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Hay que exprimir a un bicho en Madrid o Barcelona y con el "jugo" vivir como un rey en Murcia
Cita de: lectorhinfluyente1984 en Marzo 18, 2015, 12:03:05 pmHay que exprimir a un bicho en Madrid o Barcelona y con el "jugo" vivir como un rey en Murcia Eso ya está inventado. Dos de mis caseros madrileños vivían uno en Galicia y otro en Asturias.Con lo que les pagaba de mensualidad uno podría llenar la despensa de fabes para todo el año y el otro rebozarse en empanada de zamburiñas hasta el fin de sus días Las diferencias que incica SNB me resultan exageradas pero en mi experiencia, van por allí:- Habitación piso compartido en Madrid: 285€. Mis años universitarios fueron miserables ya que con 500€* me las tenía que arreglar todos los meses. Por 280€ tres colegas (en total) alquilaban un pisazo en Santander que no era la cochambre en la que vivía yo.- Cuando se abrió el Príncipe Felipe en Valencia, bastante gente del CNB y otros centros del ISCIII de Madrid se largó ya que con el mismo salario pasaban de un vida que permitía pocos excesos a petarlo en la playa.- Un médico en Santigo es dios y en Madrid lleva a los críos a la pública mientras firma contratos de tres meses.- Y así hasta el infinito...El problema: encontrar un trabajo fuera de las grandes ciudades.---* Y estoy hablando de euros en plena burbuja con analfabetos tuneando su SEAT León y gastándose mi presupuesto en medio alerón. Joder, cada vez que lo pienso...
Yo tengo familiares en pueblos y ciudades con sueldos similares, y siendo cierto lo del coste, también lo es el estilo de vida, los de ciudad salen mucho, van a conciertos, restaurantes, de tiendas..... en cambio los de pueblo van de casa al curro, de casa al curro, del curro al bar, del bar a la finca......... La vida en el pueblo es más barata porque es más humilde, he ahí una razón del porque la gente de pueblo siempre tiene mas pasta que la de ciudad, por más que cobren estos últimos. La gran diferencia es en el coste de la vivienda, pero hay barrios y barrios. Vivir bien es caro en todos los sitios.
Cita de: lectorhinfluyente1984 en Marzo 18, 2015, 12:03:05 pmHay que exprimir a un bicho en Madrid o Barcelona y con el "jugo" vivir como un rey en Murcia Eso ya está inventado. Dos de mis caseros madrileños vivían uno en Galicia y otro en Asturias.Con lo que les pagaba de mensualidad uno podría llenar la despensa de fabes para todo el año y el otro rebozarse en empanada de zamburiñas hasta el fin de sus días Las diferencias que indica SNB me resultan exageradas pero en mi experiencia, van por allí:- Habitación piso compartido en Madrid: 285€. Mis años universitarios fueron miserables ya que con 500€* me las tenía que arreglar todos los meses. Por 280€ tres colegas (en total) alquilaban un pisazo en Santander que no era la cochambre en la que vivía yo.- Cuando se abrió el Príncipe Felipe en Valencia, bastante gente del CNB y otros centros del ISCIII de Madrid se largó ya que con el mismo salario pasaban de un vida que permitía pocos excesos a petarlo en la playa.- Un médico en Santigo es dios y en Madrid lleva a los críos a la pública mientras firma contratos de tres meses.- Y así hasta el infinito...El problema: encontrar un trabajo fuera de las grandes ciudades.---* Y estoy hablando de euros en plena burbuja con analfabetos tuneando su SEAT León y gastándose mi presupuesto en medio alerón. Joder, cada vez que lo pienso...
