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Para el suelo la VPO el sistema anglosajón: cesión del suelo por una determinada cantidad de años y después ya veremos, o viviendas en alquiler vitalicio de precio regulado, intransferible a los hijos, y con multas escandalosas a quien intente ninguna picaresca (por supuesto subarriendos, AirBnb's y otras fuentes de ingresos están terminantemente prohibidas).
Cita de: Saturio en Febrero 19, 2024, 00:52:45 amTuriel no conoce a David Ricardo.Yolanda tampoco.No sé si Antonio Turiel habrá leído a David Ricardo (en el artículo que pongo a continuación se hace referencia a la Ley de rendimientos decrecientes así que, aunque sea de oídas, entiendo que le sonará), lo que él dice es que no está claro que la producción de hidrógeno sea un negocio rentable (desde un punto de vista puramente energético) y, por tanto, su exportación tampoco lo sería.CitarEspaña, colonia energética del norte de EuropaEl plan de saqueo energético, vía hidrógeno verde, que Alemania quería aplicar a otros países fuera de la UE afectará también a los países del sur de EuropaAntonio Turiel / Juan Bordera / Alfons Pérez 4/06/2022El gasoducto Midcat en construcción.Seguramente algunas personas que hayan pinchado en el enlace que les ha llevado a este artículo lo hayan hecho con una sensación de incredulidad. De que el titular elegido es una exageración, una hipérbole. Ojalá algunas de ellas, al acabar de leer, puedan ponerse a desmentir lo que aquí contamos. Nada nos haría más felices que estar errados. Pero va a ser que no.Empecemos por el final, con el titular clarificador que debería hacer saltar todas las alarmas: Europa acuerda aprovechar el potencial energético de la Península Ibérica. Sobre todo debería asustar porque es evidente que Europa se está metiendo en un buen lío con las sanciones a Rusia. La propia Ursula von der Leyen declaraba recientemente –atentos al salto mortal con doble tirabuzón–: “Necesitamos comprar más petróleo ruso para que Putin no saque más beneficios en otro lugar”. Ni Marx (Groucho) hubiera explicado mejor el funcionamiento del sistema.Pero el esperpento no comenzó ahí: retrocedamos un poco en la línea temporal de este universo delirante, justo a cuando hace unas dos semanas se lanzó el plan REPowerEU, ese nuevo paquete de medidas energéticas de la Comisión Europea para –según ellos mismos– “poner fin a la dependencia de la UE con respecto a los combustibles fósiles rusos”. Algo ha salido mal, aparentemente, y en poco tiempo. O alguien ha hecho cálculos de una vez.Entre las medidas del plan se incluye una reducción coordinada de la demanda, pero también una “solidaridad” obligada: si países dependientes del gas ruso, como Alemania o Austria, ven cortado su suministro por Putin y, por ende, tienen que cortarle el gas a su población o a su industria, los países menos dependientes del gas ruso, como España, se verán obligados a reducir su demanda “sobre la base del principio de solidaridad”, o dicho de otro modo y sin eufemismos: racionar y entregar el tributo a Europa.No tuvimos un reparto de la riqueza, pero sí tendremos un reparto –desigual– de la escasez. Y, atención, no es solo del gas de lo que hablamos aquí: también del diésel, del cual la Agencia Internacional de la Energía avisa que escaseará en Europa este mismo verano. Que viene una crisis energética peor que la de los setenta. Un organismo conservador, que ha estado maquillando la cruda realidad para no asustar demasiado, da la alarma. Temblemos.Prosigamos con otro ejemplo de locura organizada: en una muestra de planificación sin fisuras, de ingenio y talento sin parangón, una de las ideas que se les han ocurrido a la Asociación de Agencias de Viajes de Alemania es enviar a España a parte de sus jubilados a pasar el invierno. “Vete a España, Günter”. Que si eso, el gas lo consumáis allí, que os damos 500 euros de bono para pasar el invierno en las islas o en Marina D’Or. La medida ha hecho saltar de alegría a algunos sectores patrios, pero no ha hecho tanta gracia en Alemania, que hace cálculos de las pérdidas en consumo interno.Aunque hay una improvisación y un caos evidentes, si volvemos más atrás, a hace dos meses, cuando quizá aun se pensaba que esto sería más fácil, en un encuentro con Pedro Sánchez la propia Ursula von der Leyen ya dejaba entrever que todo este despropósito formaba parte del plan inicial de respuesta al nuevo contexto tras la primera guerra de la Era del Descenso Energético: “España puede tener y tendrá un papel importante en el suministro energético de Europa, y por eso debemos trabajar en las interconexiones”.Gracias a tener más plantas de regasificación que nadie en Europa –el 35% de la capacidad europea entre Barcelona, Sagunto, Cartagena, Huelva, Ferrol, Bilbao (y Gijón, que ha estado tiempo hibernada)– España podría enfrentar una hipotética situación extrema con mejores perspectivas que otros países más dependientes de Rusia. En este sentido, la posición negociadora de España parece de fuerza, y lo es, relativamente. Probablemente esta posición de fuerza –aunque temporal– ha sido útil a la hora de negociar el tope del gas –también temporal– que se ha pactado