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Noticia de última hora. Ruiz Gallardón abandonará la política tras su puesto de Ministro de Justicia.
Lo que está sucediendo es que nos están sometiendo a un proceso de *saqueo* CALCADO, a los procesos neoliberales que practicaron con latinoamérica con la excusa de la "crisis de la deuda" desde los 70, 80 y 90
¿Qué os parece esto? Agredir a la castuza es de fatxas según algunos.http://www.grundmagazine.org/2012/ultras-virales/
Desde principios de verano, los problemas de los países del Sur de la zona euro (entre ellos, España) han llevado hasta límites extremos sus primas de riesgo e incluso han amenazado seriamente la pervivencia de la moneda única. El 27 de julio, el gobernador del BCE pronunció sus palabras mágicas: “El BCE hará todo lo necesario para preservar el euro; y, créanme, va a ser suficiente”.Aunque, momentáneamente, disminuyeron las primas de riesgo y se relajaron las presiones sobre la moneda europea, a lo largo de agosto volvieron las tensiones debido a la falta de actuaciones del BCE y a los continuos ataques de los defensores de la ortodoxia monetaria. El 6 de septiembre, Draghi propuso, finalmente, su plan para los países en dificultades.En esencia, el BCE se comprometía a intervenir sin límites en los mercados secundarios de deuda para reducir las primas de riesgo de los países en dificultades, con tal de que los Gobiernos cumplieran sus compromisos de ajuste y solicitaran al MEDE un “rescate preventivo” de en torno al 10% del PIB, sujeto a la condicionalidad necesaria. Se ofrecía la solución, pero se dejaba la iniciativa en manos de los Gobiernos que debían solicitar el rescate. De nuevo se calmaron los mercados.¿Cómo ha reaccionado el presidente del Gobierno español? A nuestro entender, con una mala respuesta: la incertidumbre sobre si pedirá o no el rescate. Quizás sea parte del estilo Rajoy, de quien se ha dicho, en Financial Times, que “ha tenido éxito en política dejando que el tiempo jugara a su favor”.Es posible que esto sea así en política interna, pero no en los mercados financieros, donde la ausencia de decisiones crea expectativas desfavorables. El propio comisario Almunia ha afirmado que la incertidumbre es un riesgo y muchos economistas y personajes relevantes son partidarios de que, si es necesario pedir el rescate, hay que hacerlo cuanto antes.La pregunta obvia es si es necesario pedir el rescate. Hay argumentos para todos los gustos, pero en nuestra modesta opinión, sí lo es, ya que se trata de una condición necesaria para activar los mecanismos del BCE que, actualmente, son los únicos que pueden reducir nuestra prima de riesgo y hacer sostenible nuestra deuda.Es cierto que esta sostenibilidad se vería aliviada si existiera un supervisor bancario único, condición necesaria para que el rescate bancario en curso dejara de computarse como deuda del Estado. Pero la reciente reunión de Nicosia reveló tres poderosos frentes de oposición para un acuerdo en este tema: Reino Unido que no quiere perder el control sobre su poderosa City, Alemania que no acepta levantar el velo de sus bancos públicos (Landesbanken) ni que se abra la caja de Pandora de las cajas de ahorros municipales y otro grupo de países que pretenden supervisar solo a los bancos sistémicos.Pero las razones de fondo para pedir el rescate residen en que confiar en la mejora de la economía española sin este rescate no se corresponde con la tendencia de nuestro déficit público, con el previsible presupuesto para 2013, con la magnitud del paro y con los posibles nuevos sobresaltos que nos depare el sistema financiero. Por el contrario, un rescate inmediato permitiría financiar desde ahora nuestra deuda a tipos razonables y levantaría un cortafuegos ante las expectativas poco favorables de los mercados internacionales.No ignoramos y respetamos los argumentos gubernamentales para apoyar el retraso e incluso la posibilidad de no pedir el nuevo rescate. Aunque no todos los ha explicitado, intuimos que pueden concretarse en estos cuatro.El primero es la esperanza de que los mercados financieros vayan mejorando y que sea suficiente, por ahora, con el previsible sobrante de los 40.000 millones del rescate bancario para salir adelante. Creemos, sin embargo, que los argumentos enumerados más arriba rebaten esta proposición.El segundo, nunca explicitado, se refiere al indudable “estigma político” que para un Gobierno supone una nueva petición de rescate. El