Los administradores de TransicionEstructural no se responsabilizan de las opiniones vertidas por los usuarios del foro. Cada usuario asume la responsabilidad de los comentarios publicados.
0 Usuarios y 10 Visitantes están viendo este tema.
Powell sees ‘exuberant spending’ after pandemic'Potential spending wave as people return to normal lives' may not lead to inflation spike, Fed boss saysThe United States could see a boost of “exuberant spending” after the pandemic that causes price increases, but that may not lead to a spike in inflation, Federal Reserve Chair Jerome Powell said on Thursday.“As the pandemic recedes and we see potentially a strong wave of spending as people return to their normal lives and begin consuming various services, there could be quite exuberant spending and we could see some upward pressure on prices,” Powell said during a talk hosted by Princeton University.The world’s largest economy has seen little inflation as it struggles with the fallouts from the Covid-19 pandemic, which caused massive job losses and spurred trillions of dollars in government spending to keep consumers afloat.The Fed last year unveiled a new inflation targeting policy that will keep interest rates at zero for an extended period, and allow inflation to rise beyond two percent for a time in an effort to promote full employment.Powell did not predict a post-pandemic consumer spending spree would lead to meaningfully higher inflation, but said if that did happen, the central bank is prepared.“If inflation were to move up in ways that are unwelcome, we have the tools for that and we’ll use them,” he said.
Editorial de Enero de GEABhttps://geab.eu/es/editorial-bienvenue-dans-le-meilleur-des-mondes/?utm_source=sendinblue&utm_campaign=Boletin_GEAB_de_enero__Bienvenido_al_mejor_de_los_mundos&utm_medium=emailCitarComo cualquier organismo vivo, nuestro mundo morirá con sufrimiento, sangre y excrementos (y la enfermedad). Como cualquier organismo vivo, nuestro mundo nacerá con sufrimiento, sangre y excrementos (y la vacunación). El bebé crecerá y cambiará muy rápidamente, aplastando en su camino la libertad y el sentido común de sus padres. Entonces tendrá una crisis de adolescencia más o menos violenta dependiendo de sus disposiciones naturales y de la educación que haya recibido. Después, las cosas se calmarán por un tiempo…La sociedad, se ajusta al tiempo de las partes que la componen, es decir, de los seres humanos. Por lo tanto, tenemos por delante unos buenos veinte años (una generación) de dificultades y crisis de reconstrucción e intentos de estabilización. Durante este período, tendremos que encontrar maneras de mantener la cabeza fría porque cuanto peor manejemos las crisis, más volverán a atormentar los siguientes ciclos. Sin embargo, si las crisis que esperamos tienen sus raíces en el pasado, tomarán las formas características del próximo mundo: serán nuevas e inusuales, más difíciles de imaginar y detectar.Será más esencial que nunca tratar de discernir de antemano las confrontaciones y transformaciones que se están produciendo. Mientras tanto, tenemos que añadir un enfoque más proactivo y estratégico a la simple observación del futuro para construir una visión que inevitablemente tomará la forma de un nuevo tipo de humanismo. La posibilidad de un mundo estable que navegue hacia resultados deseables para la humanidad nos sitúa firmemente a todos en el mismo barco.
Como cualquier organismo vivo, nuestro mundo morirá con sufrimiento, sangre y excrementos (y la enfermedad). Como cualquier organismo vivo, nuestro mundo nacerá con sufrimiento, sangre y excrementos (y la vacunación). El bebé crecerá y cambiará muy rápidamente, aplastando en su camino la libertad y el sentido común de sus padres. Entonces tendrá una crisis de adolescencia más o menos violenta dependiendo de sus disposiciones naturales y de la educación que haya recibido. Después, las cosas se calmarán por un tiempo…La sociedad, se ajusta al tiempo de las partes que la componen, es decir, de los seres humanos. Por lo tanto, tenemos por delante unos buenos veinte años (una generación) de dificultades y crisis de reconstrucción e intentos de estabilización. Durante este período, tendremos que encontrar maneras de mantener la cabeza fría porque cuanto peor manejemos las crisis, más volverán a atormentar los siguientes ciclos. Sin embargo, si las crisis que esperamos tienen sus raíces en el pasado, tomarán las formas características del próximo mundo: serán nuevas e inusuales, más difíciles de imaginar y detectar.Será más esencial que nunca tratar de discernir de antemano las confrontaciones y transformaciones que se están produciendo. Mientras tanto, tenemos que añadir un enfoque más proactivo y estratégico a la simple observación del futuro para construir una visión que inevitablemente tomará la forma de un nuevo tipo de humanismo. La posibilidad de un mundo estable que navegue hacia resultados deseables para la humanidad nos sitúa firmemente a todos en el mismo barco.
Si bien la Covid está actualmente reformando las empresas, es sólo temporal. De hecho, el mensaje ensordecedor de esta pandemia es «Todos estamos conectados a todos». Ciertamente, hay que reorganizar la globalización, racionalizar la movilidad humana, simplificar los modelos económicos y energéticos para hacerlos compatibles con el futuro… Pero no hay que esperar una retirada autárquica y hermética duradera.
Inventar modelos de gobernanza adecuados
Lamentablemente, en el primer año de la era digital[1], aunque la presidencia italiana del G20 en 2021 hará todo lo posible por iniciar la dinámica[2], nada ni nadie es capaz de tomar toda la sociedad humana y ponerla en un camino común pero diferenciado de reorganización (en varietate concordia[3] ). Todo el desafío de la década (o incluso de estas dos décadas) radica en la invención del modelo político adaptado a esta misión titánica.
Las ideas y tecnologías están ahí para implementar las soluciones del futuro. Pero estas soluciones en sí mismas son múltiples, los actores de su invención/implementación son muchos y diversos (Estados, giga-compañías, grupos religiosos, grupos de presión, etc.), y será necesario encontrar los caminos hacia el modelo correcto de gobierno, el que será capaz de conseguir que todos se pongan de acuerdo en algo que no sea por la fuerza.