con Europa. Pero ahora vayamos a las interconexiones –esas que se pretende que pague Europa, ya que España ya pagó las plantas de regasificación que ahora son tan útiles para la Unión–, y a la letra pequeña de las mismas.Comencemos por el Midcat. Ese gasoducto que nos tendría que conectar a la red gasística del sudeste francés y del cual hablan tanto los medios, los empresarios y los políticos. Un proyecto que, cuando debía servir para garantizar que llegase gas a España (desde Europa), se dijo que no era rentable; pero que ahora que España está bien abastecida y falta gas en Europa se considera un proyecto crucial. Y aquí todos frotándose las manos.Pero, ¿de dónde saldrá ese gas que desembarcará en España y a través de ella inundará Europa para compensar la dependencia del gas ruso? El año pasado, la UE recibió 175.000 millones de metros cúbicos (Mmc) de gas ruso. Por vía marítima las posibilidades son limitadas: solo un puñado de países pueden producir gas natural licuado. Y las cuentas no salen: EE.UU. puede aportar unos 50.000 Mmc, pero por tiempo limitado ya que sus pozos de fracking se están acabando y hay quien anticipa un shock de precios del gas este mismo año en territorio estadounidense. Tampoco los 60.000 Mmc que se espera que pueda exportar Qatar este año bastarían, ya que una buena parte ya está comprometida por contrato con otros países. Y todo eso asumiendo que España pudiera dar paso al trasiego de buques metaneros que se precisaría.Por vía terrestre las opciones son todavía peores: o hablamos de gasoductos controlados por Rusia o hablamos de Argelia. Pero la producción de gas de Argelia está prácticamente estancada desde el año 2000 y encima su consumo interno se está disparando desde 2010, con lo que sus exportaciones caen vertiginosamente (de 57.000 Mmc en 2010 a 39.000 Mmc en 2020). A Argelia le ha venido muy bien la reciente conflictividad política, primero con Marruecos y luego con España, para ir reduciendo sus exportaciones a estos países y que parezca algo decidido, no impuesto por la dura realidad geológica del agotamiento de los recursos. ¿Tendrá que ver la impotencia gasística argelina con el sorprendente giro político de España en el conflicto del Sáhara Occidental? En política nada ocurre por casualidad, dicen. Aunque no sea cierto, lo que sí es cierto es que un cúmulo de casualidades tan convenientes con la Ley de rendimientos decrecientes ya sí que no cuela.Entonces, ¿de dónde vendrá, si no, ese gas que a Europa le falta desesperadamente? Algunos dicen que de Nigeria, un país enorme, rico en recursos pero con su enorme población (200 millones) sumida en la pobreza. El gas que los nigerianos no consumen deberá circular a través de un gasoducto que, para evitar países conflictivos, dará una sorprendente vuelta de miles de kilómetros por la costa occidental africana. Más kilómetros igual a más estaciones de control y de bombeo, más mantenimiento, más gasto. ¿Será Nigeria un suministrador fiable? Un país exportador de petróleo que ya tiene problemas de queroseno para sus vuelos domésticos, un país desangrado por eternas guerras y por el control de los recursos. Otro plan perfecto.En realidad, no hay una solución a corto plazo al problema del gas ruso, pero eso en Europa ya lo saben. Y cuando apuestan por el Midcat y por las infraestructuras gasísticas españolas, están pensando a más largo plazo. Están pensando en el hidrógeno verde, el gas combustible que deberá sustituir al gas natural. Y ojo que aquí el aroma colonial empieza a atufar.De nuevo, los medios, empresarios y políticos saludan al hidrógeno verde como la gran solución, el gran futuro de la energía, la gran tecnología salvífica. Nada más lejos de la verdad. Para empezar, conviene recordar que el hidrógeno verde no es una fuente de energía sino un vector: se produce consumiendo electricidad (verde, es decir, renovable) para separar el oxígeno del hidrógeno en la molécula de agua. Es un proceso intrínsecamente poco eficiente por razones termodinámicas: en las mejores plantas de electrólisis, una vez contabilizado todo el gasto energético (el de la electricidad, el de calentar el agua a 80ºC…) el rendimiento se sitúa alrededor del 50%. Es decir, que la mitad de la energía que se usa en producir hidrógeno se pierde, inevitablemente, como peaje impuesto por la Segunda Ley de la Termodinámica. Y nadie escapa a esta ley, ni siquiera en España.Según el uso que se le dé a ese hidrógeno, se tendrán que añadir otras pérdidas; lo más ineficiente, el uso del hidrógeno en motores de maquinaria pesada como camiones, tractores, excavadoras, barcos… En ese caso las pérdidas totales rondan el 90%. La propia Estrategia Europea del Hidrógeno reconoce que Europa no podría ser autosuficiente con sus fuentes renovables para producir todo el hidrógeno que se necesitaría en una transición a este combustible.También el informe del Grupo III del IPCC reconoce que la tecnología del hidrógeno no está madura para su implementación masiva. Pero eso no le importa a los amos del dinero, que necesitan que la megamáquina capitalista no pare, y si las leyes de la Termodinámica dicen que nanai y el hidrógeno verde no está listo, es