señor Zapatero fue estigmatizado en su momento por hacer lo que no quería, con el brutal revolcón en las elecciones. Este Gobierno no puede rehuir una decisión, si es necesaria, por espurios motivos político-electorales.El tercero, sin duda el más poderoso, es “el estigma económico”, que se concreta en la fuerte condicionalidad que pueda incluir el rescate. Condicionalidad que, previsiblemente, no se limitará, como se ha insinuado, a un cumplimiento estricto de los calendarios del ya solicitado rescate bancario, sino que implicará nuevos ajustes y nuevas pérdidas de soberanía en política presupuestaria y económica.Será necesario reconocer abiertamente la nueva condicionalidad porque esta sería la adecuada para nuestra situación real. Una cosa sí le pediríamos, señor presidente: que los nuevos ajustes no recaigan siempre sobre los mismos. Y no diga que todo nos lo imponen desde fuera. Recientemente, ha cambiado mucho la correlación de fuerzas en la zona euro y cada vez es más posible la capacidad negociadora de un posible frente común de los países del Sur.Y el cuarto argumento sería evitar que España fuera utilizada para que mejoraran, a costa de nuestro rescate, las primas de riesgo de todos los países en dificultades. Aunque así fuera, una mejora generalizada de los mercados nos beneficiaría todavía en mayor medida. Pero, seamos honestos, la alternativa real es que lo pidiera antes Italia (o lo pidiéramos ambos conjuntamente). Sin embargo, las condiciones objetivas no son las mismas: su déficit es notablemente más bajo y su deuda, aunque más elevada, está mayoritariamente en sus manos y no, como la nuestra, con un fuerte componente de inversores extranjeros.En conclusión, señor presidente, si hay que pedir el rescate, como creemos haber demostrado, hágalo ya: la indecisión y la espera no logran otra cosa que crear más incertidumbre en los mercados.Agustín del Valle es profesor de Economía en la EOI y Roberto Tornabell es profesor de Banca en ESADE.
PRESENTÓ ESTA SEMANA EL COLECTIVO SOCIAL FRENTE CÍVICO-SOMOS MAYORÍA Julio Anguita: “Cuando la gente estalle ya veremos lo que pasa” TAGS > Julio Anguita Julio Anguita, en una imagen de archivo. (EFE)Alfonso Alba (Córdoba) 22/09/2012 (06:00h) Julio Anguita González (Fuengirola, Málaga, 1941) ha vuelto. El miércoles, presentó desde Córdoba el nacimiento del Frente Cívico-Somos Mayoría, un colectivo social en el que espera aglutinar a todos los ciudadanos afectados por la crisis y que quieran cambiar las cosas. En Córdoba, en el bar de su calle que donde le sirven el café sin preguntarle, recibe a El Confidencial. Tiene 70 años y a pesar de su delicado estado de salud rebosa vitalidad. Es consciente de su edad y siempre repite que ahora sí: el Frente Cívico, dice, es “lo último que puedo hacer por mi país”.El Frente Cívico no es un partido, como usted ha repetido una y otra vez. ¿Es imposible cambiar las cosas desde dentro, ganando unas elecciones?Metafísicamente imposible. La vía de cambio es la vía democrática que implica elecciones, pero más cosas. La vía electoral jamás conseguirá un cambio en la sociedad. ¿Estoy negando que haya elecciones? No. Digo que además de las elecciones, la lucha en la sociedad, la lucha de ideas, el cambio cultural, la organización de la gente... Todo eso también vía democrática. Eso sí. Pero simplemente por ir a votar, nunca. Porque el votar se transforma en un acto que depende de unas campañas en la que algunos tienen más dinero, las leyes electorales y un largo etcétera. En España, por ejemplo, sería imposible que la izquierda, la que sea, eh, pudiera ganar con esa Ley Electoral tramposa. Así que afirmo rotundamente que vía electoral es imposible. Vía democrática, sí. Que implica por supuesto la vía electoral, pero la supera.El pasado miércoles usted dijo que “los partidos han envejecido” y que “todo el andamiaje de la Transición se ha venido abajo”. ¿El Frente Cívico plantea un nuevo sistema electoral o una nueva concepción de partidos políticos?El Frente Cívico está empezando, está balbuceando, y no se plantea grandes debates. Si de mí dependiera, no. ¿Por qué no observamos todo el mundo que bulle? Colectivos ecologistas, de izquierdas, el 15M... Otro mundo es posible. ¿Se ha dado usted cuenta de que no salen del mismo núcleo? Convoque usted la manifestación y allí hay 300 siglas y tres personas. ¿Por qué? Porque es más cómodo. El problema es que quien tiene que hacer los cambios es la inmensa