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CitarGrouxo Marx estaría encantado con un discurso que busca subir los precios bajándolos. Solo se me ocurre una salida (la del niño de cuatro años): igual los precios que ellos quieren hacer subir no estan en el IPC, y que este indicador no es más que una hábil excusa.En el blog...En la diana.
Grouxo Marx estaría encantado con un discurso que busca subir los precios bajándolos. Solo se me ocurre una salida (la del niño de cuatro años): igual los precios que ellos quieren hacer subir no estan en el IPC, y que este indicador no es más que una hábil excusa.
"Mientras tanto, manténganse con la cabeza bien fría: el nivel de tipos de interés va a ser ínfimo durante décadas; el dólar americano seguirá con su mala salud de hierro, aún con espasmos transitorios; la deflación es buena; El Pisito (y El Hipotecón), El Terruñito y Las Ideítas, que se los metan por donde les quepan; y ¡viva la Era Cero! y su solo-Bolsa funcional el regreso de las pensiones públicas a su naturaleza primigenia, la asistencialidad". PP.CC.
"La renta variable se ha convertido en la inversión por defecto".“La falta de alternativas propicia que la renta variable siga siendo la inversión por defecto, a pesar de que las acciones se hayan encarecido”..."Si en Europa va a continuar la política de tipos bajos y cada vez más referencias dentro de la renta fija entran en territorio negativo, ¿es razonable invertir en renta variable aunque aún no se haya percibido un crecimiento sólido de los beneficios? Guy Wagner, director de inversiones de BLI- Banque de Luxembourg, reflexiona sobre las opciones que les quedan a los inversores en un entorno cada vez más complejo. “Sin duda, la relación rentabilidad/riesgo se han deteriorado en la mayoría de las principales clases de activos con respecto a los años anteriores. Para los mercados de renta fija, este razonamiento se basa directamente en el bajo nivel de los tipos de interés”, afirma en primer lugar."http://www.fundspeople.com/noticias/tiempos-extraordinarios-inversiones-extraordinarias-los-consejos-de-bli-sobre-renta-variable-europea-y-otros-activos-195133
Piketty, Terratenientes y concentración de capital31 mar, 2015 - Roger SenserrichEl año pasado el libro de Thoma Piketty sobre retornos del capital y desigualdad hizo un ruido considerable. Es un trabajo monumental lleno de datos históricos y grandes perspectivas históricas; la clase de volumen que uno debe admirar, aunque sea por la ambición de todo el asunto. La tesis central de Piketty en el libro, del que hablamos bastante en su día (también de desigualdad en general), es que el capitalismo tiende a aumentar la concentración de rentas, y con ello de capital, creando desigualdades crecientes a largo plazo. El libro ha tenido el enorme mérito de poner sobre la mesa de debate la desigualdad, al menos en Estados Unidos, pero la tesis central es un tanto extraña, ya que no parece acabar de encajar con lo que sabemos.Matt Rognlie (vía), un estudiante de doctorado del MIT, ha echado un vistazo más cuidadoso a los datos de Piketty, buscando el origen de esas inconsistencias. Sus tres principales observaciones son interesantes, y merecen un vistazo.Primero, Rognlie señala que Piketty no tiene en cuenta la depreciación del capital en su explicación. Básicamente cuando los capitalistas acumulan cachivaches (fábricas, maquinaria, locomotoras, camiones, rascacielos, fotocopiadoras…) tienen que pagar más dinero para mantenerlos. El coste de este mantenimiento, además, es necesariamente creciendo en el tiempo, ya que según la tecnología avanza con mayor rapidez, los medios de producción existentes tienen que ser reemplazados más a menudo. La acumulación del capital que ve Piketty puede ser, en gran medida, capitanes de la industria comprando iPhones nuevos cada dos años.Las otras dos