igual, hay que tirar para adelante con lo que hay. Y que lo pague otro, claro.Por ese motivo, el Gobierno alemán se ha lanzado a firmar contratos para garantizarse el suministro de hidrógeno desde otros países: Ucrania (antes de la guerra), Marruecos, Chile, Namibia, Congo… En todos los casos se trata de proyectos empresariales auspiciados y respaldados por el gobierno alemán en persona. El plan de Alemania está claro: a medida que la energía escasee, se tiene que garantizar que al corazón de Europa llegue combustible suficiente para no detener la actividad industrial teutona. Un pensamiento simplista que asume la estabilidad de otros factores, incapaz de ver que un mundo en declive energético no podrá garantizar la seguridad del suministro del vital hidrógeno hasta Frankfurt.Pero hay un plan B. Suele haber un plan B. Como comentábamos al principio, los líderes europeos han decidido que la Península Ibérica aporte su potencial energético para alimentar a Europa. Básicamente, que el plan colonial de saqueo energético, vía hidrógeno verde, que Alemania quería imponer a otros países fuera de la UE se aplique también a los países del sur de Europa. Al igual que Europa, España no podría cubrir sus necesidades energéticas con el hidrógeno verde que puede producir, pero a pesar de ello el plan es que lo exportemos a Europa. Esto le da una nueva visión, siniestra, a los fondos NextGeneration con los que se está financiando el actual aluvión de proyectos renovables en España: se trata del establecimiento de una administración colonial, que de facto nos convierte en ciudadanos de segunda, con menos energía y con menos agua, porque el consumo de agua de las plantas de electrólisis no es despreciable en un país hídricamente estresado como el nuestro. Y nuevamente, medios, empresarios y políticos españoles (o quizá deberíamos decir coloniales) dan palmas puestos en pie.Algunos “expertos” –del mismo nivel que los que aseguran que jugárselo todo a tecnologías de captura y secuestro de carbono en la cuestión climática es una jugada sensata– y periodistas de prestigio auguran un futuro maravilloso para España, uno en el cual nuestra privilegiada posición y el excedente energético que, presumen, disfrutaremos gracias a las renovables nos colocarían en una posición de relativo privilegio. Lo que esos “expertos” no quieren comprender es que España –el país europeo con mayor riesgo de desertización– ya está en proceso de conversión a colonia energética, una que en realidad huele a sequía, a desierto y a espejismo fugaz de progreso por empecinarnos en defender un modelo suicida que se va a ir cobrando más y más territorios de sacrificio.Si no hay un cambio de modelo hacia el decrecimiento redistributivo, por todas las limitaciones del modelo que se quiere implementar, es difícilmente evitable que el caos climático y la desertificación acaben convirtiendo a España en la nueva Argelia del Norte de Europa. Es lo que pasa cuando dejas que el mundo se pudra poco a poco, que algún día te toca.Saludos.
Turiel no conoce a David Ricardo.Yolanda tampoco.
España, colonia energética del norte de EuropaEl plan de saqueo energético, vía hidrógeno verde, que Alemania quería aplicar a otros países fuera de la UE afectará también a los países del sur de EuropaAntonio Turiel / Juan Bordera / Alfons Pérez 4/06/2022El gasoducto Midcat en construcción.Seguramente algunas personas que hayan pinchado en el enlace que les ha llevado a este artículo lo hayan hecho con una sensación de incredulidad. De que el titular elegido es una exageración, una hipérbole. Ojalá algunas de ellas, al acabar de leer, puedan ponerse a desmentir lo que aquí contamos. Nada nos haría más felices que estar errados. Pero va a ser que no.Empecemos por el final, con el titular clarificador que debería hacer saltar todas las alarmas: Europa acuerda aprovechar el potencial energético de la Península Ibérica. Sobre todo debería asustar porque es evidente que Europa se está metiendo en un buen lío con las sanciones a Rusia. La propia Ursula von der Leyen declaraba recientemente –atentos al salto mortal con doble tirabuzón–: “Necesitamos comprar más petróleo ruso para que Putin no saque más beneficios en otro lugar”. Ni Marx (Groucho) hubiera explicado mejor el funcionamiento del sistema.Pero el esperpento no comenzó ahí: retrocedamos un poco en la línea temporal de este universo delirante, justo a cuando hace unas dos semanas se lanzó el plan REPowerEU, ese nuevo paquete de medidas energéticas de la Comisión Europea para –según ellos mismos– “poner fin a la dependencia de la UE con respecto a los combustibles fósiles rusos”. Algo ha salido mal, aparentemente, y en poco tiempo. O alguien ha hecho cálculos de una vez.Entre las medidas del plan se incluye una reducción coordinada de la demanda, pero también una “solidaridad” obligada: si países dependientes del gas ruso, como Alemania o Austria, ven cortado su suministro por Putin y, por ende, tienen que cortarle el gas a su población o a su industria, los países menos dependientes del gas ruso, como España, se verán obligados a reducir su demanda “sobre la base del principio de solidaridad”, o dicho de otro modo y sin