Comprender la nueva EuropaSi la actual crisis de civilización es esencialmente la de Occidente, la UE[4], tanto a través de sus éxitos como de sus fracasos, sigue proporcionando una experiencia in vivo de cómo pueden coexistir constructivamente diferentes entidades culturales. Tras 25 años de indigencia y errores (1989-2014)[5], está en proceso de establecer un nuevo modelo cuya eficacia, aceptabilidad y sostenibilidad se pondrá a prueba rápidamente.Este modelo consiste en asumir el carácter tecnocrático de la superestructura europea concebida como una administración políticamente neutra al servicio de Estados democráticos soberanos: una Europa encargada por esos Estados soberanos de construir las autopistas, las redes de datos, los mecanismos financieros y otras infraestructuras en las que los Estados miembros se basarán para asegurar su respectiva prosperidad; una Europa-supermercado en el que cada Estado toma lo que necesita para cumplir sus mandatos electorales; una Europa-caja de herramientas para ayudar a los Estados a reconectarse con sus ciudadanos…
Un buen ejemplo de este modelo lo ofrece la Unión Bancaria, la Unión del Mercado de Capitales, la moneda común (digital o no) y otros eurobonos que hoy en día permiten al conjunto de la UE facilitar su comercio interno, pedir préstamos a tipos preferenciales en los mercados internacionales y, por último, prever una capacidad de financiación de proyectos a escala del continente. Otra es la unión energética de Europa[6] donde las opciones estratégicas de cada miembro se conectan a una infraestructura común, garantizando el poder de negociación y la independencia estratégica de los proveedores.
Figura 1 – Red de suministro de gas natural de Europa (gasoductos y terminales de GNL) – Fuente compilada por los Sistemas de Información Geoespacial de CRS, EverCRSReport, 26/02/2020 Este modelo no es obviamente un fin en sí mismo (nada en la historia lo es) pero es probablemente el más razonable en esta etapa, actuando como catalizador de toda resistencia a visiones más políticas (la democracia europea de F. Biancheri) y/o centralistas (la Europa federal), y permitiéndonos empezar a avanzar de nuevo.Dicho esto, esta Europa apolítica podría tropezar rápidamente con los peligros ligados a la incoherencia del posicionamiento global que este modelo induce… La disputa ya ha comenzado entre Alemania que, en toda lógica con las características del modelo descrito anteriormente, está tentada de poner la defensa común en manos de un tercer país (en este caso los Estados Unidos a través de la OTAN) encargado de hacer que todo el mundo se ponga de acuerdo, y una Francia comprometida con una Europa estratégicamente independiente, siguiendo un principio eminentemente legítimo pero actualmente inaplicable dada la ausencia de un mandato democrático y/o de un acuerdo entre Estados que pueda legitimar una política exterior común (particularmente en un contexto de una guerra mundial de liderazgo entre Estados Unidos y China que no está a punto de resolverse).Es probable que esta disputa descarrile rápidamente el nuevo modelo… a menos que proporcione el marco para soluciones creativas.
Tranquilizar a la opinión públicaLas poblaciones del mundo siguen estando ausentes de este panorama esquemático de cuestiones para la próxima década. Y, de hecho, corren el riesgo de ser dejados de lado en la fase de construcción de esta nueva era digital. Anticipamos que ellos mismos serán encriptados y digitalizados[7], no teniendo ya la capacidad de contribuir positivamente a la organización del nuevo mundo: falta de una visión política común, modelos educativos e informativos inadecuados, resistencia atávica al cambio, rechazo de la racionalidad científica, … a través de las fronteras, las poblaciones se están agrupando en grandes comunidades de certezas listas para luchar entre sí.
En el lado occidental, dos campos radicalizados por su creciente polarización ya están saliendo de esta cacofonía:. un bando extremista «internacional-progresista[8]«, dispuesto a linchar a cualquiera que no se una a sus filas en las luchas por los derechos de las mujeres y de los homosexuales, contra el racismo (sólo los negros), por la ecología y la defensa de los animales… luchas que pretende ser la única legítima de liderar; colocadas bajo el fuego mediático más halagador, sus tesis alimentan la ira sorda de la otra parte.. un bando «de identidad reaccionaria» igualmente radical, cuya misión es salvar la civilización occidental y volver al orden social y moral cerrando filas en torno a una identidad judeo-cristiana, listo para linchar a todos los «Otros» – un campo tanto más peligroso cuanto que ha tenido cuidado de crecer lejos de los focos de los que ha aprendido a desconfiar y que sabrá cómo controlar (volveremos largo y tendido a este movimiento emergente que nos hará extrañar la humanidad de los odiados populistas).Entre los dos, la racionalidad del ciudadano promete ser bien y verdaderamente abusada.Tratando de evitar lo peorLa forma de gestionar el factor humano de la inestabilidad implicará una variedad de métodos, dependiendo de los países, los gobiernos y las épocas, que van desde reinventar los sistemas educativos para reconectar a los ciudadanos con las realidades del nuevo mundo, hasta simplemente desconectar a franjas enteras de la población -siguiendo el modelo inaugurado hace cuatro años por los Estados Unidos, que tuvo como resultado la eliminación del derecho al voto -y el trato justo de los medios de comunicación- de 74 millones de votantes de Trump acusados de tener rabia (de ser racistas) [9][10]; o, hace 18 meses, por la «democrática» India, decidiendo cortar permanentemente del mundo a 10 millones de cachemiros acusados de terrorismo[11].Las elecciones que los países harán para recrear la coherencia social dependerán, además, de su influencia posterior en el mundo: los que elijan los caminos fáciles del totalitarismo brutal se encontrarán en un segundo plano en comparación con los que lograrán mantener el rumbo de la racionalidad y el humanismo en el caos general de este amanecer tan gris, imponiendo naturalmente su modelo.Pero la complejidad de los retos a los que se enfrenta la humanidad y el poder de las herramientas para controlar el pensamiento prometen sobre todo el comienzo de una era similar a las distopías imaginadas por los escritores de ciencia ficción del siglo XX, un verdadero «mejor de los mundos». Ya no es ni siquiera original decirlo.
