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Grecia desmantela su sanidad.Un tercio de los griegos no tiene acceso a la sanidad pública gratuitaLa falta de personal crea listas de espera y problemas de hacinamiento en los hospitalesLa crisis favorece las enfermedades infecciosas y los problemas psicológicos Tras seis años de recesión en Grecia, la sanidad pública es uno de los sectores más afectados por la austeridad, tal y como confirma el informe Panorama de la Salud: 2014, publicado esta semana por la CE y la OCDE en el que se analiza la situación sanitaria de 35 países europeos. El gasto público griego se ha reducido un 60% y, a pesar de que los presupuestos para 2015 prevén que la economía por fin se expanda, las partidas destinadas al sector sanitario se reducirán una vez más. Una de las consecuencias es que unos tres millones de personas -casi uno de cada tres griegos-, ya no tienen acceso la sanidad publica, según datos del Sistema Nacional de Salud, pues la cobertura se pierde al pasar más de un año en el paro o al no pagar las contribuciones. Este año, el Ministerio de Salud anunció un plan para cubrir a toda la población, y a día de hoy fuentes del Ministerio aseguran a este diario que todos los desempleados tienen ya "acceso normal" la sanidad. Una afirmación con la que discrepa Nikitas Kanakis, director de Médicos del Mundo. "De hecho, nos llegan más pacientes que antes," recalca. Escéptico con el éxito de la iniciativa, asevera que hasta ahora la gente que no está asegurada no ha recibido tratamiento. "El sistema para acceder a la atención médica es muy complejo para los no asegurados. Tienen que ser evaluados por un comité, y en caso de emergencia no es viable". Según explica el médico, otra iniciativa del Ministerio ofrece a los desempleados bonos para acceder a ciertos tratamientos. Sin embargo, el programa cubre sólo a 200.000 personas, una gota en el mar. Además, subraya, los beneficiarios de estas ayudas deben estar al día en sus pagos a hacienda y a la seguridad social, algo prácticamente imposible para los desempleados griegos. Dadas las circunstancias, cada vez más ciudadanos se ven abocados a recurrir a las clínicas sociales que, atendidas a menudo por voluntarios, han comenzado a brotar por todo el país. Sólo en Atenas, Médicos del Mundo presta servicio a unos 14.000 pacientes anuales, y a otros tantos en Tesalónica. Las patologías más comunes en la clínicas sociales son los problemas cardíacos y la diabetes, que precisamente requieren un tratamiento continuo. Sólo en 2013, un 8% de los pacientes crónicos dejó de recibir su medicación porque se quedaron en paro. Y los precios no han dejado de crecer, al reducirse los porcentajes cubiertos por la seguridad social. "Incluso a la gente que debería recibir estos medicamentos de forma gratuita a menudo no les dan nada," explica Kanakis. "Nos llegan muchos testimonios de que los hospitales están faltos de medicamentos. En otros casos, les dan cita para entregárselos mucho después del diagnóstico" En efecto, para quienes acceden a los hospitales el panorama no es mucho más alentador. Las esperas no afectan sólo a quienes están pendientes de hacerse una prueba o someterse a una intervención. "Me encontraba mal y fui a urgencias para que me viera un médico y porque en el trabajo me pedían un justificante", cuenta María, una azafata de 24 años. "Llegué a las seis de la tarde y cogí el número 112. Estaban en el 35. Al final, cuando decidí marcharme, a las 12 de la noche, el número seguía siendo el 35, porque les llegan todo el tiempo urgencias graves". Los hospitales más concurridos se ven obligados a alojar en camillas, a veces en los pasillos, a aproximadamente una cuarta parte de los ingresados. La presencia continua de familiares, que a menudo se hacen cargo de los pacientes debido a la escasez de personal, aumenta el hacinamiento; una situación que ha llevado a que muchos recurran a los sobornos para recibir algún tipo de trato de favor. En cuanto a los facultativos, desgranan todo un rosario de malas condiciones laborales. "Los médicos se enfrentan a la falta de personal sanitario, a una organización administrativa ineficaz, a la carencia de equipamiento y a unos sueldos demasiado bajos," lamenta Yorgos Patulis, el presidente de la Asociación de Médicos de Atenas. El director de un hospital, recalca, no gana más de 1.600 euros. En 2011, se congelaron las contrataciones y el personal que se ha jubilado no ha sido reemplazado. Además, desde que comenzara la crisis, más de 2.000 facultativos han perdido sus puestos de trabajo, mientras que otros tantos -incluidos