mayoría, que a veces no quiere. Por tanto el Frente Cívico se dirige a esa mayoría. Por eso hemos eludido utilizar las palabras derecha/izquierda, y no porque no lo seamos, sino porque sustituyendo los iconos verbales hemos colocado una propuesta que afecta a la gente, lo concreto, lo inmediato. Lo nuestro es dirigirnos a la inmensa mayoría, que tiene castaña: es contradictoria, gente de derechas, son pasivos, hay gente que se mueve y no sabe cuáles son sus intereses, están divididos electoralmente. Esa es nuestra tarea. Frente Cívico trata de dialogar con la mayoría y decirle qué medidas vamos a tomar para intentar liberarnos, concretas, inmediatas. Soy muy enemigo de que en el Frente Cívico se inicien grandes debates sobre modelos del Estado. Si se inician, porque la gente lo decida, bueno. Pero desde luego por mi impulso no.¿Qué le pasa a la izquierda en España? ¿Es tímida, timorata o también ha envejecido?Primeramente vamos a preguntar qué es izquierda. Porque si usted me pregunta que si la izquierda es los partidos, por sus carnés le diré: no existe. Lo que ocurre es que la izquierda ha caído en la rutina, está esclerotizada. El pensamiento de izquierdas, por su propia definición, es un pensamiento vivo. Pero cuando la izquierda cosifica sus postulados se transforma en su adversario. ¿La izquierda ahora mismo qué está haciendo? Defendemos a la clase obrera y la clase obrera se defiende o no. Porque claro, cuando se dice que se defiende a la clase obrera, hay que decirle: espabila. Es que entonces no me votan. Pues que no te voten. Es decir, ha perdido esa fuerza que tenía el discurso profético. Que hay que cambiar de vida, que hay que vivir de otra manera, que hay que dar ejemplo con la cotidianeidad. Eso lo ha perdido la izquierda. Se ha transformado en otro aparato electoral, como otro cualquiera. Con otros clientes, digamos, que además le son bastante infieles.El pasado miércoles durante la presentación del Frente Cívico no se vieron muchos cargos o militantes de IU. ¿Cómo son sus relaciones ahora con ellos? ¿Están molestos? ¿Los echó de menos?No. Pero no por menosprecio. Tuve al día siguiente la grata sorpresa de que el coordinador de IU en la provincia de Córdoba [Pedro García] recomendó que la gente de IU trabajase en el Frente Cívico. Ellos saben perfectamente a quién me estoy dirigiendo y lo que estoy proponiendo. Nosotros nos definimos: en el fondo lo que queremos es pesar en un lugar de la historia. A veces hay que negarse. Tenemos que conseguir a esa mayoría, que es la única capaz de cambiar esto. El resto son discursos un poco narcisistas. El miércoles, usted dejó su carnet de Izquierda Unida sobre la mesa...Mi carnet del PCE, que es más importante (risas). No abjuré de mis principios ni renegué de mi partido. Dije que lo dejo aquí para que se vea que hago un gesto de desnudarme, para que la gente también entre. Desnúdate tú de eso de Todos los partidos son iguales. Eso te lo quitas. Claro, esto es una provocación, un reto. Decís que lo que hay que hacer es tocar los problemas concretos, venga, vamos allá. Claro, uno se encuentra que después en el fondo la gente encubre su adscripción política con esas cosas. Yo se las quiero quitar.La historia se repite, primero como tragedia y después como farsa. ¿Está de acuerdo? ¿En qué fase estamos?Ni si quiera en la farsa. La farsa es un género literario que tiene una cierta calidad. Hay autores, por ejemplo Muñoz Seca o Jardiel Poncela, que tenían una enjundia. Estamos ante algo que no tiene calidad ninguna. Es una especie de sucedáneo. Pero de la nada, porque ni siquiera es un sucedáneo de algo. Es Twitter, más declaraciones, más urnas. Eso es lo que hay ahora.Usted habla que vivimos una situación de “emergencia nacional”. La más grave en la Historia de España. ¿Todo puede ir a peor aún?Sí, claro. Todo es perfectamente empeorable.¿Hasta dónde?Pues a que haya vagabundos en las calles, más todavía. A que surja nuevamente la caridad de los conventos. A que el mercado lo solucione todo. Que la gente con dinero tenga guardias personales, como en la Edad Media, porque la Policía, diríamos oficial, ya no sirve. A que se privaticen las cárceles, que hay por ahí un proyecto para eso. Pues sí, eso es peor. Pero en eso estamos. Estamos llegando ya mentalmente. La gente a veces lo dice y no se está dando cuenta de lo que está diciendo. La están conduciendo a que lo diga.Es difícil ilusionar a la gente con esas perspectivas. ¿Qué ofrece el Frente Cívico para sumar a la mayoría? ¿Qué le promete?Aparte de que el Frente Cívico tendrá su propio discurso, yo voy a decir el mío. Yo nunca he ofrecido nada. Esto es un puesto de lucha: ven. Sin más alharacas y sin más lenguaje florido.