https://news.trust.org/item/20210115141651-m7y3lCitar'Spend as much as you can,' IMF head urges governments worldwideMOSCOW, Jan 15 (Reuters) - Policymakers worldwide should embrace more spending to help revive their stuttering economies, the head of the International Monetary Fund said on Friday at Russia's annual Gaidar economic forum.Managing Director Kristalina Georgieva did not give any specific economic forecasts, but made clear her desire for governments to up their spending and that a synchronised approach internationally was best for growth.In 2020, the IMF provided support to 83 countries, she said."In terms of policies for right now, very unusual for the IMF, starting in March I would go out and I would say: 'please spend'. Spend as much as you can and then spend a little bit more," Georgieva said."I continue to advocate for monetary policy accommodation and fiscal policies that protect the economy from collapse at a time when we are on purpose restricting both production and consumption," she said.Georgieva praised Russia's synchronised response to the economic challenges created by the COVID-19 pandemic, mentioning both the central bank's monetary easing and fiscal stimulus from the finance ministry.She also called for more international cooperation, as has been seen in the race for a COVID-19 vaccine, on the push for digital and green growth."IMF staff calculated that a coordinated G20 fiscal stimulus in green infrastructure, if it is done in a coordinated manner, would deliver two-thirds more in growth ... than if each country acts on its own," she said.
'Spend as much as you can,' IMF head urges governments worldwideMOSCOW, Jan 15 (Reuters) - Policymakers worldwide should embrace more spending to help revive their stuttering economies, the head of the International Monetary Fund said on Friday at Russia's annual Gaidar economic forum.Managing Director Kristalina Georgieva did not give any specific economic forecasts, but made clear her desire for governments to up their spending and that a synchronised approach internationally was best for growth.In 2020, the IMF provided support to 83 countries, she said."In terms of policies for right now, very unusual for the IMF, starting in March I would go out and I would say: 'please spend'. Spend as much as you can and then spend a little bit more," Georgieva said."I continue to advocate for monetary policy accommodation and fiscal policies that protect the economy from collapse at a time when we are on purpose restricting both production and consumption," she said.Georgieva praised Russia's synchronised response to the economic challenges created by the COVID-19 pandemic, mentioning both the central bank's monetary easing and fiscal stimulus from the finance ministry.She also called for more international cooperation, as has been seen in the race for a COVID-19 vaccine, on the push for digital and green growth."IMF staff calculated that a coordinated G20 fiscal stimulus in green infrastructure, if it is done in a coordinated manner, would deliver two-thirds more in growth ... than if each country acts on its own," she said.
https://asiatimes.com/2021/01/powell-sees-exuberant-spending-after-pandemic/CitarPowell sees ‘exuberant spending’ after pandemic'Potential spending wave as people return to normal lives' may not lead to inflation spike, Fed boss saysThe United States could see a boost of “exuberant spending” after the pandemic that causes price increases, but that may not lead to a spike in inflation, Federal Reserve Chair Jerome Powell said on Thursday.“As the pandemic recedes and we see potentially a strong wave of spending as people return to their normal lives and begin consuming various services, there could be quite exuberant spending and we could see some upward pressure on prices,” Powell said during a talk hosted by Princeton University.The world’s largest economy has seen little inflation as it struggles with the fallouts from the Covid-19 pandemic, which caused massive job losses and spurred trillions of dollars in government spending to keep consumers afloat.The Fed last year unveiled a new inflation targeting policy that will keep interest rates at zero for an extended period, and allow inflation to rise beyond two percent for a time in an effort to promote full employment.Powell did not predict a post-pandemic consumer spending spree would lead to meaningfully higher inflation, but said if that did happen, the central bank is prepared.“If inflation were to move up in ways that are unwelcome, we have the tools for that and we’ll use them,” he said.
5 palabrasIM-PRE-SIO-NAN-TE (esto es verdad, no nos estas tomando el pelo Derby??? )
The Debt Question Facing Janet Yellen: How Much Is Too MuchTreasury secretary nominee supports Biden plans that add trillions to U.S. borrowing, a turnabout in economic thinkingA big question hangs over Janet Yellen this week at her confirmation hearing to become U.S. Treasury secretary: How much debt is too much?In the past four years, U.S. government debt held by the public has increased by $7 trillion to $21.6 trillion. President-elect Joe Biden has committed to a spending program that could add trillions more in the year ahead. At 100.1% of gross domestic product, the debt already exceeds the annual output of the economy, putting the U.S. in company with economies including Greece, Italy and Japan.When Ms. Yellen served in the Clinton administration as Chairwoman of the White House Council of Economic Advisers, she was among those who pushed for a balanced budget. Today, she has joined, cautiously, an emerging consensus concentrated on the left that more short-term borrowing is needed to help the economy, even without concrete plans to pay it back. Central to the view is the expectation that interest rates will remain low for the foreseeable future, making it more affordable to finance the borrowing.The Biden administration will now contend with progressives who want even more spending, and conservatives who say the government is tempting fate by adding to its swollen balance sheet. Ms. Yellen’s challenge, if confirmed, will be to keep Democrats together and persuade some Republicans to come along.Ms. Yellen, who will be a top economic adviser to Mr. Biden, is scheduled to testify Tuesday before the Senate Finance Committee, which will vote on her nomination. She served as top White House economist in the 1990s and Federal Reserve chairwoman in the 2010s. Confirmation of Ms. Yellen as Treasury secretary would make her the first person to achieve such a trifecta of