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Sobre la función pública.No creo que sea momento de echarles en cara dejación de sus responsabilidades como fiscalizadores de la cosa política o como garantes de la continuidad aséptica de la administración del estado, las comunidades o los ayuntamientos.En realidad no se ha esperado eso de ellos, nos acordamos, ahora, cuatro mataos de la jinternec. No creo que nadie que haya entrado en la administración en los últimos 30 años pensase que esa era una de sus funciones y menos aún que de forma expresa o tácita alguien se lo recordase una vez dentro. Tampoco creo que lo viesen los nuevos en los veteranos.Pongamos un ejemplo. Los maestros de cualquier unidad de destino, butifárrica o cachirulística ¿pensaban que su deber era continuar con su labor docente a pesar de la orientación política que se quería dar a su función?. O pensaban que su labor era, sencillamente, aplicar los planes de estudio. ¿Por qué pensaban lo uno o lo otro?.No conozco muy de cerca la administración (en ninguno de sus niveles). Conozco a muchos funcionarios (como todo el mundo) y mi relación con ellos es variada (familiares, amigos, conocidos, vecinos...) y como todo el mundo los conozco como usuario de sus servicios, personalmente o por motivos de trabajo.De mi contacto con ellos derivo que lo que ellos entienden y viven con respecto al trabajo, el servicio, las relaciones laborales...es algo muy distinto a lo que entienden y viven los trabajadores del sector privado o los autónomos (a su vez distinto entre sí).Ese descubrimiento es bastante revelador. Si piensas un poco, resulta que en todo el ciclo del empleo, desde la forma de ingreso, el desarrollo de la carrera profesional, la formación continua, la evaluación del desempeño (sea esta formal o no), la supervisión, la forma de comunicarse el empleador con el empleado, el sistema de retribución, la movilidad funcional y las formas de desvincularse o ser desvinculado de la organización, son tan diferentes si trabajas para el estado o para una empresa que es normal que se creen aproximacines muy diferentes de entender y vivir el trabajo en un ámbito y otro.Hay quien piensa que hay un problema con la función pública. Yo estoy entre ellos. Pero es curioso que no se enunciar el problema de una forma sencilla. No vale, creo, decir que los funcionarios no trabajan. Si hay un problema en la función pública será porque pensamos que no da el servicio que debería o lo hace a un coste demasiado alto. Y si eso es así, no es culpa de los funcionarios (tampoco a pesar de ellos como nos intenta vender alguno intentando dar pena). No me puedo imaginar a ningún empresario o directivo achacar los malos resultados de una empresa a que los trabajadores no trabajan (fundamentalmente porque en el caso improbable de que la empresa se te haya llenado de vagos es por tu culpa).Si es cierto que los funcionarios no trabajan el responsable último de eso no son los funcionarios sino de que el tinglado lo permite, lo fomenta o lo llega a producir.Un ejemplo revelador. El tema de los liberados de la función pública. Me quedé a cuadros cuando Aguirre dijo que iba a reducir el número de liberados. Me dije, no es posible. Luego me enteré que en las diferentes ramas de la administración resulta que se suele pactar incrementar el número de representantes de los funcionarios, dando lugar a más créditos horarios y por acumulación de horas más liberados. Así que hay un número vergonzoso de gente que lleva años sin pisar el puesto al que accedió por unas oposiciones. ¿Es eso culpa de mi vecino que trabaja de C1 en la DGA?¿Por qué ocurre eso, a quién beneficia y cuales son sus motivaciones (o antimotivaciones) para llegar a esos acuerdos?