eufemismos: racionar y entregar el tributo a Europa.No tuvimos un reparto de la riqueza, pero sí tendremos un reparto –desigual– de la escasez. Y, atención, no es solo del gas de lo que hablamos aquí: también del diésel, del cual la Agencia Internacional de la Energía avisa que escaseará en Europa este mismo verano. Que viene una crisis energética peor que la de los setenta. Un organismo conservador, que ha estado maquillando la cruda realidad para no asustar demasiado, da la alarma. Temblemos.Prosigamos con otro ejemplo de locura organizada: en una muestra de planificación sin fisuras, de ingenio y talento sin parangón, una de las ideas que se les han ocurrido a la Asociación de Agencias de Viajes de Alemania es enviar a España a parte de sus jubilados a pasar el invierno. “Vete a España, Günter”. Que si eso, el gas lo consumáis allí, que os damos 500 euros de bono para pasar el invierno en las islas o en Marina D’Or. La medida ha hecho saltar de alegría a algunos sectores patrios, pero no ha hecho tanta gracia en Alemania, que hace cálculos de las pérdidas en consumo interno.Aunque hay una improvisación y un caos evidentes, si volvemos más atrás, a hace dos meses, cuando quizá aun se pensaba que esto sería más fácil, en un encuentro con Pedro Sánchez la propia Ursula von der Leyen ya dejaba entrever que todo este despropósito formaba parte del plan inicial de respuesta al nuevo contexto tras la primera guerra de la Era del Descenso Energético: “España puede tener y tendrá un papel importante en el suministro energético de Europa, y por eso debemos trabajar en las interconexiones”.Gracias a tener más plantas de regasificación que nadie en Europa –el 35% de la capacidad europea entre Barcelona, Sagunto, Cartagena, Huelva, Ferrol, Bilbao (y Gijón, que ha estado tiempo hibernada)– España podría enfrentar una hipotética situación extrema con mejores perspectivas que otros países más dependientes de Rusia. En este sentido, la posición negociadora de España parece de fuerza, y lo es, relativamente. Probablemente esta posición de fuerza –aunque temporal– ha sido útil a la hora de negociar el tope del gas –también temporal– que se ha pactado con Europa. Pero ahora vayamos a las interconexiones –esas que se pretende que pague Europa, ya que España ya pagó las plantas de regasificación que ahora son tan útiles para la Unión–, y a la letra pequeña de las mismas.Comencemos por el Midcat. Ese gasoducto que nos tendría que conectar a la red gasística del sudeste francés y del cual hablan tanto los medios, los empresarios y los políticos. Un proyecto que, cuando debía servir para garantizar que llegase gas a España (desde Europa), se dijo que no era rentable; pero que ahora que España está bien abastecida y falta gas en Europa se considera un proyecto crucial. Y aquí todos frotándose las manos.Pero, ¿de dónde saldrá ese gas que desembarcará en España y a través de ella inundará Europa para compensar la dependencia del gas ruso? El año pasado, la UE recibió 175.000 millones de metros cúbicos (Mmc) de gas ruso. Por vía marítima las posibilidades son limitadas: solo un puñado de países pueden producir gas natural licuado. Y las cuentas no salen: EE.UU. puede aportar unos 50.000 Mmc, pero por tiempo limitado ya que sus pozos de fracking se están acabando y hay quien anticipa un shock de precios del gas este mismo año en territorio estadounidense. Tampoco los 60.000 Mmc que se espera que pueda exportar Qatar este año bastarían, ya que una buena parte ya está comprometida por contrato con otros países. Y todo eso asumiendo que España pudiera dar paso al trasiego de buques metaneros que se precisaría.Por vía terrestre las opciones son todavía peores: o hablamos de gasoductos controlados por Rusia o hablamos de Argelia. Pero la producción de gas de Argelia está prácticamente estancada desde el año 2000 y encima su consumo interno se está disparando desde 2010, con lo que sus exportaciones caen vertiginosamente (de 57.000 Mmc en 2010 a 39.000 Mmc en 2020). A Argelia le ha venido muy bien la reciente conflictividad política, primero con Marruecos y luego con España, para ir reduciendo sus exportaciones a estos países y que parezca algo decidido, no impuesto por la dura realidad geológica del agotamiento de los recursos. ¿Tendrá que ver la impotencia gasística argelina con el sorprendente giro político de España en el conflicto del Sáhara Occidental? En política nada ocurre por casualidad, dicen. Aunque no sea cierto, lo que sí es cierto es que un cúmulo de casualidades tan convenientes con la Ley de rendimientos decrecientes ya sí que no cuela.Entonces, ¿de dónde vendrá, si no, ese gas que a Europa le falta desesperadamente? Algunos dicen que de Nigeria, un país enorme, rico en recursos pero con su enorme población (200 millones) sumida en la pobreza. El gas que los nigerianos no consumen deberá circular a través de un gasoducto que, para evitar países conflictivos, dará una sorprendente vuelta de miles de kilómetros por la costa occidental africana. Más kilómetros igual a más estaciones de control y de bombeo, más mantenimiento, más gasto. ¿Será Nigeria un suministrador fiable? Un país exportador de petróleo que ya