objeciones son más interesantes. Si uno se para a mirar con calma el aumento de ingresos de los capitalistas en los últimos sesenta años, la mayoría procede de ganancias de capital, no del valor de los activos de sus empresas. Dicho en otras palabras, los propietarios de capital no se hacen ricos porque sus empresas tengan montones de cachivaches valiosos, sino porque el precio de sus acciones en bolsa sube. Esto tiene que ver, probablemente, con el hecho que las empresas están reemplazando maquinaria depreciada constantemente, así que la riqueza se deriva no de la propiedad de activos, sino del rendimiento financiero de estos.El tercer punto es realmente curioso, y es algo que parece que se le había pasado por alto a todo el mundo hasta ahora. La idea es bastante simple, y se puede explicar con un sólo gráfico (vía Greg Ferenstein):Tenemos tres líneas: retornos de capital totales, retornos de capital excluyendo vivienda en medio, y retornos de capital para vivienda desde 1948. La idea de Rognlie es que es necesario desagregar el capital para saber qué está provocando el aumento de sus retornos que ve Piketty. Cuando se separa por componentes, el único factor con retornos crecientes en los últimos 60-70 años es la tierra, los terrenos, el terruño, las propiedades inmobiliarias. Quienes están acumulando capital de forma desaforada en los últimos 30 años son los terratenientes, no los titanes de capitalismo corporativo.¿Por qué sucede esto? No estamos hablando de un retorno al feudalismo, pero sí sobre una de las realidades a menudo olvidadas al hablar de crecimiento económico: la geografía importa. Como he comentado alguna vez, uno de los grandes motores del crecimiento económico es la densidad; las ciudades, por mera aglomeración de mentes, recursos e infraestructuras, son más productivas conforme aumenta su tamaño. Esto tiene una ventaja obvia para todos aquellos que vivimos en áreas metropolitanas enormes (salarios mejores, empresas más competitivas, etcétera), pero también coloca a los propietarios de suelo urbanizable en una posición única para extraer rentas.Básicamente, un trabajador o empresa que quiera ser competitivo tiene incentivos muy, muy fuertes para mudarse a Nueva York, Londres, París o Shanghai. Estar en una ciudad te da ventajas enormes. Los terratenientes en cada una de estas áreas metropolitanas, sin embargo, saben perfectamente que la demanda para utilizar sus terrenos es gigantesca y la oferta está estrictamente limitada a la superficie física de la zona 1 del metro de Londres, la isla de Manhattan o los arrondissements del centro de París. Son un oligopolio puro y duro, y tienen una capacidad prácticamente ilimitada para establecer precios: la demanda de suelo en las grandes metrópolis siempre será mucho mayor que la oferta.Esto tiene implicaciones importantes. Si queremos redistribuir renta, por ejemplo, imponer más impuestos sobre las empresas es casi perder el tiempo; la acumulación creciente de riqueza no proviene del aumento de sus beneficios. Tenemos que concentrar nuestros esfuerzos en redistribuir los ingresos producidos por la tierra, ya que son esos terrenos los que generan estas rentas crecientes. Esto lo podemos hacer de dos maneras. La primera, más sencilla, es construir más, es decir, eliminar las restricciones sobre densidad. La política más regresiva, bajo este punto de vista, en todo el sistema legal francés es la limitación a la construcción en altura en el centro de París. Restricciones similares existen en San Francisco o Londres, por supuesto; la política realmente de izquierdas en todos los casos es la construcción en altura, no limitar el número de oficinas y viviendas.La segunda opción es cambiar la tributación sobre la tierra utilizando impuestos sobre el valor del terreno (land value taxes). Esto es parecido a un impuesto sobre la