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Cita de: wanderer en Octubre 22, 2022, 12:40:16 pmCita de: Benzino Napaloni en Octubre 22, 2022, 10:41:32 amLa "twitterización" de la realidad. Como docente habrás comprobado que la capacidad de atención, concentración, y sobre todo de paciencia, están hechas pedazos. Hay muchas cosas que no caben en 140 caracteres.Twitter es el ejemplo más visible de hasta dónde ha llegado la desinformación por saturación de porquería. Hace tiempo que, como diría Sherlock Holmes, lo difícil hoy en día no es leer, buscar información, o procesarla. Lo difícil es eliminar primero el ruido ya información espuria.Sin duda. Como anécdota, mencionaré que hace poco tuve un examen con estudiantes de Biología, y muchos me preguntaron qué significaba "a lo sumo" (que si más, que si menos...). Yo alucinaba. Comprensión lectora, cero patatero. Patético.Yo tuve la desgracia de haber pasado de la EGB a la ESO, de la noche a la mañana (y lo asumo porque me gustaría haber estudiado BUP, porque habría salido mejor preparado). El gran drama de las continuas reformas educativas ha sido la norma, y cada década la educación rebaja más y más el nivel. Puedo contar la anécdota de mi hermana estudiando Humanidades. Ha terminado la carrera sin leer un solo libro, solamente algunos pasajes de un libro de Casanova bastante malo, Europa contra Europa (porque quien lo leyó fui yo, ella se sentía incapaz). Se pasaba las tardes realizando tareas, collages (mapas con dibujitos para representar la gastronomía de diferentes zonas de Europa), excursiones, dinámicas de grupo, power points; una asignatura, francés, permitía el aprobado general si se cantaba en clase sin fallos la Marsellesa. Su trabajo de fin de grado lo realizó en base a una película de Ridley Scott, Robin Hood, y le pusieron una nota alta (a pesar de tener falta de coherencia en la redacción, no sabe escribir textos medianamente largos porque no le han dado herramientas para ello). Tuvo la tercera mejor nota media de su promoción, y seis años después, oposita a un grupo C1 de la Administración, y no me extrañaría que pronto bajara al C2. El nivel del alumnado de la Universidad Pública en carreras de letras es muy bajo, porque no creo que mi hermana tuviera ese curriculum y sus similares fueran mucho más capaces, y no les culpo a ellos. El descenso educativo constante en las legislaciones que se han ido concatenando parece no tener suelo. Recuerdo cuando era más pequeño, en el grupo de amigos, que uno de nosotros repitió y su padre lo apuntó a la educación privada para que pudiera sacarse el título de bachillerato, algo de lo que no era capaz "porque no daba para más". A día de hoy, y es mi impresión, con la educación pública no tendría problemas en terminar sus estudios, y el que quiera saber más o ser más capaz, no le va a quedar más remedio que pagar por tener educación privada. Soy de los que piensan que no todos podemos tener estudios superiores, hacen falta técnicos, buenos técnicos, y también faltan buenos trabajadores de baja cualificación, pero trabajo al fin y al cabo necesario. Lo de tener a gran parte de la población estudiando hasta casi la treintena, que mientras es incapaz de comprender cualquier texto obtiene un graduado, es un problema inasumible tanto para la sociedad en general como para ellos mismos, puesto que a la hora de la verdad se van a quedar sin herramientas para reaccionar ante lo que sí es real.
Cita de: Benzino Napaloni en Octubre 22, 2022, 10:41:32 amLa "twitterización" de la realidad. Como docente habrás comprobado que la capacidad de atención, concentración, y sobre todo de paciencia, están hechas pedazos. Hay muchas cosas que no caben en 140 caracteres.Twitter es el ejemplo más visible de hasta dónde ha llegado la desinformación por saturación de porquería. Hace tiempo que, como diría Sherlock Holmes, lo difícil hoy en día no es leer, buscar información, o procesarla. Lo difícil es eliminar primero el ruido ya información espuria.Sin duda. Como anécdota, mencionaré que hace poco tuve un examen con estudiantes de Biología, y muchos me preguntaron qué significaba "a lo sumo" (que si más, que si menos...). Yo alucinaba. Comprensión lectora, cero patatero. Patético.