tiene problemas de queroseno para sus vuelos domésticos, un país desangrado por eternas guerras y por el control de los recursos. Otro plan perfecto.En realidad, no hay una solución a corto plazo al problema del gas ruso, pero eso en Europa ya lo saben. Y cuando apuestan por el Midcat y por las infraestructuras gasísticas españolas, están pensando a más largo plazo. Están pensando en el hidrógeno verde, el gas combustible que deberá sustituir al gas natural. Y ojo que aquí el aroma colonial empieza a atufar.De nuevo, los medios, empresarios y políticos saludan al hidrógeno verde como la gran solución, el gran futuro de la energía, la gran tecnología salvífica. Nada más lejos de la verdad. Para empezar, conviene recordar que el hidrógeno verde no es una fuente de energía sino un vector: se produce consumiendo electricidad (verde, es decir, renovable) para separar el oxígeno del hidrógeno en la molécula de agua. Es un proceso intrínsecamente poco eficiente por razones termodinámicas: en las mejores plantas de electrólisis, una vez contabilizado todo el gasto energético (el de la electricidad, el de calentar el agua a 80ºC…) el rendimiento se sitúa alrededor del 50%. Es decir, que la mitad de la energía que se usa en producir hidrógeno se pierde, inevitablemente, como peaje impuesto por la Segunda Ley de la Termodinámica. Y nadie escapa a esta ley, ni siquiera en España.Según el uso que se le dé a ese hidrógeno, se tendrán que añadir otras pérdidas; lo más ineficiente, el uso del hidrógeno en motores de maquinaria pesada como camiones, tractores, excavadoras, barcos… En ese caso las pérdidas totales rondan el 90%. La propia Estrategia Europea del Hidrógeno reconoce que Europa no podría ser autosuficiente con sus fuentes renovables para producir todo el hidrógeno que se necesitaría en una transición a este combustible.También el informe del Grupo III del IPCC reconoce que la tecnología del hidrógeno no está madura para su implementación masiva. Pero eso no le importa a los amos del dinero, que necesitan que la megamáquina capitalista no pare, y si las leyes de la Termodinámica dicen que nanai y el hidrógeno verde no está listo, es igual, hay que tirar para adelante con lo que hay. Y que lo pague otro, claro.Por ese motivo, el Gobierno alemán se ha lanzado a firmar contratos para garantizarse el suministro de hidrógeno desde otros países: Ucrania (antes de la guerra), Marruecos, Chile, Namibia, Congo… En todos los casos se trata de proyectos empresariales auspiciados y respaldados por el gobierno alemán en persona. El plan de Alemania está claro: a medida que la energía escasee, se tiene que garantizar que al corazón de Europa llegue combustible suficiente para no detener la actividad industrial teutona. Un pensamiento simplista que asume la estabilidad de otros factores, incapaz de ver que un mundo en declive energético no podrá garantizar la seguridad del suministro del vital hidrógeno hasta Frankfurt.Pero hay un plan B. Suele haber un plan B. Como comentábamos al principio, los líderes europeos han decidido que la Península Ibérica aporte su potencial energético para alimentar a Europa. Básicamente, que el plan colonial de saqueo energético, vía hidrógeno verde, que Alemania quería imponer a otros países fuera de la UE se aplique también a los países del sur de Europa. Al igual que Europa, España no podría cubrir sus necesidades energéticas con el hidrógeno verde que puede producir, pero a pesar de ello el plan es que lo exportemos a Europa. Esto le da una nueva visión, siniestra, a los fondos NextGeneration con los que se está financiando el actual aluvión de proyectos renovables en España: se trata del establecimiento de una administración colonial, que de facto nos convierte en ciudadanos de segunda, con menos energía y con menos agua, porque el consumo de agua de las plantas de electrólisis no es despreciable en un país hídricamente estresado como el nuestro. Y nuevamente, medios, empresarios y políticos españoles (o quizá deberíamos decir coloniales) dan palmas puestos en pie.Algunos “expertos” –del mismo nivel que los que aseguran que jugárselo todo a tecnologías de captura y secuestro de carbono en la cuestión climática es una jugada sensata– y periodistas de prestigio auguran un futuro maravilloso para España, uno en el cual nuestra privilegiada posición y el excedente energético que, presumen, disfrutaremos gracias a las renovables nos colocarían en una posición de relativo privilegio. Lo que esos “expertos” no quieren comprender es que España –el país europeo con mayor riesgo de desertización– ya está en proceso de conversión a colonia energética, una que en realidad huele a sequía, a desierto y a espejismo fugaz de progreso por empecinarnos en defender un modelo suicida que se va a ir cobrando más y más territorios de sacrificio.Si no hay un cambio de modelo hacia el decrecimiento redistributivo, por todas las limitaciones del modelo que se quiere implementar, es difícilmente evitable que el caos climático y la desertificación acaben convirtiendo a España en la nueva Argelia del Norte de Europa. Es lo que pasa cuando dejas que el mundo se pudra poco a poco, que algún día te toca.