propiedad, con la diferencia que sólo se grava el valor del terreno, no los edificios construidos en este. Esta clase de tributos tiene la enorme ventaja de dar fuertes incentivos a usos eficientes (e intensivos) del terreno, es básicamente imposible de evadir (buena suerte moviendo tu parcela en la Gran Vía a otro país) y es muy poco distorsionador, ya que tiene un efecto nulo en la oferta o demanda de terrenos. A esto le añadiríamos la ventaja que estamos realmente crujiendo a los tipos que están extrayendo rentas gracias a su posición social de forma descarada, sin que puedan irse a ningún sitio.Como decía el Economist, por lo tanto, si Rognlie está en lo cierto su análisis trae consigo dos implicaciones sobre políticas públicas muy importantes. Primero, la herramienta más efectiva para reducir la super-concentración de la riqueza es la política urbanística, no los impuestos sobre el capital. Segundo, los NIMBYs deben ser los mayores enemigos de la izquierda contemporánea, ya que son un obstáculo en nuestra misión de destruir el poder de la clase terrateniente.Políticamente, la verdad es que casi preferiría que los enemigos fueran los banqueros. Los NIMBY / propietarios de terrenos valiosos son el peor ejemplo de grupo de interés superconcentrado e hipermovilizado que se opone a cambios legales que darían beneficios modestos a toda la población. Construir un edificio de diez plantas al lado de una estación de cercanías da un beneficio agregado minúsculo a una área metropolitana reduciendo infinitesimalmente el precio de la vivienda y el poder de mercado de los terratenientes. Los propietarios de casas unifamiliares al lado de la estación, sin embargo, tienen un prejuicio claro, obvio y directo directamente delante de sus narices, y se opondrán con todas sus fuerzas. Uno puede hacer apelaciones populistas contra los mercados financieros, pero movilizar a la izquierda contra los propietarios de pisos de Chamberí es un poco más complicado.Por supuesto, las ideas de Rognlie me parecen especialmente interesantes porque refuerzan mis prejuicios que la política urbanística es tremendamente importante, y que la distribución geográfica de la pobreza tiene efectos profundos sobre la movilidad social. Aún así, creo que es un argumento convincente; como en todo, hace falta más datos para convencerme que es correcto, aunque me encantaría que lo fuera.
Hablando de Piketty...CitarPiketty, Terratenientes y concentración de capital31 mar, 2015 - Roger SenserrichEl año pasado el libro de Thomas Piketty sobre retornos del capital y desigualdad hizo un ruido considerable. [...] La tesis central de Piketty en el libro, [...], es que el capitalismo tiende a aumentar la concentración de rentas, y con ello de capital, creando desigualdades crecientes a largo plazo. [...] la tesis central es un tanto extraña, ya que no parece acabar de encajar con lo que sabemos.Matt Rognlie (vía),[... ha investigado] buscando el origen de esas inconsistencias. Sus tres principales observaciones son interesantes, y merecen un vistazo.[...]El tercer punto es realmente curioso, y es algo que parece que se le había pasado por alto a todo el mundo hasta ahora. La idea es bastante simple, y se puede explicar con un sólo gráfico (vía Greg Ferenstein):Tenemos tres líneas: retornos de capital totales, retornos de capital excluyendo vivienda en medio, y retornos de capital para vivienda desde 1948. La idea de Rognlie es que es necesario desagregar el capital para saber qué está provocando el aumento de sus retornos que ve Piketty. Cuando se separa por componentes, el único factor con retornos crecientes en los últimos 60-70 años es la tierra, los terrenos, el terruño, las propiedades inmobiliarias. Quienes están acumulando capital de forma desaforada en los últimos 30 años son los terratenientes, no los titanes de capitalismo corporativo.