en un esquema para transferir funcionarios- se enfrentan a un futuro incierto. Para cubrir las necesidades de personal médico harían falta 2.500-3.000 contrataciones, y otras 10.000 de personal sanitario, asegura Patulis, mientras que para la Federación de Médicos de Hospital faltan 6.000 facultativos. Sin embargo, fuentes del Ministerio afirman que este año han sido contratados de manera temporal 1.400 médicos, mientras que para 2015 se habría aprobado emplear a otros 1.500 - 2.500 sanitarios. El personal existente está sobrecargando de trabajo. El año pasado, la Comisión Europea remitió a Grecia a la Corte de Justicia europea por no respetar la jornada laboral de los médicos del sistema público. "En la práctica, a menudo trabajan un mínimo de 64 horas a la semana, y a veces hasta 90", rezaba el caso. Deterioro de la salud pública Pero, ¿cuáles son las consecuencias reales tras el baile de cifras? Por un lado, las enfermedades contagiosas han resurgido -en parte, porque los niños sin seguro médico han dejado de ser vacunados-. Otro tipo de patologías infecciosas también se han disparado: Los casos de VIH se multiplicaron por 10 en el plazo de un año, mientras que los de tuberculosis se doblaron. Los obstáculos para acceder a la sanidad han provocado un aumento de la mortalidad, sobre todo entre las personas mayores. "Si alguien tiene un problema crónico y no toma sus fármacos a tiempo, esto se convierte en una emergencia", explica Kanakis. Según el médico, los pacientes con cáncer se encuentran entre los más afectados, al requerir en muchos casos hospitalización. "Aunque puedan acceder al sistema, si tienen que esperar meses el pronóstico cambia de manera dramática", lamenta. "Si hablamos del coste -por no hablar de la ética médica o de los derechos humanos- éste será mucho mayor", denuncia el médico, que considera necesario centrarse en la prevención. Además, están las consecuencias invisibles. Según Theodoros Megaloikonomu, el director del Hospital Psiquiático del Ática, en los últimos años se ha multiplicado el número de pacientes con problemas que son a la vez psiquiátricos y sociales, derivados de la pobreza y de la disolución de las redes de apoyo familiar. Estas personas no reciben los fármacos necesarios cuando son dadas de alta. "Somos nosotros los que tenemos que buscárselos a través de iniciativas y clínicas sociales", denuncia el psiquiatra. Además, con frecuencia del hospital van derechos a la calle, ya que no tienen un hogar al que regresar. Los casos de depresión crecieron en un 250% entre 2008 y 2011. "Con las cifras de paro, sobre todo juvenil, cómo no va a sentir la gente ansiedad, agonía, miedo de quedarse cualquier día en la calle," exclama Megaloikonomu, apuntando también al aumento de los suicidios. De 2011 a 2012 se incrementaron en un 26%, la subida más rápida de Europa. Y eso que, según el psiquiatra, "hay muchos más que no salen a la luz, porque a los familiares les da vergüenza reconocer que no podían apoyarles." "Si tenemos un sistema sanitario que no es capaz de cubrir al 40% de la población, entonces no podemos llamarlo sistema sanitario," remata Kanakis. "Es necesaria otra aproximación, que dé prioridad a la cobertura de las necesidades básicas de los más vulnerables."
Lo que está sucediendo es que nos están sometiendo a un proceso de *saqueo* CALCADO, a los procesos neoliberales que practicaron con latinoamérica con la excusa de la "crisis de la deuda" desde los 70, 80 y 90
GrasaTenemos unas AAPP absolutamente grasientas, hinchadas de colesterol (del malo). El crecimiento de los últimos 30 años ha sido en su mayor parte metastásico, y solo una cura de caballo puede sanarlas.Dicho esto así, podría pensarse que se está defendiendo la privatización de los SSPP, al contrario, es precisa una vuelta a la gestión pública de los mismos, pero a la gestión pública de verdad, y a los SSPP de verdad, no al tenderete montado.El estado del bienestar se sustenta básicamente en cuatro pilares: la sanidad pública, la educación pública, la vivienda pública y los servicios sociales públicos. La sanidad pública nunca se ha alcanzado del todo en nuestro pais (la prueba es que enfermedades que afectan a mas del 90% de la población no han estado nunca cubiertas y se han dejado en manos de la sanidad privada -boca y vista-), en cuanto a eficiencia y coste, hace treinta años lo era mucho mas que ahora, aun pagando retribuciones a los profesionales sanitarios mas elevadas. La solución: volver a la centralización de la sanidad, y la desaparición de toda la grasa burocrática puesta en los últimos años, por cierto, cuando