NUESTROS TRES TENORES.—(...) https://www.youtube.com/watch?v=XAqF8Y-Aqvc
El consejero delegado de Aedas Homes vaticina “situaciones dramáticas” en el mercado de la vivienda con trabajadores compartiendo camas por horasDavid Martínez, CEO de Aedas.El consejero delegado de Aedas Homes, David Martínez, ha señalado este lunes que España tiene con la vivienda “un problema de país gravísimo” que afecta especialmente a gente joven e inmigrantes a los que anticipa “situaciones dramáticas” en ciudades con gran demanda y afirmó que ve “muy difícil” que bajen los precios.Así lo indicó en un debate sobre la construcción industrializada durante el IX Congreso nacional de ingeniería civil. Ingeniería para repensar el mundo, en el que subrayó que España va “tarde” porque cada año se generan entre 250.000 y 260.000 nuevos hogares cuando se construyen 80.000 viviendas.Martínez indicó que los promotores inmobiliarios son “agregadores” que compran suelo y una obra y como la demanda es “tres o cuatro veces superior a la oferta” pues esos agentes intermedios también están incrementando sus precios, lo que está contribuyendo a la “espiral de crecimiento de precios”. “Nos gustaría tener precios estables, pero es muy difícil que bajen”, subrayó.El directivo de la promotora señaló que en ciudades como Madrid la gente joven y los inmigrantes difícilmente pueden alquilar pisos y deben conformarse con habitaciones. No solo eso, sino que anticipó que las dificultades de las clases menos favorecidas pueden acabar alimentando fenómenos como el de las camas calientes, en el que trabajadores duermen en infraestructuras precarias por turnos.Con todo, señaló que “o le damos una solución a las generaciones que vienen o descapitalizamos el país”, pues los más jóvenes “no tienen la barrera del idioma” y pueden emigrar al extranjero.Para Martínez, el principal problema del sector “no es el capital ni la demanda, sino que no estamos seguros de que podamos ampliar nuestra capacidad de poder construir” debido a la falta de mano de obra. Señaló que la crisis económica de 2008 acabó con la profesión y ahora “el albañil es un espécimen en extinción” porque los jóvenes prefieren ser conductores de VTC “antes que subirse en un andamio”.Así, reiteró que la manera de incrementar la producción es “apalancándonos en la tecnología” y, para ello, la construcción industrializada supone una oportunidad de futuro, aunque actualmente sea un sector poco desarrollado. Martínez aseguró que actualmente conlleva al menos dos años de construcción, un año de gestión de licencias y, si es necesario que se modifique la calificación de los suelos, los tiempos de espera pueden ser “geológicos”.El directivo reconoció que la demanda de extranjeros está disparada y como las empresas buscan ganar dinero prefieren construir viviendas de ‘alto standing’ para este colectivo que apostar por la vivienda social, que cuenta con “márgenes más aquilatados”. Señaló que esto genera “riqueza y negocio” para las empresas pero éstas están dejando “desatendida” la base de su industria, que es la proveedora de infraestructura social.
https://www.msn.com/es-es/dinero/noticias/el-consejero-delegado-de-aedas-homes-vaticina-situaciones-dram%C3%A1ticas-en-el-mercado-de-la-vivienda-con-trabajadores-compartiendo-camas-por-horas/ar-BB1ixfus?ocid=msedgntp&pc=DCTE&cvid=c67e4389b9e5418c9ef89407f2fe4a21&ei=9https://cincodias.elpais.com/companias/2024-02-19/el-ceo-de-aedas-homes-cree-que-el-mercado-de-la-vivienda-puede-degenerar-en-trabajadores-compartiendo-camas-por-horas.htmlCitarEl consejero delegado de Aedas Homes vaticina “situaciones dramáticas” en el mercado de la vivienda con trabajadores compartiendo camas por horas
El consejero delegado de Aedas Homes vaticina “situaciones dramáticas” en el mercado de la vivienda con trabajadores compartiendo camas por horas
Hartnett: "A Short History Of Bubbles", And Where The Magnificent 7 Fit InSaturday, Feb 17, 2024 - 06:15 PMA few months ago, BofA's Michael Hartnett coyly suggested that AI is a "baby bubble" just waiting, like HR Giger's alien, for its moment to spawn into fully-grown form (with several million human shorts as hosts). Today, the coyness is gone, and in his latest Flow Show note titled aptly enough "A short history of bubbles", Hartnett - perhaps after observing the recent move in names like ARM and SMCI - is no longer shy about calling the parabolic spade a spade and details not only a "short history of bubbles" but where the Magnificent 7 fits in.But before digging in, Hartnett starts off by highlighting