Cita de: Saturio en Diciembre 23, 2011, 01:43:07 amSobre la función pública.No creo que sea momento de echarles en cara dejación de sus responsabilidades como fiscalizadores de la cosa política o como garantes de la continuidad aséptica de la administración del estado, las comunidades o los ayuntamientos.En realidad no se ha esperado eso de ellos, nos acordamos, ahora, cuatro mataos de la jinternec. No creo que nadie que haya entrado en la administración en los últimos 30 años pensase que esa era una de sus funciones y menos aún que de forma expresa o tácita alguien se lo recordase una vez dentro. Tampoco creo que lo viesen los nuevos en los veteranos.Pongamos un ejemplo. Los maestros de cualquier unidad de destino, butifárrica o cachirulística ¿pensaban que su deber era continuar con su labor docente a pesar de la orientación política que se quería dar a su función?. O pensaban que su labor era, sencillamente, aplicar los planes de estudio. ¿Por qué pensaban lo uno o lo otro?.No conozco muy de cerca la administración (en ninguno de sus niveles). Conozco a muchos funcionarios (como todo el mundo) y mi relación con ellos es variada (familiares, amigos, conocidos, vecinos...) y como todo el mundo los conozco como usuario de sus servicios, personalmente o por motivos de trabajo.De mi contacto con ellos derivo que lo que ellos entienden y viven con respecto al trabajo, el servicio, las relaciones laborales...es algo muy distinto a lo que entienden y viven los trabajadores del sector privado o los autónomos (a su vez distinto entre sí).Ese descubrimiento es bastante revelador. Si piensas un poco, resulta que en todo el ciclo del empleo, desde la forma de ingreso, el desarrollo de la carrera profesional, la formación continua, la evaluación del desempeño (sea esta formal o no), la supervisión, la forma de comunicarse el empleador con el empleado, el sistema de retribución, la movilidad funcional y las formas de desvincularse o ser desvinculado de la organización, son tan diferentes si trabajas para el estado o para una empresa que es normal que se creen aproximacines muy diferentes de entender y vivir el trabajo en un ámbito y otro.Hay quien piensa que hay un problema con la función pública. Yo estoy entre ellos. Pero es curioso que no se enunciar el problema de una forma sencilla. No vale, creo, decir que los funcionarios no trabajan. Si hay un problema en la función pública será porque pensamos que no da el servicio que debería o lo hace a un coste demasiado alto. Y si eso es así, no es culpa de los funcionarios (tampoco a pesar de ellos como nos intenta vender alguno intentando dar pena). No me puedo imaginar a ningún empresario o directivo achacar los malos resultados de una empresa a que los trabajadores no trabajan (fundamentalmente porque en el caso improbable de que la empresa se te haya llenado de vagos es por tu culpa).Si es cierto que los funcionarios no trabajan el responsable último de eso no son los funcionarios sino de que el tinglado lo permite, lo fomenta o lo llega a producir.Un ejemplo revelador. El tema de los liberados de la función pública. Me quedé a cuadros cuando Aguirre dijo que iba a reducir el número de liberados. Me dije, no es posible. Luego me enteré que en las diferentes ramas de la administración resulta que se suele pactar incrementar el número de representantes de los funcionarios, dando lugar a más créditos horarios y por acumulación de horas más liberados. Así que hay un número vergonzoso de gente que lleva años sin pisar el puesto al que accedió por unas oposiciones. ¿Es eso culpa de mi vecino que trabaja de C1 en la DGA?¿Por qué ocurre eso, a quién beneficia y cuales son sus motivaciones (o antimotivaciones) para llegar a esos acuerdos?Hay una diferencia fundamental entre al ámbito privado y el público, al empresario que se le ha llenado la empresa de vagos, tiene 2 opciones, o les despide, o se va a la quiebra.Ninguna de estas 2 opciones son posibles en la función pública. "Yo he visto cosas que vosotros jamás creeríais. Funcionarios pegarse entre ellos apuntillándose porque simplemente no tienen nada que hacer, a pesar de trabajar en un entorno idílico, con cafetería subvencionada, y plaza de parking gratuita en el centro de Madrid. Funcionarios que cuando tienen algo que hacer, se pegan simplemente para ver quién se queda con el marrón y