Bueno, bueno, bueno...no nos pongamos nerviosos.
La historia es muy larga. ¿Se acuerdan de cuando nos decían que se había acabado?.
Lo único que está claro es el mar de fondo. Las cosas no pueden ser igual cuando eres el 38% de la economía mundial que cuando eres el 16% (y cayendo).
No se puede ser continua y crecientemente deudor. Pero ojo, no se puede ser tampoco continuamente acreedor creciente.
Hay dos formas o vías para intentar corregir el problema del déficit comercial y por cuenta corriente enorme y creciente y el déficit público enorme y creciente.
Una es la de Biden y otra es la de Trump.
Biden quería hacernos clientes a la fuerza y Trump quiere que dejemos de ser proveedores.
¿Qué mentiras nos gustan más?. ¿Las que contaban unos o las que cuentan otros?
¿O igual es que el plan de Biden no iba a funcionar?.
Asustadísimos: El plan de Trump parece contemplar el escachamiento del dólar. No es que sea un efecto indeseado, es una herramienta. Diluir la deuda por la cuenta rápida, favorecer exportaciones y dificultar importaciones. Eso sí, la inflación interna que se van a comer va a ser tremenda.
Trump quiere inflación, ya se lo ha dicho a Powell.
Pero no hay planes perfectos. La gente puede cabrearse mucho si ve disminuir su capacidad de compra o si los valores de los planes 401 se van al guano.
Nosotros, los europedos, tenemos que pensar que ese cliente está medio perdido pero es lo que iba a pasar de todas formas. Comprarles les vamos a poder comprar y hasta más barato.