¿Verá usted la III República con los méritos que están haciendo los Borbones?No es un problema de los Borbones. El problema de la república no es la monarquía. La República no se define porque haya un jefe de Estado elegido. No. Esa no es su principal característica. Radicalidad democrática, sufragio universal, acceso a la propiedad, justicia social. Eso es la República. Y eso necesita de una sociedad de ciudadanos, con conceptos cívicos. Y a partir de ahí a la Monarquía no hay ni que sacarla. Se va. Por eso, tantos republicanos que están cada día atacando al Rey están gastando energías inútiles. O bien justificando su vagancia y embistiendo a algo que es una especie de monigote que cuando todo se vaya cambiando no dura ni cinco minutos. Como le pasó a Alfonso XIII. O como le pasó antes a Isabel II. Entonces, hombre, si el monarca hace ciertas cosas que no son correctas deben ser criticadas. Pero cargar todas las baterías contra el Rey hablando de la República francamente es una memez.En ese caso, quedan pocas repúblicas en Europa, aunque lo sean sólo por su nombre...Hombre, todas las que existen oficialmente sí las ponemos al lado de las monarquías, que son sistemas mostrencos. Porque si hay algo viejo es una monarquía. Digamos que formalmente son repúblicas. Y repito, incluso a nivel formal mejor que la monarquía. Pero después, en el sentido de república que yo hablo, no hay ninguna.Usted habló en su intervención del 15M. Desde que dejó de ser coordinador general de IU había estado ocupando una segunda línea en conferencias y escritos. ¿El 15M ha provocado que usted dé el paso para conformar el Frente Cívico?Yo dejé de ser coordinador general de IU creo que fue el 28 o el 29 de octubre del año 2000, en una asamblea. Convoqué a los medios de comunicación a una rueda de prensa y dije: en dos años voy a estar callado. Y cumplí. Y cambio de trinchera, pero no de lucha. Y seguiré luchando hasta que mi corazón lo permita, o mi salud, o mi vida. De modo que no ha sido volver como unos piensan. Me he adelantado hacia el proscenio en un momento pero con voluntad de retirarme enseguida. Así que no he cambiado lo que pensaba. He asumido que tenía que dimitir y ya está. En mi vida siempre he tenido que dimitir antes. Dimití de alcalde, tuve que dimitir de presidente de IU-CA, tuve que dimitir antes de coordinador de IU. De la misma manera que tuve que ir siempre apagando fuegos. Mi vida ha sido una permanente tensión y eso, después, lo va a pagar la salud. Pero bueno.¿Esperanza Aguirre ha dimitido o la han dimitido?Aunque a mí no me lleva mucho tiempo pensar en eso, es muy raro. Yo no creo que sean problemas de salud. En el fondo debe haber algo raro, de características de escándalo que no puedo calibrar, porque lo de que yo tengo que hacer el relevo. Hombre, yo eso lo he hecho. Pero lo he preparado. El relevo se prepara en unos meses, en unas semanas, se va hablando con la dirección del partido, se va anunciando. Esto ha sido por sorpresa. Algo se teme. No sé qué. Desde luego el mundo que la rodea no es un mundo para estar tranquilo. Es un mundo donde, como los buitres, los jueces están todo el día planeando.El Financial Times ya ha publicado que el ministro de Economía, Luis de Guindos, está negociando el rescate total a España.El secuestro total. Lo llaman rescate, pero es un secuestro.Cuando eso ocurra, ¿se tiene que ir el Gobierno?Se tiene que ir el Gobierno y la oposición. Los dos. Porque la política es la misma, con matices. Ha hecho crisis todo el ilusionismo que surgió con Maastricht. Se ha ido al traste toda la serie de mentiras, de estupideces y de boberías de tanto europeísta en la inopia, que no leía sino las consignas de su partido. Maastricht es esto. El euro es el marco cambiado de nombre. Muchas alegrías, pero es incompatible una moneda única en países como Alemania y los llamados PIGS. O se van los PIGS, los echan, o se va Alemania. Salvo que cambie el concepto. No lo que ha dicho Durao Barroso, que habla de un Estado Federal, unas cosas muy raras. Por tanto, si nos rescatan habrá más vueltas de tornillo hasta que la gente estalle. Y cuando la gente estalle pues ya veremos lo que pasa. ¿Qué está pasando en Cataluña y el País Vasco?Mire, eso sí