se tenga el acceso a las gafas graduadas para todo el mundo, ya pagaremos cambios de sexo, mientras tanto a tailandia.La enseñanza pública, tampoco se ha alcanzado nunca en nuestro pais, no hay otro en europa occidental que deje casi el 50% en manos privadas -los centros concertados-, ni que cambie de planes de estudio cada cuatro años, ni que haya apartado el mérito hasta convertirlo en una carga. Tenemos universidades (con minúsculas), casi en cada villorrio, con toda su parafernalia de rectores, staffs, edificios de diseño, etc, y sin embargo la enseñanza primaria está en manos de interinos perpetuos que dan clase en muchos casos en barracones, por no hablar de la política de becas, el PIO daba casi mas que ahora. La solución: cerrar al menos la mitad de las universidades existentes, concentración de titulaciones, cierre de departamentos, evaluación de verdad de todo el personal docente y la escuela privada a coste para quien la quiera (con evaluación en centros públicos).La vivienda, uyyyy la vivienda. A salvo de algunos experimentos a finales de los cincuenta (patronatos de casas baratas, que en su mayor parte acababan en manos de los funcionarios del glorioso movimiento, con alquileres por cincuenta años, y luego acceso a la propiedad por cantidad simbólica), y las viviendas para funcionarios de las AAPP -luego vendidas a precios simbólicos-, solo se ha fomentado la vivienda en propiedad. Es lo más fácil de solucionar, tenemos oceános de viviendas pagadas a escote por todos, vivienda en alquiler social -el que la deteriore a la calle y punto-.Los servicios sociales públicos, no han llegado a nacer, no existe una red de geriátricos públicos, de guarderías, solo iniciativas aisladas y los restos de la beneficencia provincial y municipal. La ley de dependencia nació ya muerta, no se puede solventar el problema a base de burocracia, ni de pagar tantos alzados. La solución, creación de lo que nunca se hizo, geriatricos y guarderías públicos.Todo ello se puede hacer, y se puede hacer ahorrando el gasto actual, solo que si se hace ... cuantos reyes desnudos se verían por la calle?Un saludo
No, no han prorrogado al juez RuzCuando al PP le va mal un juicio no cambia de abogado. Cambia de juez.Garzón, Pedreira, Monterde, Gómez Bermúdez, Carmona, Ruz. A por el séptimo.http://iniciativadebate.org/2014/12/09/no-no-han-prorrogado-al-juez-ruz/
Casi 20% ha caído el consumo de petróleo, mientras el PIB sube por supuesto.
La enseñanza pública, tampoco se ha alcanzado nunca en nuestro pais, no hay otro en europa occidental que deje casi el 50% en manos privadas -los centros concertados-, ni que cambie de planes de estudio cada cuatro años, ni que haya apartado el mérito hasta convertirlo en una carga. Tenemos universidades (con minúsculas), casi en cada villorrio, con toda su parafernalia de rectores, staffs, edificios de diseño, etc, y sin embargo la enseñanza primaria está en manos de interinos perpetuos que dan clase en muchos casos en barracones, por no hablar de la política de becas, el PIO daba casi mas que ahora. La solución: cerrar al menos la mitad de las universidades existentes, concentración de titulaciones, cierre de departamentos, evaluación de verdad de todo el personal docente y la escuela privada a coste para quien la quiera (con evaluación en centros públicos).
GrasaTenemos unas AAPP absolutamente grasientas, hinchadas de colesterol (del malo). El crecimiento de los últimos 30 años ha sido en su mayor parte metastásico, y solo una cura de caballo puede sanarlas
Muy posiblemente la parte grasienta del sistema español es la única parte de la sociedad a la que podríamos llamar "europea".Esa parte grasienta, directa o indirectamente, está compuesta de millones de ciudadanos empleados en AAPP y ciertas empresas privadas o en jubilación. Son la respuesta a los problemas de España (la parte de la población con el know-how, la educación y el ahorro) y también el mayor riesgo (inmovilismo, ¿para qué cambiar si yo empeoro?)Es un dilema bastante complicado. Cargarse esa semilla de "europeidad" (a la que han llegado de forma injusta) mediante el saqueo de su ahorro o la imposición a esa parte de la sociedad de las condiciones del resto, solo logrará empobrecer a todos para alargar un poco más lo inevitable. Eso por no hablar del riesgo de emigración al estilo sudamericano o incluso portugués de la parte más educada de la población, la verdadera fuga de cerebros y no la que hemos presenciado hasta ahora (siendo honestos de aquí se han ido en su mayoría los que no tenían nada que perder o los que trabajaban en sectores directamente afectados).