se van pasando la bola, hasta que la necesidad que surgió por hacer el trabajo muere ante la desidia. He visto funcionarios arrumbados en un rincón, con un pc antediluviano, sin internet ni red, programándose un juego, porque una vez tuvo un rifirrafe con un jefazo que le condenó al ostracismo para siempre. He visto funcionarios de alta categoría, no querer encender el ordenador, porque él no tiene por qué aprender informática, y que los correos los mande su secretaria. He visto hacer proyectos informáticos sin hablar con el usuario final, simplemente por presentarle algo a ver si le vale, sin requisitos, y cuando obviamente el programa no vale, cambiarlo todo con prisas con las cosas que ha dicho, tirando todo el esfuerzo por la ventana"Sí, la función pública también tiene elementos valiosos, especialmente gente joven con ganas de trabajar en entornos así de idílicos y tranquilos, porque han conocido el frío que hace fuera en la privada en nuestra era. Pero de los antiguos, pocos, muy pocos se salvan. La función pública, saca lo peor de cada persona. Hace pensar casi, que es imposible que un ser humano aprecie lo bueno que tiene, hasta que lo pierde.A la función pública le falta el miedo, el miedo a ser juzgados por su trabajo, a tener evaluaciones, a perder el empleo definitivamente por chanchulletes o por su desidia. Es triste, pero de tanto ordeñar a la vaca, la han dejado seca. Ahora todos pensamos que esa vaca sin leche sería mejor darla matarile, pues lo único aprovechable es la carne. La fauna que hay en la función pública, es de zoológico de circo.Es lo que hay. Subyace en todo esto una pérdida de valores, que hace que la gente no piense en los demás antes que en sí mismo. Me hace dudar seriamente sobre la posibilidad de la bondad intrínseca del ser humano.
Hace poco me comentaba un amigo, directivo en una gran multinacional ya consolidada, que su empresa es "una trituradora de talento", y la función pública en no poca medida, sobre todo en España dados los incentivos (paga más que la privada y no hay mecanismos de exigencia y control), viene a ser algo similar. Drena del mercado a muchas personas muy preparadas (la privada tiene su culpa por haberse acostumbrado a comprar "carne" al peso, cada vez más barata) y lo anquilosado de las estructuras y/o lo perverso de los incentivos terminan por anularlas.
Cita de: Republik en Diciembre 23, 2011, 11:15:37 amHace poco me comentaba un amigo, directivo en una gran multinacional ya consolidada, que su empresa es "una trituradora de talento", y la función pública en no poca medida, sobre todo en España dados los incentivos (paga más que la privada y no hay mecanismos de exigencia y control), viene a ser algo similar. Drena del mercado a muchas personas muy preparadas (la privada tiene su culpa por haberse acostumbrado a comprar "carne" al peso, cada vez más barata) y lo anquilosado de las estructuras y/o lo perverso de los incentivos terminan por anularlas.Ése es un problema atávico por estos pagos:-. 1 (las consecuencias de los salarios de maître d'hotel, que diría pccc):http://www.elconfidencial.com/espana/2011/12/23/los-bajos-salarios-frenan-el-fichaje-de-altos-cargos-ajenos-a-la-estructura-del-pp-89834/-. 2 Un dicho: "si crees que el contratar talento es caro, prueba con la incompetencia" (otra versión: "paga cacahuetes, y contratarás monos").
Sabadell vende solares de CAM con descuentos del 97%. ¿Lo quieres?Los agujeros de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y la falta de una gestión ortodoxa por parte de sus antiguos directivos no dejan de sorprender. Banco Sabadell ha encontrado unos cuantos solares rústicos financiados por CAM en Alicante y alrededores que su valor no es cero, como algunos inversores cuantifican el importe del suelo adjudicado en poder de los bancos españoles, pero casi.Las características de unos cuantos solares de CAM en Alicante son "para echarse a llorar", aseguran algunas fuentes. Son rústicos, de difícil o casi imposible reclasificación en la actualidad y situados en zonas en las que poco o nada se puede hacer ahora. Ante ello, Sabadell ya les ha puesto precio. Ha provisionado el 97% de su valor en libros, lo que significa que en caso de venderse lo harían con un precio del 3% sobre el valor al que lo financió CAM. Todo un ejemplo de los 'buenos' negocios que se hacían en CAM.
