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El momento lechuga de EEUULos inversores -y el mundo- están tomando nota del declive que lleva décadas arrastrando el modelo americano y que no tiene visos de solucionarse. Con el riesgo añadido de que en EEUU no hay un parlamento que pueda deponer al presidenteMaría Álvarez · 2025.04.16El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Chris Kleponis/EFE Los lectores recordarán, igual con una risa floja, cómo hace un par de años Liz Truss se convirtió en la primera ministra más breve de la historia del Reino Unido. Su mandato había durado 49 días, entre propuestas disparatadas y meteduras de pata en prime time, cuando se vio obligada a dimitir. La teórica razón fue el anuncio, a los pocos días de ser elegida, de un paquete de recortes fiscales de cuarenta y cinco mil millones que desencadenó el pánico en los mercados. La libra cayó a mínimos históricos y el Banco de Inglaterra se vio forzado a intervenir de emergencia para estabilizar el precio de los bonos soberanos.Viendo cómo se desarrollaba su mandato, un tabloide anticipó la caída colocando una lechuga y una foto de Truss en un livestream escenificando un duelo: ¿Duraría más la primera ministra en el cargo o una lechuga fuera de la nevera?Dialy Star | The moment Lizzy Lettuce outlasted Liz Truss as Prime MinisterGanó la lechuga. Y podríamos considerar este episodio como un simple capítulo más en la distinguida tradición de programas cómicos que ha producido Inglaterra, pero sería un grave error. El espectacular derrumbe de Liz Truss difícilmente puede atribuirse únicamente a sus propias acciones.Truss había sucedido en el puesto a Boris Johnson, quien también fue defenestrado cuando su popularidad se evaporó tras el “Partygate” –un escándalo por las fiestas que había convocado el premier en Downing Street durante los confinamientos del COVID, incluyendo una particularmente señalada en pleno luto por el duque de Edimburgo. No se sabe si fue el escándalo o el número de veces que mintió sobre el tema lo que acabaron con la carrera de Johnson. Johnson, a su vez, había llegado al poder tras el fracaso de Theresa May, quien se estrelló contra el muro del Brexit que ella misma había designado como única misión política. No sin antes hacer mundialmente famoso al presidente del congreso británico, John Bercow, que tuvo que emplearse a gritos en varias ocasiones para mantener el control del parlamento. Bercow, para más datos, también había sido un político conservador antes de convertirse en speaker of the house.May, por su parte, accedió al poder después de que David Cameron - en lo que los analistas ahora llaman “el mayor tiro por la culata de la política británica moderna” - convocara un referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea para apaciguar a los euroescépticos de su partido, solo para ver cómo el país votaba por abandonar la UE y su carrera política saltaba por los aires.Fue esa serie de catastróficas desdichas -o, como se diría en el mejor inglés de Westminster, ese spectacular clusterfuck- lo que acabó con los inversores huyendo despavoridos de la libra durante el mandato de Truss, la breve. Y, a su vez, esta versión política de los Lemmings no se entiende sin la profunda crisis de modelo que venía sufriendo el país.Reino Unido atraviesa, desde hace décadas, una lenta descomposición. Un país que fue una potencia industrial y un actor político global hace muy poco tiempo, se ha convertido en una economía de productividad menguante, regiones abandonadas e influencia disminuida, donde solo Londres prospera mientras el resto de la nación se deteriora.Lo que estamos contemplando estos días al otro lado del Atlántico es el momento lechuga de los Estados Unidos de América. Donald Trump no es la causa, sino el síntoma, de un deterioro que lleva muchas décadas en marcha. Y es que cuando Obama ganó las elecciones, en 2008, Estados Unidos ya estaba inmerso en una profunda crisis. “Yes, we can” era una llamada a sacudirse el pesimismo y concitar todas las energías para volver a poner en marcha el país.La realidad es que no funcionó. Seguramente porque no era posible, desde el escaso margen de maniobra que tiene a veces la política, cambiar el rumbo de un país cuyos fundamentos habían dejado de funcionar. Estados Unidos fue durante décadas la fábrica del mundo, pero su base industrial se desvaneció mientras el país abrazaba la economía del conocimiento como nuevo dogma. Sin embargo, ese modelo solo ha funcionado para una parte de la sociedad. Silicon Valley y Wall Street generan fortunas, pero no pueden absorber a los millones de trabajadores que antes encontraban empleo estable en las fábricas de Detroit o Pittsburgh. La promesa de que la innovación tecnológica crearía prosperidad para todos se ha revelado como un espejismo.En algún momento a alguien se le ocurrió que Estados Unidos