Bardi, añadió no hace mucho la escala temporal a los gráficos. Oh sorpresa. Según los gráficos entregados por World3 y publicados en LLDC, en ese escenario la actividad económica per cápita alcanzaría un máximo en 2015 (precisamente) para comenzar a disminuir rápidamente. El colapso, así iniciado, alcanzaría velocidad de crucero a partir de 2030. Una velocidad siniestra, pues en esa década la población mundial comenzaría a reducirse. ¿En cuánto? Pues nada menos que a razón de 500 millones de personas por década. ¿No le resulta increíble, querido lector, tal grado de alarmismo?¿Alarmismo? ¿O alarma fundamentada? Veamos.La revisión de 2014El pasado mes de agosto el australiano Graham Turner, una de las personas que en su día trabajó con el World3 y que ahora forma parte del Melbourne Sustainable Society Institute Research, publicó una actualización de la comparación de la realidad con las previsiones de LLDC. El trabajo lleva por título “Is Global Collapse Imminent? An Updated Comparison of the Limits to Growth with Historical Data”[3] (389). Además de las mencionadas revisiones realizadas por los autores originales, ya en 2008 el mismo instituto del CSIRO, el organismo científico estatal del país austral, había efectuado una primera evaluación bajo el título A comparison of The Limits to Growth with 30 years of reality[4] (478). También la agencia medioambiental holandesa PBL efectuó su propia revisión en 2009, con resultados similares pero expresados en una retórica mucho más suave (479). Veamos qué hace Turner en 2014 para evaluar las previsiones de World3 a día de hoy.Lo primero que hace (y había hecho en 2008, e hicieron los holandeses en 2009 con resultados equivalentes) es examinar los distintos escenarios de futuro considerados posibles en 1972, en número de doce, y ver si alguno de ellos se parece, y en qué medida, a lo sucedido desde entonces. Llega a la conclusión de que sí, de que la trayectoria socio-económico-material es reflejo fiel de uno de ellos. Se trata (lo estaba usted temiendo) del escenario al que los autores denominaron standard run que, para entendernos, denominaremos business as usual (BAU). O sea, no cambiar nada en absoluto respecto a cómo se venían haciendo las cosas hasta 1970.Desde luego era imprescindible haber hecho algo: resulta que el marco socioeconómico en que nos hemos movido corresponde precisamente al que, tras la extralimitación, conduce inevitablemente al colapso. Pero no adelantemos acontecimientos que de momento solo sabemos que sí se ha realizado uno de los escenarios contemplados. Pero todavía no sabemos si, en estas condiciones, el modelo World3 entrega una evolución de las variables acorde con la realidad observada en los últimos 40 años.LLDC Turner 2014Así que lo segundo que hace Turner es examinar si la evolución de las variables de estado del sistema predichas por World3 en este escenario se corresponde con la realidad observada. La respuesta es también sí, pero. Ocurre que la única desviación significativa se encuentra en la contaminación global, que World3 preveía para 2014 algo superior a la actual. Justifica esta desviación en dos posibilidades: una mayor absorción de carbono por parte de los océanos y la biosfera de la prevista (he señalado que la dinámica del ciclo del carbono era por entonces muy desconocida), o menores emisiones de las estimadas en la agricultura en comparación con la industria (pues el crecimiento relativo de la producción alimentaria es superior al de la producción industrial) (480).Lo último que hace Turner se lo diré más adelante. Entretanto, veamos a lo largo de las próximas entradas cuáles son los mecanismos que, según World3, conducen al colapso en nuestro escenario BAU, ya analizado.Crisis energética y su influencia en la economíaRecordemos que la energía se define como la capacidad de realizar trabajo, y que no es otra cosa lo que genera actividad (económica u otra) (404). Así pues, la disponibilidad de energía es una precondición para poder realizar trabajo. Una vez se ha empleado se degrada, no es reciclable, y nada la puede sustituir. Hemos examinado esta cuestión en un texto anterior.Pero en esto de que la energía sea lo que genera toda la actividad económica dicen que no hay consenso. Ciertamente, la respuesta depende de a quién le preguntemos. Si se lo pregunta usted a un físico como Stephen Hawkins, por ejemplo, le mirará con desdén por hacerle pregunta tan elemental. Si se lo pregunta a un ingeniero industrial dependerá de su edad y de lo condicionado que esté por sus responsabilidades de gestión. Si no ha hecho un MBA[5] lo normal es que le responda como un físico, y si lo ha hecho dirá que no lo sabe. Si se lo preguntamos a un economista dirá que no está demostrado y lo primero que le vendrá a la cabeza es el famoso desacoplo.