El hoy del trabajoSantiago Niño Becerra - Jueves, 19 de MarzoLo insinuó la Canciller de Alemania en Mayo del 2013: para los jóvenes –pienso que también pensaba en los no-jóvenes– un empleo mal pagado y con escasos derechos es mejor que ningún empleo. Lo que estaba diciendo Frau Merkel quedaba claro: la demanda de trabajo es la que es y es inferior a la oferta de trabajo existente, y así va a seguir, luego … La OCDE le está dando la razón: http://economia.elpais.com/economia/2015/02/09/actualidad/1423473588_182363.htmlEn España –parece ser que es donde corre más prisa hacer más cosas en este sentido– el despido debe abaratarse, y los contratos deben igualarse en cuanto a su tipología, y los salarios deben reducirse cuando convenga que se reduzcan. Matícenlo como quieran, pero lo que hay detrás de las palabras es eso.No es que la OCDE esté a favor de la burguesía explotadora, es pura y simplemente que cada vez se necesita menos factor trabajo y su precio y condiciones deben adecuarse a la oferta de trabajo existente, es decir, de la población activa, que no baja. La tecnología reduce la demanda de trabajo, pero, a la vez, las menguantes rentas y las capacidades de endeudamiento a la baja minusvaloran la de consumo; ya, queda el ahorro: en eso se está ahora, en que la ciudadanía se lo gaste en consumir (lo que sirve para decir que ‘nos estamos recuperando).Claro, vender algo sí no es fácil: que ‘el pueblo’ acepte menores pagos por su trabajo, peores condiciones de trabajo y mayor precariedad, por eso se inyecta la idea de que ‘flexibilizando’ el mercado de trabajo aumenta la demanda de ese trabajo que se mercadea, lo que es falso, y el ejemplo es España: empeora la situación de los trabajadores y se contratan a más menos horas, luego se reparte el tiempo de trabajo pagando menos; o aumentan las horas trabajadas en negro y no remuneradas, con lo que se beneficia quienes contratan –a lo peor sólo sobreviven– pero no quien trabaja.A veces los representantes del poder dicen las cosas claras, como la, en su momento, Ministra de Trabajo italiana, Elsa Fornero, en Junio del 2012: que el trabajo ya no es un derecho, debe ser ganado, ¿cómo? aceptando lo que se ofrezca: ‘a través del sacrificio’.Pue eso. Lo que no entiendo es por qué no se dice todo más claro: total, ¿qué puede hacer la gente sino aguantarse?.@sninobecerraSantiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
Llega un punto en que no entiendo a SNB y a otros finalicistas del trabajo (no a todos).....
cerca de 30 millones de personas, de un país de 200, pasaron de operar en la economía sumergida a gozar de un contrato de trabajo y de vacaciones pagadas.
El cuerpo de élite del Ejército guatemalteco acompaña ahora a la ONU en el país africano
Las reflexiones reflexivasSantiago Niño Becerra - Viernes, 20 de MarzoHace unos días fui a un acto de despedida. Un conocido se jubilaba y sus más allegados le prepararon una reunión a la que invitaron a personas con las que había mantenido una relación de una cierta proximidad; me llamaron y fui. Estuvo bien. Una copa y muchas conversaciones y muy dispersas. Recuerdos; caras que hacía tiempo que no veía; …. Insisto, estuvo bien.El homenajeado es médico, cirujano; muy buen médico y muy buen cirujano, no una celebridad, y nunca le han dado ningún premio a la excelencia; pero es de aquellos profesionales de la medicina que combina conocimientos y humanidad, pericia y compañerismo; y lo ha hecho muy bien. Pero era funcionario.Los funcionarios, según normativa vigente, deben jubilarse, ineludiblemente, el mismo día en que cumplen los 65 años; esa regla tan sólo tiene una excepción: a los funcionarios vinculados con la enseñanza y que impartan docencia se les permite finalizar el curso en el que cumplen dicha edad.La persona a la que me estoy refiriendo no quería jubilarse; trabajaba en un hospital público, y a pesar de todos los actuales pesares, se sentía bien; y no, no tenía tres consultas de medicina privada, no. Ni tampoco tenía un patrimonio familiar. Tenía su profesión, su experiencia, sus conocimientos que estaba continuamente actualizando. Ahora, a no ser que se una a Médicos sin Fronteras –muy difícil que le admitan por su edad– o que se dedique a la medicina privada , todo ese conocimiento, toda esa experiencia, toda esa praxis, se perderá y nadie se beneficiará de ella.Dirán que mi reflexión es aplicable la inmensa mayoría de personas que se jubilan, sean funcionarios, o no, y si. Pero yo sigo con lo mío: llegado un momento de la vida, un cúmulo de sabiduría que era utilizada deja de serlo por un tema de edad y todo ese cúmulo se pierde y pasa a ser un recuerdo. Ya: la renovación, la nueva oferta de trabajo, los jóvenes, … Ya, ya, pero ese desperdicio está ahí, y es ineficiente.No sé como ligué esa reflexión con esta otra. En España este año –cinco procesos electorales– existe una clara voluntad de vender, de convencer a la ciudadanía –a los votantes– que se está produciendo una recuperación económica; que es LA recuperación de esta crisis ‘que hemos tenido’ durante años; que España puede crecer al 3,0%,; etc. etc.Bien, por un momento creámonos que España va a crecer el 3% en el 2015. Esa situación se dará, pero convivirá con un desempleo del 23% y con un subempleo