economic leadership roles.Ms. Yellen would be managing the nation's debt when the economic consensus has flipped. In the 1990s, economists argued that surpluses would push down long-term interest rates and encourage private-sector borrowing and investment. Government borrowing, this view held, crowded out the private sector. The strategy seemed to work. The U.S. saw an economic boom, with the longest expansion on record at the time, fueled by technology investment.After years of low inflation and interest rates near zero, more economists say the government should be borrowing to keep the economy going because the private sector isn't. With borrowing costs expected to remain low and the pandemic-stricken economy still weak, temporary increases in deficits aren't only tolerable but desirable if they help strengthen the recovery, the thinking goes.In past times, the Fed carried the load by cutting short-term interest rates, allowing the private sector to borrow cheaply. But it has already cut rates to zero."There is really a strong need at this point to continue support for the unemployed," Ms. Yellen said in an October interview. "There is a huge amount of suffering out there. The economy needs the spending."The strongest advocates of this view are center-left economists, including former Treasury Secretary Lawrence Summers. Republicans have implicitly embraced the idea when in power. President Trump ushered in spending programs and tax cuts that pushed debt sharply higher even before the coronavirus crisis. George W. Bush also raised spending, cut taxes and grew deficits. In the minority, the GOP has tended to revert to fiscal conservatism.Mr. Biden is embracing the view, as well. On Thursday, he proposed a $1.9 trillion aid package that includes $1,400 stimulus payments to individuals, expanded jobless benefits and paid work leave, aid for schools and hard-hit small businesses and a national vaccination program. Mr. Biden hopes it will be the first in a two-step program, with the second to focus on longer-term investments, such as in green energy and infrastructure."Economic research confirms that with conditions like the crisis today, especially with such low interest rates, taking immediate action -- even with deficit financing -- is going to help the economy," Mr. Biden said after a Labor Department report this month. It showed that employers cut jobs in December, ending seven months of employment gains. A growing economy will make debt more manageable, he said.Unaddressed are the twin questions of whether there is a ceiling on the U.S.'s debt load and how the country will pay it back, concerns heard mostly on the right. "At some point we'll start paying a price for this, " said Michael Boskin, a Stanford University economist. He served as chairman of the Council of Economic Advisers under President George H.W. Bush in the early 1990s, the last time a Republican administration cut deficits.Mr. Boskin agrees that low interest rates and a weak economy help make the case for limited federal support. He said he favored tax cuts over government spending and warned that immense deficits can't be carried on without limit. "Eventually rates will rise," he said.Mr. Summers said economists have been predicting rising rates for decades, and yet they kept falling. Even today, he said, rates are as likely to go down as up; in Europe and Japan they are negative.Some economists have worried that a shock to the U.S. economy could drive investors away from government bonds. Yet, through economic shocks in the past 20 years, investors have flocked to Treasury securities, seen as a haven in times of trouble. With the help of Fed interest-rate cuts and bond purchases, not only are U.S. short-term interest rates near zero, the government's borrowing cost for newly issued 30-year debt is below 2%.While U.S. debt is growing faster than the economy," the level of debt "is far from unsustainable," Fed Chairman Jerome Powell, a Republican who served in the George H.W. Bush Treasury Department, said Thursday.Despite a $4 trillion increase in debt last year, a 25% increase, interest payments on that debt declined by 8%. The Congressional Budget Office projects rates will stay low for much of the next decade, and that interest costs as a share of GDP will be lower than it forecast before the pandemic.In an Aug. 13 briefing with Mr. Biden and Vice President-elect Kamala Harris, Ms. Yellen made the case that ultralow interest rates and low inflation gave the government the capacity to keep borrowing to fight the pandemic's economic fallout.The President-elect's spending plans represent a major shift from the 1990s, when Ms. Yellen was Mr. Clinton's top economic adviser, and Mr. Biden was a senator supportive of the president's fiscal policies.Back then, inflation was still seen as a threat. Yields on 10-year Treasury notes exceeded 6% for most of the 1990s, as did borrowing costs for even the most creditworthy companies. Large government debt and deficits, the thinking went, would push rates higher and crowd out private investment.The Clinton administration restrained spending and raised income taxes on wealthy households, balancing the budget in 1998 for the first time since the 1960s. Fiscal discipline helped produce "a strong, investment-driven recovery," Ms. Yellen wrote in 1999.New lessonStarting under President George W. Bush, something unexpected happened. Deficits and government debt rose because of increased spending and tax cuts, but interest rates kept falling."I spent most of my career worrying about the effects of government debt, and as I've been doing that, interest rates have been falling point by point by point," said Douglas Elmendorf, who worked with Ms. Yellen at the Council of Economic Advisers in the late 1990s.There are different theories about why that happened. One is that China's emergence as an economic power, and the growing wealth of its citizens, created a surge in global saving. Former Fed chairman Ben Bernanke called it a global "saving glut." Global savers put aside 26% of their money in 2020, up from 24% in 2000, according to the International Monetary Fund. Much of the trillions of dollars in new saving flowed into the U.S. Treasury market.At the same time, U.S. private-sector investment slowed for reasons economists are still sorting out. Explanations include an aging population and diminishing investment in big machinery as the economy became more service oriented and factories moved to China. In the 1980s and 1990s, private-sector U.S. investment grew 4% a