¿Pero cómo que no hay consenso? ¿Ahora niegan la segunda ley de la termodinámica? Una cosa es desconocerla, la otra negarla. ¿Usted pretende aumentar la actividad económica con menos energía y materiales? ¿No ve que no lo va a conseguir (481)? O bien ¿a qué llama usted actividad económica? La mida como la mida, la actividad, y por tanto el valor añadido de cada uno, que siempre desemboca en movimiento en su origen, van a ser a partir de ahora progresivamente menores, por lo menos en promedio.Para mí que estamos exactamente frente al mismo argumento del negacionismo climático con respecto al CO2, en su insistencia deshonesta sobre que “no hay pruebas” de que sea este gas el que calienta el planeta, cuando desde luego las hay, múltiples e inequívocas, y lo realmente imposible es encontrar una prueba en contrario."La carga de la prueba, la debe presentar quien introduzva un riesgo en el sistema natural" Nassim Taleb (Ese comunista ecologista rojo podemita ) No se ha podido demostrar jamás que sea posible aumentar la actividad económica sin aumentar al mismo tiempo la energía empleada. Se lo puedo asegurar. Y nunca se demostrará. A nivel global, naturalmente. No vale tomar un país como ejemplo y generalizarlo, pues no todos podrían hacerlo a la vez. Es la falacia de composición, de la que ya hemos hablado. En cambio, lo que sí ha sido encontrado es una relación entre energía y riqueza (cuidado, no PIB). Timothy J. Garrett, de la Universidad de Utah, quiso deducir una fórmula que relacionara ambas variables. No le voy a marear con los detalles ni con las polémicas (482,483). ¡La relación le salió casi lineal! Tome nota, que es fácil de recordar: por cada dólar de 1990 se han empleado 9,7±0,3 mW. Esto le sale así entre 1970 y 2005 (484), relacionando datos econométricos oficiales. Bien por el desacoplo, a ver cuándo empiezan.Para entender bien los mecanismos por los cuales se produce el colapso repasaremos en la próxima entrada algunos conceptos y datos a menudo confusos. Recordaremos muy brevemente qué cosa es el cénit de producción de una materia prima y de una fuente primaria de energía, qué se entiende por tasa de retorno energética y su relación con el cénit, y la importancia decisiva de unir ambos conceptos de cara a evaluar la evolución de la energía neta disponible.Veremos también qué papel puede cumplir la eficiencia energética y hasta dónde es previsible que podamos llegar mediante combustibles no convencionales o con equipos alternativos de generación de energía a partir de flujos renovables. Más adelante nos sorprenderemos al darnos cuenta de cómo LLDC ya tenía en cuenta estas cuestiones, que para muchos son hoy recientes (para mi por lo menos un poco) y para muchos otros, la mayoría, completamente desconocidas o todavía algo confusas.
“La pregunta de nuestros nietos será: ¿cómo pudieron dejar que ocurriera lo que sabían que iba a ocurrir?” – Jorge Riechmann (2013)La respuesta será la que ha sido siempre: somos una especie reactiva.Reaccionamos a los problemas, no los solucionamos antes.A lo largo de la historia hay civilaciones que han desaparecido por cargarse su ecosistema y no pasaba nada porque había diferentes civilizaciones a lo largo del planeta, y éramos muy pocos.Ahora solo hay una civilización en todo el planeta y todos compartimos el mismo ecosistema.Nuestro futuro como especie es desaparecer aunque en los libros de ciencia ficción que tratan estos temas, siempre sobrevive alguna comunidad que retoma la creación de una nueva civilización.Somos una especie sin futuro, el planeta lo heredarán los insectos.Un libro de ciencia ficción que siempre me ha gustado mucho por la cura de humildad a la que somete a nuestra especie es el libro de http://es.wikipedia.org/wiki/Cita_con_RamaNos cuesta aceptar que los humanos en la historia del planeta Tierra somos unos mindundis pero tenemos que aceptar que la Tierra ya giraba la mar de bien sin nosotros, y lo seguirá haciendo. El único problema es que quizá no haya nadie para contemplar su viaje, pero no creo que los insectos se preocupen demasiado por el tema.No hay solución, así de simple.