sería la gran “república de los consumidores”, un lugar donde la identidad ciudadana se definiría por la capacidad de comprar en lugar de producir. Pero ese modelo también demostró ser insostenible. La deuda de los hogares se disparó, los centros comerciales se vaciaron y la clase trabajadora, privada de empleos dignos, se aferró al crédito barato como sustituto de un salario decente. El consumismo, en lugar de un motor económico, se volvió una tirita sobre una herida estructural.Mientras tanto, las grandes metrópolis estadounidenses, que han sido siempre el motor de su prosperidad, se han convertido en monstruos. Los Ángeles hoy es un paisaje de desigualdad obscena: barrios de lujo rodeados de acampadas de sintecho y la crisis del fentanilo como imagen universal de lo que una ciudad no quiere ser. Nueva York, por su parte, lejos de ser el hervidero creativo que fue en los 70 y 80, se ha vuelto una ciudad más rica, pero infinitamente más aburrida, donde la creatividad ha sido gentrificada hasta la irrelevancia.La prueba irrefutable de todo esto es que, en las últimas cinco legislaturas, la promesa del presidente de turno (Obama, Trump, Biden y nuevamente Trump) ha sido rescatar al país de su situación: salvarlo. Biden, que quizás fue quien tuvo un plan más realista para lograrlo, solo consiguió balbucear un regreso a ese pasado industrial que, siendo realistas, tiene muy poca pinta de materializarse. La semana pasada, los mercados castigaron a los bonos del tesoro estadounidense, aumentando los rendimientos que pagan estos activos. En un movimiento que refleja una creciente desconfianza en la sostenibilidad de la deuda pública de EEUU, ocurrió que mientras los bonos se apreciaban, el dólar caía.El escenario recuerda peligrosamente al “momento lechuga” de Liz Truss. Los inversores -y el mundo- están tomando nota del declive que lleva décadas arrastrando el modelo americano y que no tiene visos de solucionarse. Con el riesgo añadido de que en EEUU no hay un parlamento que pueda deponer al presidente.¿Son EEUU y Reino Unido dos países más fallidos que el resto? ¿Están infectados de algún virus que los empuje a la decadencia y del que nos hayamos salvado el resto? Pinta que no. Lo que los hace diferentes es que el proceso histórico que los llevó a convertirse en países industriales -primero- y postindustriales -después-, comenzó antes allí que en el resto del mundo. Pero es de anticipar que todos los demás países de Occidente acabemos transitando la misma senda.Al fondo del periodo postindustrial hay un profundo vacío de sentido que todavía no sabemos llenar. Y no lo vamos a conseguir en un artículo, pero aquí les dejo, para reflexionar en estas fiestas, una idea para empezar:“El modelo nórdico ha servido para producir, mientras el modelo mediterráneo debe guiar el consumo hacia una mejor calidad de vida. Estas dos mentalidades, de cantidad o calidad, de expansión o mesura, de eficacia o belleza, definen dos Europas que hace siglos buscan trabajosamente una unidad cultural que todavía no se ha conseguido y cuya carencia es el talón de Aquiles de nuestro viejo continente. La sangre joven del norte, que ha propiciado la revolución industrial, debe refinarse ahora con los ideales humanistas del Mediterráneo”. (Luis Racionero, 'El Mediterráneo y los bárbaros del Norte', Madrid, 1996).
Atentos señores, escuchen qué es lo que aterra a las élites occidentales, éste es horrible futuro al que nos aboca China, un futuro en donde las necesidades básicas se cubren de forma gratuita:https://x.com/MarioNawfal/status/1914821518850498662https://www.zerohedge.com/ai/early-openai-investor-chilling-reason-why-us-must-win-ai-race-against-china
Cita de: BENDITALIQUIDEZ en Abril 24, 2025, 07:34:40 amAtentos señores, escuchen qué es lo que aterra a las élites occidentales, éste es horrible futuro al que nos aboca China, un futuro en donde las necesidades básicas se cubren de forma gratuita:https://x.com/MarioNawfal/status/1914821518850498662https://www.zerohedge.com/ai/early-openai-investor-chilling-reason-why-us-must-win-ai-race-against-chinaProvistas por IA...El clásico error cuando la decadencia es evidente y la crisis es estructural es querer salir del problema haciendo lo mismo que supuestamente generó el ciclo de prosperidad. ¿Y si no se puede?Dentro de mi gremio lo veo, la apuesta por la IA es cada vez más desesperada desde la dirección de muchas empresas, grandes y pequeñas. El problema es que la IA como mucho ahorra el trabajo más pesado y anodino, pero no elimina la necesidad del cerebro humano. Se está enterrando una cantidad indecente de dinero en una bala que no va a hacerle ni cosquillas al blanco.Y home, po favó, la IA no va a proveer casas gratis . Incluso si hay robots superinteligentes y 100% leales (guiño a los Simpson) para construir, los materiales seguirán teniendo que generarse y seguirán teniendo un coste.