que es una farsa. Yo diría que es una comedia de Muñoz Seca, que tenía cosas geniales. Lo de Cataluña ya es tremendo. Unos dirigentes que votan las políticas más reaccionarias porque son fieles a su tradición. La burguesía catalana ha sido la más traidora a la hora de haber cambiado el país. Pudo, pero le dio miedo. Ahora hacen lo mismo que hacía Cambó. Cambó amenazaba Madrid con la independencia para sacar la pela. Y eso es lo mismo. Lo que ocurre es que en la calle el tema de la independencia tiene una especie de eco porque es muy simple, y somos un país de simplezas. Creen que con la independencia se van a solucionar los problemas. Naturalmente, yo soy partidario de que el pueblo catalán decida. Y que después asuma su responsabilidad. Creo que por demócrata el pueblo tiene que decidir. Ahora, a partir de ahí, si resulta que las empresas catalanas... Ah amigos, ¿queréis volver entonces a formar parte? Pero esto lo ponía en claro el movimiento obrero si existiera, que no existe. Cuando hiciera de la lucha social el eje estos nacionalistas de derechas se esfumaban, porque siempre han vivido a base de estar engañando, chantajeando, pero después votando a los gobiernos de derechas en el Parlamento español. Han sido un tanto trabucaires, por utilizar una expresión catalana. Pero bueno, el problema es que la gente se lo crea. Y por tanto, hágase la voluntad del pueblo soberano. Y el pueblo soberano después que apeche con lo que decida.¿Y en el País Vasco?Hay elementos distintos, porque lo que acabo de decir es del PNV. Lo que pasa es que el PNV es un poco más avanzado que CiU. Y después está la izquierda abertzale. Donde hay izquierda y donde hacen de la lucha social el planteamiento de la lucha nacional. Vuelvo a decir que en un mundo globalizado no entiendo que la independencia pueda servir para cambiar la sociedad. No lo entiendo, aunque respeto la opinión. Pero tiene ese elemento de diferencia. Queramos o no, el Estado español ha sido este. Igual que hay nacionalismos hay un nacionalismo español, igual de trabucaire. El de banderita tú eres roja, etcétera, etcétera. En España ha faltado el siglo de la razón. Hemos sido un país de consignas, de grandes sentimientos, de emotividades. Muy poco de razón. Y fíjese que somos un país que no tiene miedo a ponerse delante de un toro pero ve un libro y se echa a temblar. ¿Por qué no quiere hablar de Carrillo?Porque no, porque quiero ser fiel a mí mismo.
Sin comentarios: La cúpula de Bankia blinda su defensa con exmagistrados del Constitucional y del SupremoCarlos Fonseca 21/09/2012http://www.elconfidencial.com/espana/2012/09/21/la-cupula-de-bankia-blinda-su-defensa-con-exmagistrados-del-constitucional-y-del-supremo-105810
Alemania veta el uso del rescate de la banca para comprar deuda
CitarPRESENTÓ ESTA SEMANA EL COLECTIVO SOCIAL FRENTE CÍVICO-SOMOS MAYORÍA Julio Anguita: “Cuando la gente estalle ya veremos lo que pasa” TAGS > Julio Anguita Julio Anguita, en una imagen de archivo. (EFE)Alfonso Alba (Córdoba) 22/09/2012 (06:00h) Julio Anguita González (Fuengirola, Málaga, 1941) ha vuelto. El miércoles, presentó desde Córdoba el nacimiento del Frente Cívico-Somos Mayoría, un colectivo social en el que espera aglutinar a todos los ciudadanos afectados por la crisis y que quieran cambiar las cosas. En Córdoba, en el bar de su calle que donde le sirven el café sin preguntarle, recibe a El Confidencial. Tiene 70 años y a pesar de su delicado estado de salud rebosa vitalidad. Es consciente de su edad y siempre repite que ahora sí: el Frente Cívico, dice, es “lo último que puedo hacer por mi país”.El Frente Cívico no es un partido, como usted ha repetido una y otra vez. ¿Es imposible cambiar las cosas desde dentro, ganando unas elecciones?Metafísicamente imposible. La vía de cambio es la vía democrática que implica elecciones, pero más cosas. La vía electoral jamás conseguirá un cambio en la sociedad. ¿Estoy negando que haya elecciones? No. Digo que además de las elecciones, la lucha en la sociedad, la lucha de ideas, el cambio cultural, la organización de la gente... Todo eso también vía democrática. Eso sí. Pero simplemente por ir a votar, nunca. Porque el votar se transforma en un acto que depende de unas campañas en la que algunos tienen más dinero, las leyes electorales y un largo etcétera. En España, por ejemplo, sería imposible que la izquierda, la que sea, eh, pudiera ganar con esa Ley Electoral tramposa. Así que afirmo rotundamente que vía electoral