Piketty, Terratenientes y concentración de capital31 mar, 2015 - Roger SenserrichEl año pasado el libro de Thomas Piketty sobre retornos del capital y desigualdad hizo un ruido considerable. [...] La tesis central de Piketty en el libro, [...], es que el capitalismo tiende a aumentar la concentración de rentas, y con ello de capital, creando desigualdades crecientes a largo plazo. [...] la tesis central es un tanto extraña, ya que no parece acabar de encajar con lo que sabemos.Matt Rognlie (vía),[... ha investigado] buscando el origen de esas inconsistencias. Sus tres principales observaciones son interesantes, y merecen un vistazo.[...]El tercer punto es realmente curioso, y es algo que parece que se le había pasado por alto a todo el mundo hasta ahora. La idea es bastante simple, y se puede explicar con un sólo gráfico (vía Greg Ferenstein):Tenemos tres líneas: retornos de capital totales, retornos de capital excluyendo vivienda en medio, y retornos de capital para vivienda desde 1948. La idea de Rognlie es que es necesario desagregar el capital para saber qué está provocando el aumento de sus retornos que ve Piketty. Cuando se separa por componentes, el único factor con retornos crecientes en los últimos 60-70 años es la tierra, los terrenos, el terruño, las propiedades inmobiliarias. Quienes están acumulando capital de forma desaforada en los últimos 30 años son los terratenientes, no los titanes de capitalismo corporativo.
[...] y la oferta está estrictamente limitada a la superficie física de la zona 1 del metro de Londres, la isla de Manhattan o los arrondissements del centro de París. Son un oligopolio puro y duro, y tienen una capacidad prácticamente ilimitada para establecer precios: la demanda de suelo en las grandes metrópolis siempre será mucho mayor que la oferta.
[...] la acumulación creciente de riqueza no proviene del aumento de sus beneficios. Tenemos que concentrar nuestros esfuerzos en redistribuir los ingresos producidos por la tierra, ya que son esos terrenos los que generan estas rentas crecientes. Esto lo podemos hacer de dos maneras. La primera, más sencilla, es construir más, es decir, eliminar las restricciones sobre densidad.[...]La segunda opción es cambiar la tributación sobre la tierra utilizando impuestos sobre el valor del terreno (land value taxes). Esto es parecido a un impuesto sobre la propiedad, con la diferencia que sólo se grava el valor del terreno, no los edificios construidos en este. Esta clase de tributos tiene la enorme ventaja de dar fuertes incentivos a usos eficientes (e intensivos) del terreno, es básicamente imposible de evadir (buena suerte moviendo tu parcela en la Gran Vía a otro país) y es muy poco distorsionador, ya que tiene un efecto nulo en la oferta o demanda de terrenos. A esto le añadiríamos la ventaja que estamos realmente crujiendo a los tipos que están extrayendo rentas gracias a su posición social de forma descarada, sin que puedan irse a ningún sitio.Como decía el Economist, por lo tanto, si Rognlie está en lo cierto su análisis trae consigo dos implicaciones sobre políticas públicas muy importantes. Primero, la herramienta más efectiva para reducir la super-concentración de la riqueza es la política urbanística, no los impuestos sobre el capital. Segundo, los NIMBYs deben ser los mayores enemigos de la izquierda contemporánea, ya que son un obstáculo en nuestra misión de destruir el poder de la clase terrateniente.[...] tienen un prejuicio claro, obvio y directo directamente delante de sus narices, y se opondrán con todas sus fuerzas. Uno puede hacer apelaciones populistas contra los mercados financieros, pero movilizar a la izquierda contra los propietarios de pisos de Chamberí es un poco más complicado.Por supuesto, las ideas de Rognlie me parecen especialmente interesantes porque refuerzan mis prejuicios que la política urbanística es tremendamente importante, y que la distribución geográfica de la pobreza tiene efectos profundos sobre la movilidad social. Aún así, creo que es un argumento convincente; como en todo, hace falta más datos para convencerme que es correcto, aunque me encantaría que lo fuera.
...el fenómeno que en 1989 los economistas Colin Camerer, George Loewenstein y Martin Weber bautizaron como la "maldición del conocimiento" (curse of knowledge) en su trabajo pioner "The Curse of Knowledge in Economic Settings: An Experimental Analysis": cuando sabemos algo, nos resulta muy dificil ponernos en el lugar de quien no lo sabe. En consecuencia, "al predecir los juicios de otros, los agentes son incapaces de ignorar la información adicional que ellos mismos poseen". M. Conthe, Exp., hoy.