year on average, adjusted for inflation. Since 2000, as interest rates tumbled, private investment growth averaged 2% a year.By the time Ms. Yellen became Fed vice chairwoman in 2010, battles over large budget deficits consumed Washington once again. Tea Party Republicans, alarmed by surging debt levels, pushed for strict spending curbs as the U.S. recovered from the 2007-2009 financial crisis."The challenge for U.S. policy makers will be to craft a strategy that puts our fiscal policy on a sustainable path in the longer term while helping support the recovery in economic activity in the near term," Ms. Yellen said at her 2010 confirmation hearing for Fed vice chairwoman.Washington went in the opposite direction. Discussions about the long run went nowhere. Short-term spending cuts helped tame deficits for several years but weighed on growth by pulling money from the military and public projects.Ms. Yellen and others concluded austerity came too soon, stunting the recovery and keeping unemployment higher than it needed to be. Aside from a fracking boom that kicked off in energy states, private investment sagged.Free lunchThe pandemic has pushed Washington's tolerance for debt to new levels. Congress last year authorized trillions of dollars in new spending to combat the virus, pushing deficits well beyond records set in the last recession.Some economists point out that in the long run, interest rates tend to be lower than the economy's growth rate. The IMF studied data for 55 countries over 200 years and found that more than half of the time, interest rates were lower than growth rates, on average, by 2.4 percentage points in advanced economies and even more in developing economies. That suggests most countries can run modest budget deficits and still reduce the cost of servicing that debt as their economies grow.Among the skeptics is Valerie Ramey, an economist at the University of California San Diego. She said some economists see the gap between interest and growth rates as a "free lunch," enabling more borrowing, but that it was more like a "free snack." The gap tends to be relatively small over time, and now it is trivial compared with the growth of U.S. debt."What we are having here is just gluttony in terms of what the government is doing," she said.The IMF study's authors have another warning about running large deficits. Fiscal-policy crises that push interest rates sharply higher tend to come out of nowhere, even when rates are low. "Market expectations can turn quickly and abruptly," the authors, Paolo Mauro and Jing Zhou, concluded.While economists on the left and right acknowledge the government has more capacity to borrow than once thought, there is still no consensus on the limits of borrowing over the medium- to long-term, which is a key question facing Ms. Yellen and the Biden administration.Mr. Summers and Jason Furman, who served as chairman of President Obama's Council of Economic Advisers, said policy makers should focus on the cost of borrowing rather than debt levels. The U.S. can afford to borrow more as long as net interest payments on the debt are expected to stay below 2% of output over the next decade, they argue. In the most-recent fiscal year, interest payments totaled 1.6% of output. By comparison, in the early 1990s the payments hovered around 3%.Long-run challenges remain. Even before a new spending plan is launched, U.S. debt is on track to double to nearly 200% of GDP by 2050 because of soaring Social Security and Medicare promises, according to the CBO. Ms. Yellen has said such high levels can't be sustained.Mr. Biden has proposed tax increases on high-income households to pay for some of his economic policy proposals, which include investments in clean energy and health care. But there is little appetite in Washington for cuts to Medicare or Social Security.
Yellen says U.S. must 'act big' on next coronavirus relief packageWASHINGTON, Jan 18 (Reuters) - Janet Yellen, U.S. President-elect Joe Biden’s nominee to run the Treasury Department, will tell the Senate Finance Committee on Tuesday that the government must “act big” with its next coronavirus relief package.Biden, who will be sworn into office on Wednesday, outlined a $1.9 trillion stimulus package proposal last week, saying bold investment was needed to jump-start the economy and accelerate the distribution of vaccines to bring the virus under control.“Neither the president-elect, nor I, propose this relief package without an appreciation for the country’s debt burden. But right now, with interest rates at historic lows, the smartest thing we can do is act big,” Yellen, a former Federal Reserve chair, said in a prepared opening statement for her hearing before the committee.“I believe the benefits will far outweigh the costs, especially if we care about helping people who have been struggling for a very long time,” she said in the statement, which was obtained by Reuters.The proposed aid package includes $415 billion to bolster the U.S. response to the virus and the rollout of COVID-19 vaccines, some $1 trillion in direct relief to households, and roughly $440 billion for small businesses and communities particularly hard hit by the pandemic.Many Americans would receive stimulus payments of $1,400, which would be on top of the $600 checks approved in a pandemic relief bill passed by Congress last month. Supplemental unemployment insurance would also increase to $400 a week from the current $300 a week, and it would be extended to September.In her prepared testimony, Yellen also says the U.S. economy must be rebuilt “so that it creates more prosperity for more people and ensures that American workers can compete in an increasingly competitive global economy.”Senator Ron Wyden, a Democrat who is set to take over as chairman of the committee soon after Biden and Vice President-elect Kalama Harris are sworn in on Wednesday, said in a statement that “nobody is better qualified than Secretary-Designate Yellen to lead an economic recovery.”Wyden added that the hearing on Tuesday “will provide a great opportunity to hear about what worked and what didn’t during the Great Recession, and what we need to do to get this economy back on track.”Yellen will replace Treasury Secretary Steven Mnuchin if confirmed by the Senate. Mnuchin will step down on Wednesday.A Biden ally said Yellen’s confirmation is expected to be among the least controversial of Biden’s picks to fill key roles in his administration, but that she would still be likely to face questions over his tax and spending proposals.