es imposible. Vía democrática, sí. Que implica por supuesto la vía electoral, pero la supera.El pasado miércoles usted dijo que “los partidos han envejecido” y que “todo el andamiaje de la Transición se ha venido abajo”. ¿El Frente Cívico plantea un nuevo sistema electoral o una nueva concepción de partidos políticos?El Frente Cívico está empezando, está balbuceando, y no se plantea grandes debates. Si de mí dependiera, no. ¿Por qué no observamos todo el mundo que bulle? Colectivos ecologistas, de izquierdas, el 15M... Otro mundo es posible. ¿Se ha dado usted cuenta de que no salen del mismo núcleo? Convoque usted la manifestación y allí hay 300 siglas y tres personas. ¿Por qué? Porque es más cómodo. El problema es que quien tiene que hacer los cambios es la inmensa mayoría, que a veces no quiere. Por tanto el Frente Cívico se dirige a esa mayoría. Por eso hemos eludido utilizar las palabras derecha/izquierda, y no porque no lo seamos, sino porque sustituyendo los iconos verbales hemos colocado una propuesta que afecta a la gente, lo concreto, lo inmediato. Lo nuestro es dirigirnos a la inmensa mayoría, que tiene castaña: es contradictoria, gente de derechas, son pasivos, hay gente que se mueve y no sabe cuáles son sus intereses, están divididos electoralmente. Esa es nuestra tarea. Frente Cívico trata de dialogar con la mayoría y decirle qué medidas vamos a tomar para intentar liberarnos, concretas, inmediatas. Soy muy enemigo de que en el Frente Cívico se inicien grandes debates sobre modelos del Estado. Si se inician, porque la gente lo decida, bueno. Pero desde luego por mi impulso no.¿Qué le pasa a la izquierda en España? ¿Es tímida, timorata o también ha envejecido?Primeramente vamos a preguntar qué es izquierda. Porque si usted me pregunta que si la izquierda es los partidos, por sus carnés le diré: no existe. Lo que ocurre es que la izquierda ha caído en la rutina, está esclerotizada. El pensamiento de izquierdas, por su propia definición, es un pensamiento vivo. Pero cuando la izquierda cosifica sus postulados se transforma en su adversario. ¿La izquierda ahora mismo qué está haciendo? Defendemos a la clase obrera y la clase obrera se defiende o no. Porque claro, cuando se dice que se defiende a la clase obrera, hay que decirle: espabila. Es que entonces no me votan. Pues que no te voten. Es decir, ha perdido esa fuerza que tenía el discurso profético. Que hay que cambiar de vida, que hay que vivir de otra manera, que hay que dar ejemplo con la cotidianeidad. Eso lo ha perdido la izquierda. Se ha transformado en otro aparato electoral, como otro cualquiera. Con otros clientes, digamos, que además le son bastante infieles.El pasado miércoles durante la presentación del Frente Cívico no se vieron muchos cargos o militantes de IU. ¿Cómo son sus relaciones ahora con ellos? ¿Están molestos? ¿Los echó de menos?No. Pero no por menosprecio. Tuve al día siguiente la grata sorpresa de que el coordinador de IU en la provincia de Córdoba [Pedro García] recomendó que la gente de IU trabajase en el Frente Cívico. Ellos saben perfectamente a quién me estoy dirigiendo y lo que estoy proponiendo. Nosotros nos definimos: en el fondo lo que queremos es pesar en un lugar de la historia. A veces hay que negarse. Tenemos que conseguir a esa mayoría, que es la única capaz de cambiar esto. El resto son discursos un poco narcisistas. El miércoles, usted dejó su carnet de Izquierda Unida sobre la mesa...Mi carnet del PCE, que es más importante (risas). No abjuré de mis principios ni renegué de mi partido. Dije que lo dejo aquí para que se vea que hago un gesto de desnudarme, para que la gente también entre. Desnúdate tú de eso de Todos los partidos son iguales. Eso te lo quitas. Claro, esto es una provocación, un reto. Decís que lo que hay que hacer es tocar los problemas concretos, venga, vamos allá. Claro, uno se encuentra que después en el fondo la gente encubre su adscripción política con esas cosas. Yo se las quiero quitar.La historia se repite, primero como tragedia y después como farsa. ¿Está de acuerdo? ¿En qué fase estamos?Ni si quiera en la farsa. La farsa es un género literario que tiene una cierta calidad. Hay autores, por ejemplo Muñoz Seca o Jardiel Poncela, que tenían una enjundia. Estamos ante algo que no tiene calidad ninguna. Es una especie de sucedáneo. Pero de la nada, porque ni siquiera es un sucedáneo de algo. Es Twitter, más declaraciones, más urnas. Eso es lo que hay ahora.Usted habla que vivimos una situación de “emergencia nacional”. La más grave en la Historia de España. ¿Todo puede ir a peor aún?Sí, claro. Todo es perfectamente empeorable.