the indispensable "glue" of any bull market, and hence bubble, namely credit... and sure enough there is plenty of glue right now with Investment Grade spreads "tight-as-a-drum", and close to post-Covid lows of 86bps (despite a record $310BN in YTD issuance). Yet if credit is rock solid (and after 2020 when the Fed ended up buying IG ETFs making it clear the Fed would never allow credit to lock up again, why not?) the same can not be said for equities, where the bull market is so narrow: just the top 5 stocks account for 75% of all S&P YTD gains, and just the top 3 tech stocks account for 90% of tech sector YTD gains. Indeed, as shown in the next charts, US equity breadth is now the worst since March 2009, when the S&P troughed its post-Lehman crash around 666.In this light, it is hardly surprising that corporate bonds and tech stocks are the consensus "all-weather" assets which go up no matter whether the news is good or bad. Indeed, inflows to both are on course for blowout years: YTD annualized $0.5 trillion to IG bonds, and $85 billion to tech sector funds).So speaking of bubbles, there is plenty of material to work with: a pure reflection of human nature... and greed... bubbles have a long, illustrious history: from the South Sea, to the Mississippi monopolies of 1710s, the Dow in the Roaring 1920s, gold in the inflationary ‘70s, Japan in the ‘80s, internet in the ‘90s, China in the 2000s, the Great Bond Bubble 2014-20, crypto, FAANG, tech disruptor derivatives; and so on...... one thing is certain: no two bubbles alike (as Hartnett suggests "try blowing a couple yourself") but similarities to gauge the Magnificent 7 today are catalyst, price, valuation & "price of money."So without further ado, here is Hartnett's "Short History of Bubbles", a quick and dirty comps vs today’s Magnificent 7:Catalyst: bubbles driven by technological innovation, new geographical sources of growth, and very crucially central bank easing; AI bubble was kick-started by Fed response to SVB and ChatGPT…just as Plaza Accord kick-started Japan, LTCM the internet, 9/11 the housing bubble of 2000s, COVID ($30tn of policy stimulus) crypto and so on; even Mississippi and South Sea Company bubbles caused by amendment to English usury laws in 1714 which forbade lending rates over 5% as UK & France needed to borrow to finance ceaseless war…no different today;Price: bubbles (obvs) mean huge trough-to-peak asset gains; 140% gain in Magnificent 7 past 12 months closing in on 180% rise in Dow Jones in 1920s & 150% for both Nifty 50 in ‘70s & Japan stocks in ‘80s, but not quite 190% gain of internet bubble (everyone's fave comparison) nor 230% surge in FAANG stocks from COVID lows; note exponential price gains ("velocity" or big deviation from moving averages) another classic bubble symbol…Magnificent 7 currently 20% above 200dma vs the 30% "oversold" metric of 9 equity manias covered in Table 2;Valuation: trailing PE for Magnificent 7 currently 45x…it ain’t cheap but true that bubble highs have seen dafter valuations… 54x for Nifty Fifty, 67x for peak Nikkei in '89, 65x for Nasdaq Composite in 2000 (and staggering 205x for Nasdaq 100), 60x in 2021 for peak FAANG;Bonds: direction of bond yields key bubble metric as "abnormality" of bubble infects other assets & economy; in 12 of 14 observed bubbles, bond yields rising as bubble peaks/pops; tightening financial conditions via policy or rising real rates (if central banks have no backbone) the constant catalyst for the "pop"…4% real rates popped internet bubble, 2% popped Chinese stock bubble, 3% popped subprime, surge in real rates from -100bps to +150bps in '21/'22 popped bitcoin, FAANG, ARKK; given significantly higher levels global debt today versus history 10-year real rates, currently 2%, likely need to rise to 2.5-3% to end AI, Magnificent 7 mania.
Cita de: Derby en Febrero 19, 2024, 21:23:35 pmhttps://www.msn.com/es-es/dinero/noticias/el-consejero-delegado-de-aedas-homes-vaticina-situaciones-dram%C3%A1ticas-en-el-mercado-de-la-vivienda-con-trabajadores-compartiendo-camas-por-horas/ar-BB1ixfus?ocid=msedgntp&pc=DCTE&cvid=c67e4389b9e5418c9ef89407f2fe4a21&ei=9https://cincodias.elpais.com/companias/2024-02-19/el-ceo-de-aedas-homes-cree-que-el-mercado-de-la-vivienda-puede-degenerar-en-trabajadores-compartiendo-camas-por-horas.htmlCitarEl consejero delegado de Aedas Homes vaticina “situaciones dramáticas” en el mercado de la vivienda con trabajadores compartiendo camas por horas¿trabajadores?¿Qué trabajadores?Que trabaje o emprenda, su puta madre.