César Osorio abril 2, 2015 a las 10:05En un pueblo semiabandonado, ¿no os rechinan alquileres de vivienda a 200 euros/mes? Veamos:200 euros x 12 meses = 2.400 euros anuales¿Qué Capital en dinero renta 2.400 euros anuales invertido, por ejemplo, en deuda pública del Estado a largo plazo? Hoy, la rentabilidad de las Obligaciones del Estado a 30 años está en 2,495%:2.400 / 2,495% = 96.192,- eurosSi consideramos la fiscalidad, toda vez que los alquileres tienen un trato favorabilísimo en el IRPF y que, por contra, los intereses están controladísimos y sujetos a retención en la fuente, estos 96 mil euros muy bien podrían llegar a 200 mil.¡En un pueblo semiabandonado, se están valorando las viviendas a 200 mil euros!La vivienda básica en casos de repoblación (cfr. Cartas Puebla durante la Reconquista) debería ser c-o-m-p-l-e-t-a-m-e-n-t-e gratuita. Donde la vivienda debiera ser un lastre de 200 euros/mes de coste es en los barrios de clase media de las ciudades más importantes del país. Y todavía nos parece caro, dadas las circunstancias (cfr. salario mínimo, salario medio, salario mediano, etc.).El gran problema económico de España es la redistribución ineficaz de la Renta que provoca la distorsión inmobiliaria. En el pueblo semiabandonado del que trata este artículo, al cabo de un par de años, los nuevos pobladores no tendrán absolutamente nada. Sólo se habrán beneficiado los lugareños.
César Osorio abril 3, 2015 a las 12:52Hay dos conceptos de Austeridad. El periodístico se utiliza a modo de ariete por los politizados del lado de la Demanda contra los politizados del lado de la Oferta. Pero para entender la situación, en la que estamos ya va para nueve años, hay que estar entre la Demanda y la Oferta: el cedazo de la Renta.La Austeridad de la que hablamos es la Austeridad F-i-s-c-a-l. Y lo fiscal tiene dos vertientes:– lo presupuestario; y– lo tributario.Así:Austeridad = Menos Gasto Público + Más Recaudación TributariaNo-Austeridad = Más Gasto Público + Menos Recaudación TributariaTan antiaustero es quien pide más Gasto Público como quien promete “Bajar Impuestos”. No digamos ya de quien promete las dos cosas diciendo “bajar impuestos es de izquierdas en según qué fases del ciclo” o se hincha a abracadabras con la servilleta de Laffer y luego sólo sabe malbaratar deprisa la capacidad de endeudamiento del Estado.Independientemente de que el ajuste fino de la Demanda sirve para administrar el ciclo coyuntural, pero poco o nada para el estructural, los técnicos tenemos que decir que no hay mejor Austeridad Fiscal Auténtica que la que consiste en:– concentrar el Gasto Público en lo asistencial;– aumentar la recaudación tributaria, cebándose especialmente de los patrimonios improductivos; y– redistribuir la Renta de modo que se minimice el porcentaje de la Producción que se transforma en rentas improductivas.En el ejemplo del pueblo catalán propuesto, mal empezamos con el apriorismo de que la proporción entre rentas inmobiliarias y salariales netas de vivienda va a ser del 25%.
César Osorio abril 2, 2015 a las 10:19El negocio no era el AVE sino, primero, traerse Renta del futuro para construirlo y, después, el goteo del turismo, ya ordinario, ya residencial. Son cosas del modelo muerto puesto a rodar en los años ochenta del siglo pasado. Ahora vienen las secuelas, entre las que destaca la resistencia que supone al cambio estructural de la economía.
Me pregunto qué tiene que hacer, racionalmente, un decisor racional que lo ha perdido todo, y no tiene nada que optimizar.