¿Hasta dónde?Pues a que haya vagabundos en las calles, más todavía. A que surja nuevamente la caridad de los conventos. A que el mercado lo solucione todo. Que la gente con dinero tenga guardias personales, como en la Edad Media, porque la Policía, diríamos oficial, ya no sirve. A que se privaticen las cárceles, que hay por ahí un proyecto para eso. Pues sí, eso es peor. Pero en eso estamos. Estamos llegando ya mentalmente. La gente a veces lo dice y no se está dando cuenta de lo que está diciendo. La están conduciendo a que lo diga.Es difícil ilusionar a la gente con esas perspectivas. ¿Qué ofrece el Frente Cívico para sumar a la mayoría? ¿Qué le promete?Aparte de que el Frente Cívico tendrá su propio discurso, yo voy a decir el mío. Yo nunca he ofrecido nada. Esto es un puesto de lucha: ven. Sin más alharacas y sin más lenguaje florido.¿Verá usted la III República con los méritos que están haciendo los Borbones?No es un problema de los Borbones. El problema de la república no es la monarquía. La República no se define porque haya un jefe de Estado elegido. No. Esa no es su principal característica. Radicalidad democrática, sufragio universal, acceso a la propiedad, justicia social. Eso es la República. Y eso necesita de una sociedad de ciudadanos, con conceptos cívicos. Y a partir de ahí a la Monarquía no hay ni que sacarla. Se va. Por eso, tantos republicanos que están cada día atacando al Rey están gastando energías inútiles. O bien justificando su vagancia y embistiendo a algo que es una especie de monigote que cuando todo se vaya cambiando no dura ni cinco minutos. Como le pasó a Alfonso XIII. O como le pasó antes a Isabel II. Entonces, hombre, si el monarca hace ciertas cosas que no son correctas deben ser criticadas. Pero cargar todas las baterías contra el Rey hablando de la República francamente es una memez.En ese caso, quedan pocas repúblicas en Europa, aunque lo sean sólo por su nombre...Hombre, todas las que existen oficialmente sí las ponemos al lado de las monarquías, que son sistemas mostrencos. Porque si hay algo viejo es una monarquía. Digamos que formalmente son repúblicas. Y repito, incluso a nivel formal mejor que la monarquía. Pero después, en el sentido de república que yo hablo, no hay ninguna.Usted habló en su intervención del 15M. Desde que dejó de ser coordinador general de IU había estado ocupando una segunda línea en conferencias y escritos. ¿El 15M ha provocado que usted dé el paso para conformar el Frente Cívico?Yo dejé de ser coordinador general de IU creo que fue el 28 o el 29 de octubre del año 2000, en una asamblea. Convoqué a los medios de comunicación a una rueda de prensa y dije: en dos años voy a estar callado. Y cumplí. Y cambio de trinchera, pero no de lucha. Y seguiré luchando hasta que mi corazón lo permita, o mi salud, o mi vida. De modo que no ha sido volver como unos piensan. Me he adelantado hacia el proscenio en un momento pero con voluntad de retirarme enseguida. Así que no he cambiado lo que pensaba. He asumido que tenía que dimitir y ya está. En mi vida siempre he tenido que dimitir antes. Dimití de alcalde, tuve que dimitir de presidente de IU-CA, tuve que dimitir antes de coordinador de IU. De la misma manera que tuve que ir siempre apagando fuegos. Mi vida ha sido una permanente tensión y eso, después, lo va a pagar la salud. Pero bueno.¿Esperanza Aguirre ha dimitido o la han dimitido?Aunque a mí no me lleva mucho tiempo pensar en eso, es muy raro. Yo no creo que sean problemas de salud. En el fondo debe haber algo raro, de características de escándalo que no puedo calibrar, porque lo de que yo tengo que hacer el relevo. Hombre, yo eso lo he hecho. Pero lo he preparado. El relevo se prepara en unos meses, en unas semanas, se va hablando con la dirección del partido, se va anunciando. Esto ha sido por sorpresa. Algo se teme. No sé qué. Desde luego el mundo que la rodea no es un mundo para estar tranquilo. Es un mundo donde, como los buitres, los jueces están todo el día planeando.El Financial Times ya ha publicado que el ministro de Economía, Luis de Guindos, está negociando el rescate total a España.El secuestro total. Lo llaman rescate, pero es un secuestro.Cuando eso ocurra, ¿se tiene que ir el Gobierno?Se tiene que ir el Gobierno y la oposición. Los dos. Porque