ESTÁ SALIENDO MAL LA REESTRUCTURACIÓN INMOBILIARIA EN ESPAÑA POR CULPA DE LOS «HIMBERSORES».—
A perro flaco, todo son pulgas.
La
Operación Desagüe 2016-2018 era un tejemaneje contable que no tenía que haber salido del ámbito de los bancos de depósitos desaguantes y sus fondos oportunistas desaguadores.
Sin embargo, se la creyeron millones de 'himbersores' particulares, que se entrometieron como
polluelos de buitre, muchos de ellos extranjeros.
Es decir, los usureros, no contentos con haber inflado la burbuja estafando a sus propios hijos —obligados a traerse de su futuro al presente la capacidad de ahorro de toda su desgraciada vida—, se ofrecieron a la banca como 'himbersores' particulares tocatejistas dispuestos a participar en
lo que creyeron un festín carroñero, cuando en realidad solo era el desplazamiento de futuras minusvalías fuera de su perímetro de consolidación contable.
La banca, encantadísima de la vida con semejantes imbéciles. El dinero siempre se venga. A la banca le da igual que el dinero lo tengas el comprador que el vendedor: siempre van a ser 'prima facie' depósitos bancarios. La banca, con tanto imbécil, cancelaba basura (en el Activo) con depósitos (en el Pasivo), sí, pero no menguaba su Balance porque le aumentaba la tesorería. Es decir,
los polluelos de buitre aumentaban Capital de la banca, sobre todo, el de las entidades sistémicas.
Los intermediarios, notarios incluidos, también encantadísimos de la vida con semejante volumen de negocio.
Pero la Operación Desagüe tenía una segunda y última fase con la que contaban los imbéciles:
el desagüe de los desaguadores. Los ríos tenían que ir a dar a la mar: el
campeón nacional de viviendas, por fin, asequibles.
Del mismo modo que, al principio, la Operación Desagüe fue enguachinada por la avaricia de la
sociedad corrupta, especialmente, en «centros y costas», la Operación Campeón estaría saliendo mal, otra vez, por culpa de la siguiente capa de estafadorcillos aún más imbécil.
La imbecilidad, en vez de pararse y abrir un periodo de reflexión sobre la metedura de pata en la Operación Desagüe, ahora estaría
huyendo pa'lante (uso esta expresión mierdileñista aposta porque ahora el resentimiento se concentra en la derecha política en todo el imperio anglo).
Y la banca, otra vez, a gozar, pero ahora en el bolsillo de sus desaguadoras. Los 'precios', ¡ja!, de transmisión al Campeón aún no van a tener que reconocer toda la minusvalía en su crudeza (–60%). Y tú, contribuyente, te jodes.
Para entender la imbecilidad supina de la situación hay que tener presente la
diecisieteporculización cambiaria del dólar, perpetrada por el euro:
Los 'himbersores' ahora creen que compran a buen precio, aunque ya no de chollo, sí de semichollo; pero no es por lo barato que se habría puesto entrar en la estafa del Ladrillo —es más suicida que nunca—, sino porque ellos 'saben', je, je, como 'awake-anti-woke' que son, que «
el euro es basuuura» y que tú no eres consciente de que tarde o temprano «
no va valer nada», lo que, por cierto, aprovecha el enemigo monetario para lanzar su cínica campaña pro partidos 'patrióticos' de la 'national security strategy'.
En suma, dieron por el trasero en la primera fase de la Operación Desagüe y están haciendo el gilipollas en la segunda. ¡Vaya caterva de estúpidos! No hay más que verlos hablar, por ejemplo, en la Sala 2.ª del Tribunal Supremo o en las comisiones de investigación del Senado, todos enamoraditos del tal Sááánchez.
¡Qué ruinas va a haber, Dios mío!