Cita de: Abner en Diciembre 23, 2011, 10:40:28 amCita de: Saturio en Diciembre 23, 2011, 01:43:07 amSobre la función pública.No creo que sea momento de echarles en cara dejación de sus responsabilidades como fiscalizadores de la cosa política o como garantes de la continuidad aséptica de la administración del estado, las comunidades o los ayuntamientos.En realidad no se ha esperado eso de ellos, nos acordamos, ahora, cuatro mataos de la jinternec. No creo que nadie que haya entrado en la administración en los últimos 30 años pensase que esa era una de sus funciones y menos aún que de forma expresa o tácita alguien se lo recordase una vez dentro. Tampoco creo que lo viesen los nuevos en los veteranos.Pongamos un ejemplo. Los maestros de cualquier unidad de destino, butifárrica o cachirulística ¿pensaban que su deber era continuar con su labor docente a pesar de la orientación política que se quería dar a su función?. O pensaban que su labor era, sencillamente, aplicar los planes de estudio. ¿Por qué pensaban lo uno o lo otro?.No conozco muy de cerca la administración (en ninguno de sus niveles). Conozco a muchos funcionarios (como todo el mundo) y mi relación con ellos es variada (familiares, amigos, conocidos, vecinos...) y como todo el mundo los conozco como usuario de sus servicios, personalmente o por motivos de trabajo.De mi contacto con ellos derivo que lo que ellos entienden y viven con respecto al trabajo, el servicio, las relaciones laborales...es algo muy distinto a lo que entienden y viven los trabajadores del sector privado o los autónomos (a su vez distinto entre sí).Ese descubrimiento es bastante revelador. Si piensas un poco, resulta que en todo el ciclo del empleo, desde la forma de ingreso, el desarrollo de la carrera profesional, la formación continua, la evaluación del desempeño (sea esta formal o no), la supervisión, la forma de comunicarse el empleador con el empleado, el sistema de retribución, la movilidad funcional y las formas de desvincularse o ser desvinculado de la organización, son tan diferentes si trabajas para el estado o para una empresa que es normal que se creen aproximacines muy diferentes de entender y vivir el trabajo en un ámbito y otro.Hay quien piensa que hay un problema con la función pública. Yo estoy entre ellos. Pero es curioso que no se enunciar el problema de una forma sencilla. No vale, creo, decir que los funcionarios no trabajan. Si hay un problema en la función pública será porque pensamos que no da el servicio que debería o lo hace a un coste demasiado alto. Y si eso es así, no es culpa de los funcionarios (tampoco a pesar de ellos como nos intenta vender alguno intentando dar pena). No me puedo imaginar a ningún empresario o directivo achacar los malos resultados de una empresa a que los trabajadores no trabajan (fundamentalmente porque en el caso improbable de que la empresa se te haya llenado de vagos es por tu culpa).Si es cierto que los funcionarios no trabajan el responsable último de eso no son los funcionarios sino de que el tinglado lo permite, lo fomenta o lo llega a producir.Un ejemplo revelador. El tema de los liberados de la función pública. Me quedé a cuadros cuando Aguirre dijo que iba a reducir el número de liberados. Me dije, no es posible. Luego me enteré que en las diferentes ramas de la administración resulta que se suele pactar incrementar el número de representantes de los funcionarios, dando lugar a más créditos horarios y por acumulación de horas más liberados. Así que hay un número vergonzoso de gente que lleva años sin pisar el puesto al que accedió por unas oposiciones. ¿Es eso culpa de mi vecino que trabaja de C1 en la DGA?