La "twitterización" de la realidad. Como docente habrás comprobado que la capacidad de atención, concentración, y sobre todo de paciencia, están hechas pedazos. Hay muchas cosas que no caben en 140 caracteres.Twitter es el ejemplo más visible de hasta dónde ha llegado la desinformación por saturación de porquería. Hace tiempo que, como diría Sherlock Holmes, lo difícil hoy en día no es leer, buscar información, o procesarla. Lo difícil es eliminar primero el ruido ya información espuria.
TRINCHERA CULTURALAlguien tiene que impedir que mi hijo reciba mejor educación que el tuyo"Nos empeñamos en medir el estado de salud del sistema educativo con estadísticas de aprobados y no con evaluación de aprendizajes"https://www.elconfidencial.com/cultura/2022-10-19/educacion-mediocridad-desigualdad-escuela-lomloe_3508669/
A la venta 3.800 viviendas con una rebaja del 150% respecto al precio de mercadoSegún su precio medio, los hogares más baratos de esta campaña se encuentran en Castilla-La Mancha (79.647 euros), Región de Murcia (87.852 euros) y Comunidad Valenciana (88.219 euros).As.com | 22 de octubre de 2022Jesús Hellín | Europa PressSolvia ha lanzado la campaña ‘Viviendas para todos los bolsillos’ como respuesta al actual contexto macroeconómico de inflación y subida de los tipos de interés. En ella se pueden encontrar casi 3.800 inmuebles que están a la venta con un descuento del 150% respecto a su precio de mercado.En concreto, la inmobiliaria ofrece 3.753 viviendas a un precio medio de 103.575 euros y una superficie media de 131 metros cuadrados. Si se unen ambas variables, el precio medio del metro cuadrado es de 790,64 euros.Desde Solvia destacan que, según sus datos, el precio medio de las casas en venta durante el segundo trimestre del año fue de 1.957 euros por metro cuadrado. En consecuencia, los hogares que se ofrecen en esta campaña se encuentran un 150% por debajo del precio medio de mercado.Castilla-La Mancha, la comunidad con las casas más baratasPor comunidades autónomas, las viviendas que se venden en esta campaña en Castilla-La Mancha son las que cuentan con el precio medio bajo más bajo (79.647 euros). Le siguen los precios medios de la Región de Murcia (87.852 euros) y la Comunidad Valenciana (88.219 euros). Por el contrario, las comunidades autónomas con los precios medios de venta más altos en esta campaña son Cataluña (134.629 euros) y la Comunidad de Madrid (139.767 euros).En cuanto a número de inmuebles ofertados, los que cuentan con una mayor cantidad son las siguientes comunidades autónomas: Comunidad Valenciana (1.107), Cataluña (897), Región de Murcia (538), Andalucía (404), Castilla-La Mancha (177), Aragón (153), Castilla y León (99), Comunidad de Madrid (66) y Principado de Asturias (65).Respecto a provincias, las que tienen un menor precio medio para comprar en esta campaña son Almería (76.788 euros), Toledo (78.965 euros) y Castellón (80.406 euros). Y las que tienen el mayor coste medio son Málaga (205.808 euros), Barcelona (162.317 euros) y Gerona (142.276 euros).Las provincias en la que están a la venta más viviendas en esta campaña son: Alicante (581), Valencia (411), Barcelona (381), Tarragona (234), Castellón (115), Gerona (156), Almería (138), Lérida (126), Zaragoza (104), Toledo (90), Sevilla (64), Málaga (50) y Cádiz (46).
