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Creo que hay algo importante que a veces no tenemos en cuenta. Los antidisturbios no dan ni un paso si no han recibido una orden superior, y esta orden siempre procede, inicialmente, en lo alto de la cadena de mando, de un político (Delegado del Gobierno en la comunidad, que responde directamente al Ministro del Interior y este al Presidente del Gobierno).Cuando se decide, desproporcionadamente, dar palos a unos chavales porque cortan una calle (Parece que el mundo se acaba si se corta un calle), puede que se haga con la intención de provocar una respuesta mayor. Aunque quizás no se esperaban una respuesta tan rápida y contundente (el personal esta tan quemado que le falta tiempo para responder), de ahí la llamada a la calma de Rajoy desde Londres (hay que controlar los tiempos).Si os fijais en como se gestionó el 15M, vereis que todo comenzó con un desalojo de los antidisturbios, y como en cuestión de muy pocos días, los medios, que podrían haber obviado el tema (como hicieron el primer dia, y han hecho tantas veces con otros asuntos) se volcaron para darle mas publicidad y generar una respuesta (En cuanto los medios dejaron de cubrir el 15M, este se fue diluyendo, aunque también por el cansancio y hastío de los participantes). Me pregunto si es posible que el 15M fuera un experimento sociológico para estudiar la capacidad de gestión de los mass mierda y/o unas maniobras de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para cuando le llegue el turno a España.Mi postura en este asunto no es categórica, es posible que este equivocado, solo veo una serie de hechos e intereses que me hacen dudar de la aparente realidad.
También me resulta curioso como los medios extranjeros vendieron las noticias de Valencia como una respuesta contra las medidas de austeridad. Como si el despilfarro y saqueo de lo público, con recochineo por parte de la casta, no fuera el motivo principal.¿Alguien realmente piensa que la gente no se aprieta el cinturón y pasa frio voluntariamente si ve que con su sacrificio ayuda al conjunto?
Las protestas callejeras contra los recortes y su represión por las fuerzas de seguridad preocupan al Gobierno. No tanto por el desgaste que le pueda producir como por la imagen que puedan proyectar de España en el exterior y concretamente en los mercados ahora que la crisis arrecia. Por esa razón, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz se reunieron ayer con todos los delegados del Gobierno para darles instrucciones sobre cómo actuar en estos casos.El encuentro se produce después de la polémica actuación policial contra las marchas estudiantiles contra los recortes educativos en Valencia —que se saldó con una veintena de detenidos la semana pasada— y los disturbios que algunos sujetos aislados produjeron en las calles de Barcelona tras otra protesta multitudinaria. Una imagen de esos disturbios fue publicada en la primera página de The New York Times, el periódico de referencia en Estados Unidos, al día siguiente.Tras la actuación policial en Valencia, que provocó la reacción en contra de los partidos de la oposición, Interior abrió un expediente informativo para averiguar si se produjo algún “exceso policial”. El ministerio, además, pidió a los agentes que moderasen en lo posible su actuación ante esos incidentes.El objetivo de la reunión de ayer, que se produjo en La Moncloa, era extender esos criterios al resto de comunidades autónomas ante la posibilidad de que se produzcan nuevos incidentes, un escenario que el Ejecutivo contempla y trata de prevenir. El mensaje que se trató de transmitir es que, ante actos parecidos, se actúe con la firmeza necesaria, pero con la máxima moderación posible, según fuentes gubernamentales. Que solo se recurra a la fuerza cuando es estrictamente necesario, como en los disturbios de Barcelona, protagonizados por un grupo de violentos.Las imágenes de la fuerza empleada por los agentes para disolver las manifestaciones de los estudiantes del Instituto Luis Vivies de Valencia —muchos de ellos menores de edad— generaron un efecto viral que reprodujo las protestas en toda España. El pasado miércoles, miles de estudiantes tomaron las calles de varias capitales. Pero tras la reunión de la vicepresidenta y el ministro con los delegados no se transmitió ningún tipo de autocrítica sobre cómo se ha gestionado este asunto. “Se trata de evitar trasladar la imagen de que en España está ocurriendo algo similar a lo de Grecia”, explicó una fuente del Ejecutivo.Tras los incidentes de Barcelona, varios dirigentes del PP culparon al PSOE al que acusaron de tratar de generar “un clima de conflictividad social”, en palabras del número tres del partido, Carlos Floriano.
Cita de: Sidartah en Febrero 21, 2012, 18:57:09 pm huelga IN-DE-FI-NI-DA desde YA.Ahí, ahí. No queda otra.Saludos.
huelga IN-DE-FI-NI-DA desde YA.
miércoles 29 de febrero de 2012No pueden másFotografía de Lewis Hine¿Os acordáis cuando hace tiempo se hablaba de la conciliación de la vida laboral y familiar? ¿O de aquella iniciativa de racionalización de los horarios laborales? Todo se ha hundido y olvidado, todo en aras de la competitividad, de la eficiencia, de la rentabilidad, de la "creación de puestos de trabajo".La consulta se está llenando de gente desesperada que viene a pedir ayuda por su ansiedad, y hablo de un perfil específico entre otros: madres jóvenes con empleos precarios, da igual su cualificación: limpiadoras, trabajadoras de supermercados, becarias del CSIC o "jóvenes en prácticas sobradamente preparadas en empresas de prestigio" que han tenido el valor de tener hijos, no a una edad precoz, sino a una más que razonable, que no tienen tiempo de ver a sus hijos, que se sienten culpables por ello, que ven sus condiciones laborales y económicas deterioradas y no pueden más. Se sienten tristes y decaídas, no quieren "pagarlo con los demás" por su irritabilidad, que se dan cuenta de que tienen que aceptarlo pero no pueden más, que se avergüenzan de llorar con facilidad, también en la consulta, que no quieren tomar medicación pero no pueden más.Ésta es una de las realidades de nuestra sociedad que hay que sacar a la luz, que las medidas "dolorosas" que hay que tomar no sean anónimas, que tengan la cara de las personas, que al menos quienes tienen que tomar las decisiones - desde el Banco Central Europeo, los burócratas de la Unión Europea, los Gobiernos central y autonómicos hasta los economistas tertulianos (por ejemplo La Brújula de la Economía de la Onda Cero) - dando lecciones de lo inevitable que es hacer recortes duros para que "la inversión fluya", no salgan limpios por sus acciones y opiniones, que se vean salpicados, al menos, de las lágrimas de sus víctimas.