NO VA A HABER SUSTOS.—No va a haber eventos-pivote. Quienes piden que los haya están
curados de espanto. Bréxit, Trump, 'procés', cóvid, el medio millón de muertos en la guerra Ucrania, bancos regionales americanos, BRICS+, Hamás y Hezbolá... ¡da igual! En España ya lo vimos cuando el cataclismo de la caída del Banco Popular y con la vergonzosa huida de Ferrovial, los de la muy 'liberal', ¡ja!, Fundación Rafael del Pino. Les importa todo un bledo.
Tenemos
eventos de primera magnitud a diario; un periodismo que hace tiempo que ha sido desplazado por
propaganda y publirreportaje; y una extensa piara de
falsos profetas gafes que se pasan la vida jiñándose impunemente en el dinero fiduciario —al que cursimente llaman 'fiat', aunque no se sabe bien a qué se refieren—, a la par que nos venden mierdas integrales como el falso 'dinero' virtual o activitos financieros emitidos por el chiringuito que les paga su supersalario de empleado resentido contra el sistema. Recordemos que
la moneda es como la bandera y el himno (Zurilym, una angoleña en Argentina, uno de los países del mundo en el que sus adinerados faltan más al respeto a su moneda nacional):
https://www.youtube.com/watch?v=ruI6YQSVuc0 .
No hay nada capaz de desatar nunca ninguna 'crisis' —les reto a que digan qué podría hacerlo—. Están todos demasiado asustadísimos. Van a morir muy mejorados. Esta
transición estructural está tan
bien administrada que es la más
silenciosa de las que en el mundo han sido. Ahora, incluso, las autoridades monetarias tienen munición para disimular el vaivén coyuntural. Nadie quiere saber nada. Y nadie se cree nada.
Es inútil esperar a que alguno de los eventos disruptivos que se multiplican sea tomado como tumbativo. Son inmediatamente enguachinados, descafeinados. Se anuncie lo que se anuncie, por más tremebundo que sea, la portada del día siguiente será la
marcha triunfal al infinito y más allá de los valores de catálogo de la vivienda. La vivienda se ha convertido en el fentanilo de la economía. Pero un día, nada lejano, nos desayunaremos con que la
conciencia de la deflación inundará las atormentadas mentes de los zombis. Es más, ya estamos en ello respecto de precios industriales e inmuebles para negocios. Y el panorama se llenará de 'nosiyatelodeciayoístas' entonando el «cash is king». El «bendita mierda» dejará paso al «bendita liquidez», como se ha anunciado con el 'sell-off' de deuda en esta primera semana 'requetecatacrackista'.
No sentimos pena alguna por los perdedores del patrón de Producción-Renta-Gasto muerto. Están teniendo todo el tiempo del mundo para salirse de los juegos de dinero-sin-trabajar. Están
enganchadísimos. Como decimos, son ellos quienes cada día se reconfortan creyendo que nunca pasa nada y
riéndose jactanciosos de hipotéticos sustos económicos (no políticos), particularmente, financieros, que se supone que les 'quitarían de fumar', que les apearían del «modo soberbia 'on'».
Sin embargo, oficialmente,
estamos en «modo soberbia 'off'» desde julio-2022, cuando tuvo lugar la primera subida sorprendente de tipos de interés de intervención y se pronunció la palabra '
reset'; evento que llamamos
catacrak, que situó en el espacio-tiempo la inflexión final del proceso de transición estructural del popularcapitalismo al
nuevo modelo de capitalismo planificado, con fiscos y monedas estables.
¿De verdad que da igual que ya se publique en medios proanglo que hay conexión entre Ucrania y la jugosa venta de
gas natural licuado americano a la UE, prevista al menos desde 2016:
https://www.youtube.com/watch?v=1mIlgnGfQP8 ? ¿Da igual que proliferen como setas venenosas 'enfants terribles' de la
contraofensiva cultural, sembrando ideítas fascistoides, como la libertad negativa, la no-igualdad y la indiferencia mutua (Ayuso & Cayetana, Milei, Matt Gaetz), arrastrando a los conservadores a declararse antisistema y a hacer el ridículo yendo de contestatarios? ¿Es cierto que da igual «pararse
en mitad de la Quinta Avenida a disparar a la gente»?
Se diría, en efecto, que no hay nada que tenga capacidad de sorprender, pero esta muerte emocional es porque al cerebro no le interesa la verdad, sino sobrevivir. Sin vergüenza, la legión de mutilados se defiende de la realidad
regodeándose con cuánto aguanta sin infartarse el 'priceshit' de sus de 'hactibos de himbersión' de mierda.
Su contumacia se lo está poniendo difícil —pero no imposible— a los bomberos bancocentralistas. Torres más altas han caído. El plan no ha cambiado.
El cronograma se está cumpliendo. Esta vez se sabe y no se disimula que el vaivén 'de coyuntura' solo es el último del paquete de ciclos a corto plazo que conforma el
ciclo estructural popularcapitalista, que dura ya 4 décadas y del que estamos hasta la coronilla. Las autoridades, pues, no están preocupadas por la recesión —saben que pueden
defender los depósitos bancarios, las retribuciones públicas y las pensiones: el problema es la deuda privada, no la pública—. Las autoridades están concentradas en que no se desgracie el trance final de la transición estructural o suelta de vuelo en solitario del nuevo patrón del PIB.
En suma, está habiendo eventos económicos y financieros con capacidad de tracción sobre la economía y no se están viviendo como tales, ¡pero no importa! ¿Qué más da que el enemigo crea que el bombardeo son fuegos artificiales? ¡Mejor que mejor!
El catacrack, el recatatacrack y el requetecatacrak estarían pasando inadvertidos, como pasó su día con el 'turning point' de la burbuja en 2006-2010. Un día,
sin haber querido verlo venir, los usureros y sus primos y ganchos se despertarán metamorfoseados. Y darán de bruces con el
ticket:
• 'Bonito' 2024
• Suelta 2025
• Inmuebles -60% | S&P500 2000 | T-Bond 2% | EUR/USD 1.6000¿Hubo sustos cuando, por ejemplo, España pasó de la Autarquía al Desarrollismo? ¿O cuando en China, en la década de los 2000, triunfó el reformismo anticonservador de la 4ª generación y el país se alzó como primera potencia mundial en divisas? No. Fueron procesos 'administrados y silenciosos'.
Esta vez, a diferencia de la segunda parte de los 2000, cuando se dictó la sentencia de muerte del popularcapitalismo,
no tenemos que monitorizar nada abstruso,
— ni la senda de aplanamiento de la 'yield curve' ('bear steepener')
— ni disrupciones en el 'currency carry trade' del yen/dólar
— ni evolución de 'gamma' alguna.
Lo que está pasando no tiene etiología financiero-institucional ni se ve solo con el mero sentido común. Hace falta '
intus legere'. Hace falta ciencia y filosofía en una visión pluridisciplinar como la que tenemos en este blog, donde hemos acreditado que somos capaces de poner las fechas al proceso histórico que vivimos.
El enemigo no deja de perder fuerza como consecuencia de
la contra-contraofensiva de desgaste. Así, como decimos, ya ha abandonado a su suerte el 'commercial real estate' y los fondos y sociedades que lo representan.
Solo hay
dos superindicadores a monitorizar:
1.º El
S&P500, es decir la Bolsa norteamericana.
2.º El nivel de
precios de la vivienda —precios, no 'valores de catálogo'—.
De ambas cosas ya saben todos que
el 'maximum maximorum' ha quedado atrás. Y también se sabe que
la debacle de la Bolsa se anticipará a la de la vivienda.