Bruselas señala que el plan español va en “buena dirección” pero todavía falta trabajoComisión y Gobierno mantienen una línea de comunicación continua mientras el Ejecutivo español trata de llegar a un acuerdo respecto a pensiones y reforma laboralNi Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo, el foro de ministros de Finanzas de la Eurozona, ni Paolo Gentiloni, comisario de Economía, han ahorrado en halagos a la presentación que Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno, ha hecho este lunes de las líneas maestras del Plan Nacional de Reformas que el Ejecutivo español está diseñando en comunicación continua con la Comisión Europea. “Excelente”, ha calificado el irlandes, y “brillante y exhaustiva” para Gentiloni. Los planes españoles son, según defiende la propia vicepresidenta y tal y como confirman fuentes europeas, uno de los más avanzados. Son la llave que abrirá la caja del Fondo de Recuperación, del que España podrá obtener hasta 140.000 millones de euros en forma de transferencias y créditos a cambio de reformas e inversiones que estén en línea con las recomendaciones de Bruselas en el marco del semestre europeo. Madrid, y el resto de capitales, deberá enviar este Plan Nacional de Recuperación a Bruselas antes de que finalice el mes de abril. Este lunes por la noche, Moncloa ha enviado al Ejecutivo comunitario las dos últimas "fichas" de su plan, con las líneas maestras de la reforma de las pensiones y del mercado laboral, según han confirmado a El Confidencial fuentes de Moncloa.El Gobierno no quiere dejar ningún cabo suelto y Calviño está dedicando buena parte de su tiempo a la coordinación con Bruselas para asegurarse de que todo está en orden cuando se envíe el plan al Ejecutivo comunitario. “La Comisión Europea está discutiendo con las autoridades españolas desde hace muchos días”, ha explicado Gentiloni este lunes en una rueda de prensa celebrada tras el Eurogrupo. “Me he visto con dos ministros además de con Nadia, responsables de trabajo y reforma laboral”, ha señalado el comisario, en referencia a Yolanda Díaz y José Luis Escrivá. Porque España, que envió su primer borrador de plan en octubre y mantiene desde entonces una vía de comunicación continua con Bruselas, tenía este lunes los deberes hechos a falta de enviar sus propuestas en materia de reforma laboral y de pensiones, dos puntos en los que chocan el socio minoritario del Gobierno, Unidas Podemos, y el socio mayoritario, el PSOE. Calviño ya anunció el pasado viernes que se habían enviado 28 de las 30 fichas. Las dos que quedaban eran y son las más complejas, las que más roces generan en la coalición gubernamental y en los agentes sociales.Es material sensible y hasta este lunes por la mañana se estaba “en proceso” de concluir y enviar. "En cuanto a si se han enviado o no las fichas que faltaban, no he podido hablar con Presidencia del Gobierno, que es quien se encarga formalmente de enviar la documentación, y entonces no sé si se han enviado ya en el curso de hoy”, ha explicado la vicepresidenta en una rueda de prensa ante los medios de comunicación previa a la reunión del Eurogrupo. A última hora de la noche del lunes fuentes de Moncloa confirman a El Confidencial que las dos últimas fichas, de reforma laboral y de pensiones, han sido enviadas a la Comisión Europea. Fuentes del Ministerio de Economía señalan que se han enviado tras escuchar a los agentes sociales y tener en cuenta su opinión. “Lo que estamos pidiendo es un gran compromiso en reformas, y detalles en objetivos y metas”, ha explicado Gentiloni tras el encuentro, señalando que Madrid y Bruselas están “discutiendo” sobre todas las dimensiones de los planes, aunque los agentes sociales se han mostrado celosos de que el Gobierno mantenga conversaciones paralelas y simultáneas con ellos y con el Ejecutivo comunitario. “Creo que estamos en la buena dirección con España pero tenemos que seguir trabajando durante los próximos días y semanas”, ha señalado el comisario de Economía.Diferencias con ItaliaCalviño es la encargada de subrayar que España es la alumna aventajada. Especialmente esta semana. Al mismo tiempo que la vicepresidenta del Gobierno hacía la presentación de las líneas maestras del plan español, en Roma el primer ministro Giuseppe Conte suplicaba los votos de la Cámara para mantener su Gobierno en pie en un momento en el que Italia difícilmente se puede permitir volver a tener que formar un gabinete con una nueva mayoría, y todavía menos unas elecciones anticipadas con resultado impredecible. De forma implícita, la presentación de Calviño servía como mensaje para todos: ante una parálisis y caos político italiano, España no se quiere ver arrastrada.Y esa diferencia ha quedado a la vista de todos. Mientras la vicepresidenta ha recibido la aprobación de Donohoe o Gentiloni, afianzando su fama de línea directa y segura entre Bruselas y Madrid, el ministro italiano de Finanzas, Roberto Gualtieri, no ha tomado la palabra durante esta sección de la reunión, según han informado fuentes del encuentro. Días antes de este Eurogrupo, una alta fuente europea invitaba a los países más afectados por la pandemia y que más se iban a beneficiar del Fondo de Recuperación, es decir, España e Italia como mínimo, a ser proactivos y explicar sus planes. Solamente Calviño ha cumplido con esa expectativa.La vicepresidenta del Gobierno ha subrayado la necesidad de “agilidad” y sentido de urgencia para concluir todos los trámites necesarios para la puesta en marcha definitiva del Fondo de Recuperación de 750.000 millones de euros acordado por los líderes europeos en julio de 2020 y desbloqueado en diciembre tras el veto de Hungría y Polonia. Por ejemplo, todavía hace falta que los Veintisiete adopten la decisión de recursos propios, que será necesaria para que la Comisión Europea acuda a los mercados a captar casi un billón de euros.