NI BUENOS NI MALOS: LOS PRECIOS SON JUSTOS O INJUSTOS.-No hay que respetar los sistemas económicos que perpetúan precios injustos.Este asunto de que la inflación/deflación es como el colesterol, que lo hay bueno y malo, nos ha gustado mucho desde siempre. Definámosles sus conceptos a los neoclásicos y novisimoclásicos:- Ley de la Oferta y la Demanda =http://www.gamingrebellion.com/wp-content/uploads/2014/12/demandsupplycurve.jpg- Canal Neoclásico = mercados (poquísimos) donde funciona perfectamente la Ley de la Oferta y la Demanda- Inflación/Deflación buena = en los negocios que discurren por el Canal Neoclásico, las oscilaciones de precios sujetas a la Ley de la Oferta y la Demanda- Inflación/Deflación mala = toda otra inflación/deflación que no sea la buena (especialmente cuando lo que sube es lo tuyo o/y lo que baja es lo de ellos, je, je)A los que dicen que la deflación es mala porque "retrasa las decisiones de c-o-n-s-u-m-o", deberíamos darles con la Ley de la Oferta y la Demanda en su cabezota (aunque va a dar igual, porque lo dicen cínicamente):- Cuando la burbuja, decíais que la inflación era buena. Se os llenaba la boca con el hipotético "shock" de Demanda que debía tratarse con medidas de Oferta, liberalizando suelo y bajándonos los pantalones ante los exprimeinquilinos.En una Economía de Mercado, corre por cuenta de quien dice que la deflación es mala, probar que no es buena, es decir, que no tiene que ver con la Ley de la Oferta y la Demanda.La experiencia nos dice que, situados los mixtificadores pisitofilocreditófagos en esta tesitura, sólo balbucean dos justificaciones para la hipotética maldad de la deflación:- la pisitofilia ("cuando más bajen los precios, más rechina lo que yo pagué por mi "himbersión"); y- la creditofagia ("cuanto más poder adquisitivo gane el dinero, más rechina la devolución del préstamo para mi "himbersión").Sin embargo, a las gentes de bien nos encanta que bajen los precios, especialmente si son costes, como sucede con los pisitos y con los préstamos.G X LPublicado por: pisitófilos creditófagos | 04/04/2015 en 07:03 p.m.
Es César Osorio (comentarista en NEG) pp.cc.?CitarCésar Osorio abril 2, 2015 a las 10:05En un pueblo semiabandonado, ¿no os rechinan alquileres de vivienda a 200 euros/mes? Veamos:200 euros x 12 meses = 2.400 euros anuales...
César Osorio abril 2, 2015 a las 10:05En un pueblo semiabandonado, ¿no os rechinan alquileres de vivienda a 200 euros/mes? Veamos:200 euros x 12 meses = 2.400 euros anuales...
"El histórico descuadre fiscal que registró España durante los primeros compases de la crisis se debió, en partes iguales, tanto al aumento del gasto público -por efecto de los estabilizadores automáticos y los planes de estímulo del anterior Ejecutivo- como al desplome de la recaudación fiscal como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria.[...]El problema, sin embargo, es que "el déficit presupuestario que se generó con la crisis era de carácter eminentemente estructural", tal y como advirtió el gobernador del BdE, Luis Linde, poco después de ocupar el cargo. Es decir, no es una cuestión meramente temporal, sino permanente. Y es que, según explicaba entonces, los ingresos tributarios derivados de la burbuja inmobiliaria eran "transitorios" y, por lo tanto, no volverían. El tiempo le ha acabado dando la razón."http://www.libremercado.com/2015-03-28/el-banco-de-espana-tumba-la-estrategia-del-pp-contra-el-deficit-publico-1276544034/Info reciente citado del BdE, 'documento ocasional 1406' :"..descripción de la capacidad recaudatoria y la estructura tributaria del sistema fiscal español en comparación con las economías de la Unión Europea. España destaca por presentar un peso de los ingresos tributarios sobre PIB relativamente reducido en relación con la media de la UE27" [Res. pg. 5]O sea: el Límite fiscal, advertido por PP.CC., está alcanzado, reconocido por BdE. http://www.bde.es/f/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/PublicacionesSeriadas/DocumentosOcasionales/14/Fich/do1406.pdf