La titánica lucha entre un señor enfadado y los mercados financierosNUÑO RODRIGOEn primer lugar, disculpas por pasar casi un mes sin acudir a esta cita: la absoluta locura de los mercados y la Semana Santa son las excusas para una ausencia demasiado prolongada. No son tiempos de templanza, y en este periodo se han cumplido los pronósticos más duros para la Bolsa. En el boletín de finales de marzo comentábamos la ingeniería inversa para aventar una especie de Plan Maestro detrás de las idas y venidas. Los aranceles del día 2 de abril, extensos hasta ser aplicables a áreas deshabitadas, resueltos en una cartulina XL y basados en una regla de tres con letras griegas como atrezzo confirmaron un modus operandi que quizá sea rentable políticamente, pero corrosivo desde el punto de vista económico y financiero, por muchas marchas atrás que vengan después. Lo mismo se puede decir de las amenazas sobre el presidente de la Reserva Federal. Las Bolsas han recuperado algo de terreno, sí. Pero la caja de Pandora se ha abierto demasiadas veces. Y a los periodistas nos encantan los símiles catastróficos como tsunami, huracán o terremoto, ideales para movimientos como los de hace un par de semanas. Pero el impacto de Trump en el medio plazo va más allá, y lo está reflejando la cotización del dólar y de la deuda del Tesoro. La pérdida de confianza de los inversores en EE UU como referente financiero mundial es un movimiento de tanto alcance, o más, que la guerra comercial pero, a diferencia de los aranceles, no depende de decisiones políticas, sino de la famosa mano invisible de un mercado que se ha convertido en el único contrapeso a las ocurrencias de Donald Trump y, posiblemente, en la única forma de que aprenda algo de economía. Mucho mejor iría el mundo financiero si se suscribiera a este boletín.Mi dineroLa newsletter de inversiones y finanzas personales, por Nuño Rodrigo
Las cuatro estafas en las que se ha ido todo el bienestar para la gente que podría haber suministrado el privilegio exorbitante del dólar a su población:- Los estudios universitarios (estafa, el precio tras décadas de cruces de ofertas y demandas siempre es el mismo, todo lo que tus padres puedan ahorrar y un poco más).- La asistencia sanitaria (lo mismo, tu tratamiento siempre cuesta todo lo que tengas y un poco más para pagarle el sueldo a un médico que fue a una universidad que le costó a sus padres todo lo que pudieron ahorrar y un poco más).- La vivienda, que siempre cuesta todo tus salarios pasados, presentes y futuros para que el rentista se lleve todo lo que te saca el médico que fue a una universidad que a sus padres les costó...
Cita de: Benzino Napaloni en Abril 24, 2025, 09:19:52 amCita de: BENDITALIQUIDEZ en Abril 24, 2025, 07:34:40 amAtentos señores, escuchen qué es lo que aterra a las élites occidentales, éste es horrible futuro al que nos aboca China, un futuro en donde las necesidades básicas se cubren de forma gratuita:https://x.com/MarioNawfal/status/1914821518850498662https://www.zerohedge.com/ai/early-openai-investor-chilling-reason-why-us-must-win-ai-race-against-chinaProvistas por IA...El clásico error cuando la decadencia es evidente y la crisis es estructural es querer salir del problema haciendo lo mismo que supuestamente generó el ciclo de prosperidad. ¿Y si no se puede?Dentro de mi gremio lo veo, la apuesta por la IA es cada vez más desesperada desde la dirección de muchas empresas, grandes y pequeñas. El problema es que la IA como mucho ahorra el trabajo más pesado y anodino, pero no elimina la necesidad del cerebro humano. Se está enterrando una cantidad indecente de dinero en una bala que no va a hacerle ni cosquillas al blanco.Y home, po favó, la IA no va a proveer casas gratis . Incluso si hay robots superinteligentes y 100% leales (guiño a los Simpson) para construir, los materiales seguirán teniendo que generarse y seguirán teniendo un coste.Pero abstráete de "tu libro", ellos lo que tienen miedo es de que la industria médica no se lleve todo lo que puedas ganar y un poco más, que la industria de las universidades no se lleven todo lo que tus padres puedan ahorrar y un poco más...No seamos tan literales, ni siquiera te centres en "la IA", no diga "IA" diga China te da lo mismo "mas balato y sin tanto genio de galaje cruzando oferta y demanda".