la política es la misma, con matices. Ha hecho crisis todo el ilusionismo que surgió con Maastricht. Se ha ido al traste toda la serie de mentiras, de estupideces y de boberías de tanto europeísta en la inopia, que no leía sino las consignas de su partido. Maastricht es esto. El euro es el marco cambiado de nombre. Muchas alegrías, pero es incompatible una moneda única en países como Alemania y los llamados PIGS. O se van los PIGS, los echan, o se va Alemania. Salvo que cambie el concepto. No lo que ha dicho Durao Barroso, que habla de un Estado Federal, unas cosas muy raras. Por tanto, si nos rescatan habrá más vueltas de tornillo hasta que la gente estalle. Y cuando la gente estalle pues ya veremos lo que pasa. ¿Qué está pasando en Cataluña y el País Vasco?Mire, eso sí que es una farsa. Yo diría que es una comedia de Muñoz Seca, que tenía cosas geniales. Lo de Cataluña ya es tremendo. Unos dirigentes que votan las políticas más reaccionarias porque son fieles a su tradición. La burguesía catalana ha sido la más traidora a la hora de haber cambiado el país. Pudo, pero le dio miedo. Ahora hacen lo mismo que hacía Cambó. Cambó amenazaba Madrid con la independencia para sacar la pela. Y eso es lo mismo. Lo que ocurre es que en la calle el tema de la independencia tiene una especie de eco porque es muy simple, y somos un país de simplezas. Creen que con la independencia se van a solucionar los problemas. Naturalmente, yo soy partidario de que el pueblo catalán decida. Y que después asuma su responsabilidad. Creo que por demócrata el pueblo tiene que decidir. Ahora, a partir de ahí, si resulta que las empresas catalanas... Ah amigos, ¿queréis volver entonces a formar parte? Pero esto lo ponía en claro el movimiento obrero si existiera, que no existe. Cuando hiciera de la lucha social el eje estos nacionalistas de derechas se esfumaban, porque siempre han vivido a base de estar engañando, chantajeando, pero después votando a los gobiernos de derechas en el Parlamento español. Han sido un tanto trabucaires, por utilizar una expresión catalana. Pero bueno, el problema es que la gente se lo crea. Y por tanto, hágase la voluntad del pueblo soberano. Y el pueblo soberano después que apeche con lo que decida.¿Y en el País Vasco?Hay elementos distintos, porque lo que acabo de decir es del PNV. Lo que pasa es que el PNV es un poco más avanzado que CiU. Y después está la izquierda abertzale. Donde hay izquierda y donde hacen de la lucha social el planteamiento de la lucha nacional. Vuelvo a decir que en un mundo globalizado no entiendo que la independencia pueda servir para cambiar la sociedad. No lo entiendo, aunque respeto la opinión. Pero tiene ese elemento de diferencia. Queramos o no, el Estado español ha sido este. Igual que hay nacionalismos hay un nacionalismo español, igual de trabucaire. El de banderita tú eres roja, etcétera, etcétera. En España ha faltado el siglo de la razón. Hemos sido un país de consignas, de grandes sentimientos, de emotividades. Muy poco de razón. Y fíjese que somos un país que no tiene miedo a ponerse delante de un toro pero ve un libro y se echa a temblar. ¿Por qué no quiere hablar de Carrillo?Porque no, porque quiero ser fiel a mí mismo.http://www.elconfidencial.com/espana/2012/09/22/julio-anguita-ldquocuando-la-gente-estalle-ya-veremos-lo-que-pasardquo-105919/.
Oído a un arquitecto y a un jefe de obra desayunando en un bar:¿A quién le van a lograr vender una estructura de obra de viviendas sin finalizar, o un ya piso terminado y cerrado a cal y canto -nunca habitado-, con el deterioro que experimentan las viviendas en cuanto pasan los meses y años sin utilizar? Una parte de ellas y de la edificación se habrá caído a trozos y otra estará muy deteriorada, según transcurran los años. ¿A quién, cojones, se le ha ocurrido la genial idea de que estarán en buen estado y se venderán transcurridos, 7, 8 ó 15 años? (literal)
En España ha faltado el siglo de la razón. Hemos sido un país de consignas, de grandes sentimientos, de emotividades. Muy poco de razón. Y fíjese que somos un país que no tiene miedo a ponerse delante de un toro pero ve un libro y se echa a temblar.
¿Cómo ha reaccionado el presidente del Gobierno español? A nuestro entender, con una mala respuesta: la incertidumbre sobre si pedirá o no el rescate. Quizás sea parte del estilo Rajoy, de quien se ha dicho, en Financial Times, que “ha tenido éxito en política dejando que el tiempo jugara a su favor”.