¿Por qué ocurre eso, a quién beneficia y cuales son sus motivaciones (o antimotivaciones) para llegar a esos acuerdos?Hay una diferencia fundamental entre al ámbito privado y el público, al empresario que se le ha llenado la empresa de vagos, tiene 2 opciones, o les despide, o se va a la quiebra.Ninguna de estas 2 opciones son posibles en la función pública. "Yo he visto cosas que vosotros jamás creeríais. Funcionarios pegarse entre ellos apuntillándose porque simplemente no tienen nada que hacer, a pesar de trabajar en un entorno idílico, con cafetería subvencionada, y plaza de parking gratuita en el centro de Madrid. Funcionarios que cuando tienen algo que hacer, se pegan simplemente para ver quién se queda con el marrón y se van pasando la bola, hasta que la necesidad que surgió por hacer el trabajo muere ante la desidia. He visto funcionarios arrumbados en un rincón, con un pc antediluviano, sin internet ni red, programándose un juego, porque una vez tuvo un rifirrafe con un jefazo que le condenó al ostracismo para siempre. He visto funcionarios de alta categoría, no querer encender el ordenador, porque él no tiene por qué aprender informática, y que los correos los mande su secretaria. He visto hacer proyectos informáticos sin hablar con el usuario final, simplemente por presentarle algo a ver si le vale, sin requisitos, y cuando obviamente el programa no vale, cambiarlo todo con prisas con las cosas que ha dicho, tirando todo el esfuerzo por la ventana"Sí, la función pública también tiene elementos valiosos, especialmente gente joven con ganas de trabajar en entornos así de idílicos y tranquilos, porque han conocido el frío que hace fuera en la privada en nuestra era. Pero de los antiguos, pocos, muy pocos se salvan. La función pública, saca lo peor de cada persona. Hace pensar casi, que es imposible que un ser humano aprecie lo bueno que tiene, hasta que lo pierde.A la función pública le falta el miedo, el miedo a ser juzgados por su trabajo, a tener evaluaciones, a perder el empleo definitivamente por chanchulletes o por su desidia. Es triste, pero de tanto ordeñar a la vaca, la han dejado seca. Ahora todos pensamos que esa vaca sin leche sería mejor darla matarile, pues lo único aprovechable es la carne. La fauna que hay en la función pública, es de zoológico de circo.Es lo que hay. Subyace en todo esto una pérdida de valores, que hace que la gente no piense en los demás antes que en sí mismo. Me hace dudar seriamente sobre la posibilidad de la bondad intrínseca del ser humano.Hace poco me comentaba un amigo, directivo en una gran multinacional ya consolidada, que su empresa es "una trituradora de talento", y la función pública en no poca medida, sobre todo en España dados los incentivos (paga más que la privada y no hay mecanismos de exigencia y control), viene a ser algo similar. Drena del mercado a muchas personas muy preparadas (la privada tiene su culpa por haberse acostumbrado a comprar "carne" al peso, cada vez más barata) y lo anquilosado de las estructuras y/o lo perverso de los incentivos terminan por anularlas.
Starkiller, me da igual que seas funcionario o no. Ante unas opiniones adoptas las contrarias y creo que te equivocas igualemente. Yo conozco bastantes funcionarios que ganan más que sus homólogos en la privada. Y conozco funcionarios que han aprobado oposiciones de memorieta, por lo que no se puede hablar de que tengan "conocimientos". Y conozco funcionarios que han sido enchufados directamente, por parentesco o carnet (cosa que dices que sólo ocurre en el sector privado).En todas partes cuecen habas.
La gestión del talento debe ser complicada, porque la compañía de mi amigo paga bien, tiene problemas más bien con el sistema de carreras, que acaba elevando al que hace méritos, a veces sin medirlos bien (o midiendo pseudoméritos), y otras sí, pero situándolos en posiciones en las que ya no usan esas capacidades, que se pierden sin reemplazo.