Me van a perdonar que haga un recordatorio, pero seguimos sin saber quienes son los representantes de la derecha españolista en esa guerra civil en la derecha, y francamente, creo que es relevante dicha información.
Qué derecha.El PSOE militarista aplicando sin pudor la ley mordaza, o el PP infestado de homosexuales y proabortistas.
Cita de: BENDITALIQUIDEZ en Abril 24, 2025, 09:59:52 amCita de: Benzino Napaloni en Abril 24, 2025, 09:19:52 amCita de: BENDITALIQUIDEZ en Abril 24, 2025, 07:34:40 amAtentos señores, escuchen qué es lo que aterra a las élites occidentales, éste es horrible futuro al que nos aboca China, un futuro en donde las necesidades básicas se cubren de forma gratuita:https://x.com/MarioNawfal/status/1914821518850498662https://www.zerohedge.com/ai/early-openai-investor-chilling-reason-why-us-must-win-ai-race-against-chinaProvistas por IA...El clásico error cuando la decadencia es evidente y la crisis es estructural es querer salir del problema haciendo lo mismo que supuestamente generó el ciclo de prosperidad. ¿Y si no se puede?Dentro de mi gremio lo veo, la apuesta por la IA es cada vez más desesperada desde la dirección de muchas empresas, grandes y pequeñas. El problema es que la IA como mucho ahorra el trabajo más pesado y anodino, pero no elimina la necesidad del cerebro humano. Se está enterrando una cantidad indecente de dinero en una bala que no va a hacerle ni cosquillas al blanco.Y home, po favó, la IA no va a proveer casas gratis . Incluso si hay robots superinteligentes y 100% leales (guiño a los Simpson) para construir, los materiales seguirán teniendo que generarse y seguirán teniendo un coste.Pero abstráete de "tu libro", ellos lo que tienen miedo es de que la industria médica no se lleve todo lo que puedas ganar y un poco más, que la industria de las universidades no se lleven todo lo que tus padres puedan ahorrar y un poco más...No seamos tan literales, ni siquiera te centres en "la IA", no diga "IA" diga China te da lo mismo "mas balato y sin tanto genio de galaje cruzando oferta y demanda".Esa abstracción no se puede hacer. Son dos asuntos diferentes, sí, pero uno es consecuencia del otro.Efectivamente China está amenazando con proveer de forma eficaz, no gratis, pero con un precio competitivo y sin mordidas a saber cuántos bienes y servicios.En los enlaces aparece repetidamente la obsesión por la IA como única tabla de salvación para tratar de evitar eso. Creen, o más bien desean, que van a suplir los problemas de organización, el creciente invierno demográfico, y especialmente mantener la extracción de rentas con la IA.Pero es una lucha perdida. Por eso decía que se está cometiendo el clásico error de una decadencia mal llevada. Es la negación de Kübler-Ross, el intento de "que todo se quede como está" cuando es imposible.La IA en este asunto es obvio que sólo es una pieza más, el puzzle es mucho más grande. Pero no deja de ser un importante síntoma de que se pretende mantener la extracción de rentas como sea en un momento en el que se constata que ya es imposible.
No, no, creo que no leemos lo mismo, ahí tienes a un gurú diciendo que la IA es poder y que el que gane esta carrera tendrá poder.A mí me da igual que la IA sea un bluf o no, lo que me interesa es que la narrativa en la que se basa su discurso es que la IA te dará acceso al poder.Y entonces, sin solución de continuidad te casca el tío que si China consigue ganar ese poder lo utilizará para poner servicios básicos baratos o gratis a disposición de todo el mundo.Es decir, aquí no estamos hablando de si es posible o no que nos invadan los marcianos, aquí estamos hablando de que si aceptamos esa narrativa nos están diciendo que si nos invaden los marcianos sería muy malo porque quieren que el billete de autobús nos salga más barato a todos.Cuando se va al cine se hace un voto de suspensión de la incredulidad, aquí lo mismo, ése no es el debate, el debate es, si aceptamos pulpo ¿quién es aquí el hijoputa, el occidental o el chino?