Bruselas pide a España más "detalles" sobre el plan de recuperación, que va "en la buena dirección"El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ha apuntado que seguirán trabajando durante los próximos "días y semanas" para afinar "detalles y objetivos"
FED: Powell sees ‘exuberant spending’ after pandemic [which] may not lead to inflation spike
"the level of debt "is far from unsustainable," Fed Chairman Jerome Powell, [...] said Thursday
FMI: 'Spend as much as you can,' IMF head [Georgieva] urges governments worldwide
TESORO: [Yellen] supports Biden plans that add trillions to U.S. borrowing, a turnabout in economic thinking
Las empresas españolas necesitan 155.000 millones para recapitalizarse y salir a floteLas pérdidas de las compañías europeas por la pandemia ascienden a un billón de euros, según la Asociación de Mercados Financieros de Europa
La necesidad de capital de las empresas llega a 90.000 millones por la crisisAFME y PwC cifran en 155.000 millones de euros el impacto de la pandemia en el tejido empresarial español
El regreso de los objetivos de déficit dificultará a España al cobro de los fondos europeosLa UE decidirá en primavera si reactiva las reglas fiscales en 2023, lo que podría comprometer hasta un 25% del dinero asignadoLa suspensión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, impulsada por los organismos comunitarios a comienzos de la crisis del coronavirus para dar algo de tregua a las economías nacionales y cuya vigencia está prevista, al menos por ahora, hasta 2022, da como mínimo un año de tregua a España en lo que a la recepción de los fondos de reconstrucción se refiere. Una vez que los socios tengan que volver a la senda fiscal, sin embargo, el desembolso de los más de 140.000 millones de euros a los que opta España entrará en zona de riesgo habida cuenta de que la Comisión y el Consejo se guardan un as bajo la manga para poder cerrar el grifo de hasta un cuarto de los fondos comprometidos cuando uno de los socios incumpla los objetivos de reducción de déficit.En concreto, tal y como recoge el reglamento definitivo del Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia –la principal pata del fondo Next Generation UE–, la suspensión del desembolso de los fondos “estará sujeta a un máximo del 25% de los compromisos o el 0,25% del PIB nominal, el que sea menor”, cuando uno de los socios quebrante las exigencias asociadas a un proceso de déficit excesivo abierto por el Ejecutivo comunitario, entre otras razones.El Consejo Europeo utiliza este tipo de procedimientos para apoyar la vuelta a situaciones presupuestarias saneadas, una sombra que amenaza con cubrir a España teniendo en cuenta que la propia Comisión, en sus previsiones de otoño, proyectó un déficit público que se dispararía al 12,2% del PIB en 2020, al 9,6% un año después y al 8,6% en 2022. Sin embargo, mientras la cláusula de escape permanezca en vigor, recalca el reglamento, el grifo seguirá abierto. “La posibilidad que tiene la Comisión de proponer una suspensión debe a su vez suspenderse siempre que se haya activado la llamada cláusula de escape general del Pacto de Estabilidad y Crecimiento”, señala el texto.La vuelta a las reglas fiscales es, por ello, uno de los temas más espinosos a tratar en el seno de la UE. El Eurogrupo (los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro) celebrado ayer centró buena parte de su agenda en la intranquilidad que generan los crecientes desequilibrios económicos entre países y en cómo atajarlos. En lo que respecta a la cláusula de escape, Bruselas ya ha abierto la puerta a que pueda extenderse a 2023, un debate que, tal y como aseguró ayer la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, “tendrá que llegar en primavera, cuando la Comisión presente las recomendaciones fiscales de cara al año que viene”.De reactivarse las reglas fiscales en 2022, España tendría serios problemas para hacer frente a una reconducción exprés de sus cuentas a fin de situarlas en los parámetros que la UE considera aceptables. Después de todo, a España ya le costó 10 años salir del protocolo de déficit excesivo que Bruselas activó cuando superó el umbral del 3% (superó el 11%) al estallar la crisis financiera, en 2008. Además, el agujero fiscal del país se incrementó en 2019, por primera vez desde 2012, pasando del 2,54% al 2,8%, y la previsión del Gobierno es que este año salte al 11,3%. Aunque el Ejecutivo se ha propuesto rebajarlo ya este ejercicio al 7,7%, gracias fundamentalmente al rebote del PIB, la cota seguiría más que duplicando el límite aceptado y está por ver qué tiempo da la UE para reajustar las cuentas públicas.Años de ajustesOtro tanto ocurre con la deuda pública, que pasará del 95,5% al entorno del 119%, según las previsiones oficiales. En este caso el Gobierno augura una primera rebaja en 2021, al 117%, gracias a la recuperación económica. Sin embargo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) estima que controlar el endeudamiento puede llevarle a España dos décadas de ajustes fiscales. No digamos ya situarlo en el entorno recomendado por Bruselas, del 60% del PIB, que podría no haberse logrado hasta pasado 2050. Del lado del déficit, la autoridad fiscal estima que aún emprendiendo un ajuste del agujero estructural de medio punto anual, volver a la situación precrisis puede requerir toda esta década.A esta situación habría que añadirle que las previsiones económicas del Gobierno son algo más optimistas que las de la UE, la Airef o el Banco de España, pues la mejora esperada para 2021 se sustenta en un incremento inercial de la economía del 7,2% que se aspira a elevar al 9,8% gracias a las ayudas europeas. El mal arranque del año, con un primer trimestre que se teme plano a efectos de PIB, según vaticinaba ayer el senior advisor de Contexto Económico, Jordi Sevilla, amenaza con restar fuelle a una recuperación que los economistas ya rebajan al 4%. Siendo ese rebote la mitad de intenso que el dibujado por el Ejecutivo, sus proyecciones de mejora de déficit y deuda podrían situar al país en una situación delicada cuando se reactiven las reglas fiscales.Pero no solo la vuelta al Pacto de Estabilidad y Crecimiento podría amenazar la recepción de los fondos. En el texto, el Consejo y la Comisión recuerdan que pueden proponerse suspensiones cuando el Consejo adopte “dos recomendaciones sucesivas en el mismo procedimiento de desequilibrio alegando que un Estado miembro ha presentado un plan de acciones correctoras insuficiente”. También, cuando adopte dos decisiones sucesivas en un procedimiento de desequilibrio que suponga el incumplimiento “por no haber adoptado la medida correctiva recomendada” o cuando decida que un país “no cumple con el programa de ajuste macroeconómico”, entre otros puntos.Con todo, el reglamento deja entrever que los apercibimientos comenzarán más