El principio de Peter, basado en el «estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas», o lo que Peter denomina «hierachiology» («jeraquiología»),1 afirma que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia. Este principio, formulado por el catedrático de ciencias de la educación de la Universidad del Sur de California, Laurence J. Peter en su libro The Peter Principle, de 1969,1 afirma que:En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse.Laurence J. PeterEl primero en hacer referencia a este concepto fue José Ortega y Gasset quien en la década de 1910 dio forma al siguiente aforismo: "Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes".[cita requerida]
Me encanta el olor a capitulación por la mañana:http://www.eleconomista.es/vivienda/noticias/3623271/12/11/2/Muchos-inmuebles-se-venderan-en-2012-por-la-mitad-de-precio-al-que-se-vendian-en-2006.html#ComentariosY atentos a los comentarios a la noticia; lo que aún hay que leer a estas alturas. Como diría Churchill, "sangre, sudor y lágrimas", y a cascoporro, es lo que aún espera a tantísima gente.
Cita de: Republik en Diciembre 23, 2011, 11:39:21 amLa gestión del talento debe ser complicada, porque la compañía de mi amigo paga bien, tiene problemas más bien con el sistema de carreras, que acaba elevando al que hace méritos, a veces sin medirlos bien (o midiendo pseudoméritos), y otras sí, pero situándolos en posiciones en las que ya no usan esas capacidades, que se pierden sin reemplazo. Es un problema recurrente en cualquier organizacion grande, contrastado, investigado y documentado:Sindorme o principio de Peter:http://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_PeterCitarEl principio de Peter, basado en el «estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas», o lo que Peter denomina «hierachiology» («jeraquiología»),1 afirma que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia. Este principio, formulado por el catedrático de ciencias de la educación de la Universidad del Sur de California, Laurence J. Peter en su libro The Peter Principle, de 1969,1 afirma que:En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse.Laurence J. PeterEl primero en hacer referencia a este concepto fue José Ortega y Gasset quien en la década de 1910 dio forma al siguiente aforismo: "Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes".[cita requerida]
A veces parece que la gente esta en los puestos donde más daño pueden hacer .
Así por ejemplo, al referirse a una crisis política o económica, el principio de Peter dice: 1) Muchos de los expertos han alcanzado en la actualidad su nivel de incompetencia: su consejo es desatinado o irrelevante. 2) Algunos de ellos tienen teorías válidas, pero son incapaces de llevarlas a la práctica. 3) En cualquier caso, ni las propuestas sensatas ni las insensatas pueden ser puestas eficientemente en práctica, debido a que la maquinaria de gobierno es una vasta serie de entrecruzadas jerarquías, surcadas de incompetencia en todas direcciones.
Cita de: visillófilas pepitófagas en Diciembre 23, 2011, 12:31:45 pmStarkiller, me da igual que seas funcionario o no. Ante unas opiniones adoptas las contrarias y creo que te equivocas igualemente. Yo conozco bastantes funcionarios que ganan más que sus homólogos en la privada. Y conozco funcionarios que han aprobado oposiciones de memorieta, por lo que no se puede hablar de que tengan "conocimientos". Y conozco funcionarios que han sido enchufados directamente, por parentesco o carnet (cosa que dices que sólo ocurre en el sector privado).En todas partes cuecen habas.Exactamente... en todas partes cuecen habas. yo no digo que los funcis sean seres de luz... creo que yo he comentado por estos foros muchas situaciones grotescas que he conocido de primera mano. Pero eso pasa igualmente en la publica y en la privada, por diferentes (aunque no tanto) motivos.¿Debemos, entonces, buscar joder las condiciones de los trabajadores de la privada, a ver si curran más?Esta claro que si van a recortar, el recorte debe ser homogeneo (Trabajadores, funcionarios, jubilados, etc...). A todos nos va a tocar.Lo que no le veo sentido es a las afirmaciones de que "ningun funcionario curra", "Los funcionarios son los culpables de todo", etc...Como bien has dicho, en todos lados cuecen habas. Y en todos lados hay cosas que arreglar. Pero de ahí a "La culpa de todo la tienen los funcionarios" va un mundo. Y francamente, me preocupa como esta la cosa, cuando hasta en este hilo ya se empiezan a buscar scapegoats. De culpar de todo a los funcis, a hacerlos con los sudamericanos, va un salto que no es demasiado grande.