La vivienda es la nueva inflación: cómo la subida imparable del precio de los pisos arrasa con el poder adquisitivoInma Benedito · 2024.02.19En 2024, la pérdida de poder adquisitivo se mide por la vivienda: una partida que se come cerca de la mitad de los ingresos de muchas familias, y cuyo precio no deja de aumentar.Tener un salario ya no garantiza poder permitirse una vivienda, ni de compra ni de alquiler.Getty ImagesHace ya casi 3 años que la inflación se instaló en el bolsillo de los hogares: con sigilo, primero, pero pesando cada vez más, hasta terminar abriendo un agujero por el que iba escapándose el poder adquisitivo. Hoy, que la inflación empieza a dar un respiro, la vivienda se ha convertido en la nueva inflación.En 2024, la pérdida de poder adquisitivo se mide por la vivienda: una partida que se come cerca de la mitad de los ingresos de muchas familias, y cuyo precio, tanto en venta como en alquiler, no deja de aumentar."El precio de los pisos está subiendo mucho más de lo que suben los salarios, y esta pérdida de poder adquisitivo genera una gran brecha", explica Elena Martínez, responsable de Evaluación e Investigación de Provivienda.Mientras el rally de precios empezó a perder fuelle a partir de septiembre de 2022, el precio de los pisos, tanto en venta como en alquiler, ha seguido calentándose, batiendo máximos en algunos mercados.Según datos de BBVA Research, el precio de la vivienda continúa creciendo en 2024, y lo hace a pesar de la moderación de la inflación, del encarecimiento de las hipotecas derivado de la subida de tipos de interés y del parón en las compraventas. Entre enero y septiembre de 2023 los pisos se encarecieron un 3,4% mientras las ventas caían un 14%, y en 2025 pronostica que el avance de precios podría ser todavía más intenso.Una subida imparable (no lo ha logrado la pandemia, ni la crisis de precios, ni la subida de tipos) que sitúa precios muy por encima de los niveles de 2019 en todas las regiones. Incluso algunas zonas, como Baleares, están por encima de los máximos de la burbuja inmobiliaria, y en Madrid el precio es similar al de 2008.Pero los salarios no han subido tanto. Mientras que el precio de la vivienda acumula una subida del 45% hasta 2023 (un 44% en el caso de los alquileres), los salarios apenas han recuperado un 10%, observa Martínez: "el incremento ha sido vertiginoso, hasta el punto de que hoy, tener un salario ya no garantiza poder permitirse una vivienda".Hace unos días, el Banco de España avisó de que los hogares tienen que dedicar el 39,2% de sus ingresos a pagar su vivienda. Es el dato de esfuerzo financiero más alto desde finales de 2011, cuando el porcentaje rondó el 39,7%."Estamos viviendo en la actualidad una grave crisis de asequibilidad de la vivienda en nuestro país, tanto en el ámbito de la compraventa como en el del alquiler", corrobora Andrea Jarabo, Responsable de Comunicación e Incidencia de Provivienda. Una cuestión que ya afecta a las clases medias y que se ha convertido, junto con el empleo, en la principal razón de exclusión social. Según datos de Provivienda, hay 5,5 millones de hogares en situación de exclusión residencial en España. De estos, casi 4 millones se quedan en situación de pobreza severa relativa tras pagar su vivienda."El gasto en vivienda se ha convertido en el mayor al que tienen que hacer frente los ciudadanos", explica María Matos, directora de Estudios y portavoz del portal inmobiliario Fotocasa. De hecho, añade, "los niveles de accesibilidad a la vivienda, que alcanzaron techo en el segundo trimestre de 2023, se mantienen en las cotas más altas de los últimos años, porque el precio de la vivienda ha crecido a un ritmo mucho más significativo que los salarios".Concretamente, según datos de Fotocasa, los precios de compra de viviendas de segunda mano están a solo un 25% de alcanzar el máximo de la burbuja inmobiliaria, aunque en algunos mercados, como Canarias, ya se supera en un 15% y un 40% en Baleares. Además, añade Matos, "las ciudades de Las Palmas, Palma de Mallorca, Málaga y Madrid, que han batido récords de precio a finales de 2023 y principios de 2024".A la subida del precio de compra se suma la de las hipotecas, derivada de la histórica escalada de tipos aprobada por el Banco Central Europeo (BCE). "Los tipos de interés mantendrán el esfuerzo de acceso a la vivienda relativamente elevado", observan desde BBVA Research. Aunque se espera que la subida de salarios prevista para este año rebaje la tasa de esfuerzo financiero al 30% a finales de este año.Aún así, reconocen que "el esfuerzo de acceso a la vivienda se mantendrá relativamente elevado en el próximo bienio".Lo mismo ocurre con los alquileres, donde el incremento en el número de personas buscando piso de alquiler en un mercado con cada vez menos oferta ha prendido fuego a los precios. "El desequilibrio entre oferta y demanda provoca un fuerte tensionamiento en los precios que se reflejó en una intensa escalada durante el primer semestre del año 2023, cuando en abril alcanza el precio máximo histórico a nivel nacional, superando incluso la marca registrada durante la burbuja de 2007", señala Matos.Como consecuencia, 1 de cada 3 hogares que viven de alquiler están en situación de pobreza severa tras pagar la vivienda, lamenta Jarabo. Además, la mitad de la población que alquila destina más de lo recomendado (un tercio de sus ingresos) al pago de la vivienda. Esta situación no afecta solo a las personas con menos ingresos, añade Jarabo: "Hemos detectado que el alquiler empobrece a las clases medias: 3 de cada 10 hogares de ingresos intermedios queda en pobreza severa tras pagar el alquiler". En general, esta situación no tiene vistas de solucionarse a no ser que se articulen todos los instrumentos posibles, dado que existe una dinámica de subida constante en los precios del alquiler que hace que desde 2015 el alquiler no haya bajado nunca, y que hará que, por mucho que la inflación dé un respiro al bolsillo, la vivienda se convierta en la nueva pesadilla para el poder adquisitivo.
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