como un toque de atención que como un castigo sin retorno. Por lo pronto, se priorizará la suspensión de un compromiso –un desembolso previsto en una fecha concreta– antes que la del pago global. A su vez, el alcance y nivel de la suspensión “será proporcionado, respetará la igualdad de trato entre los Estados miembros y tendrá en cuenta las circunstancias económicas y sociales” del socio afectado, en particular “el nivel de pobreza o exclusión social y la tasa de paro”, una variable especialmente alta en España a la espera además de ver en qué derivan los ERTE. El Consejo y la Comisión también estudiarán el impacto de la penalización en cada economía para que el remedio no sea peor que la enfermedad.CitarLA DEUDA PÚBLICA SE DISPARA UN 10% INTERANUAL EN NOVIEMBRE Y ROZA EL 119% DEL PIB DE 2020El incremento del gasto y la caída de los ingresos causados por la crisis económica abierta por la pandemia del Covid-19 sigue pasando factura a las cuentas públicas españolas. La deuda del país volvió a crecer durante el mes de noviembre hasta alcanzar un nuevo récord histórico en los 1,31 billones de euros, tras elevarse en 6.562 millones frente a la cifra de octubre y batir el máximo anterior, del mes de septiembre, según los datos publicados ayer por el Banco de España. El incremento sitúa el monto ya en el marco de las previsiones oficiales del Gobierno para el cierre de todo el ejercicio 2020.De tomarse como referencia para calcular el tamaño de la economía los datos del cuarto trimestre de 2019 y los tres primeros de 2020, los últimos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, los 1.312.590 millones de euros de deuda supondrían un 114,5% del PIB. Sin embargo, si para la proporción se toma la previsión del producto interior bruto comunicado por el Gobierno a Bruselas para el cierre del año, el peso del endeudamiento se sitúa ya en el 118,75%. A tan solo cinco centésimas, y poco más de 8.000 millones, del objetivo comunicado por el Ejecutivo a la Comisión Europea del 118,8%.Después de todo, el desbarajuste contable ocasionado por el Covid ha supuesto un incremento interanual de la deuda del 10,5%, lo que arroja un alza de 124.605 millones de euros desde noviembre de 2019. Como consecuencia, la deuda ha saltado con fuerza desde el 95,5% del PIB de cierre del año anterior. A partir de ahí, el Gobierno aspira a lograr una primera reducción de la deuda pública española durante 2021, básicamente como consecuencia del rebote que espera que protagonice la economía, situándose en el 117%. El incremento de este año ha sido alimentado por un déficit presupuestario que salta del 2,8% al 11,3%, según las previsiones oficiales, y que debería rebajarse en 2021 al 7,7% del PIB.Por AdministracionesDe momento, el grueso de la deuda pública a cierre del mes de noviembre se concentraba en el balance del Estado, que culminó el undécimo mes del año con 1.167.699 millones de endeudamiento, 4.372 más que en octubre. Por su parte, la deuda de las comunidades autónomas se incrementó en 1.530 millones, hasta los 304.216 millones, mientras que la de la Seguridad Social se elevó en 8.250 millones, sumado 85.354 millones. Solo los ayuntamientos y entes locales lograron reducir su endeudamiento, con un leve retroceso de 736 millones hasta los 22.701 millones. Estas cifras incluyen préstamos entre administraciones que computan dos veces, lo que explica la variación respecto a la suma total.Por instrumentosMedida por los diversos instrumentos que la componen, el grueso del endeudamiento cobra forma de valores representativos de deuda, de los que 1.052.497 millones están emitidos a largo plazo y 83.046 a corto. Por su parte, otros 172.080 millones lo componen préstamos y 4.967 millones adicionales están formados por depósitos y dinero en efectivo.
LA DEUDA PÚBLICA SE DISPARA UN 10% INTERANUAL EN NOVIEMBRE Y ROZA EL 119% DEL PIB DE 2020El incremento del gasto y la caída de los ingresos causados por la crisis económica abierta por la pandemia del Covid-19 sigue pasando factura a las cuentas públicas españolas. La deuda del país volvió a crecer durante el mes de noviembre hasta alcanzar un nuevo récord histórico en los 1,31 billones de euros, tras elevarse en 6.562 millones frente a la cifra de octubre y batir el máximo anterior, del mes de septiembre, según los datos publicados ayer por el Banco de España. El incremento sitúa el monto ya en el marco de las previsiones oficiales del Gobierno para el cierre de todo el ejercicio 2020.De tomarse como referencia para calcular el tamaño de la economía los datos del cuarto trimestre de 2019 y los tres primeros de 2020, los últimos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, los 1.312.590 millones de euros de deuda supondrían un 114,5% del PIB. Sin embargo, si para la proporción se toma la previsión del producto interior bruto comunicado por el Gobierno a Bruselas para el cierre del año, el peso del endeudamiento se sitúa ya en el 118,75%. A tan solo cinco centésimas, y poco más de 8.000 millones, del objetivo comunicado por el Ejecutivo a la Comisión Europea del 118,8%.Después de todo, el desbarajuste contable ocasionado por el Covid ha supuesto un incremento interanual de la deuda del 10,5%, lo que arroja un alza de 124.605 millones de euros desde noviembre de 2019. Como consecuencia, la deuda ha saltado con fuerza desde el 95,5% del PIB de cierre del año anterior. A partir de ahí, el Gobierno aspira a lograr una primera reducción de la deuda pública española durante 2021, básicamente como consecuencia del rebote que espera que protagonice la economía, situándose en el 117%. El incremento de este año ha sido alimentado por un déficit presupuestario que salta del 2,8% al 11,3%, según las previsiones oficiales, y que debería rebajarse en 2021 al 7,7% del PIB.Por AdministracionesDe momento, el grueso de la deuda pública a cierre del mes de noviembre se concentraba en el balance del Estado, que culminó el undécimo mes del año con 1.167.699 millones de endeudamiento, 4.372 más que en octubre. Por su parte, la deuda de las comunidades autónomas se incrementó en 1.530 millones, hasta los 304.216 millones, mientras que la de la Seguridad Social se elevó en 8.250 millones, sumado 85.354 millones. Solo los ayuntamientos y entes locales lograron reducir su endeudamiento, con un leve retroceso de 736 millones hasta los 22.701 millones. Estas cifras incluyen préstamos entre administraciones que computan dos veces, lo que explica la variación respecto a la suma total.Por instrumentosMedida por los diversos instrumentos que la componen, el grueso del endeudamiento cobra forma de valores representativos de deuda, de los que 1.052.497 millones están emitidos a largo plazo y 83.046 a corto. Por su parte, otros 172.080 millones lo componen préstamos y 4.967 millones adicionales están formados por depósitos y dinero en efectivo.