A global house-price slump is comingIt won’t blow up the financial system, but it will be scary(...) The good news is that falling house prices will not cause an epic financial bust in America as they did 15 years ago. The country has fewer risky loans and better-capitalised banks which have not binged on dodgy subprime securities. Uncle Sam now underwrites or securitises two-thirds of new mortgages. The big losers will be taxpayers. Through state insurance schemes they bear the risk of defaults. As rates rise they are exposed to losses via the Federal Reserve, which owns one-quarter of mortgage-backed securities.Some other places, such as South Korea and the Nordic countries, have seen scarier accelerations in borrowing, with household debt of around 100% of gdp. They could face destabilising losses at their banks or shadow financial firms: Sweden’s central-bank boss has likened this to “sitting on top of a volcano”. But the world’s worst housing-related financial crisis will still be confined to China, whose problems—vast speculative excess, mortgage strikes, people who have pre-paid for flats which have not been built—are, mercifully, contained within its borders.Even without a synchronised global banking crash, though, the housing downturn will be grim. First, because gummed-up property markets are a drag on the jobs market. As rates rise and prices gradually adjust, the uncertainty makes people hesitant about moving. Sales of existing homes in America dropped by 20% in August year on year, and Zillow, a housing firm, reports 13% fewer new listings than the seasonal norm. In Canada sales volumes could drop by 40% this year. When people cannot move, it saps labour markets of dynamism, a big worry when companies are trying to adapt to worker shortages and the energy crisis. And when prices do plunge, homeowners can find their homes are worth less than their mortgages, making it even harder to up sticks—a problem that afflicted many economies after the global financial crisis.Lower house prices also hurt growth in a second way: they make already-gloomy consumers even more miserable. Worldwide, homes are worth about $250trn (for comparison, stockmarkets are worth only $90trn), and account for half of all wealth. As that edifice of capital crumbles, consumers are likely to cut back on spending. Though a cooler economy is what central banks intend to bring about by raising interest rates, collapsing confidence can take on a momentum of its own.A further problem is concentrated pain borne by a minority of homeowners. By far the most exposed are those who have not locked in interest rates and face soaring mortgage bills. Relatively few are in America, where subsidised 30-year fixed-rate mortgages are the norm. But four in five Swedish loans have a fixed period of two years or less, and half of all New Zealand’s fixed-rate mortgages have been or are due for refinancing this year.When combined with a cost-of-living squeeze, that points to a growing number of households in financial distress. In Australia perhaps a fifth of all mortgage debt is owed by households who will see their spare cashflow fall by 20% or more if interest rates rise as expected. In Britain 2m households could see their mortgage absorb another 10% of their income, according to one estimate. Those who cannot afford the payments may have to dump their houses on the market instead.That is where the political dimension comes in. Housing markets are already a battleground. Thickets of red tape make it too hard to build new homes in big cities, leading to shortages. A generation of young people in the rich world feel they have been unfairly excluded from home ownership. Although lower house prices will reduce the deposit needed to obtain a mortgage, it is first-time buyers who depend most on debt financing, which is now expensive. And a whole new class of financially vulnerable homeowners are about to join the ranks of the discontented.Dangerous propertiesHaving bailed out the economy repeatedly in the past 15 years, most Western governments will be tempted to come to the rescue yet again. In America fears of a housing calamity have led some to urge the Fed to slow its vital rate rises. Spain is reported to be considering limiting rising mortgage payments, and Hungary has already done so. Expect more countries to follow.That could see governments’ debts rise still further and encourage the idea that home ownership is a one-way bet backed by the state. And it would also do little to solve the underlying problems that bedevil the rich world’s housing markets, many of which are due to ill-guided and excessive government intervention, from mortgage subsidies and distortive taxes to excessively onerous planning rules. As an era of low interest rates comes to an end, a home-price crunch is coming—and there is no guarantee of a better housing market at the end of it all.
For two years during the covid-19 pandemic, home-sellers in Quakers Hill, a suburb in the farthest reaches of Sydney’s sprawling west, raked in fortunes. Some 60 or 70 viewers would traipse round every house up for sale, recalls Josh Tesolin of Ray White, an estate agent. Buyers jostled at auctions, bidding well above the odds. “We’d ask for, let’s say, $1m and sell at $1.4m,” says Mr Tesolin. “The market back then was crazy—a very different picture to now.” This year prices in the neighbourhood have fallen by 20%, he estimates. Owners are pulling their homes, because they cannot sell them for as much as they want. The market is gumming up.Australian house prices have dropped for five straight months, placing Quakers Hill at the forefront of a global trend. As central banks race to tame inflation, they are raising interest rates at the fastest pace in at least four decades—which is now translating into housing-market carnage. Prices are falling in nine of the 18 countries monitored by Oxford Economics, a consultancy, and are dropping fastest in the most overheated markets. In Canada and Sweden they have fallen by more than 8% since February; in New Zealand they have fallen by more than 12% since their peak last year. Prices have begun sliding in America and Britain, too. Many other countries are heading in the same direction.
— La pasteurización monetaria (alzas bestias de tipos de interés y reducción de Balance de los bancos centrales —«salvo para lo que me interese»—) va muy bien porque:• ni hay efectos de segunda ronda —¡viva el Pacto de Rentas!, si no explícito, implícito—• ni desacople entre las expectativas de inflación y el nivel de tipos de interés a medio plazo —¡viva el iceberg deflacionario!—.