del 12%; con una situación deflacionaria provocada por un consumo insuficiente a pesar de que parte de del consumo que sí existe se está financiando con desahorro; con el 27,3% de la población en riesgo de pobreza; con un desempleo juvenil de 55%; con una deuda pública que seguirá creciendo y una deuda familiar que descenderá muy poco; con unas diferencias sociales en aumento y unas expectativas, para muchos, en declive; con un país escindido en dos grandes zonas no continuas: una que puede crecer al 4% o al 5% y otra que lo hará al 1% o al nada%, y que en cómputo global puede dar ese 3%.En cualquier caso, y dejando a un lado ese panorama, aunque España crezca al 3% en muy poco beneficiará a España en su conjunto: recordemos la afirmación del Sr. Ministro de Hacienda cuando presentó los Presupuestos el pasado Octubre: todo lo que España creciese este año debería ser aplicado a la deuda.¿Si? Bien. Ahora imaginen que España este año no crece al 3%, sino a una tasa sensiblemente inferior.@sninobecerraSantiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/las_reflexiones_reflexivasCitarLas reflexiones reflexivasSantiago Niño Becerra - Viernes, 20 de MarzoHace unos días fui a un acto de despedida. Un conocido se jubilaba y sus más allegados le prepararon una reunión a la que invitaron a personas con las que había mantenido una relación de una cierta proximidad; me llamaron y fui. Estuvo bien. Una copa y muchas conversaciones y muy dispersas. Recuerdos; caras que hacía tiempo que no veía; …. Insisto, estuvo bien.El homenajeado es médico, cirujano; muy buen médico y muy buen cirujano, no una celebridad, y nunca le han dado ningún premio a la excelencia; pero es de aquellos profesionales de la medicina que combina conocimientos y humanidad, pericia y compañerismo; y lo ha hecho muy bien. Pero era funcionario.Los funcionarios, según normativa vigente, deben jubilarse, ineludiblemente, el mismo día en que cumplen los 65 años; esa regla tan sólo tiene una excepción: a los funcionarios vinculados con la enseñanza y que impartan docencia se les permite finalizar el curso en el que cumplen dicha edad.La persona a la que me estoy refiriendo no quería jubilarse; trabajaba en un hospital público, y a pesar de todos los actuales pesares, se sentía bien; y no, no tenía tres consultas de medicina privada, no. Ni tampoco tenía un patrimonio familiar. Tenía su profesión, su experiencia, sus conocimientos que estaba continuamente actualizando. Ahora, a no ser que se una a Médicos sin Fronteras –muy difícil que le admitan por su edad– o que se dedique a la medicina privada , todo ese conocimiento, toda esa experiencia, toda esa praxis, se perderá y nadie se beneficiará de ella.Dirán que mi reflexión es aplicable la inmensa mayoría de personas que se jubilan, sean funcionarios, o no, y si. Pero yo sigo con lo mío: llegado un momento de la vida, un cúmulo de sabiduría que era utilizada deja de serlo por un tema de edad y todo ese cúmulo se pierde y pasa a ser un recuerdo. Ya: la renovación, la nueva oferta de trabajo, los jóvenes, … Ya, ya, pero ese desperdicio está ahí, y es ineficiente....Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
Las reflexiones reflexivasSantiago Niño Becerra - Viernes, 20 de MarzoHace unos días fui a un acto de despedida. Un conocido se jubilaba y sus más allegados le prepararon una reunión a la que invitaron a personas con las que había mantenido una relación de una cierta proximidad; me llamaron y fui. Estuvo bien. Una copa y muchas conversaciones y muy dispersas. Recuerdos; caras que hacía tiempo que no veía; …. Insisto, estuvo bien.El homenajeado es médico, cirujano; muy buen médico y muy buen cirujano, no una celebridad, y nunca le han dado ningún premio a la excelencia; pero es de aquellos profesionales de la medicina que combina conocimientos y humanidad, pericia y compañerismo; y lo ha hecho muy bien. Pero era funcionario.Los funcionarios, según normativa vigente, deben jubilarse, ineludiblemente, el mismo día en que cumplen los 65 años; esa regla tan sólo tiene una excepción: a los funcionarios vinculados con la enseñanza y que impartan docencia se les permite finalizar el curso en el que cumplen dicha edad.La persona a la que me estoy refiriendo no quería jubilarse; trabajaba en un hospital público, y a pesar de todos los actuales pesares, se sentía bien; y no, no tenía tres consultas de medicina privada, no. Ni tampoco tenía un patrimonio familiar. Tenía su profesión, su experiencia, sus conocimientos que estaba continuamente actualizando. Ahora, a no ser que se una a Médicos sin Fronteras –muy difícil que le admitan por su edad– o que se dedique a la medicina privada , todo ese conocimiento, toda esa experiencia, toda esa praxis, se perderá y nadie se beneficiará de ella.Dirán que mi reflexión es aplicable la inmensa mayoría de personas que se jubilan, sean funcionarios, o no, y si. Pero yo sigo con lo mío: llegado un momento de la vida, un cúmulo de sabiduría que era utilizada deja de serlo por un tema de edad y todo ese cúmulo se pierde y pasa a ser un recuerdo. Ya: la renovación, la nueva oferta de trabajo, los jóvenes, … Ya, ya, pero ese desperdicio está ahí, y es ineficiente....Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.